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Casa compartida parte II

Hola, ya esta es la segunda parte de casa compartida, espero la disfruten. Si les gustaría ver como comenzó todo, pueden darle al link:
http://www.poringa.net/posts/relatos/4105810/Casa-compartida.html


Tal y como lo dijo ese día, me metí a escondidas mientras Laura y Alice dormían durante la noche y utilizamos el segundo condón, teníamos la calentura de no poder hacerlo justo cuando estaban regresando las otras, por lo que cogimos por siete minutos, aguantando las ganas de terminar para poder disfrutar más del sexo con ella.

Comenzamos en la cama, decidí intentar una posición que me encontré por ahí y que no dejaba de excitarme cada que la veía, el mating press, donde mantienes las piernas de tu pareja levantadas y dejas que tu peso caiga encima de ella, llegando lo más profundo posible. Seguimos en esa pose por un buen tiempo, cada que dejaba caer el peso de mis caderas, sentía la cama temblar y como apretaba mis brazos con fuerza, intentando aguantarse los gemidos, el verla así solo hizo que quisiera ir más rápido, para ver tanto podía aguantar, por lo que cambiaba de velocidades, yendo rápido por un buen tiempo y parando de golpe para hacerla sentir como empezaba a sacar mi miembro de su coño, a lo que ella termino respondiendo poniendo sus manos en mi trasero, apretándolo y obligándome a metérselo todo de golpe, haciéndola terminar inmediatamente.

Para cuando solté todo dentro del condón, otra vez estábamos jadeando y sudando, pero ahora estábamos de perrito contra la pared, Daisy mordiendo la blusa que vestía para dormir, intentando aguantar los gemidos para no hacer un escándalo y despertar a sus inquilinas, mientras que yo solo me sacaba el condón, el cual ella me quitó de las manos para volver a tragarse mi corrida.

- Todavía puedes, ¿verdad? -Preguntaba mirando a mi miembro y lamiéndose los labios.

Asentí, sabiendo que ya me había corrido dos veces, todavía tenía otras dos acumuladas, Daisy me acostó y comenzó a mamármela tal y como lo había hecho antes, solo que ahora estaba a mi izquierda, por lo que pude alargar mi brazo para apretar su gran trasero y jugar un poco con su vulva, a lo que ella reaccionó con una sonrisa pícara.

Empezó con simples besos nuevamente, pero esta vez recorriendo todo el tronco de mi pene hasta llegar a la base, donde, sacando la lengua, le dio una lamida hasta regresar al glande. Engullendo toda mi verga de un solo bocado, Daisy fue succionando mientras lo sacaba de su boca, dejándolo salir con un ruidoso pop causado por sacarlo tan de repente sin dejar de succionar.

Daisy así continuo por un buen tiempo, jugando con mi pene como si fuera un juguete para ella con el que desquitarse, masturbándolo lentamente y aumentando la velocidad de golpe, dándome pequeñas lamidas en el glande o chupándolo como un dulce, era como si se estuviera desquitando de como la llegue a complacer en la tarde, y lo único que podía hacer era jugar con su trasero o con su vagina usando mis dedos.

Duramos así por una hora, y ella me hizo sacar las dos corridas que me quedaban solo con su boca, nos despedimos con otro beso apasionado, a lo que ella me dijo de que esto sería algo normal entre nosotros de ahora en adelante, y así lo ha sido.

Ya ha pasado un mes desde ese día, siempre que Laura o Alice no nos miran, nos besamos y jugamos entre nosotros como animales en celo, incluso he llegado al punto de masturbarla en la cocina mientras las dos se encuentran en la sala, o también ella chupándomela en la sala cuando Alice esta encerrada en el cuarto, pero la cereza del pastel siempre es cuando llega la noche, donde cogemos como conejos por todo lo que nos hemos hecho durante el día.

Aun así, muchas veces he terminado con las ganas por los distintos juegos de Daisy, dejándome justo a punto de correrme, todo para que, según ella, lo haga con incluso más ganas en la cama para sacar lo que he tenido que soportar.

Y ahora, un mes después de ese día, en una de mis clases de la U, llevando ya cuatro días sin hacerlo ni masturbarme por petición de ella para mucho más placer y para poder tener más semen acumulado, pero imaginen lo que es aguantarse las ganas de coger con alguien tan atractiva como Daisy, ahora me la paso con el pene erecto cada dos por tres por las ganas que tengo de simplemente soltarlo todo de una dentro de ella.

Cuando mi clase termino, varios de mis amigos se reunieron a mi alrededor, mi grupo de amigos de la universidad no era la gran cosa, son cuatro idiotas que comparten la mayoría de gustos conmigo y entre sí.

El primero es Juan Camilo, que le decimos el Juan Ca por pereza de llamarlo por el nombre completo, tiene 24 años y mide un metro setenta y ocho, de complexión atlética, ya que se la pasa haciendo ejercicio para mantenerse bien, ojos cafés y pelo marrón largo que le llega hasta la espalda, tiene novia y le gusta presumir de ella, hasta el punto dónde nos tiene hartos de escucharlo.

El segundo es David, le decimos Davo, tiene 25 y mide un metro sesenta, es algo gordo, pero no como para decir que tiene problema de sobre peso, ojos cafés claros y pelo negro corto al raz. Es posiblemente el más activo del grupo y el que se la pasa jodiendo, una vez tuvimos un problema con la universidad con algo que hizo.

El último es Marcelo, si, el chiste es fácil, tiene 22, siendo el más joven de nosotros, y es un viejo amigo del colegio, los dos nos llevamos bien y el vernos en la U otra vez nos alegró bastante. Mide un metro setenta, tiene ojos verdes que vienen de su madre alemana y pelo rubio que le llega hasta el cuello, normalmente se hace un nudo para recogerlo. Es bastante cerrado y fue difícil de que se uniera al grupo cuando comencé a salir con Davo y Juan Ca, pero terminó uniéndose y al final formamos el grupo.

-Ve, que serie me recomiendan, ando es muerto de aburrimiento últimamente- Preguntó Juan Camilo mientras salíamos del salón.

-Yo digo que te veas Mind Hunter, me la vi por Netflix, que es original, y es buena.

-También recomiendo The Boys en Primer bro- Le siguió Davo a Marcelo, los dos siempre se la pasan viendo series y son los que terminan recomendando cosas para ver.

-Joda, no tengo Prime, tocará piratearla por ahí, que no tengo plata, pero si me las veo, que ustedes siempre recomiendan buenas... Y tú Daniel ¿No me recomiendas una?

- ¿Ah? Pues, yo creo que te puede gustar Red vs. Blue, está en Youtube completa, pero es de animación, es de comedia y tiene sus momentos interesantes de acción- Le respondí medio perdido, andaba era pensando en lo putamente excitado que estaba por simplemente andar pensando en Daisy y el no poder hacerme una paja, tenía suerte de tener una chaqueta en mi cintura que quería usar por sí hacía frío, que me tapaba todo el bulto.

-Va, ya tengo cosas para ver, gracias, vamos a comprar cosas antes de que empiecen las siguientes clases- Dijo Juan Ca mientras comenzaba a caminar con pasos largos para salir rápido de la U he ir a una miscelánea cercana, David no se quedó atrás y empezó a trotar para intentar alcanzarlo.

-Hey Daniel ¿Estás bien? -Me preguntó Marcelo que caminaba a mi lado -Te ando notando como rígido y en la clase te medio veías como mal.

-No es nada, más que nada que estoy medio jodido con algo personal, nada importante- No le iba a decir que tenía una puta erección por estar cogiendo con mi casera, y que ella me andaba prohibiendo masturbarme.

-Si así lo dices, vamos rápido, necesitamos comprar papeles y yo necesito usar un computador en la miscelánea.

Marcelo salió corriendo para alcanzar a los otros dos, dejándome caminando a mi ritmo, intentando disimular el cómo estaba, caminando, pude ver a Alicia con el rabillo del ojo, andaba hablando con algunas chicas y uno que otro hombre, seguro que eran de su carrera, decidí no molestarla y seguir caminando hasta llegar a la miscelánea.

Miscelánea, para algunos que no lleguen a saber por diferencias de la lengua, se le podría decir la tienda de la esquina donde consigues distintos utensilios para trabajos de clase, por suerte, siempre había una buena cantidad alrededor de nuestra Universidad, a la que siempre íbamos era una por el norte, caminando dos cuadras.

En la miscelánea, Juan Camilo y Davo andaban ya hablando con el dueño para conseguir algunos papeles he imprimir cosas que nuestra maestra nos pidió para trabajos, Marcelo, que les encargó lo mismo, estaba en el computador de la miscelánea probando con su USB algo de su proyecto para intentar recuperar algunos puntos que terminó perdiendo por fallar exámenes.

David y Juan Camilo no son malos estudiantes, pero si llegan a tener problemas con la maestra y han llegado a quedar con malas notas, Juan Camilo debería estar en el siguiente semestre, pero por confiarse le tocó intentar repetir. Marcelo si llegaba a tener más problemas, todo porque según él, varios de los temas se le siguen dificultando, yo en cambio soy el que le ha llegado a ir mejor, no soy de estudiar mucho, porque tengo la suerte de entender casi todo a la primera.

Mientras nos encargábamos de comprar y pagar lo impreso, siento que alguien me toca el hombro, y cuando le miro la mano, veo que no es la de Marcelo, ya que la mano tenía uñas largas y pintadas de morado oscuro. Me di la vuelta y la persona que me encontré era Selene, una amiga de mi anterior semestre, con la que no tuve la oportunidad de compartir la clase en el segundo.

-Daniel, que milagro verte otra vez- Me dijo estirándose para darme un beso en la mejilla saludándome, yo me agaché un poco para igual saludarla.

-Ja, de por sí las clases son fuertes y te haces la ofendida por no verme, como si no tomarás las mismas clases.

Ambos nos reímos un poco, Selene es una chica bastante amigable, me llevo muy bien con ella, tiene 24, mide un metro cincuenta y nueve, es de complexión delgada, teniendo ese distintivo cuerpo de guitarra, de pelo negro con mechones tintados de azul y ojos heterocromáticos azul y café oscuro, usa gafas por tener miopía.

La presente al grupo, comenzando con Juan Ca que la saludo con un simple movimiento de la mano para seguir hablando con el dueño de la tienda, David tuvo la brillante idea de intentar coquetearle.

-Hey, esos ojos se te ven geniales ¿Sabes que los ojos son la ventana al alma? Tener dos ojos de color distinto puede significar que compartes cuerpo con otra persona, y estoy seguro que la otra es igual de hermosa.

-Te acabas de sacar eso de los huevos, y te lo inventas te dé en seguida, me sorprendes- Dijo Selene, dejando a Davo con la boca abierta y haciendo que yo me terminará burlando de él.

Selene siempre ha tenido que aguantar gente coqueteando le, todo por los ojos y su tipo de cuerpo, por lo que no tiene miedo de decir lo que se le ocurre de una, hubo una vez dónde alguien intentó ir a más incluso después de quedar en ridículo, pero luego de una fuerte cachetada de su parte y un empujón por mi para que no intentará nada más, el tipo terminó entendiendo que desperdició su tiempo.

-Ja ja ja, ríete hijueputa- David me saco el dedo y terminó de hablar bien con Selene, la cual lo saludó alegremente y lo dejó continuar con la compra.

-Bueno, ese de allá es Marcelo ¿Te llegué a hablar de él?

-Si, con el que estuviste en el colegio ¿No?

-Si, ese mismo- En lo que termine de hablar, Selene ya había ido en su dirección para presentarse.

-Hola, un gusto conocerte Marcelo, soy amiga de Daniel- Marcelo tuvo un pequeño sobresalto al escuchar la voz de una mujer de repente diciendo su nombre.

-Ah... Hola, si un gusto Selene- Marcelo intento cortar la conversación.

-Oye ¿Por qué no intentas hacer el cálculo de esta forma? Creo que así puede hacer que el diseño funcione mejor.

- ¿Cómo? - Marcelo reviso el proyecto un momento y comenzó a hacer las correcciones guiándose de lo que Selene le decía, terminando con los ojos abiertos al notar la gran cantidad de errores que había cometido -Verga, me salvaste de quedar en ridículo, gracias.

-De nada.

Selene había hecho lo mismo en el primer semestre, ayudar de vez en cuando a los que iban mal, todo porque ella era la que terminó en primer puesto de la clase, yo quedando en cuarto. La verdad, el ver a Selene inclinada y apoyándose en la silla de Marcelo, la dejaba mostrando el trasero, el cual se marcaba en el jean que llevaba puesto, eso, con su cuerpo y rostro, hizo que en el primer semestre estuviera prendido cada que la veía, y se lo que dije cuando hable sobre mis compañeras de clase, pero en ese momento, siempre estuve sufriendo por decidir si Selene o Daisy serían las mujeres con las que intentaría hacer algo.

-Hey, ya tengo todo lo que necesitábamos, y las clases ya van a empezar- Dijo Juan Camilo mientras comenzaba a salir de la miscelánea.

Todos caminamos junto con él, Selene acompañándonos y hablando con nosotros, incluso si ella no compartía de la mayoría de nuestros gustos, Juan Ca y Davo empezaron a llevarse bien con ella, incluso Marcelo, el cual no dejaba de agradecerle el ayudarlo con el proyecto.

Para cuándo entramos a la U, Selene se separó de nosotros para ir a su propio salón.

-Me cae bien Selene- Dijeron los tres al unísono.

-Joda, si no tuviera novia, te aseguro que me la intento conquistar.

-Mejor no lo intentes, que terminara haciéndote sentir mal- Le respondió David a Juan Camilo, el cual me miró con una cara de no entender nada, ya que estaba más pendiente a las compras.

-Nada, que el idiota este intento tirarle piropos a Selene y ella se los pisoteo, y como a este le duele que se los rechacen, ahora anda dolido- Dijo Marcelo, haciéndonos reír a todos menos a Davo, que comenzó a golpearnos por burlarnos de él.

El día continúo y las clases terminaron, Marcelo presentó su proyecto para intentar salvar el semestre y la maestra le dijo que por ahora se había salvado, a lo que él me pidió el número de Selene para poder agradecerle, el cual le di porque no veía nada de malo con dárselo.

Mientras iba saliendo por mi cuenta de la uni, volví a notar a Alice hablando con algunas compañeras, a lo que decidí acercarme y saludar un momento.

-Hola ¿Qué tal? Alice ¿Te gustaría caminar juntos a la casa?

-Claro, no tengo nada que hacer ahora. Les hablo por el grupo de WhatsApp cuando llegue a casa- Le dijo Alice a las dos amigas con las que hablaba.

Los dos comenzamos a caminar, como dije antes, Alice y yo no nos llevamos tan bien como para considerarnos amigos, pero más de una vez le he preguntado saliendo por sí le gustaría caminar juntos para facilitarle el volver, más cuando la he notado sola al salir, pero esta vez tenía unas amigas, las cuales me daban unas miradas que podía sentir en la nuca.

Hablamos una buena cantidad mientras caminamos las cuatro cuadras de distancia entre la casa de Daisy y la universidad, lo cual debía equivaler a unos trescientos o cuatrocientos metros de distancia, diferencia descomunal con la distancia a la casa de mis padres, unos cinco kilómetros.

Cuando llegamos, Alice saco su celular en seguida para revisar los distintos mensajes que le llegaron mientras caminábamos.

-Ja, mis compañeras andan preguntando si eres mi hermano.

- ¿Y eso? Ni nos parecemos.

-De seguro es porque dijiste lo de caminar juntos y lo asociaron con que somos hermanos, ahora andan obsesionadas contigo.

- ¿Quiénes andan obsesionadas? -Preguntó Daisy, la cual se asomaba por la cocina.

La repentina pregunta terminó causando que me pusiera rígido, estuve con la verga dura todo el día por andar pensando en ella, y escucharla así de repente hizo que pensara que mi cerebro me estaba haciendo otra jugada.

-Nada, mis compañeras, que ahora no dejan de decir lo guapo que es Daniel.

-Lo dices como si no lo él no lo fuera.

-Pues sí, es guapo y todo, pero no es mi tipo.

-Ah, lastimas mi frágil ego- Le dije jugando mientras ella comenzaba a subir las escaleras para su cuarto.

-Alice, todavía no termino de cocinar, por lo que te llamaré después cuando termine, y Laura todavía anda en el trabajo, así que no te preocupes en buscarla.

Alice asintió y terminó de subir las escaleras, dejándonos solos en el primer piso. Daisy y yo sabíamos que, si hablábamos de alguien estando fuera, significaba luz verde para hacer lo que quisiéramos sin que nos descubrieran, por lo que mientras ella caminaba de vuelta a la cocina, yo la seguí para agarrarla de la nalga y dándole un fuerte agarre, besándole el cuello un poco y metiendo mi mano debajo de su camiseta holgada.

- ¿Sabes la tortura que fue aguantar una erección durante todo el día porque no me dejas masturbarme ni cogerte?

-No es mi problema querido, yo también tengo mis arranques de lujuria, pero es mil veces mejor si nos deseamos después de un buen tiempo- Me respondió con un tono de voz juguetón, besándome la mejilla y pasando uno de sus dedos por mis labios.

El cambio de Daisy era demasiado para mí, se había vuelto incluso más sexy con esa actitud, lo cual solo me dificultaba controlarme.

Aprovechando la mano que tenía debajo de su camisa, comencé a toquetear y masajear uno de sus senos por encima de su bra, mientras que con la mano que tenía en su trasero, la moví a su entrepierna, moviéndose un poco la bermuda que tenía puesta, para descubrir que no tenía bragas.

-Es que eres provocadora- Le dije con una sonrisa mientras comenzaba a mover mi mano alrededor de su vagina, sintiendo un rose de pelos recién rasurados que comenzaban a salir de nuevo- ¿Te rasuraste?

-Quería, que me lamieras con gusto, sin tanto pelo molestándote.

-A mí no me molesta, es más, me gusta, se te ven bien... Pero rasurada tampoco suena tan mal.

Los dos nos reímos un poco y comencé a masturbarla, Daisy tuvo que soltar todo para evitar algún accidente, dejando salir pequeños gemidos y jadeos que se le escapaban mientras pellizcaba su clítoris y comenzaba insertar mis dedos dentro de su vulva, metiendo tres, los cuales moví independientemente por su vagina, la forma en la que le temblaban las piernas me encantaba.

-Ya ya, que después me hacer correrme y no puedo terminar de cocinar- Me dijo empujándome con delicadeza.

-Mierda ¿Ahora tampoco puedo complacerte así? Pensaba que al menos podía disfrutar de hacerte correr.

-Es que te gusta jugar conmigo, por eso es que te tengo así, como pequeña venganza... Pero te prometo que en la noche usamos los cuatro condones que compraste.

Apenas la escuché, tuve una pequeña celebración interna, la bese con lengua, envolviendo la suya con la mía y jugando un poco con ella, susurrándole un poco al oído que "La haría gritar en la noche por hacerme sufrir" a lo que ella no me miró, pero sí tuvo esa pequeña sonrisa juguetona.

Mientras caminaba fuera de la cocina, me encontré a nada más ni nada menos que Laura, la cual, puso su dedo en sus labios para hacerme entender que mejor me callara, y que la siguiera a su cuarto.


Bueno, eso fue todo, ojala hayas disfrutado de la lectura, esta historia es una que me inventé un día que no tenía nada que hacer, pero nunca pensé en hacerla historia en partes, ojalá les termine gustando. Aquí tienen el link para la siguiente parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/4119107/Casa-compartida-parte-III.html

Si les interesa, también pueden leer más de mis relatos:

Amante japonesa: http://www.poringa.net/posts/relatos/4109453/Amante-japonesa.html

Bye!

2 comentarios - Casa compartida parte II

DnIncubus +1
De una los 10 bien ganados, ojalá subas la tercera parte, que pasó con Laura y si, sube tu otra historia, saludos
axlragnarok
Si, ya se vendrá, pero primero tengo pensado escribir dos caps de Amante japonesa, y luego del segundo de ese, ir haciendo de uno en uno intercalando