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Intimidades con ella

Voy a contarles una intimidad. Y ustedes bien saben que no soy de contar intimidades. Lo mío en esta página siempre fue contar experiencias, a veces mezcladas de fantasías, pero siempre con carnadura, siempre palpable. 


Pero con ella es distinto.


Hace ya un tiempo que “charlamos”. En el chat de la página, o a través de alguna otra aplicación. 


No la conozco personalmente, y me muero por conocerla. Por lo que dice ella, también quiere estar conmigo. 


Pero la pandemia, la vida, una cosa, la otra, todavía no pudimos encontrarnos. 


Pero la intimidad, la confesión, es que no me había pasado nunca: un mensaje de ella me provoca una inmediata erección. 


Y eso que soy un señor grande. No soy un pendejo que se calienta con cualquier cosa.


Pueden creerlo, o no. No me importa. Es lo que me pasa. 


Y no importa la diferencia de edad. No hay nada que quiera más que entrar de la mano con ella a un telo, y que me miren diciendo “mirá el viejo choto la pibita que se va a comer”


Las charlas con ella, son incendiarias. Nos prometemos cosas. Algunas muy zarpadas. Otras comunes. Todas orgásmicas. 


Cuando la tenga en mis manos, quiero usar toda mi experiencia, para saborearla lenta, intensa, profundamente… dejarme llevar por su voluptuosidad, si, recibir el placer que ella me promete, pero solo después de darle los tres orgasmos básicos: uno con mi boca, uno con mis dedos, otro con mi pija… 


Pero empieza a decirme que la caliento, y que quiere tenerme ahi, y ahí es su cama, y que quiere treparse arriba mio, y cabalgarme y ofrecerme su boca, y sus tetas, y que quiere mis manos en su culo, y que quiere que la mueva rítmicamente, y yo, prometiéndole placeres que cuando estemos frente a frente, no sabré si podré cumplir.


Porque las cosas como son: soy un hombre grande, cargado de experiencias. Ustedes saben que mi especialidad son las señoras grandes. Pero una pendeja puede acobardarme. Puede sacarme el control.


Quizás sea hora de dejarme llevar por la dulce caricia de una pendeja caliente, que quiere sentir como un veterano de mil batallas la goza, y se deja gozar, y pierde el control, y recibe caricias y las da. 


¿Y cuál es la intimidad?


La intimidad es que ella me va diciendo cosas, y yo me voy tocando, primero rozando el pantalón, y luego, cuando siento que estalla, me desabrocho y me empiezo a tocar despacito, y las palabras lograron que brotara miel de la punta de mi pija, y me lubrico la cabeza, y todo el tronco, y me pajeo despacio, disfrutando las palabras, cortando la paja dejándole una frase caliente, y me la imagino hundiéndose la mano entre las piernas, y la siento tan cerca, estallando en orgasmos de su propia mano, pensando que son las mías la que rozan su clitoris, y siento un escalofrío que recorre mi cuerpo, y luego una descarga eléctrica en el centro de mi espalda, y dos pinchazos en mis huevos. 


Y en mi mano un estertor, y la pija hinchada como nunca, y luego otro, y otro chorro de leche, y todo en mis manos, en mi vientre, y todo por el deseo.









Intimidades con ella

2 comentarios - Intimidades con ella

Pervberto
¡Es genial cuando pasa eso!
Mobumba +1
Nada más halagador que provocar eso, sin estar. 😍
VoyeaurXVII
no hay nada más lindo