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Debido a que carezco de tiempo por facultad y trabajo, estoy publicando poco, pero hay avances de todas las historias y nuevos proyectos. También secuelas, tanto de pago como gratuitas. Voy a estar informando!
Tengo bastante material, ni bien me haga huecos, voy a ir publicando. Hay una nueva historia caminado (La decisión) y la tercera parte de “Mi prima, Mara”. Esta última aún no tiene título oficial.
Esta semana, se viene la tercera parte de “Laura”.
Erica, mi hermanastra.
ADELANTO CAPITULO 1 (SEGUNDA EXTENSION)
Buenos Aires, pleno verano.
Mi viejo venía a vivir un tiempo con su otra pareja y la hija de ésta, a un barrio top de la Ciudad.
Hacía tiempo que se había separado de mi vieja y formó otra familia, en Córdoba.
No estaba distanciado de él, pero no lo veía muy seguido desde que se había casado nuevamente.
Es más, nunca tuve la oportunidad de conocer siquiera a su nueva hija, es decir, mi hermanastra.
Erica, ese es su nombre, tiene mí misma edad. 20 años.
Es increíble que nunca la haya conocido, más aún, cuando su mamá llevaba casi 10 años con mi
viejo, Carlos.
Ni siquiera nos seguíamos en Instagram o en Facebook.
Como que nunca se involucró conmigo, ni yo con ella.
En fin, por cuestiones de trabajo, una oportunidad laboral muy importante de mi papá, se venían
para acá.
Quien sabe por cuánto tiempo.
A su madre, Sandra, si la conocía y me caía muy bien.
Las dos o tres veces que la ví, fue muy atenta conmigo.
Mi vieja, Laura, también había rehecho su vida, por lo que la relación con mi viejo, no era nada mala.
Tanto así, que él le comentó a mi vieja, que su hijastra no estaba muy contenta de volver a Buenos
Aires.
Y es entendible, ya que volver a su San Isidro natal, después de haber formado su vida en otra
provincia, era algo no muy agradable.
Una tarde, estábamos tomando unos mates con mi vieja. Yo gozaba de unas vacaciones de la
facultad.
MA: ¡Bueno Julián, vas a conocer a tu hermana!
YO: Así parece, después de 10 años casi jaja, pero no es mi hermana
MA: No seas malo, nene... es hija de tu padre
YO: Política...
MA: ¿Por qué estas tan reacio?
YO: No, solo digo... no la conozco, nunca tampoco habrá querido conocerme... ¿por qué, voy a estar
emocionado?
MA: Cosas de la vida. Pasa. Además, según tu padre, es muy buena
YO: Ya veremos jaja
MA: Él me manda fotos, a veces. Es una muñequita.
Era verdad.
Alguna que otra vez, la curiosidad me llevó a ver sus redes.
Mucho no había, dado que no la seguía ni la tenía entre mis amigos, pero se veía que era linda.
De ojos verdes y parecía alta en las fotos.
Tenía cara de ser re anti.
De esas chicas que pasan caminando por al lado tuyo y ni te registran.
En las imágenes que vi, tenía el pelo castaño, algo coloradito.
Usaba flequillito.
En definitiva, era como decía mi vieja. Era una muñequita.
Mentiría si digo que no estaba nervioso de conocerla.
Me la imagina con una personalidad fuerte. No sé por qué.
Tanto así, que días después, cuando mi vieja los iba a recibir en casa, me levanté con un poco de
dolor de estómago.
Me bañé y me cambié para la ocasión.
Mi vieja me miraba y se reía.
Pero no quería causarle una mala impresión a la primera. Sobre todo, porque yo era de andar muy
de entrecasa siempre.
Pero como no podía con mi genio, estuve horas para decidirme.
Finalmente, me puse una remera negra con el dibujo de "BACK TO THE FUTURE" y el DeLorean con
fuego. En la parte de abajo un jean.
Que fuera lo que dios quisiera.
Me la imaginaba llegando re vestida mal.
Pero bueno, tampoco iba a disfrazarme de algo que no soy, je.
Cuando sonó el timbré, sentí que había sido como una campanada del infierno.
Los nervios que me venían eran más fuertes que los que sentí aquella vez que perdí la virginidad.
Pero ¿Por qué?
Mi vieja fue a recibirlos.
Como dije, tenía muy buena relación con ellos.
Cuando abrió la puerta entró una luz parecida a las de la entrada al paraíso.
Ni lo vi a mi viejo y a su esposa.
La vi a ella.
Parecía un ángel.
Quede parado, estático.
Era alta, de mirada luciferina.
Muy linda. La verdad que llamaba la atención de cualquiera.
Incluso la mía.
¿Por qué sentía eso?
MA: Eiii ¿no vas a saludar vos?- Me dijo.
Estaba totalmente estupidizado.
Erica estaba en el recibidor, con sus manos juntas adelante.
YO: ¡Eh... si... Hola! Expresé saliendo del trance.
Hacía bastante no veía a mi viejo y casi ni lo registré.
Que pedazo de boludo.
No podía dejar de mirarla como un salame.
Era mi hermanastra, Erica.
Pero como una suerte de imán, mi atención no la dejaba.
Saludé a mi viejo y a Sandra.
Luego dirigí mi mirada hacia élla.
Creo que se habrá dado cuenta de que la miraba como un tarado.
Ya que me observaba de arriba a abajo con cara rara.
La saludé con un beso en la mejilla.
"Hola" me dijo.
Me salió una sonrisa desde el fondo del alma al saludarla.
¿Qué me pasaba?
Se rió apenas por eso.
Habrá pensado "dios, pero que salame este pibe".
YO: ¿¿Todo bien??
ERI: Me gusta tu remera.- Expresó y siguió caminando, mirando la casa.
Obvio que me quedé parado ahí como una estatua.
Al menos no la había cagado con la remera.
Nunca me había puesto tan nervioso.
Hasta mi vieja se dio cuenta.
Su actitud onda rebelde, al menos a la primera, parecía ser como la que imaginaba.
No me dio demasiada bolilla.
Ella estaba vestida normal también, tanto problema que me hice.
Un jean con un vestidito corto por encima.
Bastante colorado era su pelo. Mas que en la foto.
Tenía algunas pequitas en el rostro.
Si, la re fiché.
Una onda Bella Thorne o Jennifer Lawrence quedaba con el flequillito, pero más linda, je.
Ciertamente, me había impactado.
MA: ¿Te vas a quedar ahí?.- Expresó tentada
Yo seguía parado en la puerta de entrada como un boludo.
Me adelanté con ellos.
Mi vieja hablaba con Sandra y mi viejo a mí.
Erica iba delante.
Tenía cara de ¿Que hago acá?
Mas o menos me ponía al día con él, si bien hablábamos por teléfono.
Mientras lo escuchaba, la miraba a ella y su jean ajustado.
Parecía tener muy lindas piernas.
Yo sabía que tenía que dejar de mirar. Pero lo hacía automático.
Era la hija de mi viejo y no podía tener ese tipo de pensamientos.
Bueno, por afinidad, pero su hija al fin.
En un momento, le habló a mi vieja y por poco me ve con mis ojos en su cola.
Si no puedo ser más imbécil.
Safé por un microsegundo.
Pero parecía tener un buen atributo trasero.
Es increíble, continúo hablando de ella de esa forma.
Dios.
Recorrimos la casa como si fuera un museo.
No era una mansión, pero bastante grande sí. Además de que cada 2 metros se frenaban
contándose cosas de la vida y no terminaban más.
La cara de Erica lo decía todo.
No se iba a comportar con mala educación, pero su cara de pocos amigos, se notaba.
Cuando la miraba para incluirla en la conversación con mi viejo, ella miraba para otro lado y seguía
en la suya.
Esto iba a estar difícil.
Me preguntaba si tendría novio.
Seguramente sí dado lo hermosa que era.
Es más, era probable que parte de su frustración de estar en Bs As, fuera a causa de ello.
Pero estaba divagando. No sabía si eso era así en verdad.
Solo intentaba descifrarla.
Otro atributo que me llamaba mucho la atención, era su delantera.
Suena pajero, pero de verdad era un imán su cuerpo.
Yo me sentía el peor. Trataba de consolar mi pajerosidad convenciéndome de que no era mi
hermana de sangre.
Pero no dejaba de estar mal.
No sé.
Tampoco me iba auto juzgar.
Era una pendeja que llamaba mucho la atención y el que esté libre de pecado...
Ya en el fondo (tenemos una casa grande), ella se me acercó.
Creo que después de todo, iba a dirigirme la palabra.
Juro que verla caminando hacia mí, me intimidaba.
1,70 mts medía seguro.
Me miró con una cara como si hubiese cometido un homicidio y me dijo:
ERI: Te gusta mucho mi jean, ¿no?.- Y levantó una ceja.
La puta madre.
Se dio cuenta que la había mirado.
¿Y ahora que hacía? ¿De qué me disfrazaba?
Sentí como que todo se podría ir a la mierda. Que me iba a acusar y la vergüenza que iba a dar.
ERI: Te parece mirarle el culo a tu hermanastra??.- Expresó de forma vehemente, pero bajito.
YO: ¡Eh... no... que decís, cualquiera! - Me salió decirle
Me puse a mil grados de temperatura.
Tenía que zafarla como fuera.
ERI: ¡¡Que desubicado, pendejo!!
YO: Te juro que nada que ver...
Ya estaba listo.
Se quedó en silencio como 5 segundos, mirándome con cara de incredulidad.
Vaya forma de presentarme ante ella.
Luego, finalmente expresó.
ERI: Es joda, nene... que carucha que pusimos eh...- Exclamó sonriendo levemente y yéndose
contenta con su maldad.
¿Era una joda lo que estaba haciendo?
Que maldita.
Entré como un caballo.
Me la re comí.
Ya me veía yéndome de la casa, como el chavo cuando le dijeron ratero.
Que hija de mil.
¡Como me deliró!
Aunque bueno, eso quiere decir que no se dio cuenta cuando la miré, je.
Respiré super aliviado.
Dios mío.
Caminé hacia donde estaban todos. Cuando llegué, Erica me miró con cara de "que descanso te
pegué" y se reía por lo bajo.
Obvio que yo igual.
Además, después de todo, había derrochado parte de su tiempo para hacerme una joda a mí.
Como que me sentí importante por un segundo.
Conversamos todos juntos por un rato. Mucha bola no me daba Erica. Cada tanto me miraba y se
reía de lo que me había hecho.
Yo intentaba sacarle charla, pero élla se hacía la importante.
Le cuajaba perfecto el personaje de rebelde.
Pero alguien decidió romper esa barra de hielo.
MA: Chicos, porque no van acá a la panadería y compran unas facturas, de paso le mostrás un poco
el barrio
Erica saltó enseguida.
ERI: Tampoco me fui hace tanto como para no conocerlo jaja.- Respondió sincera y con educación.
Parecía que no quería ni en pedo acompañarme.
Fue ahí que intervino Sandra.
SAN: Andá hija... de paso conoces un poco más a Julián.
Ella se volteó y miró con cara de “¿es necesario?”
Mi viejo le hizo el gesto de que fuera.
Nunca me había sentido tan rechazado en mi vida.
Pero finalmente, cedió.
ERI: Esta bien...- Se limitó a decir
Yo, bastante incómodo con la situación, me levanté emprendiendo camino.
Ella, con cara de cierto fastidio, o al menos eso parecía, vino detrás de mí.
No estaba nervioso, pero sí algo incómodo.
Como que estaba obligada a pasarme cabida.
Al cruzar la puerta de entrada, le comenté:
YO: No tenes que venir si no queres. Voy yo a comprar.
Claramente le hice notar que su fastidio con la situación, la había captado perfectamente.
ERI: Otra cosa mejor para hacer no tengo tampoco... vamos!- Expresó. Y comenzó a caminar hacia la
calle.
Bue, ¡gracias!, Pensé irónicamente.
No sabía si hablarle o no.
Pensé en intentarlo solo una vez. Tampoco iba a estar bancándome sus desaires.
YO: Estas molesta volver de Córdoba, ¿no?
Me miró medio de costado.
ERI: Un poco, pero que se le va a hacer...
Íbamos caminado. Ella un poco más adelante que yo.
YO: Yo estaría igual, teniendo toda tu vida en un lugar...
ERI: Si, bueno quien tiene hambre?.- Me dijo demostrándome que no le interesaba hablar de ese
tema.
Me quedé en silencio.
Posta que era complicado seguirle el hilo de esa forma.
Además, yo me fastidiaba rápido, así que preferí callarme y soportar el incómodo momento.
Creo que lo notó. Y decidió, finalmente, ceder un poco en su actitud.
ERI: Qué onda vos, tenes novia o algo?.- Preguntó sin filtro
Primero me soprendió que quisiera conversar. Y segundo, esa pregunta.
YO: No, ¿vos?
ERI: No, no tengo novia, je.
Al menos tiraba un chiste.
YO: Jaja... y ¿novio?
ERI: ¿Te importa?.- Dijo con su gesto de levantar una ceja.
YO: Es solo una pregunta...- Le contesté seriamente y mirando para adelante.
Si ella iba a tener esa actitud de desinterés conmigo, entonces yo iba a hacer lo mismo.
No iba a dejar que me afectara.
ERI: No...- Se limitó a expresar.
YO: ¿Y por acá tenes amigos?
ERI: ¿Que sos del FBI? jaja
YO: Bueno, si queres te hablo de fútbol, no sé...-Le expresé con cierta molestia
ERI: Sos calentón... me gusta...- Dijo como con satisfacción. Sí, tengo amigas que no veo hace mil
años...
Llegamos a la panadería.
Entré a comprar y ella se quedó en la puerta con el celular.
Al parecer no le gustaba demasiado socializar y, menos, siendo la nueva.
Era una persona difícil de llevar. Me iba a costar mucho.
Y ahora que íbamos a ser vecinos del barrio, me iba a tener que acostumbrar.
Luego de comprar, en el camino de vuelta, casi ni me habló.
Hacía bastante no sentía esa incomodidad con una persona.
En cierta forma, era comprensible. No me conocía y no tenía por qué hablarme de su vida.
Solo esperaba que eso cambiara. Ya que quería llevarme bien con ella.
El resto de la tarde pasó medianamente normal.
Cada tanto me dirigía la palabra y yo le contestaba bien.
Quizá de a poco, empezaba a soltarse más. Aunque siempre mantenía esa especie de distancia.
Tal vez, lo hacía de compromiso, ya que se notaba el enorme respeto que sentía por mi viejo.
Y era lógico, él la había adoptado como hija.
Durante la cena, por momentos, sentía que se me iba la vista hacia ella.
No sé qué cosa de todos sus atributos, tanto personales como físicos, me resultaban tan
interesantes.
Pero algo tenía. Claramente.
Para empezar, tenía una belleza natural que conformaba una suerte de imán.
Muy atractiva.
Además, si había algo que me gustaba en las mujeres, era que usaran flequillito.
Pero, ¿qué hago hablando de esto?
No debía ser así.
Antes de que se fuera, Erica volvió a hablarme una última vez.
Medio que me miraba de arriba a abajo.
ERI: Ei, ¿hay algún gimnasio por acá cerca?
YO: Si, por esta calle, a 3 cuadras hay uno... no sabía que entrenabas (aunque lo aparentaba)
ERI: Si, vas vos ahí, ¿no?
YO: ¿Como sabes? jaja
Me miró como no queriendo contestar.
Hizo un gesto medio extraño que yo interpreté como que se notaba que iba al gimnasio. Pero que no
lo quería decir.
Y la verdad era que estaba bastante en forma.
"Bueno, nos vemos...", expresó sin salirle mi nombre.
YO: Julián...- Le completé
Se sonrió de costado y se dio media vuelta para salir con la madre y mi viejo.
Esa mirada que hizo, de alguna forma, me hizo sonrojar.
Lo sentí así.
No pareció esa mirada que le haces a un primo o a un hermano.
Revestía otra clase de intención, aunque fui el único que la notó.
Como si fuese un primer y pequeño indicio de complicidad conmigo.
No sé por qué, pero esa sonrisa quedaría grabada en mi mente.
Tanto, que no dejaría de pensar en élla.
Y la última vez que recordaba sentirme así, fue cuando quería que una chica me diera bola.
Rarísimo.
¿Podía tener ese sentimiento?
Supongo que no. Pero así era.
O tal vez exagero y quizá me parezca, dado que una nueva hermana es algo, atípico para mí.
Esa misma noche, ya casi a la madrugada, estaba boludeando en face.
Me tenté en chusmear su perfil, pero seguramente le iba aparecer en sugerencias, que es re botón
eso. Y decidí no hacerlo.
¿Por qué me generaba tanta curiosidad?
Me saltó una notificación.
Me fijé en la campanita y no me aparecía nada.
Alguien que comentó algo y lo borró arrepentido, pensé.
Pero no era eso.
Era una solicitud de amistad.
Tenía algunas pendientes, pero basta sorpresa me llevé, cuando ví que la que había entrado era de
"Erica Herrera".
Sí, esa Erica.
Me quedé como ¿what?
Era solo una solicitud de amistad en una red social. No era un pedido de compromiso. Pero, aun así,
me tomó por sorpresa.
Y para bien.
Pensé en aceptarla de inmediato, pero no quería parecer un desesperado. Así que decidí aguardar.
Luego de un rato, mientras veía videos de chinitos haciendo casitas con barro, me entró un mensaje
por imbox.
"Me apareces en línea, nene... te estás haciendo el difícil para aceptarla???"La cancelo eh...
Casi me caigo de la cama.
¡Que piba!
Y yo no me había dado cuenta de eso, que me podía ver.
Le contesté al toque haciéndome el boludo.
"Jaja perdón!! No había visto "
Inmediatamente dejé de hacer lo que hacía y se la fui a aceptar.
No quería darle pie a un enojo boludo, dado que recién nos conocíamos.
"Confirmar".
Lo hice.
Ahora sí, ya me aparecía todo su contenido en línea.
YO: Listooo jaja
ERI: Menos mal...ya te la iba a cancelar
YO: Jajaja
ERI: Te quería preguntar algo
Mmmm.
YO: Si, decime.
¿Qué me podría decir? ¿Y a esta hora?
Estaba dándome intriga.
ERI: ¿Que tal es ese gimnasio que vas? ¿Está bueno?
Aahh. Era eso.
Ya me resultaba extraño.
YO: Aah... sí, es grande, buenas maquinas, espacioso... por?
ERI: ¿Que pensabas que era?
Siempre tan punzante en sus expresiones.
YO: No nada jeje
ERI: Ok...y va mucha gente??
YO: Maso... no te cabe la gente jaja
ERI: Mmmm no sé... que se yo... bueno, gracias!
YO: No de nada!
ERI: Besos
Así cortante se despidió.
Sin más.
Me despedí y seguí en la mía, ya iba a ser rutinario eso. Por lo que decidí no darle demasiada
entidad.
Lo que sí me daba curiosidad, era ver su perfil.
Así que fui a mirarlo.
Como esperaba, tenía miles de fotos.
Una foto me cautivó.
Estaba en la playa en bikini.
Me ruboricé al verla.
Tanto que después de verla, decidí no seguir viendo más.
Estaba con la que parecía una amiga.
Con un conjunto de color turquesa.
Un cuerpo divino.
Quedé flasheado, realmente.
Estaba con el pelo como ahora, largo y con flequillo.
Pero lo que más me perturbaba, de alguna forma, eran sus gomas.
Estaba mal que la mirara. Lo sabía. Pero no podía dejar de mirar.
Tenía bastante delantera. Era eso o un push up.
Aunque me inclinaba más por la primera opción. O lo deseaba, je.
Si no podía sacarme de la cabeza su hermosa sonrisa, ahora sus tetas, menos que menos.
Y, además, me sentía culpable a causa de ello.
Sentía que se me paraba el miembro y no tenía control.
¿Como había pasado?
Dios me iba a castigar seguramente.
Y lo tenía merecido.
Pero ¿Que hacía ahora?
Normalmente, ante una excitación, me masturbaría seguro.
Puedo admitirlo, lo hacía con regularidad.
El problema, que la erección que presentaba, era a causa de mi hermanastra. Y eso sonaba terrible.
Apagué todo y traté de pensar en otra cosa.
Di vueltas y vueltas en la cama, pero no podía enforcarme en nada más.
¡Que pajero!, pensé. Solo por unas tetas estaba así.
Pero era un poco más que eso.
No eran solo sus gomas, también me parecía muy linda.
En el fondo, era el tipo de mujer que más miraba siempre.
Con todas sus características. Alta, con culo, tetas, le pelo colorado y ojos claros.
Parecía a propósito.
Más pensaba en eso, peor era.
La tenía paradísima.
La saqué un poco afuera del bóxer. Quizá así se me pasaba un poco.
No la tenía tan larga, va no sé. Pero sí gruesa.
Recuerdo que una vez una chica, me dijo que tenía una verga "re linda" jaja.
Sí. Usó esas palabras.
Pero, en fin, ese día costó concentrarme en otra cosa para poder dormir.
Finalmente lo pude hacer, sin pajearme.
Los siguientes días no tuve noticias de Erica.
No me volvió a hablar ni nada por el estilo.
Vi a mi viejo dos veces casi al pasar, pero de ella, nada.
Vivíamos a dos cuadras de distancia, pero ni siquiera la había cruzado en la calle.
Mi vieja me preguntaba también, si hablaba con ella. Tenía la esperanza de que nos lleváramos bien.
Pensé en escribirle e invitarla a pasear por ahí, para mostrarle el barrio y que se yo.
Había muchos lugares copados que podrían gustarle.
Pero ¿Como se lo decía sin quedar como un pesado?
Miraba los contactos de face y élla, estaba en línea.
Pensaba en mi mente como decirle "Hola, queres ir a caminar por el barrio? Así conoces", "Hola,
tenes ganas de salir por ahí?
No me convencía ninguna.
Hasta que se me ocurrió una buena.
YO: Hola!
Solo tenía que responderme y listo.
Y luego de dos minutos, así fue.
ERI: Hola, como andas??
Sigan y recomienden 😁
Debido a que carezco de tiempo por facultad y trabajo, estoy publicando poco, pero hay avances de todas las historias y nuevos proyectos. También secuelas, tanto de pago como gratuitas. Voy a estar informando!
Tengo bastante material, ni bien me haga huecos, voy a ir publicando. Hay una nueva historia caminado (La decisión) y la tercera parte de “Mi prima, Mara”. Esta última aún no tiene título oficial.
Esta semana, se viene la tercera parte de “Laura”.
Erica, mi hermanastra.
ADELANTO CAPITULO 1 (SEGUNDA EXTENSION)
Buenos Aires, pleno verano.
Mi viejo venía a vivir un tiempo con su otra pareja y la hija de ésta, a un barrio top de la Ciudad.
Hacía tiempo que se había separado de mi vieja y formó otra familia, en Córdoba.
No estaba distanciado de él, pero no lo veía muy seguido desde que se había casado nuevamente.
Es más, nunca tuve la oportunidad de conocer siquiera a su nueva hija, es decir, mi hermanastra.
Erica, ese es su nombre, tiene mí misma edad. 20 años.
Es increíble que nunca la haya conocido, más aún, cuando su mamá llevaba casi 10 años con mi
viejo, Carlos.
Ni siquiera nos seguíamos en Instagram o en Facebook.
Como que nunca se involucró conmigo, ni yo con ella.
En fin, por cuestiones de trabajo, una oportunidad laboral muy importante de mi papá, se venían
para acá.
Quien sabe por cuánto tiempo.
A su madre, Sandra, si la conocía y me caía muy bien.
Las dos o tres veces que la ví, fue muy atenta conmigo.
Mi vieja, Laura, también había rehecho su vida, por lo que la relación con mi viejo, no era nada mala.
Tanto así, que él le comentó a mi vieja, que su hijastra no estaba muy contenta de volver a Buenos
Aires.
Y es entendible, ya que volver a su San Isidro natal, después de haber formado su vida en otra
provincia, era algo no muy agradable.
Una tarde, estábamos tomando unos mates con mi vieja. Yo gozaba de unas vacaciones de la
facultad.
MA: ¡Bueno Julián, vas a conocer a tu hermana!
YO: Así parece, después de 10 años casi jaja, pero no es mi hermana
MA: No seas malo, nene... es hija de tu padre
YO: Política...
MA: ¿Por qué estas tan reacio?
YO: No, solo digo... no la conozco, nunca tampoco habrá querido conocerme... ¿por qué, voy a estar
emocionado?
MA: Cosas de la vida. Pasa. Además, según tu padre, es muy buena
YO: Ya veremos jaja
MA: Él me manda fotos, a veces. Es una muñequita.
Era verdad.
Alguna que otra vez, la curiosidad me llevó a ver sus redes.
Mucho no había, dado que no la seguía ni la tenía entre mis amigos, pero se veía que era linda.
De ojos verdes y parecía alta en las fotos.
Tenía cara de ser re anti.
De esas chicas que pasan caminando por al lado tuyo y ni te registran.
En las imágenes que vi, tenía el pelo castaño, algo coloradito.
Usaba flequillito.
En definitiva, era como decía mi vieja. Era una muñequita.
Mentiría si digo que no estaba nervioso de conocerla.
Me la imagina con una personalidad fuerte. No sé por qué.
Tanto así, que días después, cuando mi vieja los iba a recibir en casa, me levanté con un poco de
dolor de estómago.
Me bañé y me cambié para la ocasión.
Mi vieja me miraba y se reía.
Pero no quería causarle una mala impresión a la primera. Sobre todo, porque yo era de andar muy
de entrecasa siempre.
Pero como no podía con mi genio, estuve horas para decidirme.
Finalmente, me puse una remera negra con el dibujo de "BACK TO THE FUTURE" y el DeLorean con
fuego. En la parte de abajo un jean.
Que fuera lo que dios quisiera.
Me la imaginaba llegando re vestida mal.
Pero bueno, tampoco iba a disfrazarme de algo que no soy, je.
Cuando sonó el timbré, sentí que había sido como una campanada del infierno.
Los nervios que me venían eran más fuertes que los que sentí aquella vez que perdí la virginidad.
Pero ¿Por qué?
Mi vieja fue a recibirlos.
Como dije, tenía muy buena relación con ellos.
Cuando abrió la puerta entró una luz parecida a las de la entrada al paraíso.
Ni lo vi a mi viejo y a su esposa.
La vi a ella.
Parecía un ángel.
Quede parado, estático.
Era alta, de mirada luciferina.
Muy linda. La verdad que llamaba la atención de cualquiera.
Incluso la mía.
¿Por qué sentía eso?
MA: Eiii ¿no vas a saludar vos?- Me dijo.
Estaba totalmente estupidizado.
Erica estaba en el recibidor, con sus manos juntas adelante.
YO: ¡Eh... si... Hola! Expresé saliendo del trance.
Hacía bastante no veía a mi viejo y casi ni lo registré.
Que pedazo de boludo.
No podía dejar de mirarla como un salame.
Era mi hermanastra, Erica.
Pero como una suerte de imán, mi atención no la dejaba.
Saludé a mi viejo y a Sandra.
Luego dirigí mi mirada hacia élla.
Creo que se habrá dado cuenta de que la miraba como un tarado.
Ya que me observaba de arriba a abajo con cara rara.
La saludé con un beso en la mejilla.
"Hola" me dijo.
Me salió una sonrisa desde el fondo del alma al saludarla.
¿Qué me pasaba?
Se rió apenas por eso.
Habrá pensado "dios, pero que salame este pibe".
YO: ¿¿Todo bien??
ERI: Me gusta tu remera.- Expresó y siguió caminando, mirando la casa.
Obvio que me quedé parado ahí como una estatua.
Al menos no la había cagado con la remera.
Nunca me había puesto tan nervioso.
Hasta mi vieja se dio cuenta.
Su actitud onda rebelde, al menos a la primera, parecía ser como la que imaginaba.
No me dio demasiada bolilla.
Ella estaba vestida normal también, tanto problema que me hice.
Un jean con un vestidito corto por encima.
Bastante colorado era su pelo. Mas que en la foto.
Tenía algunas pequitas en el rostro.
Si, la re fiché.
Una onda Bella Thorne o Jennifer Lawrence quedaba con el flequillito, pero más linda, je.
Ciertamente, me había impactado.
MA: ¿Te vas a quedar ahí?.- Expresó tentada
Yo seguía parado en la puerta de entrada como un boludo.
Me adelanté con ellos.
Mi vieja hablaba con Sandra y mi viejo a mí.
Erica iba delante.
Tenía cara de ¿Que hago acá?
Mas o menos me ponía al día con él, si bien hablábamos por teléfono.
Mientras lo escuchaba, la miraba a ella y su jean ajustado.
Parecía tener muy lindas piernas.
Yo sabía que tenía que dejar de mirar. Pero lo hacía automático.
Era la hija de mi viejo y no podía tener ese tipo de pensamientos.
Bueno, por afinidad, pero su hija al fin.
En un momento, le habló a mi vieja y por poco me ve con mis ojos en su cola.
Si no puedo ser más imbécil.
Safé por un microsegundo.
Pero parecía tener un buen atributo trasero.
Es increíble, continúo hablando de ella de esa forma.
Dios.
Recorrimos la casa como si fuera un museo.
No era una mansión, pero bastante grande sí. Además de que cada 2 metros se frenaban
contándose cosas de la vida y no terminaban más.
La cara de Erica lo decía todo.
No se iba a comportar con mala educación, pero su cara de pocos amigos, se notaba.
Cuando la miraba para incluirla en la conversación con mi viejo, ella miraba para otro lado y seguía
en la suya.
Esto iba a estar difícil.
Me preguntaba si tendría novio.
Seguramente sí dado lo hermosa que era.
Es más, era probable que parte de su frustración de estar en Bs As, fuera a causa de ello.
Pero estaba divagando. No sabía si eso era así en verdad.
Solo intentaba descifrarla.
Otro atributo que me llamaba mucho la atención, era su delantera.
Suena pajero, pero de verdad era un imán su cuerpo.
Yo me sentía el peor. Trataba de consolar mi pajerosidad convenciéndome de que no era mi
hermana de sangre.
Pero no dejaba de estar mal.
No sé.
Tampoco me iba auto juzgar.
Era una pendeja que llamaba mucho la atención y el que esté libre de pecado...
Ya en el fondo (tenemos una casa grande), ella se me acercó.
Creo que después de todo, iba a dirigirme la palabra.
Juro que verla caminando hacia mí, me intimidaba.
1,70 mts medía seguro.
Me miró con una cara como si hubiese cometido un homicidio y me dijo:
ERI: Te gusta mucho mi jean, ¿no?.- Y levantó una ceja.
La puta madre.
Se dio cuenta que la había mirado.
¿Y ahora que hacía? ¿De qué me disfrazaba?
Sentí como que todo se podría ir a la mierda. Que me iba a acusar y la vergüenza que iba a dar.
ERI: Te parece mirarle el culo a tu hermanastra??.- Expresó de forma vehemente, pero bajito.
YO: ¡Eh... no... que decís, cualquiera! - Me salió decirle
Me puse a mil grados de temperatura.
Tenía que zafarla como fuera.
ERI: ¡¡Que desubicado, pendejo!!
YO: Te juro que nada que ver...
Ya estaba listo.
Se quedó en silencio como 5 segundos, mirándome con cara de incredulidad.
Vaya forma de presentarme ante ella.
Luego, finalmente expresó.
ERI: Es joda, nene... que carucha que pusimos eh...- Exclamó sonriendo levemente y yéndose
contenta con su maldad.
¿Era una joda lo que estaba haciendo?
Que maldita.
Entré como un caballo.
Me la re comí.
Ya me veía yéndome de la casa, como el chavo cuando le dijeron ratero.
Que hija de mil.
¡Como me deliró!
Aunque bueno, eso quiere decir que no se dio cuenta cuando la miré, je.
Respiré super aliviado.
Dios mío.
Caminé hacia donde estaban todos. Cuando llegué, Erica me miró con cara de "que descanso te
pegué" y se reía por lo bajo.
Obvio que yo igual.
Además, después de todo, había derrochado parte de su tiempo para hacerme una joda a mí.
Como que me sentí importante por un segundo.
Conversamos todos juntos por un rato. Mucha bola no me daba Erica. Cada tanto me miraba y se
reía de lo que me había hecho.
Yo intentaba sacarle charla, pero élla se hacía la importante.
Le cuajaba perfecto el personaje de rebelde.
Pero alguien decidió romper esa barra de hielo.
MA: Chicos, porque no van acá a la panadería y compran unas facturas, de paso le mostrás un poco
el barrio
Erica saltó enseguida.
ERI: Tampoco me fui hace tanto como para no conocerlo jaja.- Respondió sincera y con educación.
Parecía que no quería ni en pedo acompañarme.
Fue ahí que intervino Sandra.
SAN: Andá hija... de paso conoces un poco más a Julián.
Ella se volteó y miró con cara de “¿es necesario?”
Mi viejo le hizo el gesto de que fuera.
Nunca me había sentido tan rechazado en mi vida.
Pero finalmente, cedió.
ERI: Esta bien...- Se limitó a decir
Yo, bastante incómodo con la situación, me levanté emprendiendo camino.
Ella, con cara de cierto fastidio, o al menos eso parecía, vino detrás de mí.
No estaba nervioso, pero sí algo incómodo.
Como que estaba obligada a pasarme cabida.
Al cruzar la puerta de entrada, le comenté:
YO: No tenes que venir si no queres. Voy yo a comprar.
Claramente le hice notar que su fastidio con la situación, la había captado perfectamente.
ERI: Otra cosa mejor para hacer no tengo tampoco... vamos!- Expresó. Y comenzó a caminar hacia la
calle.
Bue, ¡gracias!, Pensé irónicamente.
No sabía si hablarle o no.
Pensé en intentarlo solo una vez. Tampoco iba a estar bancándome sus desaires.
YO: Estas molesta volver de Córdoba, ¿no?
Me miró medio de costado.
ERI: Un poco, pero que se le va a hacer...
Íbamos caminado. Ella un poco más adelante que yo.
YO: Yo estaría igual, teniendo toda tu vida en un lugar...
ERI: Si, bueno quien tiene hambre?.- Me dijo demostrándome que no le interesaba hablar de ese
tema.
Me quedé en silencio.
Posta que era complicado seguirle el hilo de esa forma.
Además, yo me fastidiaba rápido, así que preferí callarme y soportar el incómodo momento.
Creo que lo notó. Y decidió, finalmente, ceder un poco en su actitud.
ERI: Qué onda vos, tenes novia o algo?.- Preguntó sin filtro
Primero me soprendió que quisiera conversar. Y segundo, esa pregunta.
YO: No, ¿vos?
ERI: No, no tengo novia, je.
Al menos tiraba un chiste.
YO: Jaja... y ¿novio?
ERI: ¿Te importa?.- Dijo con su gesto de levantar una ceja.
YO: Es solo una pregunta...- Le contesté seriamente y mirando para adelante.
Si ella iba a tener esa actitud de desinterés conmigo, entonces yo iba a hacer lo mismo.
No iba a dejar que me afectara.
ERI: No...- Se limitó a expresar.
YO: ¿Y por acá tenes amigos?
ERI: ¿Que sos del FBI? jaja
YO: Bueno, si queres te hablo de fútbol, no sé...-Le expresé con cierta molestia
ERI: Sos calentón... me gusta...- Dijo como con satisfacción. Sí, tengo amigas que no veo hace mil
años...
Llegamos a la panadería.
Entré a comprar y ella se quedó en la puerta con el celular.
Al parecer no le gustaba demasiado socializar y, menos, siendo la nueva.
Era una persona difícil de llevar. Me iba a costar mucho.
Y ahora que íbamos a ser vecinos del barrio, me iba a tener que acostumbrar.
Luego de comprar, en el camino de vuelta, casi ni me habló.
Hacía bastante no sentía esa incomodidad con una persona.
En cierta forma, era comprensible. No me conocía y no tenía por qué hablarme de su vida.
Solo esperaba que eso cambiara. Ya que quería llevarme bien con ella.
El resto de la tarde pasó medianamente normal.
Cada tanto me dirigía la palabra y yo le contestaba bien.
Quizá de a poco, empezaba a soltarse más. Aunque siempre mantenía esa especie de distancia.
Tal vez, lo hacía de compromiso, ya que se notaba el enorme respeto que sentía por mi viejo.
Y era lógico, él la había adoptado como hija.
Durante la cena, por momentos, sentía que se me iba la vista hacia ella.
No sé qué cosa de todos sus atributos, tanto personales como físicos, me resultaban tan
interesantes.
Pero algo tenía. Claramente.
Para empezar, tenía una belleza natural que conformaba una suerte de imán.
Muy atractiva.
Además, si había algo que me gustaba en las mujeres, era que usaran flequillito.
Pero, ¿qué hago hablando de esto?
No debía ser así.
Antes de que se fuera, Erica volvió a hablarme una última vez.
Medio que me miraba de arriba a abajo.
ERI: Ei, ¿hay algún gimnasio por acá cerca?
YO: Si, por esta calle, a 3 cuadras hay uno... no sabía que entrenabas (aunque lo aparentaba)
ERI: Si, vas vos ahí, ¿no?
YO: ¿Como sabes? jaja
Me miró como no queriendo contestar.
Hizo un gesto medio extraño que yo interpreté como que se notaba que iba al gimnasio. Pero que no
lo quería decir.
Y la verdad era que estaba bastante en forma.
"Bueno, nos vemos...", expresó sin salirle mi nombre.
YO: Julián...- Le completé
Se sonrió de costado y se dio media vuelta para salir con la madre y mi viejo.
Esa mirada que hizo, de alguna forma, me hizo sonrojar.
Lo sentí así.
No pareció esa mirada que le haces a un primo o a un hermano.
Revestía otra clase de intención, aunque fui el único que la notó.
Como si fuese un primer y pequeño indicio de complicidad conmigo.
No sé por qué, pero esa sonrisa quedaría grabada en mi mente.
Tanto, que no dejaría de pensar en élla.
Y la última vez que recordaba sentirme así, fue cuando quería que una chica me diera bola.
Rarísimo.
¿Podía tener ese sentimiento?
Supongo que no. Pero así era.
O tal vez exagero y quizá me parezca, dado que una nueva hermana es algo, atípico para mí.
Esa misma noche, ya casi a la madrugada, estaba boludeando en face.
Me tenté en chusmear su perfil, pero seguramente le iba aparecer en sugerencias, que es re botón
eso. Y decidí no hacerlo.
¿Por qué me generaba tanta curiosidad?
Me saltó una notificación.
Me fijé en la campanita y no me aparecía nada.
Alguien que comentó algo y lo borró arrepentido, pensé.
Pero no era eso.
Era una solicitud de amistad.
Tenía algunas pendientes, pero basta sorpresa me llevé, cuando ví que la que había entrado era de
"Erica Herrera".
Sí, esa Erica.
Me quedé como ¿what?
Era solo una solicitud de amistad en una red social. No era un pedido de compromiso. Pero, aun así,
me tomó por sorpresa.
Y para bien.
Pensé en aceptarla de inmediato, pero no quería parecer un desesperado. Así que decidí aguardar.
Luego de un rato, mientras veía videos de chinitos haciendo casitas con barro, me entró un mensaje
por imbox.
"Me apareces en línea, nene... te estás haciendo el difícil para aceptarla???"La cancelo eh...
Casi me caigo de la cama.
¡Que piba!
Y yo no me había dado cuenta de eso, que me podía ver.
Le contesté al toque haciéndome el boludo.
"Jaja perdón!! No había visto "
Inmediatamente dejé de hacer lo que hacía y se la fui a aceptar.
No quería darle pie a un enojo boludo, dado que recién nos conocíamos.
"Confirmar".
Lo hice.
Ahora sí, ya me aparecía todo su contenido en línea.
YO: Listooo jaja
ERI: Menos mal...ya te la iba a cancelar
YO: Jajaja
ERI: Te quería preguntar algo
Mmmm.
YO: Si, decime.
¿Qué me podría decir? ¿Y a esta hora?
Estaba dándome intriga.
ERI: ¿Que tal es ese gimnasio que vas? ¿Está bueno?
Aahh. Era eso.
Ya me resultaba extraño.
YO: Aah... sí, es grande, buenas maquinas, espacioso... por?
ERI: ¿Que pensabas que era?
Siempre tan punzante en sus expresiones.
YO: No nada jeje
ERI: Ok...y va mucha gente??
YO: Maso... no te cabe la gente jaja
ERI: Mmmm no sé... que se yo... bueno, gracias!
YO: No de nada!
ERI: Besos
Así cortante se despidió.
Sin más.
Me despedí y seguí en la mía, ya iba a ser rutinario eso. Por lo que decidí no darle demasiada
entidad.
Lo que sí me daba curiosidad, era ver su perfil.
Así que fui a mirarlo.
Como esperaba, tenía miles de fotos.
Una foto me cautivó.
Estaba en la playa en bikini.
Me ruboricé al verla.
Tanto que después de verla, decidí no seguir viendo más.
Estaba con la que parecía una amiga.
Con un conjunto de color turquesa.
Un cuerpo divino.
Quedé flasheado, realmente.
Estaba con el pelo como ahora, largo y con flequillo.
Pero lo que más me perturbaba, de alguna forma, eran sus gomas.
Estaba mal que la mirara. Lo sabía. Pero no podía dejar de mirar.
Tenía bastante delantera. Era eso o un push up.
Aunque me inclinaba más por la primera opción. O lo deseaba, je.
Si no podía sacarme de la cabeza su hermosa sonrisa, ahora sus tetas, menos que menos.
Y, además, me sentía culpable a causa de ello.
Sentía que se me paraba el miembro y no tenía control.
¿Como había pasado?
Dios me iba a castigar seguramente.
Y lo tenía merecido.
Pero ¿Que hacía ahora?
Normalmente, ante una excitación, me masturbaría seguro.
Puedo admitirlo, lo hacía con regularidad.
El problema, que la erección que presentaba, era a causa de mi hermanastra. Y eso sonaba terrible.
Apagué todo y traté de pensar en otra cosa.
Di vueltas y vueltas en la cama, pero no podía enforcarme en nada más.
¡Que pajero!, pensé. Solo por unas tetas estaba así.
Pero era un poco más que eso.
No eran solo sus gomas, también me parecía muy linda.
En el fondo, era el tipo de mujer que más miraba siempre.
Con todas sus características. Alta, con culo, tetas, le pelo colorado y ojos claros.
Parecía a propósito.
Más pensaba en eso, peor era.
La tenía paradísima.
La saqué un poco afuera del bóxer. Quizá así se me pasaba un poco.
No la tenía tan larga, va no sé. Pero sí gruesa.
Recuerdo que una vez una chica, me dijo que tenía una verga "re linda" jaja.
Sí. Usó esas palabras.
Pero, en fin, ese día costó concentrarme en otra cosa para poder dormir.
Finalmente lo pude hacer, sin pajearme.
Los siguientes días no tuve noticias de Erica.
No me volvió a hablar ni nada por el estilo.
Vi a mi viejo dos veces casi al pasar, pero de ella, nada.
Vivíamos a dos cuadras de distancia, pero ni siquiera la había cruzado en la calle.
Mi vieja me preguntaba también, si hablaba con ella. Tenía la esperanza de que nos lleváramos bien.
Pensé en escribirle e invitarla a pasear por ahí, para mostrarle el barrio y que se yo.
Había muchos lugares copados que podrían gustarle.
Pero ¿Como se lo decía sin quedar como un pesado?
Miraba los contactos de face y élla, estaba en línea.
Pensaba en mi mente como decirle "Hola, queres ir a caminar por el barrio? Así conoces", "Hola,
tenes ganas de salir por ahí?
No me convencía ninguna.
Hasta que se me ocurrió una buena.
YO: Hola!
Solo tenía que responderme y listo.
Y luego de dos minutos, así fue.
ERI: Hola, como andas??
4 comentarios - Erica, mi hermanastra XIII
Este relato es real?