Arranque el año como siempre quise!

Así arrancaba el año 2017, meta fiesta, meta escavio. Rodeado de amigos y minas, luces y música. Pocos conocidos, pero el ambiente empezaba a calentarse cada vez más. La palabra sexo se escuchaba en las muchas micro-conversaciones que se daban simultáneamente en el living de la casa. Yo, separado del grupo, conecte con una rubia tremenda, que sin la actitud que llevaba ese día no medaba ni la hora. De repente me veo bailando solo con ella, manoseándonos como si no hubiera nadie más en el lugar. El calor comenzaba a estar presente en ambos, a punto de no aguantar más.
 
Nos fuimos en mi auto hasta mi casa, a unos 15 minutos. El viaje se encaraba con alcohol y mucha calentura. Tenía que llegar como sea, era una urgencia. Creo que si me paraba algún control policial lo iba a comprender, y hasta capaz se sumaba.Entramos y la ropa salió disparada en los primeros segundos, no llegamos ni a subir a la habitación que el sillón fue el objetivo central. Alzada cual animal en celo, comenzó a chupar mis bolas de manera tal que le entraban las dos en la boca, desesperada por carne. Mi pija no daba más, estaba explotadisima, tuve que concentrarme en hacer mi mejor esfuerzo para no quedar como un precoz y acabar en instantes. Así que me tocaba a mí. La tire en el sillón, casi con desprecio, y empecé a lamber esa maravilla de agujero, empapada y sabrosa. Era la gloria, un manjar, lo más rico que te puedas imaginar. Estuve un rato largo con la pala a full, hasta que gimió: “no puedo más, por favor cojeme YA”, a lo que con mi mayor cara de pajero accedí amablemente.

Me abalance sobre ella, caliente como una pipa, dispuesto a abrirla como nunca, para que se acuerde de mi nombre, y comencé a darlo todo, una violencia necesaria, lo quería hasta el fondo. La di vuelta y apareció la perrita que llevaba adentro, deseosa de verga. De la concha le chorreaba ya el fluido, completamente dispuesta a todo. Y seguí dándole duro un buen rato, hasta que no me dio más la nafta ni la verga, y con miedo de hacerle un pibe, casi que le suplique que se tragara toda mi leche.
No termine de hablar que la muy puta tenía la boquita abierta esperando las crías crudas, que llegaron al instante, sin demora. Todo mi jugo fue tragado por completo por la trola que había conocido hace no más de 4 horas antes.
 
Post coito, agarró su ropa y pidió un uber, ya había cumplido su misión. No acepto ni un vaso de agua.
Sin dudas fue el comienzo de año soñado para cualquier degenerado. Pensé en que volvería a pasar pero por desgracia no le pregunte ni su nombre, y nunca más supe de ella.