Cómo empezar... Había una vez en mi vida que me puse en pareja con una muchacha muy bonita. Conformamos una relación que duró varios años. Cuando conocí a sus padres, ambos incursionando los 50 años. Les caí muy bien de entrada y ellos a mí. Eran muy agradables por dentro y por fuera, además de ser paternales y cariñosos conmigo.
Al comienzo, me quedaba a dormir un sábado hasta que empezaba a quedarme los fines de semana. Los cuatro la pasábamos genial comiendo, chupando, escuchando música y viendo películas. Y riéndonos de todo. Y terminaba con sexo a full con mi pareja en su habitación.
Sin darme cuenta el momento exacto de cuando empezó lo que voy a narrar, ya estaba mirando disimuladamente el cuerpo de mi suegra (que no fue, pero la llamaremos así), fina a la hora de trabajar, de estatura baja, peso normal (apenas rellenita) ojos expresivos y bellos, voz muy dulce, pelo castaño ondulado, labios carnosos... Una mujer que fue muy linda de joven juzgando las fotos de familia. Pero de más grande, se volvió más atractiva (alguna vez se lo llegué a decir en la mesa) Muy sexy también por su forma de mirada que de vez en cuando me la plantaba buscando provocarme, con alguna copita de más, y me ponía nervioso porque intuía que me incomodaba entonces se sonreía. A veces, cuando me aparecía para saludarla por las mañanas domingueras luego de quedarme a dormir, ella estaba en bata donde se podían apreciar sus tetas muy lindas por cierto y solía bajar fugazmente la mirada hacia mi entrepierna delante de su marido antes de sentarme y eso me calentaba. Cuando estaba escotada para la cena familiar, solía mirarse sus pechos bonitos y los sacaba apenas hacia adelante como para llamar la atención. Me calentaba porque lo hacía apropósito. Pero estoy dejando para lo último lo mejor que poseía que era… SU CULO.
Era grande y hermoso para su edad. Parado hacia arriba como las arañas culonas. Yo se lo miraba poseídamente cada tanto que podía y me lo registraba en la memoria para las futuras pajas que empezaba a hacerme en su baño.
Y me calentaba mucho cuando mi futuro suegro hacia alardes del culo de su mujer. Llevaban casi 35 años de casados y se vanagloriaba todo el tiempo de los glúteos de su esposa: “Me casé con el culo más hermoso del barrio”, solía decir. En verano, cuando mi suegra usaba calzas…Dios mío… Una tortura era verla. Entonces, ya saben, la señora, madre de mi novia, se agachaba para sacar algo del horno y el travieso de mi suegro, buscando generar risas, la cazaba jugando por atrás haciendo algún gesto obsceno. Y así, siempre la jodía agarrándola desprevenida por todos lados de la casa. Por atrás, siempre…
Me gustaba sentarme en el inodoro que ella misma usaba y me hacía pajas muy fuertes e intensas antes de ducharme porque lo sentía todo muy real, tangible. El chorro de semen llegaba al metro y medio sobre el piso. Tomaba alguna bombacha de hilo fino colgada en las llaves de la ducha y me la ataba a la pija cuando me la sacudía.
Una mañana estaba solo en esa casa. Y caliente con ella. Entré a su habitación, desnudo con la pija parada porque sabía lo que iba a hacer. Me acosté en su cama desecha bajo las sabanas del lado donde duerme obviamente y comencé a oler su almohada (usaba un perfume rico que se ponía para trabajar) buscando el aroma dulzor de su saliva seca completamente excitado sintiendo que la pija se me desprendía del cuerpo por los fuertes calambres que me generaba la erección. Tome su bata de seda que estaba bajo esa almohada, la reposé sobre mi cuerpo y me refregaba con ella la zona donde cubren sus pechos por todo mi rostro pasándole la pija, la lengua y hasta llegué a escupirla. (Mientras, imaginaba que se ponía la bata a la mañana siguiente y veía como sus pechos rozaban la seda escupida y babeada por mí, con olor a mi chota… Y así sucedió luego en los días siguientes!) El sentir la seda sobre mis bolas, los pechos y el perfume que la bata emanaba… no tenía que sacudírmela tanto para hacer semejante enchastre sobre todo mi pecho. Porque obviamente antes de eyacular, acomodé la bata sobre mis huevos para abajo así no mancharla y moví la pija hacia un costado para no pegarme el chorro en la cara. Por eso, una fracción del chorro fue a dar en la almohada de ella justo a centímetros de mi cabeza, el resto al pecho y en el piso porque estaba acostado bien sobre el borde. Pensaba que había sido la mejor paja que podía haberle dedicado…
Pero no fue así. La próxima estaría por venir.
Una mañana de verano, de esa que corre apenas una brisa tibia y se te para el choto, encontrándome solo con la suegra y un sobrinito de 6 años que se había quedado a dormir, coincidió en el quehacer de los tres luego del almuerzo para hacer un viaje en colectivo juntos. Yo iba a jugar a la pelota a un club y ella tenía que llevar al nieto al colegio. Mi suegra y el sobri con la mochila estaban listos para salir y noté que mi suegra se había cambiado de ropa con una remera ajustada color negra y esa terrible calza azul que me había cicatrizado el hipotálamo porque era la que mejor le marcaba el culo. Era impresionante ver como la tela de la calza era absorbida entre esos cachetes. Caminaba y los cachetes se amortiguaban al movimiento como un flan entre un apenas abrirse y cerrarse. No exagero. Me empezaba acelerar el corazón porque sabía que el colectivo podía ir lleno ese mediodía debido a que los chicos viajan con sus mamis tanto para volver a casa como para entrar al cole como haría el sobri. Así que me puse en modo perverso y empecé a imaginar que rozarle el culo encalzado con mi pija podía volverse real. Por eso volví rápidamente a la habitación de mi pareja, me quité el pantalón deportivo y el calzoncillo y me puse… solo el short que uso en la cancha que tiene la tela muy finita y suave. Ni bien cambiado, estaba con la pija parada casi así que luego de sacudirla un rato por lo excitado, tuve que esperar a calmarme para salir porque el sobri estaba jugado con la hora y tenían que irse.
Al fin, salimos los tres a la parada.
Todavía recuerdo como le miraban el culo en la parada y hasta algún bocinazo. Mientras hablaba con ella por cuan y tal cosa, teniéndola casi de espaldas, tuve que disimuladamente ponerme la mochila donde cargaba los botines delante de mi entrepierna para taparme la erección que empezaba a gestarse porque la turra solía apenas agacharse sacando el culo apenas hacia mi lado con el pretexto de acomodarle el cuello del guardapolvo al pibe o darle besos en la cara (era muy mimosa). Yo mientras rezaba cuando la veía “así” que el colectivo viniese lleno para que me sintiera la pija empujando su culo y descubriera lo que se comía su hija.
Y así fue amigos. Lo narro en tiempo presente para hacer más viva la situación.
Llega el colectivo y cuando a pleno sol vez que no hay luz adentro ya te dice que está hasta las pelotas de gente. Siento como me hierve la sangre en la punta de la chota. La abuela alza al nieto (me dijo que lo hacía para que le den el asiento) y subimos como pudimos estando yo tan cerca del culo que casi podía tocarlo. Pero aún conservaba distancia. En un momento, me pongo tan ansioso que pierdo la erección ni bien pudimos acomodarnos. Ella pone la sube y no tenía mucho más para avanzar porque estaba atiborrado de gente. Yo ya estoy frustrado en mi deseo porque ella aparte se coloca bien de costado hacia mí, de cara a la máquina de la sube y con el pibe en brazos y yo a su lado, pegado casi al colectivero. Siento apenas el roce de caderas pero no más que eso. Me relajo aflojando ambas manos que agarran la mochila delante de la entrepierna y me cuelgo el bolso al hombro, resignado ya de lograr el cometido. Las pulsaciones retoman la calma.
De repente, un señor flaco de unos 60 años, vestido informal, se levanta del asiento delantero que está puesto mirando hacia el resto con el respaldo adosado a la máquina de la sube y se lo ofrece a mi suegra para que pueda sentar al sobri. Mi suegra retrocede para que se levante el señor y gira poniéndose de espaldas a mí y ahí sentí como me apoyo una buena parte de su cachete derecho sobre mi pierna. Me aceleran las pulsaciones nuevamente. Queda el asiento vacío. Mi suegra sienta al pibe quedando justo parada a su lado y el señor muy vivaracho se pone detrás de mi suegra. Veo disimuladamente como el viejo estando quietito le apoya la chota en el culo de mi suegra y mi erección resucitó de una patada. Yo sigo pegado a la máquina de la sube, lugar donde estaba ella, así que dejo que se ponga dura tranquila. Siento como antes el roce de costado pero el hecho que el viejo y ella están casi abotonados me la pone dura como una estaca. En un momento me dije que no podía desaprovechar la oportunidad, entonces cuando el colectivo para y suben dos personas más, yo empujo de a poco al viejo pidiéndole permiso y lo despego del orto hermoso de mi suegra para acomodarme yo justo en él
Queridos… no puedo explicar lo que fue desde el primer segundo que le apoyo con fuerza la pija parada de costado sobre ese orto divino. (Pónganse cachondos y presionen la verga sobre un globo muy inflado, es lo mismo). Mis mejillas están calientes y mis manos traspiraban. Ella, cada tanto, juega dándole besos al sobri sentado y entretenido con el celular y a la vez, estando media agachada, me empuja más fuerte la chota dura con el culo. Y no conforme con eso, empieza a moverlo hacia los costados como si estuviera bailando mientras le hace cosquillas al nene y le saca el celular jugando. ¡Qué hija de puta, me digo a mí mismo! Yo estoy con ganas de bajarme el short y pintarla toda sobre la calza. Ya no doy más y, poseído, empiezo a descuidar los modos frente a los demás y con lentos movimientos pélvicos le presiono bien la pija dura y cada vez más sobre uno de los cachetes. Es mi forma de responderle. Ella no se mueve aunque la empujo bien fuerte. Casi toda la sangre en la punta de mi chota. Fue HERMOSO.
Estaba enajenadísimo. Todo sucedió entre 5 y 10 minutos hasta que comenzó a bajarse gente dejando más espacio. Me calmé y me puse del otro costado haciéndome el pelotudo. Ya un poco avergonzado porque la calentura había bajado, no podía verle la cara a mi suegra. Sentía que la había violado consentidamente. Sus roces y empujadas me habían hecho apenas eyacular. Me di cuenta más tarde que tenía un poco de semen en la chota. Tenía que bajarme así que le di un beso ambos (a ella le puse mis labios húmedos casi en la comisura de sus labios) y me baje del colectivo.
Cuando llegué al club, aún era temprano (justamente para no perderme el viaje que tuve) y no había llegado nadie del equipo de futbol. Me encierro en el vestuario y me clavé la paja de mi vida en 2 minutos. Con pocas energías por todo lo vivido, esa tarde casi no toque la pelota en el partido porque seguía en modo pelotudo. “Que ganas de cogerla” pensaba mientras corría estúpidamente de un lado al otro y oyendo las bardeadas que me hacían mis amigos porque no cazaba una… Solo pensaba en ese culo grande y hermoso y en penetrarlo.
Esa noche justo mi pareja me había invitado a cenar y quedé a dormirme también siendo un día lunes, nunca me lo olvido. Esa noche mi suegra estaba rara… Callada y un poco malhumorada. Su humor era diferente a como era habitualmente. Estaba fastidiosa con su marido, lo retaba por cualquier cosa y a su hija no le daba cabida tampoco. Supongo que ha sido descolocada también. Yo me mostraba feliz y cariñoso con su hija. Creo que mostrarme así a propósito como un mecanismo de defensa para que no se preocupara por nada. Pero ella se manifestó débil. Estoy seguro que me deseaba y se sentía impotente de no poder mandar todo a la mierda y cogerme toda la noche. Pero no había más nada que hacer. En esa casa había amor y respeto como una familia religiosa amoldada a las reglas. Y el límite llegó a su punto máximo en esa tarde en el colectivo.
Yo empecé a portarme bien. Me contuve. Empecé a tener miedo de mí mismo por no saber hasta dónde llegar… Y jamás intenté cosa semejante. Concentré toda atención en mi pareja aunque nunca dejé de desearla y a veces tenía que calmarme con alguna paja. Ella, por otro lado, tomo un poco más de distancia sin dejar de quererme.
Esta historia fue real y, sin querer ser despectivo, no son como todas esas mentiras que leemos sobre suegras y yernos que se basan en la fantasía cultural de coger a la madre de tu pareja. Puede suceder que se concrete pero la mayoría de las historias son inventadas. Acá no se exageró nada.
Mando fotos para ilustrar un parecido del culo mi suegra.
Perdón por robarles las fotos de acá.
Eso es todo amigos!
Al comienzo, me quedaba a dormir un sábado hasta que empezaba a quedarme los fines de semana. Los cuatro la pasábamos genial comiendo, chupando, escuchando música y viendo películas. Y riéndonos de todo. Y terminaba con sexo a full con mi pareja en su habitación.
Sin darme cuenta el momento exacto de cuando empezó lo que voy a narrar, ya estaba mirando disimuladamente el cuerpo de mi suegra (que no fue, pero la llamaremos así), fina a la hora de trabajar, de estatura baja, peso normal (apenas rellenita) ojos expresivos y bellos, voz muy dulce, pelo castaño ondulado, labios carnosos... Una mujer que fue muy linda de joven juzgando las fotos de familia. Pero de más grande, se volvió más atractiva (alguna vez se lo llegué a decir en la mesa) Muy sexy también por su forma de mirada que de vez en cuando me la plantaba buscando provocarme, con alguna copita de más, y me ponía nervioso porque intuía que me incomodaba entonces se sonreía. A veces, cuando me aparecía para saludarla por las mañanas domingueras luego de quedarme a dormir, ella estaba en bata donde se podían apreciar sus tetas muy lindas por cierto y solía bajar fugazmente la mirada hacia mi entrepierna delante de su marido antes de sentarme y eso me calentaba. Cuando estaba escotada para la cena familiar, solía mirarse sus pechos bonitos y los sacaba apenas hacia adelante como para llamar la atención. Me calentaba porque lo hacía apropósito. Pero estoy dejando para lo último lo mejor que poseía que era… SU CULO.
Era grande y hermoso para su edad. Parado hacia arriba como las arañas culonas. Yo se lo miraba poseídamente cada tanto que podía y me lo registraba en la memoria para las futuras pajas que empezaba a hacerme en su baño.
Y me calentaba mucho cuando mi futuro suegro hacia alardes del culo de su mujer. Llevaban casi 35 años de casados y se vanagloriaba todo el tiempo de los glúteos de su esposa: “Me casé con el culo más hermoso del barrio”, solía decir. En verano, cuando mi suegra usaba calzas…Dios mío… Una tortura era verla. Entonces, ya saben, la señora, madre de mi novia, se agachaba para sacar algo del horno y el travieso de mi suegro, buscando generar risas, la cazaba jugando por atrás haciendo algún gesto obsceno. Y así, siempre la jodía agarrándola desprevenida por todos lados de la casa. Por atrás, siempre…
Me gustaba sentarme en el inodoro que ella misma usaba y me hacía pajas muy fuertes e intensas antes de ducharme porque lo sentía todo muy real, tangible. El chorro de semen llegaba al metro y medio sobre el piso. Tomaba alguna bombacha de hilo fino colgada en las llaves de la ducha y me la ataba a la pija cuando me la sacudía.
Una mañana estaba solo en esa casa. Y caliente con ella. Entré a su habitación, desnudo con la pija parada porque sabía lo que iba a hacer. Me acosté en su cama desecha bajo las sabanas del lado donde duerme obviamente y comencé a oler su almohada (usaba un perfume rico que se ponía para trabajar) buscando el aroma dulzor de su saliva seca completamente excitado sintiendo que la pija se me desprendía del cuerpo por los fuertes calambres que me generaba la erección. Tome su bata de seda que estaba bajo esa almohada, la reposé sobre mi cuerpo y me refregaba con ella la zona donde cubren sus pechos por todo mi rostro pasándole la pija, la lengua y hasta llegué a escupirla. (Mientras, imaginaba que se ponía la bata a la mañana siguiente y veía como sus pechos rozaban la seda escupida y babeada por mí, con olor a mi chota… Y así sucedió luego en los días siguientes!) El sentir la seda sobre mis bolas, los pechos y el perfume que la bata emanaba… no tenía que sacudírmela tanto para hacer semejante enchastre sobre todo mi pecho. Porque obviamente antes de eyacular, acomodé la bata sobre mis huevos para abajo así no mancharla y moví la pija hacia un costado para no pegarme el chorro en la cara. Por eso, una fracción del chorro fue a dar en la almohada de ella justo a centímetros de mi cabeza, el resto al pecho y en el piso porque estaba acostado bien sobre el borde. Pensaba que había sido la mejor paja que podía haberle dedicado…
Pero no fue así. La próxima estaría por venir.
Una mañana de verano, de esa que corre apenas una brisa tibia y se te para el choto, encontrándome solo con la suegra y un sobrinito de 6 años que se había quedado a dormir, coincidió en el quehacer de los tres luego del almuerzo para hacer un viaje en colectivo juntos. Yo iba a jugar a la pelota a un club y ella tenía que llevar al nieto al colegio. Mi suegra y el sobri con la mochila estaban listos para salir y noté que mi suegra se había cambiado de ropa con una remera ajustada color negra y esa terrible calza azul que me había cicatrizado el hipotálamo porque era la que mejor le marcaba el culo. Era impresionante ver como la tela de la calza era absorbida entre esos cachetes. Caminaba y los cachetes se amortiguaban al movimiento como un flan entre un apenas abrirse y cerrarse. No exagero. Me empezaba acelerar el corazón porque sabía que el colectivo podía ir lleno ese mediodía debido a que los chicos viajan con sus mamis tanto para volver a casa como para entrar al cole como haría el sobri. Así que me puse en modo perverso y empecé a imaginar que rozarle el culo encalzado con mi pija podía volverse real. Por eso volví rápidamente a la habitación de mi pareja, me quité el pantalón deportivo y el calzoncillo y me puse… solo el short que uso en la cancha que tiene la tela muy finita y suave. Ni bien cambiado, estaba con la pija parada casi así que luego de sacudirla un rato por lo excitado, tuve que esperar a calmarme para salir porque el sobri estaba jugado con la hora y tenían que irse.
Al fin, salimos los tres a la parada.
Todavía recuerdo como le miraban el culo en la parada y hasta algún bocinazo. Mientras hablaba con ella por cuan y tal cosa, teniéndola casi de espaldas, tuve que disimuladamente ponerme la mochila donde cargaba los botines delante de mi entrepierna para taparme la erección que empezaba a gestarse porque la turra solía apenas agacharse sacando el culo apenas hacia mi lado con el pretexto de acomodarle el cuello del guardapolvo al pibe o darle besos en la cara (era muy mimosa). Yo mientras rezaba cuando la veía “así” que el colectivo viniese lleno para que me sintiera la pija empujando su culo y descubriera lo que se comía su hija.
Y así fue amigos. Lo narro en tiempo presente para hacer más viva la situación.
Llega el colectivo y cuando a pleno sol vez que no hay luz adentro ya te dice que está hasta las pelotas de gente. Siento como me hierve la sangre en la punta de la chota. La abuela alza al nieto (me dijo que lo hacía para que le den el asiento) y subimos como pudimos estando yo tan cerca del culo que casi podía tocarlo. Pero aún conservaba distancia. En un momento, me pongo tan ansioso que pierdo la erección ni bien pudimos acomodarnos. Ella pone la sube y no tenía mucho más para avanzar porque estaba atiborrado de gente. Yo ya estoy frustrado en mi deseo porque ella aparte se coloca bien de costado hacia mí, de cara a la máquina de la sube y con el pibe en brazos y yo a su lado, pegado casi al colectivero. Siento apenas el roce de caderas pero no más que eso. Me relajo aflojando ambas manos que agarran la mochila delante de la entrepierna y me cuelgo el bolso al hombro, resignado ya de lograr el cometido. Las pulsaciones retoman la calma.
De repente, un señor flaco de unos 60 años, vestido informal, se levanta del asiento delantero que está puesto mirando hacia el resto con el respaldo adosado a la máquina de la sube y se lo ofrece a mi suegra para que pueda sentar al sobri. Mi suegra retrocede para que se levante el señor y gira poniéndose de espaldas a mí y ahí sentí como me apoyo una buena parte de su cachete derecho sobre mi pierna. Me aceleran las pulsaciones nuevamente. Queda el asiento vacío. Mi suegra sienta al pibe quedando justo parada a su lado y el señor muy vivaracho se pone detrás de mi suegra. Veo disimuladamente como el viejo estando quietito le apoya la chota en el culo de mi suegra y mi erección resucitó de una patada. Yo sigo pegado a la máquina de la sube, lugar donde estaba ella, así que dejo que se ponga dura tranquila. Siento como antes el roce de costado pero el hecho que el viejo y ella están casi abotonados me la pone dura como una estaca. En un momento me dije que no podía desaprovechar la oportunidad, entonces cuando el colectivo para y suben dos personas más, yo empujo de a poco al viejo pidiéndole permiso y lo despego del orto hermoso de mi suegra para acomodarme yo justo en él
Queridos… no puedo explicar lo que fue desde el primer segundo que le apoyo con fuerza la pija parada de costado sobre ese orto divino. (Pónganse cachondos y presionen la verga sobre un globo muy inflado, es lo mismo). Mis mejillas están calientes y mis manos traspiraban. Ella, cada tanto, juega dándole besos al sobri sentado y entretenido con el celular y a la vez, estando media agachada, me empuja más fuerte la chota dura con el culo. Y no conforme con eso, empieza a moverlo hacia los costados como si estuviera bailando mientras le hace cosquillas al nene y le saca el celular jugando. ¡Qué hija de puta, me digo a mí mismo! Yo estoy con ganas de bajarme el short y pintarla toda sobre la calza. Ya no doy más y, poseído, empiezo a descuidar los modos frente a los demás y con lentos movimientos pélvicos le presiono bien la pija dura y cada vez más sobre uno de los cachetes. Es mi forma de responderle. Ella no se mueve aunque la empujo bien fuerte. Casi toda la sangre en la punta de mi chota. Fue HERMOSO.
Estaba enajenadísimo. Todo sucedió entre 5 y 10 minutos hasta que comenzó a bajarse gente dejando más espacio. Me calmé y me puse del otro costado haciéndome el pelotudo. Ya un poco avergonzado porque la calentura había bajado, no podía verle la cara a mi suegra. Sentía que la había violado consentidamente. Sus roces y empujadas me habían hecho apenas eyacular. Me di cuenta más tarde que tenía un poco de semen en la chota. Tenía que bajarme así que le di un beso ambos (a ella le puse mis labios húmedos casi en la comisura de sus labios) y me baje del colectivo.
Cuando llegué al club, aún era temprano (justamente para no perderme el viaje que tuve) y no había llegado nadie del equipo de futbol. Me encierro en el vestuario y me clavé la paja de mi vida en 2 minutos. Con pocas energías por todo lo vivido, esa tarde casi no toque la pelota en el partido porque seguía en modo pelotudo. “Que ganas de cogerla” pensaba mientras corría estúpidamente de un lado al otro y oyendo las bardeadas que me hacían mis amigos porque no cazaba una… Solo pensaba en ese culo grande y hermoso y en penetrarlo.
Esa noche justo mi pareja me había invitado a cenar y quedé a dormirme también siendo un día lunes, nunca me lo olvido. Esa noche mi suegra estaba rara… Callada y un poco malhumorada. Su humor era diferente a como era habitualmente. Estaba fastidiosa con su marido, lo retaba por cualquier cosa y a su hija no le daba cabida tampoco. Supongo que ha sido descolocada también. Yo me mostraba feliz y cariñoso con su hija. Creo que mostrarme así a propósito como un mecanismo de defensa para que no se preocupara por nada. Pero ella se manifestó débil. Estoy seguro que me deseaba y se sentía impotente de no poder mandar todo a la mierda y cogerme toda la noche. Pero no había más nada que hacer. En esa casa había amor y respeto como una familia religiosa amoldada a las reglas. Y el límite llegó a su punto máximo en esa tarde en el colectivo.
Yo empecé a portarme bien. Me contuve. Empecé a tener miedo de mí mismo por no saber hasta dónde llegar… Y jamás intenté cosa semejante. Concentré toda atención en mi pareja aunque nunca dejé de desearla y a veces tenía que calmarme con alguna paja. Ella, por otro lado, tomo un poco más de distancia sin dejar de quererme.
Esta historia fue real y, sin querer ser despectivo, no son como todas esas mentiras que leemos sobre suegras y yernos que se basan en la fantasía cultural de coger a la madre de tu pareja. Puede suceder que se concrete pero la mayoría de las historias son inventadas. Acá no se exageró nada.
Mando fotos para ilustrar un parecido del culo mi suegra.
Perdón por robarles las fotos de acá.
Eso es todo amigos!
10 comentarios - Los Roces con la Suegra... 100% real!