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TEF (11): como postre, la leche de mi abuelito y su amigo

Fue mientras estaba en el colegio secundario que empecé a experimentar sexualmente con compañeritos. Hice mis primeras succiones de verga en los baños, a chicos que me gustaban o bien a cambio de favores. Diría que me había hecho popular en el cole por mis habilidades bucales. 


Obviamente que pasó poco tiempo para que en lugar de abrir sólo la boca, pasara a abrirme también de piernas. Me di cuenta que ahora podía estimular a mis amiguitos con la boca, dejarlos bien duros, antes que pasaran a bombearme salvajemente en mi cuerpito adolescente. Mi mamá, Yanina, obvio que me llevó primero al ginecólogo para que me asesore y sobre todo para recetarme pastillas. Siempre tuve muy buen diálogo con mami, también en temas sexuales.


Soy Natalia, creo que soy atractiva, mi principal activo es mi cola, dura, redondita, paradita y bastante grande, diría que soy una culona. En cambio, casi no tengo tetas, como mi mami Yanina, sólo que ella se puso implantes hace un par de años y ahora tiene terrible par de melones.


Fue en esos años de secundaria, durante un verano caluroso, que Yanina insistió en que fuéramos a visitar, junto con mi hermanito Franco,  a mi abuelo, que vivía en el interior. El había enviudado hacía unos años y vivía sólo en una casona, con un gran parque y pileta.


A mi la idea me atraía poco, me llevaba super bien con mi abuelito, que siempre me hacía regalos cuando nos visitaba, pero la idea de estar algunas semanas en su casa no me parece divertida. Hablo de "mi abuelito", pero en realidad es un hombre aún atractivo, de 60 y pocos años, con un cuerpo trabajado. 


Igualmente Yanina insistió y ahí fuimos con Franco a pasar unas semanas con el abuelo. Yo había llevado sólo una mochila con tanguitas y corpiñitos, shorts, bikinis para la pile y poco más. El abuelo nos recibió contento y fuimos a su casa. Como era una casona grande, no tenía que compartir el cuarto con Franco, lo que me puso un poco mejor.


Nuestros días transcurrían en la pileta, tomando sol por las tardes, mientras abue estaba en un reposera leyendo o sólo descansando. Yo uso para la pile y la playa, al igual que mi mami Yanina, unas microtangas, un hilito que se me pierde por la cola y corpiñitos chiquitos, ya que casi no tengo tetas.


Con Franco nos divertíamos en la pileta, mientras mi abuelo miraba. Yo empecé a notar un día que mi abuelo me observaba con otros ojos cuando salía de la pileta, mi corpiñito mojado dejaba translucir mis pezoncitos adolescentes, y mi culo desnudo (excepto por el hilito...) parecían perturbarlo o eso pensé yo.  


Un día salgo de la pile y me acerco al abuelo a contarle alguna cosa que no recuerdo. El estaba generalmente con short de baño y sin remera, para broncearse. Ese día noté, al aproximarme, que mi abuelo tenía una terrible erección, obvio, se le notaba en el short.


Esa tarde fuimos al centro, a comprar ropa que mi abuelo quería regalarnos. Visitamos varios locales hasta que al fin compramos unas remeras y pantalones para Franco y unas polleritas para mi. Al volver caminando, ya que su casa no estaba lejos, Franco se detuvo en un local de videojuegos y nosotros seguimos camino. En la cuadra siguiente, pasamos por un local de lencería y yo me detuve un momento a ver la vidriera. Abue me preguntó si quería comprar algo, pero me dio verguenza y le dije que no, pero el sin dudar me tomó de la mano y entramos.


Abue se acercó a la vendedora y le dijo que yo era su nieta. La mujer me miró a mi con cara que me decía "todos dicen lo mismo", y me preguntó que quería, me mostró tangas y corpiñitos, abue miraba con cierta incomodidad, hasta que elegí unas tanguitas finitas y unos mini corpiñitos suficientes para cubrir mis tetitas teen.


Al llegar a casa, me fui a mi cuarto, Franco no había llegado aún y me probé la lencería, divina, de una de las mejores marcas, me puse la tanguita y un corpiñito blanco, todo diminuto, me quedaba divino. Me miré al espejo y me hacía una colita preciosa. 


Contenta, decidí mostrarle a abue como me quedaba, el estaba en la cocina, a verme entrar casi en bolas se sorprendió y le dije:


-abu, me queda lindo?, mientras daba una vueltita para que me vea de atrás.


Al girar y quedar de espaldas, escucho como un gemido: oooohhhh, mezcla de excitación y calentura. Me sorprendió escuchar eso del abuelo. Al escuchar eso sentí una oleada de verguenza, curiosidad y sobre todo una gran calentura, y casi instintivamente, paré bien la colita con la micro tanga, mostrándosela a mi abuelo, y me quedé unos segundo así.

   
Después me acerqué a el para agradecerle el regalito, al abrazarlo, casi desnudita como estaba, siento en mi pancita su enorme miembro super erecto, abajo de su pantalón, ahí me dí cuenta que mi abuelito tenía un vergajo importante.


Le dí un beso en la mejilla y, al soltarlo no sé bien que maniobra hice con mi mano, con el resultado que le manoteé el bulto, estaba durísimo, al palo total. El hizo como si nada, al irme a mi cuarto, sentía la mirada de mi abuelo que me perforaba la colita, en ese momento me di cuenta que una pendeja calentaba y mucho a los hombres, sin importar edad o parentesco....


Un par de días después, una noche mi abue preparó un asado e invitó a un amigo suyo, Don Ricardo, un señor de unos 62 años, con un poco de panza, barba desaliñada de 3 días y un aspecto bastante desagradable. Comimos y luego mi hermano Franco salió a encontrarse con un conocido. Habíamos tomado vino, a lo que yo no estaba acostumbrada, por lo que me sentía bastante alegre, digamos.


Luego de comer Don Ricardo se encargó de lavar los platos y yo lo ayudé en la cocina. Yo estaba como siempre, shorcito y remera. estábamos hablando de cualquier cosa con este señor cuando de repente me pregunta:


- nena, estás usando la ropita que te regaló tu abuelo?


Quedé sorprendida porque yo no le había contado nada de eso obviamente, por lo que entendí que mi abuelo se lo había dicho. Pero como estaba bastante alegre le dije:


- si, tengo puesta una de las tangas que me compró. Querés verla...?



Don Ricardo asintió, yo me acerqué y me levanté el hilito rojo de la tanga por sobre el short, el miraba deseoso y le pregunté, querés ver más??


Excitada por la situación, decidí bajarme el short de espaldas a el, despacito y muy sensualmente, parando mi colita al máximo. Me saqué el short, mostrándole mis cachetitos teen paraditos, solo con el hilito enterrado en mi culo. Al girar, y mientras le preguntaba si le había gustado, una oleada caliente me recorrió el cuerpo... Don Ricardo se había abierto el pantalón y tenía su verga afuera, masajeándola...


Lo que tenía en su mano medía unos 15 cm, pero lo que más me llamó la atención era su grosor, super gorda y carnosa. Ver ese pedazo de carne con el alcohol que tenía en la cabeza fue suficiente para que me acercara a Don Ricardo, y preguntara de modo travieso si quería una mamada. Sin esperar respuesta me arrodillé, se la agarré con la mano, le tiré la piel para atrás y me la metí en la boca. Me costó pero entró, y empecé una chupada de verga completa, bien al fondo, sacándomela de la boca sólo para tomar aire. Los hilos de baba me caían por mi remera mientras yo seguía chupándosela.


Empecé a acariciarle también los huevos, los tenía peludos, al igual que la verga, pero eso sólo me excitaba más. Yo seguía tirándole la goma y escuchaba a Don Ricardo que empezaba a gemir cada vez más mientras su pija se agrandaba en mi boca.


Me la saqué de entre los labios para tomar aire y entre los hilos de baba que me caían le pregunté con carita de nena traviesa:


- te gusta??


- seguí chupando pendeja, pasame la lengua por las bolas también...


Yo soy una nena obediente, así que le agarré la verga por el tronco, la levanté y empecé a mandarle lengua por los huevos, como había visto en muchas pornos. El viejo tenía las bolsas de los huevos caídas, así que empecé a chupárselas y hasta me las metí en la boca, mientras lo miraba con carita de adolescente traviesa. El empezó a putearme a ver como le chupaba las bolas:


- hija de puta, sos terrible chupapijas Natalia... y otras delicias de ese tipo que sólo me calentaron más.


Recuerdo que estaba con el huevo derecho de Don Ricardo en mi boquita de nena cuando veo de reojo a mi abue que entra a la cocina trayendo un plato y me dice:


- Natalia!!! que estás haciendo???


Yo solté el huevo de Don Ricardo, lo miré toda babeada y le dije entre risas:


- abue!!! como te demorabas, empecé a probar el postre... Don Ricardo me ofreció bolas de fraile....pero de carne...


Yo notaba que la verga de mi abuelo, bajo su pantalón, aumentaba de tamaño, por lo que le dije:


- abue, puedo probar tus bolas....de fraile??


Mi abuelo no dudó, se acercó, abrió el pantalón, sacó por sobre el slip su verga y me la sacudió frente a mi cara. Yo dí un grito de puta al ver el tamaño que tenía esa barra de carne, calculé al menos 20 cm. Me prendí a ese tronco y empecé a darle una mamada intensa, como haría con mi papi tiempo después ( http://www.poringa.net/posts/relatos/3935113/Todo-en-familia-II-ayudo-a-papi-a-lograr-una-ereccion.html ). Mi abue me pasaba la mano por mi pelo mientras me decía si nena, así, seguí chupando mocosa...


Yo tenía una mano agarrando cada verga, y comencé a alternar la mamada para mantenerlas a las dos bien duras. Estaba toda babeada y mi remera toda mojada de saliva, me la hicieron sacar y quedé con mi corpiñito mientras seguía succionando las vergas de mi abue y su amigo. Una excitación enorme me recorrió el cuerpo al darme cuenta que le estaba tirando la goma a dos señores que tenían 4 veces mi edad cada uno...


Yo seguía chupando como una actriz porno teen, y me excitaba escuchar lo que ellos decían mientras los peteaba:


- terrible como tira la goma Natalia... (Don Ricardo)
- debe haber salido a su mami, Yanina, que tiene terrible carita de petera (abue, que posteriormente también disfrutaría de las habilidades bucales de mami Yanina). http://www.poringa.net/posts/relatos/3957713/Todo-en-familia-V-mi-suegro-mide-22-cm-en-la-entrepierna.html


- infernal como petea la nena...
- dale mocosa, chupame las bolas también!
- tragala toda Natalia, hacé de cuenta que es una mamadera...


Todo eso me excitaba más y yo aceleraba el ritmo del peteo, las pijas de mi abue y de Don Ricardo estaban ya al palo total, pero yo seguía mamando, apretando mis labios en esas vergas maduras para calentarlos aún más.


Don Ricardo me hizo sacar el corpiñito, casi me lo arranca para manosearme mis tetitas teen mientras yo seguía succionándolos. Yo sentía sus manos ásperas acariciarme las tetas y pellizcando mis pezones, todo lo que aumentaba mi calentura.


Me dí cuenta que ellos estaban por explotar, les hice una chupada más de bolas a cada uno, bien porno y de la manera más puta que encontré, mirándolos a los ojos mientras tenía sus testículos en mi boquita de teen traviesa. Sus vergas latían en mi boca, hasta que los miré y les dije poniendo vocecita y carita de nena:


- soy una bebita, me dan la lechita en la boca??


Ellos empezaron a pajearse descontroladamente y a largar gruesos y espesos chorros de leche caliente en mi boquita de nena adolescente. Yo tragaba lo que podía, era increíble como escupían leche esas vergas maduras, hasta que me las dejaron colgando, flacidas a la altura de mi boca y Don Ricardo me dijo:


- ahora pendeja, limpialas con la lengua, dejalas sequitas


Yo obedecí, les limpié las pijas con la lengua hasta dejarlas sin rastros del infernal milkshake de leche que me habían hecho, se las acomodé adentro de los slips, les subí los pantalones y ahí no había pasado nada...


Me levanté, les di un besito a ambos en los labios y les dije:


- me encantó el postre...

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