http://www.poringa.net/posts/relatos/4079033/Los-inicios-4.html
Después de tomarse la cerveza, mi mujer se fue al agua a refrescarse. "Los invitaría a acompañarme para que alguno me coja en el mar, pero me lo reservo para la noche, jeje" dijo, y agregó "voy a ir pensando lo que les voy a pedir".
Nosotros nos quedamos charlando. Juampi me dijo que la noche anterior había estado averiguando algo de el mundo cuckold, cosa que desconocía. Después de asegurarme que desde luego iba a ser completamente discreto, me preguntó si estaba todo bien hasta ahora, ya que definitivamente nunca había experimentado eso de ser corneador. Al menos no de esta manera tan directa, digamos. Entendía que había un montón de variantes en este juego, que no todas le gustaban, y prefería ser sincero y aclararlo.
Para mis adentros pensé que no podría haber tocado mejor candidato para iniciarnos. Le conté que nosotros veniamos fantaseando con eso desde hacía tiempo, lo teniamos muy hablado, pero que nunca lo habíamos llevado a la práctica, así que también estabamos descubriendo lo que nos gustaba y lo que no, más allá de la fantasía.
Coincidimos en algunas cosas que nos gustaban, y también en algunas que no nos gustaban. Ambos somos heterosexuales, con lo cual acordamos que había un punto en el que no nos molestariamos. También estuvimos de acuerdo en que el objetivo era primero darle placer a mi mujer, y pasarla bien.
Después la charla derivó en otros intereses comunes que tenemos, y así pasó un rato hasta que volvió mi mujer del agua. Le alcancé la toalla para que se secara, se sentó entremedio de nosotros, por momento más cerca mio, por momentos más cerca de él, y así también pasó la tarde. Cuando el sol caía, decidimos ir a la casa, y en el camino comprar algo para comer a la noche. Vacaciones, no se cocina más que asado.
Al llegar dijo mi mujer: -Bueno, ahora si, vamos a hacer todo lo que estuve planeando, jeje. Me voy a bañar, mientras tanto quiero que armen uno. Cuando yo salga, quiero que se vaya a bañar Juampi, y yo me quedo un ratito con vos, amor, dale? y después vos te vas a bañar y me quedo un ratito con Juampi, si?.
Y bueno, después de las pajas que nos había hecho, le ibamos a dar el gusto en todo.
Salió del baño desnuda, fumamos un poco, después lo besó a Juampi y le dijo que vaya a bañarse, que lo esperabamos en la pieza. Nos acostamos, nos besamos, me dijo que la estaba pasando genial y que estaba bastante calentita. Me pidió que le empiece a jugar con el dedo, que la bese, así se iba calentando más. Así que mientras Juampi se bañaba, la estuve masturbando suavemente, besandole las tetas, y desde luego calentandome yo también.
Juampi apareció en la pieza también desnudo. Mi mujer le clavó la vista y sonrió entre algunos jadeos que ya le provocaba con mis dedos en su clítoris.
-Uy, que bueno que estás, vení acá- le dijo. -Querés seguir un poquito vos, tocandome y calentandome?
-Con mucho gusto- dijo él mientras se acostaba del otro lado de la cama. Le chupamos una teta cada uno durante unos breves momentos, y luego (recordando los deseos de mi mujer) le dije: -Bueno, la seguís vos mientras me baño?-
-Te lo puedo asegurar, jeje- respondió él mientras se mojaba un dedo y se lo llevaba a la concha de mi mujer.
Yo estaba un poco indeciso entre bañarme a las apuradas para no perder detalle o tomarme mi tiempo para dejarlos a solas un rato y ver con que me encontraba. Para colmo, con el ruido de la ducha no escuchaba nada de lo que pasaba en la habitación, así que me comia la ansiedad de ver en qué estaban. Sin embargo, opté por darles algo de tiempo, y masturbarme bajo la ducha, aunque sin acabar. A los 20 minutos decidí que ya era suficiente, así que salí, me sequé, y con la pija medio parada fui a la pieza.
Me encontré una imagen increíble. Mi mujer en cuatro, tocandose el clítoris con una mano, la cabeza apoyada en la almohada, y Juampi atrás, chupandosela. Me acerqué a mi mujer que jadeaba y tenía los ojos entrecerrados. Le di un beso y le pregunté en un susurro como estaba.
-Hola, amor- me dijo -en las nubes, me está chupando desde que te fuiste, lo hace tan bien que le dije que pare dos veces porque no quiero acabar todavía. Si me pasa la lengua por la colita una vez más, acabo.
Me sorprendió un poco, porque no era algo que le gustara mucho. De hecho, se lo había hecho una sola vez y me dijo que mejor no, que le daba un poco de cosa... En fin, así la quería, dispuesta a experimentar.
-Vení, acercame tu pija que te la chupo un ratito- me dijo. Mientras tanto, Juampi no dejaba de lamerla y meterle dedos por acá y por allá, y ella se metía mi pija completa en la boca.
Al ratito cambió de posición, se acostó nuevamente de espaldas, le pidió a Juampi que le siga dando sexo oral y a mi que le chupe las tetas. Con las piernas levantadas, apoyaba los pies en los hombros de él (lo que le daba la posibilidad de alternar los lametones entre la concha y la cola) y gemia sin parar. Yo le pasaba la lengua por los pezones y le daba pequeños y suaves mordiscos, haciendo presión con su pezón entre mi lengua y los dientes.
-Así, Juampi, así, pasame la lengua así- se ve que la estaba volviendo loca -dale así, desde la cola hasta la concha, así que acabo-. Empezó a gemir más fuerte y de pronto se arqueó, acabando de una manera hermosa. Muy pocas veces la había visto acabar sin penetración. Con las piernas abrazaba la cabeza de Juampi, que le había metido la lengua en algún lado, no veía si en la vagina o en el culito. A mi me apretó contra sus tetas, tenía un pezón en la boca y se lo lamia suavemente en círculos. Se estiró, se arqueó y se contrajo varias veces, hasta que soltandonos quedó completamente relajada sobre el colchón, con los ojos cerrado y una sonrisa en la boca.
Así como estaba dijo:
-Uff. Bueno, que alguno vaya a calentar las otras empanadas, esta necesita enfriarse- al tiempo que se llevaba la mano a la concha y la tapaba completamente con su palma.
Con Juampi nos reimos, los dos habíamos quedado al palo, pero la consigna era cumplirle los deseos a mi mujer, así que nos pusimos las mallas y fuimos a calentar las empanadas, destapar la cerveza y prender el porro otra vez. A los cinco minutos apareció mi mujer, todavía desnuda, pero se había puesto unos zapatos de taco.
-Ah, lo oliste y viniste- le dijo Juampi mientras le pasaba el porro.
-Que tonto. Si, y además me dio hambre. No se ofendan, pero no saben lo lindo que es acabar así, y no toda llena de leche por todos lados. En vez de tener que ir a bañarme y limpiarme, recupero fuerza y me vengo a fumar, comer y tomar con dos tipos hermosos-.
Justo yo llegaba con la cerveza.
-Hubiera jurado que te encanta la leche, jaja- le dije.
-Si, obvio, tonto, pero en esta situación que recién me había bañado y teníamos que cenar, es mucho mejor así. Igual, esto no termina, eh? también les voy a sacar la leche-.
Así desnuda como estaba se sentó al lado de Juampi, frente a mi, y comimos y bebimos charlando de lo más bien.
Cuando habíamos terminado Juampi le acariciaba la espalda y le dijo: -Aunque la pajita con pete de la playa estuvo buenisima, la verdad es que verte acabar me dejó re caliente.
-A ver?- dijo ella, bajando su mano hasta la entrepierna de él. -Uy, si, estás al palo en serio!-
-Y encima vos desnuda...- agregué yo.
-Que? vos también estás caliente, mi amor?- preguntó sin sacar la mano de la pija de Juampi.
-Y, la verdad que si.-
-Espero que de tan calientes no acaben muy rápido ahora-
-Y, no sé- dije yo -si el show es bueno capaz que termino más de una vez.
-Y vos, lindo? me vas a aguantar un buen rato?- le preguntó a Juampi.
-Modestamente, debo decir que después de la acabada del mediodía es posible que tarde bastante en acabar, pero igual me tenés re caliente, jaja-
-Bueno, vengan a la pieza que ahora acabamos los tres- dijo levantandose.
Ni bien entramos a la pieza, se sentó en el borde de la cama y nos sacó las mallas a los dos. Empezó por acariciarnos los huevos, después nos pajeó un poco, y cuando estabamos bien al palo empezó a chupar.
-Ay, con la tuya casi que me atraganto, hermoso, que grande que es- le dijo a el.
En ese momento se concentró en chuparsela agarrandola con su mano izquierda y con la derecha empezó a tocarse. Yo me masturbaba al lado, mirandola.
No pasó mucho tiempo hasta que le dijo - La tengo re mojada, querés metermela vos primero?-
-Como vos prefieras, hermosa- le dijo él.
-Dale, cogeme un ratito- dijo ella con vos de gata, mientras se ponía en cuatro sobre la cama.
Juampi se puso un forro y empezó a recorrerla desde atrás con la punta de la pija desde la concha hasta la cola. como un rato antes había hecho con la lengua.
A mi me pidió que me ponga bajo sus tetas para chuparselas.
-Sos un experto en eso de mordisquearme los pezones- dijo entre gemidos.
Juampi le seguía jugando, hasta que ella misma le pidió que le meta la cabeza nada más, un poquito. Así lo hizo, y mi mujer gimió más fuerte. Empezó a moverse muy despacio para atrás, disfutando como le entraba cada centimetro. Cuando iba por la mitad, le pidió que se la meta hasta el fondo de golpe. El sacudón hizo bambolearse las tetas sobre mi cara. Así se la dejó metida unos segundos, y después se la empezó a sacar lentamente, para volver a metersela de golpe, y sacarla lentamente. A los cinco minutos, mi mujer ya estaba gimiendo fuerte.
-Vení mi amor, ponete adelante mio que te la quiero chupar- me dijo.
No aguanté mucho, se la metió en la boca sin agarrarla con las manos y chupaba al ritmo de las cogidas de su amante. Me miraba, por momentos me pajeaba mientras me decía que le encantaba esa pija, que se la cogía re bien. Cuando notó que estaba por acabar, me pidió que me pajeara. Le acabé en la cara, mientras ella gemía en un orgasmo tremendo. Juampi se la había metido hasta el fondo y la había dejado ahí, llenandola toda de pija.
Cuando pasó el sofocón del orgasmo, mi mujer sonrió, se levantó y fue al baño a limpiarse, dejando a Juampi con la pija parada a su espera. Yo también me fui a limpiar, y cuando volvimos directamente me senté en una silla al lado de la cama.
-Mmm, la tenés re parada todavía, a ver si es cierto que sos aguantador...- le dijo mi mujer a Juampi. Mientras tanto, se subía a la cama y lo montaba.
-Vas a ver, tenés pija para rato esta noche- contestó él.
Mi mujer se la agarró y se la ubicó en la entrada de la vulva. De a poco fue bajando, hasta tenerla toda adentro. Así empezó a cabalgarlo, primero suave, después más rápido. Yo miraba y me tocaba la pija a media erección. No tardé mucho en tenerla parada. Y mi mujer no taró mucho en gemir cerca del orgasmo.
-Vení, mi amor, vení, me está por hacer acabar este guacho, quiero chupartela un poquito.
Me acerqué, me paré en la cama al lado de ellos, y mi mujer, mientras lo cabalgaba a Juampi, me empezó a lamer.
-La colita, Juampi, tocame la colita como el otro día, que me encantó- pidió entre gemidos.
-Así?- le dijo él, pasandole un dedo por el ano.
-Si, más, más- gemía ella
-Que putita estás, nena, vas a acabar otra vez con mi verga?-
Mi mujer deliraba, le encanta que le hablen así, entre suave y sucio.
-A que si te meto el dedo acabás- insistió él.
-Si, si, si- gemía mi mujer, alternando con lametones a mi pija.
-Si, te voy a meter el dedito y vas a acabar-decía él amagando. Le jugaba con el dedo en el ano, y la volvía loca.
-Dale, dale, por favor-
Ella no daba más. Él se mojó el dedo y siguió amagando con meterselo.
-Querés acabar, trolita? estás bien caliente? bien putita?-
-Si, si, me ponés re trolita, dale, cojeme toda-
En ese momento por fin Juampi le empezó a meter el dedo. mientras le decía: -Toma, putita, acabá-
Ella se retorció, soltó mi pija y empezó a acabar. -Si, si, metemelo más, así, soy tu putita, soy tu putita- y se sentaba enterrandose la pija de Juampi hasta el fondo.
El orgasmo fue largo, y cuando terminó se desmoronó sobre el pecho de su amante. Yo volví a sentarme en la silla, con la pija re parada. Cuando al fin pudo reaccionar lo besó, lo acarició, empezó a moverse lentamente y le dijo: -Te ganaste una acabada a pedido, donde querés?-. Por un momento pensé que le iba a pedir la cola, pero no. -Quiero que te pongas en cuatro-. Mi mujer se desmontó de él, se puso en cuatro de frente a mi y le dijo: -Así? te gusta?- mientras me miraba.
-Perfecto- dijo él acomodandose atrás de ella y preparandose para penetrarla otra vez.
Asi, de frente a mi, me iba relatando lo que pasaba atrás y que yo no llegaba a ver.
-Me está frotando la cabezota en la entrada... me mete la punta, se me abre la conchita... uff, un empujoncito, cuanto entró, hermoso?
-Hasta la mitad- respondió él sonriendo. -Querés más?-
-Si, la quiero toda, pero despacito que es muy grande...- Cuando Juampi empujó un poco más, ella puso los ojos en blanco y con un suspiro se estremeció.
Así la estuvo cogiendo diez o quince minutos.
-En serio sos aguantador eh?- decía ella, mientras él mantenía un ritmo suave pero firme.
Al cabo de ese tiempo le dijo que iba a acabar, pero si ella prefería aguantaba para hacerla gozar de nuevo. No fue necesario, ella entre gemidos le dijo: -Dale, acabame pijudo hermoso, que ya me vengo yo también otra vez. A los dos minutos, ambos acababan entre gemidos.
Yo había terminado mi paja también, así que después de un rato recostada sobre el pecho de su amante, mi mujer le sacó el forro, con una servilleta limpió mi acabada, y salió de la habitación a tirar todo y darse un baño. Juampi la acompañó, y yo me asomé al baño, pero solo hubo ducha y un poco de franeleo entre ellos. Al salir, ella le dió un beso en la boca y le dijo hasta mañana. Al caer en nuestra cama ya estaba dormida. Juampi se acostó en la cama individual de la otra habitación, y yo me dormí al lado de mi mujer desnuda, bien cojida y más hermosa que nunca.
Después de tomarse la cerveza, mi mujer se fue al agua a refrescarse. "Los invitaría a acompañarme para que alguno me coja en el mar, pero me lo reservo para la noche, jeje" dijo, y agregó "voy a ir pensando lo que les voy a pedir".
Nosotros nos quedamos charlando. Juampi me dijo que la noche anterior había estado averiguando algo de el mundo cuckold, cosa que desconocía. Después de asegurarme que desde luego iba a ser completamente discreto, me preguntó si estaba todo bien hasta ahora, ya que definitivamente nunca había experimentado eso de ser corneador. Al menos no de esta manera tan directa, digamos. Entendía que había un montón de variantes en este juego, que no todas le gustaban, y prefería ser sincero y aclararlo.
Para mis adentros pensé que no podría haber tocado mejor candidato para iniciarnos. Le conté que nosotros veniamos fantaseando con eso desde hacía tiempo, lo teniamos muy hablado, pero que nunca lo habíamos llevado a la práctica, así que también estabamos descubriendo lo que nos gustaba y lo que no, más allá de la fantasía.
Coincidimos en algunas cosas que nos gustaban, y también en algunas que no nos gustaban. Ambos somos heterosexuales, con lo cual acordamos que había un punto en el que no nos molestariamos. También estuvimos de acuerdo en que el objetivo era primero darle placer a mi mujer, y pasarla bien.
Después la charla derivó en otros intereses comunes que tenemos, y así pasó un rato hasta que volvió mi mujer del agua. Le alcancé la toalla para que se secara, se sentó entremedio de nosotros, por momento más cerca mio, por momentos más cerca de él, y así también pasó la tarde. Cuando el sol caía, decidimos ir a la casa, y en el camino comprar algo para comer a la noche. Vacaciones, no se cocina más que asado.
Al llegar dijo mi mujer: -Bueno, ahora si, vamos a hacer todo lo que estuve planeando, jeje. Me voy a bañar, mientras tanto quiero que armen uno. Cuando yo salga, quiero que se vaya a bañar Juampi, y yo me quedo un ratito con vos, amor, dale? y después vos te vas a bañar y me quedo un ratito con Juampi, si?.
Y bueno, después de las pajas que nos había hecho, le ibamos a dar el gusto en todo.
Salió del baño desnuda, fumamos un poco, después lo besó a Juampi y le dijo que vaya a bañarse, que lo esperabamos en la pieza. Nos acostamos, nos besamos, me dijo que la estaba pasando genial y que estaba bastante calentita. Me pidió que le empiece a jugar con el dedo, que la bese, así se iba calentando más. Así que mientras Juampi se bañaba, la estuve masturbando suavemente, besandole las tetas, y desde luego calentandome yo también.
Juampi apareció en la pieza también desnudo. Mi mujer le clavó la vista y sonrió entre algunos jadeos que ya le provocaba con mis dedos en su clítoris.
-Uy, que bueno que estás, vení acá- le dijo. -Querés seguir un poquito vos, tocandome y calentandome?
-Con mucho gusto- dijo él mientras se acostaba del otro lado de la cama. Le chupamos una teta cada uno durante unos breves momentos, y luego (recordando los deseos de mi mujer) le dije: -Bueno, la seguís vos mientras me baño?-
-Te lo puedo asegurar, jeje- respondió él mientras se mojaba un dedo y se lo llevaba a la concha de mi mujer.
Yo estaba un poco indeciso entre bañarme a las apuradas para no perder detalle o tomarme mi tiempo para dejarlos a solas un rato y ver con que me encontraba. Para colmo, con el ruido de la ducha no escuchaba nada de lo que pasaba en la habitación, así que me comia la ansiedad de ver en qué estaban. Sin embargo, opté por darles algo de tiempo, y masturbarme bajo la ducha, aunque sin acabar. A los 20 minutos decidí que ya era suficiente, así que salí, me sequé, y con la pija medio parada fui a la pieza.
Me encontré una imagen increíble. Mi mujer en cuatro, tocandose el clítoris con una mano, la cabeza apoyada en la almohada, y Juampi atrás, chupandosela. Me acerqué a mi mujer que jadeaba y tenía los ojos entrecerrados. Le di un beso y le pregunté en un susurro como estaba.
-Hola, amor- me dijo -en las nubes, me está chupando desde que te fuiste, lo hace tan bien que le dije que pare dos veces porque no quiero acabar todavía. Si me pasa la lengua por la colita una vez más, acabo.
Me sorprendió un poco, porque no era algo que le gustara mucho. De hecho, se lo había hecho una sola vez y me dijo que mejor no, que le daba un poco de cosa... En fin, así la quería, dispuesta a experimentar.
-Vení, acercame tu pija que te la chupo un ratito- me dijo. Mientras tanto, Juampi no dejaba de lamerla y meterle dedos por acá y por allá, y ella se metía mi pija completa en la boca.
Al ratito cambió de posición, se acostó nuevamente de espaldas, le pidió a Juampi que le siga dando sexo oral y a mi que le chupe las tetas. Con las piernas levantadas, apoyaba los pies en los hombros de él (lo que le daba la posibilidad de alternar los lametones entre la concha y la cola) y gemia sin parar. Yo le pasaba la lengua por los pezones y le daba pequeños y suaves mordiscos, haciendo presión con su pezón entre mi lengua y los dientes.
-Así, Juampi, así, pasame la lengua así- se ve que la estaba volviendo loca -dale así, desde la cola hasta la concha, así que acabo-. Empezó a gemir más fuerte y de pronto se arqueó, acabando de una manera hermosa. Muy pocas veces la había visto acabar sin penetración. Con las piernas abrazaba la cabeza de Juampi, que le había metido la lengua en algún lado, no veía si en la vagina o en el culito. A mi me apretó contra sus tetas, tenía un pezón en la boca y se lo lamia suavemente en círculos. Se estiró, se arqueó y se contrajo varias veces, hasta que soltandonos quedó completamente relajada sobre el colchón, con los ojos cerrado y una sonrisa en la boca.
Así como estaba dijo:
-Uff. Bueno, que alguno vaya a calentar las otras empanadas, esta necesita enfriarse- al tiempo que se llevaba la mano a la concha y la tapaba completamente con su palma.
Con Juampi nos reimos, los dos habíamos quedado al palo, pero la consigna era cumplirle los deseos a mi mujer, así que nos pusimos las mallas y fuimos a calentar las empanadas, destapar la cerveza y prender el porro otra vez. A los cinco minutos apareció mi mujer, todavía desnuda, pero se había puesto unos zapatos de taco.
-Ah, lo oliste y viniste- le dijo Juampi mientras le pasaba el porro.
-Que tonto. Si, y además me dio hambre. No se ofendan, pero no saben lo lindo que es acabar así, y no toda llena de leche por todos lados. En vez de tener que ir a bañarme y limpiarme, recupero fuerza y me vengo a fumar, comer y tomar con dos tipos hermosos-.
Justo yo llegaba con la cerveza.
-Hubiera jurado que te encanta la leche, jaja- le dije.
-Si, obvio, tonto, pero en esta situación que recién me había bañado y teníamos que cenar, es mucho mejor así. Igual, esto no termina, eh? también les voy a sacar la leche-.
Así desnuda como estaba se sentó al lado de Juampi, frente a mi, y comimos y bebimos charlando de lo más bien.
Cuando habíamos terminado Juampi le acariciaba la espalda y le dijo: -Aunque la pajita con pete de la playa estuvo buenisima, la verdad es que verte acabar me dejó re caliente.
-A ver?- dijo ella, bajando su mano hasta la entrepierna de él. -Uy, si, estás al palo en serio!-
-Y encima vos desnuda...- agregué yo.
-Que? vos también estás caliente, mi amor?- preguntó sin sacar la mano de la pija de Juampi.
-Y, la verdad que si.-
-Espero que de tan calientes no acaben muy rápido ahora-
-Y, no sé- dije yo -si el show es bueno capaz que termino más de una vez.
-Y vos, lindo? me vas a aguantar un buen rato?- le preguntó a Juampi.
-Modestamente, debo decir que después de la acabada del mediodía es posible que tarde bastante en acabar, pero igual me tenés re caliente, jaja-
-Bueno, vengan a la pieza que ahora acabamos los tres- dijo levantandose.
Ni bien entramos a la pieza, se sentó en el borde de la cama y nos sacó las mallas a los dos. Empezó por acariciarnos los huevos, después nos pajeó un poco, y cuando estabamos bien al palo empezó a chupar.
-Ay, con la tuya casi que me atraganto, hermoso, que grande que es- le dijo a el.
En ese momento se concentró en chuparsela agarrandola con su mano izquierda y con la derecha empezó a tocarse. Yo me masturbaba al lado, mirandola.
No pasó mucho tiempo hasta que le dijo - La tengo re mojada, querés metermela vos primero?-
-Como vos prefieras, hermosa- le dijo él.
-Dale, cogeme un ratito- dijo ella con vos de gata, mientras se ponía en cuatro sobre la cama.
Juampi se puso un forro y empezó a recorrerla desde atrás con la punta de la pija desde la concha hasta la cola. como un rato antes había hecho con la lengua.
A mi me pidió que me ponga bajo sus tetas para chuparselas.
-Sos un experto en eso de mordisquearme los pezones- dijo entre gemidos.
Juampi le seguía jugando, hasta que ella misma le pidió que le meta la cabeza nada más, un poquito. Así lo hizo, y mi mujer gimió más fuerte. Empezó a moverse muy despacio para atrás, disfutando como le entraba cada centimetro. Cuando iba por la mitad, le pidió que se la meta hasta el fondo de golpe. El sacudón hizo bambolearse las tetas sobre mi cara. Así se la dejó metida unos segundos, y después se la empezó a sacar lentamente, para volver a metersela de golpe, y sacarla lentamente. A los cinco minutos, mi mujer ya estaba gimiendo fuerte.
-Vení mi amor, ponete adelante mio que te la quiero chupar- me dijo.
No aguanté mucho, se la metió en la boca sin agarrarla con las manos y chupaba al ritmo de las cogidas de su amante. Me miraba, por momentos me pajeaba mientras me decía que le encantaba esa pija, que se la cogía re bien. Cuando notó que estaba por acabar, me pidió que me pajeara. Le acabé en la cara, mientras ella gemía en un orgasmo tremendo. Juampi se la había metido hasta el fondo y la había dejado ahí, llenandola toda de pija.
Cuando pasó el sofocón del orgasmo, mi mujer sonrió, se levantó y fue al baño a limpiarse, dejando a Juampi con la pija parada a su espera. Yo también me fui a limpiar, y cuando volvimos directamente me senté en una silla al lado de la cama.
-Mmm, la tenés re parada todavía, a ver si es cierto que sos aguantador...- le dijo mi mujer a Juampi. Mientras tanto, se subía a la cama y lo montaba.
-Vas a ver, tenés pija para rato esta noche- contestó él.
Mi mujer se la agarró y se la ubicó en la entrada de la vulva. De a poco fue bajando, hasta tenerla toda adentro. Así empezó a cabalgarlo, primero suave, después más rápido. Yo miraba y me tocaba la pija a media erección. No tardé mucho en tenerla parada. Y mi mujer no taró mucho en gemir cerca del orgasmo.
-Vení, mi amor, vení, me está por hacer acabar este guacho, quiero chupartela un poquito.
Me acerqué, me paré en la cama al lado de ellos, y mi mujer, mientras lo cabalgaba a Juampi, me empezó a lamer.
-La colita, Juampi, tocame la colita como el otro día, que me encantó- pidió entre gemidos.
-Así?- le dijo él, pasandole un dedo por el ano.
-Si, más, más- gemía ella
-Que putita estás, nena, vas a acabar otra vez con mi verga?-
Mi mujer deliraba, le encanta que le hablen así, entre suave y sucio.
-A que si te meto el dedo acabás- insistió él.
-Si, si, si- gemía mi mujer, alternando con lametones a mi pija.
-Si, te voy a meter el dedito y vas a acabar-decía él amagando. Le jugaba con el dedo en el ano, y la volvía loca.
-Dale, dale, por favor-
Ella no daba más. Él se mojó el dedo y siguió amagando con meterselo.
-Querés acabar, trolita? estás bien caliente? bien putita?-
-Si, si, me ponés re trolita, dale, cojeme toda-
En ese momento por fin Juampi le empezó a meter el dedo. mientras le decía: -Toma, putita, acabá-
Ella se retorció, soltó mi pija y empezó a acabar. -Si, si, metemelo más, así, soy tu putita, soy tu putita- y se sentaba enterrandose la pija de Juampi hasta el fondo.
El orgasmo fue largo, y cuando terminó se desmoronó sobre el pecho de su amante. Yo volví a sentarme en la silla, con la pija re parada. Cuando al fin pudo reaccionar lo besó, lo acarició, empezó a moverse lentamente y le dijo: -Te ganaste una acabada a pedido, donde querés?-. Por un momento pensé que le iba a pedir la cola, pero no. -Quiero que te pongas en cuatro-. Mi mujer se desmontó de él, se puso en cuatro de frente a mi y le dijo: -Así? te gusta?- mientras me miraba.
-Perfecto- dijo él acomodandose atrás de ella y preparandose para penetrarla otra vez.
Asi, de frente a mi, me iba relatando lo que pasaba atrás y que yo no llegaba a ver.
-Me está frotando la cabezota en la entrada... me mete la punta, se me abre la conchita... uff, un empujoncito, cuanto entró, hermoso?
-Hasta la mitad- respondió él sonriendo. -Querés más?-
-Si, la quiero toda, pero despacito que es muy grande...- Cuando Juampi empujó un poco más, ella puso los ojos en blanco y con un suspiro se estremeció.
Así la estuvo cogiendo diez o quince minutos.
-En serio sos aguantador eh?- decía ella, mientras él mantenía un ritmo suave pero firme.
Al cabo de ese tiempo le dijo que iba a acabar, pero si ella prefería aguantaba para hacerla gozar de nuevo. No fue necesario, ella entre gemidos le dijo: -Dale, acabame pijudo hermoso, que ya me vengo yo también otra vez. A los dos minutos, ambos acababan entre gemidos.
Yo había terminado mi paja también, así que después de un rato recostada sobre el pecho de su amante, mi mujer le sacó el forro, con una servilleta limpió mi acabada, y salió de la habitación a tirar todo y darse un baño. Juampi la acompañó, y yo me asomé al baño, pero solo hubo ducha y un poco de franeleo entre ellos. Al salir, ella le dió un beso en la boca y le dijo hasta mañana. Al caer en nuestra cama ya estaba dormida. Juampi se acostó en la cama individual de la otra habitación, y yo me dormí al lado de mi mujer desnuda, bien cojida y más hermosa que nunca.
2 comentarios - Los inicios 5