Como a muchos de los que rondamos esta página, a mi me pasa, que busco un poco de excitación para lograr estimularme un poco, porque en lo que respecta a mi vida sexual...al menos en los últimos años...
Vivo en pareja hace tanto tiempo que pensarlo me bajonea. Igual, tengo que aceptar que soy un afortunado: mi mujer sigue estando muy bien. Se cuida para eso. Hace ejercicio, se preocupa por la imagen... sobre todo desde hace un tiempo. No es ese el tema. Quizá sí, debo admitir, yo me haya dejado estar un poco...
La veo a ella, sin embargo, y la encuentro, aún, muy atractiva. Digo 'aún' por el tiempo que llevamos juntos. Muchos podrían cansarse después de estar tanto tiempo únicamente con una sola persona. En ese sentido soy un afortunado. Eventualmente tengo la fortuna de poder disfrutar de ese físico espléndido de mujer madura, comerle la conchita a gusto, lamerle los pechos y, si la rigidez de la excitación me lo permite, disfrutar, a fondo, de ese culo hermoso que tiene y que sé, más de un padre del colegio de los chicos, le relojea al pasar cada tarde.
Aunque tristemente tengo que admitir, que cada vez hay menos encuentros. Creo que las cuestiones cotidianas, los dramas de la actualidad, etc., etc., convirtieron a la noche, que era nuestro momento de encuentro, en un espacio para el descanso y lograron transformar nuestra cama, adónde 10 años atrás nos matábamos, en un espacio pura y exclusivamente reservado para el sueño.
Para colmo desde hace un tiempo, los fines de semana, que era nuestro día juntos, decidimos salir por separado, para airear un poco la cabeza, después de ese encierro tan nocivo que fue la cuarentena. Así que ella sale a cenar con la hermana o alguna amiga o compañera del trabajo. Y yo... Bueno, en realidad mis amigos viven su vida familiar y no tengo quien me haga la segunda los viernes o sábados por la noche. En fin me pongo al día con alguna serie en Netflix o aprovecho para navegar un poco en poringa!
Por eso hace rato que entre semana también me desvelo mirando esas fotos de poringueras que son unas diosas, o esos packs de pendejas que son re zarpadas. Que locas que están las pibas ¿Vieron lo que son...? O esos videos amateurs donde un flaco de pija increíblemente larga, gorda y dura le dá con todo a una mina (o a dos!). Y esas minas (pendejas o maduras) tan putas, tan entregadas... Esas que no se hacen drama en comerse hasta la garganta una pija cualquiera, o que le limpian la pija al flaco que acaba de hacerle el culo a su amiga... O esas que se pajean y se chupan los dedos mojados de excitación y se lo dedican a algún afortunado. ¡Cómo me pone verlas así, tan dispuestas a todo en ese momento de calentura, tan entregadas! Me hacen recordar, salvando las distancias, a mi mujer en nuestros primeros tiempos, cuando la pija todavía se me ponía dura como una piedra y podíamos pasar todo un fin de semana encerrados en pelotas para garchar cuando pintara. Recuerdo el olor del departamento en esas oportunidades. Olor a sexo puro. Creo que ni nos bañabamos... En fin, hoy por hoy, en cinco minutos, cada noche, calmo la fiera y duermo placenteramente.
En lo personal a veces medito la posibilidad de sacarme las ganas con alguna mina por ahí, pero el presupuesto en estos días no me dá para pagar y las mujeres que tengo cerca no me dan mucha pelota.
En ese sentido, lo más estimulante que sucede cerca mío, son las historias que me cuenta Maxi, mi compañero de trabajo. El hijo de puta, a pesar de tener mi misma edad, se mantiene intacto, le gusta verse bien y vive la vida de una manera... Se casó el mismo año que yo, pero no le duró mucho, le gusta la joda desde siempre. Dicen que viene bien dotado. Yo no lo ví pero el lo deja entender cuando cuenta alguna de sus aventuras.
La cosa es que tras años de laburar juntos nos hicimos amigos y a mí me gusta escuchar sus historias, que a veces vienen acompañadas de alguna fotito o hasta algún vídeo. ¡Por diossss! ¡Cada bomboncito le ví comerse...! A mí me sirve. Más de una vez aproveché sus historias para hacerme la cabeza y largar la leche a la noche...Por ejemplo, esa vez que fué a buscar a uno de sus hijos a la escuela y de la nada le pareció que había una de las maestras que lo miró un poco de más. Bastó eso nada más. Con labia se le acercó y hablando la convenció de acercarla a la casa. La dejó en la puerta como si nada. Después llevó al nene a lo de su ex, lo largó y se volvió a los pedos a lo de la 'seño'. Dice que la muy guacha lo estaba esperando con un conjuntito increíble y que esa tarde le entregó hasta el orto y le tomó la leche dos veces. ¡Que hijo de puta! ¡No perdona nada! ¡20 añitos tenía la seño! Menos de la mitad de la edad nuestra. Y se la siguió cogiendo todo el año, hasta que se cansó.
Igual, él dice que prefiere las minas más maduras. Las casadas sobre todo. Dice que son muy agradecidas con los que, como él, se las cogen bien. Además se olvida así de tener algún quilombito, como le pasó con esa maestra que se enamoró de él y después de varios garches quería que la cosa fuera a más. No. Eso a Maxi no le va. A él le gusta comer bien, pero libremente. Arriesgar un poco más, no estancarse.
En confianza, me cuenta del último trofeo que viene disfrutando. Dice que la mina es un infierno de lo trola que es. Parece que no está muy bien atendida en casa y que apenas se le insinuó agarró viaje como loca. Me cuenta que le dijo que recién con él descubrió, a pesar de los años que lleva de casada, lo que es disfrutar de verdad. Y parece que a Maxi le gustó porque hace rato que me cuenta de esta mina y nunca lo vi tan enganchado con uno de sus levantes. Ojo, no es que se haya enamorado. No creo que sea eso. Por lo que descubrí, a él le gusta porque la mina entrega todo y no reprocha nada. Si hasta me contó que, entre semana la cruzó de casualidad con el auto en la calle, la hizo subir, le dijo "chupamela y sacame la leche" así nomás, y la mina no dijo ni un pero y le entró a lamer la verga hasta vaciarlo... A plena luz del dia y a la vuelta de la casa de ella ¡Que hijo de puta...! Le gusta esa adrenalina de estar al límite. Me cuenta que a la mina, tan recatadita, tan de su casa, la volvió tan puta que a veces va con algún amigo a cogérsela entre los dos. ¡Las pajas que me hice imaginándome a mí ahí, garchándome a una mina así! Soy consciente de que no me dá el target. Si me llegara a invitar, la verdad es que, o no se me pondría dura, o acabaría a los dos minutos y le arruinaría la noche a todos. Además, tantos años de fidelidad, no los voy a tirar al carajo así de repente. Me sirve lo que me cuenta mi amigo para alimentar la fantasía, para, de vez en cuando, poder imaginarme que soy él, si hasta cuándo tengo suerte y se me dá algo con mi propia mujer, me imagino, en el fondo, tratando de ser como él...
A mi mujer le cae mal Maxi, por eso ya no lo invito a cenar. Antes venía seguido, pero a ella no le gustaba que de vez en cuando viniera acompañado de alguna de sus amigas. Una noche se enojó mal. Lo trató para el orto y esa fue la última vez que vino. Por suerte no se hizo problema conmigo. Me dijo que estaba todo bien, que entendía a mi mujer.
Por todo esto que les cuento, los domingos a la noche son mis días preferidos. Porque el lunes en la oficina sé que Maxi va a venir con alguna historia nueva y caliente que me va a servir para alimentar el morbo toda la semana. ¡Que lindo es el lunes!
Salvo hoy. Porque Maxi faltó. Fue un embole. Después me acordé que esta tarde a los chicos se los llevaba a su casa mi suegra, después del colegio, y se me ocurrió una idea. Por eso aproveché ni bien pude y logré safar un rato antes de horario y rajé a casa a ver si tenía suerte esta tarde. La sorpresa que me dí al encontrarlo en la calle. ¡Y justo en la esquina de casa! Jajaja. Venía con una cara... Parecía como si hubiera estado garchando todo el día. Le dije: "No me digas, hijo de puta, que te estás comiendo un caramelito acá por mi barrio...".
Lo sorprendí, porque me puso una cara...
Se vé que no daba más del cansancio.
Todavía le dije "Dale, contáme algo. No me dejes así con la intriga...¿Te la garchaste bien garchada?".
Medio seco me contestó: " No te das una idea de lo que le gusta garchar a esta mina... Es la más calentona de todas las que me cogí en mi vida... Si el pelotudo del marido estuviera a la altura de la situación no me estaría secando tanto los huevos... Pero buá, hay cada pelotudo...", me lo dijo mirándome fijo.
Yo me sonreí. Le puse una mano en el hombro y lo alenté para que supiera que conmigo podía contar para lo que quisiera: "Te comprendo amigo... Te veo cansado. Mañana, si podes, me contas bien. ¿Dale?"
A él lo ganó el cansancio seguro, porque me puso una cara que no logré descifrar. "Dale, dale...", me dijo yéndose con una especie de mueca de sonrisa triste y asiendo que 'no' con la cabeza.
Me fuí para casa y mi mujer dormía la siesta. Igual aproveché, no iba a dejar pasar la oportunidad, y entre la data fresquita de la aventura de mi amigo y cierto aroma que había en el departamento y que por algún motivo me hizo rememorar a aquellos fines de semana de sexo salvaje de los primeros años con mi mujer, me hice una rapidita en el baño antes de ir a buscar a los chicos a lo de mi suegra y comprar algo para la cena...
..
Gracias por leer.
A cada historia le dedico varias de trabajo, ahora vos podes expresar tu opinión:
Puntuar mi labor de 1 a 10 según tu criterio.
Dejarme un comentario, bueno o malo.
Seguirme si te gustó la historia. (Subo material propio todas las semanas)
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Más en:
https://poringa.net/martinfcd/posts
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Vivo en pareja hace tanto tiempo que pensarlo me bajonea. Igual, tengo que aceptar que soy un afortunado: mi mujer sigue estando muy bien. Se cuida para eso. Hace ejercicio, se preocupa por la imagen... sobre todo desde hace un tiempo. No es ese el tema. Quizá sí, debo admitir, yo me haya dejado estar un poco...
La veo a ella, sin embargo, y la encuentro, aún, muy atractiva. Digo 'aún' por el tiempo que llevamos juntos. Muchos podrían cansarse después de estar tanto tiempo únicamente con una sola persona. En ese sentido soy un afortunado. Eventualmente tengo la fortuna de poder disfrutar de ese físico espléndido de mujer madura, comerle la conchita a gusto, lamerle los pechos y, si la rigidez de la excitación me lo permite, disfrutar, a fondo, de ese culo hermoso que tiene y que sé, más de un padre del colegio de los chicos, le relojea al pasar cada tarde.
Aunque tristemente tengo que admitir, que cada vez hay menos encuentros. Creo que las cuestiones cotidianas, los dramas de la actualidad, etc., etc., convirtieron a la noche, que era nuestro momento de encuentro, en un espacio para el descanso y lograron transformar nuestra cama, adónde 10 años atrás nos matábamos, en un espacio pura y exclusivamente reservado para el sueño.
Para colmo desde hace un tiempo, los fines de semana, que era nuestro día juntos, decidimos salir por separado, para airear un poco la cabeza, después de ese encierro tan nocivo que fue la cuarentena. Así que ella sale a cenar con la hermana o alguna amiga o compañera del trabajo. Y yo... Bueno, en realidad mis amigos viven su vida familiar y no tengo quien me haga la segunda los viernes o sábados por la noche. En fin me pongo al día con alguna serie en Netflix o aprovecho para navegar un poco en poringa!
Por eso hace rato que entre semana también me desvelo mirando esas fotos de poringueras que son unas diosas, o esos packs de pendejas que son re zarpadas. Que locas que están las pibas ¿Vieron lo que son...? O esos videos amateurs donde un flaco de pija increíblemente larga, gorda y dura le dá con todo a una mina (o a dos!). Y esas minas (pendejas o maduras) tan putas, tan entregadas... Esas que no se hacen drama en comerse hasta la garganta una pija cualquiera, o que le limpian la pija al flaco que acaba de hacerle el culo a su amiga... O esas que se pajean y se chupan los dedos mojados de excitación y se lo dedican a algún afortunado. ¡Cómo me pone verlas así, tan dispuestas a todo en ese momento de calentura, tan entregadas! Me hacen recordar, salvando las distancias, a mi mujer en nuestros primeros tiempos, cuando la pija todavía se me ponía dura como una piedra y podíamos pasar todo un fin de semana encerrados en pelotas para garchar cuando pintara. Recuerdo el olor del departamento en esas oportunidades. Olor a sexo puro. Creo que ni nos bañabamos... En fin, hoy por hoy, en cinco minutos, cada noche, calmo la fiera y duermo placenteramente.
En lo personal a veces medito la posibilidad de sacarme las ganas con alguna mina por ahí, pero el presupuesto en estos días no me dá para pagar y las mujeres que tengo cerca no me dan mucha pelota.
En ese sentido, lo más estimulante que sucede cerca mío, son las historias que me cuenta Maxi, mi compañero de trabajo. El hijo de puta, a pesar de tener mi misma edad, se mantiene intacto, le gusta verse bien y vive la vida de una manera... Se casó el mismo año que yo, pero no le duró mucho, le gusta la joda desde siempre. Dicen que viene bien dotado. Yo no lo ví pero el lo deja entender cuando cuenta alguna de sus aventuras.
La cosa es que tras años de laburar juntos nos hicimos amigos y a mí me gusta escuchar sus historias, que a veces vienen acompañadas de alguna fotito o hasta algún vídeo. ¡Por diossss! ¡Cada bomboncito le ví comerse...! A mí me sirve. Más de una vez aproveché sus historias para hacerme la cabeza y largar la leche a la noche...Por ejemplo, esa vez que fué a buscar a uno de sus hijos a la escuela y de la nada le pareció que había una de las maestras que lo miró un poco de más. Bastó eso nada más. Con labia se le acercó y hablando la convenció de acercarla a la casa. La dejó en la puerta como si nada. Después llevó al nene a lo de su ex, lo largó y se volvió a los pedos a lo de la 'seño'. Dice que la muy guacha lo estaba esperando con un conjuntito increíble y que esa tarde le entregó hasta el orto y le tomó la leche dos veces. ¡Que hijo de puta! ¡No perdona nada! ¡20 añitos tenía la seño! Menos de la mitad de la edad nuestra. Y se la siguió cogiendo todo el año, hasta que se cansó.
Igual, él dice que prefiere las minas más maduras. Las casadas sobre todo. Dice que son muy agradecidas con los que, como él, se las cogen bien. Además se olvida así de tener algún quilombito, como le pasó con esa maestra que se enamoró de él y después de varios garches quería que la cosa fuera a más. No. Eso a Maxi no le va. A él le gusta comer bien, pero libremente. Arriesgar un poco más, no estancarse.
En confianza, me cuenta del último trofeo que viene disfrutando. Dice que la mina es un infierno de lo trola que es. Parece que no está muy bien atendida en casa y que apenas se le insinuó agarró viaje como loca. Me cuenta que le dijo que recién con él descubrió, a pesar de los años que lleva de casada, lo que es disfrutar de verdad. Y parece que a Maxi le gustó porque hace rato que me cuenta de esta mina y nunca lo vi tan enganchado con uno de sus levantes. Ojo, no es que se haya enamorado. No creo que sea eso. Por lo que descubrí, a él le gusta porque la mina entrega todo y no reprocha nada. Si hasta me contó que, entre semana la cruzó de casualidad con el auto en la calle, la hizo subir, le dijo "chupamela y sacame la leche" así nomás, y la mina no dijo ni un pero y le entró a lamer la verga hasta vaciarlo... A plena luz del dia y a la vuelta de la casa de ella ¡Que hijo de puta...! Le gusta esa adrenalina de estar al límite. Me cuenta que a la mina, tan recatadita, tan de su casa, la volvió tan puta que a veces va con algún amigo a cogérsela entre los dos. ¡Las pajas que me hice imaginándome a mí ahí, garchándome a una mina así! Soy consciente de que no me dá el target. Si me llegara a invitar, la verdad es que, o no se me pondría dura, o acabaría a los dos minutos y le arruinaría la noche a todos. Además, tantos años de fidelidad, no los voy a tirar al carajo así de repente. Me sirve lo que me cuenta mi amigo para alimentar la fantasía, para, de vez en cuando, poder imaginarme que soy él, si hasta cuándo tengo suerte y se me dá algo con mi propia mujer, me imagino, en el fondo, tratando de ser como él...
A mi mujer le cae mal Maxi, por eso ya no lo invito a cenar. Antes venía seguido, pero a ella no le gustaba que de vez en cuando viniera acompañado de alguna de sus amigas. Una noche se enojó mal. Lo trató para el orto y esa fue la última vez que vino. Por suerte no se hizo problema conmigo. Me dijo que estaba todo bien, que entendía a mi mujer.
Por todo esto que les cuento, los domingos a la noche son mis días preferidos. Porque el lunes en la oficina sé que Maxi va a venir con alguna historia nueva y caliente que me va a servir para alimentar el morbo toda la semana. ¡Que lindo es el lunes!
Salvo hoy. Porque Maxi faltó. Fue un embole. Después me acordé que esta tarde a los chicos se los llevaba a su casa mi suegra, después del colegio, y se me ocurrió una idea. Por eso aproveché ni bien pude y logré safar un rato antes de horario y rajé a casa a ver si tenía suerte esta tarde. La sorpresa que me dí al encontrarlo en la calle. ¡Y justo en la esquina de casa! Jajaja. Venía con una cara... Parecía como si hubiera estado garchando todo el día. Le dije: "No me digas, hijo de puta, que te estás comiendo un caramelito acá por mi barrio...".
Lo sorprendí, porque me puso una cara...
Se vé que no daba más del cansancio.
Todavía le dije "Dale, contáme algo. No me dejes así con la intriga...¿Te la garchaste bien garchada?".
Medio seco me contestó: " No te das una idea de lo que le gusta garchar a esta mina... Es la más calentona de todas las que me cogí en mi vida... Si el pelotudo del marido estuviera a la altura de la situación no me estaría secando tanto los huevos... Pero buá, hay cada pelotudo...", me lo dijo mirándome fijo.
Yo me sonreí. Le puse una mano en el hombro y lo alenté para que supiera que conmigo podía contar para lo que quisiera: "Te comprendo amigo... Te veo cansado. Mañana, si podes, me contas bien. ¿Dale?"
A él lo ganó el cansancio seguro, porque me puso una cara que no logré descifrar. "Dale, dale...", me dijo yéndose con una especie de mueca de sonrisa triste y asiendo que 'no' con la cabeza.
Me fuí para casa y mi mujer dormía la siesta. Igual aproveché, no iba a dejar pasar la oportunidad, y entre la data fresquita de la aventura de mi amigo y cierto aroma que había en el departamento y que por algún motivo me hizo rememorar a aquellos fines de semana de sexo salvaje de los primeros años con mi mujer, me hice una rapidita en el baño antes de ir a buscar a los chicos a lo de mi suegra y comprar algo para la cena...
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Gracias por leer.
A cada historia le dedico varias de trabajo, ahora vos podes expresar tu opinión:
Puntuar mi labor de 1 a 10 según tu criterio.
Dejarme un comentario, bueno o malo.
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