Y llegó el capítulo16 de este fanfiction del universo pókemon, dividido como siempre en breves episodios. En este, se explora un nuevo horizonte, el del netorare, además de aparecer personajes nuevos inventados por mí, y una pokegirl no muy conocida pero que encaja como anillo al dedo.
En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.
Starring:
Serena
Courtney
Capítulo 40. NTR
Serena se despertó cuando todos dormían víctima de un deja-vu. Tras tener esa curiosa pesadilla/mensaje/trance hipnótico con Creep (nunca se sabía con exactitud de qué se trataba) todos dormía y ahora que se despertaba una vez más no era la excepción.
Vio a la muy atrevida de Lillie durmiendo con un brazo sobre Álex, “su” Álex, cosa que le molesto. Ella sabía muy bien que por su trabajo tendría relaciones sexuales con infinidad de mujeres y que, además, para él era tan fácil organizar una orgía como la de anoche como para cualquier grupo de oficina salir a tomar unos tragos un viernes por la noche, no obstante, una vez bajado el telón de la lujuria, no veía con buenos ojos que se siguieran tomando libertades frente a ella.
Semidesnuda, se levantó en penumbras intentando no pisar a Gladio, que dormía solo en el suelo en una bolsa de dormir. Se dirigió al baño contiguo a la habitación y limpió su rosto con agua fría, sintiéndose afiebrada por el ajetreo sexual de la última noche. También se hecho perfume directo a la nariz como si se inoculara alguna droga. Sentía el olor de las sustancias de varios cuerpos impregnadas en sus fosetas, incluido el de las múltiples salpicaduras de orina de Lillie que la regaron cuando se la mamaba a Gladio.
- Por Arceus, no tengo perdón de Dios. - Dijo riendo ante la descripción de su última redada formándose en su cabeza. Para colmo, había ingerido el semen de Gladio con una facilidad que la atemorizaba, se sentía manipulada, como controlada por un ente ajeno a ella por momentos. Ahora parecía que la vieja Serena volvía a tomar las riendas del carruaje y lo encontraba todo hecho un desastre y encima fuera de eje.
- Espero tener un día de paz, necesito limpiar mi organismo y mi mente de tanta… perversión. – Se dijo a su reflejo. Aunque no se arrepentía de nada, se sentía saturada de tantas experiencias, ni siquiera su pókemon inicial se había salvado de la juerga y había visto la nueva cara de su entrenadora.
Sin embargo, alguien ingresó en el baño quebrando ese instante de silencio y paz que tanto necesitaba. Se trataba de un joven delgado, taciturno, de cabellos rubios y un flequillo que, a pesar de estar recién levantado, lucía perfecto.
- ¡¿Gladio?! ¡¿Qué haces aquí… - Se escandalizó ocultando sus pechos con sus manos, a pesar de que hace tan solo horas habían hecho algo más que verse los cuerpos desnudos. El rubio la miró de arriba abajo y dibujo media sonrisa, algo siniestra.
El muchacho acerco su dedo índice a sus labios indicándole silencio, acto seguido se fue acercando hasta que estando frente a ella, con su expresión de nada característica, la besó.
Serena intentó despegarse, pero el muchacho la apresó con fuerza estrujando su pecho contra sus tetas mientras el beso la fue aplacando como si fuera un hechizo… era un beso distinto a todos, incluso a los que le daba Álex, mucho más tierno y básico, de una intensidad muy diferente a la que venía manejando.
Sintió que venía erecto desde el vamos y que su boca y su piel aún apestaban de las emanaciones doradas de su propia hermana. Ese joven, en esas condiciones, era un trago demasiado fuerte para tomarse a la mañana.
- Gladio… no, esto está mal, soy novia de Álex. – Expreso escurriéndose de sus brazos, librándose de su beso traicionero, aunque admitía que se sentía muy bien bajar los decibeles después de caminar en un cerca de altísimo voltaje por tanto tiempo.
El muchacho insistió acercándose desde atrás envolviéndola con sus brazos mientras besaba su cuello y se hundía en sus cabellos miel. – Te deseo como no te imaginas, el único motivo por el que acepte venir fue por vos, y me quede con muchas ganas de disfrutarte más a fondo.
A fondo le enterró su pene erecto bajo la prenda, sintiéndolo hundiéndose entre sus nalgas y rozando su carne dolorida por la acción de anoche. Mientras la comía a besos le frotaba el pene sin control.
- ¿No te parece que nos disfrutamos suficiente? – Se mostró en desacuerdo, aunque sin resistirse a sus caricias en los senos y sus besos regados por toda su piel… había algo de encanto en el ataque de ese atractivo hombre (sí, lo veía muy atractivo) había como algo de desesperación y enojo.
Las manos de Gladio acariciaron sus pezones pellizcándolos con suavidad, más para sentir su textura bajo sus yemas mientras se embriagaba con el perfume de su piel sin dejar de besarla en todas partes.
- Eres tan hermosa, no puedo creer que una chica así de guapa se rebaje a relacionarse con nosotros los gusanos de la pornografía, es un sacrilegio contra las leyes naturales.
- Okey, creo que es un poco demasiado. – Aunque no le pareció demasiado que girara su rostro para estampar un beso húmedo en sus labios, lento y profundo mientras una de sus manos envolvía su seno, rozando sus pezones rosados e hinchados con los dedos, inflándolos aún más bajo su palma cada vez que estrujaba su teta llenándose la mano con ella.
- Gladio… por favor… van a oírnos, no quiero serle infiel a…
- Te preocupa más ser descubierta que serle infiel, no te preocupes, seré silencioso.
Su mano se deslizó por su vientre hundiendo sus dedos en su piel hasta introducirse bajo las panties, donde su vagina indefensa sintió la caricia profunda y precisa entre sus labios, envueltos al completos bajo su palma sudorosa mientras los dedos índice y medio, se frotaban entre sus labios mayores desde el nacimiento del clítoris hasta su interior… sus dedos más finos y delicados que los de Álex encontraron su botón de apagado haciendo que cese cualquier resistencia.
- Aaahh ooh. – Gimió sin poder contener ni su volumen ni su estremecimiento.
- Si gimes como anoche nos van a descubrir. – La reprimo sin dejar de frotar su vagina. – Tómalo como un entrenamiento. Los gemidos son necesarios en algunas situaciones y en otras no, a Lillie le costó comprenderlo. Por ejemplo, cuando en Alola teníamos sexo en lugares públicos a veces gemía como cuando lo hacíamos en casa, la muy bobita por poco hace que nos metan en una jaula.
Como si un espíritu maligno lo hubiera poseído (Serena incluso pensó en Creep) Gladio introdujo sus dedos en su vagina y tras batirlos unos segundos, los retiró todos aceitados para frotarse el fruto de su excitación imprevista en su boca y nariz.
- Suficiente… es suficiente. – Jadeó abochornada por haberse corrido por el ataque rastrero del joven.
¿Qué le estaba ocurriendo? ¿Tan puta era? ¿Tan débil? Hacía poco tiempo que había oficializado con Álex y a pesar de saber que debía empujarlo y salir corriendo, quizás hacerse respetar con una bofetada o un rodillazo descalificador, allí estaba, siendo manoseada, olida y besada por ese lujurioso muchacho… parecía que Gladio era superefectivo a Serena, lo encontraba tan atractivo que le impedía escapar de sus lascivas garras como si fuera su debilidad.
- Mmm deliciosa, como haría de tu vagina mi religión… - Chupándose los dedos. – Tus tetas están bien, tu culo es perfecto, pero no entiendo como tu querido Álex siempre pasa por alto tu vagina cuando es una obra de arte que merece ser atendida a diario.
- ¿Por qué haces esto? Álex te recibió, te permitió hacerlo conmigo, con Shauna, no tendrá problemas en que trabajemos juntos en el futuro… ¿Y lo traicionas de esta manera? ¿Es por venganza? ¿Es por remordimientos?
Serena estaba tan paralizada que no se daba cuenta de la hipocresía en sus palabras. Ella también estaba traicionando a Álex y con el agravante de que era quien amaba y con quien tenía un noviazgo recién estrenado.
- Aahh, basta… Gladio, esto está mal, piensa en Lillie, piensa en Ále…
El hombre la interrumpió antes de que dijera su nombre tapando su boca con la mano, como si fura alérgico a esa palabra: - Basta de decir ese nombre… Álex.
- ¡Suéltame! ¡Basta! – Se resistió con mayor énfasis girando el rostro.
- Te está manipulando para sus intereses, no te trata como te trataría yo, te veo como más que un culo al que entrenar, yo te deseo para mucho más que una compañía en el trabajo.
- ¿De qué hablas? No digas esas cosas, son patrañas. – Intentó zafarse, aunque solo termino contra el espejo, con Gladio detrás respirándole en la nuca.
- Te trata como una plebeya cuando eres una reina, la reina de Kalos, debería serte fiel, yo te llevaría conmigo a una isla donde no tendrías que trabajar ni tu ni nuestros hijos… pierdes el tiempo siendo la muñeca inflable de ese viejo.
- Ya veo, tenemos el típico caso de “yo te merezco más que él” – Se fastidió por fin separándose nuevamente observándolo con desaprobación. – No tengo intenciones de serle infiel y no sabes cómo me trata cuando no estamos… cogiendo. Álex es dulce y nos entendemos todo el tiempo a pesar de ser mucho mayor… no hables de merecimientos cuando no sabes cómo es en vedad, quedas como tonto diciendo palabras bonitas y actuando como un cavernícola.
- ¿Después de lo de anoche te incomoda decir “cogiendo”? Vas a matarme de diabetes. – Bromeó ignorando su insulto. – Solo sé que te está moldeando como su puta último modelo y todo terreno para volverte, a la fuerza o no, su nueva estrella porno y así reflotar su carrera.
- ¿Reflotar su carrera? ¿Sabes lo que dices? Álex no necesita reflotar nada. – Se enojó descuidando el tono de su voz, a diferencia de ella, Gladio siempre hablaba en el mismo susurró sombrío de villano de teatro.
- Piénsalo. Hace solo dos producciones por mes en una compañía bastante grande. ¿No te parece raro? – Razonó. - ¿Nunca te preguntaste porque no trabaja tanto como el resto?
- No lo necesita, es muy famoso…
- Quizás lo sea, más no te creas que sus números son tan redondos, sus guiones no están muy actualizados y necesita inyectar sangre nueva porque ya no es tan rentable. Encima el formato de videos que hace huele a naftalina. – Sentencio dejándole un mar de dudas. - Te usará para mejorar sus números y te desechará si no lo logra.
Serena lo abofeteó sin poder procesar sus palabras ni cambiar la expresión socarrona de Gladio, asustándose más ella con su pérdida de control que él con la cachetada.
- De ser un caramelito a una fiera. Adoro eso. – Sonrió de manera desagradable tocando su mejilla enrojecida.
- Hablando de morir de diabetes como dijiste hace un momento ¿Qué hay de Lillie? Ella te quiere más que a un hermano (mucho más por lo visto) y no creo que le agrade lo que intentas hacer aquí… tratando de manipularme como si fuera una boba poniéndome en contra de Álex a espaldas de tu hermana, estoy segura de que desaprobaría todo esto que intentas hacer.
- Álex tiene una increíble cantidad de admiradoras, le otorgo eso, mi hermana esta entre ellas y está más que agradecida de tener prácticamente un pase libre con él. No va a interferir en absoluto.
Serena antes de dejar el baño decidió contra atacar.
- Hablando de Lillie, se nota que estás enojado porque no soportaste que tomara su virginidad anal. – Metió su dedo, no, mejor dicho, su puño entero en la llaga más abierta. – Intentas manipularme para cobrarte tu retorcida venganza haciéndome un anal, aunque parezco tonta entiendo bastante cómo funciona la mentalidad masculina y como ven ustedes a esos actos como trofeos, sientes que te arrebató el primer premio más codiciado y solo haciéndomelo a mí podrás cobrarte revancha.
- Estás equivocada. – La contradijo. - Te haría muchísimas cosas y un anal no está en el tope de mi lista. El obsesionado con el sexo sucio es Álex, mi imaginación es muy superior a la suya y te lo voy a demostrar.
- ¿A sí? ¿A qué llamas imaginación? ¿A coger a tu hermanita? – Continuó sin bajar la guardia, enseñando que no era una flor delicada como aparentaba. – No le llegas ni a los talones a Álex, deberías darle las gracias de que te dejo participar anoche, noche en la que la pasaste bastante bien, ingrato.
Sin darse cuenta, había dado un paso al frente poniéndose en posición de ataque como una carta coleccionable de alguna franquicia fantástica.
- Él tiene trabajo pronto. Al anciano le toca la 2da producción mensual, mientras él va a estar satisfaciendo su necesidad de anos te puedo enseñar mis mejores trucos. – Le propuso ignorando la acalorada discusión de hace instantes. Su insistencia era solo comparable con su ego, para ella, que quisiera competir con Álex le parecía ridículo y, sin embargo, allí estaba, plantando dudas que germinarían en futuros recelos y planteos.
- Deja de avergonzarte, no quiero pelear, es una lástima que me hicieras este berrinche de telenovela barata cuando la pasamos tan bien y me causaste tan buena impresión. Tiraste todo a la basura.
Gladio no se inmuto y cuando la kalense estaba por dejar el baño (casi olvidando que su novio y Lillie dormían a pocos metros) se le acerco y en un susurro (muy seductor) le dijo:
- No fue un berrinche, fue una declaración… te deseo como no te imaginas. – Dijo observándola a los ojos. – Tan solo préstale atención a tu celular cuando Álex empiece a rodar; tendremos un par de horas para divertirnos a solas y te podré enseñar que todo lo digo es cierto, aunque te duela. Después podrás elegir tranquila si... bueno, te conviertes en la nueva funda de su pene o en algo más.
Dejar ese baño fue como dejar otro mundo, sabía que intentar dejar atrás la tensión del conflicto para pasar a la paz del descanso era inútil como zambullirse en el mar y querer salir seco. Para su fortuna, todos dormían plácidamente sin dar signos de haber escuchado esa bochornosa escena.
- Mierda, carajo, mierda ¿Cuándo voy a tener una semana normal? ¿Así es la vida de todas las actrices porno? – Refunfuñó malhumorada acostándose al lado de Álex, esperando que Creep y el isleño la dejaran en paz.
- Mmmpffgh. – Gruñó el hombre envolviéndola con su brazote como a un peluche, dándole la espala a Lillie. - ¿Qué hora es? ¿Es muy tarde? – Le preguntó.
- Es temprano, sigamos durmiendo. - Le respondió besando su boca sin poder dejar de mirar el techo, reordenando todas sus ideas sin saber por dónde empezar.
Gladio se había quedado en el baño, esperando el momento perfecto para salir sin levantar sospechas. Tras unos minutos de calma salió deslizándose por el suelo como un ninja, cruzando miradas cómplices con la kalense.
Tan perfecta que había sido la noche anterior y Gladio tenía que arruinarlo todo… cuando parecía que la nueva Serena había tomado las riendas de su vida, la valiente, la lujuriosa, la encerrada por tanto tiempo, nuevamente se sentía naufragando en una mar embravecida en una balsa sin remos, a la deriva, sin saber ni por dónde empezar ni por donde seguir.
Solo una cosa era segura, Álex tenía que volver al ruedo para una nueva producción y ella tenía que tomar una decisión inmediata.
Capítulo 41. La ninfómana de Hoenn
La kalense se sintió perseguida por las palabras de Gladio como si un Gengar hubiera decidido acecharla escondiéndose en su sombra. Se preguntaba si en entre tantas palabras canallas había algo de verdad.
La visión que tenía Gladio sobre Álex como un hombre obsesionado que la veía como un conjunto de órganos funcionales alrededor de un culo fue refutada de inmediato: Serena le expresó que se sentía algo dolorida y los días siguientes a la fiesta de las sorpresas, Álex ni por asomo intento forzarla a tener sexo, al contrario, él también parecía disfrutar de los momentos aptos para todo público. Por ende, durante unos días pasaron las noches viendo películas, besándose, acurrucándose y “a mimir” sin ningún problema.
- No quiero que te sientas forzada a nada, no tienes que seguirme el ritmo, sino encontrar tu propio ritmo. Si me excedí invitando a Gladio y Lillie te pido perdón. – Le dijo tras apagar la tv. Se habían enganchado con un documental que teorizaba que Aegislash eran las armas de los antiguos Golurk.
- Amor, no… - Agitando los brazos como quiero detener un automóvil invisible. - ¡La pase muy bien, solo que me dejo agotada, nada más! – Dijo enternecida y muy satisfecha tanto por el tono de ese hombre mayor, de un interior dulce como el caramelo, como descubriendo que Gladio no sabía ni mierda de muchas cosas.
- No dejes de decirme cuando estas en desacuerdo o algo te desagrada. Quiero que sepas eso, no te sientas intimidada ni obligada en el trajín del momento.
- Lo sé, lo sé, lo comprendo. – Aceptó. - Si te tomo la delantera y te dejo atrás también quiero que me digas si algo te desagrada.
- Pequeña bromista. – Tomándolo del rostro apretujándole los cachetes para estamparle un beso. – Si te quedo el culito dolorido solo decímelo, no des tantas vueltas. Estuviste hecha toda una fiera.
- Bueno, también fue un poco de eso. – Admitió yendo a dormir con la cabeza un poco más despejada.
Al día siguiente, como en los últimos días, le hacía compañía en el taller de motocicletas, donde colocaba una nueva bomba de freno trasera. Con tantas aventuras su empleo parecía relegado, aunque era su principal fuente de ingresos. La kalense, aunque escuchaba sus anécdotas de carretera con atención, no lograba estar allí al 100%... quería comentarle sobre la intromisión de Gladio en el baño, aunque podía significar un desastre.
Recordaba cómo se había exasperado hasta límites peligrosos en el día que Giselle fue reemplazada por haber sido asaltada sexualmente. ¿Y si de la bronca dejaba el rostro de Gladio como el de un Garbodor? Le dolía admitirlo, pero no lo conocía suficiente como para saber cómo se tomaría ese episodio secreto en su propia casa y con su novia.
- ¿Por qué tan callada? ¿Pasa algo? – Le preguntó mientras tomaba un trapo (alcanzado por Braixen, que estaba muy pegada a ellos desde entonces) para limpiarse las manos engrasadas.
- Recordaba a la pelirroja, tu ex ¿Cuál era su nombre? Me resulta extraño que no quisiera trabajar con vos. Me cuesta entenderlo, es como si saliera con el dueño de un parque de diversiones y no aceptara entradas de regalo.
- ¿Misty? – Se sorprendió con su inusual interrogante. – No es nada extraño. Acordate que mantuve mi profesión y mi fama en secreto hasta que no pude guardarlo más y descubrirlo digamos que la volvió tipo fuego. – Rememorando el inmenso escándalo que armo en ese mismo taller, provocando un estruendo al tirar una estantería y arrojándole una llave que hundió el muro (y ocultó la hendidura con un póster pervertido).
- No es fácil saber que tu pareja se ganó la vida cogiendo como un Rapidash semental por años y no es de las que están dispuestas a compartir. Cuando quiso considerar aceptar mi profesión, ya era tarde. Pensé que ya sabías los detalles, no hay mucho más que decir.
- Entiendo. – “No rompieron porque no aceptó ser su puta en Pokeporn, ni siquiera llego a ofrecérselo…” pensó refutando otro argumento esencial de Gladio. - ¿Te hubiera gustado que sea tu compañera de trabajo?
El hombre rio y se tomó una pausa para preparar un típico discurso de hombre sabio.
- No sé qué es lo que te preocupa mi pequeño saltamontes, solo voy a decir que busco una compañera para mi vida, no para mi trabajo, ni siquiera para mi cama. – Finiquitando el asunto. – Me acosté, cogí e hice el amor con cientos de mujeres, ya no estoy para buscar a la mejor en la cama como en mi juventud, si es buena en la cama suma puntos extras, lo admito, lo que importa es que sea inteligente, compañera y dulce, esto último es mi debilidad como habrás notado.
Serena sonrió y se abrazó a él desde atrás, pasando sus manos por los portentosos pectorales del hombre.
- ¿Quieres contarme del porqué de esta inquietud sobre Misty? No sos buena ocultándome cosas, te aviso.
Aunque no le dijo sobre su conversación con Gladio sí sobre una de las inquietudes que quedaban en pie. Serena era habilidosa administrando su sinceridad, como casi siempre decía la verdad sus palabras no eran puestas en tela de juicio y cuando ocultaba algo, nunca levantaba sospechas.
- Tuve la tonta idea de que necesitabas una compañera de trabajo y como con ella no funcionó, entré en la ecuación y…
- No. – La interrumpió bastante cortante, por primera vez, mostrando un dejo de fastidio. - Puedes bajarte del proyecto cuando quieras, ni siquiera estás obligada a verme trabajar, con que aceptes que ser actor porno y coger con mujeres es una de mis pasiones y parte importante de mi vida, suficiente. No quería que Misty gravara conmigo y si te propuse eso a vos es porque tengo una conexión que no tuve con ninguna, repito, ninguna y sabía que con vos podía mezclar placer y trabajo sin poner lo que siento en juego.
- Perdón, es solo que…
- No pidas perdón, corazón, quizás voy demasiado rápido y no me doy cuenta, si es así…
- ¡No! No vas rápido, quiero trabajar con vos y verte trabajar, no se trata de eso. – Encontrándose con la lengua trabada sin saber que decir. – Quizás soy demasiado boba y no sé expresarme.
- Mañana tengo el capítulo 69, uno de los importantes, lo haré con 3 mujeres y con un director afamado. – Le recodó. - Con Duke acordamos que en la siguiente te incorporaría en International White Sting Whores 70 o en alguna producción más acorde a una presentación, como un casting. Todavía tenes tiempo para decidir, tenes todo el tiempo que quieras de hecho, también podés trabajar con otro en alguna producción clásica si es que....
- Eso sí que no. – Siendo ella quien lo interrumpió esta vez. – Si voy a debutar en cámaras, voy a hacerlo con vos, me encanta la idea de que me presentes como tu whore personal.
Álex sonrió.
- La verdad, no te veo como mi whore, voy a necesitar de todos mis recursos actorales para tratarte como a una puta cuando te quiero tanto.
- ¿Ah sí? En nuestra última noche de juerga no te costó trabajo decirme putita. – Como en toda pareja sana, cualquier discusión podía mutar de maneras inexplicables en una comedia picante.
- Es que estabas hecha toda una putita, perdón si te ofende. Si sacas ese lado frente a la cámara los vas a volver locos y las salas intensivas de Kanto, no… del mundo van a recibir a docenas de penes fracturados.
- Por eso quiero debutar en cámaras con vos. – Dijo cambiando el tono, acercándose a su hombre meneando sus caderas y sacando pecho, olvidando que la puerta estaba abierta y algún cliente podía entrar, Serena palpó la entrepierna de Álex mientras comenzaba a agacharse… - Me sale muy fácil el papel de puta a tu lado.
- ¿Acá y ahora? – Se sorprendió cuando empezó a bajarle la bragueta y buscar el pene en su interior, liberándolo como quien saca una serpiente del terrario. - De acuerdo, nunca me negué a una mamada sorpresa y nunca lo haré…
- Considéralo un calentamiento para mañana, tu “gran noche” y una pequeña recompensa por todas las cositas lindas que dijiste.
- Muy bien ooh, sí, sí, eso es… - Jadeó mirando a un lado para ver si venía (o pasaba) alguien mientras la cabellera dorada de la kalense comenzaba a subir y bajar. – Que sea rapidito, una manadita rapidita para sacarte las ganas de leche tibia y seguimos con lo nuestro.
A Serena la ponía bastante hacerlo en el taller y en presencia de Braixen, ya no era ningún misterio, por lo que tras cabecear de manera continua degustando el sabor y el olor del pene, le dijo con la boca toda empapada: - Sabes que no puedo iniciar el día sin tu lechita caliente, trata llenarme la boquita con tu nata que vengo hambrienta, la quiero espesa.
- ¿Y si sale toda aguadita? – Susurró olvidándose de verificar el portón de chapa abierto. – No sería bebida si sale muy espesa, ¿no?
-Da igual, tu semen nunca se sabe si se come o se bebe, no importa como salga, lo tragaré todo.
- Buena chica, buena chica… ¿Ves cómo te sale de fácil lo putita de adentro? Los vas a hacer delirar, amor, te lo aseguro.
Cada vez que le decía puta o putita, un cosquilleo que nunca había sentido en la vagina la abordaba como un tic nervioso. Parecía que los fantasmas de Gladio habían quedado atrás y cada uno de sus planteos derribados. Después de todo, si Álex la quería como su juguete o como su compañera de trabajo lo consideraba irrelevante. Ser su puta era fantástico y era afortunada de serlo.
Serena oprimió el tronco con sus labios y cabeceó tan rápido como pudo.
- Ahí sale, ahí, viene, oh sí, oh si, oh sí…
Apoyando su glande en la lengua de Serena como si pusiera a su 2da cabeza a descansar en una almohada húmeda, descargo unos pocos chorros directo a su garganta, la kalense tenía la suficiente experiencia como para ir ingiriendo a medida que el semen era disparado.
- Sí, definitivamente fue bebida, salió bien acuosa, se deslizó por mi garganta como en una resbaladilla de parque de diversiones.
- Es porque estuve tomando más batidos de bayas, ya sabes lo que dicen de la baya plama.
- Mmm al fin, sí, le siento un gustito nuevo, me hubiera gustado saborearla más, la trague muy rápido. – Dijo limpiándose la boca con el antebrazo.
- No te preocupes, aunque voy a trabajar con tres no me van a vaciar, siempre tengo algo guardado para mi consentida. – Expresó dándole un pico muy cariñoso. - Va a ser mi gran noche, no la última noche.
Dicho y hecho, la gran noche de White Sting llegó, aunque arribo al edificio de Pokeporn Live de día, precisamente, dispuesto a pasar una tarde repleta de morbo y lujuria. En el camerino, acompañado de la kalense, este le dijo que habían traído a un célebre director del ambiente llamado Marshal Cormac.
- Trabajó en películas independientes en el cine erótico y en varias producciones de la compañía rival de Alola, Porkyman. – Expresó mientras se ponía a punto levantado unas pesas frente al espejo. – Nos vamos a entender, me dijo que era el capítulo 69 y que sabía lo que eso significa. Por supuesto que sé lo que significa.
- ¿No te gusta que te dirijan verdad?
- En realidad significa que me conoce y que no necesito mucha dirección, conoce mi trabajo y sabe que no se tiene que preocupar por lo que vaya a hacer. – Expresó levantando la pesa hasta el hombro, inflando su bíceps como un globo.
- Te ves bien ya como estás, no necesitas seguir ejercitando. – Expresó sin poder evitar admirar como levantaba semejante peso.
- Es solo para llegar al gran momento en mi mejor versión, me gusta cómo me veo con las venas y los músculos inflados. – Expresó viéndose en el espejo, sin dudas destilando vanidad de sobra.
- A mí también me gusta. – Lo sedujo Serena acariciando sus brazos mientras entrenaba, sintiendo sus bíceps bajo la piel subiendo y bajando como ascensores circulares, cruzados por varias venas prominentes. – Admito que antes me daban algo de impresión, ahora me gustan mucho.
Álex la besó con cariño y tomó una toalla que paso por su cuerpo, que, como los mejores vinos, envejeció muy bien.
- ¿Qué hay de tu guion? ¿Trajiste algunas copias para que Marshal los vea?
- ¡No los terminé! Además, me parece un atrevimiento traerle algo a un director afamado cuando tengo nula experiencia. – Pensó mostrando su lado más humilde.
- No seas tan dura, amor, las buenas ideas no tienen nada que ver con la fama. Vi como estuviste escribiendo todos estos días y no tengo problema en explicarle que si le interesa el guion estoy más que dispuesto a ponerme a su disposición.
En ese tiempo en el que él estuvo atendiendo su trabajo en Poison Bikes y su cuerpo en el gimnasio Olimpicus, Serena reordenó las palabras de Hypno y una idea muy buena salió del embrollo que el pókemon psíquico había dejado. “Ahora tienes una historia” había dicho y Serena decidió tomarlo de forma literal: ¿Y si el sueño mismo era la historia?
En el sueño, Álex se trataba en realidad del disfraz del Creep y era un concepto que podía usarlo. Si el misterioso pókemon quería que contara una historia que ayudara a regresar las viejas costumbres (el amor libre entre pókemon y humanos que se daba antaño) tenía un cuaderno repleto de buenas ideas que transcribió directo de su cabeza casi como una escriba en trance.
La “elegida” había pensado en una historia en la que un científico (podía ser Álex, aunque su estatura y físico no eran el de ningún científico) tras trabajar en una máquina de teletransportación pókemon (libre de pokebolas), hubiera caído a la máquina junto con un entrometido Hypno que lo hipnotizo y este termina fusionado a él y bajo su control, preso de la lujuria inenarrable del pókemon.
Como la pokefilia estaba prohibida, Serena tuvo que hallar un subterfugio: El pókemon sería capaz de controlar al hombre para acostarse con todas las humanas posibles (conocidas del científico) y satisfacer su lujuria ayudado de sus poderes psíquicos hasta que, para su sorpresa, termina enamorándose de una joven con un papel por confirmar, lo que no necesitaba confirmación era que ella podía personificar ese papel.
Se imaginaba que el científico intentaría romper el dominio de Hypno continuamente, no obstante, a medida que tenía relaciones sexuales, el científico disfrutaría de ese nuevo estilo de vida que antes, por su manera de ser y por tener un magnetismo nulo con el sexo opuesto, le era esquivo. Además, comenzaría a entender a Hypno y sus deseos de un mundo en el que humanos y pókemon pudieran tener relaciones libres como antaño. Hypno también aprendería en el proceso, como si fueran dos especies en simbiosis, de la imaginación e inteligencia humanas, capaces de llegar mucho más lejos a la hora de innovar y disfrutar en la intimidad.
En su imaginación podía ser una película erótica sumamente transgresora que podía implantar la semilla de que humanos y pokemon podían entenderse incluso en una alcoba, y que batallar para el beneficio de sus entrenadores no es más loable que compartir una cama tras entablar un lazo profundo.
Manejaba varios finales posibles: desde que Hypno se redimiera liberando el cuerpo del protagonista para que viviera feliz con su amada, o que ella aceptara que se trataba de un pókemon en el cuerpo de un hombre viviendo en una relación prohibida. También ella podía tomar las riendas y tras ingresar en el instrumento de teletransporte, salir fusionada a otro pókemon para ser una igual a él.
Tras contarle a Álex sobre su sueño durante el desayuno, este había expresado una profunda desconfianza por los pókemon psíquicos mientras fumaba un cigarrillo junto a la ventana, este le dijo.
- Todos tienen aversión por los pókemon veneno por ser muchos de ellos insectos, espeluznantes, nocturnos o viscosos, admito que algunos son peligrosos, más para mi si tienen que temer a un tipo en particular debería ser el tipo psíquico. – Explicó. - El veneno la mayoría de las veces es un mecanismo de defensa o ataque que puede eludirse con facilidad, en cambio intenta eludir una onda psíquica que viaja de una mente a la otra sin abarcar ninguna distancia.
- ¿Tuviste alguna mala experiencia con un tipo psíquico? – Se interesó mientras comía cereal con leche.
- Míralo de esta manera. Podes curar un corte con facilidad, ayudar a cicatrizar una herida, mitigar el dolor de una quemadura, usar un antídoto para detener un veneno, en cabio los ataques a la mente no tienen cura y pueden ser terribles.
- No había pensado en eso… te doy la razón. Con la facilidad que tiene Creep para hablarme a la mente, transformarse o implantar sueños e ilusiones no me había puesto a pensar que podría freírme el cerebro si quisiera.
- Están involucrados en varios mitos de Kanto. – Continuó Álex. - Se creó a un pókemon tan poderoso como agresivo del tipo psíquico en un laboratorio usando genes de otro y mato a muchos científicos. También de manera inexplicable un niño de la escuela de mentalistas de Sabrina se convirtió en un Kadabra y nadie pudo revertirlo jamás.
- ¡¿En serio?! – Se sorprendió casi escupiendo la leche.
- Y no me hagas hablar de Sabrina, en una época el tipo psíquico aquí era el pollón del pabellón. Hasta que se introdujeron especies de tipo siniestro de otras regiones eran casi imparables y ella era un hueso duro de roer, además de que nació con poderes psíquicos auténticos y esto no es ningún mito.
Las palabras de Hypno, las leyendas de transformaciones irreversibles y el misticismo alrededor de la dadora de la medalla Pantano, sirvieron de combustible para la imaginación de Serena que trabajó arduamente en el guion de una historia esos días, sin llegar a terminarla.
- Muy bien, más adelante puedes darle una copia a Duke, es de confianza y puede darte un consejo profesional de necesitarlo. – La reconfortó acariciando sus carillos suaves y redondeados.
- Gracias. – Aceptó. – De seguro voy a necesitar algún consejo, no soy ninguna profesional.
- No te ilusiones con un largometraje, amor. - Advirtió. - Lo más probable es que acepte un corto, en estos tiempos que corren las películas resultan muy caras. Ya sabes, todos se adelantan a la acción, no le prestan atención a la trama.
- Que lástima… aunque soy nueva como espectadora del porno me gustaría que hubiera películas como las de antes.
Esa química entre Álex y Serena era la que Gladio desconocía, subestimando la relación que tenían. Sin darse cuenta, la hora de filmación había llegado por estar enfrascados en una conversación y el actor estaba retrasado, debido a ello, una de sus compañeras irrumpió en el camerino sin avisar, sin dudas esperando capturar alguna escena indecente.
- ¡Vaya, como tardabas tanto y estabas con tu flamante novia pensé que estarían en pleno delicioso! ¿Estas ahorrando energías para hoy?
- Hola, Courtney. – La saludo besando su mejilla. – Courtney, Serena, Serena, Courtney. – Las presentó como un conductor de televisión. - ¿Cómo sabias que estaba con mi novia?
La actriz era una joven algo baja, de cabello corto lila y ojos del mismo color. Su mirada era profunda y seductora, su sonrisa denotaba experiencia. Vestía una campera roja abultaba corta, que dejaba el ombligo al descubierto y con cuernos amarillos en la capucha. Debajo una minifalda que no ocultaba una cadera sinuosa y llevaba medias del mismo color y material que su campera. Tanto sus tetas como su trasero destacaban, debía de ser de esas que eran 100% actitud, se notaba la lujuria en cada rasgo.
- Ya conocés a Jezz, nada se le escapa y nada se lo guarda… ahora que lo pienso, se parece a mí en la cama jajaja. – Rio tapándose la boca y acercándose a Serena, observándola con unos ojos que parecían llegar al alma.
- Esa Jezz, cada vez estoy más convencido de que regó el edificio con cámaras. No puede ser tan chismosa.
- Hablando de regar te estamos esperando para que nos riegues como planta de departamento, grandulón. – Dijo pasándole un dedo rematado por una uña afilada por el brazo musculoso. – No tardes, no me vine de Hoenn solo para conocer esta fea ciudad, la verdad, me subí a ese apestoso barco pensando únicamente en comerte ese pollón impresionante.
Courtney, haciendo de cuenta que Serena estaba pintada le manoteó el bulto con descaro, hundiendo sus dedos tanto en los testículos como el rabo mientras la observaba desafiante.
- Oh, disculpa, es la costumbre, me olvidé de que esta en pareja. – Se excusó con falsedad. – De todas formas, debes estar acostumbrada a verlo introduciendo sus 30 centímetros de pura satisfacción en incontables orificios, una y otra vez.
- La verdad que sí, más que nada porque tengo esos 30 centímetros para mi sola cuando quiera, donde quiera. – Le respondió desafiante, sin amedrentarse.
- Estupendo, mejor así, aunque hoy van a ser míos. Lo de afuera y todo lo que tenga adentro. – Retribuyó sin bajar la intensidad.
Serena se quedó en modo póker tras la amenaza de la chica que parecía más querer seducirla que advertirla con su sensual tono de voz.
- La última vez te atragantaste tanto que tuvimos que ir a un corte, así que no vuelvas a hacerte la valiente conmigo. – Intervino Álex poniéndose de parte de su amada, separando la mano de Courtney de su miembro (no lo había dejado de presionar en todo el rato). – Y no vas a trabajar sola, vinieron Scarlett de Johto y Magna de Sinnoh.
- Eso fue hace tiempo, estuve practicando y guardándome para hoy. – Informó. – Voy a decirle a Marshall y las chicas, tú no lo retrases mucho que hoy es todo de nosotras. – Le advirtió a Serena. – Sino vas a terminar mal.
- Me distraje charlando, diles que ya estoy listo. – Le informó poniéndose la ropa correcta del número. – Y ya veremos si no te atragantas.
- Estar en prisión unos años la afecto bastante. – Dijo Álex una vez que Courtney los dejó a solas. – Pertenecía a una especie de secta terrorista y termino tras las rejas, sus pókemon fueron confiscados y fichó para el porno ni bien salió, alegando que era una cura para su ninfomanía.
- Entonces estaba bastante mal antes de que la encerraran. – Inquirió. - ME gustaría ver que la hicieras atragantar así se le bajan los humos.
- Dalo por hecho, le voy a dejar la garganta del tamaño de una tubería.
No pasaron muchos minutos para que White Sting y su novia se apersonen en el set de filmación, mientras el actor tenía una breve charla con el director “No es el especial capítulo 69 por nada, ya sabemos lo que quiere el público y no necesito decirte lo que tienes que hacer” Serena notó una presencia rubia y varonil tomando un café, apoyado contra una pared y con rostro sombrío.
- Hola, Serena. – Le dijo cuando esta se acercó a saludarlo. Ese día vestía una camisa oscura a cuadros. – Me sorprende que te acercaras a saludarme cuando no respondiste ninguno de mis mensajes.
Era cierto, había silenciado su conversación en Whattabuzz y aunque recibió numerosas notificaciones, el guion y la tranquilidad de que todos sus discursitos de telenovela se habían venido abajo como castillo de naipes, lo llevaron a ignorarlo.
Serena observó a Álex, este estaba ultimando los detalles con el director junto a Courtney, que, metida entre ellos, metía algún que otro bocadillo obsceno, por ende, la kalense atacó.
- El tiro te salió por la culata, pensaste que me harías dudar de Álex con todos tus planteos y no me costó trabajo descubrir que ninguno fue verdad. No me quiere como su compañera de trabajo, puedo salirme de ese proyecto cuando quiera y nuestra relación no va a cambiar. Tampoco se separó porque su ex no haya accedido a trabajar con él y aunque el sexo es muy importante en su vida, ya no es un chiquillo caprichoso que necesita de una muñeca inflable, él quiere algo más y yo puedo dárselo, por eso mismo conserva su trabajo en el taller, para no depender del sexo y trabajar cuando se le da la gana.
- Bravo. – Resolvió Gladio bebiendo su café sin inmutarse. – Me imagino que debieron ser un montón de preguntas incómodas. Indagar en cada uno de esos temas sin levantar sospechas no debió ser nada fácil… aunque quizás ya que se tienen tanta confianza, decidiste decirle de nuestro momento a solas.
- Para nada, algo que no comprendes es que con Álex podemos preguntarnos lo que sea y no nos ocultamos nada… aunque por el bien de tu integridad física, preferí guardar el secreto de nuestro encuentro. – Cedió bajando el tono para no ser escuchada. – Tiene un lado violento que no conozco a la perfección y prefiero no despertar.
Álex y las tres actrices, Scarlett, Magna y Courtney ya estaba en posición a punto de arrancar. Se notaba a las chicas muy ansiosas bromeaban y vociferaban con la excitación en los rostros.
- ¿Cuánto falta para empezar? Ya esperé demasiado. – Se quejó Courtney, ansiosa como una chiquilla a la espera de que abriera la juguetería.
- Hoy rompieron el Grumpig. Esas chicas son bastantes caras. – le cambió de tema Gladio.
- No las conozco ¿Son buenas?
La claqueta bajó y el rodaje comenzó, por ende, las luces bajaron y Serena se acercó a Gladio para hablar en susurros. Como solía ocurrir en la serie de White Sting, International White Sting Whores ellas se presentaban ante la cámara y el presentador en off.
- Ya verás que son muy buenas. – Le dijo antes de explicarle lo que sabía de ellas.
Scarlett era una entrenadora de pókemon de acero de Johto, compañera de Jazmina y encargada de poner a prueba a los desafiantes. Cansada de las derrotas en el gimnasio de ciudad Olivo, en especial de aquellos que optaron por la línea evolutiva de Cyndaquil, se decantó por probar suerte en el porno. Tras subir una serie de videos muy buenos, un cazatalentos la contacto y se unió a la familia Pokerporn Live.
Era alta, voluptuosa, de cabellos rubios y muchos piercings y aretes en el rostro. A la distancia parecía que le habían disparado y le había quedado el rostro lleno de perdigones de escopeta. Tenía una blusa de red y un bra diminuto que transparentaba unos pezones perforados. Debajo tenía un short de jean destrozado y medias de red con rasgaduras en todas partes, así como varios tatuajes.
Proveniente de Sinnoh, Magna era una luchadora profesional muy famosa allí que, de la noche a la mañana, había decidido iniciar una carrera en el porno debido a una pelea contractual. Era la de curvas más discretas y cuerpo ligero, sin dudas debía de ser de las que se mueven en el cuadrilátero con agilidad y saltan desde la 3era cuerda dando patadas por doquier.
Parecía ser la más joven del trío, tenía cabellos castaño oscuro y llevaba una amplia bandana, así como ropa deportiva muy colorida como si se hubiera escapado de una clase de educación física solo que había ido a ella en culotte sin pantalones.
- De Courtney no necesitas decirme mucho, ya sé lo suficiente.
Para cuando Gladio terminó con el identikit de las actrices, ya habían empezado el jugueteo lésbico de calentamiento, besos entre ambas, exposición de tetas y varias succiones de pezón. En efecto, Scarlett tenía sus pezones rosados atravesados por un arete, así como su ombligo, orejas, nariz, cejas, labios y lengua. Esa rubia debía de ser el terror de los detectores de metales.
La que llevaba las riendas de todo el asunto, parecía ser Courtney, que fue la primera en liberar sus grandes tetas y tomar a sus compañeras de los pelos para que las sobaran, dejando caer saliva en sus pezones de por medio y conectando besos de lengua con una y otra. También la que bajó el culotte de Magna para revelar su vagina y culo a la cámara, abriendo bien su segundo par de mejillas para que el lente captara sus agujeros. Sin dudas estar en prisión sufriendo de ninfomanía debió de atrofiarle la mente, parecía hiperactiva, no dejaba de decir alguna obscenidad ni de ocupar sus labios en alguna tarea.
Los diálogos no tenían desperdicio, como de costumbre, acompañaban las acciones de las chicas con las palabras precisas y las iban “arriando” para complacer a los futuros espectadores con la elaborada “trama”.
Sin dudas era una producción con mucha trama, 6 para ser precisas y Serena, captó a la perfección la personalidad de cada una, sabiendo que ella bien podía encajar entre ellas como la típica tímida e inocente corrompida.
- Cada día falta menos para que yo sea la desnudada y comida por toda esta gente. – Pensó sin saber, que ese día, llegaría mucho antes de lo planeado.
Capítulo 42. Ultraimpulso
Como la primera vez que presencio esas producciones en vivo, a medida que el especial número 69 alzaba vuelo (ahora Scarlett enseñaba una vagina que tenía un arete en el clítoris, y que explicó, que todos eran del metal desprendido de sus pókemon acero durante las batallas) Serena comenzó a excitarse, y como todo un sabueso de fino olfato, Gladio lo notó.
- Esas piernas juntas, esas mejillas enrojecidas, esos labios brillantes… Si tanto te gusta lo que ves podríamos imitarlos en el último piso, está vacío ahora. Allí era dónde pensaba enseñarte mis mejores trucos.
- No, gracias. Creo que fui clara en eso. – Sentenció. – Ya tengo un maestro que me enseña trucos y lo hace muy bien.
- Pudiste refutarme bastante fácil, admito que quizás le di demasiado crédito a las habladurías de Jezz…
- ¡Esa Jezz! Ya se me hacía que era toda una chismosa metiche…
- Como decía, aunque mis argumentos eran débiles hay uno que queda en pie y solo a solas vas a poder descubrir si era verdad o no.
Aunque Serena fingió interés en el video, en el que el trio se abría las nalgas ante la cámara exponiendo sus culos, siendo Courtney la que tenía una particular habilidad para dilatarlo y cerrarlo como una escotilla.
- Mi imaginación es superior a la de Álex, si me das una oportunidad podrás llegar a tu primera producción con la mente mucho más abierta. – Antes de que Serena pudiera refutarlo, Gladio dijo: - No me contestes ahora, voy por otro café, los de la máquina del comedor son los mejores, no sé qué le echarán, pero no me bastan ni tres.
- Mejor no preguntar.
A solas, alejada de la acción frente la cámara, notó que había un trabajador, quizás encargado del cableado que estaba enfrascado en besos con una mujer. También una productora tocándose la entrepierna en una silla junto a otras invitadas, voyeuristas ellas, que disfrutaban del espectáculo en vivo a su manera, en silencio y don dedos traviesos.
- Esto ni empezó y ya se descontrolo. – pensó la joven kalense.
Por fin White Sting irrumpió en escena como alguien que llega a su departamento y le aguarda una fiesta sorpresa, mostrándose sorprendido por la presencia del trío, que no tardo en recibirlo con besos apasionados y manos ligeras que lo acariciaron y empezaron a desvestir.
- ¡Miren a quien tenemos aquí! ¿A qué se debe que vinieran de tan lejos?
- Bueno, Johto no queda tan lejos, vendría más seguido si fuera por mí. – Bromeó Scarlett.
- ¿Magna verdad? ¿Vienes a la ciudad por una pelea?
- Una pelea contra esta…- Dijo manoteándole el bulto, despertando las risas de sus compañeras.
- Ah no, permiso, no vine en un peligroso barco para no ser la primera en comerme este pollón. – Intervino Curtney despertando discordias con Magna.
- ¡Hey! ¡Hay White Sting para todas ¿no puedes esperar?!
- Espere demasiado, no sabes lo que es esperar…
- ¿La pasa bien, ¿verdad? – Preguntó Gladio ofreciéndole un café en vaso descartable. – No veo que tiene de malo que también la pases bien y luego se lo cuentes.
- Si quieres pasarla bien conmigo lo harás cuando trabajemos juntos o cuando nos vuelvas a visitar. – Sentenció. - No a sus espaldas, no cuando trabaja.
- Claro, sería muy desleal hacerlo cuando él se mata trabajando ¿No? – Sus preguntas retóricas la estaban sacando de quicio, aunque en algo tenían razón… Álex ni miraba para donde ella estaba y estaba gozando de besarlas de la misma forma que disfrutaba cuando la besaba a ella.
La boca experimentada del hombre no tardo en aferrar los pezones perforados de Scarlett, succionándolos con tanto ruido como saliva de por medio, todo mientras Courtney y Magna se turnaban para darle las primeras mamadas. Por lo visto a la ex malhechora de Hoenn no le gustaba compartir, ya que Álex tenía que intervenir para tomarla de los pelos y despegarla de su falo, introduciéndolo en la pequeña boca de Magna.
- Vamos, apúrate, estoy hambrienta de rabo, quiero ese tronco venoso desencajándome la quijada…
- Espera tu turno, Courtney, no hace ni un minuto que arranco Magna y ya la quieres sacar. – La reprimió Álex dándole una bofetada bastante potente.
- ¡Sí, eso es, golpéame, pégame más fuerte, he sido mala, muy mala, si, si!
- ¿Te gusta que te abofeteen, puta he? – La desafió abofeteándola en una mejilla y otra.
- Golpéame con la polla, fuerte, golpéame fuerte con tu polla dura, sí, sí, sí… - Gimió al recibir golpes de rabo en toda la cara de Álex, que le refregaba el miembro por todo el rostro.
Tras una mamada desprolija (que no debía de estar en el libreto porque la interrumpió) y degustar los labios y las tetas de Scarlett, Álex las puso en fila y se tomó su tiempo para probar sus culos, dándoles chupones sonoros en cada asterisco, en especial en el de Magna, que era pequeño y discreto y le costaba trabajo invadir. No obstante, dejar a Courtney de último fue un error.
- ¡No voy a esperar veinte minutos hasta que llegues al mío! – Rompiendo filas. – Cómetelas a ellas mientras me saco las ganas.
- ¡Joder, me la vas a chupar tanto que va a perder largo! Si llego a notar que mide unos centímetros menos te hago juicio.
Courtney no respondió y se limitó a cabecear como una posesa, haciendo golpear ese glande contra el fondo de su garganta como un ariete de carne contra una muralla. Debía de ser difícil dirigir a una actriz tan hiperactiva e impredecible, como si no pudiera decidirse si mamar o lamer sus huevos pasaba de un platillo a otro cada pocos segundos.
- Creo que no podría trabajar con ella. Lo voy a especificar en mi contrato. – Decidió Serena disfrutando de no estar allí con una actriz tan molesta.
Entre sorbo y sorbo de café (que de verdad era muy bueno) vio que la ninfómana de Courtney estaba fuera de control y hasta parecía querer hablar con la boca llena de carne masculina.
Mientras tanto, Álex hacía una de las cosas que más disfrutaba: cunnilingus y anilingus, degustando tanto los orificios de Magna como los de Scarlett, explorando sus orificios con su experimentada y fuerte lengua que Serena conocía tan bien.
Apresando la pieza de bijouterie que adornaba su vagina, succionó despegando el clítoris mientras uno de sus dedos se introducía en la vagina, haciéndola gemir de sobremanera.
- ¿No es de plomo verdad? Aunque me gusta el gustito del metal no quiero intoxicarme.
- Descuida, es de una púa de mi Steelix, que se cortó cuando gané la medalla Glaciar.
Mientras abajo, despatarrada en el suelo, Courtney cabeceaba siendo tomada con fuerza de los pelos, demostrando una coordinación admirable. Era capaz de conducir la felatio, masturbar a Scarlett y de paso lamer su vagina con precisión.
Los diálogos picantes, las visitantes masturbándose en la oscuridad del estudio y la acción frente a la cámara que iban ganando intensidad empezaron a darle unas extrañas puntadas de placer en lo más recóndito de la vagina, una sensación incómoda, como una comezón donde no se puede rascar… al menos no rodeada de tanta gente.
De repente, Serena se sintió extraña, más excitada de lo usual. Sentía un ardor indescriptible en su entrepierna, sus pezones, su trasero, incluso su boca, al principio era un cosquilleo repentino, con el correr de los minutos, mientras observaba a su novio trabajar, esa sensación fue creciendo hasta el punto de que no podía pensar en otra cosa más que en ese ardor que la agobiaba.
Algo viajaba por su piel azotando sus zonas erógenas con puntadas de un ardor febril e intenso a medida que su mente se nublaba y solo podía pensar en una cosa: en unirse a Courtney, Scarlett y Magna, apartándolas, proclamando todo ese monumento masculino para ella sola.
- ¿Lo sientes Serena? – Susurró en su oído Gladio. - ¿Sientes el Ultraimpulso viajando por tu cuerpo, asentándose en tus zonas más erógenas?
- ¿Ultra qué? ¿Acaso el café tenía algo? – Respondió mientras se tocaba los pechos por arriba de la ropa y por poco se corre. La descarga de placer que la recorrió fue como si hubiera estado encerada sin contacto por años y de repente la hubieran besado un pezón. – Esto que siento… no es normal, es como si mi cuerpo, mi piel, sintiera el triple… no, diez veces el placer que debería sentir.
Todo le causaba un placer inenarrable, hasta la ropa quien tenía puesta con su calor y su perfume la estaban haciendo correrse. Para colmo, así como los enfermos de rabia adquieren una fobia mortal al agua, ella comenzaba a sentirse sedienta, necesitada a más no poder de un líquido que no era agua precisamente…
- Así es, y solo una cosa puede curarte. – Le explico al oído mientras una mano le tocaba el vientre por debajo dela blusa. – Curiosamente, esta es la única droga afrodisíaca proveniente de un pokemon que funciona en humanos.
- ¿Qué le metiste al café? ¿Cómo pudiste?
- A esto le llamo imaginación. ¿Qué creías? ¿bozales, látigos, lociones y velas aromáticas? Eso se le ocurre a cualquiera, en cambio llenarte el cuerpo de ultraimpulso es algo que solo yo puedo hacer, ahora con simplemente respirarte en la boca puedo provocarte un orgasmo más grande de tu vida.
- ¿Qué me pusiste en el cuerpo… que es esta droga?
Sus ojos viajaban de entre pierna en entre pierna, sin poder controlar sus ojos, que se sentían atraídos de manera enfermiza a lo que las personas a su alrededor ocultaban entre las piernas, era un tipo de sed que nunca pensó que existiría.
- Son feromonas concentradas del ultraente UE-02 Elegancia, mejor conocido como Pheromosa creadas por mi propia madre en la Fundación Æther. – Explico como el típico villano de película que cuenta su plan. – Por culpa de ella nos distanciamos… mi hermana no pudo soportar sus experimentos con afrodisíacos y se cansó, aunque por suerte, gracias a Lillie se descubrió una cura muy efectiva.
- ¿Cuál es la cura? ¿Cómo me libro de esto? – Preguntó mareada, casi siendo sostenida por Gladio, que seguía susurrándole al oído, casi haciéndola llegar al orgasmo con solo sentir su voz suave contrala oreja.
- Muy fácil, la toxina se expulsa a través de la saliva y los efluvios vaginales, tu cuerpo la limpiara a medida que te corras como una loca, sino, los efectos pueden durar hasta 72 horas y la toxina se acumulará en tu cuerpo haciendo que estos episodios regresen con regularidad.
- ¡¿72 horas?! ¡Hijo de puta!... – Refunfuñó cerrando los ojos para no ver a Álex penetrando a Magna en un “mating pressing”, posición que consistía en dejarse caer con todo su peso sobre la muchacha con las piernas en los hombros. Para colmo, desde atrás, Scarlett y Courtney degustaban su ano y testículos sincronizadas.
- No lo resisto… siento que ardo, que me quemo por dentro hacia afuera... – Jadeó la kalense sin poder contener un temblequeteo en las piernas, para colmo, desde atrás. Gladio metía una mano bajo su pollera y le apretujaba una nalga.
- Vamos a un lugar seguro, conozco un estudio vacío ideal donde podemos liberarte de esta espantosa sensación. Tengo la cura aquí mismo…
Gladio no perdió tiempo y sin importarle si era visto, rozó su entrepierna contra su trasero. Casi sin proponérselo, Serena se dio vuelta para verle el miembro, como si hubiera olvidado que no estaba desnudo ni a salvo de la vista de todos. Su autocontrol pendía de un hilo.
- ¡Hijo de puta! ¿Cómo pudiste hacerme esto, crees que es tener inventiva drogarme? – Ni siquiera podía entender como Gladio había podido llegar tan lejos, de solo saber que por sus venas corría una toxina de un pókemon que desconocía la perturbaba.
- Vamos, terminemos con esto… los orgasmos bajo el ultraimpulso son tan placenteros que me pedirás muestras gratis para disfrutar con quien creas.
¿Qué podía hacer? Estaba en la mayor encrucijada de su vida, escaparlo sería caer en la locura, en una excitación febril imposible de controlar, quizás terminaría haciéndolo en la calle con el primer individuo que encuentre (hasta pensar en eso le provocaba una erupción volcánica entre las piernas).
Aceptar las condiciones de Gladio significarían serle infiel y darle la satisfacción de caer en su trampa. No obstante, solo lo que los hombres tenían entre las piernas podía curarla a fuerza de orgasmos capaces de subir la marea. Ir a escondidas y hacerlo con él, o soportar como sea, como pueda, de la droga… de milagro, dos neuronas sobrevivientes al incendio se encontraron y en un último chispazo, dieron con la solución.
Continuará…
¡Gracias por leer! Me quedo bastante largo, pero quería cortarlo exactamente en esta parte, dejando la incógnita flotando ¿Qué va a hacer Serena si no quiere engañar a Álex y a la vez quiere disipar los efectos de la droga?
Si les gustó sean buenos y muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, no sean Ratatas y no manden solamente a favoritos, please, escribir relatos no es algo de una hora y lo tienen gratis. Si no les gustó, por supuesto que entiendo que no den puntos o comentarios.
Capítulos Anteriores:
Capítulo 10:http://www.poringa.net/posts/relatos/3858230/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-10.html
Capítulo 11:http://www.poringa.net/posts/relatos/3868644/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-11.html
Capítulo 12:http://www.poringa.net/posts/relatos/3897135/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-12.html
Capítulo 13:http://www.poringa.net/posts/relatos/3932899/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-13.html
Capítulo 14:http://www.poringa.net/posts/relatos/4010204/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-14.html
Capítulo 15:http://www.poringa.net/posts/relatos/4036524/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-15.html
En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.
Starring:
Serena
Courtney
Capítulo 40. NTR
Serena se despertó cuando todos dormían víctima de un deja-vu. Tras tener esa curiosa pesadilla/mensaje/trance hipnótico con Creep (nunca se sabía con exactitud de qué se trataba) todos dormía y ahora que se despertaba una vez más no era la excepción.
Vio a la muy atrevida de Lillie durmiendo con un brazo sobre Álex, “su” Álex, cosa que le molesto. Ella sabía muy bien que por su trabajo tendría relaciones sexuales con infinidad de mujeres y que, además, para él era tan fácil organizar una orgía como la de anoche como para cualquier grupo de oficina salir a tomar unos tragos un viernes por la noche, no obstante, una vez bajado el telón de la lujuria, no veía con buenos ojos que se siguieran tomando libertades frente a ella.
Semidesnuda, se levantó en penumbras intentando no pisar a Gladio, que dormía solo en el suelo en una bolsa de dormir. Se dirigió al baño contiguo a la habitación y limpió su rosto con agua fría, sintiéndose afiebrada por el ajetreo sexual de la última noche. También se hecho perfume directo a la nariz como si se inoculara alguna droga. Sentía el olor de las sustancias de varios cuerpos impregnadas en sus fosetas, incluido el de las múltiples salpicaduras de orina de Lillie que la regaron cuando se la mamaba a Gladio.
- Por Arceus, no tengo perdón de Dios. - Dijo riendo ante la descripción de su última redada formándose en su cabeza. Para colmo, había ingerido el semen de Gladio con una facilidad que la atemorizaba, se sentía manipulada, como controlada por un ente ajeno a ella por momentos. Ahora parecía que la vieja Serena volvía a tomar las riendas del carruaje y lo encontraba todo hecho un desastre y encima fuera de eje.
- Espero tener un día de paz, necesito limpiar mi organismo y mi mente de tanta… perversión. – Se dijo a su reflejo. Aunque no se arrepentía de nada, se sentía saturada de tantas experiencias, ni siquiera su pókemon inicial se había salvado de la juerga y había visto la nueva cara de su entrenadora.
Sin embargo, alguien ingresó en el baño quebrando ese instante de silencio y paz que tanto necesitaba. Se trataba de un joven delgado, taciturno, de cabellos rubios y un flequillo que, a pesar de estar recién levantado, lucía perfecto.
- ¡¿Gladio?! ¡¿Qué haces aquí… - Se escandalizó ocultando sus pechos con sus manos, a pesar de que hace tan solo horas habían hecho algo más que verse los cuerpos desnudos. El rubio la miró de arriba abajo y dibujo media sonrisa, algo siniestra.
El muchacho acerco su dedo índice a sus labios indicándole silencio, acto seguido se fue acercando hasta que estando frente a ella, con su expresión de nada característica, la besó.
Serena intentó despegarse, pero el muchacho la apresó con fuerza estrujando su pecho contra sus tetas mientras el beso la fue aplacando como si fuera un hechizo… era un beso distinto a todos, incluso a los que le daba Álex, mucho más tierno y básico, de una intensidad muy diferente a la que venía manejando.
Sintió que venía erecto desde el vamos y que su boca y su piel aún apestaban de las emanaciones doradas de su propia hermana. Ese joven, en esas condiciones, era un trago demasiado fuerte para tomarse a la mañana.
- Gladio… no, esto está mal, soy novia de Álex. – Expreso escurriéndose de sus brazos, librándose de su beso traicionero, aunque admitía que se sentía muy bien bajar los decibeles después de caminar en un cerca de altísimo voltaje por tanto tiempo.
El muchacho insistió acercándose desde atrás envolviéndola con sus brazos mientras besaba su cuello y se hundía en sus cabellos miel. – Te deseo como no te imaginas, el único motivo por el que acepte venir fue por vos, y me quede con muchas ganas de disfrutarte más a fondo.
A fondo le enterró su pene erecto bajo la prenda, sintiéndolo hundiéndose entre sus nalgas y rozando su carne dolorida por la acción de anoche. Mientras la comía a besos le frotaba el pene sin control.
- ¿No te parece que nos disfrutamos suficiente? – Se mostró en desacuerdo, aunque sin resistirse a sus caricias en los senos y sus besos regados por toda su piel… había algo de encanto en el ataque de ese atractivo hombre (sí, lo veía muy atractivo) había como algo de desesperación y enojo.
Las manos de Gladio acariciaron sus pezones pellizcándolos con suavidad, más para sentir su textura bajo sus yemas mientras se embriagaba con el perfume de su piel sin dejar de besarla en todas partes.
- Eres tan hermosa, no puedo creer que una chica así de guapa se rebaje a relacionarse con nosotros los gusanos de la pornografía, es un sacrilegio contra las leyes naturales.
- Okey, creo que es un poco demasiado. – Aunque no le pareció demasiado que girara su rostro para estampar un beso húmedo en sus labios, lento y profundo mientras una de sus manos envolvía su seno, rozando sus pezones rosados e hinchados con los dedos, inflándolos aún más bajo su palma cada vez que estrujaba su teta llenándose la mano con ella.
- Gladio… por favor… van a oírnos, no quiero serle infiel a…
- Te preocupa más ser descubierta que serle infiel, no te preocupes, seré silencioso.
Su mano se deslizó por su vientre hundiendo sus dedos en su piel hasta introducirse bajo las panties, donde su vagina indefensa sintió la caricia profunda y precisa entre sus labios, envueltos al completos bajo su palma sudorosa mientras los dedos índice y medio, se frotaban entre sus labios mayores desde el nacimiento del clítoris hasta su interior… sus dedos más finos y delicados que los de Álex encontraron su botón de apagado haciendo que cese cualquier resistencia.
- Aaahh ooh. – Gimió sin poder contener ni su volumen ni su estremecimiento.
- Si gimes como anoche nos van a descubrir. – La reprimo sin dejar de frotar su vagina. – Tómalo como un entrenamiento. Los gemidos son necesarios en algunas situaciones y en otras no, a Lillie le costó comprenderlo. Por ejemplo, cuando en Alola teníamos sexo en lugares públicos a veces gemía como cuando lo hacíamos en casa, la muy bobita por poco hace que nos metan en una jaula.
Como si un espíritu maligno lo hubiera poseído (Serena incluso pensó en Creep) Gladio introdujo sus dedos en su vagina y tras batirlos unos segundos, los retiró todos aceitados para frotarse el fruto de su excitación imprevista en su boca y nariz.
- Suficiente… es suficiente. – Jadeó abochornada por haberse corrido por el ataque rastrero del joven.
¿Qué le estaba ocurriendo? ¿Tan puta era? ¿Tan débil? Hacía poco tiempo que había oficializado con Álex y a pesar de saber que debía empujarlo y salir corriendo, quizás hacerse respetar con una bofetada o un rodillazo descalificador, allí estaba, siendo manoseada, olida y besada por ese lujurioso muchacho… parecía que Gladio era superefectivo a Serena, lo encontraba tan atractivo que le impedía escapar de sus lascivas garras como si fuera su debilidad.
- Mmm deliciosa, como haría de tu vagina mi religión… - Chupándose los dedos. – Tus tetas están bien, tu culo es perfecto, pero no entiendo como tu querido Álex siempre pasa por alto tu vagina cuando es una obra de arte que merece ser atendida a diario.
- ¿Por qué haces esto? Álex te recibió, te permitió hacerlo conmigo, con Shauna, no tendrá problemas en que trabajemos juntos en el futuro… ¿Y lo traicionas de esta manera? ¿Es por venganza? ¿Es por remordimientos?
Serena estaba tan paralizada que no se daba cuenta de la hipocresía en sus palabras. Ella también estaba traicionando a Álex y con el agravante de que era quien amaba y con quien tenía un noviazgo recién estrenado.
- Aahh, basta… Gladio, esto está mal, piensa en Lillie, piensa en Ále…
El hombre la interrumpió antes de que dijera su nombre tapando su boca con la mano, como si fura alérgico a esa palabra: - Basta de decir ese nombre… Álex.
- ¡Suéltame! ¡Basta! – Se resistió con mayor énfasis girando el rostro.
- Te está manipulando para sus intereses, no te trata como te trataría yo, te veo como más que un culo al que entrenar, yo te deseo para mucho más que una compañía en el trabajo.
- ¿De qué hablas? No digas esas cosas, son patrañas. – Intentó zafarse, aunque solo termino contra el espejo, con Gladio detrás respirándole en la nuca.
- Te trata como una plebeya cuando eres una reina, la reina de Kalos, debería serte fiel, yo te llevaría conmigo a una isla donde no tendrías que trabajar ni tu ni nuestros hijos… pierdes el tiempo siendo la muñeca inflable de ese viejo.
- Ya veo, tenemos el típico caso de “yo te merezco más que él” – Se fastidió por fin separándose nuevamente observándolo con desaprobación. – No tengo intenciones de serle infiel y no sabes cómo me trata cuando no estamos… cogiendo. Álex es dulce y nos entendemos todo el tiempo a pesar de ser mucho mayor… no hables de merecimientos cuando no sabes cómo es en vedad, quedas como tonto diciendo palabras bonitas y actuando como un cavernícola.
- ¿Después de lo de anoche te incomoda decir “cogiendo”? Vas a matarme de diabetes. – Bromeó ignorando su insulto. – Solo sé que te está moldeando como su puta último modelo y todo terreno para volverte, a la fuerza o no, su nueva estrella porno y así reflotar su carrera.
- ¿Reflotar su carrera? ¿Sabes lo que dices? Álex no necesita reflotar nada. – Se enojó descuidando el tono de su voz, a diferencia de ella, Gladio siempre hablaba en el mismo susurró sombrío de villano de teatro.
- Piénsalo. Hace solo dos producciones por mes en una compañía bastante grande. ¿No te parece raro? – Razonó. - ¿Nunca te preguntaste porque no trabaja tanto como el resto?
- No lo necesita, es muy famoso…
- Quizás lo sea, más no te creas que sus números son tan redondos, sus guiones no están muy actualizados y necesita inyectar sangre nueva porque ya no es tan rentable. Encima el formato de videos que hace huele a naftalina. – Sentencio dejándole un mar de dudas. - Te usará para mejorar sus números y te desechará si no lo logra.
Serena lo abofeteó sin poder procesar sus palabras ni cambiar la expresión socarrona de Gladio, asustándose más ella con su pérdida de control que él con la cachetada.
- De ser un caramelito a una fiera. Adoro eso. – Sonrió de manera desagradable tocando su mejilla enrojecida.
- Hablando de morir de diabetes como dijiste hace un momento ¿Qué hay de Lillie? Ella te quiere más que a un hermano (mucho más por lo visto) y no creo que le agrade lo que intentas hacer aquí… tratando de manipularme como si fuera una boba poniéndome en contra de Álex a espaldas de tu hermana, estoy segura de que desaprobaría todo esto que intentas hacer.
- Álex tiene una increíble cantidad de admiradoras, le otorgo eso, mi hermana esta entre ellas y está más que agradecida de tener prácticamente un pase libre con él. No va a interferir en absoluto.
Serena antes de dejar el baño decidió contra atacar.
- Hablando de Lillie, se nota que estás enojado porque no soportaste que tomara su virginidad anal. – Metió su dedo, no, mejor dicho, su puño entero en la llaga más abierta. – Intentas manipularme para cobrarte tu retorcida venganza haciéndome un anal, aunque parezco tonta entiendo bastante cómo funciona la mentalidad masculina y como ven ustedes a esos actos como trofeos, sientes que te arrebató el primer premio más codiciado y solo haciéndomelo a mí podrás cobrarte revancha.
- Estás equivocada. – La contradijo. - Te haría muchísimas cosas y un anal no está en el tope de mi lista. El obsesionado con el sexo sucio es Álex, mi imaginación es muy superior a la suya y te lo voy a demostrar.
- ¿A sí? ¿A qué llamas imaginación? ¿A coger a tu hermanita? – Continuó sin bajar la guardia, enseñando que no era una flor delicada como aparentaba. – No le llegas ni a los talones a Álex, deberías darle las gracias de que te dejo participar anoche, noche en la que la pasaste bastante bien, ingrato.
Sin darse cuenta, había dado un paso al frente poniéndose en posición de ataque como una carta coleccionable de alguna franquicia fantástica.
- Él tiene trabajo pronto. Al anciano le toca la 2da producción mensual, mientras él va a estar satisfaciendo su necesidad de anos te puedo enseñar mis mejores trucos. – Le propuso ignorando la acalorada discusión de hace instantes. Su insistencia era solo comparable con su ego, para ella, que quisiera competir con Álex le parecía ridículo y, sin embargo, allí estaba, plantando dudas que germinarían en futuros recelos y planteos.
- Deja de avergonzarte, no quiero pelear, es una lástima que me hicieras este berrinche de telenovela barata cuando la pasamos tan bien y me causaste tan buena impresión. Tiraste todo a la basura.
Gladio no se inmuto y cuando la kalense estaba por dejar el baño (casi olvidando que su novio y Lillie dormían a pocos metros) se le acerco y en un susurro (muy seductor) le dijo:
- No fue un berrinche, fue una declaración… te deseo como no te imaginas. – Dijo observándola a los ojos. – Tan solo préstale atención a tu celular cuando Álex empiece a rodar; tendremos un par de horas para divertirnos a solas y te podré enseñar que todo lo digo es cierto, aunque te duela. Después podrás elegir tranquila si... bueno, te conviertes en la nueva funda de su pene o en algo más.
Dejar ese baño fue como dejar otro mundo, sabía que intentar dejar atrás la tensión del conflicto para pasar a la paz del descanso era inútil como zambullirse en el mar y querer salir seco. Para su fortuna, todos dormían plácidamente sin dar signos de haber escuchado esa bochornosa escena.
- Mierda, carajo, mierda ¿Cuándo voy a tener una semana normal? ¿Así es la vida de todas las actrices porno? – Refunfuñó malhumorada acostándose al lado de Álex, esperando que Creep y el isleño la dejaran en paz.
- Mmmpffgh. – Gruñó el hombre envolviéndola con su brazote como a un peluche, dándole la espala a Lillie. - ¿Qué hora es? ¿Es muy tarde? – Le preguntó.
- Es temprano, sigamos durmiendo. - Le respondió besando su boca sin poder dejar de mirar el techo, reordenando todas sus ideas sin saber por dónde empezar.
Gladio se había quedado en el baño, esperando el momento perfecto para salir sin levantar sospechas. Tras unos minutos de calma salió deslizándose por el suelo como un ninja, cruzando miradas cómplices con la kalense.
Tan perfecta que había sido la noche anterior y Gladio tenía que arruinarlo todo… cuando parecía que la nueva Serena había tomado las riendas de su vida, la valiente, la lujuriosa, la encerrada por tanto tiempo, nuevamente se sentía naufragando en una mar embravecida en una balsa sin remos, a la deriva, sin saber ni por dónde empezar ni por donde seguir.
Solo una cosa era segura, Álex tenía que volver al ruedo para una nueva producción y ella tenía que tomar una decisión inmediata.
Capítulo 41. La ninfómana de Hoenn
La kalense se sintió perseguida por las palabras de Gladio como si un Gengar hubiera decidido acecharla escondiéndose en su sombra. Se preguntaba si en entre tantas palabras canallas había algo de verdad.
La visión que tenía Gladio sobre Álex como un hombre obsesionado que la veía como un conjunto de órganos funcionales alrededor de un culo fue refutada de inmediato: Serena le expresó que se sentía algo dolorida y los días siguientes a la fiesta de las sorpresas, Álex ni por asomo intento forzarla a tener sexo, al contrario, él también parecía disfrutar de los momentos aptos para todo público. Por ende, durante unos días pasaron las noches viendo películas, besándose, acurrucándose y “a mimir” sin ningún problema.
- No quiero que te sientas forzada a nada, no tienes que seguirme el ritmo, sino encontrar tu propio ritmo. Si me excedí invitando a Gladio y Lillie te pido perdón. – Le dijo tras apagar la tv. Se habían enganchado con un documental que teorizaba que Aegislash eran las armas de los antiguos Golurk.
- Amor, no… - Agitando los brazos como quiero detener un automóvil invisible. - ¡La pase muy bien, solo que me dejo agotada, nada más! – Dijo enternecida y muy satisfecha tanto por el tono de ese hombre mayor, de un interior dulce como el caramelo, como descubriendo que Gladio no sabía ni mierda de muchas cosas.
- No dejes de decirme cuando estas en desacuerdo o algo te desagrada. Quiero que sepas eso, no te sientas intimidada ni obligada en el trajín del momento.
- Lo sé, lo sé, lo comprendo. – Aceptó. - Si te tomo la delantera y te dejo atrás también quiero que me digas si algo te desagrada.
- Pequeña bromista. – Tomándolo del rostro apretujándole los cachetes para estamparle un beso. – Si te quedo el culito dolorido solo decímelo, no des tantas vueltas. Estuviste hecha toda una fiera.
- Bueno, también fue un poco de eso. – Admitió yendo a dormir con la cabeza un poco más despejada.
Al día siguiente, como en los últimos días, le hacía compañía en el taller de motocicletas, donde colocaba una nueva bomba de freno trasera. Con tantas aventuras su empleo parecía relegado, aunque era su principal fuente de ingresos. La kalense, aunque escuchaba sus anécdotas de carretera con atención, no lograba estar allí al 100%... quería comentarle sobre la intromisión de Gladio en el baño, aunque podía significar un desastre.
Recordaba cómo se había exasperado hasta límites peligrosos en el día que Giselle fue reemplazada por haber sido asaltada sexualmente. ¿Y si de la bronca dejaba el rostro de Gladio como el de un Garbodor? Le dolía admitirlo, pero no lo conocía suficiente como para saber cómo se tomaría ese episodio secreto en su propia casa y con su novia.
- ¿Por qué tan callada? ¿Pasa algo? – Le preguntó mientras tomaba un trapo (alcanzado por Braixen, que estaba muy pegada a ellos desde entonces) para limpiarse las manos engrasadas.
- Recordaba a la pelirroja, tu ex ¿Cuál era su nombre? Me resulta extraño que no quisiera trabajar con vos. Me cuesta entenderlo, es como si saliera con el dueño de un parque de diversiones y no aceptara entradas de regalo.
- ¿Misty? – Se sorprendió con su inusual interrogante. – No es nada extraño. Acordate que mantuve mi profesión y mi fama en secreto hasta que no pude guardarlo más y descubrirlo digamos que la volvió tipo fuego. – Rememorando el inmenso escándalo que armo en ese mismo taller, provocando un estruendo al tirar una estantería y arrojándole una llave que hundió el muro (y ocultó la hendidura con un póster pervertido).
- No es fácil saber que tu pareja se ganó la vida cogiendo como un Rapidash semental por años y no es de las que están dispuestas a compartir. Cuando quiso considerar aceptar mi profesión, ya era tarde. Pensé que ya sabías los detalles, no hay mucho más que decir.
- Entiendo. – “No rompieron porque no aceptó ser su puta en Pokeporn, ni siquiera llego a ofrecérselo…” pensó refutando otro argumento esencial de Gladio. - ¿Te hubiera gustado que sea tu compañera de trabajo?
El hombre rio y se tomó una pausa para preparar un típico discurso de hombre sabio.
- No sé qué es lo que te preocupa mi pequeño saltamontes, solo voy a decir que busco una compañera para mi vida, no para mi trabajo, ni siquiera para mi cama. – Finiquitando el asunto. – Me acosté, cogí e hice el amor con cientos de mujeres, ya no estoy para buscar a la mejor en la cama como en mi juventud, si es buena en la cama suma puntos extras, lo admito, lo que importa es que sea inteligente, compañera y dulce, esto último es mi debilidad como habrás notado.
Serena sonrió y se abrazó a él desde atrás, pasando sus manos por los portentosos pectorales del hombre.
- ¿Quieres contarme del porqué de esta inquietud sobre Misty? No sos buena ocultándome cosas, te aviso.
Aunque no le dijo sobre su conversación con Gladio sí sobre una de las inquietudes que quedaban en pie. Serena era habilidosa administrando su sinceridad, como casi siempre decía la verdad sus palabras no eran puestas en tela de juicio y cuando ocultaba algo, nunca levantaba sospechas.
- Tuve la tonta idea de que necesitabas una compañera de trabajo y como con ella no funcionó, entré en la ecuación y…
- No. – La interrumpió bastante cortante, por primera vez, mostrando un dejo de fastidio. - Puedes bajarte del proyecto cuando quieras, ni siquiera estás obligada a verme trabajar, con que aceptes que ser actor porno y coger con mujeres es una de mis pasiones y parte importante de mi vida, suficiente. No quería que Misty gravara conmigo y si te propuse eso a vos es porque tengo una conexión que no tuve con ninguna, repito, ninguna y sabía que con vos podía mezclar placer y trabajo sin poner lo que siento en juego.
- Perdón, es solo que…
- No pidas perdón, corazón, quizás voy demasiado rápido y no me doy cuenta, si es así…
- ¡No! No vas rápido, quiero trabajar con vos y verte trabajar, no se trata de eso. – Encontrándose con la lengua trabada sin saber que decir. – Quizás soy demasiado boba y no sé expresarme.
- Mañana tengo el capítulo 69, uno de los importantes, lo haré con 3 mujeres y con un director afamado. – Le recodó. - Con Duke acordamos que en la siguiente te incorporaría en International White Sting Whores 70 o en alguna producción más acorde a una presentación, como un casting. Todavía tenes tiempo para decidir, tenes todo el tiempo que quieras de hecho, también podés trabajar con otro en alguna producción clásica si es que....
- Eso sí que no. – Siendo ella quien lo interrumpió esta vez. – Si voy a debutar en cámaras, voy a hacerlo con vos, me encanta la idea de que me presentes como tu whore personal.
Álex sonrió.
- La verdad, no te veo como mi whore, voy a necesitar de todos mis recursos actorales para tratarte como a una puta cuando te quiero tanto.
- ¿Ah sí? En nuestra última noche de juerga no te costó trabajo decirme putita. – Como en toda pareja sana, cualquier discusión podía mutar de maneras inexplicables en una comedia picante.
- Es que estabas hecha toda una putita, perdón si te ofende. Si sacas ese lado frente a la cámara los vas a volver locos y las salas intensivas de Kanto, no… del mundo van a recibir a docenas de penes fracturados.
- Por eso quiero debutar en cámaras con vos. – Dijo cambiando el tono, acercándose a su hombre meneando sus caderas y sacando pecho, olvidando que la puerta estaba abierta y algún cliente podía entrar, Serena palpó la entrepierna de Álex mientras comenzaba a agacharse… - Me sale muy fácil el papel de puta a tu lado.
- ¿Acá y ahora? – Se sorprendió cuando empezó a bajarle la bragueta y buscar el pene en su interior, liberándolo como quien saca una serpiente del terrario. - De acuerdo, nunca me negué a una mamada sorpresa y nunca lo haré…
- Considéralo un calentamiento para mañana, tu “gran noche” y una pequeña recompensa por todas las cositas lindas que dijiste.
- Muy bien ooh, sí, sí, eso es… - Jadeó mirando a un lado para ver si venía (o pasaba) alguien mientras la cabellera dorada de la kalense comenzaba a subir y bajar. – Que sea rapidito, una manadita rapidita para sacarte las ganas de leche tibia y seguimos con lo nuestro.
A Serena la ponía bastante hacerlo en el taller y en presencia de Braixen, ya no era ningún misterio, por lo que tras cabecear de manera continua degustando el sabor y el olor del pene, le dijo con la boca toda empapada: - Sabes que no puedo iniciar el día sin tu lechita caliente, trata llenarme la boquita con tu nata que vengo hambrienta, la quiero espesa.
- ¿Y si sale toda aguadita? – Susurró olvidándose de verificar el portón de chapa abierto. – No sería bebida si sale muy espesa, ¿no?
-Da igual, tu semen nunca se sabe si se come o se bebe, no importa como salga, lo tragaré todo.
- Buena chica, buena chica… ¿Ves cómo te sale de fácil lo putita de adentro? Los vas a hacer delirar, amor, te lo aseguro.
Cada vez que le decía puta o putita, un cosquilleo que nunca había sentido en la vagina la abordaba como un tic nervioso. Parecía que los fantasmas de Gladio habían quedado atrás y cada uno de sus planteos derribados. Después de todo, si Álex la quería como su juguete o como su compañera de trabajo lo consideraba irrelevante. Ser su puta era fantástico y era afortunada de serlo.
Serena oprimió el tronco con sus labios y cabeceó tan rápido como pudo.
- Ahí sale, ahí, viene, oh sí, oh si, oh sí…
Apoyando su glande en la lengua de Serena como si pusiera a su 2da cabeza a descansar en una almohada húmeda, descargo unos pocos chorros directo a su garganta, la kalense tenía la suficiente experiencia como para ir ingiriendo a medida que el semen era disparado.
- Sí, definitivamente fue bebida, salió bien acuosa, se deslizó por mi garganta como en una resbaladilla de parque de diversiones.
- Es porque estuve tomando más batidos de bayas, ya sabes lo que dicen de la baya plama.
- Mmm al fin, sí, le siento un gustito nuevo, me hubiera gustado saborearla más, la trague muy rápido. – Dijo limpiándose la boca con el antebrazo.
- No te preocupes, aunque voy a trabajar con tres no me van a vaciar, siempre tengo algo guardado para mi consentida. – Expresó dándole un pico muy cariñoso. - Va a ser mi gran noche, no la última noche.
Dicho y hecho, la gran noche de White Sting llegó, aunque arribo al edificio de Pokeporn Live de día, precisamente, dispuesto a pasar una tarde repleta de morbo y lujuria. En el camerino, acompañado de la kalense, este le dijo que habían traído a un célebre director del ambiente llamado Marshal Cormac.
- Trabajó en películas independientes en el cine erótico y en varias producciones de la compañía rival de Alola, Porkyman. – Expresó mientras se ponía a punto levantado unas pesas frente al espejo. – Nos vamos a entender, me dijo que era el capítulo 69 y que sabía lo que eso significa. Por supuesto que sé lo que significa.
- ¿No te gusta que te dirijan verdad?
- En realidad significa que me conoce y que no necesito mucha dirección, conoce mi trabajo y sabe que no se tiene que preocupar por lo que vaya a hacer. – Expresó levantando la pesa hasta el hombro, inflando su bíceps como un globo.
- Te ves bien ya como estás, no necesitas seguir ejercitando. – Expresó sin poder evitar admirar como levantaba semejante peso.
- Es solo para llegar al gran momento en mi mejor versión, me gusta cómo me veo con las venas y los músculos inflados. – Expresó viéndose en el espejo, sin dudas destilando vanidad de sobra.
- A mí también me gusta. – Lo sedujo Serena acariciando sus brazos mientras entrenaba, sintiendo sus bíceps bajo la piel subiendo y bajando como ascensores circulares, cruzados por varias venas prominentes. – Admito que antes me daban algo de impresión, ahora me gustan mucho.
Álex la besó con cariño y tomó una toalla que paso por su cuerpo, que, como los mejores vinos, envejeció muy bien.
- ¿Qué hay de tu guion? ¿Trajiste algunas copias para que Marshal los vea?
- ¡No los terminé! Además, me parece un atrevimiento traerle algo a un director afamado cuando tengo nula experiencia. – Pensó mostrando su lado más humilde.
- No seas tan dura, amor, las buenas ideas no tienen nada que ver con la fama. Vi como estuviste escribiendo todos estos días y no tengo problema en explicarle que si le interesa el guion estoy más que dispuesto a ponerme a su disposición.
En ese tiempo en el que él estuvo atendiendo su trabajo en Poison Bikes y su cuerpo en el gimnasio Olimpicus, Serena reordenó las palabras de Hypno y una idea muy buena salió del embrollo que el pókemon psíquico había dejado. “Ahora tienes una historia” había dicho y Serena decidió tomarlo de forma literal: ¿Y si el sueño mismo era la historia?
En el sueño, Álex se trataba en realidad del disfraz del Creep y era un concepto que podía usarlo. Si el misterioso pókemon quería que contara una historia que ayudara a regresar las viejas costumbres (el amor libre entre pókemon y humanos que se daba antaño) tenía un cuaderno repleto de buenas ideas que transcribió directo de su cabeza casi como una escriba en trance.
La “elegida” había pensado en una historia en la que un científico (podía ser Álex, aunque su estatura y físico no eran el de ningún científico) tras trabajar en una máquina de teletransportación pókemon (libre de pokebolas), hubiera caído a la máquina junto con un entrometido Hypno que lo hipnotizo y este termina fusionado a él y bajo su control, preso de la lujuria inenarrable del pókemon.
Como la pokefilia estaba prohibida, Serena tuvo que hallar un subterfugio: El pókemon sería capaz de controlar al hombre para acostarse con todas las humanas posibles (conocidas del científico) y satisfacer su lujuria ayudado de sus poderes psíquicos hasta que, para su sorpresa, termina enamorándose de una joven con un papel por confirmar, lo que no necesitaba confirmación era que ella podía personificar ese papel.
Se imaginaba que el científico intentaría romper el dominio de Hypno continuamente, no obstante, a medida que tenía relaciones sexuales, el científico disfrutaría de ese nuevo estilo de vida que antes, por su manera de ser y por tener un magnetismo nulo con el sexo opuesto, le era esquivo. Además, comenzaría a entender a Hypno y sus deseos de un mundo en el que humanos y pókemon pudieran tener relaciones libres como antaño. Hypno también aprendería en el proceso, como si fueran dos especies en simbiosis, de la imaginación e inteligencia humanas, capaces de llegar mucho más lejos a la hora de innovar y disfrutar en la intimidad.
En su imaginación podía ser una película erótica sumamente transgresora que podía implantar la semilla de que humanos y pokemon podían entenderse incluso en una alcoba, y que batallar para el beneficio de sus entrenadores no es más loable que compartir una cama tras entablar un lazo profundo.
Manejaba varios finales posibles: desde que Hypno se redimiera liberando el cuerpo del protagonista para que viviera feliz con su amada, o que ella aceptara que se trataba de un pókemon en el cuerpo de un hombre viviendo en una relación prohibida. También ella podía tomar las riendas y tras ingresar en el instrumento de teletransporte, salir fusionada a otro pókemon para ser una igual a él.
Tras contarle a Álex sobre su sueño durante el desayuno, este había expresado una profunda desconfianza por los pókemon psíquicos mientras fumaba un cigarrillo junto a la ventana, este le dijo.
- Todos tienen aversión por los pókemon veneno por ser muchos de ellos insectos, espeluznantes, nocturnos o viscosos, admito que algunos son peligrosos, más para mi si tienen que temer a un tipo en particular debería ser el tipo psíquico. – Explicó. - El veneno la mayoría de las veces es un mecanismo de defensa o ataque que puede eludirse con facilidad, en cambio intenta eludir una onda psíquica que viaja de una mente a la otra sin abarcar ninguna distancia.
- ¿Tuviste alguna mala experiencia con un tipo psíquico? – Se interesó mientras comía cereal con leche.
- Míralo de esta manera. Podes curar un corte con facilidad, ayudar a cicatrizar una herida, mitigar el dolor de una quemadura, usar un antídoto para detener un veneno, en cabio los ataques a la mente no tienen cura y pueden ser terribles.
- No había pensado en eso… te doy la razón. Con la facilidad que tiene Creep para hablarme a la mente, transformarse o implantar sueños e ilusiones no me había puesto a pensar que podría freírme el cerebro si quisiera.
- Están involucrados en varios mitos de Kanto. – Continuó Álex. - Se creó a un pókemon tan poderoso como agresivo del tipo psíquico en un laboratorio usando genes de otro y mato a muchos científicos. También de manera inexplicable un niño de la escuela de mentalistas de Sabrina se convirtió en un Kadabra y nadie pudo revertirlo jamás.
- ¡¿En serio?! – Se sorprendió casi escupiendo la leche.
- Y no me hagas hablar de Sabrina, en una época el tipo psíquico aquí era el pollón del pabellón. Hasta que se introdujeron especies de tipo siniestro de otras regiones eran casi imparables y ella era un hueso duro de roer, además de que nació con poderes psíquicos auténticos y esto no es ningún mito.
Las palabras de Hypno, las leyendas de transformaciones irreversibles y el misticismo alrededor de la dadora de la medalla Pantano, sirvieron de combustible para la imaginación de Serena que trabajó arduamente en el guion de una historia esos días, sin llegar a terminarla.
- Muy bien, más adelante puedes darle una copia a Duke, es de confianza y puede darte un consejo profesional de necesitarlo. – La reconfortó acariciando sus carillos suaves y redondeados.
- Gracias. – Aceptó. – De seguro voy a necesitar algún consejo, no soy ninguna profesional.
- No te ilusiones con un largometraje, amor. - Advirtió. - Lo más probable es que acepte un corto, en estos tiempos que corren las películas resultan muy caras. Ya sabes, todos se adelantan a la acción, no le prestan atención a la trama.
- Que lástima… aunque soy nueva como espectadora del porno me gustaría que hubiera películas como las de antes.
Esa química entre Álex y Serena era la que Gladio desconocía, subestimando la relación que tenían. Sin darse cuenta, la hora de filmación había llegado por estar enfrascados en una conversación y el actor estaba retrasado, debido a ello, una de sus compañeras irrumpió en el camerino sin avisar, sin dudas esperando capturar alguna escena indecente.
- ¡Vaya, como tardabas tanto y estabas con tu flamante novia pensé que estarían en pleno delicioso! ¿Estas ahorrando energías para hoy?
- Hola, Courtney. – La saludo besando su mejilla. – Courtney, Serena, Serena, Courtney. – Las presentó como un conductor de televisión. - ¿Cómo sabias que estaba con mi novia?
La actriz era una joven algo baja, de cabello corto lila y ojos del mismo color. Su mirada era profunda y seductora, su sonrisa denotaba experiencia. Vestía una campera roja abultaba corta, que dejaba el ombligo al descubierto y con cuernos amarillos en la capucha. Debajo una minifalda que no ocultaba una cadera sinuosa y llevaba medias del mismo color y material que su campera. Tanto sus tetas como su trasero destacaban, debía de ser de esas que eran 100% actitud, se notaba la lujuria en cada rasgo.
- Ya conocés a Jezz, nada se le escapa y nada se lo guarda… ahora que lo pienso, se parece a mí en la cama jajaja. – Rio tapándose la boca y acercándose a Serena, observándola con unos ojos que parecían llegar al alma.
- Esa Jezz, cada vez estoy más convencido de que regó el edificio con cámaras. No puede ser tan chismosa.
- Hablando de regar te estamos esperando para que nos riegues como planta de departamento, grandulón. – Dijo pasándole un dedo rematado por una uña afilada por el brazo musculoso. – No tardes, no me vine de Hoenn solo para conocer esta fea ciudad, la verdad, me subí a ese apestoso barco pensando únicamente en comerte ese pollón impresionante.
Courtney, haciendo de cuenta que Serena estaba pintada le manoteó el bulto con descaro, hundiendo sus dedos tanto en los testículos como el rabo mientras la observaba desafiante.
- Oh, disculpa, es la costumbre, me olvidé de que esta en pareja. – Se excusó con falsedad. – De todas formas, debes estar acostumbrada a verlo introduciendo sus 30 centímetros de pura satisfacción en incontables orificios, una y otra vez.
- La verdad que sí, más que nada porque tengo esos 30 centímetros para mi sola cuando quiera, donde quiera. – Le respondió desafiante, sin amedrentarse.
- Estupendo, mejor así, aunque hoy van a ser míos. Lo de afuera y todo lo que tenga adentro. – Retribuyó sin bajar la intensidad.
Serena se quedó en modo póker tras la amenaza de la chica que parecía más querer seducirla que advertirla con su sensual tono de voz.
- La última vez te atragantaste tanto que tuvimos que ir a un corte, así que no vuelvas a hacerte la valiente conmigo. – Intervino Álex poniéndose de parte de su amada, separando la mano de Courtney de su miembro (no lo había dejado de presionar en todo el rato). – Y no vas a trabajar sola, vinieron Scarlett de Johto y Magna de Sinnoh.
- Eso fue hace tiempo, estuve practicando y guardándome para hoy. – Informó. – Voy a decirle a Marshall y las chicas, tú no lo retrases mucho que hoy es todo de nosotras. – Le advirtió a Serena. – Sino vas a terminar mal.
- Me distraje charlando, diles que ya estoy listo. – Le informó poniéndose la ropa correcta del número. – Y ya veremos si no te atragantas.
- Estar en prisión unos años la afecto bastante. – Dijo Álex una vez que Courtney los dejó a solas. – Pertenecía a una especie de secta terrorista y termino tras las rejas, sus pókemon fueron confiscados y fichó para el porno ni bien salió, alegando que era una cura para su ninfomanía.
- Entonces estaba bastante mal antes de que la encerraran. – Inquirió. - ME gustaría ver que la hicieras atragantar así se le bajan los humos.
- Dalo por hecho, le voy a dejar la garganta del tamaño de una tubería.
No pasaron muchos minutos para que White Sting y su novia se apersonen en el set de filmación, mientras el actor tenía una breve charla con el director “No es el especial capítulo 69 por nada, ya sabemos lo que quiere el público y no necesito decirte lo que tienes que hacer” Serena notó una presencia rubia y varonil tomando un café, apoyado contra una pared y con rostro sombrío.
- Hola, Serena. – Le dijo cuando esta se acercó a saludarlo. Ese día vestía una camisa oscura a cuadros. – Me sorprende que te acercaras a saludarme cuando no respondiste ninguno de mis mensajes.
Era cierto, había silenciado su conversación en Whattabuzz y aunque recibió numerosas notificaciones, el guion y la tranquilidad de que todos sus discursitos de telenovela se habían venido abajo como castillo de naipes, lo llevaron a ignorarlo.
Serena observó a Álex, este estaba ultimando los detalles con el director junto a Courtney, que, metida entre ellos, metía algún que otro bocadillo obsceno, por ende, la kalense atacó.
- El tiro te salió por la culata, pensaste que me harías dudar de Álex con todos tus planteos y no me costó trabajo descubrir que ninguno fue verdad. No me quiere como su compañera de trabajo, puedo salirme de ese proyecto cuando quiera y nuestra relación no va a cambiar. Tampoco se separó porque su ex no haya accedido a trabajar con él y aunque el sexo es muy importante en su vida, ya no es un chiquillo caprichoso que necesita de una muñeca inflable, él quiere algo más y yo puedo dárselo, por eso mismo conserva su trabajo en el taller, para no depender del sexo y trabajar cuando se le da la gana.
- Bravo. – Resolvió Gladio bebiendo su café sin inmutarse. – Me imagino que debieron ser un montón de preguntas incómodas. Indagar en cada uno de esos temas sin levantar sospechas no debió ser nada fácil… aunque quizás ya que se tienen tanta confianza, decidiste decirle de nuestro momento a solas.
- Para nada, algo que no comprendes es que con Álex podemos preguntarnos lo que sea y no nos ocultamos nada… aunque por el bien de tu integridad física, preferí guardar el secreto de nuestro encuentro. – Cedió bajando el tono para no ser escuchada. – Tiene un lado violento que no conozco a la perfección y prefiero no despertar.
Álex y las tres actrices, Scarlett, Magna y Courtney ya estaba en posición a punto de arrancar. Se notaba a las chicas muy ansiosas bromeaban y vociferaban con la excitación en los rostros.
- ¿Cuánto falta para empezar? Ya esperé demasiado. – Se quejó Courtney, ansiosa como una chiquilla a la espera de que abriera la juguetería.
- Hoy rompieron el Grumpig. Esas chicas son bastantes caras. – le cambió de tema Gladio.
- No las conozco ¿Son buenas?
La claqueta bajó y el rodaje comenzó, por ende, las luces bajaron y Serena se acercó a Gladio para hablar en susurros. Como solía ocurrir en la serie de White Sting, International White Sting Whores ellas se presentaban ante la cámara y el presentador en off.
- Ya verás que son muy buenas. – Le dijo antes de explicarle lo que sabía de ellas.
Scarlett era una entrenadora de pókemon de acero de Johto, compañera de Jazmina y encargada de poner a prueba a los desafiantes. Cansada de las derrotas en el gimnasio de ciudad Olivo, en especial de aquellos que optaron por la línea evolutiva de Cyndaquil, se decantó por probar suerte en el porno. Tras subir una serie de videos muy buenos, un cazatalentos la contacto y se unió a la familia Pokerporn Live.
Era alta, voluptuosa, de cabellos rubios y muchos piercings y aretes en el rostro. A la distancia parecía que le habían disparado y le había quedado el rostro lleno de perdigones de escopeta. Tenía una blusa de red y un bra diminuto que transparentaba unos pezones perforados. Debajo tenía un short de jean destrozado y medias de red con rasgaduras en todas partes, así como varios tatuajes.
Proveniente de Sinnoh, Magna era una luchadora profesional muy famosa allí que, de la noche a la mañana, había decidido iniciar una carrera en el porno debido a una pelea contractual. Era la de curvas más discretas y cuerpo ligero, sin dudas debía de ser de las que se mueven en el cuadrilátero con agilidad y saltan desde la 3era cuerda dando patadas por doquier.
Parecía ser la más joven del trío, tenía cabellos castaño oscuro y llevaba una amplia bandana, así como ropa deportiva muy colorida como si se hubiera escapado de una clase de educación física solo que había ido a ella en culotte sin pantalones.
- De Courtney no necesitas decirme mucho, ya sé lo suficiente.
Para cuando Gladio terminó con el identikit de las actrices, ya habían empezado el jugueteo lésbico de calentamiento, besos entre ambas, exposición de tetas y varias succiones de pezón. En efecto, Scarlett tenía sus pezones rosados atravesados por un arete, así como su ombligo, orejas, nariz, cejas, labios y lengua. Esa rubia debía de ser el terror de los detectores de metales.
La que llevaba las riendas de todo el asunto, parecía ser Courtney, que fue la primera en liberar sus grandes tetas y tomar a sus compañeras de los pelos para que las sobaran, dejando caer saliva en sus pezones de por medio y conectando besos de lengua con una y otra. También la que bajó el culotte de Magna para revelar su vagina y culo a la cámara, abriendo bien su segundo par de mejillas para que el lente captara sus agujeros. Sin dudas estar en prisión sufriendo de ninfomanía debió de atrofiarle la mente, parecía hiperactiva, no dejaba de decir alguna obscenidad ni de ocupar sus labios en alguna tarea.
Los diálogos no tenían desperdicio, como de costumbre, acompañaban las acciones de las chicas con las palabras precisas y las iban “arriando” para complacer a los futuros espectadores con la elaborada “trama”.
Sin dudas era una producción con mucha trama, 6 para ser precisas y Serena, captó a la perfección la personalidad de cada una, sabiendo que ella bien podía encajar entre ellas como la típica tímida e inocente corrompida.
- Cada día falta menos para que yo sea la desnudada y comida por toda esta gente. – Pensó sin saber, que ese día, llegaría mucho antes de lo planeado.
Capítulo 42. Ultraimpulso
Como la primera vez que presencio esas producciones en vivo, a medida que el especial número 69 alzaba vuelo (ahora Scarlett enseñaba una vagina que tenía un arete en el clítoris, y que explicó, que todos eran del metal desprendido de sus pókemon acero durante las batallas) Serena comenzó a excitarse, y como todo un sabueso de fino olfato, Gladio lo notó.
- Esas piernas juntas, esas mejillas enrojecidas, esos labios brillantes… Si tanto te gusta lo que ves podríamos imitarlos en el último piso, está vacío ahora. Allí era dónde pensaba enseñarte mis mejores trucos.
- No, gracias. Creo que fui clara en eso. – Sentenció. – Ya tengo un maestro que me enseña trucos y lo hace muy bien.
- Pudiste refutarme bastante fácil, admito que quizás le di demasiado crédito a las habladurías de Jezz…
- ¡Esa Jezz! Ya se me hacía que era toda una chismosa metiche…
- Como decía, aunque mis argumentos eran débiles hay uno que queda en pie y solo a solas vas a poder descubrir si era verdad o no.
Aunque Serena fingió interés en el video, en el que el trio se abría las nalgas ante la cámara exponiendo sus culos, siendo Courtney la que tenía una particular habilidad para dilatarlo y cerrarlo como una escotilla.
- Mi imaginación es superior a la de Álex, si me das una oportunidad podrás llegar a tu primera producción con la mente mucho más abierta. – Antes de que Serena pudiera refutarlo, Gladio dijo: - No me contestes ahora, voy por otro café, los de la máquina del comedor son los mejores, no sé qué le echarán, pero no me bastan ni tres.
- Mejor no preguntar.
A solas, alejada de la acción frente la cámara, notó que había un trabajador, quizás encargado del cableado que estaba enfrascado en besos con una mujer. También una productora tocándose la entrepierna en una silla junto a otras invitadas, voyeuristas ellas, que disfrutaban del espectáculo en vivo a su manera, en silencio y don dedos traviesos.
- Esto ni empezó y ya se descontrolo. – pensó la joven kalense.
Por fin White Sting irrumpió en escena como alguien que llega a su departamento y le aguarda una fiesta sorpresa, mostrándose sorprendido por la presencia del trío, que no tardo en recibirlo con besos apasionados y manos ligeras que lo acariciaron y empezaron a desvestir.
- ¡Miren a quien tenemos aquí! ¿A qué se debe que vinieran de tan lejos?
- Bueno, Johto no queda tan lejos, vendría más seguido si fuera por mí. – Bromeó Scarlett.
- ¿Magna verdad? ¿Vienes a la ciudad por una pelea?
- Una pelea contra esta…- Dijo manoteándole el bulto, despertando las risas de sus compañeras.
- Ah no, permiso, no vine en un peligroso barco para no ser la primera en comerme este pollón. – Intervino Curtney despertando discordias con Magna.
- ¡Hey! ¡Hay White Sting para todas ¿no puedes esperar?!
- Espere demasiado, no sabes lo que es esperar…
- ¿La pasa bien, ¿verdad? – Preguntó Gladio ofreciéndole un café en vaso descartable. – No veo que tiene de malo que también la pases bien y luego se lo cuentes.
- Si quieres pasarla bien conmigo lo harás cuando trabajemos juntos o cuando nos vuelvas a visitar. – Sentenció. - No a sus espaldas, no cuando trabaja.
- Claro, sería muy desleal hacerlo cuando él se mata trabajando ¿No? – Sus preguntas retóricas la estaban sacando de quicio, aunque en algo tenían razón… Álex ni miraba para donde ella estaba y estaba gozando de besarlas de la misma forma que disfrutaba cuando la besaba a ella.
La boca experimentada del hombre no tardo en aferrar los pezones perforados de Scarlett, succionándolos con tanto ruido como saliva de por medio, todo mientras Courtney y Magna se turnaban para darle las primeras mamadas. Por lo visto a la ex malhechora de Hoenn no le gustaba compartir, ya que Álex tenía que intervenir para tomarla de los pelos y despegarla de su falo, introduciéndolo en la pequeña boca de Magna.
- Vamos, apúrate, estoy hambrienta de rabo, quiero ese tronco venoso desencajándome la quijada…
- Espera tu turno, Courtney, no hace ni un minuto que arranco Magna y ya la quieres sacar. – La reprimió Álex dándole una bofetada bastante potente.
- ¡Sí, eso es, golpéame, pégame más fuerte, he sido mala, muy mala, si, si!
- ¿Te gusta que te abofeteen, puta he? – La desafió abofeteándola en una mejilla y otra.
- Golpéame con la polla, fuerte, golpéame fuerte con tu polla dura, sí, sí, sí… - Gimió al recibir golpes de rabo en toda la cara de Álex, que le refregaba el miembro por todo el rostro.
Tras una mamada desprolija (que no debía de estar en el libreto porque la interrumpió) y degustar los labios y las tetas de Scarlett, Álex las puso en fila y se tomó su tiempo para probar sus culos, dándoles chupones sonoros en cada asterisco, en especial en el de Magna, que era pequeño y discreto y le costaba trabajo invadir. No obstante, dejar a Courtney de último fue un error.
- ¡No voy a esperar veinte minutos hasta que llegues al mío! – Rompiendo filas. – Cómetelas a ellas mientras me saco las ganas.
- ¡Joder, me la vas a chupar tanto que va a perder largo! Si llego a notar que mide unos centímetros menos te hago juicio.
Courtney no respondió y se limitó a cabecear como una posesa, haciendo golpear ese glande contra el fondo de su garganta como un ariete de carne contra una muralla. Debía de ser difícil dirigir a una actriz tan hiperactiva e impredecible, como si no pudiera decidirse si mamar o lamer sus huevos pasaba de un platillo a otro cada pocos segundos.
- Creo que no podría trabajar con ella. Lo voy a especificar en mi contrato. – Decidió Serena disfrutando de no estar allí con una actriz tan molesta.
Entre sorbo y sorbo de café (que de verdad era muy bueno) vio que la ninfómana de Courtney estaba fuera de control y hasta parecía querer hablar con la boca llena de carne masculina.
Mientras tanto, Álex hacía una de las cosas que más disfrutaba: cunnilingus y anilingus, degustando tanto los orificios de Magna como los de Scarlett, explorando sus orificios con su experimentada y fuerte lengua que Serena conocía tan bien.
Apresando la pieza de bijouterie que adornaba su vagina, succionó despegando el clítoris mientras uno de sus dedos se introducía en la vagina, haciéndola gemir de sobremanera.
- ¿No es de plomo verdad? Aunque me gusta el gustito del metal no quiero intoxicarme.
- Descuida, es de una púa de mi Steelix, que se cortó cuando gané la medalla Glaciar.
Mientras abajo, despatarrada en el suelo, Courtney cabeceaba siendo tomada con fuerza de los pelos, demostrando una coordinación admirable. Era capaz de conducir la felatio, masturbar a Scarlett y de paso lamer su vagina con precisión.
Los diálogos picantes, las visitantes masturbándose en la oscuridad del estudio y la acción frente a la cámara que iban ganando intensidad empezaron a darle unas extrañas puntadas de placer en lo más recóndito de la vagina, una sensación incómoda, como una comezón donde no se puede rascar… al menos no rodeada de tanta gente.
De repente, Serena se sintió extraña, más excitada de lo usual. Sentía un ardor indescriptible en su entrepierna, sus pezones, su trasero, incluso su boca, al principio era un cosquilleo repentino, con el correr de los minutos, mientras observaba a su novio trabajar, esa sensación fue creciendo hasta el punto de que no podía pensar en otra cosa más que en ese ardor que la agobiaba.
Algo viajaba por su piel azotando sus zonas erógenas con puntadas de un ardor febril e intenso a medida que su mente se nublaba y solo podía pensar en una cosa: en unirse a Courtney, Scarlett y Magna, apartándolas, proclamando todo ese monumento masculino para ella sola.
- ¿Lo sientes Serena? – Susurró en su oído Gladio. - ¿Sientes el Ultraimpulso viajando por tu cuerpo, asentándose en tus zonas más erógenas?
- ¿Ultra qué? ¿Acaso el café tenía algo? – Respondió mientras se tocaba los pechos por arriba de la ropa y por poco se corre. La descarga de placer que la recorrió fue como si hubiera estado encerada sin contacto por años y de repente la hubieran besado un pezón. – Esto que siento… no es normal, es como si mi cuerpo, mi piel, sintiera el triple… no, diez veces el placer que debería sentir.
Todo le causaba un placer inenarrable, hasta la ropa quien tenía puesta con su calor y su perfume la estaban haciendo correrse. Para colmo, así como los enfermos de rabia adquieren una fobia mortal al agua, ella comenzaba a sentirse sedienta, necesitada a más no poder de un líquido que no era agua precisamente…
- Así es, y solo una cosa puede curarte. – Le explico al oído mientras una mano le tocaba el vientre por debajo dela blusa. – Curiosamente, esta es la única droga afrodisíaca proveniente de un pokemon que funciona en humanos.
- ¿Qué le metiste al café? ¿Cómo pudiste?
- A esto le llamo imaginación. ¿Qué creías? ¿bozales, látigos, lociones y velas aromáticas? Eso se le ocurre a cualquiera, en cambio llenarte el cuerpo de ultraimpulso es algo que solo yo puedo hacer, ahora con simplemente respirarte en la boca puedo provocarte un orgasmo más grande de tu vida.
- ¿Qué me pusiste en el cuerpo… que es esta droga?
Sus ojos viajaban de entre pierna en entre pierna, sin poder controlar sus ojos, que se sentían atraídos de manera enfermiza a lo que las personas a su alrededor ocultaban entre las piernas, era un tipo de sed que nunca pensó que existiría.
- Son feromonas concentradas del ultraente UE-02 Elegancia, mejor conocido como Pheromosa creadas por mi propia madre en la Fundación Æther. – Explico como el típico villano de película que cuenta su plan. – Por culpa de ella nos distanciamos… mi hermana no pudo soportar sus experimentos con afrodisíacos y se cansó, aunque por suerte, gracias a Lillie se descubrió una cura muy efectiva.
- ¿Cuál es la cura? ¿Cómo me libro de esto? – Preguntó mareada, casi siendo sostenida por Gladio, que seguía susurrándole al oído, casi haciéndola llegar al orgasmo con solo sentir su voz suave contrala oreja.
- Muy fácil, la toxina se expulsa a través de la saliva y los efluvios vaginales, tu cuerpo la limpiara a medida que te corras como una loca, sino, los efectos pueden durar hasta 72 horas y la toxina se acumulará en tu cuerpo haciendo que estos episodios regresen con regularidad.
- ¡¿72 horas?! ¡Hijo de puta!... – Refunfuñó cerrando los ojos para no ver a Álex penetrando a Magna en un “mating pressing”, posición que consistía en dejarse caer con todo su peso sobre la muchacha con las piernas en los hombros. Para colmo, desde atrás, Scarlett y Courtney degustaban su ano y testículos sincronizadas.
- No lo resisto… siento que ardo, que me quemo por dentro hacia afuera... – Jadeó la kalense sin poder contener un temblequeteo en las piernas, para colmo, desde atrás. Gladio metía una mano bajo su pollera y le apretujaba una nalga.
- Vamos a un lugar seguro, conozco un estudio vacío ideal donde podemos liberarte de esta espantosa sensación. Tengo la cura aquí mismo…
Gladio no perdió tiempo y sin importarle si era visto, rozó su entrepierna contra su trasero. Casi sin proponérselo, Serena se dio vuelta para verle el miembro, como si hubiera olvidado que no estaba desnudo ni a salvo de la vista de todos. Su autocontrol pendía de un hilo.
- ¡Hijo de puta! ¿Cómo pudiste hacerme esto, crees que es tener inventiva drogarme? – Ni siquiera podía entender como Gladio había podido llegar tan lejos, de solo saber que por sus venas corría una toxina de un pókemon que desconocía la perturbaba.
- Vamos, terminemos con esto… los orgasmos bajo el ultraimpulso son tan placenteros que me pedirás muestras gratis para disfrutar con quien creas.
¿Qué podía hacer? Estaba en la mayor encrucijada de su vida, escaparlo sería caer en la locura, en una excitación febril imposible de controlar, quizás terminaría haciéndolo en la calle con el primer individuo que encuentre (hasta pensar en eso le provocaba una erupción volcánica entre las piernas).
Aceptar las condiciones de Gladio significarían serle infiel y darle la satisfacción de caer en su trampa. No obstante, solo lo que los hombres tenían entre las piernas podía curarla a fuerza de orgasmos capaces de subir la marea. Ir a escondidas y hacerlo con él, o soportar como sea, como pueda, de la droga… de milagro, dos neuronas sobrevivientes al incendio se encontraron y en un último chispazo, dieron con la solución.
Continuará…
¡Gracias por leer! Me quedo bastante largo, pero quería cortarlo exactamente en esta parte, dejando la incógnita flotando ¿Qué va a hacer Serena si no quiere engañar a Álex y a la vez quiere disipar los efectos de la droga?
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