You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Víctima de la más agradable sorpresa -Parte II y final-

Por si no recuerdan como venía la historia, la historia arrancaba acá


http://www.poringa.net/posts/relatos/4096161/Victima-de-la-mas-agradable-sorpresa.html



Pero en resumen, Marga, una señora casada, tiene sus juegos conmigo. Cuando quiere, del modo que se le antoja. Y yo, que soy su víctima, siempre me dejo llevar por sus sorpresas.
Esta vez fui convocado a un departamento misterioso en El Barrio de Colegiales, y Marga me había convidado con una amiga, Silvana, con la que tendría una maravillosa sesión de sexo, que provocaría una hermosa paja en Marga, y luego, como regalo... un espectáculo lesbico inolvidable. 


Pero nada había terminado ahi. 
Por el contrario. el asunto recién empezaba.
Después de haberse matado en el choque de sus cuerpos, hubo un movimiento sincronizado: Silvana se alejó del lugar, y Marga se acercó hasta mí en silencio.
Pasó las yemas de sus dedos por mi espalda, en un movimiento suave e inequívoco. Descendió hasta la cintura, y allí, firme, agarró mis nalgas y se aferró a ellas, acercando su cuerpo al mio. 
Se frotó contra mi, como hasta hacia un instante, se frotaba contra Silvana. 
Sintió que su miembro empezaba a hincharse otra vez, listo para la acción. Y sintió que, casi sin proponérselo, la cabeza de su pija, buscaba perforar el cuerpo de Marga.
Ella dejó escapar un gemido, pero se apartó un poco, y le dijo en el oido, c como un susurro... quiero que le hagas el orto a Silvana. Yo se muy bien que eso es lo que ella necesita, lo que le esta faltando hoy. 
Así que, con el nuevo mandato, allí fui. Agarré la cintura de Silvana, y la di vuelta. Tenía razón Marga... esa mujer quería ser culeada de inmediato. Apoyé la punta de mi pija en el asterisco de su ogete, y ella sola empujó para atrás ensartándosela. 
Nos quedamos quietos un segundo, y Marga tomó la iniciativa. Sería ella quien condujera este acto, que quizás fuera el último de la jornada.
Se hizo lubricar los dedos de su mano. Hundió dos dedos en la boca de Silvana, y dos dedos en mi boca, hasta sentir que sus dedos estaban lo suficientemente mojados de saliva de sus dos amigos. 


Y allí empezó su trabajo... pajeandola despacito. Recorría a su amiga rodeando el clítoris, entre sus labios, y frotándolo. Silvana moría de placer, y cada estertor eléctrico de su cuerpo generaba un movimiento que caía exactamente en El Centro de mi pija, que estaba ensartada en su culo. 
Sus otros dedos, buscaban mis nalgas. Primero puerteandome con sus dedos ensalivados mi ogete, luego enterrándome el indice en mi culo. 
Me estaba culeando con sus dedos. 
Mi cuerpo se tensó. Por la sorpresa, y por el placer inmenso que me daban esos dedos, y ese culo, y esos movimientos de Silvana, y los ojos perversos de Marga, que no paraba de pajearnos a los dos simultáneamente... 
La mirada dulce de Marga había desaparecido por completo. Quería más intensidad, y así lo estaba logrando, al ritmo de sus dedos. Quería violencia, y sus dedos se movían como si fuera un cuerpo que estaba penetrando otros cuerpos.
Y como la directora de la escena que era, nos separó, nos puso a Silvana y a mi boca abajo, y nos clavó sus dedos en los culos, cogiéndonos en forma salvaje.
Yo acerqué mi boca a la de Silvana, y nos besamos. Mi lengua y su lengua, se entrelazaban con furia.
Además del estimulo de los dedos de Marga, sentí en mi pija la mano de Silvana. Y le devolví el favor.
Mientras Marga nos culeaba con sus dedos, nosotros nos pajeabamos con los nuestros, y nos besábamos ricamente.
Marga, para no ser menos, se había montado sobre mis muslos, y se frotaba.
Tuve que anunciar lo que se avecinaba... 


-Voy a acabar.
-siiiii- dijo Silvana- yo también, te acabo en la mano, papito... 
-si, si, si, quiero que acaban putitos míos- dijo Marga, pero su voz entrecortada estaba anunciando que ella también, estaba muy cerca de su orgasmo.
Un gemido gutural, y dos y tres... un orgasmo unísono de tres, como una sinfonía, inundó toda la habitación. 
Nos fundimos en un largo abrazo. Cuando recuperamos la respiración, no pudimos dejar de reír por un rato largo. 





Víctima de la más agradable sorpresa -Parte II y final-

0 comentarios - Víctima de la más agradable sorpresa -Parte II y final-