You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Me entregué a mi jefe despues de la fiesta


Hola mis amores, tengo 35 años, casada desde hace 3 años y aún no tengo hijos. Soy de piel trigueña, mido 1.62 y considero que tengo un estado físico bueno, me gusta cuidarme y vez en cuando asisto al gym. 

A mi esposo lo conocí hace unos 5 años y debo decir que es un hombre guapo, me gusta su físico y en la cama nos llevamos muy bien, eso fue algo que siempre me encanto de nuestra relación.

Esto sucedió hace algunos años cuando trabajaba para una compañía de ventas y servicios profesionales, me encargo de manejar las cuentas de algunos clientes. Contrataron a un nuevo jefe de línea comercial, un chico de 33 años, Marco. Resultó ser guapísimo, de esos tipos que llaman la atención de cualquier mujer, no solo por el físico sino también por su actitud. Siempre varonil y con una personalidad seguro de sí.


Cuando mi esposo no podía ir a recogerme, Marco era quien se ofrecía a llevarme a mi casa, en el camino conversábamos de varias cosas y así empezamos a tener más confianza contándonos nuestras vidas, además mee sentía súper a gusto platicando con él.

El último evento que tuvimos cayo un viernes y nos fuimos a un restaurante para un coctel de nuestra principal marca. Yo me había tomado solo un pisco sour pero con tanto ajetreo me daban ganas de seguirla, hasta había pensado escribir a alguna amiga para hacer algo luego porque mi esposo estaba de viaje por trabajo.


Al finalizar la reunión, Marco se me acerca y me dice que acababa de concretar con un cliente nuevo, era casi seguro que empezarían a trabajar con nosotros. Me dice que debíamos celebrar aprovechando que era viernes, le dije buena idea, vamos con los chicos del equipo a algún bar, pero ellos ya tenían planes.


Entonces Marco me dice que nos vayamos los 2 a tomar algo, no me pareció mala la idea y acepte. Nos tomarnos unos tragos, platicábamos y la pasábamos súper bien; pero también note que él me miraba de rato en rato y no precisamente a los ojos. "Siempre me ha gustado vestirme sexy, lucir mis piernas y mi esposo es comprensivo".


Ese día me había puesto un vestido corto, muy ceñido y me di cuenta como se le iban los ojos. Nunca antes había notado que me mirara de esa forma; pero no me incomodó que lo hiciera. Es más, me empezó a gustar la idea y creo que a todas las chicas nos gusta que nos miren con un poquito de lujuria a veces jejeje.



Apropósito me acomodaba en la silla de cierta forma que lo dejaba verme un poco más. Por un momento me sorprendí yo misma de lo que hacía pero pensé que no habría problema porque solo estábamos conversando y nada más.


La pasábamos super bien; pero le dije que como estaba manejando ya no tomara más o que se pidiera mejor un chofer de reemplazo. Entonces me propuso que vayamos luego con un amigo suyo, que lo había invitado a una reunión; pero primero pasáramos por su casa para dejar el auto y nos íbamos ya en taxi.


Ya me había tomado 2 tragos y estaba empilada, así que acepte la idea de seguirla. Nos fuimos y casi llegando a su departamento recibió un mensaje al celular, su amigo recién estaba desocupándose e iba a demorar, así que decidimos esperar en su casa hasta que su amigo esté listo.

.

Ya dentro abrió una botella de vino y empezamos a tomar y conversar de todo un poco en su sala. Hasta ahí no vi ningún problema, la pasábamos tan bien que ni se me ocurría decirle, que le escriba a su amigo para ver si ya estaba listo


Con algunas copas encima sus miradas eran más evidentes hacia mí y me decía cosas como que estaba guapísima y envidiaba a mi esposo. Todo eso, hizo que me empezara a sentir excitada porque él es un hombre súper atractivo.


Me fui al baño y me di cuenta que ya eso estaba avanzando más de la cuenta. Sobre todo que me estaba gustando demasiado, no es que no tenga sexo frecuente con mi esposo ni nada de eso. Apenas 2 días atrás tuvimos sexo y estuvo delicioso; pero igual en ese momento me sentía súper caliente con Marco.


Pensé en decirle que ya me tenía que ir y en pedir mi taxi. Salí del baño muy nerviosa, el todo relajado se acerca y me da otra copa. Seguía platicándome, me llevo hacia un pasillo del departamento donde había un cuadro que había comprado hace poco. Le dije que la pintura estaba bellísima, se acercó por detrás y me dijo si pero no tan bella como tu“.


Me entro una corriente en el cuerpo y me di vuelta queriendo hacer una broma para apartarme de él, fui tan torpe que le derrame vino en la camisa. 


Empecé a pedirle disculpas; pero me cogió hacia él y mientras me decía que no pasa nada me plantó un beso. No dude en corresponderle y nos empezamos a abrazar, acariciar y comernos a besos.



Sabían deliciosos sus labios, yo le acariciaba el pecho, los brazos, estaba tan rico ese hombre que no quería controlarme, me entro un arranque de cordura por un ratito y me aparte. Marco me sujeto fuerte y me puso frente hacia la pared, no puse resistencia contra él por los efectos del alcohol.


Sentí su pene durísimo contra mi culo, sin pensarlo dos veces me coloque en cuatro para poder sentir como ese pene entraba por mi culito, me acariciaba las tetas por encima del vestido, 


Me levanto la falta y empezó a besarme toda la pierna y el culo, me bajo la tanga  y me comenzó a dar sexo oral. para que mi chico no tuviera problemas con el trabajo, abrí más mis piernas dando una buena vista de mi conchita y mi anito .
No podia dejar de gemir como loca, sentía como su lengua pasaba por mis dos orificios.


Después de unos minutos así, nos dimos un beso muy apasionado y para despues dirigirnos a su cuarto. Nos desnudamos y vaya que cuerpo tenía Marco, con solo verlo así desnudo y observar esa verga que se cargaba me hizo desearlo más aun, 


Así que nos fuimos hacia la cama y lo primero que realice fue coger su pene para llevármelo a la boca, sentía que quería chupársela lo más rico que pudiera, pasaba mi lengua desde la base hasta la punta del glande. Se le notaba que le estaba gustando porque jadeaba de placer y me pedía más y más.


En uno de esos momentos me cogió de la nuca y me empezó a follar la boca, no puse reparos en eso porque me encantaba que me lo hicieran. Así estuve  por un buen rato, hasta que saco el condón y se la puse con la boca (a mi esposo siempre se lo hago).


Me empezó a penetrar y era rico sentirlo dentro mío, me hacía gemir cada vez que me la metía con fuerza. Yo misma le pedía que no parara, solo hicimos 2 posiciones y él termino rápido, supongo que por la excitación, pero yo también tuve un rico orgasmo.



Descansamos un poco, nos duchamos y empezamos otra vez.

Me hizo montarme en su boca para lamerme y darme oral, después en un rico 69 me empezó a lamer el culo y la vagina, solo con eso sentía que estaba por tener un orgasmo.


Realizamos varias posiciones, me llevo al filo de la cama, en perrito, yo encima cabalgando su verga, de pie contra la pared. Al final cuando me estaba dando con las piernas al hombro, tuve un segundo orgasmo. fue tan rico que grite de placer, sentía toda su verga dentro, para terminar se corrió en mis senos.



Estuvimos un rato besándonos y tomamos un poco más de vino, me volví a excitar y tome la iniciativa


Me dijo que no tenía más condones, calcule mis días y estaba en los que no son peligrosos, le dije que no se viniera dentro nada más por precaución, colocándome en posición perrito.


Me decía que le encantaba verme en esa pose, que le gustaba mi culaso, mi pequeño agujerito y muchas cosas más que me exitaban



Estaba en las nubes, era rico sentir su pene al natural dentro de mí, felizmente se pudo controlar para no venirse y se salió a tiempo.


Nos quedamos rendidos en la cama y sin fuerzas, terminando con un rico y apasionante beso. Al día siguiente cuando nos despertamos, tenía el pene duro otra vez, me provoco darle una buena mamada mañanera, mientras se la chupaba se despertó y solo atinó acariciar mi cabello diciendome: buena chica, no pares, esas palabras me calentaron aún más. Ambos nos dirigimos a la ducha y allí lo hicimos una vez más, mientras el agua escurria por nuestro cuerpo.


Después me llevo a mi casa y me dejo a unas cuadras. Durante el camino habíamos conversado de lo que paso, le dije, que si bien lo había disfrutado mucho, algo así ya no debía pasar otra vez. Él estuvo de acuerdo, aunque en el fondo sabíamos que era difícil por el deseo sexual que se había generado entre los dos.

Durante las siguientes semanas, en la oficina nos tratábamos con normalidad como si nada hubiera pasado. Por whatssap teníamos algunas conversaciones. Él me decía que no me preocupara porque jamás diría una sola palabra. Le gustaría repetirlo en algún momento.










1 comentarios - Me entregué a mi jefe despues de la fiesta

DnIncubus
Fue buenísimo, no volvieron de nuevo?