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Mi tía y mi prima

Al cumplir dieciocho por motivos
de estudio tuve que irme a vivir una temporada a casa de mis tíos.
Resulta que no me llegó la nota para la carrera pero sí me
llegaba en la universidad de la ciudad donde vivían mis tíos.
Mi plan era estar un año y luego pedir el traslado y ni en mis más
calientes sueños podía imaginar lo que allí me pasaría.


Antes que nada voy a describirme,
soy un chico alto y moreno, las mujeres dicen que soy mono con una polla
normalita de unos 16 pero bastante gorda. Yo había tenido varias
novias pero nunca había conseguido nada más que una buena
mamada por lo que estaba loco por echar un polvo. Así que a mis
dieciocho años podéis imaginar que tenía que recurrir
a las pajas para bajar mi constante calentura.


Mi tío vivía en un
gran apartamento con su mujer, Lourdes, y mis dos primas, Miriam de 17
y Maria de 21. Mi tía tiene 45 años pero se conservaba muy
bien. Esta delgada y tiene un culo impresionante de esos que parecen gritar
que los sobes y dos tetas enormes y firmes, eso lo sabía por algunas
vacaciones que habíamos pasado en la playa y la había visto
en bikini. Mi primita Miriam era muy delgadita y su cara y su físico
poco desarrollado, con un buen culito y unas tetitas pequeñas pero
que prometían buenas maneras, le daban el aspecto de una niñita.
Por el contrario mi prima Maria era ya toda una mujer con unos senos más
pequeños que los de su madre pero igual de apetecibles y con el
mejor culo de las tres. Desde pequeño me había masturbado
pensando en mi tía y Maria y con el paso de los años incluso
en Miriam, que cuando se ponía sus gafitas tenía todo el
aspecto de una niña.


El curso comenzaba el 29 de septiembre
y mis tíos insistieron en que fuera un poco antes para acostumbrarme
a la ciudad y a la que sería mi casa. Mi tío me vino a recoger
a la estación a media mañana y me llevó en coche hasta
el apartamento, por el camino me explicó que Maria estaba aún
de vacaciones con unas amigas, empezaba el curso el mismo día que
yo y aún quedaban siete días, y mi tía Lourdes estaba
trabajando. Llegamos al apartamento y mi tío me ayudo a colocar
mis cosas en lo que sería mi habitación, al lado de la de
mi prima Miriam.


Cuando habíamos acabado de
colocar todas las cosas oímos las cosas. Era mi prima Miriam. Vestía
un pantaloncito estrecho que se ceñía a su culito y un top
deportivo.


- ¡Primo! - gritó y
me abrazó.


Desde pequeña había
sido muy cariñosa conmigo. Su cuerpo estaba cubierto de sudor y
el abrazo hizo que sintiera sus tiernos pechos y su cuerpo entrara en contacto
con el mío. No pude evitarlo y tuve una erección de campeonato.
Ella no pareció notarlo y continuó el abrazo mientras me
decía lo mucho que me echaba de menos.


- Voy a bañarme, pues estoy
que doy asco después de correr - dijo. - Tu siempre estas guapa
Miriam. - Sonrió y me dio un beso en la mejilla.


- Eres mi primo preferido - dijo
antes de salir de la habitación.


Llegó la hora de comer y
yo seguía con la calentura pues no había encontrado el momento
para hacerme una paja. Mi tío me explicó mientras comía
que le habían vuelto a cambiar el turno y que ahora trabajaba por
la tarde hasta que volverían cambiarle al turno de noche.


Se marchó poco después
de comer dejándonos solos a mi prima y a mí. Nos fuimos al
salón y estuvimos viendo un rato la tele.


- Hazme un favor - dijo de repente
mi prima con voz melosa.


Yo mire su rostro juvenil y sus
bonitos ojos verdes tapados parcialmente por sus gafitas, y me imaginé
su boquita comiéndose mi polla.


- Lava hoy tu los platos que he
quedado con unas amigas, ¿vale?


Por mi cabeza paso la idea de tumbarla
en el sofá y follármela a lo bestia pero la razón
se sobrepuso. Joder, la verdad es que estaba muy cachondo necesitaba hacerme
una paja ya.


- Claro guapa yo lo hago pero me
debes una - dije pensando que así estaría solo para aliviarme.


Se acercó y me dio un beso
en la mejilla.


- ¡Qué bueno eres!
- ¿Si?


La cogí de la cabeza y empezamos
a jugar sobre el sofá, mi prima se reía mientras yo intentaba
ponerme encima. El roce y mi calentura hizo que tuviera una gran erección
que pese a mis tejanos era visible. Mi prima pareció notarlo y se
puso muy colorada. Dejamos el juego y yo me senté cruzando las piernas
intentando disimular mi erección. Se despidió y se marchó
dejándome así. Nada más salir saqué mi polla
del pantalón y me hice un paja en honor de las tetitas de mi prima.
Me corrí rápidamente escupiendo grandes chorros de leche,
pero tal era mi calentura que no se me bajaba. Como estaba solo decidí
aprovechar la ocasión y me fui a la habitación de mis tíos.
Busqué entre sus armarios hasta que encontré la ropa interior
de mi tía. La principio sólo vi conjuntos normales, pero
en el fondo había varios tangas y conjuntos de lencería muy
sexy. Sólo pensar en que mi tía con ellos me puso aún
más cachondo, cogí un tanga negro y lo pasé por mi
polla y me masturbé. Cuando estaba a punto de correrme tuve la precaución
de apartar el tanga para no dejar pruebas de mi delito.


Hecho esto me decidí a lavar
los platos. Estaba acabando cuando llegó mi tía. Estaba guapísima
con un vestido de tirantes que dejaba ver parte de sus grandes pechos.


- ¡Jorge cómo me alegro
de verte! - dijo y me dio un beso mientras me abrazaba. - Sentir aquellos
pechos tan cerca hizo que mi verga volviera a crecer, por suerte mi tía
se apartó antes de darse cuenta. - - Vaya veo que estas lavando
los platos - dijo mi tía - Vaya huésped más trabajador.
- Uno hace lo que puede - bromeé. - Bueno yo voy a cambiarme y luego
tengo que comer algo que tengo un hambre... - Mi tía se fue a su
habitación y yo corrí a encerrarme al lavabo donde volví
a masturbarme, por tercera vez en pocas horas.


El resto de la tarde lo pase viendo
la tele un rato con mi tía y luego decidí dar un paseo para
conocer mejor la ciudad. Mi tía me entregó un juego de llaves
y estuve un buen rato dando vueltas, hasta que se me hizo de noche y regresé.


Mi tía y mis dos primas estaban
poniendo la mesa para cenar. Mi prima Maria había regresado antes
de tiempo, vestía unos tejanos cortados que le iban muy ceñidos,
una camiseta de tirantes y un pañuelo le tapaba sus cabellos oscuros.
Se acercó y me besó en la mejilla. Desprendía un olor
dulzón que me encantó.


- ¿Ya cenamos? - pregunté
- ¿y el tío? - Viene a las doce - me explicó mi tía.


Cenamos y estuvimos charlando mucho
rato, especialmente con mi prima Maria con la que siempre me había
llevado muy bien. Ella me explicó como era la vida universitaria
y que no tardaría en adaptarme.


Miriam pilló en el satélite
una peli que tenía muchas ganas de ver y fuimos todos al salón
para verla. Mi tía me aconsejó que me pusiera el pijama pues
estaría más cómodo. Ella se había puesto un
camisón que le llegaba por las rodillas, pero que a contraluz se
transparentaba y casi pego un grito cuando vi que sólo llevaba unas
braguitas debajo. Asentí y me dirigí a mi habitación
para cambiarme. Cogí un pijama formado por una camiseta de manga
corta y un pantalón corto. Por lo que pudiera pasar me dejé
los calzoncillos y volví al salón.


Mis dos primas también se
habían puesto la ropa de dormir. Miriam llevaba un pijama parecido
al mío pero con dibujos de ositos en la camiseta. El pijama le venía
algo pequeño y marcaba sus pezones. Maria llevaba un pijama del
mismo estilo, sin dibujos, pero bastante grande. Me senté entre
mis dos primas y comenzamos a ver la película. No pude evitar fijarme
en Miriam, el pantaloncito marcaba la raja de su culito y no pude contener
mi erección. La película era muy larga y a la mitad mi prima
Miriam estaba dormida apoyando su cara en mi hombro. Tener cerca ese pequeño
cuerpo era más de lo que podía resistir y aprovechando que
Maria y mi tía estaban también dormidas pasé el brazo
sobre los hombros de mi primita. Con precaución comencé a
acariciarle sus pequeños pechos y pese a estar dormida sus pezones
se pusieron duros marcándose claramente en su pijama. Loco de excitación
me atreví a bajar con mi otra mano hacia su pelvis. Su coñito
se marcaba a través del pijama y comencé a pasarla la mano
por encima. Mi prima lanzó un pequeño gemido de placer y
yo continué. Bajé mi otra mano para intentar bajarle su pantaloncito.
En ese momento oí el sonido de la puerta y me aparté de mi
prima rápidamente.


Mi tío entró en el
salón y observó la escena con una sonrisa.


- Vaya veo que te ha pasado como
a mí. Estas mujeres siempre se duermen - dijo - Siempre acabó
de ver las películas yo solo. - Sí - dije y sonreí
mientras cruzaba mis piernas para disimular mi erección.


Mi tío volvió a sonreír
y se fue a hacia su habitación . Yo aproveché para ir a la
mía y acostarme. Una vez allí me masturbé pensando
me prima y me corrí en un orgasmo bestial. Sonreí al pensar
que me había masturbado cuatro veces por culpa de mi tía
y mis primas. Jejeje iba a ser un año muy duro.


Pasó una semana en que no
hubo más encuentros con mi prima, pero en que aproveché cada
momento en que me quedaba solo para masturbarme en honor de mi tía
y mis primas. Y durante esa semana estaba bastante tiempo solo, mis primas
salían con sus amigos y mis tíos trabajan. Finalmente mi
prima Maria me presentó a su panda y empecé a salir con ellos.
Tenía varias amigas que estaban muy bien pero ninguna era como ella.


Llegó el 29 y mi prima me
acompañó a la facultad el primer día, en mi carrera
una ingeniería técnica, no abundan las mujeres por lo que
mi prima llamaba la atención por los pasillos. El primer día
fue como me esperaba presentación de los profesores y las asignaturas,
horarios, etc. Iba por la mañana, por lo que podría ir con
mi prima Maria en su coche hasta la universidad, pero yo acaba a las doce
y ella se quedaba a comer en la universidad por lo que volvería
en autobús. Así los primeros días me acostumbre a
mi nueva rutina, después de clase llegaba sobre las doce y media
a casa y me encontraba con mi tío que se iba a las dos a trabajar.
Miriam llegaba a las dos del instituto y estaba en casa hasta que salía
con las amigas. Mi tía llegaba a las tres y solía pasar la
tarde en casa.


Llevaba ya dos semanas de clase
cuando pasó algo que me iba a permitir disfrutar de mi tía
y sus dos hijas. A mi tío le cambiaron al turno de noche por lo
que estaba todo el día en casa y se iba a las once. Eso al principio
me jodió pues provocó que tuviera que dejar mis pajas hasta
la noche, pues por la tarde había demasiada gente.


El primer viernes desde que a mi
tío le cambiaron el turno mi prima Maria me insistió para
que saliera con ella y sus amigos. Habían abierto un local nuevo
en la ciudad y todos querían ir a verlo. Pero esa tarde había
estado jugando a fútbol con algunos compañeros de clase y
estaba cansado por lo que le dije que no iba. Cené pronto y me fui
a la cama a las diez, pero eso no me evitó ver a mi prima preparada
para salir de fiesta. Llevaba toda la cara maquillada y el pelo suelto
sobre los hombros. Vestía un jersey que se pegaba a sus pechos y
un pantalón ajustado blanco que marcaba el fino tanga que llevaba.


Pese a que estaba cansado me pegué
una gran paja en su honor antes de caer redondo. Quizás porque no
acostumbraba a dormirme tan pronto o por alguna otra razón que desconozco
me desperté sobre las dos. Tenía mucha sed así que
fui hacia la cocina intentando no hacer ruido para no despertar a nadie.
Vi claridad en el salón y supuse que mi tía se había
quedado dormida viendo una película. Me acerqué con cautela
y entreabrí la puerta. Lo que vi me dejó estupefacto. Mi
tía estaba sentada en sofá con el camisón remangado
hasta la cintura, las bragas en los tobillos y masturbándose con
la mano derecha, mientras que con la izquierda se sobaba las tetas. Vaya
coño que se gastaba con unos labios gruesos y lleno de pelo, aunque
recortado por los lados .Entonces oí los gemidos provenientes de
la tele y comprendí que estaba viendo una película porno.


- Sii, sii, métela hasta
el fondo - oí que decía mi tía.


Yo me había sacado la polla
y me la estaba meneando. Entonces decidí que era la hora de echarle
huevos e intentar follarme a tía. La verdad es que no sabía
cómo iba a reaccionar pero al menos jugaba con la ventaja de haberla
pillado in fraganti. Me guardé la polla en el pantalón, no
sin dificultad y entré de improviso en el salón. Mi tía
pegó un salto y se apresuró a taparse con las manos.


Yo me acerqué rápidamente
y me senté como si quisiera ver la película. Un negro con
una polla gigantesca se la estaba metiendo por culo a una jovencita que
gemía de placer.


- Yo, yo...-balbuceó mi tía.
- Tranquila tita, no pasa nada - dije yo. Sabía que tenía
que aprovechar su confusión - Es algo muy normal satisfacernos nosotros
mismos. Es algo natural.


Como si quisiera afirmar mis palabras
saqué mi polla y la empecé a menear. Ella me miró
confusa unos instantes y yo temí que se fuera pero se notaba que
seguía cachonda y miraba mi polla con lujuria.


Se sentó sin dejar de mirarme
y se quitó las bragas y el camisón mostrándome sus
exuberantes pechos. Lentamente volvió a masturbarse. Yo noté
que ya no miraba la película me miraba a mí. Yo me puse de
rodillas en el sofá y me acerqué a ella sin dejar de masturbarme,
ofreciéndole mi verga.


- Esta muy bien divertirnos solos
pero ya que estamos aquí - dije con picardía.


Ella no contestó pero su
mirada de lujuria fue más que suficiente. Puse mis manos en su cabeza
y le acerqué a mi polla. Al principio parecía que se resistía
pero finalmente se la tragó entera. Dios es increíble la
sensación de que tu tía te chupe la polla. Además
lo hacía como una experta. Me hizo sentar en el sofá y ella
se lanzó sobre mi polla, con lo que me permitió que mis manos
exploraran su coño. Estaba muy húmeda y su clítoris
era enorme con lo que no tuve problemas para acariciarlo. Ella por su parte
lamía mi capullo con lentitud, como si fuera un helado, mientras
yo gemía de placer. Comenzó a lamer todo el tronco hasta
que se la metió entera. Yo la cogí de la cabeza y empecé
a marcarle el ritmo. Era genial me estaba follando a mi tía por
la boca. Le metí tres dedos en su coño y empecé a
moverlos rápidamente, mi tía empezó a mover su culo
a modo de respuesta.


- Diooos tía me corooooo
- exclamé y en ese instante me pareció ver una sombra en
la puerta. - Mi tía no apartó la boca y se tragó los
abundantes chorros de semen que lancé. Continuó lamiendo
hasta que mi polla quedó limpia. Entonces volví a fijarme
en la puerta y no vi nada pero estaba seguro que antes había visto
algo.


Mi tía se sentó y
yo me lancé a lamer su coño. Se estiró en el sofá
y abrió al máximo sus piernas mientras yo chupaba con mi
lengua a la vez que introducía mis dedos en su encharcado coño.


- Siii, sigue, sigue - jadeó
mi tía- Qué bien lo haces, qué bien. - Yo empecé
a buscar con mi mano su culito y empecé a acariciar su trasero.
Mi tía Lourdes gemía como una loca y yo aproveché
para meterle un dedo por el culo.


- No por ahí nunca lo he
hecho.


Yo no le hice caso y continué
metiéndole un dedo mientras le chupaba el coño.


- Me corrooo- anunció y me
bañó la cara con su corrida. - Yo la continué acariciando
y noté que mi polla ya estaba lista para participar en la fiesta.
Mi tía se dio cuenta.


- ¡Métemela ya, que
no resisto más! ¡Métemela hasta el fondo! - Yo no dudé
en hacerle caso y puse mi polla en la entrada de su vagina. Empecé
a pasar mi capullo por sus labios mientras mi tía gemía excitada.


- ¡Metela ya, por lo que más
quieras! - Mi polla entró con facilidad debido a la humedad de mi
tía y se la metí de golpe hasta los huevos. Mi tía
lanzó un chillido de placer y yo empecé a un rápido
metesaca. Mi tía cerró sus piernas tras mi culo para atraerme
más hacia ella. Y yo empecé a lamer sus pechos como sin dejar
de metérsela hasta el fondo. Mi tía se corrió otra
vez y yo aceleré más el ritmo para acabar.


- Me corro tía - Sii, quiero
sentir tu leche dentro de mí - me dijo. - Me corrí y noté
que mi tía volvía a tener otro orgasmo. Me derrumbé
exhausto sobre ella sin dejar de acariciarle las tetas. Mi polla no perdió
su rigidez por lo que continué follándomela.


- Dios, siiii, no pares , sigue
- exclamaba mi tía.


Entonces tuve una idea y se la saque
de repente. Mi tía me miró como suplicando que volviera a
metérsela.


- Ha sido mi primera vez - le revelé
a mi tía que me miró con sorpresa - Por eso me gustaría
que para ti también lo fuera.


Mi tía me miró extrañada
hasta que lo comprendió.


- Qué cabronazo, me quieres
dar por culo - dijo con una sonrisa. Se colocó en el suelo a cuatro
patas -Después de todo lo que me has hecho pasar es lo mínimo
que puedo ofrecerte ¡Vamos ven a dar por culo a la puta de tiita,
vamos!


Ver a mi tía de cuatro patas
mostrándome su culo y su coño me hizo enloquecer y me lancé
sobre ella y se la metí por el culo de golpe hasta los mismísimos
huevos. Se la metí tan a lo bestia que llegó a dolerme, pero
no tanto como a mi tía que chilló de dolor, pero no me dijo
que la sacara. Como quien calla otorga yo proseguí follándomela,
sin compasión. La penetraba con tal fuerza que mi tía se
derrumbó sobre sus brazos, lagrimas de dolor corrían por
la cara de mi tía. Sin dejar de follarla con fuerza empecé
a acariciar su coño que estaba encharcado. En menos de un minuto
los gritos de dolor de mi tía se convirtieron en gemidos de placer.


- Sii, qué bueno, no pares
nooooo - dijo mientras volvía a correrse. - Yo la agarré
por el pelo y se la clavé hasta el fondo mientras llegaba a un fenomenal
orgasmo y llenaba el culo de mi tía de leche. Permanecí casi
un minuto sobre mi tía sin moverme. Entonces se la saqué
y vi que grandes cantidades de semen salían por su culo, al igual
que algo de sangre. Me alarmé al verla y se lo comenté pero
mi tía tras tocarse el trasero se levantó sonriendo.


- Dios cómo lo he pasado.
- Se acercó a mí y me dio un beso con lengua impresionante
y me agarró mi verga, ya flácida y manchada de flujos y mierda.
Se agachó y la besó.


- Creo que nos lo vamos a pasar
muy bien tú y yo cariño - me dijo. - Yo no pude menos que
evitar sonreír ante la perspectiva de esas palabras y no pude dejar
de pensar en como podría llegar a conseguir hacer lo mismo con mis
primas y recordé la sombra que había visto en la puerta y
que sólo podía ser mi primita Miriam.
El día después del
polvo con mi tía era sábado por lo que pude dormir hasta
tarde. Mi prima Maria vino a la habitación y me despertó
a la hora de comer.


- Joder yo salí anoche y
me he despertado antes que tú - dijo con una sonrisa.


Yo sólo sonreí. Si
ella supiera.


Me levanté y me vestí
para ir a comer. Cuando entré en el comedor mi tía estaba
sirviendo los platos. Iba vestida con unos pantalones cortos y una camiseta
larga. Me sonrió y me riñó en broma por mi pereza.


El día se me hizo muy largo
pues al estar todo el mundo en casa no podía acercarme a mi tía.
Pero me fijé en que Miriam me miraba cuando le parecía que
yo estaba distraído con gran interés lo que me hizo estar
más seguro que nos había visto la noche anterior. Mi prima
Maria me propuso salir de fiesta con sus amigos por lo que estuvimos toda
la noche fuera.


El domingo pasó igual y llegó
el lunes. Mi tío estaba todo el día en casa, ahora hacía
el turno de noche, pero después de comer solía echar una
siesta. Por lo que cuando él fue a echarse me ofrecí a lavar
los platos para que mi primita Miriam pudiera irse con las amigas. Me lo
agradeció con un beso en la mejilla y se fue, por lo que yo me quedé
esperando a mi tía que llegaba a las tres. Yo estaba loco de excitación
pero poco antes de llegar mi tío se despertó y me jodió
el plan. Mi tía llevaba un vestido de tirantes que marcaba su lindo
cuerpo y mostraba gran parte de sus senos y al entrar nos saludó
con un beso a mi tío y a mí.


Se fue a comer mientras mi tío
y yo veíamos la tele. A cabo de media hora mi tío se levantó
y me dijo que iba a ver unos amigos en la peña y echar unas copas,
y me invitó a ir. Yo me negué diciendo que tenía unos
deberes pendientes y nada más irse me dirigí a la cocina.
Mi tía estaba de espaldas fregando los platos y yo me abalancé
sobre ella. Le pegué mi paquete, en su culo y empecé a sobarle
las tetas. Ella protestaba consciente que podían pillarnos pero
le expliqué que estábamos solos, por lo que con una sonrisa
me dejó hacer. Le subí el vestido y observé su culo,
tapado por unas bragas oscuras que arranqué de un golpe, que provocó
un chillido de placer y sacándome la polla se la metí en
su coño, que ya estaba encharcado. Se la estuve metiendo unos diez
minutos antes de correrme, ella se había corrido dos veces, llenándole
el coño de mi leche.


Mi tía se arregló
rápidamente consciente de que mi prima Maria llegaría pronto.
Pasó una semana en que no tuvimos más contactos sexuales
de ese tipo pues casi nunca estábamos solos. Eso sí, a mi
tía le encantaba refregarse contra mí cuando nos cruzábamos
por la casa y mamármela siempre que podía. Yo cogí
la costumbre de ir siempre con chándal para facilitar nuestros breves
contactos. Pero yo ansiaba más y empecé a fijarme en mi primita.
Desde que nos había espiado, pues yo estaba seguro que había
sido ella, noté que me miraba distinto y que a veces si le devolvía
la mirada se ruborizaba.


Por lo que una noche me decidí
y al comprobar que estaban todos dormidos me dirigí a su habitación,
que estaba al lado de la mía. Estaba dormida, tapada por una fina
sabana. Me senté en la cama y le dije su nombre para despertarla.


- ¿Sii? Qué quieres
-preguntó adormilada mientras buscaba sus gafitas y se las ponía.
- Tengo que hacerte una pregunta. ¿El otro día nos viste?
- No dijo nada pero su reacción de bajar la cabeza y ruborizarse
era clara. Pero no había dicho nada a nadie por lo que me decidí
a seguir en ese tema.


- ¿Y que te parece?


Levantó la cabeza y me miró.


- ¿Te gusto lo que viste?
- pregunté y me acerqué más a ella. - Me fijé
en su pijama estrechito en que se marcaban sus ya duros pezones.


- Seguro que volviste a tu habitación
y te acariciaste - dije y la destapé. Puse mis manos sobre sus piernas
y empecé a acariciarlas -¿No?


Mi prima me miró fijamente
y volvió a sonrojarse.


- Eso no es nada malo. El sexo es
algo maravilloso y lo que hicimos tu madre y yo no es más que un
acto de cariño. - Yo nunca había visto, había visto...un
pene - dijo finalmente. - ¿Quieres volver a verlo? -pregunté
con una sonrisa picara.


Antes de que me contestara me saqué
el pantalón del pijama mostrando mi verga ya dura. Mi primita la
miró como hipnotizada.


- Tengo amigas que tienen novios
pero yo nunca..- dijo mientras alargaba una de sus manos y empezaba a acariciar
mi verga. - Tranquila yo te enseñaré -dije y le cogí
la mano y empecé a moverla de arriba a abajo. - Pronto empezó
a mover la mano más rápido lo que me hizo lanzar gemidos
de placer.


-¿No quieres chuparla? -
dije y me puse de rodillas frente a ella - Lámela como si fuera
un helado.


Empezó a pasar su lengua
por toda mi polla, recorriéndola en toda su longitud hasta que se
la tragó entera. La estrechez de su boquita me hizo jadear de gusto.


- Me corro - le dije y ella se la
sacó de la boca.


Chorros de leche surgieron de mi
verga, varios acabaron en su boca y el resto le mancharon su cara y sus
gafas.


- Me gusta el sabor - dijo con una
sonrisa pícara.


Se quitó las gafas y lamió
los restos de mi corrida lo que me excitó enormemente. Entonces
la desvestí dejándola totalmente desnuda. Ella intentó
taparse con las manos sus dos pequeños pechitos con unos pequeños
pezones totalmente erectos, pero yo le aparté las manos y empecé
a lamerlos, después de un buen rato empecé a bajar hasta
llegar a su coñito, el cual casi no tenía vello. Comí
son desespero su coño introduciéndole varios dedos a la vez
que mi lengua le recorría sus labios vaginales y la penetraba como
una pequeña polla. Le estuve comiendo el coño más
de veinte minutos en los que perdí la cuenta del número de
veces que se corrió.


- Quiero que tu seas el primero
- me dijo.


Yo sonreí y me lancé
sobre ella buscando su boca. Introduje mi lengua en su boca y ella me correspondió
con la suya. Me puse sobre ella y la penetré lentamente. Introduje
mi pene facilidad hasta que llegué a una especie de barrera. La
miré a los ojos y empecé a besarla y a acariciarle sus tetitas
para calmarla. Y la acabé de penetrar con fuerza, ella sólo
lanzó un pequeño gemido y me dijo que siguiera. Yo la continué
penetrando durante varios minutos hasta que decidí cambiar de postura.
Hice que se pusiera de cuatro patas, mi posición preferido, y empecé
a penetrarla desde detrás. Mi primita empezó a lanzar grititos
de placer y yo le introduje un dedo en el culo, mientras que con la otra
mano le acariciaba sus tetitas.


- ¡Me corroo! - exclamé.
- En mi cara - gritó mi prima - Quiero sentirlo en mi cara


La saqué y mi prima se puso
de rodillas para recibir toda la corrida con la boca abierta. Tras tragarse
toda mi leche me la siguió chupando hasta que quedó limpia.
Yo la abracé y la bese sintiendo mi propia leche en su boca.


- Cómo te quiero primito
- me dijo ella. - Si quieres podemos hacerlo todas las noches amor y por
la tarde si no hay nadie. - Sí, sí - dijo mi prima excitada.
- La besé por última vez y me dirigí a mi cuarto.


Enseguida quedé dormido pero
una placentera sensación me hizo despertar. Me estaban comiendo
la polla. Abrí los ojos y vi a mi primita desnuda comiéndome
la verga con frenesí. Joder era insaciable. Entonces una alarma
se encendió en mi cabeza si era por la mañana nos podían
pillar. Me aparté alarmado. Pero mi prima sonrió.


- Son las siete, mama acaba de irse
y hasta las ocho no se despertaran mi padre y Maria.


Yo sonreí.


- Veo que tienes ganas de polla.


Mi primita sonrió, en un
gesto que siempre hacia que la viera como una niña viciosa.


- Ayer me lo pase tan bien que quiero
más - dijo y se volvió a abalanzar sobre mi polla.


Yo le dije que esperara un momento
y me estiré en la cama y le dije que se estirara sobre mí,
por lo que yo tendría acceso a su coñito. Así empezamos
un 69 que aún recuerdo con excitación. Mi prima se corrió
casi al mismo tiempo que yo y se estiró a mi lado en la cama. Yo
vi su hermoso culito y decidí desvirgarla también por ahí.


- Oye Miriam, ¿me dejarás
que te diera por culo? - le pregunté directamente.


Ella me miró alarmada al
principio pero finalmente sonrió y salió corriendo de la
habitación. Volvió al minuto con un pote de crema y me le
entregó. Se puso de cuatro patas y espero que la penetrara pero
yo empecé a acariciar su coñito lo que provocó sus
gemidos. Cogí el pote de crema y empecé a pasarlo por su
culito mientras la desvirgaba con mis dedos, sin dejar de acariciar su
coño. Finalmente conseguí introducir tres dedos en su ano
y me decidí por meterle mi verga. Saqué mis dedos y se la
introduje lentamente.


- ¡Sii, vamos rómpeme
el culo! - exclamó excitada


Acabé de meterle mi polla
de golpe lo que hizo que lanzará un gritito de dolor. La dejé
casi un minuto sin moverme para que se acostumbrara y me di cuenta que
mi prima lo aprovechó para empezar a masturbarse. Entonces empecé
a bombearla primero con suavidad pero finalmente a gran velocidad mi prima
gemía, de placer y dolor, y yo seguí por varios minutos hasta
que llené su culo de leche.


Saqué mi verga manchada de
flujos y mierda y se la acerqué a la boca a mi prima, que no tuvo
ningún problema en chupármela.


- Será mejor que te vayas
estarán a punto de despertarse - le dije. - Ella asintió
y tras darme un beso salió de la habitación. La verdad es
que no se podía pedir más, tenía a mi disposición
dos mujeres para disfrutar. Pero lo que no me esperaba es que mi prima
Maria también acabaría catando mi polla.


A partir de ese día mi rutina
varió bastante. Por la tarde, de tres a cinco, pues mi prima Maria
tenía practicas en la universidad, estaba solo con mi tía
y mi prima y yo aprovechaba cualquier excusa para quedarme a solas con
una de las dos. Como he dicho antes mi tía acostumbraba a refregar
se culito sobre mi polla siempre que nos encontrábamos por el pasillo
y no le importaba hacerme una buena mamada si nadie nos veía. Y
a mi primita le encantaba acariciarme cuando su madre iba a la cocina o
al lavabo. La verdad es que creo que la idea de que nos pillaran la excitaba
mucho. Pasó por la cabeza la idea de proponerles un trío
pero no creía que mi tía lo aprobara.


En esa situación pasó
más de un mes en que solo pude follarme a mi tía en un par
de ocasiones, pero en que disfrutaba de mi prima casi cada noche. Ella
era tan cachonda o más que yo. En menos de diez minutos después
de acostarnos venía a mi habitación y nos pasábamos
horas follando. A ella le encantaba que me corriera en su boca, pues le
había cogido el gusto a mi leche.


Yo estaba en la gloria y la verdad
es que no se podía pedir más pero aun seguía masturbándome
a veces pensando en mi prima Maria. Pero nunca creí que ella también
me cataría jeje. Y fue más o menos al cabo de un mes, como
ya he dicho, desde que me follara a mi primita, cuando me follé
a mi otra prima, o mejor dicho cuando me folló ella.


Era un sábado y salí
con ella y sus amigos por la noche. Fuimos a un pub que solíamos
frecuentar a tomar unas copas. Yo la verdad es que bebí bastante,
bueno como casi siempre que salía, por lo que aunque no me gusta
nada bailar las amigas de mi prima consiguieron sacarme a la pista. La
música era la propia para bailar pegados por lo que no dudé
en bailar muy agarrado frotando mi polla sobre sus cuerpos. Ellas no se
molestaron, pues siempre que salíamos había visto que bailaban
así con sus amigos. Entre el alcohol que llevaba en la sangre y
los bailes me comencé a poner muy cachondo, tanto que pensé
en intentar ligarme a alguna de las amigas de mi prima. Cuando estaba bailando
con una de ellas e iba a lanzarle los trastos vino mi prima.


- Creo que me toca bailar contigo
primito.


Su amiga se apartó y mi prima
se agarró a mi cintura. Vestía una minifalda, medias oscuras
y un jersey con una abertura vertical entre los pechos, que insinuaba más
que mostraba. Yo al principio me sentí un poco cohibido por ser
mi prima pero ella se pegaba a mí y bailaba muy provocativa.


- Con mis amigas bailabas mejor
- se rió.


"Ahora veras", pensé
yo. La cogí por el culo y empecé a bailar frotando mi polla,
contra una de sus piernas. Yo pensaba que eso la haría retroceder
y esa era mi intención para darle una lección, pero en vez
de eso empezó a mover su pierna para frotarse más contra
mí. Bajo sus manos de mi cintura hasta mi culo y continuamos bailando
así un rato. Finalmente apoyó la cabeza sobre mi hombro y
me dijo al oído.


- Sé lo que haces con mi
hermana.


Yo me quedé helado.


- ¿Qué...qué
quieres decir? - pregunté haciéndome el despistado. - Os
vi hace varias noches y ella me lo ha contado todo -dijo y movió
su mano de mi culo a mi paquete y lo acarició - Por lo que parece
lo usas muy bien.


Yo me estaba cansando del juego
por lo que la pillé del brazo y la llevé a una mesa.


- ¿Ella te lo ha contado?
- le pregunté después de sentarnos.


Maria sonrió.


- Había oído como
alguien andaba por el pasillo varias noches. Una de ellas me levanté
y vi que mi hermanita salía de tu habitación. Al día
siguiente le dije que lo había visto todo y la muy tonta se lo creyó
y se delató ella misma - explicó sin dejar de sonreír.


Yo estaba bastante nervioso, si
a mi prima se le ocurría decírselo a mi tía, bueno
con ella aun podría hablar, pero si hablaba con mi tío...
Maria debió darse cuenta de mi nerviosismo.


- Tranquilo, no voy a decir nada
a mis padres - dijo - Después de todo mi hermana ya es mayor para
saber lo que hace.


Se levantó de la mesa y se
fue a la pista. Yo no sabía qué hacer por lo que opté
por tomar una copa más. No sé si fue el alcohol o saber que
mi prima lo sabía pero la verdad es que me puse más caliente.


Nos fuimos para casa una hora después
por lo que pude tomar varios cubatas más. Mi prima llevaba el coche
y fuimos a llevar a dos amigas y un amigo. Cuando los dejemos nos dirigimos
a casa. Yo no podía dejar de mirar sus piernas, al conducir su minifalda
se había levantado y dejaba ver el bordado de sus medias. Sin pensarlo
puse mi mano derecha sobre su pierna. Mi prima miró por un momento
mi mano pero no dijo nada. Yo empecé a acariciarla y subí
hasta su coño. Metí la mano por debajo de su falda y noté
su diminuto tanga. Introduje mis dedos bajo la tela y empecé a acariciarle
lentamente. En eso que llegamos a casa, yo casi no me había dado
cuenta. Mi prima introdujo el coche en el parking y tras aparcar bajó
sin decir nada. Yo bajé y la seguí hasta el ascensor confuso.
Entramos y yo ya estaba seguro que no conseguiría nada con ella
cuando accionó la parada de emergencia deteniendo el ascensor. Se
giró y me miró a los ojos y yo vi su mirada de increíble
lujuria.


-Fóllame - dijo.


Se apoyó en la puerta del
ascensor, poniéndose de espaldas a mí, y se levantó
la falda mostrándome su precioso culo. Su tanga negro era tan fino
que parecía desaparecer entre sus nalgas. Yo me arrodillé
y lamí sus nalgas a la vez que con mis dedos penetraba su coño.


- Vamos métemela ya - dijo
con una gran excitación.


Yo rápidamente me baje los
pantalones y me cogí mi verga, que ya estaba en todo su esplendor,
y me dispuse a penetrarla. Cuando iba a hacerlo me dijo.


- Sólo por el culo.


Pasé la cabeza de mi polla
por sus nalgas y con una mano aparté el trocito de tela del tanga.


- ¡Métela ya mariconazo!
- exclamó - ¡Vamos rómpele el culo a tu primita!


Excitado por esas palabras se la
metí de un solo golpe hasta los huevos, pero mi prima no lanzó
queja alguna, por lo que deduje que ya había catado varias vergas
por su ano. No sé si fue por el alcohol o por la gran excitación
que tenía por romper el culo a mi prima pero el hecho es que tardé
mucho en correrme. La penetraba sin compasión, aplastando sus pechos
sobre la puerta del ascensor mientras ella se masturbaba.


- Dioos, dios qué bueno,
qué bueno primito - decía entre suspiros. - Finalmente tuve
un gran orgasmo que llenó el culito de mi prima de leche. La saqué
de su culito lo que provocó que mi leche saliera de su culo y se
esparciera por sus medias.


- Joder primo qué bien me
lo has hecho pasar - dijo mientras se subía la falda y volvía
a accionar el ascensor - Qué suerte que tiene mi hermanita. - Yo
sonreí con picardía. Entramos en el apartamento en silencio
para no despertar a nadie. Mi prima me dio un sensual beso en la boca como
despedida por esa noche y sonrió al notar mi nueva erección.


- Joder primito eres insaciable
- dijo y se fue a su habitación dejándome a dos velas.


Fui a mi habitación y que
me quedé plantado ante la puerta de la de mi primita Miriam. Estaba
dormida en su cama, pero se debía haber dormido en sueños
pues estaba totalmente destapada. Impulsado por mi excitación fui
hacia ella. Pese a que ya hacia frío llevaba un pijama de pantalón
corto. Me quité mis pantalones y me le bajé los suyos con
cuidado, se los quité con cuidado y vi sus braguitas blancas y mi
polla pareció crecer más. Se las quité con cuidado
y vi acaricié su tierno coñito. Le abrí las piernas
y debido a mi excitación se la metí de golpe. Mi primita
empezó a gemir en sueños pero yo no aflojé el ritmo
finalmente ella abrió los ojos sorprendida y me sonrió. No
tardó en empezar a moverse al mismo ritmo que yo.


Como antes tardé bastante
en correrme y mi prima tuvo dos orgasmos antes que yo sacara mi polla y
me corriera en su boca. Se trago todo mi leche con glotonería y
me besó haciéndome sentir mi propia leche.


- Me encanta que me despiertes así
podías hacerlo todos los días.


Yo sonreí y le devolví
el beso.


- Claro cariño. Siempre que
tu quieras.


Cogí mi pantalón y
me dirigí a mi habitación. En el pasillo me encontré
a mi prima Maria vestida con su pijama. Sus pezones se marcaban en su camiseta
y no dudé que nos había estado espiando.


- ¿Te ha gustado? - pregunté
con picardía.


Ella no contestó pero me
miró con picardía y se fue hacia su habitación. Yo
sonreí mientras iba a mi habitación. Iba a ser un año
Relato: Mi tia y sus hijas (III)

 

Para mi desgracia el año
pasó rápidamente y al tener la mala suerte de aprobar el
curso me cambié a la universidad de mi ciudad con gran pesar me
despedí de mis primas y mi tía, pues había pasado
un año increíble.


Con mi prima Maria no eché
ningún polvo más, sólo el que os relaté en
el anterior relato, pero en dos ocasiones que nos quedamos solos se avino
a hacerme una buena mamada. Con mí tía si que practiqué
más sexo pero la mayoría de veces me tuve que contentar con
que me la chupase o me masturbase, por miedo a que nos pillaran. Pero a
la que más echaría de menos era a mi primita Miriam con la
que me había acostumbrado a follar casi todos los días. El
día antes de irme nos pegamos un polvazo bestial y al acabar mi
primita comenzó a llorar diciéndome que me echaría
mucho de menos. Yo la calmé diciendo que nos iríamos viendo
y que puede que coincidiéramos en vacaciones.


Así que volví a mi
ciudad al poco de acabar el curso y me tuve que volver acostumbrar a recurrir
a las pajas para aliviar mi calentura. Comencé el curso y conocí
a una compañera con la que empecé a salir. Después
de varias semanas nos acostamos y aunque estuvo bien yo seguía echando
de menos a mi tía y sus primas.


Casi sin que me diera cuenta llegaron
las navidades y las típicas reuniones familiares. La verdad es que
nunca me han gustado esas reuniones, pero entonces pensé en que
vería a mis primas y mi tía y eso me animó. No vinieron
en nochebuena, pues la pasaron con la familia de mi tía en su ciudad
pero en Navidad irían a comer a casa de otra de mis tías
que vivía a pocas calles de donde yo.


Fuimos pronto a casa de mi tía
pues mi madre es la típica a la que les gusta meterse en la cocina
para ayudar. Fueron llegando todos mis familiares y las últimos
fueron mi estimada tía y mis primas.


Mi tía vestía un traje
chaqueta blanco y unas medias del mismo color. Mi primita Miriam un pantalón
ajustado blanco y una camiseta ajustadilla. Mi polla pareció querer
salir ella sola del pantalón al ver a mi primita pues se había
colocado dos coletas que le daban todo el aspecto de una colegiala. Mi
prima Maria vestía un traje rojo oscuro y unas medias negras. Las
tres me saludaron con un efusivo abrazo pero yo me contuve de responder
muy efusivamente pues no quería que mis parientes vieran nada raro.


Después de la típica
charla con los parientes nos sentamos en la mesa para comer. Yo me senté
en una de las esquinas. Al lado se sentó Miriam y al otro otra de
mis primas llamada Nuria. Empecé a hablar con Miriam sobre como
lo había pasado en mi ausencia.


- Me he aburrido mucho - dijo y
me miró con lujuria.


Entonces noté su mano en
mi entrepierna. Yo miré alarmado a mi prima Nuria, pero como la
mesa tenía un mantel largo no veía nada. Seguí hablando
mientras mi verga crecía bajo mis pantalones. Entonces yo bajé
mi mano y empecé a acariciar a mi primita. Introduje la mano entre
sus pantalones y noté su diminuto tanga ya húmedo.


En ese momento se acercó
mi madre y nos preguntó qué queríamos de comer. Rápidamente
quité mi mano, mi prima hizo lo mismo, y le contestamos. Pasé
toda la comida pensando cómo poder tirarme a mi prima. Casi al final
se me ocurrió que ya que me acababa de comprar un ordenador nuevo
podía llevarla a mi casa con la excusa de enseñárselo.


- Claro, claro - dijo mi madre mientras
los padres de mi prima asentían. - Espera que yo también
quiero verlo - dijo Maria.


Yo la miré duramente pensando
que quería joderme el plan.


- Claro enséñalo a
Maria también - aprobó mi madre - Nuria, Jordi, ¿no
queréis verlo vosotros también? - preguntó mi madre
a mis otros primos. - No tita, no me gustan los ordenadores - respondió
Nuria y Jordi dijo más o menos lo mismo. - Salí de casa de
mi tía bastante enfadado consciente que la oportunidad se me había
escapado y no dije nada en todo el camino. Cuando llegamos a mi piso entramos
en el ascensor y me fije en las sonrisas de mis dos primas.


- Seguro que pensabas follarte a
Miriam - empezó Maria a lo que yo me ruboricé - ¡Pero
qué te has creído! - Yo, yo... - No te vas a follar sólo
a mi hermanita - dijo. - Yo me callé y la miré fijamente
sin saber qué decir. Miré a Miriam que se estaba riendo.


- Me aburría mucho yo sola
- dijo con voz de niña pequeña - Y Maria quiso jugar alguna
vez conmigo. Me contó que tu jugabas con ella. - Esas tenemos ¿ehh?
- dije con una gran sonrisa.


Bajamos del ascensor y abrí
la puerta de mi casa. Mis primas me empujaron hacia adentro y me echaron
sobre el sofá. Se abalanzaron sobre mí y sin dejar de besarme
y acariciarme me desnudaron completamente.


Entonces se lanzaron las dos hacia
mi verga que tenía una erección increíble. Las dos
devoraban mi polla, y había veces en que sus bocas se encontraban
y no dudaban en besarse. Eso me excitó tanto que no tardé
en correrme. Las dos lo notaron y abrieron bien sus bocas para recibir
mis chorros de leche que les bañó la cara. Mis primas se
lamieron mi leche de la cara la una a la otra.


Se pusieron de pie y empezaron a
desnudarse. Maria se quedó sólo con las medias y Miriam con
el tanguita que se quitó completamente mojado.


- Te han crecido las tetitas cariño
- le dije a Miriam que sonrió. Ahora también tenía
más vello pero aún no llegaba al bosque de su madre. Por
su parte Maria llevaba su conejito perfectamente depilado. - - Me aburría
tanto que me divertía yo sola - me dijo Miriam. - Pero es más
divertido jugar juntas - indicó Maria y se estiró en el suelo.
- Miriam se puso de rodillas sobre su cara para que su hermana pudiera
lamerle el coño. Pero no tardó en agacharse para lamer el
de Maria iniciando un excitante 69. Viendo a mis dos primas follar de esa
manera hizo que mi polla recuperara todo su esplendor al momento. Me coloqué
detrás de Miriam y le puse la polla en la boca a Maria que me la
chupó con frenesí.


- Sí así, así
- le decía. - Maria alternaba mi polla con el coño de su
hermana que pedía a gritos que me la follara. Cosa que no dude en
hacer. De un solo golpe se la metí en el culo hasta los huevos.
Mi primita chilló de dolor y yo me paré para que se acostumbrara
a tenerla dentro.


- ¡Vamos no pares, fóllame,
fóllame! - gritaba Miriam fuera de sí.


Empecé a metérsela
a lo bestia lo que provocó una seria de gritos de placer y dolor
en mi primita. Cada vez que sacaba mi polla del culito de Miriam notaba
como la lengua de Maria la lamía.


- ¡Me corro, me corro! - exclamó
mi primita - ¡Ahhhhhhhhhhhhh!


Yo continué penetrándola
con fuerza varios minutos más hasta que le llené su culito
de leche. Saqué mi polla e hice que Maria me la volviera a chupar,
mi prima se la tragó entera y noté que en ese momento tenía
un orgasmo.


Mi primita Miriam se levantó
deseosa de volver a sentir mi polla en su boca. Maria se puso de rodillas
y Miriam a su lado, las dos con la boca abierta. Yo fui metiendo mi polla
ora en una ora en la otra hasta que se recuperó.


- Ahora me toca a mí - dijo
Maria. - Hizo que me sentara en el sofá y se colocó encima
mío, metiéndose ella misma mi polla en su encharcado coño
y empezó a botar lanzando gemidos de placer. Yo estaba en la gloria
después de todo nunca me había follado por el coño
a mi prima. Miriam se puso a mi lado y mientras acariciaba los pechos de
su hermana me besaban a mi con pasión. Hubo un momento en que los
tres nos besamos y nuestras lenguas se juntaron. Maria tuvo un orgasmo
y se desmontó dejando su puesto a su hermanita con un gesto. Miriam
se colocó sobre mi polla y se dejó caer de un golpe, siendo
así penetrada de golpe. Miriam gritaba de placer mientras Maria
no dejaba de acariciar su coño y me besaba.


No sé si era por el morbo
de follarme a mis dos primas o por otro motivo que mi capacidad de aguante
era increíble. Miriam tuvo dos orgasmos más antes de volver
a ceder su puesto a Maria que estaba tan deseosa que se estaba masturbando
con tres dedos introducidos en su coño. Pero Maria se colocó
de espaldas a mí y cogiendo mi polla la dirigió hacia su
culo. Yo al ver sus intenciones apunté la cabeza de mi verga hacia
su ano y la penetré, mi prima se dejo caer siendo totalmente empalada
provocando un grito de dolor.


Miriam se puso de rodillas delante
de donde estábamos sentados y empezó a lamer el coño
de su hermanita y penetrarla con los dedos.


- ¡Siiiiii, hermanita no pares!


Estábamos tan excitados que
no oímos la puerta. Antes que nos diéramos cuenta mí
tía entro y provocó que Maria chillara del susto.


- ¡Mamá! -exclamó
Miriam levantándose y tapándose. - Mi tía nos miraba
fijamente pero no parecía sorprendida.


- Ya me esperaba algo así
por eso me decidí a venir yo sola - dijo. - Maria y Miriam se habían
levantado pero yo me había quedado sentado en el sofá con
la polla erecta y llena de flujos.


- Has sido muy malo, sospechaba
que no solo disfrutabas de mí pero nunca hubiera imaginado esto
- continuó mi tía, que no parecía enfadada y se acercó
al sofá- Creo que tengo que castigarte. - Se sentó y se tragó
mi polla. La chupaba como si le fuera la vida en eso y me llevó
rápidamente al orgasmo. Yo levanté la falda de su traje y
metí mis dedos bajo sus bragas que estaban húmedas. Me corrí
en su boca y entonces vi a mis dos primas mirarnos con los ojos muy abiertos.
Maria era la más sorprendida pues Miriam me había visto haciéndolo
con su madre.


Mi tía se levantó
y se quitó el traje dejándose sólo las medias y el
sujetador.


- ¿Sois muy mayores para
jugar con mamaíta? - Mis primas se miraron sorprendidas y se acercaron
a su madre y empezaron a acariciarla. Mi tía se estiró en
el suelo y Miriam se puso de cuatro patas y colocó su cara entre
sus piernas para chuparle el coño. Maria acercó su coño
al de su madre y esta empezó a lamerlo con desespero. Mi polla parecía
no querer descansar pues ya estaba dura como una piedra. Me coloque detrás
de Miriam y se la metí por el coño. Mi prima empezó
a remover su trasero.


- Más, más - decía.
- Maria fue la primera en correrse, mi tía lo hizo después
y Miriam la siguió entre aullidos de placer.


- Me corro, me corroooo - exclamé
sacándola del coñito de mi prima para bañarla con
mi semen. - Miriam se puso de rodillas y Maria y mi tía Lourdes
se colocaron a su lado. Mi verga empezó a lanzar una abundante lluvia
de leche que cayó sobre los rostros de mi tía y sus hijas
que la esperaban con las bocas abiertas. Las tres se lamieron mutuamente
los restos de mi corrida. Mi excitación no bajaba por lo que mi
pene quedó semirígido. Mi tía me miró y sonrió.


Estuvimos follando durante casi
una hora entera en la que penetré a cada una de ellas por delante
y por el detrás, llegando a correrme cuatro veces más. En
mi último orgasmo caía exhausto y pensé con alegría
en que mis primas y mi tía volverían para Reyes. Además
mi tía me dijo que había hablado con mi madre para irnos
juntos de vacaciones con lo que podría disfrutar de mi querida tía

2 comentarios - Mi tía y mi prima

elooy2323 +1
AJAJAJAJAAJAJAJAJAJ siii claaaro claaaro ya te vimos.