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Como Cambió mi Vida Capítulos 1,2

Autor: claudiomarried
Como cambió Mi Vida
 
Capítulo 1 El inicio del cambio
En aquella calurosa mañana del verano austral, me levanté algo triste, pues dejaría atrás la casa donde había vivido toda mi vida; además de mis dos únicos amigos, como también mi colegio el cual no extrañaría, y casi todo lo conocido o que me era familiar, pronto iniciaría una nueva etapa en mi vida. En efecto, iría a una nueva casa, a un nuevo barrio, un nuevo colegio al otro lado de la ciudad, donde descubriría una parte de la familia que me era casi totalmente desconocida. Así es, iría a la casa de donde mi madre salió desterrada hace muchos años para no volver, en esa casa me reencontraría con parientes que sabía de su existencia y que no la veía desde hacía muchos años, ¿diez tal vez?; no lo recordaba con precisión, solo tenía la certeza que viviría en la antigua casa de unos fallecidos abuelos que nunca conocí y en la que ahora vivía la hermana de mi madre, a la cual no sabía si le podría decir tía alguna vez, ya que no recordaba ni su cara.
Este gran cambio en mi vida era consecuencia de la estupidez de mi padre, el cual de un día a otro nos abandonó, escapando con su nueva secretaria y todo el dinero de la empresa familiar, la misma que había construido con el apoyo y trabajo de mi madre, dejando atrás a ella y a nosotros, los tres hijos de un matrimonio aparentemente feliz. ¿Cómo podía habernos dejado sin siquiera decirnos adiós?, hacía ya un año de que la única noticia que habíamos tenido de él, es que se encontraba en un paraíso fiscal ubicado en el Caribe sin tratado de extradición, gozando de la pequeña fortuna que se llevó, lejos de la justicia y sus obligaciones familiares, por lo que no pagaba ni la manutención de nosotros sus propios hijos, menos pensaba devolver los dineros de la empresa.
Tal era el desastre, que Julia mi madre debió asumir la dirección de la empresa, la misma que había ayudado a formar y la misma que había dejado hacía unos años para cuidarnos, era la única forma que mi madre veía para evitar la inminente quiebra y poder enfrentar lo que significaba tener a Juan su hijo mayor estudiando en la Escuela Militar, a Isabel su hija del medio estudiando Medicina en la Universidad y a mí, Claudio, el menor de todos, aún en secundaria. Pese a todo su esfuerzo, la situación en que se vio envuelta la familia de un día a otro era demasiado precaria, mi madre debió vender todos los autos con la excepción del familiar, también el departamento en la playa y ahora la casa familiar, de otra forma era imposible poder pagar todo el descalabro ocasionado por la locura o ¿calentura? de mi padre. Todos resentimos el retroceso en el estilo de vida que habíamos logrado con tanto esfuerzo la otrora feliz familia, pero este gran cambio, era la única solución para salir adelante.
Como el tiempo pasa en forma inexorable y dado que el comprador de la casa quería tomar posesión de ella; teníamos que dejarla para ir a vivir como allegados donde nuestra tía Daniela o Dani como le decía mamá, a una casa ajena, aún cuando esa casa fuese parte de nuestros derechos hereditarios, ya que había sido la casa de mis abuelos.
Según mamá, Dani era muy buena persona, cariñosa y extrovertida, por lo que nos sentiríamos todos en familia en un corto plazo; pero a mí me extrañaba que en tantos años y viviendo en la misma ciudad, el contacto hubiese sido casi inexistente. Mi madre nos había explicado que tal distanciamiento había sido culpa de sus padres, mis abuelos y de su marido, mi padre, forzado en gran medida, por su embarazo con tan solo 17 años del que nació Juan. Mis abuelos en vez de protegerla, la echaron de la casa familiar; dejando a la joven pareja sin apoyo de alguien adulto, cabe aclarar que mi padre era huérfano desde la niñez y contaba con tan solo18 años en aquel entonces. Pese a todo, la pareja supo superar su precaria situación y vivir cada vez mejor, hasta que se cruzó “la zorra de la nueva secretaria”, como la llamaba mamá. Por los comentarios de todos los que nos conocían, la zorra, era joven y bella, pero eso no quitaba que era una cabrona rompe hogares sin nombre. Ahora mi madre retornaría a vivir con su hermana y su familia, a la casa de la que fue expulsada años atrás.
Mis abuelos habían fallecido algunos años atrás en un accidente automovilístico, siendo su funeral, la única oportunidad que recuerdo haber visto a mi tía y primos, por eso no tengo una visión clara de ellos, solo recordaba que mis casi desconocidos parientes eran igual de rubios que mi madre, predominando en ellos los genes germanos de los abuelos fallecidos. Si mis cálculos no fallaban y como mencioné, habían pasado diez años de aquello, pero para mí siendo el menor de todos los primos, mis parientes eran totalmente desconocidos, con ellos no tenía ningún recuerdo vívido o sea ningún vínculo más allá de uno de mis apellidos.
Un llamado a viva voz me sacó de mis cavilaciones, era mi madre que me apuraba y cerrando mi bolso con las últimas pertenencias que llevaría, salí de mi antiguo cuarto y me dirigí a la salida de mi ex casa para iniciar la aventura de vivir una nueva vida.
Claudio por qué demoras tanto, tu hermana ya está sentada, me recriminó mi madre, refiriéndose a Isabel que estaba ya situada en el atiborrado auto familiar que aún conservábamos.
Estaba terminando mi bolso y despidiéndome de la casa, le dije a Julia mi madre.
Vamos pardillo, que nos esperan la tía y primos para almorzar, me dijo muy seria mi hermana Isabel.
No estarán todos los primos, pues Florencia se encuentra de viaje y Francisco al igual que tu hermano, está en la Escuela Militar, dijo Julia
Mejor, menos desconocidos que soportar, dije con algo de mal humor.
Ya los conocerás dijo Isabel
Además, según me escribió Juan, se encontró con Francisco y se han hecho buenos amigos, acotó su madre, por lo que no veo razonable tu comentario.
El resto del viaje para atravesar la ciudad duró casi una silenciosa hora; Yo meditaba lo que tal vez todos estábamos pensando; en lo que dejábamos atrás; intentaba imaginar ¿cómo sería mi futura vida?, y de pasada me preguntaba si podríamos volver alguna vez a ser una familia normal, con casa propia cerca de los amigos que dejamos atrás.
Al llegar, nos estaban esperando mi tía Dani y mi prima Ana María o como prontamente descubriría, Ani, como le gustaba que le dijesen,. Los saludos fueron muy afectuosos entres la mujeres que se adelantaron, mientras yo bajaba el equipaje del auto y lo cerraba. En eso, se me acercó Ani y dándole un beso en la mejilla me dijo:
Pero qué alto y fuerte eres tío, como has crecido, dijo mi prima con gran jovialidad, dándome un segundo gran beso en el otro cachete.
Si y muy buenmozo agregó mi tía Dani, dándome otro efusivo par de besos acompañado de un gran abrazo, el que nunca esperé recibir.
Ani, veo que te acuerdas de Claudio dijo Isabel.
Si era el niñito que me seguía todas partes cuando nos encontramos por primera vez, dijo sonriendo.
No me acordaba de ello, contesté.
Yo sí, no has cambiado mucho, contestó Ani.
Vamos adentro para que dejen el equipaje en los cuartos y luego almorcemos pues tengo un apetito feroz, ya nos pondremos al día; dijo mi tía con una gran sonrisa
Si vamos dijeron todos.
Pese a mi actitud poco amistosa y algo de mal humor, desde el momento de mi saludo con Ani, quedé mudo de emoción, sentí maripositas en el estomago, acompañadas de todo tipos de sensaciones nunca antes experimentadas por mí, no comprendía lo que me pasaba, ¡qué sensación más extraña y excitante! Una vez adentro, mi tía Dani nos explicó la distribución de los cuartos de la casa, la que aun cuando se veía en muy buen estado y era bastante amplia, se hacía pequeña para albergar a tantos nuevos inquilinos.
El cuarto principal con baño en suite, seguiría siendo ocupado por tía Dani, la que dormía sin acompañante desde su divorcio hacía cinco años a la fecha; el siguiente cuarto frente al anterior, para dos las chicas jóvenes, en su interior, allí Ani compartiría con Isabel. Este cuarto había sido de Dani y Julia cuando eran jóvenes y ahora sería de sus respectivas hijas, ya estaba equipado con dos camas, era muy luminoso y también tenía un cómodo baño privado; luego estaba el de Francisco, que ahora sería el mío mientras él estuviera en la escuela Militar, luego verían como nos acomodarían, este cuarto compartía un baño con el cuarto de visitas y que ahora alojarían mi madre Julia, para luego compartirlo con Florencia que se encontraba de viaje, estos dos últimos cuartos compartían un baño que solo se accedía por puertas que daban a cada cuarto. Algunos podrán criticar la distribución, pero así se les ocurrió a las mayores intentando que los primeros días estuviésemos lo más cómodo posible, además, hasta que no compráramos muebles adecuados teníamos que usar lo disponible.
Como pueden ver, esta nueva familia, cuyo integrantes casi no se conocían entre ellos, estaba constituida por mí, Claudio, de 15 años por cumplir los 16, puedo decir que soy un chico normal de pelo oscuro y ojos claros como el resto de mis hermanos, alto para mi edad, mido aproximadamente 1,82 metros, pienso que luego alcanzaré y tal vez supere en altura a mi hermano Juan; él cual es mi cuasi héroe; bastante fuerte y ágil, todo ello a base de la práctica de artes marciales mixtas, las que nos pagó nuestro padre desde las preparatorias, pues por algún motivo tanto Juan como yo sufrimos acoso por ser los de menor edad en nuestros respectivos cursos, este acoso yo lo achaco a que por motivos laborales nuestros padres nos ingresaron tempranamente al colegio, ayudados por la amistad de con el director y nuestra elevada estatura.
Por lo anterior, todos nuestros compañeros eran a lo menos un año a un año y medio mayores que nosotros, y en mi caso sumada mi timidez, me significó aislamiento, agresiones y burlas, así que especialmente yo, no tuve un paso feliz por el colegio, por lo que pasé parte de mi infeliz niñez en continuos luchas, tanto en los tatamis del gimnasio, como en el patio del colegio. Ahí forjé un carácter algo introvertido y parco, que rayaba entre serio y tal vez huraño, todo esto no me permitía socializar fácilmente, es más solo logré tener dos amigos, uno del barrio y otro en el Dojo donde ya no volvería a practicar por su lejanía. Obviamente, no tenía novia ni siquiera una simple amiga, por lo que no sabía tratar con mujeres que no fuesen mi madre o mi hermana.
Como ya saben mi madre es Julia, asimismo, ya saben que está separada de mi padre, actualmente es la directora y gerente de la empresa familiar que a duras penas sobrevivió al desastre, causado por su marido en fuga, trabaja de lunes a Viernes todo el día. Mamá es una mujer seria, con personalidad fuerte al tener que ser jefa de la empresa como también, hacer de mamá y papá de adolescentes. Ella es toda una belleza de 38 años, tiene ancestros germanos, rubia de ojos azules, bastante alta, con su 1,71 metros de estatura, de un cuerpo espectacular, pero que no gusta de lucir para parecer más seria ante la gente y sus trabajadores, todo en ella es voluptuoso con sus 94-64-93, donde destaca su pecho con una copa 36E, tiene un poco de sobrepeso, es de esas mujeres que con dos o tres kilitos menos, sería una diosa, pero no puede hacer nada al respecto, ya que llega agotada a casa.
Daniela o para todos Dani, es mi tía, hermana de Mamá; es la dueña de casa que nos acogió, actualmente tiene una céntrica tienda de ropa en la cual trabaja todos los día desde temprano hasta el atardecer, incluyendo los sábados por la mañana, su separación si bien no fue traumática, no fue del todo amistosa, especialmente cuando corrían rumores de que su marido tenía una doble vida, siendo lo que actualmente se llama bisexual, pero para esa época era llamado simplemente maricón. Su marido luego del divorcio se fue a trabajar al extranjero, pero a diferencia del mi padre; el mantiene un lazo permanente con sus hijos, de hecho actualmente su hija, mi prima Florencia lo visita por las fiestas de fin de año.
Dani, es también una bella y voluptuosa Valkiria como su hermana, de tamaño algo más reducido, pues solo mide 1,65 metros, tiene un cuerpo que incita a ser admirado pese a que no le gusta enseñarlo fuera de la casa; esto es por motivos de aparentar seriedad en su tienda, sus medidas son 98-58-92, son claramente las de una mujer exuberante, su copa es aún mayor que la de su hermana, alcanzando unos extraordinarios y apetitosos 36G, difícilmente ocultables, aún mantiene tonificado su cuerpo, el que adquirió en la práctica de hockey sobre césped, deporte por el cual llegó a representar al país; aún es fanática de los deportes, se preocupa de estar en buena condición física ayudada con una máquina de ejercicios.
Juan es mi hermano mayor, como les dije mi cuasi héroe, es cadete de segundo año de la Escuela Militar, pasa la mayor parte del tiempo en la ciudad capital, donde está la sede de citada escuela para oficiales. Es un apuesto joven de 20 años, de cabellos oscuros, ojos azules, de elevada estatura con su 1,91 metros, es fuerte como un toro, pesa más de 100 kilos, por lo que juega como Pilar en el equipo de Rugby de su escuela; actualmente está de novio con Montserrat, una bella joven universitaria, que conoció en uno de los partidos que le tocó jugar hace un tiempo.
Después viene Isabel o Isa, de 19 años, 11 meses menor que Juan; esta belleza de mujer bien podría pasar por una Elfa de un bosque encantado, claro que sin la orejas puntiagudas; todo el mundo piensa que podría ser modelo si fuera algo más alta que su 1,72 metros, y tuviese una personalidad menos seria y tímida, es de pelo oscuro, con los ojos azules de la familia, posee un cuerpo sinuoso con unas medidas de 90-61-88 envidiadas por muchas chicas de su edad, su pecho está adornado con una apetecible copa 34C, el que sin ser grande como me gustan, junto con su azul mirada, es uno de los atributos más destacables de todos los que posee, le gusta practicar voleibol e integra el equipo de la universidad, lo que la mantiene tonificada y siempre estilizada. No le gusta andar exhibiéndose, viste recatadamente o como pienso yo, desabridamente. Actualmente no tiene novio y ya prácticamente terminó el segundo año de medicina. Siempre sueña y dice que espera encontrar su príncipe azul antes de entregarse a alguien; solo le han conocido dos novios muy pasajeros, por lo que pienso que aún es virgen.
Francisco, es mi rubio primo de 19 años recién cumplidos, es fuerte, bastante alto con su 1,83 metros, cadete militar que cursa el primer año; casualmente descubrió a su primo Juan en la citada escuela, haciéndose amigos e inseparables al jugar también rugby en el mismo equipo, ambos participan en las distintas actividades y aventuras que les tocan vivir en la milicia; según me han contado es algo pueril pero simpático, no tiene novia, pues prefiere “el surtido” como dice Ani, siempre anda rompiendo algún corazón.
Le sigue Ana María o Ani de 17 hermosos años, esta otra de las valkiria de la casa; también es rubia de ojos verdes como su madre, cuerpo llamativo, aun que no tan voluptuoso como su progenitora, es la más alta de las mujeres con su 1,74 metros; tiene una personalidad avasalladora y burbujeante, se la pasa haciendo bromas y siempre tiene la risa a flor de labios, el año entrante irá a cursar el mismo año que yo, posee unas medidas de ensueño de 92-62-91, similares a Isa con algo más de pecho, detentando una apetitosa copa 34D; posee una vitalidad increíble, ella practica gimnasia artística y baile. Tampoco tiene novio, pues usualmente se burla de sus compañeros o los chicos que se le acercan, a los que encuentra fome, poco tiernos, pensando que lo único que desean es tener sexo con ella, y ella no se presta para ser cogida por cualquiera, según sus propias palabras. Por algún motivo que no comprendo aún, ella me causa emociones inexplicables, quedándome nervioso y perturbado cada vez que la veo, como nunca antes me había conmovido una mujer.
La última integrante de esta nueva familia era Florencia o Flo, la que aún no he visto pues estaba de viaje, es la más joven de todas las mujeres, pero no por eso menos bella según las fotos; tiene 16 años, de cabellera rubia y ojos verdes, su cuerpo es el que más se aproxima a tía Dani, siendo algo más alta que su madre con 1,68 metros, tiene unas voluptuosas medidas de 92-60-94 que son una locura, con unas tetas tal vez copa 36E comparables a las de su madre, incluso parecen mayores que las de su hermana Ani, ellas dicen que la alimentaron con leche de elefante. Ahora que llegué a esta familia, dejó de ser la menor de todos por un mes, aún cuando está un curso por debajo que el de Ani y yo. No es muy estudiosa, prefiere divertirse con sus amigas, le gusta vestir provocativamente como Ani, al momento de nuestra llegada, se encuentra de viaje visitando a su padre en el extranjero y retornará después de las fiestas de año nuevo, momento en que veremos cómo nos acomodaremos en el nuevo hogar.
En resumen que puedo decirles, quedé alucinando con mi prima Ani, no podía dejar de mirar a nadie más; aún cuando tía Dani es una mujer impresionante, por alguna extraña razón, comencé a comparar las mujeres de la familia que nos acogía con las de la mía, en resumen todas eran bellas. Terminada esta toma de posesión de cuartos inicial, todos fuimos a almorzar para después dedicarnos a instalarnos en propiedad en nuestros respectivos aposentos, matando el resto de la tarde con una febril actividad para adaptarse a las nuevas circunstancias de vida.
Llegada la cena pude ver a mi prima que tanto me había impactado, fijándome en el espectacular escote que enseñaba un canal que separaba unas tetas que se adivinaban tan enormes como las de mi tía, mientras las mujeres conversaban animadamente, yo fantaseaba con ellas, intentando definir esos cuerpos como si estuviesen desnudos. Por primera vez incluí en estos pensamientos a mi madre y hermana, en mis fantasías, las idealizaba como diosas griegas, pensando que todas eran deseables, bellas y lujuriosas, ante tantos estímulos femeninos, como nunca mi verga comenzó a gobernarse por su propia cuenta.
Al acostarme me fijé que mi erección había cedido pero mantenía mi calentura, por lo que decidí ir al baño para masturbarme y calmar mi ansiedad, en cuanto entré al baño pude ver a mi madre, en sujetador y bragas mientras se lavaba los dientes, no pude dejar de notar como las impresionantes tetas de mamá se movían al compas del cepillo. Mi madre al sentir que se abría la puerta, me miró sin dejar de cepillarse y sacando el cepillo de su boca, le dijo con una sonrisa:
Ya desocupo el baño, pero puedes ocuparlo mientras termino, continuando con su labor, aún cuando cayeron unas gotas de saliva y pasta en una de sus tetas, la que limpió con un dedo que chupó sin darle gran importancia.
Gracias mamá, respondí, sin dejar de mirar las cimbreantes tetas a través del reflejo del espejo, tomando la pasta de dientes y mi cepillo para imitar a mamá.
No imaginé nunca que compartiría el baño con mi niñito acotó con una sonrisa
Yo tampoco pensé nunca eso mamá.
El que goteara saliva y pasta sobre las tetas de su madre y que esta se chupara el dedo, hizo que la situación me calentara y que mi verga tomara vida propia endureciéndose, por lo que intenté ocultarla afirmando mi cuerpo contar el lavabo, no sé que me pasaba pero mi libido estaba muy exacerbada. Mi madre al terminar se agachó para enjuagarse la boca con agua, mostrándome un nuevo ángulo de su apetitoso culo, nunca antes admirado por mí, como en esa oportunidad.
Te dejo el baño para lo que quieras le comentó su madre
Grachiass mashmag, le alcancé a contestar con el cepillo en la boca.
Luego de su lavado de dientes, me senté en el retrete y me comencé a pajear rememorando los recientes recuerdos de mi madre y el canalillo de las tetas de mi prima. ¡Qué calentura tenía en ese momento!, tanto que ni pensé en asegurar la puerta que daba al dormitorio de mamá, cerrando mis ojos y tomando mi candente verga, que ya estaba desplegada a su máxima extensión de unos no despreciables 18 centímetros, inicié un suave y acompasado movimiento para prolongar al máximo mi placer; cuando de improviso, sentí que la puerta se abría de par en par y escuché;
Perdón Claudito, se me quedó mi…pero ¡qué estás haciendo!, exclamó mí madre que ingresaba al baño pues se le había quedado su crema corporal.
No… nada… solo me estaba rascando, contesté, turbado por la sorpresiva entrada de mamá.
Bueno, continua, solo voy a sacar mi crema, me dijo tratando de restar importancia al hecho de ver a su hijo masturbarse.
Ok…..,dije en un susurro acompañado de vergüenza, mientras me doblaba en el retrete para ocultar mi verga.
Mamá Julia tomó su crema y salió del baño, cerrando la puerta tras de sí, aún colorada y nerviosa por el espectáculo que acababa de ver, creo que se quedó pensando en que podría hacer por su hijo, o sea por mí, también pude notar con algo de extrañeza, es que salió sin dejar de mirar y notar lo tieso de mi verga, tiempo después me dijo que era grande, posiblemente del tamaño de la de su ex-marido; si bien no sé qué tan valedera era dicha confesión, dado que no tenía mucho conocimiento del tema, pues solo había estado con él, así y todo ella la encontró realmente grande para ser solo un chico, sí muy grande.
En esa confesión mamá se explayó diciendo que comenzó a divagar y pensar en la última oportunidad en que tuvo sexo con su ex-marido antes de que se escapara, y lo que extrañaba sentir los orgasmos que le arrancaba y que ahora solo eran un recuerdo en su vida. En esa ocasión, se comenzó a colocar la crema corporal, sacándose su ropa interior, masajeándose las tetas y su vagina con pasión, excitándose como hacía tiempo que no lo hacía, sus pensamientos volaban de lo vivido con su ex marido pese que ahora lo detestaba, pero por breves segundos su visión regresaba a la gran verga de su hijo, o sea yo, no podía evitar excitarse, continuando con sus propias caricias, por lo que no tardo en gemir apagadamente mientras se masturbaba y explotaba en un gran orgasmo.
Yo por mi parte estaba avergonzado, por lo que detuve mi masturbación y me angustiaba pensando que me iban a castigar por lo que había hecho; me pasé muchas “películas” intentando buscar una salida al lío. Es así que decidí que tenía que pedirle disculpas a mi madre ¿pero qué le diría?, me subí el pantalón del pijama y fui a la puerta que daba al dormitorio de ella, cuando escuché un leve gemido, pensé que mi madre lloraba, por lo que me agaché y miré por una celosía de madera que tenía en la parte inferior de la puerta de acceso al baño; quedé paralizado al ver a mi madre sentada en la cama con una mano en el pubis y otra masajeándose una de su inmensas tetas; era una visión que nunca me imaginó ver; las tetas de mamá eran más hermosas de lo que yo había imaginado, mi estupefacción fue prontamente superada por una calentura inimaginable e incontrolable, sin mayor reflexión me tendí en el suelo del baño sacando mi verga del pijama, ésta volvía a despertar, comencé a pajearme con frenesí.
En aquella confesión mamá Julia sin saber que era observada, continuaba con su masturbación, usando dos dedos para tocarse su clítoris, ¡cuando de pronto! en una avalancha de placer, otorgada por un casi silencioso orgasmo, soltó un ¡Claudio!, imaginándose que era penetrada por mí, así lo supuse. Ella me confidenció que se sorprendió tanto de su pensamiento como de su orgásmico gritito, pues en una maraña de recuerdos y sentimientos casi olvidados, nunca se imaginó tal situación, dándose cuenta de lo incestuoso que fue su reacción, soltó un silencioso sollozo, casi imperceptible, intentando con ello expiar su pecaminosa reacción y arrepintiéndose de sus libidinosos deseos, aún así quedó llena de culpa y remordimiento. Pasado un rato y un poco más serena, comenzó a ponerse pijama para dormir.
Por mi parte, al ver y escuchar lo que hizo mi madre, interrumpí mi paja, quedando atónito y triste a la vez; sorprendido por la masturbación de mi madre, nunca pensé que ella se pudiese autosatisfacer y no tengo calificación para describir lo asombrado que me dejaba la mención de mi nombre; en cuanto a lo triste, todo fue por el llanto que presencié. Cuando mi erección ya estaba menguando, me levanté del suelo y acto seguido me fui a acostar, sin dejar de pensar en todo lo presenciado; rememorando vívidamente a mi madre desnuda masturbándose mientras pensaba en mí. Con ese pensamiento y ya en mi nueva cama, mi verga volvió a todo a su máximo esplendor, volviendo a retomar mi febril paja, alcanzando un monumental orgasmo, que manchó mi pijama y pringó mi mano con una gran cantidad de semen.
Vencido luego por el sueño, me dormí hasta que al otro día, escuché a mi madre en la ducha, me levantó casi sin reflexionar pensando en rememorar lo del día anterior, me tendí en el suelo tratando de mirar por la celosía de su puerta, pero no era posible ver hacia dentro del baño, el sistema no era reversible. Traté de abrir la puerta lentamente, pero me di cuenta que era muy probable que me sorprendieran y mi potencial castigo sería aún mayor, pues ya no podría negar nada y eso sin duda agravaría mi falta.
Rato después y aún con mi pijama manchado, fui a la cocina a tomar desayuno, encontrándome con mi madre Julia, tía Dani y mi prima Ani, las saludé con algo de desgano por lo cansado que había sido mi primera noche en la nueva casa, mi actitud cambió rápidamente al ver lo bellas que eran, ahora que me di cuenta que son mujeres tan normales como cualquier otra, pensé que las observaría con el máximo de respeto y siempre con admiración. Las dos primeras se alistaban para ir a trabajar, mientras que mi prima se encontraba al igual que yo en un coqueto pijama, el de ella era rosado casi infantil, pero dejaba adivinar sus emocionantes curvas; fue en ese momento que mi madre mientras me daba un beso en la mejilla me dijo en voz baja:
Claudio, a mi regreso necesitamos hablar.
Bueno mamá, que te vaya bien en el trabajo, respondí, quedando aún más preocupado y nervioso, pensando que me castigarían de forma muy severa, traté de pensar cuál sería el posible castigo, pero solo me veía echado de la casa o enviado a un Liceo Premilitar.
Adiós tía dijo Ani, para luego decirme, ¿Claudio quieres ir a la piscina del club que hay aquí cerca a nadar?, ¡di que sí primito!
No sé si pueda, ¿ya has invitado a Isa?, le contesté intentando en forma estúpida, desligarse de la invitación.
¿Por qué no podrías?, me contraatacó, pídele permiso a tu mamá antes de que se marche y en cuanto a Isabel, me dijo que había quedado con sus compañeras de universidad para entrenar voleibol.
¿Mamá pue…?, alcancé a decir dirigiéndose a mi madre.
Anda, se adelantó mamá, creo que eso te hará bien, distráete y gasta energía, adiós Claudito, ya voy atrasada y me pillará el “embotellamiento”, refiriéndose al aumento de vehículos en las calles.
Bien, entonces nos vemos en una hora listos para salir, debes llevar toalla, gorro de baño y todo lo que necesites para la ducha, me dijo Ani.
Por supuesto, no es la primera vez que voy a un club, respondí algo malhumorado ya que me trataba como a un niño.
Adiós niños, yo también me voy, aquí tienes dinero para que Claudio pague su entrada y le compres un helado, dijo tía Dani a su hija.
Adiós y gracias tía alcancé a decir, pese a que me seguían tratando como niño chico, eso sí que este niño chico no dejó de admirar a tía Dani, que hoy llevaba un vestido veraniego que le hacía destacar sus grandes atributos, por lo que pensé, ¿Cómo no voy a estar excitado todo el día con estas parientes?, volví mi vista hacia Ani, mirándole el canalillo de sus tetas a través del pijama de niña buena que vestía.
A la hora señalada me encontraba esperando a Ani, cuando vio a mi hermana Isa vestida con su tenida de voleibol, se veía arrebatadora, no podía evitar hacerle un repaso de pies a cabeza, pensando que era una diosa del Olimpo que había bajado a la tierra, con esas tetas paraditas, sinuosas caderas, y ese respingón culito apretado, todo ello destacado por el sexy atuendo, ¡qué buena estaba!, cuando una voz me dijo.
¿Qué me estás mirando tanto pardillo, tengo algo malo?, me dijo Isa.
No nada, solo me sorprende verte en tenida de voleibol en vacaciones,
Es que quedamos con mis compañeras entrenar para no perder el nivel de juego y estar lindas para la playa, respondió con una risita, que reflejaba su buen humor.
Vamos Claudio, ya estoy lista para salir, adiós Isa, nos vemos, llegó diciendo Ani.
Adiós Ani, cuida a mi pardillo, dijo Isa continuando con sus puyas hacia mí.
Adiós dijimos al unísono Ani y yo, mientras salían en dirección al Club cercano.
Una vez en el lugar, Ani me enseño las instalaciones para luego dirigirse a los vestidores, cuya entrada era la misma que la mía, pero que luego se dividía en mujeres y hombres, acordando encontrarnos en la entrada para ir a la piscina juntos. Me cambié sin problemas, dejando mis ropas y lo que no iba a usar en la piscina en un casillero, pedí las llaves al encargado, el cual me costó encontrar, pues estaba barriendo hacia el fondo de los vestidores, que eran bastante grandes.
Comencé a esperar a Ani mirando los carteles del recinto, donde se leían las reglas de uso de las instalaciones, recomendaciones y precauciones que debían tener los usuarios, cuando en eso escucha su nombre:
Claudio ven que necesito ayuda, dijo Ani con en voz baja pero lo suficientemente fuerte para ser escuchada por mí
¿Qué pasa?
Ven que necesito tu ayuda dijo Ani mientras asomaba su cabeza por el dintel de la entrada del vestidor de mujeres.
¿En qué puedo ayudarte Ani?
Entra y te muestro, dijo Ani.
Pero es el camarín de damas repliqué.
Ya lo sé, pero no hay nadie que me ayude, puntualizó su prima.
Entré titubeante, mirando para todos lados, por lo que Ani me tomó de una mano y me arrastró hasta un vestidor. La miré algo asustado por si nos descubrían, ella iba cubierta por una túnica de baño que la cubría por completo, que luego sabría que se llamaba pareo y que era de origen tahitiano, se veía preciosa, salí de mi ensoñación cuando cierra la puerta y me mira diciendo.
Ayúdame
¿Cuál es tu problema?
No puedo amarrarme bien el sujetador del bikini, me dijo Ani mientras se sacaba el pareo. Quedando a escasos centímetros de mi dándome la espalda.
¿Bueno qué hago? dije mientras le miraba el cuello y espalda a mi prima
Toma las tiritas que te estoy pasondo y amárralas con una rosita detrás de mi nuca, me dijo Ani.
Mmmmmfff…..No es fácil, son muy cortas le dije, mientras miraba a Ani por medio del espejo de la pared del vestidor, notando que mi prima tenía el brazo izquierdo tapando sus tetas y con la mano derecha me pasaba un par de las tiras.
Espera las alargaré todo lo que pueda, dijo Ani, sacando su brazo izquierdo y tomando una tira con cada mano y levantándolas hacia mí, elevando sus pesadas tetas.
Mmmff ….tomando las tiras, intentaba anudarlas pero yo estaba embobado mirando más el espejo que las tiras
Fíjate en las tiras y no en mis tetas dijo Ani clavando sus bellos ojos verdes en mi mirada.
Ok, Claudio intentando poner más atención en las tiras y tomar de mejor forma las puntas de ellas las que Ani ahora me pasaba con sus dos manos, cuando en eso, antes de yo tomarlas, las suelta.
Las no muy elásticas tiritas saltaron como resortes impulsadas por el peso de las grandes tetas de Ani, con lo que los triangulitos de género que las tapaban también cayeron, viéndose dos pezones de un rosado algo más oscuro que el resto de la clara piel de los bellos manjares que se exponían a mi vista, el tiempo transcurrido debió ser muy corto, pero para mí fue casi una eternidad de glorioso placer. Ani se tapó las tetas con las manos y me dijo
¡Ahhh... que haces tonto! intentando tapar sus tetas con las manos.
No fue mi culpa, no alcancé a tomar las tiras y tú las soltaste, repliqué aún perturbado por la gloriosa visión de las tetas de mi prima.
Haz algo, dijo Ani, nerviosa por la situación.
Espera voy a tomar las tiras
Tomé las tiras intentando cubrir las enormes tetas de mi prima cubiertas por las manos que debían de salir por lo que las rocé, ello provocó que mi erección diera un respingo dentro del bañador, ella sacó sus manos y acomodó malamente el sujetador, tomó su pelo para despejar mi visión de las tiras, luego ella continuó tapando parcialmente las tetas con un brazo; pero su brazo impedía el suficiente largo de las tiras, menos si no intentábamos acomodar los generitos del sujetador, las tiras estaban muy tirantes y algo cortas por lo que le dijo a su prima
Ahora, saca el brazo para que pueda amarrarlas
Ok, pero no sueltes las tiras dijo Ani.
Procedió a tensar las tiras mientras Ani, con cuidado afirmaba sus tetas con las manos, para mí la situación no podía ser más erótica, por lo que mi verga comenzó a reaccionar a los estímulos visuales. Mientras Ani, acomodaba sus tetas yo estaba con un ojo en el nudo y el otro en la maniobra de acomodo de mi prima.
Creo que ya está dije, aprovechando de repasar con la vista el culo y tetas de mi prima.
Si gracias, disfrutaste del espectáculo, me dijo mi prima con tono de reproche.
No, solo intentaba ayudarte, repliqué.
No te creo, dijo Ani
Pero es la verdad, estoy aquí porque tú me lo pediste y no para exponer tu busto, además tu bikini te queda chico y eso no es mi culpa, volví a excusarme.
Tu “amiguito” lo desmiente, me dijo Ani con un tono algo más conciliador, luego de fijarse en mi erección.
Pero… alcancé a decir, cuando Ani me interrumpió diciéndome
Las excusas agravan la falta, esperemos un rato para que se baje tu euforia de estar en un vestidor con una belleza como yo, me dijo Ani riendo mientras se ponía su pareo.
En todo caso puedes que tengas razón que mi bikini me quede un poco chico, pues mis lolas me han crecido un poco, y no usaba este bañador desde el verano pasado, finalizó mientras asomaba la cabeza desde el vestidor para mirar si había “moros en la costa”
Salimos sin problemas y una vez en la piscina, nos dedicamos a nadar unos cuantos largos, conversamos acerca de su colegio, que sería también el mío, pues iríamos al mismo y tal vez fuésemos compañeros ya que estábamos en el mismo grado, ella me decía que sería estupendo que quedáramos en el mismo curso, para así le ayudase en las pruebas, pues no era muy buena en matemáticas.
Y que gano yo con eso dije.
Mi aprecio y que le comente a mis amigas lo bueno que eres.
Pero ellas ni me miraran, pues usualmente solo ven a los chicos grandes y que van a la Universidad, aportillé.
Mira Claudito, yo soy una excelente consejera de mis amigas y tú si bien eres chico de edad, tienes un físico que envidiarían muchos hombres y por lo que puedo apreciar, tu “amiguito” que tienes, también es envidiable, dijo Ani riéndose.
Bueno en ese caso cuenta conmigo…..perdón pero en realidad crees que mi “amiguito” como dices tú, está bien, ¿Cómo lo sabes? Pregunté algo avergonzado pero curioso
Bueno la verdad, no es que haya visto alguno, pero a mis compañeros más de una oportunidad han tenido una “carpa” luego de estarnos mirando a mis amigas y a mí, comentó Ani.
! ¿En serio?!! Dije entre pregunta y exclamación.
Si y puedo decir que tu carpa era digna del circo “Los Halcones Voladores”, dijo riendo una vez más. Eso sí, no debes estar mirándome las lolas y mi culito porque se me puede gastar, siguió en tono de chanza.
Trataré, pero no puedes usar bikinis que te queden chicos dije con una sonrisa, siguiendo el tono de la conversación.
Un poco antes del almuerzo decidimos irnos del club, por lo que nos dirigimos a cambiar, acordando esperarnos al igual que al inicio. Luego de estar listo la esperé a la salida, estaba nuevamente viendo los anuncios cuando en eso sentí que me llamaba Ani, miré y ella asomando su linda cabecita me dijo:
Necesito tu ayuda nuevamente, con un tono entre vergüenza y divertido
¿En serio, no es broma?, respondí.
Espero que seas bueno con los nudos dijo Ani instándome a entrar.
¿Cuál nudo?... el que te hice está bien y fácil de sacar
Ya no, metí la pata con los dos nudos de mi sujetador
Nunca te voy a pedir atar mis zapatos le dije.
Ya estas grande para necesitar que te aten los zapatos, respondió Ani.
Miré la espalda de mi prima y vi que tenía dos nudos ciegos por tirar mal de los lazos sin fijarse, ocasionando el problema, por lo que mi prima en verdad estaba atrapada por su húmedo bikini.
No va a ser fácil, por lo que ten paciencia, le dije.
Bueno, mientras no intentes mirarme las lolas nuevamente dijo con una leve risita Ani
Yo creo que haces esto para que realmente las mire.
En todo caso son dignas de ser miradas ¿o no?
Te sacaré el de arriba primero, el otro lo podrás sacar tú, le dije seriamente sin responder la última pregunta.
Aún cuando me costó poder desatar la tela húmeda, luego de un rato lo logré, aprovechando de mirar a su prima como se sostenía y tapaba sus tetas con el brazo mientras con la otra mano tomaba su pelo para que no estorbara mi trabajo.
Tu “amiguito” va a despertar si me sigues mirando así, me dijo Ani mientras me miraba por el espejo sorprendiéndome. Lo que dejó que mi concentración se fuera y mi calentura volviera
Y tú deberías dejar de hacer nudos para que te tenga que venir a ayudar.
Es que me encanta que mi héroe y su escudero vengan a mi rescate dijo con una tierna sonrisa, mientras miraba mi notoria carpa en el pantalón.
Está listo, mira sin no hay “moros en la costa” dije haciéndose el desentendido del comentario del escudero.
Puedes salir mirón….y calma a tu “amiguito”, ya que ha tenido un día agitado conmigo, se rió Ani
Capítulo 2 Descubro Mi Libido.
Regresamos a casa casi al tiempo que llegaba Isa de su partido, por lo que acordamos almorzar juntos luego de que Isa se duchara y vistiera. El almuerzo conversamos respecto a lo que habían hecho cada uno, saltándose las parte de la exposición de las tetas de Ani y otros detalles como mi erección. Acordando que más tarde tomarían sol en el patio junto a la piscina de la casa. Llegada la hora de la piscina nos juntamos en el jardín produciéndose el siguiente dialogo:
Isa ese traje de baño es de monja, le soltó Ani.
Por qué lo dices, es súper bueno con el nadaba en la piscina del colegio, dijo Isa
De colegio pero no para el verano y tomar sol y adquirir el tono fascinante que es necesario para conquistar algún “yogurín”.
No busco “yogurines”, contraatacó Isa
No sea sosa mujer, toda chica como nosotras debe saber mostrar lo bella que es y el tono dorado hará resaltar tu ojos azules.
Claudio, espéranos aquí un poco, tengo que arreglar a tu hermanita
Fuí el mudo testigo de ese diálogo, quedando intrigado en que planeaba hacer mi primita, pero solo pude pensar en lo bella que se veía Ani, ahora con otro bikini que le quedaba un poco mejor, ya que las tetas no tendían a escapar como en el usado en la mañana y que su hermana si bien estaba muy tapada con el bañador de una sola pieza, no dejaba de ser atractivamente bella. Al rato regresaron ambas bellezas, diciéndome Ani:
Como se ve Isa con este bikini, no es cierto que le queda mejor que a mí.
Sí, se ve estupenda, digna de anuncio de Tv, dije al ver que era el mismo bikini que usó Ani en la mañana.
Le queda mejor que a mí, ya que tu hermana tiene un poco menos de delantera que yo, dijo riendo Ani.
Gracias, pero creo que solo lo usaré aquí pues no estoy acostumbrada y me da un poco de vergüenza andar mostrando tanta piel, dijo Isa.
Yo te encuentro muy bien, dije, embobado por las curvas de Isa
Porque eres un pardillo y tus hormonas se agitan con tan solo ver una escoba con falda, dijo mi hermana.
Claudio, nos puedes colocar factor protector en las espalda, ya que a esta hora es peligroso exponerse demasiado, dijo Ani con una pícara sonrisa
Me arrodillé al lado de mi prima y comencé a esparcir la oleosa crema en su espalda, dedicando una parte importante de mi tiempo a los laterales, rozando porciones importantes de las tetas de mi prima que al aplastarse sobresalían, no es que yo fuese un salido o demasiado osado, simplemente desde mi llegada a esta casa mis hormonas bullían y estaba permanentemente caliente, obnubilando mi recato y anulando mi timidez. Ani solo me miró y dibujó un picara sonrisa y continuando luego con los ojos cerrados. Pero cuando me fui a levantar, Ani me dijo:
El servicio es completo, no esperaras que me levante para encremar mis piernas y lo demás.
Bueno respondí, moviéndome para empezar por los pies de Ani y subir lentamente hacia arriba, pensaba lo lindas que eran sus piernas y comencé a “entusiasmarme” aún más si se podía
Sigue así, me dijo Ani, alentándome para que la encremara.
Luego a mí, dijo con algo de modorra Isa
Inicié mi tarea con gran dedicación, pasando mis manos a lo largo de las piernas, hasta llegar al contorno de las nalgas de mi prima, mi carpa era totalmente evidente y si antes sentía mariposas en el estómago con solo verla, ahora mis pensamientos eran confusos y deseaba tenerla, pero mi timidez venció en un último instante y detuve mi accionar.
Te falta el resto dijo Ani, con una risita casi diabólica, mirándome de soslayo.
¡Si tu… lo dices! Dije en voz que denotaba mi nerviosismo.
Al ser autorizado a continuar, puse más crema sobre cada nalga del bello culo, esperando alguna reacción de mi prima, y al no recibir ningún reparo, comencé a esparcirla por las partes descubiertas de las nalgas, sintiendo todo tipo de sensaciones y calentándome más cada momento, por lo que mi verga quedó al rojo vivo, por lo que me la acomodé por que ya me dolía, levantándose una considerable carpa que Ani notó al mirarme nuevamente, esbozó una sonrisa que ocultó con su brazo; comencé a cada pasada a subir un poco más el bikini, pero de pronto ella me dice.
Creo ya está listo, gracias Claudito, impidiendo que mi entusiasmo invadiera más allá de la frontera que significaba el bikini.
Es mi turno dijo Isa que continuaba boca abajo con los ojos cerrados al igual que Ani.
Muy bien, voy para allá dije, iniciando mi placentera tarea sobre Isa.
Al igual que con Ani, comencé por la parte superior, dedicando parte de mi atención a los laterales de Isa, que al igual que Ani, le sobresalían al tener aplastada las tetas, esperando alguna reacción por parte de Isa, hacía mi labor con gentileza y dedicación, pensando en la escusa por si me retaba, pero no fue así. Terminada la parte superior, comencé por las piernas hasta llegar al contorno de su respingado culito, cosa que hizo reaccionar a Isa, la que levantó la cabeza y antes de que dijese algo le dije:
Te estoy dando servicio completo al igual que Ani.
Sí primita, tu hermano tiene manos de ángel acotó Ani.
Isa se dejó hacer, pero sin dejar de estar vigilante de mi accionar, pensando hasta donde llegaría con mis manos, me confesó tiempo después que eso la ponía algo excitada, pues ningún hombre lo había hecho antes, también pensó que haría si yo continuaba hasta sus nalgas, ¿lo dejaría como lo hizo Ani?; ¿qué hacer?, noté que se puso tensa cuando llegué a la frontera entre las piernas y su culito. Mis manos tibias y suaves por la crema le provocaban no solo inquietud, si no que un ardor que le quemaba su bajo vientre, sintió como le dejaba caer crema en sus dos glúteos, todavía tenía la oportunidad de detenerme, pero no lo hizo, pensé “prefirió el servicio completo”. Le masajeé sus nalgas comenzando a subir hasta llegar a la tela de su bikini, sintiendo como yo empujaba por abarcar más piel si se podía.
Gracias Claudio, puedo sola con el resto, dijo finalmente
De nada hermanita cuando se te ofrezca, respondí yendo a tumbarse boca abajo para disimular mi erección la cual no cedía y no pasó desapercibida ni por Isa ni por Ani, las que miraron por el rabillo del ojo disimuladamente.
Isa, podríamos ir a comprar bikinis mañana en la mañana dijo Ani
No puedo primita, quedé con mi equipo de entrenar mañana a esa hora, tal vez podríamos ir en la tarde, acoto Isa.
Es que en la tarde prefiero tomar sol y dejarme estar a la orilla de la piscina pues hace mucho calor para salir.
Yo te puedo acompañar dijo Claudio casi sin pensar.
Acepto la compañía, me puedes dar tu opinión de hombre de cómo me queda lo que compre dijo Ani.
El resto de la tarde jugamos en la piscina el tradicional Marco Polo y al tontito, lo que motivó que aprovechara cualquier situación para rozar o tocara mis parientes, estaba realmente salido, nunca pensé que yo podría portarme así, pero con la silente complicidad de ellas tocaba un poco de teta aquí, un poco de culito allá, como se diría me deleité con ellas, sin que ellas dijeran nada en absoluto.
En la noche luego de que llegaran Julia y Dani todos nos sentamos a cenar, pidiendo los respectivos permisos para ir al centro a comprar, lo cual hizo que ambas madres y hermanas se alegraran de las buenas migas que estaban haciendo en especial Ani y yo.
Tienes dinero para ir a comprar me dijo mamá.
Si mamá, tengo algunos ahorros para poder comprar regalos para las fiestas y cumpleaños que se avecinan.
Pero ahora somos más en la familia, toma este poco de dinero, para que no quedes en la banca rota. Pasándome algunos billetes.
Gracias mamá.
Y tu Ani tienes dinero le pregunto su madre.
Si aunque igual me vendría bien un poco más, pues quiero comparar unos bikinis para esta temporada, los antiguos ya no me quedan bien.
Es cierto, te has desarrollado mucho últimamente, ya tienes casi mis medidas dijo Dani.
No, aún no mamá, nadie que conozca tiene tus medidas, la única que podría alcanzarte es Flo, que quizás como volverá de visitar a papá.
Algo más tarde todos nos retiraron a nuestros cuartos para ir a dormir, Yo había tenido un excitante día, esperé que mi madre se metiera al baño, para colocarse el pijama y luego al sentir que ella había salido de él y golpeando la puerta me metió al baño viendo que efectivamente estaba vacío, pensé que mamá ya estaría en pijama, por lo que me tendí en el suelo y mirando por la celosía vi que mamá estaba se había quitando la ropa pero aún no terminaba, tomé mi verga la que ya comenzaba a ponerse dura como el hierro e inicié una acompasada paja, que bella era mi madre, que tetas y culo se gastaba. Cuando su mamá terminó de ponerse su pijama me levanté por si acaso volvía al baño, pero los segundos pasaron y continué la paja de pie frente al espejo del baño, cerca de la puerta, ya más relajado pensando que mamá estaría en la cama, de pronto se abre la puerta al mismo instante en que estaba teniendo un gran orgasmo, de puro susto me giró hacia el ruido y mi leche salió disparada hacia mamá que hacía ingreso al baño:
Hay… ¿Qué es esto?, Claudio, ¿Qué haces?, chillo su madre
Mamá… alcancé a decir mientras mi semen le llegaba al pijama.
¡Mira como me has dejado con tu…con tu semen cochino de porquería!, pronunció con enojo su madre, la cual nunca lo había insultado.
Perdón mamá no sabía que entrarías, me disculpé.
No puedes estar haciendo esto todos los días y deberías tener la precaución de cerrar la puerta, para que no me vuelva a pasar dijo mamá mientras intentaba secar toda la leche que le cayó. Ahora voy a tener que cambiarme pijama, por tus asquerosidades.
Perdón….Murmuré
Okey….Está bien lávate y acuéstate.
Casi en llantos me fui a acostar luego de lavarme, al rato entró su madre con un pijama diferente al anterior, este era un poco más revelador, pues era uno de seda, compuesto por un pantaloncillo y un peto que le destacaban sus curvas y en especial los erectos pezones. Aún apenado no dejé de contemplar a mi madre, estaba buenísima, mi verga volvió a expresarse en toda su extensión, pero ella no hizo ningún comentario.
Perdón mi niño, no debí gritarte, se que estas creciendo y a los hombres la bajan todas estas necesidades, me dijo mi madre.
Perdóname tú a mi mamá, sé que no debería hacer estas cosas, pero mis ansias son más fuertes que yo.
Hijo a tu edad, las hormonas están en ebullición y a los hombres les pasa que no pueden controlarse, no me pidas más perdón, creo que tenemos que hacer algo para evitar que suceda nuevamente lo que pasó, pues podría mal acostumbrarme, me dijo Julia intentando burdamente un chiste para restarle importancia al tema.
Mamá no sé qué me pasa que ando revolucionado, perdón….
Tranquilo, creo que lo mejor es que tu hermana te haga unas clases de educación sexual, tal vez te ayude a superar esta “Revolución Hormonal”, terminó de decir y me dio el acostumbrado piquito en los labios diciéndole buenas noches
Mamá se acostó sin dejar de pensar lo sucedido ya en estas dos noches consecutivas, mi calentura la contagiaba y su mente divagó entre sus deberes de madre, hasta el estremecimiento de notar el tremendo pene tengo y la leche que con que le pringué el pijama. Por mi parte, me dormí pensando en lo buena y deliciosa que estaba mi madre, pensando en lo maravilloso que sería tener sexo con ella, sin dejar de reservar unos minutos para mi prima y mi hermanita, ¡que culos más ricos había tocado a todo mi gusto!
Al desayuno, llegué aun pijamas, mientras mamá ya estaba sentada a la mesa junto con Dani y Ani, faltando solo Isa que llegó unos minutos más tarde y al igual que yo en pijamas.
Hola Isa buenos días dijo Dani
Buenos días, aun cuando hubiese seguido durmiendo, pero Ani partió temprano revolviéndola, comento Isa como si la aludida no estuviese presente
Yo no tengo la culpa que tu sea un búho y yo una alondra, si no te hubieses quedado leyendo, ahora estarías sin sueño, dijo alegremente Ani.
Isa, si estás despierta, escúchame, pues quiero que me hagas un gran servicio dijo Julia su madre.
Si mamá ya estoy despierta, dime, contestó Isa.
Necesito que le hagas unas clases de educación sexual a Claudio, ya que tú sabes del tema pues estás estudiando medicina y yo no domino los detalles.
Pero mamá, ¿cómo le voy a dar clases al pardillo este?, reclamó Isa.
Mira Isa, yo no tengo tiempo y tu hermano necesita ser bien educado, por favor no me hagas darte más explicaciones, contestó seriamente Julia.
Sí, ¡y podrías también enseñarle a Ani!, ya que yo nunca hable de las abejitas y las flores con ella, creo que una mirada científica siempre es buena en estos casos, dijo con una sonrisa tía Dani.
Mamá ya no soy una niñita como para que Isa me esté enseñando sobre sexo, alegó Ani.
Ani, no te lo estoy pidiendo a ti, se lo pido a Isa, puede que sea una adolescente, pero no te las sabes todas, y el conocimiento no daña ni abulta, por lo que si Isa puede hacer las clases tú vas a participar, le ordenó su madre.
Bueno le haré las clases a los dos, y no te preocupes Ani, yo soy súper buena profesora respondió Isa.
Bueno, ya que estamos de acuerdo, hay que fijar fecha y hora como decía mi padre, dijo mamá Julia.
Hoy en la mañana ellos van a comprar y yo voy a entrenamiento, por lo que puede ser después de almuerzo y antes de la piscina dijo Isa, ¿de acuerdo?
Si contestamos Ani y yo.
Más tarde todos salieron según lo acordado, yendo Ani y yo al centro de la ciudad a una tienda de departamentos donde había una liquidación de trajes de baño y otros elementos para el verano. La seguí mientras ella buscaba algunos bikinis para probarse, de vez en cuando la admiraba lo linda que se veía con sus pantaloncillos cortos y su top veraniego y me tenía embobado, que chica más linda.
No vas a buscar algo para tus regalos por las fiestas y cumpleaños me preguntó Ani.
Aquí es difícil, no se las tallas de bañadores que usan, respondí
Pues comprarles algo casi universal como son los bikinis y tangas me dijo Ani con una sonrisa, puedes pedirle ayuda a una de las dependientas, finalizó.
Pero las parientes no son tan universales, repliqué.
En eso tienes razón, pero si son bikinis, solo tienes que fijarte en las medidas de las caderas y el busto y por lo que he visto, Isa es muy parecida a mí un poco más pequeña como yo era el año pasado y tu madre se parece a mi madre en las medidas, por lo que tienes que pedir para ellas las siguientes medidas: para tu madre talla 36 E, para la mía 34F al igual que Flo, para tu hermana 36C y para mí 34D, siempre los puedes cambiar si conservas la boleta, ¿entendido?, preguntó Ani.
Si, voy a buscar por aquí. Respondí.
Siguiendo el consejo de Ani, me dirigió a una dependienta de edad mediana que me miró divertida cuando dije las tallas, pero que en todo caso me atendió muy amablemente, aun cuando deslizó un comentario que me llamó la atención:
Sus parientes son bastante exuberantes, nunca me había tocado que tantas mujeres tuvieran esas medidas, voy a ver que puedo mostrarle, pues en esas tallas no hay mucha variedad, dijo ella.
Gracias, contesté lacónicamente.
Mira aquí tenemos biquinis como lo que usted busca, los puede combinar o elegir de un color a gusto, en este otro canasto hay tangas brasileñas, las cuales están de última moda, pero no sé si serán de gusto de sus parientes o sí le quedarán bien, en todo caso las brasileñas son bastante exuberantes, pero tal vez pueda pedirle a su novia que se pruebe algunas y vea como le queda, ella también lo es, dijo refiriéndose a Ani.
Claro gracias por la ayuda, contesté sin sacar de su error a la dependienta.
Seleccionó algunas prendas, tomando entre ellas algunas tangas que me perecieron bonitas pese a lo reducido de su tamaño lo que me hacía dudar de que mi madre y mi hermana fuesen a vestir algo así y no sabía si mis “parientas” les gustaría algo tan atrevido, por lo que me acercó a Ani, la que se dirigía a un probador.
¿Cómo te fue? Preguntó Ani que llevaba varios bikinis.
Creo que bien, traje algunos para que me des tu opinión y te los pruebes para ver si les quedarán bien.
¿Tienes alguno para mí? Preguntó Ani.
Sí, pero no te diré cual es.
Bueno pásamelos y veamos cómo nos va.
Ani entró al probador pasado un rato me llamó para que diese mi opinión, la visión que tuve fue para dejar mi corazón sin latidos, se veía estremecedoramente sensual y bella.
Claudio, ¿como me queda este bikini negro?, dijo girándose para mostrar todos los ángulos.
Perfecto pude balbucear mirando lo espectacular que se veía mi prima.
Así siguió con otro rojo, luego uno azul hasta que ya no podía controlar mi calentura, intentando disimular mi erección cubriéndose con el bolso que Ani me había entregado para su custodia.
Ahora me probaré los que tú me pasaste, me dijo Ani corriendo nuevamente la cortina
Bueno estaré atento.
Pasa para que mires como me queda la tanga brasileña que me pasaste, no me atrevo a salir afuera me dijo Ani asomando la cabeza del probador.
Pero nos pueden ver, contesté nervioso.
No creo, hay mucho público y sin nos ven ¿qué podrían decir? dijo Ani en forma desenfadada.
Okey, ingresé rápidamente quedando con mi boca abierta de asombro al ver a Ani.
¿Qué opinas dijo Ani mirándome a los ojos. ¿No crees que es muy atrevida?, volvió a preguntar sin recibir respuesta alguna de mi parte aún paralogizado.
¿Y…? dime algo.
Bueno…es…..es….revelador, por decirlo de alguna manera, pero te ves de otro mundo. Contesté sinceramente
Sabes que tienes la misma cara de cuando me miraste las tetas, y también la misma carpa, ¡vamos hombre que soy tu prima!, jajajaja me dijo desenfadadamente
No podía entender a Ani, no se atrevía a salir para mostrar una de las tangas que se había probado, pero tenía total desvergüenza para reírse de mis reacciones, vale decir que las tangas no cubrían mucho por decir lo menos, mi erección era evidente, mi cara también, sobre todo si piensan que las tetas de Ani casi no podían ser contenidas por los pequeños triángulos de género, tapándole apenas la areolas y pezones, y para que decir el culo era exhibido en su totalidad, mientras la tirita trasera se le metía entre las nalgas, ayudando a tapar solo su Monte de Venus donde resaltaba la rajita del coño, mientras se contorneaba y admiraba al espejo me dijo.
Tienes razón, me parece muy revelador, pero creo que a tu “amiguito” le gustó mucho, fijándose en la tremenda carpa que tenía en mi ingle.
Hey.. no…no alcancé a decir más.
No te pongas nervioso, es un bañador algo osado como para ir a la playa, pero lo puedo usar en casa, lo que califica como regalo, me comentó Ani,
No creo que mis parientes los usen si les regalo algo así, y no sé si las tuyas, refiriéndose a las otras mujeres de la casa lo hagan.
No tienes idea de lo que son capaces de hacer las mujeres para cazar a un yogurín, le dijo ANI, cómpralas y tendrás un éxito asegurado.
¿Tú crees?
Si, jajajaja, no ahora pero si te lo propones seriamente jajaja, las vestirán, aseveró Ani con una pícara sonrisa.
Sal para que me vista y paguemos, me dijo Ani.
Salí disimuladamente del probador con mi carpa menguando por el nerviosismo, cuando en eso se me acerca la dependienta y me pregunta con una risita libidinosa, como de zorra caliente, así la interpreté.
¿Le gustaron a su novia las tangas?
Sí, me dijo que estaban algo osadas pero servían para tomar sol en privado.
¿O sea las lleva?, me preguntó la dependienta
Si las llevamos interrumpió, Ani que había sido testigo de la conversación.
Muy bien vamos a la caja, dijo la dependienta.
Mi novio paga las tangas y las queremos las cinco envueltas para regalo por separado. Dijo Ani siguiendo con el error de la dependienta.
Le dejé un cupón de cambio por si se arrepiente usted o su novio deijo la dependienta, sonriendo maliciosamente.
No lo creo pero gracias girándose para darme un piquito y decirme ¡gracias mi amor!
De nada dije sonrojado como tomate.
De regreso a la casa, nervioso y excitado escondí los regalos en el closet de mi habitación y me preparé para almorzar con Isa y Ani.
¿Cómo les fue en las compras? nos preguntó Isa
Bien, compramos varios regalos de Claudio y dos bikinis para mi, respondió Ani con picardía
¿Me los enseñan?, dijo Isa.
En la tarde te los muestro ya que vos a estrenar uno de ellos en la piscina.
Los regalos no puedo, pues son una sorpresa y como son parecidos romperías el encanto respondí adelantándome a la petición y aún con la duda de regalarlos.
Durante el almuerzo, Ani me miraba y me hacía gestos y risitas, pensando en lo pardillo que resultaba su primo y lo divertido que era sonrojarme por cualquier cosa; y más divertido aún era tenerme caliente en forma permanente. Si bien Ani luego supe que era virgen, ya había tenido un par de novios con los cuales se había magreado, siendo para muchos una calienta vergas, pero a ella eso le era indiferente, no se iba a entregar al primer patán que se le cruzara, ella esperaría a su príncipe azul si es que existía.
En media hora más comenzamos las clases le dijo Isa interrumpiendo sus pensamientos
Ok dijeron Ani y Claudio
Continuara......

3 comentarios - Como Cambió mi Vida Capítulos 1,2

leloir2010
Como sigue todo esto?. Es bastante caliente. Van puntitos