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Mi esposa, mi puta - parte 2

No dejes de pasar por mi mejor post

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html

No te vas a arrepentir!


MI ESPOSA, MI PUTA

(Parte 2 DE 2)





Eran las tres de la mañana cuando regresé a casa, me acosté y en el silencio de la habitación solo meditaba y meditaba, preguntas sin respuestas, caminos sin salidas, solamente podía ver los números del reloj que apenas brillaban sobre la mesa de luz, los miraba como un tonto y contaba los segundos uno tras otro, sin pausa. No habían dado las cuatro cuando me quedé dormido.



La sentí llegar tratando de no hacer ruido, un haz de luz del amanecer se colaba por la ventana, me hice el tonto, casi en puntas de pie se coló a mi lado.

Pronto estaba roncando, me dio tanta bronca… ya me había despabilado y sabía que por más que quisiera no volvería a dormirme.

Me levanté, mientras me cambiaba observaba su culo casi pornográfico apuntando al techo, tomé el celular esperando algún contacto de Charly pero nada, nada de nada, supuse que el también estaría durmiendo luego de compartir unas horas de sexo con mi esposa, así que tomé otro camino, me lave un poco, desayuné algo liviano y me fui a correr un rato.

Fue raro, el otoño de mostraba gris y descolorido, como un tonto miraba embobado a otras mujeres que corrían como yo, y no es que yo no las mirara, pero ahora sentía como que ya no tenía que cargar con el peso de mimi, ella ya no sería un lastre…



Regresé a casa, aun con dudas ya que Charly no dabas señales de vida en mi celular. Mimi estaba sentada a un lado de la mesa, desayunando a pesar de ser tarde para eso, una taza de café con leche, algunas tostadas con dulces y manteca, con música de fondo, prestando atención a su móvil.



Buen día! – le dije y al pasar por su lado le di un beso en la frente
Buen día amor!, quieres café? Sírvete un poco, aún debe estar caliente…


Fui a la cocina por un poco de café negro y pregunté a la distancia



Que tal la pasaste con las chicas? No te sentí llegar.
Uf! No te imaginas, toda la noche charlando… viste como somos las mujeres…


Volví con la taza de café y me senté frente a frente al otro lado de la mesa



Tanta charla? Y de que charlan tanto si se puede saber
Bahhh…. pavadas, cosas de mujeres que no te interesarían…


Mi celular vibró sobre la mesa



Quién es? – preguntó ella con una notable preocupación
Nada – contesté – los chicos del trabajo… ya están con sus pavadas…


Pero en verdad, como imaginarán era Charly el que me escribía al otro lado



Buen día amigo, imagino que esperabas mis escritos, estás con la perra de tu esposa?



Si, pero no te preocupes, ella no sabe que eres tú quien me escribes, puedes contarme, espero ansioso



Escribí rápido tratando de ser discreto y viendo de que ella no sospechara, pero mimi estaba demasiado ocupada con su propio celular escribiendo vaya a saber con quien



Tenías razón, ni yo me lo creo, pero anoche me cogí a tu esposa…

Luego que nos escribiéramos me acerque a su lado, en verdad al estar sobre la pasarela mis ojos quedaban a la altura de sus rodillas, y desde ahí como cualquiera de los que pasábamos podía ver todo, sus piernas, sus glúteos, su tanga roja, todo, creo que puedes imaginarlo, ella estaba tan perdida putaneando que no me distinguió entre la gente, le grité un par de veces y por el volumen de la música no pudo oírme, así que di la vuelta y fui sobre la pasarela, a su encuentro.

Intenté hablarle al oído, pensé que no me había reconocido, se abalanzó sobre mí y metió su lengua en mi boca, sabía a alcohol.

La separé de mi lado y me esforcé por decirle ‘ey! Soy Charly! El amigo de tu marido… que haces mujer?’, pero no parecieron importarle mis palabras.



Levanté la vista, notando que él escribía, mimi estaba ajena a todo, aún continuaba con su celular mientras terminaba su desayuno, Charly me envió lo que seguía a continuación



Y te soy honesto amigo, no pensaba cogerme a tu mujer, después de un rato la saqué de ese lugar, un tanto a la fuerza, pensando en hablar con ella, pensando que tal vez con la frescura de la noche, fuera de ese bullicio de gente, pudiera recapacitar ante mis palabras, pero estaba lo suficientemente ebria como para que no le importara nada, pero no lo suficiente como para saber qué es lo que estaba haciendo, volvió a besarme y me dijo algo como que ‘siempre quise que me cojas, y si lo haces, estaremos empatados, yo no podré hablar pero tú tampoco’, claro, ignorando todo lo que nosotros hablábamos a su espalda.

Y en algún punto cambié de idea, sabes que siempre me gustó el culo de mimi, y bueno… de carne somos…



Esto último me trajo una sonrisa, normalmente me hubiera enfadado, pero en este punto, solo empecé a sonreír, mimi lo notó y me dijo



De que te ríes? Puedo ver?
Nada… cosas de hombres que no entenderías…

Viendo que Charly hacía una pausa le pregunté a mimi



Pero amor, cuéntame algo de anoche, con quien saliste, donde fueron, que comiste…
Para que quieres saber? Tonterías de mujeres, nunca te interesaros nuestras charlas…


Mimi evidentemente trataba de no enredarse con sus palabras, como un asesino serial, con frialdad absoluta evadía mis preguntas, sin inmutarse, sin que se le moviera un solo pelo, un nuevo texto de Charly atrajo mi atención



En poco tiempo estábamos los dos en una habitación de motel, tu esposa y tu amigo, las locuras de la vida, mimi se abalanzó sobre mi cuello pero rápidamente puse distancia con ella, le pedí que bailara para mí, como lo hacía en el boliche para todos, pero ahora solo para mí.

Mimi dejó sus tacos de lado, y empezó a mecer sus caderas de lado a lado al compás de la música, cerró sus ojos y pareció entrar en trance, poseída, supongo que alguna vez lo habrá hecho para ti, y realmente provocó que se parara mi verga, poco a poco, al compás de sus movimientos el ajustado vestido rojo naturalmente se fue subiendo, era inevitable, y al cabo de unos minutos estaba tan puta como lo había estado en el momento en que la encontré, por cierto, te paso una foto que tomé en ese instante, no creo que esa sea la imagen de la esposa fiel que todo hombre quiere tener.



Mientras cargaba en mi celular la foto que él me enviaba (por cierto, la primera de las fotos que les regalo), volví a mirar a mi esposa, con una mirada afilada, acusándola sin decir palabra, y más aún una vez que vi la foto que me pasaba Charly, no me entraba en mi cabeza que bailara con su culo casi desnudo ante una multitud, si no lo era por respeto a mi como su marido, debía al menos respetarse ella misma como mujer.

Ella ahora chateaba con su celu, con una sonrisa pecaminosa, no sabía qué hacía, pero podía imaginarlo, seguí leyendo



La tomé entre mis brazos por sus muslos haciendo que su cola quede apoyada en ellos, la levanté en el aire y enterré mi cara en sus tetitas, ella aflojó el vestido para desnudarlas, no había adivinado que no tenía sostén, se las besé, se las lamí, una, la otra, ambas, mimi gemía exhalando su aliento aun con profundo olor a alcohol. La bajé, ella dejó deslizar por completo el vestido rojo, quedó apenas con una diminuta tanga del mismo color, no pude evitar mirar sus caderas, su culo, y me acordé de ti, te escribo con una sonrisa, te maldije por envidia, por comerte semejante culo!

Ella también me vio desnudo, en verdad solo miró mi pija dura, se mordió el labio inferior con deseo, fue a su cartera, buscó unos segundos y sacó una gomita para cabellos, entonces se recogió su pelo en una cola de caballo, me dijo que quería que yo viera como me chupaba la verga, y que con el pelo suelto taparía mi visual.



No me pregunten el motivo, pero lo cierto es que tenía ya una erección bajo la mesa, tal vez por los detalles de Charly, tal vez por lo puta de mi esposa, tal vez porque ya nada me importaba de ese amor.



Volvió a mi lado, me empujó sobre la cama y se tiró entre mis piernas, apoyó sus manos en mis muslos y empezó a lamer mi verga, mis bolas, usando solo su boca, luego sostuvo mi miembro con una mano y se dedicó a engullirla, siempre tratando de mantener su mirada con la mía, y se me cruzaban tantas cosas en la cabeza, mi amigo, su esposa, su infidelidad, nuestra complicidad.

En algún punto me di cuenta que pensaba más de lo que disfrutaba, mimi seguía ajena a todo y solo sentía en la habitación su apetecible mamada, con su rostro limpio y sus labios llenos de pecado, el pecado de la traición.

La arranqué entonces de donde estaba y cambiamos posiciones, ella ahora acostada y yo directo entre sus piernas, su sexo apenas oculto por la tanga roja, un aroma exquisito a mujer invadió mis fosas nasales, pasé la lengua lentamente por su sexo y ella pareció retorcerse en placer y deseo, noté la tanga empapada en sus flujos, pasé entonces mi lengua por sus labios, por su hueco caliente, por su ano, mimi gemía, hice su ropa interior a un lado y me prendí a su clítoris, ella acariciaba sus pechos y se contraía una y otra vez, sostuve sus piernas con fuerzas y ya no la dejé zafar, en unos minutos tu esposa se venía en mi boca, sus espasmos invadieron su cuerpo, pareció convulsionar, entonces me dijo ‘cógeme Charly, cógeme toda’


Mi esposa, mi puta - parte 2


Mimi volvió a interrumpirme y me dijo



Quisiera saber qué diablos lees tan entusiasmado…


Mis sentimientos se cruzaban en ese momento, por un lado deseaba estrangularla, por otro deseaba cogerla, entonces respondí con terrible frialdad



Nada… ahora es solo el tonto de Charly, me cuenta de sus hazañas de hombre nocturno…


El rostro de mimi pareció desencajarse en ese momento, como si le hubiera dado una piña en el mentón, respondió con visible incomodidad



Charly? Y que dice…
Pavadas, que fue a Fever, que encontró una puta, y que se la cogió, pero no hagas caso, ya sabes cómo es el…


Ella no pronunció palabra, solo se quedó acariciándose insistentemente el lóbulo de su oreja derecha, ese era un gesto inequívoco de que algo la preocupaba, de que algo no estaba como ella quería que estuviese, sonreí en mi interior, la tenía en el punto de mira, justo donde quería, Charly seguía escribiendo



Tomé esta tanga entre mis dedos, estaba nauseabunda en una mezcla de sus flujos y mi saliva, la hice a un lado, se la metí toda hasta al fondo, empecé a cogerla amigo, se la hice comer toda, empezó a contraerse, a gritar, a gemir, me maldijo, me arañó, me pellizcó, sabes que tu mujer coge muy bien? es muy puta! siempre lo había imaginado….

Rodamos por el colchón, besé su cuello, besé sus labios, pareció poseída, tomó la iniciativa y me cabalgó con una pierna a cada lado, me acariciaba la verga, acariciaba sus pechos, acariciaba su clítoris. Yo solo la observaba y la dejaba hacer, ella tenía el control en ese momento, cada tanto salía un tanto y bajaba a chupármela, luego se la volvía a meter en la concha, y a chuparla, y a la concha, cambiamos de posturas, solo trataba de aguantar…



La señal de wifi se cortó en ese momento, y ya no entraron sus mensajes de Watts App, esperé, esperé, solo esperé, ansioso, cada tanto observando a mimi que seguía encerrada en su propio silencio, ya no reía, su rostro mostraba preocupación.

Fui a orinar, dejando el celular sobre la mesa, pero bloqueado, al regresar ella lo tenía entre sus manos, a veces era tan predecible y le pregunté con un tono de enojo



Que haces con mi celular? estás revisando mis cosas?
Nooo….. – dijo ella al verse sorprendida – si lo tenes bloqueado, lo que pasa que están entrando mensajes…


Adiviné que ella ya presentía lo que ocurría, tal vez por mis palabras, tal vez por mi postura, tal vez por mi rostro…

Tomé el móvil y me fui al patio mientras encendía un cigarrillo, necesitaba concentrarme en los mensajes que quedaban por leer aprovechando que nuevamente había wifi



Bueno, falta lo mejor… en algún momento volví a tomar la iniciativa y mientras la cogía acaricié sus nalgas y fui sobre su esfínter, estaba todo mojado por el flujo que había chorreado de su concha y sin dejar de cogerla le metí suavemente dos dedos en el culo, por completo, empecé a moverlos en su interior como si se tratara de una segunda pija, mimi transformó sus gemidos en pequeños gritos de placer, sentí cambiar su respiración, la sentí estremecerse, probé agregar un tercer dedo, y yo no pararía a menos que ella lo pidiera, pero no lo hizo, más le daba más quería, se sacudía bajo mi cuerpo acompañando mis movimientos, hasta que me dijo ‘dale, no vas a romperme el culo?’ y amigo… quien podría resistirse a semejante culo!



Solo reí dando una nueva pitada a mi cigarrillo, miré el cielo, estaba gris, nublado, se aproximaba una tormenta, era todo tan loco, aún tenía una erección bajo mis pantalones...



La puse en cuatro patas, su culo se veía enorme, irresistible, su esfínter estaba todo abierto por el juego de mis dedos, apenas dividido al medio por la tanga roja que se interponía en el camino, nuevamente la hice a un lado, y se la metí por completo, nuevamente, esta vez en el culo, sin resistencia alguna, la tomé con las manos por su cintura, apretándola contra el colchón haciendo que su culo sobresaliera más todavía, y solo le di, le di y le di, hasta morir…

Gritaba como perra, no pude aguantar mucho, saqué mi pija caliente y empecé a llenarla de leche por toda su intimidad, por su cráter abierto, por sus labios, por sus nalgas, por su argolla, por su tanga, caímos rendidos, ella pasó sus dedos entre sus piernas, juntando un poco de mis restos para luego chuparlos muy provocativamente, eso realmente me gustó…



Terrible puta pensé en ese momento, jamás había hecho algo así conmigo, por qué las mujeres se comportan como putas con extraños y como vírgenes con su marido? que pregunta, no?

Miré por la ventana hacia adentro, ella caminaba nerviosamente de lado a lado, incluso fumaba, y ella solo fumaba si estaba realmente complicada con algo que la superaba.

Fui por las últimas líneas.



Era tarde ya, para decir mejor, ya era temprano pues empezaba un nuevo día, tu esposa se paró al borde de la cama y se sacó la tanga, quedó enrollada entre sus dedos, me miró y dijo ‘esto es un asco’, era cierto, tenía saliva, semen, flujos, testigo de una noche caliente, fue al baño a lavarla, mientras yo encendí la tv y comencé a dar vueltas con el control remoto, al rato volvió completamente desnuda, con una pícara mirada, tomó mi calzoncillo, solo se lo puso, se miró al espejo, rio nuevamente y se acostó de lado donde yo estaba, dándome la espalda, me dijo ‘qué pensaría mi marido si me viera con tus calzoncillos?’ y eso me dio la idea, acá te mando la segunda foto para que veas, obviamente le quedan mejor a ella que a mí!!!

Y después no mucho más, ya sabes, tu mejor amigo se cogió a tu esposa, era la gota que esperabas para rebalsar el vaso?





Y bueno, esos textos precipitaron el fin, no estuve mucho tiempo más con mimi, no tenía sentido, solo la dejé que siguiera su camino, para que tener a mi lado una mujer que no pensaba respetarme como hombre.

Así que les dejo las dos fotos que me enviara mi gran amigo Charly y una más que le había sacado yo personalmente tiempo atrás, la puta de mimi, la venganza es un plato que se sirve frío.



Amigo Charly, si leyeras estas líneas, sabes que estaré siempre agradecido por sacarme esta puta de encima.





Si te gustó esta historia puedes escribirme con título ‘MI ESPOSA, MI PUTA’ a dulces.placeres@live.com

5 comentarios - Mi esposa, mi puta - parte 2

celsus89 +1
Y las fotos del final??? Me parece que no se subieron!!!
DnIncubus +1
Faltaron las fotos? o era parte del relato? bueno al menos saliste de esa relación, ahora si puede coger a gusto y libre no? Saludos gente!! 😎 buen relato, no siempre es el mismo final y eso la hace buena historia 😃
Corredor_1718 +1
"la venganza es un plato que se sirve frío"....y cuál fue la venganza?