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Mi esposa, mi puta - parte 1

No dejes de pasar por mi mejor post

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No te vas a arrepentir!



MI ESPOSA, MI PUTA

(Parte 1 DE 2)






Bastarda, mala mujer, puta!

Esa es mi mujer, y escribo esto por despecho por haberme metido los cuernos una y cien veces, y mi mejor venganza es hacer pública su bajeza, y lo que leerán a continuación lo publicaré en cuanta red social tenga, para que todos sepan quién es, incluso las fotos que me enviara mi mejor amigo y una de las tantas fotos en la que posó para mí, como seguro habrá posado para muchos entes de coger…



Conocí a la puta de mimi en un bar nocturno, un boliche justo, donde se cruzaban chicas bonitas y lobos hambrientos como yo, música, alcohol, droga, diversión, un coctel explosivo.

Había ido con Charly, un amigo que más que amigo es un hermano, ella estaba con una amiga, Lara, una rubia de rostro precioso y ojos cristalinos.

Una loca jugarreta del destino, Charly había ido por mimi, y yo por Lara, pero no sé cómo ni porqué yo terminé enredado con mimi.

Y a decir verdad ella no era de mi agrado, no me pareció tener un rostro bonito, era morena y a mí me gustaban las rubias, era petisa y a mí me gustaban las altas, casi no tenía pechos, solo había algo que realmente no pasaba desapercibido, su desproporcionado trasero, tenía un culo tan grande y redondo que parecía implantado en su cuerpo, esos culos admirados por los hombres y envidiados por las mujeres.



Empezamos por compartir unas copas y solo un par de horas después estábamos en un hotel de medio pelo haciendo el amor…

Eso produjo un clic en mí, la forma en que ella cogía, como gritaba, como se movía, como la chupaba, hasta sin reparos me pidió que se la diera por el culo, acción que no me costó el mínimo esfuerzo, fue una diosa del sexo…

Yo sabía que de una chica que había cogido como ella había cogido, siendo apenas conocidos, siendo que éramos casi extraños, no podía esperar una ‘chica ejemplar’ y solo debí decirle ‘yo te llamo’ sabiendo que nunca más lo haría, pero me sedujo de tal forma adicción a la verga que solo no pude cortar los lazos con ella…



Días después hablamos al respecto con mi amigo, el me escuchó atentamente y me dijo que él la había elegido por el orto precioso y por la pinta de puta que tenía y mis narrativas de lo que era en la cama no habían hecho más que confirmar sus sospechas, pero también me advirtió que no fuera demasiado lejos con esa perra, no le parecía mujer de confiar.

Pero no pude evitar la tentación, cogí con ella nuevamente, y otra vez, y otra vez mas y cada vez que lo hacía era tocar el cielo con las manos y más lo hacía más quería.

Al principio le confiaba toda la intimidad a Charly, pero con el tiempo, al irme enamorando de mimi empecé a limitar mis palabras por respeto a ella, y si bien mi amigo me apoyó por la amistad que nos unía, él siempre me decía que abriera los ojos, que no podía ver más allá de lo que yo quería ver…





Empezamos a convivir bajo el mismo techo como marido y mujer, por siete años viví con mimi una relación enferma, envuelta en celos y engaños mutuos, admito que yo la engañaba de vez en cuando, pero siempre sospeché que ella hacía lo propio conmigo, sus actitudes, sus salidas, sus mentiras, sus excusas…

A veces estábamos en el paraíso, a veces en el infierno, tirábamos y aflojábamos la cuerda en forma peligrosa, amenazas, distancias, reencuentros y nuevos problemas.

Charly era testigo silencioso de todo esto, solíamos reunirnos a tomar un café de tanto en tanto, y el insistía con lo mismo, él era mi mejor amigo, y siempre ponía el oído a mis problemas. De esas charlas en la que lo confiaba todo lo que hacía en la cama había pasado a narrarle casi sin darme cuenta todos nuestros problemas fuera de la misma.

En un juego de palabras solía bromear con mi amigo, decíamos que, si el la descubriera en algo raro, tendría libertad para darle sexo, en algún punto noté que nuestra amistad era más fuerte y honesta que mi relación con esa mujer, y si bien eran solo bromas, toda broma trae algo de realidad consigo.



Todo de desbarrancaría definitivamente esa noche de abril. Ella me había avisado que saldría con sus amigas, en teoría, una cena, tragos y largas charlas hasta la madrugada, como lo hacía cada tanto, a pesar de nuestra convivencia habíamos pactado nuestras licencias para mantener nuestras vidas y no atarnos todo el tiempo uno al otro, además nuestra relación era tan explosiva que hubiera sido imposible estar juntos todo el tiempo.

Mimi llegaba recién a los treinta y estaba más hermosa que nunca, soy hombre, no soy tonto, notaba cómo cada tipo que se cruzaba en nuestro camino le miraba el culo en forma asesina, ese culo que presentía que no era solo mío, aunque quisiera hacerme a la idea que sí lo era.

Cuando la vi antes que se marchara, no pude evitar discutir con ella, ese pequeño vestido rojo tan ceñido a su cuerpo, tan corto, tan sexi, resaltando su trasero en una forma llamativa, la hacía ver como una puta buscando macho, así que le dije


Mi esposa, mi puta - parte 1


Perdón, donde vas vestida así? a un cabaret?
Ya cállate, no me vas a decir que ropa ponerme y que ropa no ponerme…
Soy tu marido, acaso vas a ponerme los cuernos?
Mira, no soy un objeto de tu propiedad, y por mi piensa lo que quieras, solo saldré con mis amigas…


No dio lugar a discutir mucho más, en estos casos era de pocas palabras, solo la sentí marcharse y bajar por el ascensor…

Tal vez debería haberla seguido, pero para qué? para entablar una acalorada discusión? ¿Otra más? y como ella decía, no era un objeto de mi propiedad, así que solo la deje ir…



Había pasado la medianoche, no tenía sueño, pensaba en ella, como un pobre estúpido, fui a un bar a un par de cuadras de casa, donde solía ahogar mis penas, un viejo bodegón, para tomar una que otra cerveza y jugar algún partido de pool con algún desconocido de ocasión.



Cerca de las dos de la mañana sentí el ingreso de un WhatsApp en mi móvil, vaya sorpresa, mi amigo Charly, que diablos querría a esa hora?, fue entonces cuando leí



Hola amigo, lamento molestarte a esta hora, pero estoy en Fever, disculpa que no te llame, pero hay demasiado ruido, y a que no imaginas quien se está haciendo la puta por acá en tu ausencia?



Fever es un boliche bailable para gente entre veinte y cuarenta años, adiviné a quien se refería, así que le escribí



Mimi, cierto? Dime amigo, que está haciendo?



El respondió casi al instante



Es centro de atención, bailando provocativamente arriba de unas pasarelas, debo decirte que se ve muy puta y parece no preocuparle que su vestido rojo se suba en sus movimientos y deje poco a la imaginación, los hombres aúllan como lobos en su derredor



Mi primera reacción fue de furia, mi instinto masculino me dijo que debía ir tras ella, a bajarla de ahí de los pelos si fuera necesario, mastiqué bronca, pero pasaron unos minutos y medité, ya no tenía sentido seguir adelante con toda esta mierda, si al fin de cuentas mi vida era un sufrimiento diario, y si ella ya no me importaba, qué mejor de darle a Charly la oportunidad por la que siempre habíamos bromeado, así que le escribí



Amigo, esta es tu noche de suerte, esta perra me tiene cansado, así que recuerdas esas bromas que hacíamos al respecto?



Respondió



Hablas en serio?



Y aseguré



Muy en serio, ahora o nunca, sedúcela y ve cómo reacciona, sería muy puta para acostarse contigo sabiendo que eres mi mejor amigo, pero si lo hiciera, le sacas un par de fotos, me la envías y me cuestas al detalle, paso a paso, te parece?, tal vez sea mi oportunidad para sacármela de encima



La respuesta de mi amigo se hizo desear más de lo esperado, adiviné que el trataba de dilucidar si yo hablaba en serio o en broma, por lo que no me sorprendió que sonara mi celular, apenas oía la voz de Charly mezclada con los ruidos de la música, casi tuve que gritarle para que entendiera y confirmara mi plan, yo no estaba bromeando, no soy de bromear…



CONTINUARA




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