Miguel tiene 26 años y acaba de terminar sus estudios de ingeniería superior. Mientras prepara unas oposiciones al Estado y dado que su familia no tiene muchos recursos, imparte clases particulares de matemáticas a bastantes estudiantes, sobre todo adolescentes, a los que se les atasca esta asignatura, cosa común a muchos de ellos.
A pesar de ser joven, ya tiene buena experiencia con mujeres de toda clase, e incluso algunas aventuras más atrevidas, pues aparte de ser un joven atractivo y con buenas maneras, no tiene ningún tabú con la sexualidad.
Ha llegado a su casa un joven adolescente, Marcos, para solicitar clases por primera vez. Miguel es observador y capta enseguida la buena condición social del chico, la ropa, los ademanes muy educados, la forma de hablar, etc, se nota que es de familia acomodada. El primer día Miguel le hace una breve entrevista a sus alumnos, la edad, el curso que estudian, etc.
Marcos cuenta que tiene 17 años, pronto cumplirá los 18, pero en realidad aparenta menos, podría pasar bien por 15 recién cumplidos, ya que resulta algo aniñado, es guapo, así como algo tierno y delicado al hablar, lleva pelo rubio, largo, atado en una coleta.
Comienza a darle las clases al día siguiente. El chico es obediente, educado, pone mucho interés, aunque al principio le cuesta. Poco a poco se va soltando y es más inteligente de lo que parecía, solo necesita que le expliquen bien la materia. Ya cuando va comprendiendo la asignatura les sobra tiempo de la hora y media de clase y ambos se permiten charlar un rato sobre sus aficiones.
A Marcos, como a los chicos de su edad, le gusta hacer deporte, ir al cine, salir los fines de semana con un grupo de amigos, etc. Miguel, que está deseando conocer un poco más sobre la personalidad de su alumno, le pregunta algo más íntimo
- Sales con un grupo de chicos y chicas, supongo..
- Sí, claro, de ambos sexos.
- Estás en la mejor edad para ello, cuando se comienza a despertar y apreciar los encantos del sexo contrario. Habrá alguna que te guste, claro.
- Bueno… sí, quizás…
El chico ha contestado algo apurado, algo dubitativo. Miguel no insiste, no quiere abrumarle con muchas preguntas y deja que pasen los días (tres a la semana de clase), para que Marcos vaya cogiendo confianza. A la hora en que llega Miguel a clase termina otra alumna, que se marcha para el relevo. Es una chica muy atractiva, bastante coqueta, muy buena figura, que le gusta vestir con faldas cortas y escotes atrevidos. Uno de esos días, cuando entra Marcos ella está recogiendo sus papeles. Tras marcharse la chica, Miguel le comenta a su alumno la belleza de la joven.
- Está realmente buena.. ¿no te parece…?
Marcos contesta algo distraído, como si no se hubiese fijado en la chica.
- Bueno, sí… claro… es guapa.
- Uyyy, Marcos, parece como si te gustaran poco las chicas.
- Bueno, ya te hablaré otro día de eso, perdona…
No insiste el profesor, respetuoso con la prudencia del adolescente. Pero queda algo intrigado, porque, ciertamente, al joven no se le nota un excesivo entusiasmo con las compañeras, como si apenas las mirara. No sabe si es timidez o cualquier otra cosa. Pero pasados unos días más, en la conversación posterior a la clase, Miguel trae unos refrescos y un aperitivo y el chico parece más relajado. Es el momento de seguirle preguntando.
- Marcos, perdona que te pregunte otra vez lo del otro día, me tienes algo intrigado. ¿no te gustan las mujeres, eres tímido… que te pasa con este tema?
El chico vuelve a azorarse, baja la cabeza, traga saliva, se pone algo colorado y balbucea, pero al final se anima a sincerarse.
- Bueno, te lo contaré, si me guardas el secreto
- Claro, cuenta con ello.
- Verás… Yo me siento mujer. He pasado unos años complicados, en los que no tenía clara mi orientación sexual. He sufrido, pero ahora lo tengo claro, quiero ser transexual y en ese camino estoy. Pero no soy gay, eso quiero dejarlo claro, no me gustan los chicos afeminados, con esos gestos amariconados, tan llamativos, me dan asco. Yo quiero ser eso, mujer auténtica, con caderas, pechos, aunque siga teniendo polla.
Miguel escucha atentamente, muy interesado. Siente de momento una ternura grande por el chico, comprende su situación, el sufrimiento por el que tiene que pasar para que lo comprendan.
- ¿ Y tus padres, no saben nada?.
- No les he dicho nada, quizás sospeche algo mi madre, pero nunca lo hemos hablado. Quien lo sabe es mi abuela, es la que me paga el tratamiento.
- ¿ Ya te estás hormonando?.
- Bueno, ahora de forma suave, pero cuánto antes mejor, según me dice el especialista. Ahora solo tomo una medicación baja, oral, que inhibe las hormonas masculinas. Así no me saldrá vello, mantengo el tono de voz, etc. Cuando cumpla los dieciocho ya comenzaré a inyectarme las hormonas femeninas en cantidad suficiente para desarrollarme como mujer.
- Pues que moderna tu abuela, que suerte tienes.
- Uffff, no lo sabes bien. Tiene 67 años, está jubilada de maestra, pero siempre ha sido muy avanzada para su edad. Con decirte, que mi abuelo es bastante más mayor, anda algo delicado de salud y mi abuela hace muchos años que tiene amantes. Es muy desinhibida, la que me comprende en todo, es como mi verdadera madre, me quedo muchas veces en su casa. Ella me ha animado y me ayuda en todo.
- Pues vaya, vaya… tendrás que presentarme a tu abuela…ajaja
- Cuando quieras, seguro que le gustas mucho. Pero háblame de ti un poco, no solo voy a contar yo mis historias. A ti te gustan solo las mujeres y mucho, he notado como miras a esa alumna que dices que está tan buena.
- Sí, me gustan las mujeres y mucho.
- ¿Cuáles te gustan más?.
- Todas, todas, tengo buena boca, como se dice. Si son femeninas, con estilo, elegantes, no me importa que sean jóvenes, mayores, gordas, delgadas, etc. Lo que no me gusta es la vulgaridad. Me he acostado con chicas de tu edad y con mujeres de 70 años, incluso.
- Ayyyyy…. Entonces…jajajaa, mi abuela te gustará, ya verás, es muy estilosa, muy femenina. .¿Y solo con mujeres, no has tenido relación alguna con un hombre?.
- Bueno, soy heterosexual, nunca he tenido inclinaciones homosexuales. Pero también te diré que no tengo tabús con el sexo. Solo se vive una vez y me gusta experimentar un poco de todo. Y me he acostado con algunas transexuales, desde luego tienen que ser muy femeninas, muy guapas.
- ¿ Y las has sodomizado?
- Pues claro, Marcos. A las transexuales se les da por culo, es lo suyo.
El chico se muestra sumamente interesado en este mundo de la sexualidad, muy curioso por aprender.
- ¿Y ellas a ti también te han dado por atrás?.
- Jajajajaja…. Pues verás, algunas lo intentan, algunas de ellas son activas. Pero procuro esconder el culo…ajajaja. Pero una vez una de ellas me cogió a traición, fue la única vez que me han penetrado.
- Cuenta, cuenta….dime como fue…
- Pues quedé para irme a la cama con una trans realmente bellísima. Yo me había cogido una borrachera tremenda, y en su casa seguimos tomando alguna copa más. Total, que con el estado de embriaguez que tenía, me quedé medio dormido tras haberla follado y ella aprovechó para sodomizarme. Sin preámbulos ni pedir permiso, me lubricó el trasero y a continuación me insertó totalmente una buena tranca. Me desperté de golpe, intenté quitármela de encima, pero era bastante fuerte y yo que estaba tan borracho no lo conseguí y durante unos minutos me aprisionó con su cuerpo contra la cama. Total, que acabé resignado en esa ocasión. Me tuvo así enculado un buen rato y luego se corrió dentro de mí. Estuve con el culo hecho una pena durante toda la semana…ajajaja. No he vuelto a repetir, no me quedó buen sabor.
- ¡¡ Que fuerteeeee….¡¡
Poco a poco va surgiendo una fuerte complicidad entre el profesor particular y su alumno. Marcos es el último del día, y esa conversación cuando acaba la clase cada vez se prolonga más y siempre con el tema sexual, que a Marcos tanto le interesa. También a Miguel le gusta presumir delante del chico de que sabe mucho. Es una tarde lluviosa y Marcos no tiene prisa, se está muy bien en casa de su profesor.
- Dime, Miguel… ¿tienes foto de alguna de esas trans, quiero ver como son.
- Sí, alguna tengo en el ordenador, te las enseñaré.
Ambos se sientan delante de la mesita del ordenador. Miguel busca en sus archivos.
- Mira, primero te enseñaré la que me sodomizó a traición….La muy puta…ajaja
Aparece en pantalla una mujer espléndida, realmente atractiva, con un cuerpo impresionante. Está en la cama, medio desnuda, lleva lencería elegante, está puesta de lado. Dos pechos soberbios, perfectos. El culo redondo, exquisito, levantado. Marcos mira extasiado.
- Vaya mujer, eh Marcos… quien diría que tiene polla…
- Ya, ya. Pero a lo mejor me engañas y es mujer auténtica, no se le ve el miembro…
- No te engaño, querida, ahora verás…
- Ayyyyyyyy, gracias, gracias, me has llamado querida…. Que bonito me ha sonado, nunca lo había hecho nadie.
- Uuuuyyyy, me he despistado, disculpa. Pero si te ha gustado te trataré siempre en femenino.. ¿Quieres?
- Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, mucho, mucho…..Gracias.
Desde entonces siempre Miguel llamará a Marcos en femenino, y es más, el chico comenzará desde entonces a referirse a si mismo como mujer, le hace una ilusión tremenda. De esa manera, ella muy ufana, muy feliz, dirá frases del siguiente tipo: “como llueve, vengo empapada” , también “estoy algo despistada esta tarde”, etc. Nosotros, en el relato, también así lo haremos desde aquí, haciendo siempre referencia a la chica, la joven, siempre en femenino.
Marcos sigue desplazando las fotos en el ordenador y aparece la misma mujer, pero de frente, con un miembro viril, tremendo, en erección absoluta, apuntando al techo, con las venas hinchadas de la presión. La trans mira a la cámara con descaro, libidinosa, con media sonrisa de puta total. En las siguientes fotos se acaricia el miembro, puesta de pie. Miguel enseña la siguiente foto en la que está él mismo con la trans, penetrándola de lado.
- ¡¡ Madre mía, que mujer, que envidia ¡¡ Así me gustaría ser, como ella, espero conseguirlo en pocos años de tratamiento.
- Lo conseguirás cielo y serás así de deslumbrante, porque ahora ya mismo eres realmente guapa, de veras.
Marcos baja la cabeza algo apabullada por los bonitos piropos de su profesor. Aunque tímida, se muestra atrevida con él, porque nunca nadie le había entendió también, casi más que su abuela. Miguel de reojo, mira al pantalón del chico y nota que el bulto de su entrepierna está crecido.
- Además, Marcos, creo que estás casi tan bien dotada como la trans, a que sí…
- Bueno, sí, no está mal, la tengo bastante grande…
- ¿Cuánto te mide?
- En erección completa unos 20 cm..
- ¡¡ Joder, que tremendo ¡¡ Más grande que la mía, que tendrá unos 18 o 19, uffff, que delicia, permíteme verlo, anda…
Sin darle tiempo a reaccionar, Miguel hace que la chica se levante y le baja el ligero pantalón tipo bermudas y el slip que lleva puesto. Aparece, efectivamente, un miembro muy espectacular, a media erección, apunta horizontal hacia adelante. Es además un miembro curioso, tiene la punta del glande más bien delgada, puntiaguda, y tras la cabeza el fuste del falo se va engrosando poco a poco, hasta terminar en su base con un grosor muy respetable.
Ya se ha comentado que Miguel no tiene inclinaciones homosexuales, pero sabe apreciar lo bueno. Lo cortés no quita lo valiente, como se dice.
- Que bonito miembro tienes, que lindo… Además, me gusta su forma, como se vuelve cada vez más grueso hacia atrás… Cuando se la metas a alguien, sea quien sea, lo va a disfrutar pero que muy bien.
- No se si eso llegará a suceder, yo me siento más pasiva, más mujer, me gustaría más recibir.
- Bueno, bueno… Nunca se sabe que harás en la vida, con seguridad que también te gustará meterla en algún culito o incluso en un buen coño mojado.
Es una situación realmente llamativa. Miguel sentado y la chica de pie, muy cerca de él, exhibiendo el miembro. No hace nada por recogerlo, está cómoda, y el profesor tampoco se lo dice. Tras un rato de exhibición, Miguel cree que es oportuno tener un gesto de aprecio con ella para que no se sienta rechazada. Así que con prudencia, con suavidad, extiende su mano y agarra la gruesa polla.
No siente especial atracción en ese acto, pero tampoco ninguna repugnancia. Es un gesto de ternura, más que sexual. Ella tampoco hace ninguna intención para apartarse. El profesor masajea un poco, apretando ligeramente, recorriendo la longitud del glorioso falo. Tras unos breves momentos, el instrumento se pone más rígido, y comienza a elevarse hasta ponerse vertical. En ese momento, Marcos siente apuro.
- Ay, perdona, perdona, Miguel… no he podido evitarlo.
- No pasa nada, cariño, me gusta que estés excitada, es muy bonito…
- A mí también me gusta muchísimo que me lo toques. ¿Sabes?. Nadie lo había hecho antes y que lo hagas tú me ha hace muy feliz.
- ¿Nadie te ha penetrado todavía? ¿Sigues siendo virgen?
- Sí, y me da algo de vergüenza, casi todos mis compañeros, chicas o chicos ya se han estrenado.
- Todo llegará, no te preocupes, ya vendrá alguien que se encargue de eso.
Ahora Marcos parece muy segura cuando habla. La mano de Miguel sigue en su verga, apretando delicadamente, con suavidad, el profesor teme que si lo hace con fuerza la joven terminará eyaculando en su mano.
- Miguel… Quiero que seas tú… el primero, por favor.
El profesor decide en ese momento terminar el tema.
- Ya lo hablaremos otro día, Marcos, ahora relájate y vete ya camino de casa, es algo tarde.
En los días siguientes Marcos tiene curiosidad por saber que mujeres o transexuales se ha beneficiado su profesor. Y le pide que le cuente más cosas y le enseñe más fotos. Tiene avidez por aprender la sexualidad.
- Bueno, cariño, te enseñaré más fotos, para que puedas entender lo pervertido que puedo llegar a ser…jajajaja. Ya te dije que me gusta casi todo lo que se mueve, siendo una mujer.
Se vuelven a sentar frente al ordenador. Miguel localiza una foto en la que está con una mujer muy madura, bastante gorda. La mujer está sobre la cama, muy abierta de piernas, asoman unos muslos enormes, con algo de celulitis. Echado sobre ella, bien acomodado entre esos muslos, está Miguel, mostrando el culo. Se vuelve un poco hacia atrás, de lado, mirando a la cámara para que se vea bien que es él. La mujer, en cambio, se tapa la cara con la almohada. A un lado sobresale un pecho enorme de la mujer, con una aréola también muy grande, que cubre casi todo el frontal del seno. Marcos no puede evitar un gesto de repugnancia.
- Que asco, que tía más gorda y además vieja. ¿Cómo puede gustarte una mujer así?
- Sencillamente por eso, porque es una mujer. Ninguna mujer, si sabe serlo, como te decía antes, si sabe ser muy hembra, si tiene estilo, debe de ser rechazada, porque es un regalo en la cama para cualquier hombre que entienda de mujeres. La sexualidad no es solo una mujer joven, bella, de cuerpo perfecto.
Esta es la señora que te hablé que tiene ya 70 años, y en la cama es un volcán, multiorgásmica, además. En la foto, que la hicimos con la cámara automática, yo estaba a punto ya de correrme. Me daba un placer inmenso que pocas mujeres jóvenes lo han hecho. Tienes mucho que aprender de la sexualidad, ahora eres totalmente inexperta.
- Será eso, será eso… Pero mejor quiero ver las de las trans, por favor.
Miguel muestra a la chica más fotos con varias transexuales. En una de ellas, la trans, puesta en la postura del perrito, es penetrada desde atrás por el profesor, que la tiene bien agarrada por la cintura y le tiene metido medio miembro, en actitud de bombear.
- Me da mucha envidia -comenta ella- me gustaría ser esa mujer.. Se nota que tienes también una buena tranca, la trans la está disfrutando de lo lindo.
- Ya te dije que parecida a la tuya, pero menos gorda.
- Pero tú viste el otro día la mía… no es justo, que yo no vea nada de ti y lo estoy deseando.
Miguel queda pensativo un buen rato. Luego toma una decisión.
- Mira, es ya algo tarde, cielo. Pero mañana sábado si no tienes nada que hacer, vente después de comer, si puedes… Veremos que se puede hacer.
- Estaré aquí, sobre las cinco, ¿ te parece?
- Vale, muy bien. Vente preparada… para lo que surja.
Siguiendo los deseos de la chica, por fin decide que hay que estrenarla y así se lo insinúa.
Marcos llega puntual esa tarde de sábado. Viene mejor vestida, más elegante, huele a limpio, recién duchada y perfumada. Miguel lo pasa al salón, y se sientan en un sofá de dos plazas. El profesor ha traído algo para beber.
La chica está radiante, feliz, de esa cita con su amado profesor, pero también algo nerviosa. Ninguno de los dos hablan de lo que va a ocurrir, pero lo saben. Tras unos minutos tomando la consumición y alguna conversación intrascendente, Miguel pasa la mano por la cabeza y el cuello de Marcos, en una ligera caricia que es como una descarga eléctrica para la joven. Luego, sin más preámbulos, le ordena que se prepare, actúa en plan dominante.
- Anda, desnúdate, no esperemos más.
Se desnuda la aspirante a trans, esta vez con algo menos de pudor que el primer día cuando sacó el falo junto al ordenador. Se vuelve a quedar de pie, con la polla morcillona. El profesor hace lo mismo que aquel día, se la agarra con suavidad y la acaricie levemente, mientras le mira al rostro. Marcos tiene los ojos cerrados, feliz, concentrada en ese momento, que para ella es su máxima aspiración, ser poseída por el hombre del que se ha enamorado perdidamente.
- Espera, cielo, voy al baño, a traer lubricante y alguna cosa más. Suéltate la coleta, por favor, estás más guapa con el pelo suelto.
Vuelve el profesor del baño, pero para asombro de Marcos lo hace totalmente desnudo. Luce un buen miembro, también semierecto. Es más o menos igual de largo que el de la chica trans, pero más delgado. Trae una toalla de baño y un frasco con gel lubricante. La chica se lleva la mano a la boca asombrada, allí está su profesor, su amorcito secreto, desnudo para él y con claras intenciones de disfrutarla. Miguel se dirige a su alumna siempre en femenino, como ya es habitual, si no fuese así, si no tuviese la idea de que es trans, que es mujer, probablemente no hubiera dado el paso. Ella, con el pelo ahora extendido sobre los hombros, está radiante.
- Ven, cariño. Ponte así, querida… eso es… estás muy guapa hoy, me gustas…
Extiende la toalla sobre la alfombra, junto al sofá. Y hace arrodillar a Marcos, con el culo expuesto y apoyada en el asiento. Aunque la chica apenas está hormonada todavía, tiene ya buena figura de nacimiento, un culito redondo y respingón y una cinturita bastante marcada.
- Dentro de tres o cuatro años, si sigues con el tratamiento, tendrás un cuerpo precioso, cielo..
- Ah, gracias, gracias. Espero tenerlo como esas chicas trans a las que tú te has follado.
- Estoy seguro de que incluso las vas a superar. Serás una chica de cine, ya verás, pero entonces tienes que volver a verme, eh…
El profesor se arrodilla detrás de la chica. Vuelve a hacerle un nuevo comentario sobre su figura, en concreto de su culo, y le da un fuerte cachetazo, que Marcos agradece con un suspiro de satisfacción. Viendo el apetitoso trasero, Miguel ya ha entrado en erección, mientras que el falo de la chica cuelga vertical, poderoso, aún semierecto.
Extiende una pequeña cantidad de lubricante por la raja del culo de ella. Ahora se aproxima, se agarra fuerte el miembro por la mitad para que no se doble, y va pasando despacio la cabeza del miembro por esa raja culera, insistiendo en el ano cada vez que pasa por encima de él. Al tiempo que frota, presiona ligeramente.
Luego se retira, vuelve a extender lubricante y repite la operación otros minutos. Marcos, expectante, ansiosa, espera con respiración agitada. Ninguno dice nada de momento.
A medida que la operación se repite, Miguel presiona más al frotar. El culito virgen se estira arriba y abajo como si fuese de goma. Y con ese estiramiento se abre un poquito, poco, pero lo suficiente para que el profesor, que es un experto enculador, aproveche para retirarse de nuevo y poner más de lubricante.
Sigue lento el desvirgamiento. No hay prisas. El profesor es paciente, sabe lo que se hace. Trabajarse un culo es todo un arte, nunca hay que ir a fondo a por él, podría ser muy traumático. Esa lentitud, esa suavidad, lleva a que el enculado o enculada, se relaje, pierda el miedo, que no se contraiga.
Sigue la presión, sigue el frotamiento. En un momento dado, el profesor se decide. Deja de frotar y queda quieta la punta del miembro en el agujero. Presiona con más fuerza. Ha entrado la cabeza del falo.
- Ohhhhhh, ayyyyyyyyyyyyyyyyyy, uufffffffffffff, ufffffff
Marcos se ha quejado pero no de forma ostensible. Lo ha hecho suavito, resignado, sumiso. Sabe que tiene que ocurrir y si no es hoy, no sabrá cuando habrá otra ocasión.
- Tranquila, tranquila, cariño…. Ya verás…. Ahora te irás relajando y ensanchando….
- Sí, sí…. Estoy tranquila, estoy a gusto, aunque me moleste un poco.
Tras unos minutos, sin penetrar más, Miguel retira la cabeza de su polla. Ahora sí, tras esos minutos el esfínter queda abierto, ofrecido. Antes de que se cierre, el profesor aplica mucho lubricante por el agujero, y al tiempo que con la mano extiende también el lubricante por los testículos y la polla de la chica, que sigue colgando morcillona, gruesa, Ella ha gemido de placer al notar la mano de su amor por su partes íntimas. El grosor del miembro aumenta y comienza a levantarse.
Ahora ya con el lubricante en el interior del recto, con el esfínter delicadamente vencido, será fácil. Y así es. El profesor vuelve al ataque, sujetando ahora a la joven por la cintura, vuelve a meter la cabeza, espera otra vez un poco y presiona con decisión, hasta meter la mitad de su miembro. Marcos no se ha quejado esta vez, solo un nuevo gemido más bien de sorpresa.
- ¿ Cómo estás, querida? ¿Te duele? ¿Me retiro?
- ¡¡ No, nooooooo, por favor, sigue ahí, sigue… Me molesta un poco pero es más fácil de lo que pensaba, lo haces muy bien, estoy a gusto.
- Eso es lo que quiero, que lo disfrutes tanto como yo.
Nueva espera con el miembro metido hasta su mitad. La carne de Marcos se abre, generosa, deja paso al ariete, deja que profundice en su cálido interior, en su recto virgen que ahora se ofrece entero para su profesor particular. Está quieta apoyada en el sofá, los ojos cerrados, la cara cubierta por el pelo suelto, concentrada su mente en lo que está ocurriendo en su parte trasera.
Vuelve Miguel a retirarse. Ahora el ano está totalmente abierto, un buen agujero dilatado, deseoso. Vuelve a aplicar por última vez una buena cantidad de lubricante, que entra totalmente dentro y que será necesario para la penetración completa y final.
Vuelve de nuevo con su mano engrasada a recorrer los genitales de su alumno/a. Ahora se encuentra con una sorpresa, el enorme pollón de la niña ya no está vertical colgando hacia el suelo, está en máxima erección, y pegado a su vientre, apuntando hacia delante.
- Cómo estas, querida… Impresionante polla..
Vuelve a apretar Miguel y ya lo entra del todo, pero sin presionar totalmente. Nuevo quejido, de agradecimiento de la joven. Una vez ya bien dilatado el recto, el profesor inicia un leve movimiento de bombeo. Está al límite, no se corre porque quiere prolongar tan rico momento. De vez en cuando la saca para refrescarla algo. Cuando lo hace, mete su mano engrasada entre las piernas de la chica y manosea su miembro. Lo hace solo un breve momento, porque notando la tremenda dureza que tiene, también podrá eyacular de inmediato y es bueno que esté así, a tope, para que su deseo le impida cerrarse.
Ambos están a gusto, aunque ella algo dolorida, pero resiste. Ninguno tiene prisa en terminar. Marcos se está comportando como una experta. No siente gran placer, porque todavía no ha adquirido la experiencia suficiente y su culo está muy entumecido, pero la dicha de sentirse poseída es única.
Por fin, el profesor decide que ha llegado el momento.
- No puedo más cariño, voy a reventar, lo siento, me voy a verter dentro de ti…
- Hazlo, hazlo, por favor, sí, sí, lo quiero, dámelo todo…
Ahora Miguel abre con sus manos las nalgas de Marcos para penetrarla con total decisión. Cuando está totalmente encajada, la agarra con las manos por los hombros y presiona con fuerza hacia atrás, y con sus caderas hacia delante. Ahora la penetración es brutal, y ella no puede evitar quejarse.
- Ahhhhhhhhhh, ayyyyyyyyyyyyyyyy, por favor, no tanto, no tanto…. Me duele, me dueleeeee…. Uffffffffffffffff, Aggggggggggggggg
- Aguanta, aguanta, cariño, solo un momento, me estoy casi corriendo… ¿puedes aguantar?. Estás ahora riquísima…
- Creo que sí, que aguantaré, pero termina pronto, por favor.
La chica se sacrifica por el placer de su amado. Aguanta a duras penas, pero el dolor de la tremenda presión hace que su recto se contraiga de forma involuntaria, que se cierre aprisionando el miembro que la taladra. Miguel, en el éxtasis ya del orgasmo, piensa que ella lo hace voluntariamente para darle más placer y se le suelta la boca con obscenidades.
- Ohhhhhhhhgggggggggggg, así, así, eso es, putita… Que bien lo haces, vas a ser mi zorrita… Para ser la primera vez me estás volviendo loco, cacho puta, así, asíiiiiiiiiiiiii, aprieta, aprieta, te estoy llenando de esperma, siéntelo, siéntelo, zorra…
Mientras Marcos asiste con asombro al tremendo placer que demuestra el profe, Miguel suelta una tremenda eyaculación en lo más profundo de ella, mientras la sujeta con todas sus fuerzas por los hombros. Luego espera un momento de relajación para que la mente vuelva a la realidad y seguidamente retira su miembro, dejándose caer a un lado, sentado en el suelo.
Ella se da la vuelta y lo imita. Se quedan los dos, jadeantes, en el suelo, sentados sobre la toalla y la espalda apoyada en el sofá. Recuperan poco a poco el aliento, la chica suda copiosamente tras el fuerte envite.
- Joder, cielo, que delicia, eres única. Vaya estreno, cariño, que maravilla, serás una amante excepcional.
- Me alegro que te haya gustado tanto, me siento feliz.
- ¿ Y tú que tal?.
- Bueno, he sufrido algo, pero me ha gustado. Para ser mi desvirgamiento no ha sido mucho dolor, esperaba que fuese peor. Pero he sentido placer, más mental que físico.
- Eso es interesante, explícamelo.
- Pues sí, me he concentrado, aguantando por una parte y por otra sintiendo tu gran placer dentro de mí. Ha sido un orgullo, notar que puedo dar placer a mi hombre. Ha habido un momento que ha sido exquisito, cuando he notado que te corrías dentro de mí, y que me llamabas puta y zorra, eso me ha hecho sentirme auténtica mujer.
- Me alegro de nuevo, aunque disculpa que te dijera esas cosas. Son habituales en el sexo. Además, vaya erección que tienes, que tremendo miembro, cielo. No puedes estar así, tengo que aliviarte, te lo mereces.
Miguel hace recostar a la chica en el suelo, sobre la toalla. Boca arriba, ella se deja hacer, de nuevo expectante. Su amante le acaricia el miembro despacio, evitando que se corra. La dureza es tremenda. Miguel quiere que también disfrute, como él lo ha hecho. Pero llega un momento en que ella ya no aguanta más.
- No puedo, no puedo más, me corroooo…
- Espera, espera un momento.
Miguel se incorpora un poco y se pone de rodillas ante ella. Agarra el miembro por abajo con la mano en su parte más gruesa, es sumamente agradable al tacto y lleva su boca a la cabeza de la polla que engulle con satisfacción. Ella, totalmente asombrada, se incorpora un poco.
- Me la vas a mamar, no me lo puedo creer, que delicia, que bonito…
Miguel acaricia el largo fuste arriba y abajo, mientras succiona el glande, dando mucha lengua a la piel tersa. Se la traga todo lo que puede, casi ahogado. El resultado es inmediato. Marcos levanta las caderas con decisión, metiéndola aún más en la boca del profesor, y de momento un tremendo chorro de esperma entra en su boca, inundándolo totalmente.
Aguanta bien, sigue chupando mientras la eyaculación continúa en varios chorros intermitentes, luego, cuando las contracciones cesan, sin sacarse el miembro, el profesor abre su boca y deja que el semen escurra, abundante, por la columna abajo.
De nuevo agotados, se vuelven a sentar en la anterior postura, con la espalda en el sofá.
- Bueno, esto es para recordar. ¿No crees, Marcos?.
- Para mí sobre todo, que ha sido mi primera vez. Nunca imaginé que me hicieses una felación, algo que tampoco conocía. Ha sido algo espectacular, nunca lo olvidaré.
Ella quiere asegurarse de que no será una sola vez, que habrá más, que esa relación que se inicia con este acto tendrá continuación, y de forma indirecta se lo plantea al profesor.
- Esta vez, como sabes, es normal que me haya dolido un poco, pero a medida que lo hagamos más veces, seguro que ya me acostumbro ¿no crees?.
Y para alegría de la joven, Miguel contesta contundente, al tiempo que echa mano de nuevo al grueso falo, ahora ya casi en reposo y le dice con sonrisa pícara:
- Cada vez que me veas me vas a suplicar que te folle, zorrita mía. Y además, seguro que con el tiempo te gustará ser también activa, aunque con esta tranca que tienes, miedo me da, cariño.
- Jajajaja…. Todo se podrá probar, por mí no hay problema. Yo en agradecimiento, te presentaré a mi abuela, verás como te gusta..
- No lo dudo, cielo…No lo dudo. Seguro que llevas sus mismos genes de viciosa. Por cierto..¿ te has dado cuenta que hemos follado sin darnos un beso?¿te apetece?.
- Por mí, encantada. Cómeme la boca, anda…
Los dos amantes se funden en un largo y húmedo beso...
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