Juego y deseo

Los días pasaban y se hacían más cercanos, la confianza empezaba a fluir. Cada día buscando alguna manera de estar cerca de Jhon, Kassandra entraba en su cuarto, doblaban su ropa, o hacían alguna otra cosa, ella escuchaba sus historias, y mientras él narraba alguna de sus conquistas, los dos terminaban abrazados, echados en la cama, ella acariciaba su barriguita, su pecho, sus brazos, su rostro; y él sus cabellos, en algún momento quizás se puso nervioso y empezó un juego, "Las mordidas", algunas intensas y otras suaves, mordidas de deseo, estás los llevaban a colocarse en posiciones algo atrevidas, ella respiraba su aliento, y el rosaba sus labios por su piel, ella sentía sus manos recorrer su cintura y bajar hasta sus piernas, ligera presión en sus caderas y siempre se dejaba llevar por aquel juego inocente. Quizas sus manos necesitaban tocarla, ir más allá, pero se contenía y estallaba en una mordida que le dejaba huella, dolorosas pero ricas
....
Uno de aquellos días, de muchas emociones en el aire. Kassandra decide quedarse en la habitación de Jhon, ella se hizo la dormida, le llamaban pero no despertaba, cuando de pronto, con una voz que retumbaba el pequeño cuarto... el rey de la casa dijo: ¡¡¡Kassandra, vaya a su cuarto!!!... Al instante ella saltó de la cama. No era posible, ¡que loca idea!, pero ella salió con una sonrisa en su corazón.
No quiero ni imaginar las palabras que a él le habrán caído cuando ella se retiró.
Pero para Kassandra lo único que importaba era estar cerca de él. Ella sentía que había una conexión entre los dos, pero él no se mostraba evidente, ella no podía leer su mente.
Me preguntó si Jhon se daba cuenta de los sentimientos de Kassandra?, si él tambien sentía algo por ella?, es decir algo más allá de lo normal. o ¿fue sola la imaginación de ella?...
Para Jhon era una situación muy complicada, toda la responsabilidad caía sobre él, no podía permitirse mostrar sus sentimientos. Un solo paso en falso y él quedaba fuera de todo, no familia, no hogar, no nada.
Aunque tenerla ahí cerca, él no era de piedra, la niña tenía sus encantos, vamos, un hombre como él que estaba acostumbrado a tener a la mujer que quisiera, pero con ella era diferente, ella era una niña, ella era su... no puedo decirlo , ella era prohibida. Y jamás debería pasar nada. El tendría que cuidarla de cualquier peligro.
Pero muy dentro de él ... Fuera de todas las barreras y prejuicios humanos, Kassandra no le era indiferente, aunque ella no podía leer sus pensamientos, y era mejor así; algo en su mente y corazón iba creciendo, un deseo incontrolable por tenerla pero también la lucha interna por rechazarla.

¿Jhon será más fuerte que la pasión y el deseo que crece cada día, o Kassandra logrará seducirlo con su juego y locura?
Dejame tus comentarios... me gustan las rosas y los besos si son con mordida... muah