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Una noche de mucho alcohol

Hola a todos los lectores de mis relatos. En esta oportunidad les traigo una historia real de hace unos años.
Era un viernes caluroso de enero de 2015. Yo volvía a mis actividades laborales luego de unas cortas vacaciones, y extrañaba a mis amigos de la universidad que siempre estaban para la joda.
Agarré el celular y envié un mensaje al grupo de whatss dónde estaban los chicos de fiestas. Quedamos en vernos en el departamento de Tomás a las 22 hs.
Pasaron las horas y llegó la noche. En el departamento, estaba Tomás solo. Acompañado con bastante alcohol. Era el típico amigo de fiesta que siempre se prendía para bailar y llevaba mucha cerveza, vodka, tequila, y demás. Él era el alma de la fiesta y siempre hacia previa y after dónde sea.
Entre a su departamento, lo saludé. Sacó una cerveza y tocaron el portero.
-¿Quién es?. Dijo.
- Soy Agus. Abrí Tomás.
- Bien, pasa....
Al rato entra Agustín. Era otro amigo de la universidad. No tan fiestero pero muy amigo mío. Siempre iba a mi monoambiente a visitarme para tomar mates o alcohol.
- He Agus... ¿Cómo andas?. Pregunté.
- Todo bien che, vos? ¿Qué tal esas vacaciones?.
- Bien bien....
- ¿Alguien más viene? pregunto Tomás.
- Nadie más creo, afirmo Agustín.
- Uh estos pelotudos... Siempre se hacen los rogados. Y bueno, no queda más que hacer la previa. Tomás luego de hablar, puso música y trajo puchos... Habría comenzado una linda noche.
Mientras tomábamos cerveza y charlábamos, yo miraba a Agus y hacía recuerdos: unas dos semanas antes, había ido a mi casa con una amiga. Él se acostó en mi cama con una cerveza y mientras charlaba, pude ver que tenía un bulto muy grande sobre ese pantalón negro que le quedaba suelto. De a poco, ese bulto empezó a tomar forma y se convirtió en una erección. Quedé sorprendido debido a su cuerpo y la forma desproporcionada de esa pija. Él era delgado, blanquito tirando a rubio (o castaño claro), estatura 1.70... Por lo que llegué a estimar, esa pija mediría entre dieciocho y veintitantos centímetros. Era larga.
- He boludo... baja de la luna. ¿Estas bien?. Me preguntó Tomás.
-Si si.... estaba pensando en mi trabajo.
- Es viernes y le cuerpo lo sabe. Deja de pensar en eso y vamos a bailar.
- Bueno Tomás, vamos.
Tomás sacó su gol Tren y salimos de gira.... Entramos a un boliche y ahí empezó el descontrol. Tomamos varias cervezas, vodka con energizante, tequila y tragos (camino a la morgue, 7mo regimiento, yegua negra, etc.). Yo me sentía medio mareado, pero recordaba que Tomás era de tomar mucho y manejar... Y una vez hizo pedazos su anterior auto con un poste de luz. Por lo tanto, me mantenía medio sobrio comparado con Tomás y Agustín.
Terminó el boliche y nos fuimos. Agustín no podía caminar luego de dos tocs de tequila. Lo cargamos al auto y persuadí a Tomás de esperar un poco para irnos.
Luego de 30 minutos salimos despacio. - Che Juan. Vamos a tu casa así lo recostamos a Agus y seguimos tomando.
-Dale...
En el camino, Tomás había visto a dos chicas (no eran de mi agrado, debido a que eran de un barrio bastante peligroso de Salta), y las levantó para que hagamos una partuzza.
Llegando a mi casa, le dije a Tomás que no quería esas pibas en mi casa, debido a que podrían asaltarnos. Tomás enojado se fue con las dos pibas, y me dejó con Agus en la vereda.
Agustín se sentó en el cordón cuneta y empezó a vomitar. Estaba muy mal.
Cuando terminó, hice que se cuelgue de mi, e intentó caminar hacia el monoambiente.
Entramos, llegamos a la cama grande y lo recosté. Él estaba casi muerto, supuse que en un coma alcohólico o algo de eso.
Me acerqué a él, saqué sus zapatillas y su cinturón. Lo moví bastante pero él ni se inmutó. Busqué un balde por si quería vomitar otra vez.
Yo apagué la luz y me acosté en otra cama, frente a él.
Tenía sueño, pero estaba pendiente por si quería vomitar otra vez... Me preocupaba su estado y sería un gran problema que mi amigo se muera en mi casa.
- ¡Ufff que quilombo sería!. Me pregunté.
En eso me levanté de la cama y me acerqué a él, para revisar si respiraba. Agustín no daba señales. Me acerque a su pecho con el oído para escuchar su respiración....
Efectivamente respiraba... ¡qué alivio!.
Mientras tenía mi cabeza sobre su pecho, pude ver su bulto sobre un jean marcado. Inmediatamente de dio curiosidad ver su pene y me calenté.
- No no. Es tu amigo y esta mal. ¡Mira su estado!. Me dije.
Hice caso a mi voz interna, me levante, volví a apagar la luz y me acosté...
En la cama, sentía mi pene super duro y cabeceaba en mi abdomen. Sentía calor, curiosidad y morbo.
- La vida es una sola. Si no lo haces te arrepentirás toda la vida. Me dijo mi diablito.
- Ah que dilema... ¿lo hago o no....? En cierta forma tengo miedo que mi amigo me descubra. ¿Y si pierdo su amistad? ¿Y si le gusta y se prende? ¿Y si se enoja y me golpea?....
Tenía más dudas que certezas... No sabía que hacer.
Me puse de pie, y me acerqué sigilosamente a él. Me arrimé a su zona pélvica y me arrodillé. Su bulto estaba a escasos centímetros de mi cara.
Estaba todo oscuro, sólo se podía ver un poco, gracias a la luz de afuera. El mundo se había paralizado. Sólo sentía la respiración de Agus y mi corazón que latía a mil... Estaba nervioso (¿o ansioso?), sentía algo raro en el estomago, mi cuerpo temblaba, sentía calor y morbo.
Acerqué mi nariz a su bulto, y pude oler un delicioso olor a macho, esa extraña mezcla entre semen, traspiración, orina y hormonas.
Mientras gozaba con ese rico perfume, de reojo miraba a mi amigo. Como revisando que no se de cuenta de la perversión que hacia.
Con mi brazo temblando, acerqué mi mano a ese bulto. De a poco mi dedo índice y medio rozaban esa zona genital. La sensación era áspera por el jean, pero medio acojinada por sus bolas... Agregué dedo anular y menor para sentir esas pelotas.
Miraba la cara de Agus, sin reacción alguna, mientras seguía tocando sus huevos y buscaba su pene.
Lo buscaba y buscaba pero no lo encontraba. Debía seguir al siguiente nivel.
Con ambas manos, desabroche el pantalón y baje el cierre. Tenía un slip negro. No veía bien. Agarre mi celular, prendí la linterna y alumbré. Era negro y se podía visualizar claramente sus bolas y pene (que estaba dormido).
Seguí tocando sus bolas y su pene se empezó a poner algo duro, más bien gomoso.
Con la mano izquierda, bajé su ropa interior, mientras con la derecha tenía el celular.
Lo que veía era hermoso.
Mucho pelo en la zona de la ingle color claro, bastante enrulado. Su pija era blanca, larga y fina, con un lunar en la base. Sus bolas tenían unos pelos y colgaban bastante.
Yo estaba muy duro, me pude se pie, me baje el pantalón y el boxer. Me arrodille y empecé a masturbarme, mientras tocaba el pene de Agus y veía su cabeza rosada.
La verga de Agus se puso muy dura. Pedía que la meta en mi boca.
Me incline un poco y empecé a chuparla, mientras me pajeaba. Estuve así varios minutos y luego agregué unos dedos para pajearlo y chupar.
De pronto siento una mano sobre mi cabeza. Agustín le gustaba y quería más. Seguí chupando esa poronga y esperaba mucha leche.
- Párate amigo. Me dijo.
Me puse de pie y me empezó a pajear con una mano mientras con la otra lo hacía en su pija.
No daba más y terminé en su mano. - Vení chúpala. Me dijo.
Me arrodillé y empecé a chupar otra vez, mientras él se pajeaba rápido. Aprisa sentí que levantó la pelvis y se estremecía.... Tenía la leche caliente y sabrosa.
- Déjamela limpita que quiero dormir. Dijo.
Seguí chupando esa verga mientras de a poco se fue durmiendo.
- Gracias. Esto nunca paso. Me dijo.
- No te preocupes.
Me puse de pie, fui a mi cama y me acosté a dormir.
En la mañana siguiente fue un día normal.


Espero que les haya gustado mi historia. Dejen diez puntos y comenten si se excitaron tanto como yo.
Hasta la próxima....

1 comentarios - Una noche de mucho alcohol

joshuachilon09
Jejeje muy buen relato pero nunca se repitio? porque si le gusto entonces debiste disfrutar otra vez🤔