http://www.poringa.net/posts/relatos/4014862/Los-inicios-3.html
Después de tremenda, breve e intensa sesión de sexo, mi mujer se recostó en la cama, Juampi se fue para el baño y yo agarré una servilleta para limpiar la lechada que había dejado en el piso. Me vestí, mi mujer estaba medio dormida, en ese estado que queda durante 10 minutos después de un buen polvo. En eso vuelve Juampi, también ya vestido y con gesto de estar un poco incómodo. La verdad que en ese momento creo que los tres estuvimos un poco tensos. Mi mujer, todavía con los ojos cerrados, dijo : Bueno, a ver si relajamos, que estuvo buenisimo, no? no da estar tan tensos. Se rió un poco y propuso fumar un poco más. Fuimos a la sala, le dimos unas secas, y Juampi dijo que se iba a dormir a donde estaba parando. Había pasado una hora desde el final del polvo y todavía parecía medio intranquilo por la situación. Lo despedimos y mi mujer le dijo que cualquier cosa nos encontraba en el mismo lugar de la playa. Cuando se fue mi mujer me dijo: Me parece que quedó medio nervioso. "Le tendrías que haber hecho otro pete para que se vaya relajado", le dije mientras nos reiamos. Poco tiempo pasó para que mi mujer quedara dormida completamente.
Al día siguiente, casi sin mencionar el tema (apenas un "que noche la de anoche" de mi mujer al despertarnos) fuimos a la playa, pasado el mediodía. Llegamos al mismo lugar como por costumbre, sin mencionar que era punto de encuentro con Juampi. Pero cuando al llegar a ese lugar acomodamos las cosas y se puso en tetas, surgió una breve conversación.
-Si viene Juampi no me tapo, no?. me dijo más como aviso que como pregunta.
-Mi amor, hacé lo que tengas ganas. Se nota que se gustan, el polvo de ayer es la prueba, no pasa nada por mí.
-Bueno, pasa que como no me dijiste si te habías sentido bien o mal, no se hasta donde seguir-
-Vos despreocupate. Si en algún momento no me gusta la situación, será la ultima vez y listo. Somos bastante sinceros, así que no hay problema. Tomalo como una gran ventaja: podés elegir con quien cojer.
Se rio, más relajada. -Está bien, total para enamorarme ya te elejí a vos. Pero hablemoslo con Juampi si viene.
-¿Apostamos? son las dos. Antes de las tres cae.- la desafié.
-Jaja, puede ser, aunque por como se fue, también es posible que se haya ido lo más lejos posible.
Tres menos cuarto vemos alguien que se acerca. Si, era él obviamente. Cuando llegó, efectivamente, mi mujer no se tapó, tal como había dicho. Era lógico, el pudor que pudiera existir ya desaparecía. Lo saludamos lo más bien, y les dije que me iba al agua. "Me quedo" anunció mi mujer. "Con Juampi" agregó sonriente.
Cuestión que me fui al agua media hora con la obvia intención de dejarlos solos un rato, que mi mujer hablara, ya que evidentemente el que incomodaba era yo. Después me contó lo más relevante del diálogo. Básicamente le aclaró que nunca habíamos hecho eso, que nos había encantado a los dos, que suponía que a él también de lo contrario no hubiera ido esa tarde a encontrarlos, y que todos podiamos hacer lo que quisieramos hasta que a alguno de los tres algo le molestara, tan sencillo como eso.
Cuando volví se notaba mucho más relajado, así que pasamos la tarde como tres a amigos en la playa, sin más rollo que ese. Fumamos un poco, tomamos mate, fuimos al agua, charlamos de todo. Cuando atardecía sacamos unas cervezas de la conservadora. Cuando mi mujer propuso hacer algún plan para la noche, Juampi le dijo que en realidad tenía que dejar todo listo en el lugar donde estaba parando porque tenía que dejarlo a la mañana siguiente. Su plan era pasar el día e irse a la tarde.
-¡Que lástima que ya tenés que volver!, dijo mi mujer.
-En realidad me quedan vacaciones, me voy a ir a Montevideo seguramente un par de día- contestó él, y agregó- pasa que conseguí alojamiento hasta mañana no más.
-¿Y no querés quedarte en casa un par de días?- dije- Nosotros nos quedamos una semana más, y lugar hay.
Mi mujer estuvo de acuerdo y le insistió. Al principio dijo que no sabía, no quería estar en medio de nuestras vacaciones, y algunas excusas, pero al final aceptó. Esa noche se quedaría en su lugar, y al dia siguiente después de devolverlo, llevaría las cosas a nuestra casa. Nos aclaró igual que sería una o dos noches máximo porque después si, tenía que volver a trabajar.
Esa noche la pasamos solos en casa con mi mujer, se mandaron algunos mensajes entre ellos, pero nada más. De más está decir que al irnos a la cama le hice unas caricias por su zona húmeda y estaba calentita.
-Si así te ponen unos mensajes, no se que va a pasar mañana a la noche cuando se quede acá- le dije entre risas.
Ella me agarró la pija por sobre el calzoncillo y agregó:- parece que a vos también, no?
Me empezó a pajear por sobre la tela, muy despacio, y yo empecé a hacer movimientos para acomodarme y penetrarla. Pero me detuvo. -No te enojes, pero con lo de ayer, si hoy cojemos mañana voy a estar muerta, y me gustaría disfrutarlo.- Me sonó raro, obviamente, pero no quise quejarme mucho. Al fin y al cabo, yo mismo había propuesto estas cosas y estaba descubriendo si me gustaba realmente o no. No se que pasaría por la cabeza de mi mujer, pero de momento así estaba bien. Sin embargo, no había dejado de masturbarme lentamente. -Mi amor, todo bien, pero entonces dejá de pajearme porque voy a quedar re caliente- le dije. Apenas me hizo una sonrisa y me dijo:-Caliente no te voy a dejar nunca, vos dejalo en mis manos...
Me empezó a pajear mejor que nunca, así que me dediqué a disfrutar. Mientras tanto, me hablaba suave al oido. Que si me había gustado lo que había visto, que si no me había molestado tener que pajearme solo mientras ella se lo re cojía a su chongo, que se lo iba a querer cojer unas cuantas veces más porque le había encantado... en fin, no tardé en acabar. Ella misma se ocupó de limpiar y nos dormimos abrazados.
Al día siguiente, mientras desayunabamos, recibió un mensaje de Juampi que le decia que ya había dejado el lugar donde estaba, así que en 15 o 20 minutos llegaba a nuestro hospedaje. La casa, como ya dije, no era muy grande, pero por una o dos noches, los tres nos arreglabamos perfectamente para dormir. En realidad el desafío era llevarse bien dos dias, sobre todo teniendo en cuenta la situación. Pero confiabamos en que el estado de vacaciones colaborara, y así fue.
Cuando llegó estabamos listos para ir a la playa a pasar todo el día. Juampi acomodó sus cosas y nos fuimos con sombrillas, heladerita y porro, todo lo necesario.
Al mediodía, con el sol muy fuerte nos metimos al agua un rato y nos fuimos a la sombra. Mi mujer sentada al lado de Juampi, bien cerquita. No habían demostrado ningún acercamiento durante toda la mañana. Mientras picabamos algo, ella le empezó a acariciar el torso. Habiamos fumado y se la notaba con chispa. Se acercó un poco más y lo beso. El le acarició un poco las tetas, y ella se separó un poco, como para cortar ahi. -Me tenés re caliente- le dijo. -Pero me reservo para la noche, jaja.- agregó. Obviamente, Juampi también se había calentado, y mi mujer se dió cuenta. El bulto era evidente. Casi como la noche anterior, al verlo, le dijo: -Ah, pero vos también te calentás, eh? jaja, mirá como se puso, mi amor- dijo mirandome a mi.
-También me reservo para la noche, jaja- dijo Juampi.
-O te puedo sacar un poquito de ganas, total para la noche vas a estar re caliente igual, no?- dijo mi mujer, acariciandole el bulto por encima de la malla.
-¿Y eso cómo sería?- preguntó él.
-Vos dejalo en mis manos- dijo ella, riendo y guiñandome un ojo: -o no, mi amor, vos que decís? no soy buena con las manos?.
-La mejor- contesté, y nos reimos en complicidad.
A todo esto, las caricias de mi mujer ya hacían efecto, y Juampi la tenía totalmente parada. Mi mujer metió la mano debajo de la malla, y empezó a mastrubarlo piel con piel. Mientras, yo miraba excitado, pero vigilando también que no pase nadie. Por suerte en ese momento esa zona de playa estaba desierta.
Mi mujer empezó también a hablarle suave al oido a su amante, como había hecho conmigo la noche anterior.
-¿Sabés qué? anoche, después de los mensajitos había quedado un poco calentita. Y cuando se lo dije a el (señalandome a mi) se empezó a excitar. Pero preferí no coger, así estaba con muchas ganas para esta noche. Así que le hice una paja, no más. Así que sabe bien lo buena que soy con la mano. Vos que opinás?-
Le estaba calentando la cabeza de una manera terrible, mientras lo pajeaba lento, a lo largo de todo el miembro, cosa que yo sólo veia cuando llegaba con la mano hasta la cabeza, que sobresalía de la malla.
-Estoy de acuerdo, me estás haciendo una paja perfecta- le contestó él, mientras la besaba brevemente.
A mi me explotaba la pija de la calentura.
-Que bueno que te guste, porque me viene bien practicar con algo asi... más grande, más gorda... más cabezona... que dura que está, no?-decía mi mujer.
-Es que no saben como que calienta esto, no se dan una idea- dijo Juampi. Evidentemente, compartiamos el morbo de la situación.
-Uy, está empezando a palpitar, esto... parece que va a explotar en cualquier momento- dijo mi mujer, y mirando que no había nadie en toda la playa, acercó su boca a la cabeza de la pija de Juampi que sobresalía por arriba de la malla. Le pasó la lengua una vez y apoyó los labios apenas rodeando la punta de la cabezota, sin dejar de pajear. En tres segundos, Juampi se tensó y empezó a acabar. Todo fue a parar directo a la boca, que mi mujer no separó en ningún momento. Después de unas cuantas contracciónes, Juampi se relajó y mi mujer se incorporó, con la boca todavía llena de leche. Si alguien se acercaba en ese momento, no se hubiera dado cuenta, porque no había ni rastros de semen en ningún otro lugar que no fuera su boca. Nos miró, con sonrisa pícara, tal como lo hace cuando fuma, y se tragó todo. -Era un montón, guacho, jaja- le dijo a Juampi.
-Pero desapareció todo, no?- dijo él, también riendose.
-Obvio, estába rica- dijo mi mujer, sacando una latita de cerveza de la heladera. -La combinación perfecta, primero la leche y después la cerveza...- agregó.
-Y esta noche, ustedes dos, me van a tener que sacar la calentura que les saqué a ustedes, eh?-.
Después de tremenda, breve e intensa sesión de sexo, mi mujer se recostó en la cama, Juampi se fue para el baño y yo agarré una servilleta para limpiar la lechada que había dejado en el piso. Me vestí, mi mujer estaba medio dormida, en ese estado que queda durante 10 minutos después de un buen polvo. En eso vuelve Juampi, también ya vestido y con gesto de estar un poco incómodo. La verdad que en ese momento creo que los tres estuvimos un poco tensos. Mi mujer, todavía con los ojos cerrados, dijo : Bueno, a ver si relajamos, que estuvo buenisimo, no? no da estar tan tensos. Se rió un poco y propuso fumar un poco más. Fuimos a la sala, le dimos unas secas, y Juampi dijo que se iba a dormir a donde estaba parando. Había pasado una hora desde el final del polvo y todavía parecía medio intranquilo por la situación. Lo despedimos y mi mujer le dijo que cualquier cosa nos encontraba en el mismo lugar de la playa. Cuando se fue mi mujer me dijo: Me parece que quedó medio nervioso. "Le tendrías que haber hecho otro pete para que se vaya relajado", le dije mientras nos reiamos. Poco tiempo pasó para que mi mujer quedara dormida completamente.
Al día siguiente, casi sin mencionar el tema (apenas un "que noche la de anoche" de mi mujer al despertarnos) fuimos a la playa, pasado el mediodía. Llegamos al mismo lugar como por costumbre, sin mencionar que era punto de encuentro con Juampi. Pero cuando al llegar a ese lugar acomodamos las cosas y se puso en tetas, surgió una breve conversación.
-Si viene Juampi no me tapo, no?. me dijo más como aviso que como pregunta.
-Mi amor, hacé lo que tengas ganas. Se nota que se gustan, el polvo de ayer es la prueba, no pasa nada por mí.
-Bueno, pasa que como no me dijiste si te habías sentido bien o mal, no se hasta donde seguir-
-Vos despreocupate. Si en algún momento no me gusta la situación, será la ultima vez y listo. Somos bastante sinceros, así que no hay problema. Tomalo como una gran ventaja: podés elegir con quien cojer.
Se rio, más relajada. -Está bien, total para enamorarme ya te elejí a vos. Pero hablemoslo con Juampi si viene.
-¿Apostamos? son las dos. Antes de las tres cae.- la desafié.
-Jaja, puede ser, aunque por como se fue, también es posible que se haya ido lo más lejos posible.
Tres menos cuarto vemos alguien que se acerca. Si, era él obviamente. Cuando llegó, efectivamente, mi mujer no se tapó, tal como había dicho. Era lógico, el pudor que pudiera existir ya desaparecía. Lo saludamos lo más bien, y les dije que me iba al agua. "Me quedo" anunció mi mujer. "Con Juampi" agregó sonriente.
Cuestión que me fui al agua media hora con la obvia intención de dejarlos solos un rato, que mi mujer hablara, ya que evidentemente el que incomodaba era yo. Después me contó lo más relevante del diálogo. Básicamente le aclaró que nunca habíamos hecho eso, que nos había encantado a los dos, que suponía que a él también de lo contrario no hubiera ido esa tarde a encontrarlos, y que todos podiamos hacer lo que quisieramos hasta que a alguno de los tres algo le molestara, tan sencillo como eso.
Cuando volví se notaba mucho más relajado, así que pasamos la tarde como tres a amigos en la playa, sin más rollo que ese. Fumamos un poco, tomamos mate, fuimos al agua, charlamos de todo. Cuando atardecía sacamos unas cervezas de la conservadora. Cuando mi mujer propuso hacer algún plan para la noche, Juampi le dijo que en realidad tenía que dejar todo listo en el lugar donde estaba parando porque tenía que dejarlo a la mañana siguiente. Su plan era pasar el día e irse a la tarde.
-¡Que lástima que ya tenés que volver!, dijo mi mujer.
-En realidad me quedan vacaciones, me voy a ir a Montevideo seguramente un par de día- contestó él, y agregó- pasa que conseguí alojamiento hasta mañana no más.
-¿Y no querés quedarte en casa un par de días?- dije- Nosotros nos quedamos una semana más, y lugar hay.
Mi mujer estuvo de acuerdo y le insistió. Al principio dijo que no sabía, no quería estar en medio de nuestras vacaciones, y algunas excusas, pero al final aceptó. Esa noche se quedaría en su lugar, y al dia siguiente después de devolverlo, llevaría las cosas a nuestra casa. Nos aclaró igual que sería una o dos noches máximo porque después si, tenía que volver a trabajar.
Esa noche la pasamos solos en casa con mi mujer, se mandaron algunos mensajes entre ellos, pero nada más. De más está decir que al irnos a la cama le hice unas caricias por su zona húmeda y estaba calentita.
-Si así te ponen unos mensajes, no se que va a pasar mañana a la noche cuando se quede acá- le dije entre risas.
Ella me agarró la pija por sobre el calzoncillo y agregó:- parece que a vos también, no?
Me empezó a pajear por sobre la tela, muy despacio, y yo empecé a hacer movimientos para acomodarme y penetrarla. Pero me detuvo. -No te enojes, pero con lo de ayer, si hoy cojemos mañana voy a estar muerta, y me gustaría disfrutarlo.- Me sonó raro, obviamente, pero no quise quejarme mucho. Al fin y al cabo, yo mismo había propuesto estas cosas y estaba descubriendo si me gustaba realmente o no. No se que pasaría por la cabeza de mi mujer, pero de momento así estaba bien. Sin embargo, no había dejado de masturbarme lentamente. -Mi amor, todo bien, pero entonces dejá de pajearme porque voy a quedar re caliente- le dije. Apenas me hizo una sonrisa y me dijo:-Caliente no te voy a dejar nunca, vos dejalo en mis manos...
Me empezó a pajear mejor que nunca, así que me dediqué a disfrutar. Mientras tanto, me hablaba suave al oido. Que si me había gustado lo que había visto, que si no me había molestado tener que pajearme solo mientras ella se lo re cojía a su chongo, que se lo iba a querer cojer unas cuantas veces más porque le había encantado... en fin, no tardé en acabar. Ella misma se ocupó de limpiar y nos dormimos abrazados.
Al día siguiente, mientras desayunabamos, recibió un mensaje de Juampi que le decia que ya había dejado el lugar donde estaba, así que en 15 o 20 minutos llegaba a nuestro hospedaje. La casa, como ya dije, no era muy grande, pero por una o dos noches, los tres nos arreglabamos perfectamente para dormir. En realidad el desafío era llevarse bien dos dias, sobre todo teniendo en cuenta la situación. Pero confiabamos en que el estado de vacaciones colaborara, y así fue.
Cuando llegó estabamos listos para ir a la playa a pasar todo el día. Juampi acomodó sus cosas y nos fuimos con sombrillas, heladerita y porro, todo lo necesario.
Al mediodía, con el sol muy fuerte nos metimos al agua un rato y nos fuimos a la sombra. Mi mujer sentada al lado de Juampi, bien cerquita. No habían demostrado ningún acercamiento durante toda la mañana. Mientras picabamos algo, ella le empezó a acariciar el torso. Habiamos fumado y se la notaba con chispa. Se acercó un poco más y lo beso. El le acarició un poco las tetas, y ella se separó un poco, como para cortar ahi. -Me tenés re caliente- le dijo. -Pero me reservo para la noche, jaja.- agregó. Obviamente, Juampi también se había calentado, y mi mujer se dió cuenta. El bulto era evidente. Casi como la noche anterior, al verlo, le dijo: -Ah, pero vos también te calentás, eh? jaja, mirá como se puso, mi amor- dijo mirandome a mi.
-También me reservo para la noche, jaja- dijo Juampi.
-O te puedo sacar un poquito de ganas, total para la noche vas a estar re caliente igual, no?- dijo mi mujer, acariciandole el bulto por encima de la malla.
-¿Y eso cómo sería?- preguntó él.
-Vos dejalo en mis manos- dijo ella, riendo y guiñandome un ojo: -o no, mi amor, vos que decís? no soy buena con las manos?.
-La mejor- contesté, y nos reimos en complicidad.
A todo esto, las caricias de mi mujer ya hacían efecto, y Juampi la tenía totalmente parada. Mi mujer metió la mano debajo de la malla, y empezó a mastrubarlo piel con piel. Mientras, yo miraba excitado, pero vigilando también que no pase nadie. Por suerte en ese momento esa zona de playa estaba desierta.
Mi mujer empezó también a hablarle suave al oido a su amante, como había hecho conmigo la noche anterior.
-¿Sabés qué? anoche, después de los mensajitos había quedado un poco calentita. Y cuando se lo dije a el (señalandome a mi) se empezó a excitar. Pero preferí no coger, así estaba con muchas ganas para esta noche. Así que le hice una paja, no más. Así que sabe bien lo buena que soy con la mano. Vos que opinás?-
Le estaba calentando la cabeza de una manera terrible, mientras lo pajeaba lento, a lo largo de todo el miembro, cosa que yo sólo veia cuando llegaba con la mano hasta la cabeza, que sobresalía de la malla.
-Estoy de acuerdo, me estás haciendo una paja perfecta- le contestó él, mientras la besaba brevemente.
A mi me explotaba la pija de la calentura.
-Que bueno que te guste, porque me viene bien practicar con algo asi... más grande, más gorda... más cabezona... que dura que está, no?-decía mi mujer.
-Es que no saben como que calienta esto, no se dan una idea- dijo Juampi. Evidentemente, compartiamos el morbo de la situación.
-Uy, está empezando a palpitar, esto... parece que va a explotar en cualquier momento- dijo mi mujer, y mirando que no había nadie en toda la playa, acercó su boca a la cabeza de la pija de Juampi que sobresalía por arriba de la malla. Le pasó la lengua una vez y apoyó los labios apenas rodeando la punta de la cabezota, sin dejar de pajear. En tres segundos, Juampi se tensó y empezó a acabar. Todo fue a parar directo a la boca, que mi mujer no separó en ningún momento. Después de unas cuantas contracciónes, Juampi se relajó y mi mujer se incorporó, con la boca todavía llena de leche. Si alguien se acercaba en ese momento, no se hubiera dado cuenta, porque no había ni rastros de semen en ningún otro lugar que no fuera su boca. Nos miró, con sonrisa pícara, tal como lo hace cuando fuma, y se tragó todo. -Era un montón, guacho, jaja- le dijo a Juampi.
-Pero desapareció todo, no?- dijo él, también riendose.
-Obvio, estába rica- dijo mi mujer, sacando una latita de cerveza de la heladera. -La combinación perfecta, primero la leche y después la cerveza...- agregó.
-Y esta noche, ustedes dos, me van a tener que sacar la calentura que les saqué a ustedes, eh?-.
4 comentarios - Los inicios 4