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Cuernos Bolivarianos (Arg)

Mucho se sabe y mucho se ha dicho acerca de la llegada masiva a la Argentina de personas provenientes de Venezuela. Sin conocer demasiado acerca de su cultura, nos vimos rodeados de estas hermosas personas. Miles. En las calles, en los bares, en todas partes. Resultaron tan simpaticos que me generaron injustas sospechas durante el breve periodo de adaptación a la novedad. Sin ser plenamente consciente del sentimiento, empece a disfrutar mucho su grata presencia. Los barrios se llenaron de sonrisas caribeñas, de tus y dimes, de esa tonadilla foránea que tanto bien le hace a cualquier ciudad del planeta.
Tiempo atras tuve una desagradable discusión callejera con una señora de esas que creen que todos pensamos como ellas, de esas que creen gozar de cierta impunidad por tener demasiados abriles. La frase que genero la disputa no deberá sorprende a ninguno de ustedes. Nos vienen a sacar el trabajo a los Argentinos. Así, impunemente vociferado. 
Mi respuesta no tardo en llegar. Mi gentileza se tomo el día aquella noche: no diga pelotudeces, señora, a ver si cuando usted vino de españa algún nativo le anduvo rompiendo las pelotas.
De italia, respondió orgullosa, como si mi desacierto fuera el éxito de su postura troglodita.
De italia, de españa o de Chapultepec, señora..la tierra no es de nadie y ellos son tan de acá como usted y yo. 
Se fue sin saludar. 
Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. 
Y una tarde de enero, el destino quiso que yo recibiera un audio  de una señorita que parecía estar en la otra punta del continente.
Latinoamerica es grande, no supe interpretar de entrada el origen de su acento.
Me trataba de usted, y claramente era un contacto proveniente de mis redes de pesca de cornudos.
Poco se tardo en saber que se trataba de una joven pareja de venezolanos viviendo en Buenos Aires.
Quede sorprendido. De que me sorprendo? Pensé…La estupida barrera cultura me jugo una mala pasada durante unos minutos.
Era una charla diferente, muy distinta a la que se tiene con las parejas Argentinas. Había un exceso de respeto, cierta formalidad y a la vez un lenguaje explícito y perturbador.
Alejados de los saludos protocolares, esta dulzura venezolana eligió el sarcasmo tan eficaz para solicitar mi ayuda.
Con su tonada fascinante, solto:
Acá tenemos un cornudito de pene en miniatura que necesita una buena clase. Seria usted tan amable de mostrarle como se tira una hembra? Cerro el mensaje con una risa despiadada.
Se notaba que estaba con el novio.
Mis pulsaciones se fueron a un ritmo anormal. Respondi con la mayor simpatía posible, tratando de seguir con la humillación que ella había elegido como eje central del juego.
Se puso como loca. No paraba. Me mando 25 audios contando lo mucho que lo adoraba, pero lo corto que tiene el pitito y el alma de cornudo que lleva consigo.
El novio aportaba comentarios por lo bajo, se lo notaba feliz.
La charla fue muy larga, disfrute como pocas veces de lo virtual. Casi tanto como de un encuentro en persona.
Pensé que tal vez se terminaba ahí esta ventura. Pensé mal.
Deja de mandar audios y me manda una ubicación. San Telmo. Si algo faltaba, ese arrabal de maravillas oscuras.
La suerte estaba echada. Quedamos para el día siguiente, por la tarde. 
El lugar no podría ser mas tentador: el local de un negocio que los inauguraron a poco de su llegada a la Argentina. Adoro garchar en lugares atípicos. En este caso, un negocio de imprenta, el oficio de ambos.
Termine el dia cargado de entusiasmo. No me acostumbro jamas a la felicidad que me produce este juego macabro de cogerle las novias y esposas a los geniales cornudos que cada vez son mas.
Planifique los detalles, siempre hago un entrenamiento mental previo a estos gratos eventos. Repaso las posiciones sexuales mas perversas, aquellas en las que el cornudo tiene el mejor ángulo para ver la desgracia que esta sucediendo en el culo de su mujer. Voy imaginando la escena y juntando calentura. Ensayo algunos diálogos, veo algunos videos porno de temática cuckold para recordar ideas y disfrutar de la previa. 
Fui a comprar viagra, amigo inseparable para estas exigentes contiendas. Porque ningun cornudo espera que cojas normalmente, los cornudos esperan que des un espectáculo devastador, una guerra relámpago sobre el pavo de sus chicas. Y eso es toda una responsabilidad que asumo con la mayor entereza posible.
Despierto aquel viernes con la pija parada como un adolescente.  Cuento los minutos hasta la tarde. Me clavo el azulejo a la hora indicada.
Decido viajar en subte, la ciudad es un infierno y no quiero manejar.
Llego a San Telmo y camino hasta el parque Lezama. Busco la dirección, llego demasiado temprano. A media cuadra, el bar Británico, ningún lugar mejor para hacer tiempo tomando una grapa. Empiezo a disfrutar, vivo la previa de lo que supongo será un festín. Me pregunto si grapa con viagra será un buen maridaje. De algo hay que morir, me responde un salero sobre la mesa. 
Recibio el primer mensaje de la venezolana confirmando que me esperan.
Apuro el paso hacia el encuentro. Ubico el negocio y miro con cautela, siempre hay lugar para un malentendido. 
En la dirección anotada, una piba sonriente apoya sus codos sobre el mostrador. Si es ella me muero, pensé. Demasiado linda. 25 ańos según mis cálculos.
Entro, me mira, sonrío y con el dedo levantado pretendo explicar que soy el de internet. No hizo falta. Saludos efusivos!
Beso y risas. Ponte comido. Amabilidad y buen clima. Una cerveza. 
Ella llama de un grito a su novio que sale de la trastienda con una sonrisa absoluta. Chocamos los puños.
Se cierra la persiana. Entre la grapa y la cerveza, estoy en vuelo hacia el caribe.
La piba rompe el hielo y se sienta a mi lado. Fiel a su estilo, no anduvo con rodeos.
Bueno,- nos dijo- la cosa es que tenemos aquí un pobre cornudillo con un pene tan chiquito - tan chiquito que ya ni lo siento.  
Y tenemos a dios gracias aquí a un buen cogedor que le va a dar una clase de como se monta bien a una hembra.
Así de directa, así de sarcástica y firme se mostró ella. 
Gire la vista para mirar al cornudo, su sonrisa era la mueca mas degenerada que se podría dibujar. Era todo perversion, sereno con un gesto de disfrute y morbo.
Cuando quise tomar la palabra para soltar alguna frase prefabricada, ya tenia la mano de la piba adentro del pantalón. Con sorprendente habilidad y la velocidad de una liebre, esta chica metio su mano derecha en mis calzones hasta agarrarme los huevos, sin mirar, como las secretarias de Sofovich cuando sacaban los cupones del fondo de la urna.
Me apretó los huevos con una fuerza incomoda. La pija se me paro tanto y tan rápido que solo tuve tiempo de gemir como un amateur. No es mi estilo, siempre trato de tener el control y dar placer antes de recibir, pero ella estaba desaforada. Con la habilidad de un cirujano, me tira de los huevos hacia abajo, sin piedad, y el movimiento empuja la pija hacia afuera del pantalón. El cornudito susurraba cosas a mi espalda. No sabia tiempo para nada. La escena es hermosa. Mi pija esta hecha una piedra, asomada y comprimida por el pantalón que todavía tiene el cinturón ajustado. Lo mira al novio y lo hace desnudar. Momento de tensión. No me suelta los huevos y me late la pija de la calentura. Ella es preciosa y gobierna la situación con la firmeza de una experta. El novio se queda en pelotas y ella, con su tonito fascinante,  se burla del pitulin del muchachito. 
El pito del curnudo esta parado y tiene el tamaño de un encendedor.
El no soporta el placer de la humillación y empieza a pajearse. Totalmente exitado sacude su pijita desaforadamente, a una velocidad llamativa. 
Mas se burla ella, mas se pajea el. 
Mas se pajea el, mas se burla ella. 
En años de experiencia en el ambiente, jamas había visto una escena así, era muy excitante. Y todo esto conmigo como espectador, inmóvil, con la verga afuera  latiendo de desesperación, como queriendo saltar a cabecear un córner, y sufriendo como un púber alzado.
Cuando ella ya no sabia que mas decirle al novio para humillarlo, lanzo su ultima denigración hacia el, y como un camikaze japonés se lanzo sobre mi pija para comerla como una desalmada.
El placer que sentí fue demencial. El placer del pendejo pajeandose era demencial. Sin soltarme los huevos me comio la chota casi 10 minutos. No se la saco de la boca ni para respirar. Tuve que frenarla dos o tres veces porque me sacaba la leche, soy resistente pero soy humano, este asunto era ya una tortura de placer.
Pense en sumarme a la humillación del novio pero preferí esperar, ella lo hacia tan bien que no quise interponerme.
Solto por fin mis huevos que ya estaban por explotar y se paro desafiante.
Me paro yo también y me bajo de una buena vez los pantalones y el calzón.
Me impresiono de lo parada que tengo la verga, ella se encorva y me la sigue comiendo. Empiezo a tener dificultades para resistir.
La agarro de la cintura y la doy vuelta para bajarle las calzas. La pongo en cuatro sobre una repisa y la dejo en culo frente a la mirada desorbitada del cornudo.
Ahi estoy otra vez, que felicidad. Otra vez una novia hermosa con el culo a aire. Otra vez esta fascinante escena del cornudo pidiendo por favor algo que se supone que debería odiar.
No se podia pedir mas. Pero siempre hay mas. El culo de la venezolana era un poema. La imagen no era la habitual. Era un culito moreno con dos nalgas perfectas. Mi corazón se acelera, mi pija se mueve como el péndulo de un reloj cucu. Esta belleza venezolana tiene una concha del demonio, apenas depilada para mantener cierta prolijidad, muy oscura por fuera y de un rojo intenso por dentro, como el de un lápiz labial.
No puedo creer que voy a meter la pija ahi. Me agacho y le chupo el orto con el amor de un sobreviviente. Ella gime y pide mas. El llora y se pajea. Yo he probado culos ricos, pero esto es algo perturbador. Casi por cortesía, bajo a chuparle también la concha. La concha es cuanto menos hermosa, con labios muy delgados y una simetría fantástica.
No esta limpia, no huele a jabón. Napoleon llamaba a esto el perfume de mujer. Nada me detiene. No puedo parar. Ella se moja demasiado. No puedo parar de chupar.
Empiezo a pajearme mientras chupo su concha, de manera indecorosa. No soy el de siempre, estoy descontrolado. Me olvido del cornudo, ni lo miro.
La escena es terrible.
Frenamos antes de que me acabe en la boca, quería verse cogiendo frente al novio.
Me paro estremecido, confundido de placer. Me pongo un forro y me acerco a la faena. El culo parece de goma, mi pija se acerca como un ángel asesino.
Apoyo, hundo un poco, ella grita y vuelve a humillar al pajerito cornudo. Abro sus nalgas al extremo para que el pibe vea lo que estaba por pasar…y paso.
Se la meto entera, es una concha sin fondo, humeda, caliente, roja.
Empiezo a coger como un soldado que vuelve de la guerra. Grito como un desquiciado, rompiendo todo el protocolo de habituales maniobras como corneador profesional.
Trato de no mirar hacia abajo para no acabar antes de tiempo, pero no puedo evitarlo. Mi pija esta hirviendo, me habre pasado de viagra? 
El griterio incomodaba, cada vez mas fuerte y mas fuerte. De tan parada que la tenia y de tanto que me la estaba cogiendo por la concha, el orto se le abría y se le cerraba como el diafragma de una maquina fotográfica. El espectaculo era onírico.
Escucho un grito del cornudo en evidente fin de su viaje. Acaba como un condenado y se salpica la camisa. Al segundo, ella larga su orgasmo en perfecta sincronización con su amado cornudo. Un acto de amor, de eso se trata todo esto.
Tardo 30 segundo en echarme un polvo siniestro sobre las nalgas aterciopeladas de venezuela.
Rio de placer, rien de placer. Otra vez esa bendita tonada venezolana, mas linda que el sol.
Camino por avenida independencia. Tengo hambre. Me siento a comer una pizza en el verano de San Telmo. Sonriente de felicidad.
 Semanas después, recibo al menos dos mensajes mas de parejas venezolanas. Tuve miedo de no querer otra cosa de allí en mas.
Recorde a la señora con la que discutí por su critica a la emigración venezolana. Recordé con sarcasmo como acababa de ser utilizado como un objeto sexual por estos dos purretes. Me burle de la intolerancia con una frase descontracturante: tiene razón señora, tiene razón.

9 comentarios - Cuernos Bolivarianos (Arg)

LAEMMEDEMYRIAM +1
Ahora me voy a poner en el papel de la señora de la primer anecdota ,,,,,
ahora encima nos vienen a sacar los pocos AMANTES que tenemos ???????? AJAJJAJAJAJAJ
van puntitos divino , segui disfrutando y enseñando
Metecuernos +1
tal cual jajajaja
FrancescoLumiere
Me encantó el relato. Quiero ser cornudo, pero mi novia no se siente segura, no quiere.
Algún consejo?
Metecuernos
Uff.es tooodo un arte.no sabría por dónde empezar a aconsejarte. Escribíme por privado y te doy un par de consejos. Saludos
Martinchotdf +1
Excelente relato! Hace rato no leo algo tan bien escrito y desarrollado como caliente y morboso!! Aplausos!!
Metecuernos +2
Gracias..me pone muy feliz leer tu comentario
josemanuel602003
Excelente!!!te dejo 10 puntos,te sigo,y como colega corneador espero conocerte y pases data,me encantan las caribeñas hace años estuve 3 meses en Puerto La Cruz y cogi un par de hotwifes,son unas diosas
Metecuernos +1
Gracias colega. Gracias
josemanuel602003
@Metecuernos un abrazo si queres mp y charlamos
moriarojo +1
Me pasa eso,soy de pija chica y mi mujer quiere una bien gorda.... lo hablamos pero no se anima... somos de un pueblo chico y eso complica las cosas... gracias por tan lindo relato... ya q me imagino q me paso a mi y mi pareja
kerosene94
Muy buen material nos traes siempre. Gran manejo de vocabulario erotico. Me gustaria que subas algo de material. Gracias
Metecuernos +2
gracias!!!!!!! Algo d ematerial ya subi, fijate mis post con fotos. Igual pienso hacer nuevos videos pronto!!!
JulioAbraxas
El corneador ideal! Doble placer cuando un tipo así se goza a tu amorcito!
deatres05
Muy bueno, me hubiese gustado estar ahí para verlo