Pocas cosas me enloquecen tanto de pasión como una buena verga, me gustan de todas las formas, colores y tamaños, desde esas vergas gorditas y cortitas, hasta aquellas vergas enormes curvas y venosas, me encanta tocarlas y hacer que poco a poco se pongan duras, me gusta comenzar por acariciar y masajearles los huevos, sentir su textura, forma y peso con mis manos, peluditos, rasurados, lampiños o con poco vello, todos los disfruto por igual, me gusta acariciarlos suavemente por debajo y levantarlos con la palma de la mano, me gustan los huevos redonditos y aterciopelados, bien definidos colgando uno al lado del otro, me parecen tan hermosos, me encanta mirarlos, besarlos muy despacio y sin prisas, sentirlos con mis labios, lamerlos como dos bolas de helado, llenarlos de lengüetazos y meterlos en mi boca, me encanta succionarlos y sentirlos en mi boca, tomarme el tiempo para disfrutarlos hasta estar satisfecha de jugar con ellos.
Una vez que he jugado lo suficiente con sus huevos, me gusta disfrutar de su deliciosa verga, que para ese entonces por lo general ya ha alcanzado un buen tamaño, me encanta mirarlas de cerca hasta hacer bizcos, me parecen tan hermosas así, disfruto mucho jugar con ellas y darme golpecitos en las mejillas, adoro sentir su peso y su dureza, me excita mucho imaginar aquella hermosa cosa dura dentro de mí, penetrándome con desesperación y urgencia por llegar al orgasmo, pero primero me gusta admirarla, acariciarla y besarla sin prisas, me gusta lamerla despacio desde los huevos a la punta, con lengüetazos dignos de una gata, me encanta verla moverse, curvearse y temblar de placer mientras se ponen más y más duras, en especial disfruto mucho esas primeras gotitas cristalinas de liquido pre seminal que brotan cuando se han excitado, me encanta hacer travesuras con ellas y ver cómo van formando hilitos al tocarlas, como se adhieren a todo lo que tocan y como cuelgan y se balancean de la punta del pene y caen despacio como temerosas de caer al suelo, es tan delicioso jugar con ellas y atraparlas con la boca.
En esos momentos me gusta sujetar sus vergas y apretarlas con firmeza, estirar su piel hacia abajo para ponérselas bien duras para posar mis labios en su cabecita con forma de hongo y besarlas dulcemente con besos cada vez más húmedos y dejándola entrar poco a poco en mi boca, hasta poder sentir toda su cabecita dentro y recorrer todos sus bordes, me encanta sentir su grosor y succionarla hambrienta y deseosa de extraer sus jugos, hago lo mismo con mi lengua y comienzo a recorrer aquella cabecita deliciosa y finalmente me la meto tan adentro de la boca como me es posible y comienzo a chuparlas sin control, dejándome llevar por la excitación que me provoca aquella verga tan hermosa y que literalmente me tiene babeando, una vez que esta toda ensalivada me gusta tomarme un instante para contemplarla así brillosa, resbalosa y bañada con mi saliva, entonces vuelvo a chuparla una vez más y la acaricio cada vez más alocadamente con movimientos más rápidos e imprevisibles hasta que no puedan soportarlo y se vengan con desesperación en mi cara, me encanta verlas disparar su semen y que me salpiquen toda hasta dejarlas exhaustas, solo entonces puedo cerrar los ojos y suspirar satisfecha mientras una sonrisa tonta se dibuja en mi rostro y pienso arrogante… ¡Que destreza tengo para esto!
2 comentarios - Mi destreza con las vergas
van 10