No dejes de pasar por mi mejor post
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir!
Casi tenía treinta años cuando terminé mis estudios y me recibía de periodista, después de fracasar en arquitectura y medicina, al fin había encontrado mi camino.
Como en muchas carreras, el último año debía presentar un proyecto final, en este caso, un reportaje original.
La verdad que me costó mucho poder elaborarlo y por las dudas, me esmeré en preparar cuatro opciones diferentes para tener más de una carta bajo la manga.
Lo que les dejaré a continuación fue una de las cuatro opciones, una historia que al final no presenté, pero entiendo que a ustedes les gustará.
Estaba un tanto apabullada con el tema puesto que no encontraba demasiadas cosas originales, Victor, un amigo de años, sabiendo lo que estaba viviendo, me sugirió dialogar con una chica de vida bastante fuera de lo convencional, una ‘amiga’ como el la llamó con una sonrisa mentirosa en sus labios. Yo entendí sus palabras y accedí a la propuesta en la que él hizo de nexo entre ambas.
Preparé alguna preguntas en lo que yo imaginaba se desarrollaría la conversación, sin embargo comprobaría que el diálogo no iría por donde yo había imaginado.
Luego de hablar con ella por mi móvil e intercambiar varios WhatsApp se produjo el encuentro en su departamento.
Esa mañana hacía frío, compre unas facturas para no caer con las manos vacías y para romper el hielo, Lulú (hacía se hacía llamar) me recibió y me invitó a pasar, dejamos las facturas sobre la mesa y me hizo poner cómoda haciéndome sentar en una silla mientras ella fue a preparar unos mates los cuales yo aceparía con gusto.
Los minutos que demoro para calentar el agua sobre el fuego me bastaron para recorrer con mi vista el pequeño ambiente, y también a Lulú, captando detalles propios a mi profesión.
La calefacción estaba demasiado alta, por lo que pronto deje los abrigos de lado, el monoambiente era demasiado pequeño y me pareció sofocante, reinaba un desorden descomunal, las facturas descansaban al borde de la mesa, puesto que estaba casi toda ocupada con ropa por planchar, un par de libros, y una billetera por la que asomaban algunos pesos, un led colgaba en la pared, visiblemente ladeado, cosa que me ponía nerviosa, una biblioteca donde estaban mezcladas las cosas más insólitas como tiradas al azar, varias pinturas, un paquete de toallas femeninas abierto, una manzana mordisqueada, algunos adornos, un par de celulares, y demás cosas que me serían interminables de narrar. A unos metros su cama de dos plazas sin armar, un par de tangas en el piso que por la forma de estar enrolladas adiviné que no eran limpias, se mezclaban con varios zapatos de finos tacos y sobre la mesa de luz, varias cajas de cigarrillos y también una de preservativos se confundían entre sí.
Lo que alcancé a divisar de la cocina no fue mejor, varios platos en el fregadero con mugre de días y botellas de bebidas que se fueron vaciando y ese parecía ser su destino final, amontonadas a un lado.
Me llamó la atención como todo este deprimente cuadro no encajaba con la dueña de casa, Lulú a pesar de la hora estaba impecable, no era muy alta, más bien tirando a baja, cabello negro perfectamente recogido, ojos verdes pintados y maquillaje sugerentemente esparcido sobre su rostro, unos llamativos pendientes lucían en sus orejas más un diminuto piercing que atravesaba su nariz.
Un top rojo cubría sus pechos que se me antojaron artificiales por el tamaño y por los movimientos adiviné que no traía puesto sostén, su vientre lucía plano donde resaltaba otro piercing, esta vez en su ombligo.
Lulú tenía un short de licra que parecía pintado en su cuerpo, era pequeño, los cuartos inferiores de sus cachetes quedaban al descubierto y resaltaba una cola de envidiables proporciones, por delante parecía enterrársele en su concha resaltándosela de tal manera que era casi imposible no mirar hacia ese lugar.
Sus piernas lucían un bronceado perfecto y a mi gusto se notaban demasiado musculadas, casi propias de fisicoculturista, donde se notaba un trabajo constante en gimnasios.
Tal vez el detalle que no cuadraba era que solo estaba con unas ojotas taconas más propias de un día de playa que de una jornada de hogar.
Lulú tenía algunos tatuajes, pero sin dudas llamó mi atención una anaconda gigante y amenazante que lucía en todo su flanco derecho, desde la axila hasta la rodilla, que se veía poderosamente real.
Al venir a sentarse a mi lado con la pava ya humeante di por terminada mi inspección ocular, comenzamos a dialogar, algunas cosas que no interesan en el caso hasta que decidimos comenzar formalmente con la entrevista, pensaba grabar la conversación pero me solicitó que no lo hiciera, podía tomar nota, pero nada de grabar, saqué mis preguntas improvisadas y entre mate y mate, al final resultó lo siguiente
Bueno Lulú, tu verdadero nombre y tu edad
Mi edad, veinticuatro, mi verdadero nombre, ‘María’, que cómico no? tantos nombres y mamá fue a elegir justo María…
Y desde cuando eres Lulú?
Siempre fui Lulú, desde pequeña, yo solo lo elegí y obligaba a todos a que me llamaran así, María no era para mí, al final, me salí con la mía…
Cómo te ganas la vida?
No es algo fijo, pero bailo por las noches en un club de caballeros, tipo stripper, pero no te confundas, dije bailo, solo eso lo demás corre por tu imaginación. Algunos fines de semana también soy promotora en carreras de autos, tu sabes, calzas, botas, sombrilla, gorrita, típico…
Perfecto, y como sería un día normal de Lulú?
Suelo levantarme muy tarde y acostarme muy tarde también, por las tardes tengo una rutina de gimnasio, se necesita mucha fuerza de piernas y brazos para mantenerse bailando en el caño y ser sensual al mismo tiempo, por las noches generalmente bailo, y por las mañana duermo, salvo excepciones como la de hoy.
En este punto ella cambiaba la yerba dado que los mates empezaban a ponerse horribles
Cuéntame, como llegaste a este punto?
Tomó un mate, pensó y contestó
Creo que por rebelión a mi madre, verás, a ella solo le importaba ella, su imagen, su prestigio, lo que la gente pudiera decir, siempre me marcó mis comportamientos, siempre preocupada por que ‘la nena’ no la hiciera quedar mal en sus círculos de poder, siempre tapando con dinero el amor de madre que nunca me dio
Entonces para llevarle la contra…
Correcto, una cosa llevó a otra, mi rebelión adolescente, los desplantes, las discusiones, poco a poco nos distanciamos, hace años que no la veo ni se nada de ella, tampoco me importa.
Qué hay de tu familia?
Nunca conocí a mi papá, ni su familia, soy única hija, hija de madre soltera. Mamá tuvo muchas parejas, pero claro, ninguna tenía el nivel suficiente para ella. Mis abuelos maternos se llevaban como el demonio, vivían bajo el mismo techo por conveniencia, pero dormían en cuartos separados. Mi madre tiene un hermano en Europa, y una hermana mayor que vivía cerca de casa, ella tiene un hijo, mi primo, no mucho más…
Y piensas formar una familia, tener hijos?
Tener hijos… algún día, familia? Con los antecedentes que termino de contarte… difícil, no creo en el amor ‘contigo pan y cebolla’, ese amor eterno de telenovelas, soy más del ‘touch and go’
Terminé de masticar una factura y apreté el acelerador
Vamos a hacer esto más ‘picante’, te parece?
Vamos! Esa es la idea – respondió con una sonrisa pecaminosa –
Como te describes en la cama?
Ja! soy muy puta si es lo que quieres saber, no tengo objeciones, soy muy ‘open mind’ y si un tipo me gusta voy a fondo
En que te destacas?
Sin dudas en chupar pijas, es algo que me enloquece, una adicción, te puedo garantizar que no encontrarás un tipo de los que me cogí que te diga que no le hice una buena mamada.
Tan así?
Tan así. me gusta llegar a fondo, que me acabe en la boca y tragar todos sus jugos…
Te has acostado con muchos hombres?
Muchos, pocos, todo es relativo, cuanto es mucho? cuanto es poco?, hasta veinte llevé la cuenta, te diría más de cien, tú dices si es mucho o poco…
Buena marca, y me dices que nunca cobraste por sexo?
Jamás! Te lo juro, yo no soy una prostituta, a mí me gusta que me cojan bien cogida!
Estiraba un nuevo mate, la conversación me ponía caliente, sentía un escozor en mi vagina, seguí preguntando
Cuéntame de tu primera vez
Mi primera vez… o lo que para mi cuenta como la primera vez. Te narré antes que tenía un primo, hijo de la hermana de mi madre y él vivía cerca de mi casa. Bueno, mamá trabajaba mucho por su obsesión por el dinero, y apenas notó que pude desenvolverme sin su ayuda no dudó en dejarme sola para dedicarle más horas a su trabajo. Yo tenía doce, y a pesar de ser una niña tenía toda la teoría en mi cabeza y me masturbaba en soledad. Carlos, mi primo, tenía dieciséis y pasaba casi a diario por casa a ver si todo estaba bien, obviamente enviado por su madre, mi tía. Yo lo veía a él como un súper hombre, un súper protector y siempre nos quedábamos un tiempo platicando de cualquier pavada.
Ya lo veo venir… - cortando su narración para hacer una pausa –
Y bueno, una mañana tomé la iniciativa y saqué el tema, y si bien era una niña sabía cada cosa que hacía y fui yo quien lo acorralé a él, que en definitiva, también era un adolescente. Estando solos, le dije que tenía curiosidad por ver un pene, nunca había visto uno y tenía muchas intrigas. Al principio él no quería saber nada, se molestaba por la situación y porque éramos primos, pero al final accedió. Lo recuerdo como si fuera ahora, mientras aflojaba el cinto para abrir el jean y bajar su ropa mis ojos estaban clavados entre sus piernas, esperaba con la misma ansiedad que esperaba años atrás una muñeca en un cumpleaños.
Me sentía extasiada por los detalles de su narrativa, por lo que solo la dejé seguir sin interrumpir
Al fin Carlos sacó su pene, y se respiró un tenso silencio en el lugar, no sabía qué hacer, que decir, entonces él tomó mi mano y lo llevó hacia él, fue mi primer contacto, lo sentí suave y frágil, me gustó, me enseñó lentamente como pajearlo y de golpe se hizo gigante, me pareció enorme, se elevó como un mástil, ambos sabíamos que debíamos parar, pero como hacerlo?. Sin palabras, como por instinto, me acerqué, me arrodille, y llevé mi boca a él, sentía una rara picazón entre mis piernas, lo bese, una y otra vez, empecé a chuparlo, mirando de reojo sus líneas, sus formas, Carlos estaba recostado sobre una pared, rendido a lo que estábamos haciendo, tomó mi cabeza y me empujó suavemente para que no la sacara su verga de mi boca, cosa que no pensaba hacer bajo ningún punto de vista, quería llegar al final, no sabía cómo sería pero quería hacerlo y solo seguí y seguí y seguí, hasta que pasó lo que tenía que pasar. Él se puso tenso, parecía tener espasmos, de pronto su verga pareció crecer más todavía y escupió un chorro de leche en mi boca, sentí tocar el cielo con las manos, y largó otro y otro más, empecé a jugar con el semen en mi boca, de un lado a otro, a sentir su sabor, a probar su textura, para al final tragar hasta la última gota…
Pero fue solo sexo oral?
Correcto, recuerdo que me asusté porque me sentí toda mojada, fui corriendo al baño y efectivamente estaba llena de mis flujos, estaba enloquecida, al borde de la locura. Para mí fue la primera vez, en ese momento supe en lo que sería buena y lo que quería hacer, obviamente no fue una mamada perfecta ni mucho menos, pero fue la primera de muchas…
De muchas?
Y si, se hizo como una rutina, Carlos pasaba a diario y le pegaba una buena mamada, y nos enviciamos, llegamos a hacerlo hasta siete veces en una mañana…
Uf! Puedo imaginarlo…
Ella se levantó y fue a calentar una segunda pava para seguir con los mates, aproveché ese lapso para repasar todo mentalmente, para tranquilizarme un poco puesto que toda su historia me excitaba bastante y me costaba mantenerme en eje, Lulú volvió a mi lado
CONTINUARA…
Tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘EL REPORTAJE’ a dulces.placeres@live.com
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir!
Casi tenía treinta años cuando terminé mis estudios y me recibía de periodista, después de fracasar en arquitectura y medicina, al fin había encontrado mi camino.
Como en muchas carreras, el último año debía presentar un proyecto final, en este caso, un reportaje original.
La verdad que me costó mucho poder elaborarlo y por las dudas, me esmeré en preparar cuatro opciones diferentes para tener más de una carta bajo la manga.
Lo que les dejaré a continuación fue una de las cuatro opciones, una historia que al final no presenté, pero entiendo que a ustedes les gustará.
Estaba un tanto apabullada con el tema puesto que no encontraba demasiadas cosas originales, Victor, un amigo de años, sabiendo lo que estaba viviendo, me sugirió dialogar con una chica de vida bastante fuera de lo convencional, una ‘amiga’ como el la llamó con una sonrisa mentirosa en sus labios. Yo entendí sus palabras y accedí a la propuesta en la que él hizo de nexo entre ambas.
Preparé alguna preguntas en lo que yo imaginaba se desarrollaría la conversación, sin embargo comprobaría que el diálogo no iría por donde yo había imaginado.
Luego de hablar con ella por mi móvil e intercambiar varios WhatsApp se produjo el encuentro en su departamento.
Esa mañana hacía frío, compre unas facturas para no caer con las manos vacías y para romper el hielo, Lulú (hacía se hacía llamar) me recibió y me invitó a pasar, dejamos las facturas sobre la mesa y me hizo poner cómoda haciéndome sentar en una silla mientras ella fue a preparar unos mates los cuales yo aceparía con gusto.
Los minutos que demoro para calentar el agua sobre el fuego me bastaron para recorrer con mi vista el pequeño ambiente, y también a Lulú, captando detalles propios a mi profesión.
La calefacción estaba demasiado alta, por lo que pronto deje los abrigos de lado, el monoambiente era demasiado pequeño y me pareció sofocante, reinaba un desorden descomunal, las facturas descansaban al borde de la mesa, puesto que estaba casi toda ocupada con ropa por planchar, un par de libros, y una billetera por la que asomaban algunos pesos, un led colgaba en la pared, visiblemente ladeado, cosa que me ponía nerviosa, una biblioteca donde estaban mezcladas las cosas más insólitas como tiradas al azar, varias pinturas, un paquete de toallas femeninas abierto, una manzana mordisqueada, algunos adornos, un par de celulares, y demás cosas que me serían interminables de narrar. A unos metros su cama de dos plazas sin armar, un par de tangas en el piso que por la forma de estar enrolladas adiviné que no eran limpias, se mezclaban con varios zapatos de finos tacos y sobre la mesa de luz, varias cajas de cigarrillos y también una de preservativos se confundían entre sí.
Lo que alcancé a divisar de la cocina no fue mejor, varios platos en el fregadero con mugre de días y botellas de bebidas que se fueron vaciando y ese parecía ser su destino final, amontonadas a un lado.
Me llamó la atención como todo este deprimente cuadro no encajaba con la dueña de casa, Lulú a pesar de la hora estaba impecable, no era muy alta, más bien tirando a baja, cabello negro perfectamente recogido, ojos verdes pintados y maquillaje sugerentemente esparcido sobre su rostro, unos llamativos pendientes lucían en sus orejas más un diminuto piercing que atravesaba su nariz.
Un top rojo cubría sus pechos que se me antojaron artificiales por el tamaño y por los movimientos adiviné que no traía puesto sostén, su vientre lucía plano donde resaltaba otro piercing, esta vez en su ombligo.
Lulú tenía un short de licra que parecía pintado en su cuerpo, era pequeño, los cuartos inferiores de sus cachetes quedaban al descubierto y resaltaba una cola de envidiables proporciones, por delante parecía enterrársele en su concha resaltándosela de tal manera que era casi imposible no mirar hacia ese lugar.
Sus piernas lucían un bronceado perfecto y a mi gusto se notaban demasiado musculadas, casi propias de fisicoculturista, donde se notaba un trabajo constante en gimnasios.
Tal vez el detalle que no cuadraba era que solo estaba con unas ojotas taconas más propias de un día de playa que de una jornada de hogar.
Lulú tenía algunos tatuajes, pero sin dudas llamó mi atención una anaconda gigante y amenazante que lucía en todo su flanco derecho, desde la axila hasta la rodilla, que se veía poderosamente real.
Al venir a sentarse a mi lado con la pava ya humeante di por terminada mi inspección ocular, comenzamos a dialogar, algunas cosas que no interesan en el caso hasta que decidimos comenzar formalmente con la entrevista, pensaba grabar la conversación pero me solicitó que no lo hiciera, podía tomar nota, pero nada de grabar, saqué mis preguntas improvisadas y entre mate y mate, al final resultó lo siguiente
Bueno Lulú, tu verdadero nombre y tu edad
Mi edad, veinticuatro, mi verdadero nombre, ‘María’, que cómico no? tantos nombres y mamá fue a elegir justo María…
Y desde cuando eres Lulú?
Siempre fui Lulú, desde pequeña, yo solo lo elegí y obligaba a todos a que me llamaran así, María no era para mí, al final, me salí con la mía…
Cómo te ganas la vida?
No es algo fijo, pero bailo por las noches en un club de caballeros, tipo stripper, pero no te confundas, dije bailo, solo eso lo demás corre por tu imaginación. Algunos fines de semana también soy promotora en carreras de autos, tu sabes, calzas, botas, sombrilla, gorrita, típico…
Perfecto, y como sería un día normal de Lulú?
Suelo levantarme muy tarde y acostarme muy tarde también, por las tardes tengo una rutina de gimnasio, se necesita mucha fuerza de piernas y brazos para mantenerse bailando en el caño y ser sensual al mismo tiempo, por las noches generalmente bailo, y por las mañana duermo, salvo excepciones como la de hoy.
En este punto ella cambiaba la yerba dado que los mates empezaban a ponerse horribles
Cuéntame, como llegaste a este punto?
Tomó un mate, pensó y contestó
Creo que por rebelión a mi madre, verás, a ella solo le importaba ella, su imagen, su prestigio, lo que la gente pudiera decir, siempre me marcó mis comportamientos, siempre preocupada por que ‘la nena’ no la hiciera quedar mal en sus círculos de poder, siempre tapando con dinero el amor de madre que nunca me dio
Entonces para llevarle la contra…
Correcto, una cosa llevó a otra, mi rebelión adolescente, los desplantes, las discusiones, poco a poco nos distanciamos, hace años que no la veo ni se nada de ella, tampoco me importa.
Qué hay de tu familia?
Nunca conocí a mi papá, ni su familia, soy única hija, hija de madre soltera. Mamá tuvo muchas parejas, pero claro, ninguna tenía el nivel suficiente para ella. Mis abuelos maternos se llevaban como el demonio, vivían bajo el mismo techo por conveniencia, pero dormían en cuartos separados. Mi madre tiene un hermano en Europa, y una hermana mayor que vivía cerca de casa, ella tiene un hijo, mi primo, no mucho más…
Y piensas formar una familia, tener hijos?
Tener hijos… algún día, familia? Con los antecedentes que termino de contarte… difícil, no creo en el amor ‘contigo pan y cebolla’, ese amor eterno de telenovelas, soy más del ‘touch and go’
Terminé de masticar una factura y apreté el acelerador
Vamos a hacer esto más ‘picante’, te parece?
Vamos! Esa es la idea – respondió con una sonrisa pecaminosa –
Como te describes en la cama?
Ja! soy muy puta si es lo que quieres saber, no tengo objeciones, soy muy ‘open mind’ y si un tipo me gusta voy a fondo
En que te destacas?
Sin dudas en chupar pijas, es algo que me enloquece, una adicción, te puedo garantizar que no encontrarás un tipo de los que me cogí que te diga que no le hice una buena mamada.
Tan así?
Tan así. me gusta llegar a fondo, que me acabe en la boca y tragar todos sus jugos…
Te has acostado con muchos hombres?
Muchos, pocos, todo es relativo, cuanto es mucho? cuanto es poco?, hasta veinte llevé la cuenta, te diría más de cien, tú dices si es mucho o poco…
Buena marca, y me dices que nunca cobraste por sexo?
Jamás! Te lo juro, yo no soy una prostituta, a mí me gusta que me cojan bien cogida!
Estiraba un nuevo mate, la conversación me ponía caliente, sentía un escozor en mi vagina, seguí preguntando
Cuéntame de tu primera vez
Mi primera vez… o lo que para mi cuenta como la primera vez. Te narré antes que tenía un primo, hijo de la hermana de mi madre y él vivía cerca de mi casa. Bueno, mamá trabajaba mucho por su obsesión por el dinero, y apenas notó que pude desenvolverme sin su ayuda no dudó en dejarme sola para dedicarle más horas a su trabajo. Yo tenía doce, y a pesar de ser una niña tenía toda la teoría en mi cabeza y me masturbaba en soledad. Carlos, mi primo, tenía dieciséis y pasaba casi a diario por casa a ver si todo estaba bien, obviamente enviado por su madre, mi tía. Yo lo veía a él como un súper hombre, un súper protector y siempre nos quedábamos un tiempo platicando de cualquier pavada.
Ya lo veo venir… - cortando su narración para hacer una pausa –
Y bueno, una mañana tomé la iniciativa y saqué el tema, y si bien era una niña sabía cada cosa que hacía y fui yo quien lo acorralé a él, que en definitiva, también era un adolescente. Estando solos, le dije que tenía curiosidad por ver un pene, nunca había visto uno y tenía muchas intrigas. Al principio él no quería saber nada, se molestaba por la situación y porque éramos primos, pero al final accedió. Lo recuerdo como si fuera ahora, mientras aflojaba el cinto para abrir el jean y bajar su ropa mis ojos estaban clavados entre sus piernas, esperaba con la misma ansiedad que esperaba años atrás una muñeca en un cumpleaños.
Me sentía extasiada por los detalles de su narrativa, por lo que solo la dejé seguir sin interrumpir
Al fin Carlos sacó su pene, y se respiró un tenso silencio en el lugar, no sabía qué hacer, que decir, entonces él tomó mi mano y lo llevó hacia él, fue mi primer contacto, lo sentí suave y frágil, me gustó, me enseñó lentamente como pajearlo y de golpe se hizo gigante, me pareció enorme, se elevó como un mástil, ambos sabíamos que debíamos parar, pero como hacerlo?. Sin palabras, como por instinto, me acerqué, me arrodille, y llevé mi boca a él, sentía una rara picazón entre mis piernas, lo bese, una y otra vez, empecé a chuparlo, mirando de reojo sus líneas, sus formas, Carlos estaba recostado sobre una pared, rendido a lo que estábamos haciendo, tomó mi cabeza y me empujó suavemente para que no la sacara su verga de mi boca, cosa que no pensaba hacer bajo ningún punto de vista, quería llegar al final, no sabía cómo sería pero quería hacerlo y solo seguí y seguí y seguí, hasta que pasó lo que tenía que pasar. Él se puso tenso, parecía tener espasmos, de pronto su verga pareció crecer más todavía y escupió un chorro de leche en mi boca, sentí tocar el cielo con las manos, y largó otro y otro más, empecé a jugar con el semen en mi boca, de un lado a otro, a sentir su sabor, a probar su textura, para al final tragar hasta la última gota…
Pero fue solo sexo oral?
Correcto, recuerdo que me asusté porque me sentí toda mojada, fui corriendo al baño y efectivamente estaba llena de mis flujos, estaba enloquecida, al borde de la locura. Para mí fue la primera vez, en ese momento supe en lo que sería buena y lo que quería hacer, obviamente no fue una mamada perfecta ni mucho menos, pero fue la primera de muchas…
De muchas?
Y si, se hizo como una rutina, Carlos pasaba a diario y le pegaba una buena mamada, y nos enviciamos, llegamos a hacerlo hasta siete veces en una mañana…
Uf! Puedo imaginarlo…
Ella se levantó y fue a calentar una segunda pava para seguir con los mates, aproveché ese lapso para repasar todo mentalmente, para tranquilizarme un poco puesto que toda su historia me excitaba bastante y me costaba mantenerme en eje, Lulú volvió a mi lado
CONTINUARA…
Tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘EL REPORTAJE’ a dulces.placeres@live.com
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