Cuando comenzó a darse todo esto de la pandemia decidí salir de la ciudad para no pasarlo encerrada en un departamento, así que tomé la decisión de irme al sur donde un tío (donde vacaciono constantemente), que vive sólo y nos llevamos muy bien.
Unos días antes de viajar supe que un primo también iría donde nuestro tío a pasar un tiempo. Me alegré bastante al saberlo ya que nos llevamos muy bien. Es un poco mayor que yo, bordeando los 30 años.
Estuve con la duda si viajar o no con mis ropas y accesorios de nena, ya que mi tío continúa trabajando yo pensaba vestir de nena todos los días que estuviera solita, pero ahora con mi primo las cosas cambiaban. De todas maneras, decidí empacar todo.
Mi primo es homosexual, nunca lo ha dicho públicamente y no tiene por qué hacerlo. Pero eso se nota y él lo es. Fantaseé un poco con que podía ser su perrita, entre muchas otras cosas.
Una vez ambos en el sur, pasábamos los días solos, nuestro tío trabaja de lunes a viernes el día completo. Hacíamos las labores de la casa, del campo y los animales. Toda la ropita de putita continuó guardada más de un mes, de vez en cuando sacaba algún colaless para dormir, pero nada más que eso.
Anoche, 27 de abril estábamos conversando en la noche, tipo 23 hrs. Nuestro tío ya dormía y nosotros compartíamos un caño de marihuana, con una cerveza, hablando de la vida y jugando cartas.
De pronto me animé y sin pensarlo le pregunté
- ¿Eres gay?
Él se sorprendió un poco por lo directa e inesperada pregunta, pero respondió tranquilo y con una sonrisa me dijo
- Sí, ¿Por qué preguntas? ¿Tu igual?
La verdad me sorprendió de vuelta y seguramente se me notó la cara de incomodidad. No sé si por la confianza, la mezcla de alcohol con marihuana o mi calentura ya estaba por las nubes, pero le conté que era travesti de closet.
Lentamente hablamos un poco de los gustos, le mostré algunas fotos mías vestida bien sexy, le conté las cosas que había traído al viaje (lencería, tacos, jaula de castidad, etc). Me sentí muy cómoda contándole a mi primo todas estas cosas.
A él parecía agradarle la situación de tener una prima travesti, tanto así que me pidió conocer a romina. Luego de unos minutos de conversación accedí a su petición, pero al día siguiente ya que debía prepararme.
Continuamos conversando un rato más y luego cada uno se fue a acostar. Una vez acostada ya no podía contener la calentura, pero preferí aguantarme hasta el día siguiente.
Hoy me levanté temprano, a las 7.15 am, mi tío recién se había ido al trabajo (regresa cerca de las 7pm). Me duché, me depilé y me limpié completa. Puse el pequeño plug dentro de mi ano, lo afirmé con un colaless negro pequeñísimo que apenas logra mantener mi pene en su lugar. Encima, una falda rojo oscuro cortísima que apenas tapa mis nalgas. Pinté mis uñas de manos y pies color negro, combinando con mi colaless. Me puse los tacos altos, un peto negro y me calcé la peluca negra con el cabello hasta media espalda.
Me puse labial rojo fuerte, aros de argolla grande, me hice dos trenzas, me encrespé las pestañas, les puse rímel y finalmente estaba lista.
Eran casi las 9 am cuando estuve 100% lista, estaba ansiosa, nerviosa, caliente. Salí del baño y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, tenía pensado pasar todo el día vestida así, complaciendo a mi hombre, matando las ganas de sexo que me superaba.
De pronto me di cuenta qué “X” me observaba. No me giré, estaba algo nerviosa y preferí continuar con lo que hacía. Sentí que se alejó de la cocina y oí que decía:
- Estas riquísima prima, me iré a duchar y desayunamos.
Sus palabras, aunque no fueron nada del otro mundo generaron un calor interno en mí, me acaloré un poco y me deje llevar por mis pensamientos de perra hambrienta, imaginando mil cosas que podría hacer con mi primo durante el día.
Los minutos pasaron volando, “X” salió del baño y se dirigió a la mesa, se sentó sin siquiera decir una palabra. Sólo me observaba. Su mirada me penetraba, me recorrió de arriba abajo con sus ojos. Serví café y me senté a su lado.
Cuando me deje caer sobre la silla, el plug que traía puesto se introdujo aún más adentro mío, recorriéndome una corriente desde el culo que subió por toda mi espalda, mi pene también despertó y comenzó a crecer entre mi delicada ropa interior.
Nos fumamos un caño de marihuana junto al café y lentamente me fui acercando a su cuerpo, con mis manos comencé a recorrer sus piernas por sobre su pantalón, desde las rodillas subí lentamente hasta llegar a su pene.
Lo palpé sobre el buzo, se sentía largo, no muy grueso, pero durísimo como una piedra. Sin perder más tiempo lo saqué de su encierro. Era un poco más largo que el mío (19 cm el mío), pero más delgado y curvado hacia arriba. La cabeza grande, circuncidado y con una vena marcada en un costado.
Con la mano derecha comencé a masturbarlo lentamente, mientras lo miraba directo a los ojos, y poco a poco fui aumentando el ritmo. No aguanté demasiado tiempo sentada y rápidamente ya estaba arrodillada al lado de mi macho, quien continuaba dándole los últimos sorbos a su café mientras yo lo masturbaba.
En el momento en que me arrodillé mi pene se escapó del pequeño colaless, lo sentía palpitar, estaba húmedo y a punto de estallar, solamente de caliente.
De la masturbación pasé al sexo oral, inicié suavemente pasando mi lengua por todo su glande mientras que con mis manos acariciaba sus bolas. Poco a poco fui comiéndome su pene, con la mano izquierda le continué masajeando los cocos, con la derecha masturbaba la mitad de más debajo de su pene, y la parte superior desapareció dentro de mi boca.
Llegó un momento en que mis labios llegaron a sus bolas, tenía su verga completa en mi boca más allá de la garganta. Estaba ahogada, me lagrimeaban un poco los ojos, pero me mantuve lo más que pude, debieron ser unos 20 segundos antes de liberar mi garganta y respirar. Lo hice varias veces seguidas, me excitaba oír sus gemidos mientras su pene me atragantaba.
Me quedé arrodillada unos segundos mientras recuperaba el aire, mi primo se levantó de la silla y me hizo ocupar su lugar. No en la misma posición, yo me puse de perrito levantando el culo, ofreciéndoselo a modo de desayuno para mi macho.
“X” no perdió el tiempo, lo primero que me hizo fue darme 3 o 4 nalgazos super fuertes antes de arrancarme la falda, hacer a un lado el colaless, quitar el plug y hacer maravillas con su lengua en mi ano. Cuando me di cuenta ya tenía algunos dedos metidos en el culo rozando mi punto de placer y me hizo salir un hilito de semen que bajó lentamente por mi pierna.
Mi macho me levantó de la silla y me apoyó en la mesa (puse la rodilla izquierda sobre la mesa y me incliné hacia adelante, mi pene quedó sobre la mesa y mi culo disponible).
(Yo jamás había sido follada sin condón, siempre hay una primera vez).
Sentí la cabeza de su pene en la entrada de mi ano, que muy dilatado no ofreció demasiada resistencia y suavemente fue entrando hasta el fondo. Se sintió riquísimo, tener ese pedazo de carne desnudo dentro mío, tanto fue el placer que me corrí sobre la mesa apenas en la primera penetrada soltando un gran gemido.
No alcancé a reponerme de ese estallido de placer cuando nuevamente su pene entra hasta el fondo, mucho mas fuerte que la primera vez y así comenzó un entrar y salir que mantuvo un fuerte ritmo largo rato. Sentía sus bolas golpear mi cuerpo con cada embestida que me daba y mis gemidos iban en aumento, el placer era máximo.
Luego de unos minutos se retiró, me levanto de la mesa y me hizo lamer los restos de mi corrida, yo obedecí ganosa pues amo mi leche. Una vez limpia la mesa, me pidió ver los juguetes y accesorios que le comenté la noche anterior. En resumen, me hizo colocarme la jaula de castidad y volvimos a culiar.
“X” volvió a tomar su lugar sentado en la silla como al inicio, yo me senté sobre él, mirándolo de frente. Lentamente me fui sentando en su verga, mi enjaulado pene iba rozando su cuerpo mientras bajaba hasta que nuevamente tuve todo su pene dentro mío.
Me quede un momento quieta en esa posición, completamente llena de carne. Rodeé su cuello con mis brazos y comencé a moverme de manera circular lentamente, mis gemidos nuevamente se hicieron presentes poco a poco. Intente decirle lo mucho que me gustaba que me follara, pero ni siquiera podía hablar por el placer que sentía.
Pasados unos segundos ya saltaba sobre mi hombre encajándome su verga hasta el fondo cada vez que bajaba, gimiendo como la perra que soy, enjaulada, sintiendo placer solamente por el culo y por primera vez siendo culiada a pelo.
Después de varios minutos cabalgando el pene de mi primo quede exhausta por lo que volví a abrazarlo y a quedarme quieta con su verga dentro haciendo lentos movimientos circulares, sentía su pene latir adentro mío, sabía que pronto se correría.
Le pedí que acabara dentro mío, le dije que jamás lo había hecho a pelo y que quería sentir lo que era estar preñada de leche. Cuando le dije eso se levanto rápidamente y me dijo que la primera llenada de culo debía ser profunda.
Me puso sobre la mesa nuevamente y me clavo su pene de un solo movimiento hasta el fondo, me folló fuertemente unos momentos hasta que estalló dentro mío. Sentí como su leche caliente me inundaba por dentro, nuestros gemidos se mezclaban, mi ano se apretaba fuertemente aprisionando ese trozo de carne que lo mantenía abierto.
Cuando sacó su pene, rápidamente puso nuevamente el plug que yo traía puesto al inicio para que no se saliera su semen y volvió a poner el colaless en su lugar. Muy amablemente me ayudó a levantarme de la mesa para arrodillarme y hacerme limpiar los restos de leche que quedaban en su delicioso pene.
Mientras realizaba esa labor me dijo:
- Vas a guardar esa leche en tu culo hasta que culiemos de nuevo
Yo solamente asentí mientras terminaba de limpiarle el pene.
Luego de esa sesión de sexo limpié la mesa, lavé la loza del desayuno y aspiré la casa (estas tareas me tocan siendo perra o siendo niño de todas formas). Al tener un plug y el culo lleno de leche, la jaula y andar con tacos de 15 cm me tomó un poco mas de tiempo realizar todas las tareas. Lo que mas me complicaba era la sensación de que se me saldría el semen que tenía guardado en el culo.
A eso de las 12.30 del día pude por fin descansar un momento, a las 13 horas debía comenzar a cocinar, por lo que decidí tirarme en el sillón un rato. No pasaron ni 5 minutos y llego “X” con un caño de marihuana armado para fumar.
Se recostó a mi lado para fumar juntos, me recorrió el cuerpo entero con sus manos y yo hice lo mismo con él, fui bajando mis manos y luego con mi boca para terminar mamando nuevamente con muchas ganas, como desesperada, gimiendo sin parar, haciendo gemir a mi hombre hasta recibir su leche en mi boca y tragar todo.
Luego, mientras cocinaba sentía el culo un poco dormido, a ratos me daba la sensación de que el semen que traía adentro se saldría. Una vez terminado el almuerzo, mi primo me mandó a asearme completa sin quitarme la jaulita. En el baño deje caer la leche que traía desde la mañana en mi culito, me cambié de colaless y volví dispuesta a la última follada antes de que llegara nuestro tío.
Esta vez fuimos a la cama suya, no hubo mamada, pero me comió el culo unos segundos y rápidamente me encajo su pene entero en el culo a 4 patas. Para mí se detuvo el tiempo, el placer de ser dominada, en castidad, a merced de un macho no tiene comparación y es inevitable entregarse al placer. Luego de un rato ya no sentía el ardor del culo, pero si podía percibir la punta de su verga bien dentro mío y era maravilloso.
Cuando se cansó de darme en cuatro y de nalguearme salvajemente se acostó de espaldas en la cama y como una gata me subí rápidamente sobre él para ensartarme nuevamente, mirándolo de frente, cabalgando y gimiendo sin ningún pudor.
Subía y bajaba sin parar, intente apretar lo mas posible el ano para darle mas placer a mi hombre, me encantaba sentir su pene completo dentro mío, como me piñizcaba mis pequeños pezones con fuerza. Me puso de espaldas en la cama y puso mis pies en sus hombros, puso su pene en la entrada de mi destrozado culo y comenzó a taladrarme nuevamente, no me dio respiro alguno. Me dio algunas cachetadas y escupitajos que acompañaban sus profundas penetraciones, que cada vez eran mas rápidas e intensas hasta que explotó dentro mío.
Sentí como me llenaba el culo de su espesa leche, sacó su verga y me la acercó a la boca para que se la limpiara. Mientras saboreaba los restos de leche en su pico, todo lo que me tiró adentro comenzó a salir, mi culo estaba dilatadísimo y no era capaz de retener su corrida.
Limpié lo que pude de lo que cayó en la cama con la lengua y me tiré en la cama a descansar un momento, mientras besaba y acariciaba con cierta ternura el pene que me había regalado tanto placer. Eran casi las 6pm, no quedaba tanto tiempo antes de que regresara nuestro tío.
Salimos a la entrada de la casa a fumar un cigarro, hacía algo de frío, yo continuaba en paños menores, y con el culo chorreado de leche hasta los tobillos. Mientras fumábamos acordamos que en los últimos 4 días que el estaría acá yo sería su perra, no me sacaría la jaula, siempre usaría colaless y un plug.
Entré directo a ducharme, desmaquillarme, quitarme el esmalte de las manos y volver a ponerme la ropa de chico, eso sí sin quitarme lo que recién mencioné.
Luego de la ducha, prontamente llego nuestro tío y el día continuó con normalidad, me acosté temprano exhausta, pero por primera vez iba a dormir enjaulada y eso me alegraba.
En los días que vinieron después fui la puta de mi primo, me folló todos los días que estuvo desde ese día hasta el día que retornó a la ciudad.
By Romi
Unos días antes de viajar supe que un primo también iría donde nuestro tío a pasar un tiempo. Me alegré bastante al saberlo ya que nos llevamos muy bien. Es un poco mayor que yo, bordeando los 30 años.
Estuve con la duda si viajar o no con mis ropas y accesorios de nena, ya que mi tío continúa trabajando yo pensaba vestir de nena todos los días que estuviera solita, pero ahora con mi primo las cosas cambiaban. De todas maneras, decidí empacar todo.
Mi primo es homosexual, nunca lo ha dicho públicamente y no tiene por qué hacerlo. Pero eso se nota y él lo es. Fantaseé un poco con que podía ser su perrita, entre muchas otras cosas.
Una vez ambos en el sur, pasábamos los días solos, nuestro tío trabaja de lunes a viernes el día completo. Hacíamos las labores de la casa, del campo y los animales. Toda la ropita de putita continuó guardada más de un mes, de vez en cuando sacaba algún colaless para dormir, pero nada más que eso.
Anoche, 27 de abril estábamos conversando en la noche, tipo 23 hrs. Nuestro tío ya dormía y nosotros compartíamos un caño de marihuana, con una cerveza, hablando de la vida y jugando cartas.
De pronto me animé y sin pensarlo le pregunté
- ¿Eres gay?
Él se sorprendió un poco por lo directa e inesperada pregunta, pero respondió tranquilo y con una sonrisa me dijo
- Sí, ¿Por qué preguntas? ¿Tu igual?
La verdad me sorprendió de vuelta y seguramente se me notó la cara de incomodidad. No sé si por la confianza, la mezcla de alcohol con marihuana o mi calentura ya estaba por las nubes, pero le conté que era travesti de closet.
Lentamente hablamos un poco de los gustos, le mostré algunas fotos mías vestida bien sexy, le conté las cosas que había traído al viaje (lencería, tacos, jaula de castidad, etc). Me sentí muy cómoda contándole a mi primo todas estas cosas.
A él parecía agradarle la situación de tener una prima travesti, tanto así que me pidió conocer a romina. Luego de unos minutos de conversación accedí a su petición, pero al día siguiente ya que debía prepararme.
Continuamos conversando un rato más y luego cada uno se fue a acostar. Una vez acostada ya no podía contener la calentura, pero preferí aguantarme hasta el día siguiente.
Hoy me levanté temprano, a las 7.15 am, mi tío recién se había ido al trabajo (regresa cerca de las 7pm). Me duché, me depilé y me limpié completa. Puse el pequeño plug dentro de mi ano, lo afirmé con un colaless negro pequeñísimo que apenas logra mantener mi pene en su lugar. Encima, una falda rojo oscuro cortísima que apenas tapa mis nalgas. Pinté mis uñas de manos y pies color negro, combinando con mi colaless. Me puse los tacos altos, un peto negro y me calcé la peluca negra con el cabello hasta media espalda.
Me puse labial rojo fuerte, aros de argolla grande, me hice dos trenzas, me encrespé las pestañas, les puse rímel y finalmente estaba lista.
Eran casi las 9 am cuando estuve 100% lista, estaba ansiosa, nerviosa, caliente. Salí del baño y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno, tenía pensado pasar todo el día vestida así, complaciendo a mi hombre, matando las ganas de sexo que me superaba.
De pronto me di cuenta qué “X” me observaba. No me giré, estaba algo nerviosa y preferí continuar con lo que hacía. Sentí que se alejó de la cocina y oí que decía:
- Estas riquísima prima, me iré a duchar y desayunamos.
Sus palabras, aunque no fueron nada del otro mundo generaron un calor interno en mí, me acaloré un poco y me deje llevar por mis pensamientos de perra hambrienta, imaginando mil cosas que podría hacer con mi primo durante el día.
Los minutos pasaron volando, “X” salió del baño y se dirigió a la mesa, se sentó sin siquiera decir una palabra. Sólo me observaba. Su mirada me penetraba, me recorrió de arriba abajo con sus ojos. Serví café y me senté a su lado.
Cuando me deje caer sobre la silla, el plug que traía puesto se introdujo aún más adentro mío, recorriéndome una corriente desde el culo que subió por toda mi espalda, mi pene también despertó y comenzó a crecer entre mi delicada ropa interior.
Nos fumamos un caño de marihuana junto al café y lentamente me fui acercando a su cuerpo, con mis manos comencé a recorrer sus piernas por sobre su pantalón, desde las rodillas subí lentamente hasta llegar a su pene.
Lo palpé sobre el buzo, se sentía largo, no muy grueso, pero durísimo como una piedra. Sin perder más tiempo lo saqué de su encierro. Era un poco más largo que el mío (19 cm el mío), pero más delgado y curvado hacia arriba. La cabeza grande, circuncidado y con una vena marcada en un costado.
Con la mano derecha comencé a masturbarlo lentamente, mientras lo miraba directo a los ojos, y poco a poco fui aumentando el ritmo. No aguanté demasiado tiempo sentada y rápidamente ya estaba arrodillada al lado de mi macho, quien continuaba dándole los últimos sorbos a su café mientras yo lo masturbaba.
En el momento en que me arrodillé mi pene se escapó del pequeño colaless, lo sentía palpitar, estaba húmedo y a punto de estallar, solamente de caliente.
De la masturbación pasé al sexo oral, inicié suavemente pasando mi lengua por todo su glande mientras que con mis manos acariciaba sus bolas. Poco a poco fui comiéndome su pene, con la mano izquierda le continué masajeando los cocos, con la derecha masturbaba la mitad de más debajo de su pene, y la parte superior desapareció dentro de mi boca.
Llegó un momento en que mis labios llegaron a sus bolas, tenía su verga completa en mi boca más allá de la garganta. Estaba ahogada, me lagrimeaban un poco los ojos, pero me mantuve lo más que pude, debieron ser unos 20 segundos antes de liberar mi garganta y respirar. Lo hice varias veces seguidas, me excitaba oír sus gemidos mientras su pene me atragantaba.
Me quedé arrodillada unos segundos mientras recuperaba el aire, mi primo se levantó de la silla y me hizo ocupar su lugar. No en la misma posición, yo me puse de perrito levantando el culo, ofreciéndoselo a modo de desayuno para mi macho.
“X” no perdió el tiempo, lo primero que me hizo fue darme 3 o 4 nalgazos super fuertes antes de arrancarme la falda, hacer a un lado el colaless, quitar el plug y hacer maravillas con su lengua en mi ano. Cuando me di cuenta ya tenía algunos dedos metidos en el culo rozando mi punto de placer y me hizo salir un hilito de semen que bajó lentamente por mi pierna.
Mi macho me levantó de la silla y me apoyó en la mesa (puse la rodilla izquierda sobre la mesa y me incliné hacia adelante, mi pene quedó sobre la mesa y mi culo disponible).
(Yo jamás había sido follada sin condón, siempre hay una primera vez).
Sentí la cabeza de su pene en la entrada de mi ano, que muy dilatado no ofreció demasiada resistencia y suavemente fue entrando hasta el fondo. Se sintió riquísimo, tener ese pedazo de carne desnudo dentro mío, tanto fue el placer que me corrí sobre la mesa apenas en la primera penetrada soltando un gran gemido.
No alcancé a reponerme de ese estallido de placer cuando nuevamente su pene entra hasta el fondo, mucho mas fuerte que la primera vez y así comenzó un entrar y salir que mantuvo un fuerte ritmo largo rato. Sentía sus bolas golpear mi cuerpo con cada embestida que me daba y mis gemidos iban en aumento, el placer era máximo.
Luego de unos minutos se retiró, me levanto de la mesa y me hizo lamer los restos de mi corrida, yo obedecí ganosa pues amo mi leche. Una vez limpia la mesa, me pidió ver los juguetes y accesorios que le comenté la noche anterior. En resumen, me hizo colocarme la jaula de castidad y volvimos a culiar.
“X” volvió a tomar su lugar sentado en la silla como al inicio, yo me senté sobre él, mirándolo de frente. Lentamente me fui sentando en su verga, mi enjaulado pene iba rozando su cuerpo mientras bajaba hasta que nuevamente tuve todo su pene dentro mío.
Me quede un momento quieta en esa posición, completamente llena de carne. Rodeé su cuello con mis brazos y comencé a moverme de manera circular lentamente, mis gemidos nuevamente se hicieron presentes poco a poco. Intente decirle lo mucho que me gustaba que me follara, pero ni siquiera podía hablar por el placer que sentía.
Pasados unos segundos ya saltaba sobre mi hombre encajándome su verga hasta el fondo cada vez que bajaba, gimiendo como la perra que soy, enjaulada, sintiendo placer solamente por el culo y por primera vez siendo culiada a pelo.
Después de varios minutos cabalgando el pene de mi primo quede exhausta por lo que volví a abrazarlo y a quedarme quieta con su verga dentro haciendo lentos movimientos circulares, sentía su pene latir adentro mío, sabía que pronto se correría.
Le pedí que acabara dentro mío, le dije que jamás lo había hecho a pelo y que quería sentir lo que era estar preñada de leche. Cuando le dije eso se levanto rápidamente y me dijo que la primera llenada de culo debía ser profunda.
Me puso sobre la mesa nuevamente y me clavo su pene de un solo movimiento hasta el fondo, me folló fuertemente unos momentos hasta que estalló dentro mío. Sentí como su leche caliente me inundaba por dentro, nuestros gemidos se mezclaban, mi ano se apretaba fuertemente aprisionando ese trozo de carne que lo mantenía abierto.
Cuando sacó su pene, rápidamente puso nuevamente el plug que yo traía puesto al inicio para que no se saliera su semen y volvió a poner el colaless en su lugar. Muy amablemente me ayudó a levantarme de la mesa para arrodillarme y hacerme limpiar los restos de leche que quedaban en su delicioso pene.
Mientras realizaba esa labor me dijo:
- Vas a guardar esa leche en tu culo hasta que culiemos de nuevo
Yo solamente asentí mientras terminaba de limpiarle el pene.
Luego de esa sesión de sexo limpié la mesa, lavé la loza del desayuno y aspiré la casa (estas tareas me tocan siendo perra o siendo niño de todas formas). Al tener un plug y el culo lleno de leche, la jaula y andar con tacos de 15 cm me tomó un poco mas de tiempo realizar todas las tareas. Lo que mas me complicaba era la sensación de que se me saldría el semen que tenía guardado en el culo.
A eso de las 12.30 del día pude por fin descansar un momento, a las 13 horas debía comenzar a cocinar, por lo que decidí tirarme en el sillón un rato. No pasaron ni 5 minutos y llego “X” con un caño de marihuana armado para fumar.
Se recostó a mi lado para fumar juntos, me recorrió el cuerpo entero con sus manos y yo hice lo mismo con él, fui bajando mis manos y luego con mi boca para terminar mamando nuevamente con muchas ganas, como desesperada, gimiendo sin parar, haciendo gemir a mi hombre hasta recibir su leche en mi boca y tragar todo.
Luego, mientras cocinaba sentía el culo un poco dormido, a ratos me daba la sensación de que el semen que traía adentro se saldría. Una vez terminado el almuerzo, mi primo me mandó a asearme completa sin quitarme la jaulita. En el baño deje caer la leche que traía desde la mañana en mi culito, me cambié de colaless y volví dispuesta a la última follada antes de que llegara nuestro tío.
Esta vez fuimos a la cama suya, no hubo mamada, pero me comió el culo unos segundos y rápidamente me encajo su pene entero en el culo a 4 patas. Para mí se detuvo el tiempo, el placer de ser dominada, en castidad, a merced de un macho no tiene comparación y es inevitable entregarse al placer. Luego de un rato ya no sentía el ardor del culo, pero si podía percibir la punta de su verga bien dentro mío y era maravilloso.
Cuando se cansó de darme en cuatro y de nalguearme salvajemente se acostó de espaldas en la cama y como una gata me subí rápidamente sobre él para ensartarme nuevamente, mirándolo de frente, cabalgando y gimiendo sin ningún pudor.
Subía y bajaba sin parar, intente apretar lo mas posible el ano para darle mas placer a mi hombre, me encantaba sentir su pene completo dentro mío, como me piñizcaba mis pequeños pezones con fuerza. Me puso de espaldas en la cama y puso mis pies en sus hombros, puso su pene en la entrada de mi destrozado culo y comenzó a taladrarme nuevamente, no me dio respiro alguno. Me dio algunas cachetadas y escupitajos que acompañaban sus profundas penetraciones, que cada vez eran mas rápidas e intensas hasta que explotó dentro mío.
Sentí como me llenaba el culo de su espesa leche, sacó su verga y me la acercó a la boca para que se la limpiara. Mientras saboreaba los restos de leche en su pico, todo lo que me tiró adentro comenzó a salir, mi culo estaba dilatadísimo y no era capaz de retener su corrida.
Limpié lo que pude de lo que cayó en la cama con la lengua y me tiré en la cama a descansar un momento, mientras besaba y acariciaba con cierta ternura el pene que me había regalado tanto placer. Eran casi las 6pm, no quedaba tanto tiempo antes de que regresara nuestro tío.
Salimos a la entrada de la casa a fumar un cigarro, hacía algo de frío, yo continuaba en paños menores, y con el culo chorreado de leche hasta los tobillos. Mientras fumábamos acordamos que en los últimos 4 días que el estaría acá yo sería su perra, no me sacaría la jaula, siempre usaría colaless y un plug.
Entré directo a ducharme, desmaquillarme, quitarme el esmalte de las manos y volver a ponerme la ropa de chico, eso sí sin quitarme lo que recién mencioné.
Luego de la ducha, prontamente llego nuestro tío y el día continuó con normalidad, me acosté temprano exhausta, pero por primera vez iba a dormir enjaulada y eso me alegraba.
En los días que vinieron después fui la puta de mi primo, me folló todos los días que estuvo desde ese día hasta el día que retornó a la ciudad.
By Romi
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