Les traigo un relato viejisímo que me encantó y decidí revivirlo.
Es de http://www.poringa.net/BarcenaG
Disfruten.
Bien, no sé muy bien por donde empezar. Mi nombre es Gabriel, actualmente tengo 23 años y pasaré a contarles algunas de mis vivencias y acercamientos con mi mamá hasta la actualidad.
La protagonista de este relato es mi madre, su nombre es Sandra, tiene 45 años. Es petisa y algo rellenita pero sin llegar a ser gorda. Eso sí, es muy caderona que hace juego con el culo enorme con algo de abolladura que tiene. Además tiene unas tetas medianas, que personalmente me encantan. Claramente no es una modelo, pero es una mujer madura con mucha presencia. Siempre fue muy recatada a la hora de vestirse. Ella es profesora de historia en una secundaria.
Cuando se separó de mi padre, mi madre, mi hermano menor y yo nos tuvimos que ir a vivir a la casa de mis abuelos en Buenos Aires. Era un departamento pequeño con solo dos habitaciones. La habitación de mis abuelos y la otra sería para nosotros. Así que nos acomodamos y los tres compartíamos el cuarto.
Cuando era pequeño nunca me llamo la atención que mi vieja se pasará en tanga por la pieza para cambiarse de ropa. Fue hasta que cumplí los 13 años que comencé a interesarme en las mujeres y a calentarme por cualquier cosa. En esa época yo no tenía internet, ni nada para satisfacer mi necesidades y la única mujer semidesnuda que podía ver era a mi vieja.
Mi madre en ese entonces comenzó a cuidar su figura. Cierto día, me pidió que le tome algunas fotos para ver cómo iba su progreso. Ella me pidió que la siguiera, fuimos a nuestra habitación y me senté en la cama. Saqué mi celular, puse la cámara. Estaba listo para sacar la foto pero un movimiento de ella me detuvo.
- Espera un segundo.- Dijo, mientras se subía el camisón hasta la cintura, dio media vuelta dejándome ver ese hermoso culo enorme cubierto solo por una bombacha negra. En ese momento lo único que pensaba era en meterle la lengua en esa zanja y hacerla gritar, pero me contuve.
- Listo, ahora sí.- Me dijo y empecé a sacarlevarias fotos. Se las mostré y le prometí borrarlas, cosa que nunca hice.
Esas fotos me sirvieron por un largo tiempo para hacerme unas cuantas pajas en su honor, pero llego un momento en el que yo quería ver más. Así que una mañana cuando ella se duchaba para ir a trabajar me desperté temprano y escondí mi celular en el baño para ver cuando se desvestía.
Para mí mala suerte, mientras estaba en mi habitación haciéndome el dormido, ella entra furiosa preguntándome que hacía mi celular en el baño grabando. En ese momento no supe que decirle, me quedé mudó. Ella estaba en toalla, tapándose lo que podía mientras las tetas se asomaban por arriba. Ella seguía gritándome y yo excitándome, viéndole las tetas moverse de un lado a otro. Hasta que se dio cuenta que estaba con la pija parada y me dijo
- Sos un desubicado, nene, después de la cagada que haces te pones así al frente mío?- Y se fue meneando el culo gordo que tiene dirigiéndose al baño. Esa mañana no pude dormir de tantas pajas que le dedique.
Bueno, éste es primero capítulo y sé que está un poco modificado, pero es básicamente el mismo. Si tengo ganas seguiré con los demás (que son muchos) y si el autor me deja, claramente. Saludos.
Es de http://www.poringa.net/BarcenaG
Disfruten.
Bien, no sé muy bien por donde empezar. Mi nombre es Gabriel, actualmente tengo 23 años y pasaré a contarles algunas de mis vivencias y acercamientos con mi mamá hasta la actualidad.
La protagonista de este relato es mi madre, su nombre es Sandra, tiene 45 años. Es petisa y algo rellenita pero sin llegar a ser gorda. Eso sí, es muy caderona que hace juego con el culo enorme con algo de abolladura que tiene. Además tiene unas tetas medianas, que personalmente me encantan. Claramente no es una modelo, pero es una mujer madura con mucha presencia. Siempre fue muy recatada a la hora de vestirse. Ella es profesora de historia en una secundaria.
Cuando se separó de mi padre, mi madre, mi hermano menor y yo nos tuvimos que ir a vivir a la casa de mis abuelos en Buenos Aires. Era un departamento pequeño con solo dos habitaciones. La habitación de mis abuelos y la otra sería para nosotros. Así que nos acomodamos y los tres compartíamos el cuarto.
Cuando era pequeño nunca me llamo la atención que mi vieja se pasará en tanga por la pieza para cambiarse de ropa. Fue hasta que cumplí los 13 años que comencé a interesarme en las mujeres y a calentarme por cualquier cosa. En esa época yo no tenía internet, ni nada para satisfacer mi necesidades y la única mujer semidesnuda que podía ver era a mi vieja.
Mi madre en ese entonces comenzó a cuidar su figura. Cierto día, me pidió que le tome algunas fotos para ver cómo iba su progreso. Ella me pidió que la siguiera, fuimos a nuestra habitación y me senté en la cama. Saqué mi celular, puse la cámara. Estaba listo para sacar la foto pero un movimiento de ella me detuvo.
- Espera un segundo.- Dijo, mientras se subía el camisón hasta la cintura, dio media vuelta dejándome ver ese hermoso culo enorme cubierto solo por una bombacha negra. En ese momento lo único que pensaba era en meterle la lengua en esa zanja y hacerla gritar, pero me contuve.
- Listo, ahora sí.- Me dijo y empecé a sacarlevarias fotos. Se las mostré y le prometí borrarlas, cosa que nunca hice.
Esas fotos me sirvieron por un largo tiempo para hacerme unas cuantas pajas en su honor, pero llego un momento en el que yo quería ver más. Así que una mañana cuando ella se duchaba para ir a trabajar me desperté temprano y escondí mi celular en el baño para ver cuando se desvestía.
Para mí mala suerte, mientras estaba en mi habitación haciéndome el dormido, ella entra furiosa preguntándome que hacía mi celular en el baño grabando. En ese momento no supe que decirle, me quedé mudó. Ella estaba en toalla, tapándose lo que podía mientras las tetas se asomaban por arriba. Ella seguía gritándome y yo excitándome, viéndole las tetas moverse de un lado a otro. Hasta que se dio cuenta que estaba con la pija parada y me dijo
- Sos un desubicado, nene, después de la cagada que haces te pones así al frente mío?- Y se fue meneando el culo gordo que tiene dirigiéndose al baño. Esa mañana no pude dormir de tantas pajas que le dedique.
Bueno, éste es primero capítulo y sé que está un poco modificado, pero es básicamente el mismo. Si tengo ganas seguiré con los demás (que son muchos) y si el autor me deja, claramente. Saludos.
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