Después de tres años largos de pajas en mi casa, en el bañodel trabajo pensando en ella, mi amiga y compañera de trabajo la flaca. Al finse me dio. Hoy por la tarde minutos antes de dejar el trabajo, me acerque a suoficina, y le dije que me pasaban cosas. Ella asintió, lo sé. Pero sabes que nocojo con tipos casados. Me quedé sin palabras unos segundos, así que fuidirecto a lo pasional, a lo que la calentura me decía. Si lo sé, pateaste atodos los casados, pero yo tengo muchos deseos y fantasías con vos, con solohablarte mira como me pones. Me aleje del escritorio y deje que me vea el bultoduro que ya tenía bajo el jean. Dejóescapar una sonrisa. Sos lo peor me dice. Y continua: dame el celular. Sindudarlo se lo doy. Listo. Me dice, ahora nos vamos a mi casa y cogemos sin quele avises nada a tu sra. ¿Aceptas? .sin dudarlo dije que sí. A la media hora,apenas pase la puerta de su casa me la estaba chupando. Le pedí que pare porqueiba a llenarle la cara de leche. Dejo de chupar y me dijo. No me importa sidespués me seguís cogiendo. Le llene la cara de leche. Mientras se fue al bañoa limpiar me dirigí a su cuarto. Pero antes de llegar salió y se puso en cuatroen un sillón. Con la pija al palo todavía sin dudarlo le hice el orto, biensalvaje. Me puteaba para que pare. La di vuelta y empecé a cogerla por laconcha, súper depilada y hermosa. Cuando llegó al orgasmo no dejaban de temblarsus pies, intentaba correrme pero se lo impedí. Le tomé las muñecas contra elrespaldo del sillón y seguí un rato más bombeando sin parar. Sus ojos sepusieron locos, así que me corrí y comencé a chuparle, morderle los pezones deesas tetitas que apenas se notan. Contento luego me fui, disfrutando de unacogida monumental a ese culito hermoso. Veremos mañana como seguimos en laoficina.
Llegué a casa, y mi esposa estaba algo enojada, porque clarome demoré casi tres horas. Y para un enojo que mejor que una cogida. Aunquevenía de una salvaje y brutal cogida. Empezamos con 69 y después deje que mecoja ella. Por suerte, cuando tuvo su orgasmo, dispare también unos chorritosde leche en la conchita hermosa que siempre me como.
Llegué a casa, y mi esposa estaba algo enojada, porque clarome demoré casi tres horas. Y para un enojo que mejor que una cogida. Aunquevenía de una salvaje y brutal cogida. Empezamos con 69 y después deje que mecoja ella. Por suerte, cuando tuvo su orgasmo, dispare también unos chorritosde leche en la conchita hermosa que siempre me como.
1 comentarios - Confesiones del cinefiloco 36.- Al fin..