Era ya bastante tarde, las 8:20 de la tarde, y venia cansada de trabajar, pero le había prometido a mi vecina Ana por teléfono esa misma mañana que la haría una pequeña visita. Era su cumpleaños, y estaba un poco tristona por cumplir 38, eso no es nada le decía yo siempre, yo tengo 40 y hace tiempo q me acostumbre a ir sumando sin problemas, pues a mi no me gusta!!! , me soltaba una y otra vez.
Abrí la puerta de mi casa y para variar mi marido no estaba, creo q me dijo en la cena del día anterior que había quedado para ir al fútbol hoy, pero no le preste mucha atención, así que podría haberme dicho que iba a jugar al water-polo y yo hubiese asentido igualmente.
Me dirigí a la cocina y bebí un vaso de agua, iba a cambiarme de ropa, llevaba la ropa del trabajo, una falda corta, blusa y chaqueta, quería quitarme los molestos tacones, y los pantys, que no se por que, pero ese día me estaban dando mucha guerra, pero pensé que perdería mucho tiempo y no quería estar mucho rato en casa de ana, quería coger la cama rápido y acostarme tempranito, me desabroche un botón de la blusa para estar mas cómoda.
Dejé la chaqueta encima de la cama y salí de mi casa en dirección al ascensor, yo vivía en el 2º,y ana en el 5º, así que apreté el botón correspondiente, otra vez me molestaban los pantys, metí la mano por debajo de la falda y me lo recoloque un poco, "pórtate bien y deja de molestarme" le dije al panty como si pudiese oírme.
Por fin llegué, toqué el timbre y nadie abrió, empujé la puerta y se abrió,"típico de ana" pensé, no era la primera vez que quedaba conmigo en su casa para salir o vernos y mientras se duchaba dejaba la puerta abierta para que pudiese entrar. Entré y cerré la puerta, la ducha se oía al final de pasillo, me acerqué y mientras abría la puerta dije:
"muchas felicidades Ana, ¿los ladrones no te dan mie…"
No pude terminar la frase, cuando terminé de abrir la puerta Ana no estaba, estaba su hijo de 18 años!!, tenia la ducha puesta, pero no se había metido todavía, estaba totalmente desnudo… y masturbándose!, no puedo explicar la impresión que me dio verle, solo ví a un chico joven con la boca abierta subiendo y bajando su mano sobre un miembro enorme, rápidamente cerré la puerta de golpe y mientras me alejaba gritaba "lo siento, lo siento".
Me senté en el sofá del comedor, cruce las piernas con tan mala suerte que el panty rozó mi clítoris y me estremecí por un momento, no me pude quitar la visión del muchacho jadeando y dándose placer, en algún momento se oyó abrir la puerta del servicio y al momento apareció jose, el muchacho, con un pantalón corto, no se había secado si quiera.
-Perdona por lo de antes lucia, por favor -dijo-, no sabía que habías entrado
-Nada, nada, no te preocupes, son cosas que pasan, olvídalo.
Las gotas de agua le resbalaban sobre el cuerpo, no pude evitarlo y le mire el paquete en una milésima de segundo buscando lo que había visto momentos antes.
-Bueno, mi madre ha salido con miguel, no creo que tarde mucho, yo ahora me iré, he quedado con mis amigos, voy a secarme y vestirme -dijo algo nervioso.
-Muy bien jose -le dije-, yo esperaré aquí.
Yo ya conocía a jose, era un chico muy majo, alto, moreno y de ojos verdes, otra vez me volvía la imagen de su miembro, busqué el mando de la tele para evadirme un poco.
Jose – grité- ¿donde esta el mando de la tele? Al instante se presentó, no le había dejado tiempo para secarse y cambiarse de ropa,asi que ahora solo llevaba una toalla atada a la cintura.
-Lo guardamos siempre en ese cajón de debajo de la mesa -me respondió.
Me agache para cogerlo mientras él se mantenía de pie, eché otra miradita furtiva y alce los ojos, en ese momento vi como su mirada estaba dirigida a mi escote, no me había dado cuenta pero con lo dos botones de la blusa desabrochada se me veía el sujetador y prácticamente media teta, encontré el mando pero me mantuve un rato en esa posición p
ara que jose pudiese admirar mi escote.
Me gustaba ver la cara y sus ojos fijos en mi escote, mientras me volvía a poner de pie pensé en echarle otra mirada a su paquete, y lo hice, pero ahora estaba totalmente erecto, la toalla se elevaba y realmente parecía como se dice vulgarmente una tienda de campaña, me quedé petrificada al verlo.
-Ufff, perdona lucia -dijo- perdona, de verdad.
-Tranquilízate -le dije- no pasa nada, a ver, siéntate, ¿por que te ha pasado eso? Los dos nos sentamos, yo cruce mis piernas. El se ajusto un poco la toalla para esconder un poco su enorme bulto.
-Bueno, es que he visto tu pecho sin querer, no quería, y me ha pasado
-¿Pero yo te excito? todavía eres muy joven, ya aprenderás a controlarte.
Estaba sentado, pero la toalla aunque colocada, perfilaba la silueta de su miembro, le eché otro vistazo, esta vez mas largo.
-Si, supongo que si.
-¿Tienes novia?
-No, no tengo -respondió.
-Bueno, pero ya habrás estado con chicas.
-Si, si he estado, pero no he hecho mucho.
La cara de jose había dejado de estar roja, desde que se presentó con los pantalones cortos no había dejado de estarlo.
-Que quieres decir con eso, a ver,¿que has hecho?
-Besos y tal.
-¿Pero ya conoces el cuerpo de una mujer no?
Descrucé mis piernas y las abrí un poco.
-Jeje -sonrió nerviosamente- no, no lo conozco aun
-Oye, le dije descaradamente-¿todavía estas puesto?,¿no se te baja?
-Jaja, no, todavía no, ahí se mantiene.
-Vaya, no me lo creo, no puede ser -dije.
-De verdad, sigue ahí.
Me desabroché otro tercer botón de la blusa sin que se diese cuenta y me acerque echándome sobre la mesa para coger un cenicero, esta vez jose pudo ver todo mi sujetador y volví a ver esa mirada en sus ojos, me puse de pie lentamente y me acerqué a él. ahí estaba sentado con su cuerpo fibroso y ese miembro que pedía a gritos salir de la toalla que lo cubria, yo ya estaba muy excitada.
-¿Quieres verme las tetas?, jose
-Si, -dijo-, y se volvió a sonrojar
Me subí un poco la falda y me senté sobre él, exactamente sobre su miembro, mientras el permanecía sentado, podía notar el tacto de la toalla en mi entrepierna, me quité la blusa y me quedé en sujetador.
-¿A qué esperas?-le pregunté.
Temblorosamente me quitó el sujetador y recorrió con sus grandes manos mis pechos, se detuvo en uno de mis pezones y lo pellizco con sus dedos, parecía que su nerviosismo pasaba, la sensación era grandiosa.
-Quítate la toalla -le dije.
Rápidamente se la quito y ahí lo volví a ver, esa hermosa polla debajo justo de mis piernas, realmente tenia una polla hermosa. Puse las manos sobre sus hombros y moví mi cadera arriba y abajo un par de veces para frotar mis pantys y mi coño a lo largo de su enorme polla, jose se estremeció de placer.
-Pon tu boca en mis pezones vamos.
Le sujeté la cabeza y se la apreté contra mi mientras su lengua pasaba por mis pezones rosados y erectos de placer. El placer iba creciendo, volví a mover mi cadera y a restregar mi coño contra su polla, estaba muy muy húmedo, y tenia los pantys calados, el muchacho volvió a gemir de placer.
-Muy bien mi niño, ahora vas a verme el coño -dije.
-Siii, medio gritó.
Me puse de pie y me acerqué todo lo que pude a su cara, mi entrepierna quedaba a la altura de su cara, me subí la falda del todo, y dejé al descubierto toda mi raja. Se quedó unos segundos mirando y rápidamente echó sus manos a mi culo y toda su cara y su boca a mi coño, notaba como presionaba su lengua contra mis pantys, le despegué por un momento y me los quite, me senté en el sofá y me abrí todo lo que pude de piernas, él volvió con las mismas ganas e ímpetu de antes y empezó a lamerme por todo el coño.
-Muy bien muy bien, sigue así jose -le dije entre gemidos
Tiré del capuchón de mi clítoris hacia arriba para dejar que me lo chupara mejor,y dirigí su cabeza con mis manos hacia ese punto, entones movió su brazo derecho y me metió un dedo que sacaba y metía una y otra vez.
-Como me pones lucia, te quiero follar, ufff, como me pones.
-Meteme dos dedos -le dije-, y no pares, muy bien, así así –
articulé como pude.
No dejaba de lamerme, mordisquearme los labios, y chuparme y succionarme el clítoris, me corrí dos veces, los dos gemíamos sin parar.
-Méteme tu polla ahora jose, vamos hazlo.
Se retiró un poco y pude ver su polla preparada, estaba húmeda y chorreaba gotas de semen, él se dio cuenta de que se la miraba asombrada.
-Me he corrido mientras te chupaba, pero ya esta otra vez lista -me dijo
Me abrí de nuevo todo lo que pude, y con mi mano derecha dirigí su enorme polla hacia mi agujero, me abrí el coño con una mano para que lo viese bien, entonces empujó y se metió dentro de mi, la sensación de tener su enorme polla dentro de mi fue indescriptible, casi me corrí, los ojos de jose estaban casi en blanco.
Agarre con mis manos su culo y le apreté contra mi, empezó a follarme y a empujar y no paró hasta que me corrí otras dos veces.
-Me encanta tu coño y me encanta follarte -jadeó.
No pude contestarle porque estaba en medio de un orgasmo y todo mi cuerpo se convulsionaba, después de ese orgasmo me aparté y me quedé mirando su verga, realmente estaba chorreando, y se veía irresistible, me arrodillé y le dije que se pusiera de pie, agarré su falo con una mano y con la otra le masajeé sus huevos, entonces me meti uno en la boca y empecé a juguetear con él, jose empezó a gemir.
-¿Te gusta? -dije.
-Siii, chupamela por favor -dijo jadeante.
Abrí la boca y me metí todo su pene en la boca, no llegue a metérmelo todo, así que empuje mas mi boca hacia adelante y me acerqué mas, aunque no conseguí que me entrase toda su polla en la boca, cuando me retiré lo hice lentamente, y jose gritó de placer, le rechupeteé su glande rojo y empecé a mamársela, la polla de ese joven era una de las mejores pollas que había probado en mis 40 años, sentirla en mi boca era genial, él no paraba de gemir y tocarme las tetas.
-Me corro -dijo jose.
-Vamos mi niño, córrete -le dije sin dejar de chupársela.
Entonces llegó, mi boca se empezó a llenar de rica leche calentita, abrí un poco la boca y se cayó parte deslizándose sobre mis pechos y mis muslos, las convulsiones de jose pararon y prácticamente desclavé mis uñas de su culo, me tragué el resto y supo riquísimo.
Los dos nos quedamos abrazados durante un tiempo, y luego volví a mi casa, a la mañana siguiente Ana me invitó de nuevo a su casa y me pidió perdón por no haber estado el día anterior, no había ni rastro de jose, "pero a cambio te contaré con todo lujo de detalles lo bien que salió mi cita, ya veras, te pondrás húmeda de solo oírlo" me dijo.
-Jeje, que exagerada -dije.
Yo, claro, no pude contarla lo bien que lo había pasado con su hijo, ni por supuesto la de veces que había tenido que ir al cuarto de baño casi escondiéndome para masturbarme mientras recordaba esa noche.
-Que si que si, ya hablaré contigo y tendremos una noche de chicas.
Mientras decía eso se metió la mano entre su bata y se tocó un pecho disimuladamente."Por cierto, ¿te gusta la lencería nueva que me he comprado?, mira que braguitas."
Se puso de pie y se abrió la bata, dejó al descubierto sus tetas, no eran tan grandes como las mías, pero estaban bien colocadas, no era la primera vez que las veía. Su mano derecha jugueteaba con la goma de su braguita roja para terminar bajado aun mas hasta su entrepierna tocándose suavemente, un poco de pelo asomaba saliéndose de su ropa interior.
-Es super suave -dijo- a ver la tuya
-Jaja, déjame en paz anda -le dije en tono de broma.
-Tía, no seas así.
No me quedó otra y tuve que bajarme los pantalones hasta las rodillas por su empeño, mis braguita eran blancas.
-Anda, son chulas, pero no creo que sean tan suaves como las mías, acércate
me acerqué y me puse de pie mientras ella permanecía sentada, extendió una mano y empezó a tocarme suavemente sobre la braguita con tres dedos sobre el monte de venus, después bajó un poco y llego a mi clítoris, suspiré, ella parecía decidida, seguía tocándome, en ese momento rozó mi clítoris por novena vez y salió de mi boca u
n "para" como podía haber dicho "lluvia", o "sol".
Ella se puso un poco incomoda y paró, parecía enfadada, asi que intenté arreglarlo un poco.
-Para que me pones tía, jaja, era broma tonta,-dije sonriendo.
-Jaja, como eres luci, venga, tócame tu a mi, a ver cual te parece mas suave.
Puso sus piernas sobre la silla y las mantuvo abiertas, otra vez su vulva asomaba al igual que los pelitos, rápidamente me cogió la mano derecha y la puso sobre su vulva, sus pezones parecían ponerse erectos.
-Venga toca, a ver si es suave.
Palpé un poco con dos dedos, podía sentir sus labios, añadí un tercer dedo y esta vez palpé desde arriba hasta abajo, recorriendo toda su entrepierna, Ana abrió la boca pero no salió sonido de su boca.
-Deja que toque otra vez tu braguita blanca -comentó.
Movió su manó y empezó a tocarme, fue directa al clítoris y rápidamente me mojé.
-tu tienes menos pelo que yo, mira -dijo Ana.
Mientras, se retiraba su braguita roja y dejaba al descubierto todo su coño, realmente tenia mucho más pelo que yo, sus labios brillaban, estaba húmeda, me retiró mis braguitas y se quedó observando mi coño.
-si, realmente tú tienes menos pelo -volvió a decir.
Su clítoris empezó a crecer, era realmente grande, mucho más grande que el mio, ella se dio cuenta y me sugirió que se lo tocara si tenia curiosidad, se lo toqué y se estremeció. Se puso de pie poniendo una pierna sobre la silla de la cocina y se abrió el coño con las manos, parte de sus dedos quedaban ocultos por sus pelos, pero el clítoris sobresalía sobremanera.
Chúpame -dijo Ana.
Empecé a chuparla, tenia un coño muy excitante, jugueteé con sus labios, pero no podía dejar de concentrarme en su increíble clítoris, Ana cada vez jadeaba mas, y movía sin control sus piernas como si se fuese a caer de rodillas.
-¿Quieres que te meta un dedo? -le dije
-Méteme varios luci, fóllame dios.
Seguí lamiéndola y metiendo y sacando de ella primero uno, después dos, y hasta tres dedos que me pidió que usara, no paraba de gemir y de gritar, después sentí su sacudida, tenia casi todo mi brazo y mi cara con sus deliciosos jugos, me acarició las mejillas y me beso apasionadamente. Después salió corriendo desnuda y la ví volver a los pocos segundos, traía en su mano un consolador.
-Luci cariño, vas a probar esto, verás que bien, jaja.
Besó delicadamente mis tetas, deteniéndose en mis pezones, mi coño estaba totalmente húmedo de antes, pero si algo le faltaba esa fue la gota que colmó el vaso. Me metió un dedo por mi chocho e introdujo el consolador en la boca como si le hiciese una felación, luego me lo pasó a mi y lo mamé igualmente. Instintivamente me recosté apoyando mis pechos sobre la mesa redonda de la cocina y le di a Ana el culo, ella respondió abriéndome mis nalgas y besándome el ano y el coño, sentí un placer exquisito en esa posición.
-Muy bien luci cielo, no sabes como me calientas, ahora te voy a hacer sufrir un poquito.
Yo seguía en esa posición, Ana movía insistentemente el vibrador por la superficie de mi año y de mi coño que ya no aguantaba mas.
-Métemelo por favor Ana.
-¿Lo quieres?, respondió.
-Si, por favor, métemelo ya.
el vibrador se abrió camino por mi coño, pero retrocedía al instante, así ocurrió dos veces hasta que la tercera entró hasta el fondo, me moría de placer, la sensación solo era comparable a la polla de jose introduciéndose en mi. Ana no dejaba de acariciarme el culo y meter y sacar el consolador, la sensación era increíble, pero quería volver a ver el cuerpo de mi amiga, asi que me di la vuelta y me senté sobre la mesa con las piernas abiertas, Ana no dejo de meterme el vibrador pero ahora demás me besaba y me tocaba las tetas.
-¿ya sabes por que siempre que te hacia venir a mi casa estaba en la ducha con la puerta abierta lucia?
-ummm, sabes que siempre me han gustado tus tetas Ana, y ahora adoro tu coño también.
Fue terminar la frase y correrme agarrando fuerte a Ana para aguantar el orgasmo, en ese momento sonó la
puerta, era jose, el hijo de Ana que volvía. Nos vestimos como pudimos, Ana se puso la bata y yo me subí rápidamente las bragas y los pantalones, cuando jose saludó a su madre y a mi actuamos como si no hubiese pasado nada, dije que era muy tarde y me despedí de ambos, justo antes de llegar a la puerta noté que jose me seguía, me hizo girar sobre mi misma y me besó, yo le correspondí y noté su querido bulto, creciendo para mi, consiguió meterme la mano por el pantalón aunque llevaba uno muy estrecho y me tocó el chocho el cual estaba realmente húmedo después de todo lo que había pasado.
-Qué rápido te calientas -dijo.
En ese momento Ana llamó a jose y me marché directamente a mi cuarto de baño para masturbarme y bajarme el calentón que acumulaba, pensé en el coño de mi amiga Ana, y en la excitante verga de jose entrando en mi coño, puse una mano en mi clítoris y con la otra imaginaba que era la polla de jose entrando y saliendo de mi, mi chocho estaba derretido de placer, pronto empecé a sacudirme. Desde entonces prácticamente no hay dia que no suba al piso 5º.
Abrí la puerta de mi casa y para variar mi marido no estaba, creo q me dijo en la cena del día anterior que había quedado para ir al fútbol hoy, pero no le preste mucha atención, así que podría haberme dicho que iba a jugar al water-polo y yo hubiese asentido igualmente.
Me dirigí a la cocina y bebí un vaso de agua, iba a cambiarme de ropa, llevaba la ropa del trabajo, una falda corta, blusa y chaqueta, quería quitarme los molestos tacones, y los pantys, que no se por que, pero ese día me estaban dando mucha guerra, pero pensé que perdería mucho tiempo y no quería estar mucho rato en casa de ana, quería coger la cama rápido y acostarme tempranito, me desabroche un botón de la blusa para estar mas cómoda.
Dejé la chaqueta encima de la cama y salí de mi casa en dirección al ascensor, yo vivía en el 2º,y ana en el 5º, así que apreté el botón correspondiente, otra vez me molestaban los pantys, metí la mano por debajo de la falda y me lo recoloque un poco, "pórtate bien y deja de molestarme" le dije al panty como si pudiese oírme.
Por fin llegué, toqué el timbre y nadie abrió, empujé la puerta y se abrió,"típico de ana" pensé, no era la primera vez que quedaba conmigo en su casa para salir o vernos y mientras se duchaba dejaba la puerta abierta para que pudiese entrar. Entré y cerré la puerta, la ducha se oía al final de pasillo, me acerqué y mientras abría la puerta dije:
"muchas felicidades Ana, ¿los ladrones no te dan mie…"
No pude terminar la frase, cuando terminé de abrir la puerta Ana no estaba, estaba su hijo de 18 años!!, tenia la ducha puesta, pero no se había metido todavía, estaba totalmente desnudo… y masturbándose!, no puedo explicar la impresión que me dio verle, solo ví a un chico joven con la boca abierta subiendo y bajando su mano sobre un miembro enorme, rápidamente cerré la puerta de golpe y mientras me alejaba gritaba "lo siento, lo siento".
Me senté en el sofá del comedor, cruce las piernas con tan mala suerte que el panty rozó mi clítoris y me estremecí por un momento, no me pude quitar la visión del muchacho jadeando y dándose placer, en algún momento se oyó abrir la puerta del servicio y al momento apareció jose, el muchacho, con un pantalón corto, no se había secado si quiera.
-Perdona por lo de antes lucia, por favor -dijo-, no sabía que habías entrado
-Nada, nada, no te preocupes, son cosas que pasan, olvídalo.
Las gotas de agua le resbalaban sobre el cuerpo, no pude evitarlo y le mire el paquete en una milésima de segundo buscando lo que había visto momentos antes.
-Bueno, mi madre ha salido con miguel, no creo que tarde mucho, yo ahora me iré, he quedado con mis amigos, voy a secarme y vestirme -dijo algo nervioso.
-Muy bien jose -le dije-, yo esperaré aquí.
Yo ya conocía a jose, era un chico muy majo, alto, moreno y de ojos verdes, otra vez me volvía la imagen de su miembro, busqué el mando de la tele para evadirme un poco.
Jose – grité- ¿donde esta el mando de la tele? Al instante se presentó, no le había dejado tiempo para secarse y cambiarse de ropa,asi que ahora solo llevaba una toalla atada a la cintura.
-Lo guardamos siempre en ese cajón de debajo de la mesa -me respondió.
Me agache para cogerlo mientras él se mantenía de pie, eché otra miradita furtiva y alce los ojos, en ese momento vi como su mirada estaba dirigida a mi escote, no me había dado cuenta pero con lo dos botones de la blusa desabrochada se me veía el sujetador y prácticamente media teta, encontré el mando pero me mantuve un rato en esa posición p
ara que jose pudiese admirar mi escote.
Me gustaba ver la cara y sus ojos fijos en mi escote, mientras me volvía a poner de pie pensé en echarle otra mirada a su paquete, y lo hice, pero ahora estaba totalmente erecto, la toalla se elevaba y realmente parecía como se dice vulgarmente una tienda de campaña, me quedé petrificada al verlo.
-Ufff, perdona lucia -dijo- perdona, de verdad.
-Tranquilízate -le dije- no pasa nada, a ver, siéntate, ¿por que te ha pasado eso? Los dos nos sentamos, yo cruce mis piernas. El se ajusto un poco la toalla para esconder un poco su enorme bulto.
-Bueno, es que he visto tu pecho sin querer, no quería, y me ha pasado
-¿Pero yo te excito? todavía eres muy joven, ya aprenderás a controlarte.
Estaba sentado, pero la toalla aunque colocada, perfilaba la silueta de su miembro, le eché otro vistazo, esta vez mas largo.
-Si, supongo que si.
-¿Tienes novia?
-No, no tengo -respondió.
-Bueno, pero ya habrás estado con chicas.
-Si, si he estado, pero no he hecho mucho.
La cara de jose había dejado de estar roja, desde que se presentó con los pantalones cortos no había dejado de estarlo.
-Que quieres decir con eso, a ver,¿que has hecho?
-Besos y tal.
-¿Pero ya conoces el cuerpo de una mujer no?
Descrucé mis piernas y las abrí un poco.
-Jeje -sonrió nerviosamente- no, no lo conozco aun
-Oye, le dije descaradamente-¿todavía estas puesto?,¿no se te baja?
-Jaja, no, todavía no, ahí se mantiene.
-Vaya, no me lo creo, no puede ser -dije.
-De verdad, sigue ahí.
Me desabroché otro tercer botón de la blusa sin que se diese cuenta y me acerque echándome sobre la mesa para coger un cenicero, esta vez jose pudo ver todo mi sujetador y volví a ver esa mirada en sus ojos, me puse de pie lentamente y me acerqué a él. ahí estaba sentado con su cuerpo fibroso y ese miembro que pedía a gritos salir de la toalla que lo cubria, yo ya estaba muy excitada.
-¿Quieres verme las tetas?, jose
-Si, -dijo-, y se volvió a sonrojar
Me subí un poco la falda y me senté sobre él, exactamente sobre su miembro, mientras el permanecía sentado, podía notar el tacto de la toalla en mi entrepierna, me quité la blusa y me quedé en sujetador.
-¿A qué esperas?-le pregunté.
Temblorosamente me quitó el sujetador y recorrió con sus grandes manos mis pechos, se detuvo en uno de mis pezones y lo pellizco con sus dedos, parecía que su nerviosismo pasaba, la sensación era grandiosa.
-Quítate la toalla -le dije.
Rápidamente se la quito y ahí lo volví a ver, esa hermosa polla debajo justo de mis piernas, realmente tenia una polla hermosa. Puse las manos sobre sus hombros y moví mi cadera arriba y abajo un par de veces para frotar mis pantys y mi coño a lo largo de su enorme polla, jose se estremeció de placer.
-Pon tu boca en mis pezones vamos.
Le sujeté la cabeza y se la apreté contra mi mientras su lengua pasaba por mis pezones rosados y erectos de placer. El placer iba creciendo, volví a mover mi cadera y a restregar mi coño contra su polla, estaba muy muy húmedo, y tenia los pantys calados, el muchacho volvió a gemir de placer.
-Muy bien mi niño, ahora vas a verme el coño -dije.
-Siii, medio gritó.
Me puse de pie y me acerqué todo lo que pude a su cara, mi entrepierna quedaba a la altura de su cara, me subí la falda del todo, y dejé al descubierto toda mi raja. Se quedó unos segundos mirando y rápidamente echó sus manos a mi culo y toda su cara y su boca a mi coño, notaba como presionaba su lengua contra mis pantys, le despegué por un momento y me los quite, me senté en el sofá y me abrí todo lo que pude de piernas, él volvió con las mismas ganas e ímpetu de antes y empezó a lamerme por todo el coño.
-Muy bien muy bien, sigue así jose -le dije entre gemidos
Tiré del capuchón de mi clítoris hacia arriba para dejar que me lo chupara mejor,y dirigí su cabeza con mis manos hacia ese punto, entones movió su brazo derecho y me metió un dedo que sacaba y metía una y otra vez.
-Como me pones lucia, te quiero follar, ufff, como me pones.
-Meteme dos dedos -le dije-, y no pares, muy bien, así así –
articulé como pude.
No dejaba de lamerme, mordisquearme los labios, y chuparme y succionarme el clítoris, me corrí dos veces, los dos gemíamos sin parar.
-Méteme tu polla ahora jose, vamos hazlo.
Se retiró un poco y pude ver su polla preparada, estaba húmeda y chorreaba gotas de semen, él se dio cuenta de que se la miraba asombrada.
-Me he corrido mientras te chupaba, pero ya esta otra vez lista -me dijo
Me abrí de nuevo todo lo que pude, y con mi mano derecha dirigí su enorme polla hacia mi agujero, me abrí el coño con una mano para que lo viese bien, entonces empujó y se metió dentro de mi, la sensación de tener su enorme polla dentro de mi fue indescriptible, casi me corrí, los ojos de jose estaban casi en blanco.
Agarre con mis manos su culo y le apreté contra mi, empezó a follarme y a empujar y no paró hasta que me corrí otras dos veces.
-Me encanta tu coño y me encanta follarte -jadeó.
No pude contestarle porque estaba en medio de un orgasmo y todo mi cuerpo se convulsionaba, después de ese orgasmo me aparté y me quedé mirando su verga, realmente estaba chorreando, y se veía irresistible, me arrodillé y le dije que se pusiera de pie, agarré su falo con una mano y con la otra le masajeé sus huevos, entonces me meti uno en la boca y empecé a juguetear con él, jose empezó a gemir.
-¿Te gusta? -dije.
-Siii, chupamela por favor -dijo jadeante.
Abrí la boca y me metí todo su pene en la boca, no llegue a metérmelo todo, así que empuje mas mi boca hacia adelante y me acerqué mas, aunque no conseguí que me entrase toda su polla en la boca, cuando me retiré lo hice lentamente, y jose gritó de placer, le rechupeteé su glande rojo y empecé a mamársela, la polla de ese joven era una de las mejores pollas que había probado en mis 40 años, sentirla en mi boca era genial, él no paraba de gemir y tocarme las tetas.
-Me corro -dijo jose.
-Vamos mi niño, córrete -le dije sin dejar de chupársela.
Entonces llegó, mi boca se empezó a llenar de rica leche calentita, abrí un poco la boca y se cayó parte deslizándose sobre mis pechos y mis muslos, las convulsiones de jose pararon y prácticamente desclavé mis uñas de su culo, me tragué el resto y supo riquísimo.
Los dos nos quedamos abrazados durante un tiempo, y luego volví a mi casa, a la mañana siguiente Ana me invitó de nuevo a su casa y me pidió perdón por no haber estado el día anterior, no había ni rastro de jose, "pero a cambio te contaré con todo lujo de detalles lo bien que salió mi cita, ya veras, te pondrás húmeda de solo oírlo" me dijo.
-Jeje, que exagerada -dije.
Yo, claro, no pude contarla lo bien que lo había pasado con su hijo, ni por supuesto la de veces que había tenido que ir al cuarto de baño casi escondiéndome para masturbarme mientras recordaba esa noche.
-Que si que si, ya hablaré contigo y tendremos una noche de chicas.
Mientras decía eso se metió la mano entre su bata y se tocó un pecho disimuladamente."Por cierto, ¿te gusta la lencería nueva que me he comprado?, mira que braguitas."
Se puso de pie y se abrió la bata, dejó al descubierto sus tetas, no eran tan grandes como las mías, pero estaban bien colocadas, no era la primera vez que las veía. Su mano derecha jugueteaba con la goma de su braguita roja para terminar bajado aun mas hasta su entrepierna tocándose suavemente, un poco de pelo asomaba saliéndose de su ropa interior.
-Es super suave -dijo- a ver la tuya
-Jaja, déjame en paz anda -le dije en tono de broma.
-Tía, no seas así.
No me quedó otra y tuve que bajarme los pantalones hasta las rodillas por su empeño, mis braguita eran blancas.
-Anda, son chulas, pero no creo que sean tan suaves como las mías, acércate
me acerqué y me puse de pie mientras ella permanecía sentada, extendió una mano y empezó a tocarme suavemente sobre la braguita con tres dedos sobre el monte de venus, después bajó un poco y llego a mi clítoris, suspiré, ella parecía decidida, seguía tocándome, en ese momento rozó mi clítoris por novena vez y salió de mi boca u
n "para" como podía haber dicho "lluvia", o "sol".
Ella se puso un poco incomoda y paró, parecía enfadada, asi que intenté arreglarlo un poco.
-Para que me pones tía, jaja, era broma tonta,-dije sonriendo.
-Jaja, como eres luci, venga, tócame tu a mi, a ver cual te parece mas suave.
Puso sus piernas sobre la silla y las mantuvo abiertas, otra vez su vulva asomaba al igual que los pelitos, rápidamente me cogió la mano derecha y la puso sobre su vulva, sus pezones parecían ponerse erectos.
-Venga toca, a ver si es suave.
Palpé un poco con dos dedos, podía sentir sus labios, añadí un tercer dedo y esta vez palpé desde arriba hasta abajo, recorriendo toda su entrepierna, Ana abrió la boca pero no salió sonido de su boca.
-Deja que toque otra vez tu braguita blanca -comentó.
Movió su manó y empezó a tocarme, fue directa al clítoris y rápidamente me mojé.
-tu tienes menos pelo que yo, mira -dijo Ana.
Mientras, se retiraba su braguita roja y dejaba al descubierto todo su coño, realmente tenia mucho más pelo que yo, sus labios brillaban, estaba húmeda, me retiró mis braguitas y se quedó observando mi coño.
-si, realmente tú tienes menos pelo -volvió a decir.
Su clítoris empezó a crecer, era realmente grande, mucho más grande que el mio, ella se dio cuenta y me sugirió que se lo tocara si tenia curiosidad, se lo toqué y se estremeció. Se puso de pie poniendo una pierna sobre la silla de la cocina y se abrió el coño con las manos, parte de sus dedos quedaban ocultos por sus pelos, pero el clítoris sobresalía sobremanera.
Chúpame -dijo Ana.
Empecé a chuparla, tenia un coño muy excitante, jugueteé con sus labios, pero no podía dejar de concentrarme en su increíble clítoris, Ana cada vez jadeaba mas, y movía sin control sus piernas como si se fuese a caer de rodillas.
-¿Quieres que te meta un dedo? -le dije
-Méteme varios luci, fóllame dios.
Seguí lamiéndola y metiendo y sacando de ella primero uno, después dos, y hasta tres dedos que me pidió que usara, no paraba de gemir y de gritar, después sentí su sacudida, tenia casi todo mi brazo y mi cara con sus deliciosos jugos, me acarició las mejillas y me beso apasionadamente. Después salió corriendo desnuda y la ví volver a los pocos segundos, traía en su mano un consolador.
-Luci cariño, vas a probar esto, verás que bien, jaja.
Besó delicadamente mis tetas, deteniéndose en mis pezones, mi coño estaba totalmente húmedo de antes, pero si algo le faltaba esa fue la gota que colmó el vaso. Me metió un dedo por mi chocho e introdujo el consolador en la boca como si le hiciese una felación, luego me lo pasó a mi y lo mamé igualmente. Instintivamente me recosté apoyando mis pechos sobre la mesa redonda de la cocina y le di a Ana el culo, ella respondió abriéndome mis nalgas y besándome el ano y el coño, sentí un placer exquisito en esa posición.
-Muy bien luci cielo, no sabes como me calientas, ahora te voy a hacer sufrir un poquito.
Yo seguía en esa posición, Ana movía insistentemente el vibrador por la superficie de mi año y de mi coño que ya no aguantaba mas.
-Métemelo por favor Ana.
-¿Lo quieres?, respondió.
-Si, por favor, métemelo ya.
el vibrador se abrió camino por mi coño, pero retrocedía al instante, así ocurrió dos veces hasta que la tercera entró hasta el fondo, me moría de placer, la sensación solo era comparable a la polla de jose introduciéndose en mi. Ana no dejaba de acariciarme el culo y meter y sacar el consolador, la sensación era increíble, pero quería volver a ver el cuerpo de mi amiga, asi que me di la vuelta y me senté sobre la mesa con las piernas abiertas, Ana no dejo de meterme el vibrador pero ahora demás me besaba y me tocaba las tetas.
-¿ya sabes por que siempre que te hacia venir a mi casa estaba en la ducha con la puerta abierta lucia?
-ummm, sabes que siempre me han gustado tus tetas Ana, y ahora adoro tu coño también.
Fue terminar la frase y correrme agarrando fuerte a Ana para aguantar el orgasmo, en ese momento sonó la
puerta, era jose, el hijo de Ana que volvía. Nos vestimos como pudimos, Ana se puso la bata y yo me subí rápidamente las bragas y los pantalones, cuando jose saludó a su madre y a mi actuamos como si no hubiese pasado nada, dije que era muy tarde y me despedí de ambos, justo antes de llegar a la puerta noté que jose me seguía, me hizo girar sobre mi misma y me besó, yo le correspondí y noté su querido bulto, creciendo para mi, consiguió meterme la mano por el pantalón aunque llevaba uno muy estrecho y me tocó el chocho el cual estaba realmente húmedo después de todo lo que había pasado.
-Qué rápido te calientas -dijo.
En ese momento Ana llamó a jose y me marché directamente a mi cuarto de baño para masturbarme y bajarme el calentón que acumulaba, pensé en el coño de mi amiga Ana, y en la excitante verga de jose entrando en mi coño, puse una mano en mi clítoris y con la otra imaginaba que era la polla de jose entrando y saliendo de mi, mi chocho estaba derretido de placer, pronto empecé a sacudirme. Desde entonces prácticamente no hay dia que no suba al piso 5º.
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