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Mi inolvidable iniciación VIII

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Cap. VIII
Durante la semana que siguió mis pensamientos sólo tuvieron cabida para una sola cosa: la imagen de aquel hombre que había capturado mi corazón a través de esos momentos tan maravillosos y calientes que me había hecho vivir con increíble intensidad, a pesar de la cortedad de mis años.
En mi fuero interno yo esperaba con ansias locas la llegada del jueves de la cita, por lo que llevaba la cuenta de los días deseando con anhelo que la semana corriera tan veloz como corre el viento.
Pero al mismo tiempo trataba de dar forma a una idea que se me había clavado en la mente desde hacía varias semanas.
Por otro lado yo estaba cierta, por los intercambios tenidos con María de que ella, al igual que yo, no estaba siendo plenamente satisfecha por Pepe, y de alguna forma y con el propósito de intensificar las delicias de aquel juego nuevo que me embramaba hasta el delirio,
me había decidido a incorporarla cuanto antes al conocimiento de las prácticas amatorias de ese hombre extraordinario;
deseando por supuesto que ella por fin tuviese contacto con mi desconocido amante con la finalidad de que pudiera tener puntos de comparación entre mi hermano y él,
pero sobre todo, de que gozase al igual que yo lo hacía del incomparable deleite que me proporcionaba la singular herramienta con que la naturaleza lo había dotado.
Ahora ya no tenía ninguna duda de que el momento propicio para revelar mi secreto a María había llegado, pues en cierto modo temía que algún día,
así como había llegado tan de improviso, igualmente mi amante desapareciera de pronto sin previo aviso, perdiéndonos ambas de la excitante oportunidad de aprovechar tan generosa circunstancia.
Y ya que María era un poco mayor y por lo mismo más experimentada que yo en esas lides, pensaba que seguramente si formábamos una especie de trinomio sexual con aquel individuo de mis amores, podríamos gozar juntas espiándonos recíprocamente, cosa que de tan sólo pensarlo me corroía las entrañas de deseo.
Así que tomé finalmente la decisión de confesarle a mi hermanita la existencia del hombre de mis sueños,
con la esperanza puesta en los placeres que juntas podríamos vivir a escondidas sin que Pepe lo supiera jamás.
Precisamente un día antes de la cita con el desconocido le tocó a María irse con mi hermano al escondite boscoso, mientras yo me quedaba cuidando las valijas.
La verdad es que a mí, después de lo que estaba viviendo con ese ejemplar masculino que tanto me embramaba, ya no me quedaban casi ganas de ir a verlos coger, por lo cual permanecí sin moverme de allí mientras soñaba despierta con la llegada del día siguiente, en tanto le daba forma en mi cabeza al planteamiento de invitación que muy pronto habría de hacerle a María.
Sólo tenía que hallar la manera más sutil de decírselo, ya que estaba segurísima que ella aceptaría mi propuesta, así como yo había aceptado la suya en el juego que ella me había planteado antes para que las dos jugásemos sexualmente con nuestro hermano.
Ellos regresaron como de costumbre casi una hora después, y de inmediato nos fuimos presurosos a nuestra casa.
Yo esperaba impaciente que por la noche y como solía hacerlo siempre, mi hermanita me llamara afuera para contarme las peripecias sucedidas aquella tarde.
Así que cuando por fin me hizo señas para que saliéramos, me fui rápidamente con ella hasta el tronco de nuestras confidencias, y una vez instaladas cómodamente, mi hermanita se dispuso a contarme los sucesos vividos con Pepe ese día.
Pero antes yo le inquirí, guiñándole un ojo con malicia:
-Como estuvo el día hoy, Mary?....
-Pues....qué te puedo decir, manita?....me siento como tú te has sentido en estos días...
-Si?...y eso por qué, Mary?
-Ay, Angelita....ese Pepe cada día me deja más caliente....
-Ah, si?....por qué lo dices....?
-Pues porque hoy, apenas me la acababa de meter y ya se estaba viniendo el pendejo....como que antes demoraba un poco más....pero no sé que le está pasando.
-Mmmm....
-Fíjate que hoy me cogió por detrás....
-Ay que rico, no...?
-Pues si....pero casi casi fue como si no me hubiera hecho nada...
-Ay Mary, por qué?..... Le respondí con interés, intentando llevar la plática poco a poco hasta en punto que yo deseaba-
-Pues porque no sentí casi nada....sí me gustó, la verdad...pero él eyaculó demasiado rápido....y pues me dejó con ganas...
-Es algo parecido a la insatisfacción, verdad Mary?.......como que querías más.... no es así, manita.....?
-Exacto.....yo quería más....pero él ya no pudo por lo mismo....y es que no demora nada el condenado.
-Ay Mary....yo creo que definitivamente tendremos que buscar otra opción.... no crees?
-Pues si, Angelita....¿pero cómo?....tampoco podemos ir por allí pidiéndole a los hombres eso, no te parece?....
-Ja ja ja.....no....claro que no.
-Ya ves?....y entonces cómo podremos convertir en realidad nuestra fantasía....?
-Ay, Mary....pues....
-Mira angelita...no sueñes.....te digo que eso es prácticamente imposible.
Advirtiendo que el instante era lo suficientemente oportuno para abordar directamente el tema que yo quería plantearle, le comenté:
-Oye Mary....hay algo que quisiera confiarte...pero...
-Claro, niña.....sólo dime qué es....
-Es algo que...... pues estoy segura te gustará mucho....
-Ay, linda....y por qué no me lo dices de una vez...?
-Si te lo diré.....pero antes.... quiero que nos prometamos algo....
-Sí, manita....como tú quieras.....
-Bueno.....pues entonces.... vamos a hacer un juramento.
-De acuerdo....hagámoslo.
Yo en seguida le sugerí:
-Jura por mamá que esto que te confiaré no se lo dirás absolutamente a nadie más.
-Lo juro por mi madre , contestó mi hermana-
-Recuérdalo siempre, Mary....a nadie....y mucho menos a Pepe.
-No le diré nada a nadie....ese será nuestro secreto......tenlo por seguro....pero ya dímelo si...?
-Está bien....escucha, manita..... yo he conocido a una persona.
-Cómo...?
-Lo que oyes....hace algunas semanas conocí a un hombre allá en el bosque....
-Ay Angelita....¿que cosas estás diciendo?....no te creo...
-Escúchame, Mary....por favor.....te estoy diciendo la verdad....
-Hablas en serio?....
-Hablo con la verdad....y ahora, pues lo que quiero es que tú también lo conozcas....y lo disfrutes como yo lo he hecho....
-Oh, manita....pero es que eso es increíble....
-Pues no lo es....
-Ohh....pero......pero.....cómo fue que lo conociste...?
-Sucedió un día de esos....cuando ustedes me dejaban solita cuidando las mochilas.
María palideció.
-Ohhh....ya...entiendo....pero cómo sucedió todo....?...cómo pudo ser tal cosa...?
-Bueno pues...ese día, estando solita allá....él simplemente llegó hasta donde me hallaba sentada y se puso a platicar conmigo.
-Ajá....y?
-Al principio....pues yo no sabía lo que él quería....pero poco a poco me fue llevando hasta donde él deseaba....hasta que finalmente sucedió todo....
Ay, Mary, para qué te digo los detalles?....lo que importa ahora es que eso es una realidad....no crees?
-Ohh...Angelita...y cómo es él?...trata de describírmelo por favor....acaso lo conozco?
-No....no lo creo.....yo la verdad jamás lo había visto antes.
-Hummm....y es de fiar...?
-Claro que sí....es totalmente confiable....si no fuera así yo ya lo sabría....y además, tú y Pepe ya se hubieran dado cuenta...no crees?
-Pues eso sí.....tienes razón....pero a poco te sigues viendo con él?.....
-Ay pues claro, manita....que pensabas...?
-Ohh....todo esto es fascinante, Angelita....es algo realmente increíble, niña....
-Sí que lo es, Mary....no tienes idea...
-Y.....te lo ha hecho seguido....?
-Pues no tanto como yo quisiera...pero sí...me lo ha hecho varias veces....y cuando tú enfermaste de varicela y Pepe se quedaba a practicar en la banda de guerra....pues yo me desviaba solita hasta aquí y me aprovechaba....
-Ah, ladina....que lista resultaste, manita...
-Pues todo fue casual, Mary....pero ya que lo tengo....pienso seguirlo disfrutando....
-Oye, manita..... y....eso....qué?
-Te refieres a su.....?
-Ay pues claro, bribona....a qué otra cosa....?
-Mmmmmm....manita.... no tienes una idea de lo tremendo que es....
-Uyyy....no me digas......eso sí que es estupendo, Angelita....
-¡Eso es lo mejor de todo!....te lo aseguro Mary.
-Bueno....y qué conmigo?....
-Cómo qué?.....a poco no se te antoja?
-Ay, tonta....pues claro que sí....
-Ya lo sabía..... y por eso te lo conté, Mary....mira, lo que quiero es que ambas disfrutemos ahora de eso......deseo que por fin conozcas a un verdadero hombre, que te hará sentir que estás volando sobre las nubes....jijijijiji.
-Ay cabrona...vas a ver.....
-Ja jajajajajaja.
-Oye Angelita....pero estoy pensando en cómo le vamos a hacer...
-Ay manita...tú no te preocupes....ya pensé cómo...
-Ya?....pues entonces dímelo....
-Mira, vamos a aprovechar los días en que Pepe se quede a ensayar....
-Hmmm...pues sí, claro...es una idea genial....
-Lo cierto es que el hombre del que te hablo no siempre va al bosque....pero yo puedo pedirle que vaya más seguido.
-Si....oye, manita....pero cómo vas a hacerle para que yo....
-Quieres decir.....para que te lo haga también a ti...?
-Exacto...me adivinas el pensamiento, bribona....
-Mmmmm....pues mira....también para eso ya tengo una idea...
-Pues dímela ya....anda...que siento que me quemo por dentro!
-Te lo diré, manita....mira, mañana tengo que verme con él....y pues acuérdate que a Pepe le toca quedarse a las prácticas...así que te propongo algo....por qué no vas conmigo...?
-Ay, manita, cómo crees?...¿así como así...?....¿que va a pensar ese hombre?....
-No mujer....espera a que termine de decirte.....la clave está en que tú no te dejarás ver...
-Como?...no te entiendo...
-Pues si.....te esconderás por allí cerca y desde allí verás todo lo que hacemos....
-Ohhh....eres listísima, Angelita....
-Y bueno....yo no le diré nada a él....sino que harás lo que yo te diga...quiero asegurarme de que las cosas salgan como queremos....
-Está bien...pero ya dime qué es....
-Mira manita....escúchame bien.....por lo que ví, a ese hombre le gusta encontrarse con niñas, con jovencitas....y modo que utiliza para convencerlas es que primero les ofrece dinero....
-Ohhhh.....así lo hizo contigo?...
-Si....pero es sólo al principio....ya después eso pasa a segundo término....
-Ah bueno...pero cual es tu plan entonces....?
-Que mañana, por ser la primera vez, sólo nos veas escondida entre el monte....pero la siguiente vez prepararemos un encuentro casual a solas contigo....
-Cómo está eso, niña?....por qué no me lo explicas bien?...
-Mira, Mary....yo hablaré mañana con él y le pediré que vaya el siguiente martes, que es cuando Pepe se quedará a los ensayos....pero ese día, en lugar de ser yo, serás tú la que estarás allí....solita.
-Ay, no....yo solita con él?...no...cómo crees...me da miedo....ni siquiera lo conozco.....
-No, tonta....yo iré también contigo....pero la que se esconderá ahora entre la maleza seré yo....así podré deleitarme también con lo que él te haga....
-Ahhh....en verdad que eres inteligentísima, manita.....ni parece que tuvieras la edad que tienes.
-Mmmm...bueno....es sólo un juego muy parecido al que hacemos con Pepe....se trata de que ambas lo disfrutemos, no?....
-Ohhh, si....es perfecto....porque lo haremos sólo cuando Pepe no pueda venir con nosotras....
-Exactamente, Mary....ahora ya entendiste, verdad?
-Si, claro....y nos turnaremos para eso..... no?
-Así es....una vez tú y otra yo....como ves?
-Ay...que delicia....ya hasta me estoy saboreando...estoy bien mojada de allí, manita...
-Hummm....y yo, Mary.....pero entonces qué dices?...aceptas...?
-Ay pues claro...vamos adelante con nuestro plan, Angelita.
-Vamos adelante. respondí satisfecha de que todo saliera tal y como yo lo había planeado.
El jueves que con tanto anhelo había estado esperando por fin llegó, soleado como todos los días de verano, y como de costumbre Pepe se quedó esa tarde a los ensayos en la escuela, mientras Mary y yo nos encaminábamos presurosas hasta el lugar de nuestro secreto.
Yo le había comentado a mi hermana que debíamos darnos prisa para llegar antes que el desconocido apareciera, pues teníamos que buscar un lugar cercano pero escondido donde Mary permaneciera oculta, y desde donde podría satisfacer su tremenda curiosidad de ver todo lo que hacíamos mi amante y yo.
Así que habiendo arribado al sitio de la cita buscamos ansiosamente por los alrededores hasta dar con una serie de tupidos matorrales desde donde mi hermanita podría visualizar sin contratiempos las escenas que yo le tenía preparadas.
Yo le pedí que se ocultara junto con su mochila para no despertar ninguna sospecha, en tanto que me ubiqué justo en el lugar donde mi añorado amante me había cogido la ocasión anterior, sentándome sobre el musgo.
No tuve que esperar mucho tiempo por cierto, pues al cabo de algunos minutos se escucharon pasos entre las zarzas.
Era mi hombre que se acercaba con pasos lentos hacia donde yo estaba, con la clásica sonrisa en los labios. Al llegar me saludó:
-Hola Angelita....como has estado, linda?
-Muy bien....aquí esperándolo...
-Qué bien...pensé que tal vez no vendrías...
-No...eso no.... le aseguré gozosa y temblando ya de pasión-
-Y viniste sola?....o vinieron también tus hermanos...?
-Pues si....pero ellos se fueron como siempre a cortar mangos le mentí-
-Oye, Angelita.....pero no veo sus mochilas...
De inmediato me di cuenta que acababa de cometer un error, así que rápidamente corregí:
-No....es que esta vez se las llevaron...
-Ahh, bueno.... y que tal si lo hacemos de una vez?....no quiero que regresen y nos vean.
-Ssi....como usted quiera le contesté tartamudeando ya de la brama tan intensa que sentía-
-Quieres que nos metamos más al fondo del bosque? me dijo-
-No...no....mejor lo hacemos aquí...ellos no vendrán enseguida....me dijeron que esta vez tardarían más tiempo... Le aseguré, con el fin de que mi hermana no se perdiera por nada del mundo de aquel momento tan increíble-
-Está bien...entonces ven acá...acércate a mi, preciosa....
Yo me levanté del piso y me acerqué a él hasta quedar muy juntitos.
En seguida el hombre comenzó a despojarme de mi vestidito con presteza, para después quitarme el corpiño y las pantaletas, dejándome completamente desnuda ante sus brillantes ojos que ya ardían de deseo.
Luego él hizo lo mismo quedando también en total desnudez, mientras yo me comía con la vista aquel tronco bien parado que le sobresalía por encima de sus inflamados y peludos huevos.
Quise pensar en mi hermana Mary y en lo que estaría haciendo en esos instantes, viendo en plenitud la tremenda vara endurecida de mi amante,
con la gruesa cabeza pelada y rojiza y el venudo tronco largo y grueso, que de lo parado que estaba se proyectaba desafiante con la punta viendo hacia el cielo.
Pero por más que quise concentrarme en Mary y siendo mucho más poderosa la visión de lo que tenía enfrente y que captaba mi total atención,
me olvidé de todo para dedicarme a lo que más me gustaba: disfrutar de aquel enorme falo sin par que se me ofrecía anheloso para que lo chupara a mi antojo.
Así que sin esperar más tiempo me arrodillé frente al erguido cuerpo de mi amante hasta quedar con mi cara frente a su velludo pubis, donde ya me esperaba el más rico juguete que jamás había probado en mi vida.
Tomándolo entre mis temblorosas manos comencé a jugar con él frotando mis dedos sobre su gruesa y colorada cabeza, que a esas alturas se hallaba totalmente mojada de líquido seminal,
para ir después deslizando mis manos entre deliciosas manipulaciones por todo lo largo del caliente tronco inflamado,
y presa de desbordante lujuria, llevarlo con ansiedad hasta mis labios y metérmelo completamente dentro de mi boca.
El hombre se dejaba hacer todas aquellas caricias que yo le prodigaba a su tremendo bastón inflamado, disfrutando con los ojos cerrados de la suavidad de mi cavidad ensalivada, donde aquel invasor entraba y salía como si fuera su propia casa una y otra vez, inflándose como si fuese una vejiga, cada vez más, hasta alcanzar su total plenitud.
Durante largos y deliciosos minutos se la estuve mamando con locura, y cuando se me salía de la boca, yo me la tallaba con ansiedad sobre mis mejillas, sobre mi nariz y hasta sobre mi cuello, para volver de nuevo a saborear el rico caramelo con sabor a leche que tanto me embramaba.
Al cabo de cierto tiempo sentí cuando mi brioso amante me levantó la cabeza tirando de mis cabellos para darme la esperada señal de montarme por fin sobre él.
Yo me dispuse con toda obediencia a soltar la riquísima paleta sacándola de mi boca, para colocarme con rapidez en la posición que él deseaba, mientras el desconocido se sentaba sobre el mullido suelo.
Con la presteza de una amazona entrenada en esas lides, me abrí de piernas y me acomodé justamente por encima de su afilada verga, que se hallaba en esos instantes completamente húmeda de su leche y mi propia saliva.
Tomándome de mis hombros mi amante me fue bajando con suavidad sobre su falo descomunal, en tanto yo cooperaba y me dejaba ir poco a poco en la caída más hermosa del mundo.
Al sentir la tremenda cabeza a punto de explotar en la entrada de mi ardiente chochito, ahora fui yo la que me dejé caer sobre su tranca enhiesta sintiendo cómo me iba atravesando con fuerza, abriéndose paso sin pedir permiso entre los pliegues de mi sonrosada y húmeda hendidura.
El hombre me dio un último envión jalando mi cuerpo estremecido sobre su increíble pito, llenándome por completo con aquel pedazo de carne palpitante que me traspasó mis entrañas sin piedad.
Comenzamos a movernos con rapidez, jadeando de delirio y gritando de placer y brama; él empujando con tremendo vigor su pene dentro de mis reconditeces íntimas en un mete y saca fenomenal, y yo, ahíta hasta más no poder, rebotando como una muñeca de trapo ensartada como estaba con aquella singular daga del deseo.
Así nos mantuvimos por largos y deliciosos minutos disfrutando de aquel momento inigualable, mientras de mi boca salían gritos ahogados que él trataba de evitar poniéndome sus manos sobre mis labios enfebrecidos.
No pudiendo aguantar más las exigencias de nuestros ansiosos cuerpos, yo exploté de repente en múltiples orgasmos que duraron una eternidad, mientras los espasmos se repetían sin remedio uno tras otro sin parar, en tanto él me rellenaba violentamente de leche mis entrañas abiertas,
que se regocijaban a sus anchas con aquel licor del delirio, apretando y soltando su descomunal verga con mis pliegues interiores, como si fuese una bomba de succión que necesitara sacar todo la savia exquisita de aquella manguera de hierro fundido.
Por largo rato nos mantuvimos abrazados en un nudo, como si fuésemos dos serpientes haciendo el amor, autoprodigándonos mutuamente largos e interminables besos en la boca,
levantando de vez en vez mis brazos para ir a abrevar el líquido sudoroso debajo de mis axilas hasta saciarse con mi humedad abundante que manaba en esa zona, bebiendo extasiado aquel elíxir oloroso con desmedido deleite.
Puesto que el hombre de mis deseos era magnífico e insaciable, pronto me indicó que cambiase de posición, depositando con sus brazos mi cuerpo sobre la hierba dejándome con la cara viendo al firmamento.
Tendida allí con los brazos en alto y abierta de piernas, se colocó de inmediato de rodillas en medio de mis extremidades, sosteniendo entre sus manos la espada de acero totalmente dura, rojiza y lechosa, para acomodármela de nuevo justo en la puerta de mi ensanchada vulva,
de donde brotaba como manantial el blanquecino semen que escurría entre mis verijas confundiéndose con mis líquidos vaginales.
Acto seguido se dejó caer sobre mi cuerpo sudoroso llevando por delante su lanza de guerra, que en seguida se hundió en mi apretada hendidura perdiéndose entre la inmensidad de mis paredes íntimas.
Teniéndome atravesada por completo y sintiendo cómo sus gordos huevos golpeaban la piel de mis nalgas, señal de que no quedaba nada de aquel falo de fantasía fuera de mí,
comenzamos a movernos rítmicamente de un lado para otro, de arriba hacia abajo, mientras yo me repegaba lo más que podía a su forjado cañón tratando de tragármelo con la ansiosa boca abierta de mi bollito hasta que desapereciera para siempre dentro de mi caverna a punto de explotar.
Fueron intensos y largos minutos de delicia los que permanceimos haciendo todo aquello, gritando ambos de placer y jadeando como dos locos escapados de un manicomio, hasta que por fin, habiendo llegado el incomparable momento supremo del clímax,
volvimos a estallar en frenéticos y delirantes espamos de pasión, acompañados de insuperables e intensísimos orgasmos, más intensos aún que los anteriores, que nos transportaron al paraíso de la brama.
No obstante que las venidas que ambos experimentábamos no se acababan, nosotros continuábamos extasiados entre salvajes y violentos movimientos de vaivén,
disfrutando con amplitud sin igual de aquellos instantes en que las almas se funden para dar paso al placer, sin dar ni pedir tregua.
Llevábamos quizás más de una hora de estar unidos por la incontenible pasión que sentíamos los dos, lo que hacía que ni él ni yo deseáramos desatar aquel nudo corporal en en que estábamos trenzados.
Mi amante, mientras tanto, se gozaba con mi cuerpo besándome por todos lados, frotando su lengua ansiosa sobre mi encendida piel,
dedicando especial atención a la zona axilar, donde me chupaba con fruición el sudor que brotaba de mis sobacos,
para después mamarme las tetas mordiéndome el pezón con sus dientes, en tanto mi cuerpo estremecido continuaba rezumando los deliciosos jugos producto de aquel fenomenal encuentro amoroso.
Llegado el momento de nuestra separación, él me dijo:
-Ya, Angelita....ya es hora...
-Ssi... le respondí con los ojos cerrados y aún en estado de éxtasis-
-Tenemos que limpiarnos pronto....hoy nos tardamos más que nunca...y tengo temor de que tus hermanos estén de vuelta.
-Ay..si...qué lata....
Por fin nos despegamos de aquel brutal acoplamiento, sintiendo cómo se le dificultaba sacarme la verga de adentro.
Yo le dije:
-Podríamos vernos el martes siguiente?.....
-El martes....sí, linda...aquí nos veremos a la misma hora.
-Bueno....pero no vaya a faltar, eh?
-No..como crees niña...aquí estaré...te lo aseguro.
-De acuerdo.
Rápidamente él se dedicó a limpiar mis intimidades, que esta vez se hallaban más embarradas de leche y de sudor que nunca, para después asearse él también.
Una vez que nos hubimos vestido, él se depidió de mí como siempre, con un beso en la mejilla, y se alejó presuroso entre los árboles del bosque.
Yo esperé prudentemente algunos minutos, hasta que consideré conveniente acercarme al sitio donde se hallaba oculta mi hermanita.
Cuando llegué hasta allí me sorprendí de encontrarla tirada en el suelo, con las piernas totalmente abiertas y los ojos cerrados, metiéndose con afán desesperado sus dedos entre las piernas, masturbándose como loca.
Al no advertir mi presencia, quizás creyendo que aún me encontraba conversando con el desconocido, ella se tocaba sin pudor su hendidura enrojecida por las manipulaciones de que era objeto, apretando, cerrando y abriendo las piernas una y otra vez, gimiendo casi en silencio palabras ininteligibles.
Yo me quedé quieta observándola y sin desear interrumpirla, pues comprendía perfectamente lo alterado de su estado, sobre todo después de haber presenciado con avidez la singular batalla que acababa de tener lugar en medio del bosque.
Ella continuaba como extasiada, en una especie de actitud contemplativa pero sin tener sus manos quietas, disfrutando sin pudor alguno de los toqueteos que las puntas de sus dedos prodigaban a su clítoris enhiesto, en tanto yo aprovechaba la ocasión para deleitarme de la hermosura y enorme belleza del cuerpo de Mary, que cada día estaba más apetecible.
Y aunque para ser sincera yo no estaba nada mal, quizás debido a mi edad aún no había alcanzado las morbideces en plenitud de un cuerpo de mujer, que veía que mi hermana ya tenía.
Permanecí de pie carca del cuerpo de mi hermanita, sin hacer ruidos, viendo que por fin estaba a punto de llegar al deseado clímax.
Eso lo constaté muy pronto, ya que de repente Mary comenzó a estremecerse con violencia, como poseída de un ataque de epilepsia, jadeando de manera intermitente y ahogando gritos de lujuria, derramándose al fin en delirantes venidas que le provocaban un apretamiento mandibular sin precedentes.
Al volver de su éxtasis glorioso por fin abrió los ojos, lanzándome en seguida miradas de infinito agradecimiento, seguramente conmovida por la invitación tan generosa de mi parte para contemplar gratuitamente todo aquello que yo hacía con el desconocido del bosque.
Cuando por fin pudo hablar, me dijo abrazándome:
-Ay, manita....cuán deliciosa verga tiene ese hombre.....
-Si...verdad?...te gustó....?
-Huyyy....mucho más que eso....ya quiero que llegue el día en que me toque a mi....
-Ah bribona....pero bien que te diste cuenta de todo verdad...?
-Ay si, linda....y ya la deseo tanto que me muero por tenerla adentro, Angelita...
-Si te lo creo....yo siento lo mismo....
-No seas glotona, manita....deja que tu hermanita mayor también se goce con ese pedazote... –me dijo con una sonrisa sardónica-
-Claro que si, Mary....ese es el trato....no?
-Ay si....pero dime....cuando vendrá otra vez?....cuendo me tocará a mí?....hablaste con él?....
-Si, claro......vendrá el próximo martes....
-Ay...hasta el martes...y por qué tanto tiempo?
-Recuerda que los martes y los jueves es cuando Pepe se queda a ensayar....
-Ohh si....lo había olvidado....bueno, ni modo....
-No comas ansias, Mary....ten paciencia...
-Pues si...no me queda otra....
-Ya ves...pero te aseguro que llegará el día en que te sientas atravesada por él...
-Huyy...siiii....que ricura....oye, linda.... cómo te cogió ese cabrón....te puso como quiso...no me explico cómo puedes aguantar toda la verga adentro de tu coñito tan chiquito...
-Ay, pues una se las ingenia...jijijiji....es tremendamente delicioso, manita....no hay palabras....
-Ohh si....seguro que sí...
-Bueno, niña...ya arréglate la ropa....mira nadamás como quedaste de la pajeada que te pusiste...
-Ay Angelita...no pude evitarlo...como podría estar quieta viendo todo eso?....
-Ja ja ja ja....sí, te entiendo muy bien...pero apúrate...que ya debemos irnos.
-Ya voy...ya voy, manita...
Después de que Mary se acomodó sus ropas, cogimos nuestras valijas y reanudamos el camino rumbo a casa.
CONTINUARA......

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