LOS HOMBRES DE ERIKA
Erika y Fabio están tratando con desesperación de salvar lo que queda de un matrimonio desbastado, lo que empezó como un juego se transformó en adicción y lo que fue el placer del paraíso se transformó en la hoguera del infierno, no supieron detenerse, no pudieron ver en qué punto del viaje empezaron a naufragar en un mar de tormentos…
Ellos tuvieron una vida como la mayoría de los mortales, cada uno por su lado, con sus amores y sus historias, el destino los cruzó llegando a los treinta años de edad, se gustaron, se enamoraron y fueron felices, probaron convivencia, y notaron que las cosas funcionaban…
En algún momento se convencieron que habían encontrado su alma gemela y se juraron amor eterno, lo hicieron a la ‘vieja escuela’, matrimonio por civil y por iglesia, la novia de blanco, la fiesta con familiares y amigos, un momento único e irrepetible.
Los primeros años fueron perfectos, Erika y Fabio eran jóvenes, emprendedores, con futuro.
Ambos trabajaban, el en una empresa, ella por su cuenta, Fabio mataba su tiempo libre practicando tenis, era un tipo bien parecido, alto, delgado, galán por naturaleza, ese tipo de hombres por la que muchas suspiran en silencio, quien podía ofrecer amor, seguridad, protección y estabilidad, todo en uno. Erika era profesora de fitness, con un cuerpo rallando en la perfección, de proporciones perfectas, esas mujeres que no parecen terrenales y que todo hombre se detiene para solo verla pasar.
Por la noche tenían la mejor intimidad, un sexo loco y desenfrenado, abierto y sin límites, la felicidad y el placer los envolvía, eran la pareja perfecta en un mundo imperfecto…
Como parte de la excitación sexual, ellos solían compartir sus fantasías, imaginar situaciones, Erika parecía moverla el hecho de tener sexo en lugares públicos, Fabio hubiera deseado ver como su esposa era poseída por otro hombre, pero por supuesto, eran solo fantasías…
Eso parecía estar claro, pero Fabio empezó a ponerse un poco insistente con el tema, a sugerir una y otra vez, a ser recurrente, y Erika comenzó a molestarse, acaso realmente su amor permitiría que otro la cogiera?, ella no estaba dispuesta, Fabio era el único hombre con el que ella quería estar, lo había elegido a él, lo amaba a él, no le interesaba otro hombre, en absoluto.
Pero Fabio se bloqueó con el tema, necesitaba ver como otro se cogía a su hembra y se excitaba demasiado con esa fantasía, se transformó en una obsesión, era tema de conversación y discusión al mismo tiempo, en los desayunos, en los almuerzos, en las cenas.
Las grietas empezaron a aparecer en la cama y se distanciaron sin haberlo planeado, poco a poco, él prefería masturbarse imaginando lo que deseaba y ella solo aguantaba la presión alejada de todo contacto carnal…
Ariel entró en escena, él era un amigo de la infancia de Fabio, incluso había estado en la fiesta de casamiento, Erika también lo conocía y su esposo le había platicado que clase de tipo era.
Él era un tipo un tanto especial, era reservado y extrovertido al mismo tiempo, hacía un tiempo había echado raíces en Italia donde hacía buena moneda, un hombre que moriría soltero y ostentaba un envidiable record con las mujeres que había llevado a la cama, era un adicto al sexo y su hubiera cogido a su propia madre de ser necesario, para él las mujeres solo eran una oportunidad de alimentar a su ego, cada tanto viajaba a Argentina para ver a sus afectos.
Y fue Fabio, que al enterarse de su pronta llegada agendó una cita a solas, el sería la persona especial para poner en marcha sus deseos, además Ariel tenía la fama de ser el ‘pija grande’ del grupo, y esa lo excitaba más todavía…
Fabio recordaba como Ariel la observaba a Erika cuando aún estaban noviando, con ojos de lobo hambriento, además sabía que a su esposa le caía demasiado simpático.
Cuando se reunieron y platicaron, el tercero en discordia no podía creer lo que le pedía su amigo, pero claro, el estaría dispuesto a sacrificarse por tan noble causa…
Acordaron una cena, el matrimonio con el viejo amigo que venía de Europa, en ese punto de la historia, Fabio y Erika ya casi ni se hablaban, pero ella sospechó cuando su marido le pidió que se vistiera sugerente para esa noche especial.
Durante esa cena, ella respiraba el plan en el ambiente, por los gestos de ambos hombres, por las palabras, por cada detalle, y hasta pudo comprobarlo cuando estando en la cocina, Ariel se aproximó por detrás y empezó a hablarle al oído, en forma dulce y pecaminosa, incluso sintió una de las manos del caballero acariciar con descaro uno de sus glúteos, ella no reaccionó e incluso se molestó con ella misma al sentir como su sexo se humedecía por la situación.
Sin embargo, no pasaría más de eso.
Cuando Ariel se retiró, el matrimonio tuvo sexo como hacía tiempo no habían tenido, cada uno imaginaba lo que pensaba el otro, pero nadie dijo nada, fue solo sexo como en los viejos tiempos...
Después de esa noche algo había cambiado en la cabecita de Erika, ella amaba demasiado a su marido y el sexo que habían tenido había sido tan bueno que aceptó la posibilidad de acostarse con otro tipo, tal vez fuera la solución a muchos problemas y una nueva manera de encarar su amor.
Meditó mucho, dudó mucho, avanzó y retrocedió, pero los días pasaban rápido y Ariel regresaría a Europa, era ahora o nunca. Al fin se decidió a llamarlo y se reunieron en secreto, solo para charlar, pero Ariel no era un tipo de mucho hablar, así que pronto ambos se internaron en un hotel en las afueras de la ciudad, ella no se animaría a hacerlo frente a su esposo, pero si a filmar todo lo que ocurriría.
Ariel con tal de cogerla aceptaría cualquier cosa, así que no tuvo reparos, ella improvisó con su móvil y se entregó al placer.
Erika se sorprendió y se asustó por el tamaño descomunal del pene del amigo, era demasiado gorda, y recordó a su esposo, el morbo que todo esto seguramente le provocaría, se entregó por completo, entregó sus orificios y sus gemidos a ese pene descomunal, lo lamió con locura y la imagen que le devolvía el celular mientras filmaba no hacía más que excitarla.
Fue todo demasiado loco, ya en su hogar ella se sintió sumamente excitada y alegre por la situación, Ariel le había dado terrible cogida y le había encantado la enorme verga que se había comido. No pudo evitarlo, tomó el celular para ver lo filmado, a pesar de notarse amateur, fue muy fuerte ver su propio rostro lamiendo esa verga hasta notar su boca llena de semen, se masturbó con locura a pesar de aun estar adolorida por el paso de Ariel por su sexo…
Ella culpó a su esposo por lo sucedido, él la había empujado a eso, de esa manera su conciencia estaría limpia, aunque íntimamente, muy en lo profundo ella sabía que le había gustado lo que había hecho, y si bien quería mantener la frente en alto y sentirse sin ninguna culpa, por alguna extraña razón no se animó a mostrarle el video a Fabio.
Pasaron algunos días, Ariel ya era historia y ella miraba en soledad una y otra vez el video, las cosas con su esposo comenzaban a enfriarse nuevamente, se sintió acorralada y jugada por jugada, lo sentó a Fabio para narrarle lo sucedido y ver su reacción, total, las cosas peor no podía estar.
Él se sintió impresionado pero no daba crédito a sus palabras, solo cuando ella le mostró lo que tenía en el celular sintió hervir la sangre y ni siquiera pudo aguantar hasta el final, como animales salvajes se arrastraron hasta el dormitorio y se violaron mutuamente, como nunca lo habían hecho, fue un terremoto entre cuatro paredes, tuvieron sexo por horas hasta quedar exhaustos, casi al borde de la inconciencia…
Tuvieron que aguardar cuatro largos meses hasta que Ariel volviera al país y entonces sí, pudieron hacer realidad el sueño de Fabio, ella se había preparado bien para la ocasión, lencería, tacos, porta ligas, maquillaje, peinado, él se sentó en silencio en un rincón solo para observar, y ella se sintió más puta que nunca sabiendo que su esposo estaba en la habitación.
Ariel no los defraudó, le regaló a su amigo lo que quería, le hizo ver en vivo y en directo como otro tipo se la metía en la boca, en la concha y en el culo a su propia mujer. Y Fabio quedó extasiado, no solo por lo que vio, sino por lo que escuchó, los gritos y los gemidos y los orgasmos que le regaló su esposa en manos de otro tipo.
Cuando quedaron a solas, nuevamente hicieron el amor como animales, y comprendieron que estaban en el inicio de una nueva etapa en sus vidas…
Repitieron un par de veces el encuentro con Ariel, pero él tuvo que partir nuevamente…
Nuestros amigos empezaron entonces a cambiar conductas, poco a poco, casi sin darse cuenta, Erika necesitaba atraer candidatos, tipos que le gustara para coger un rato, para llevarlo a casa delante de su esposo, y fue mutando su vestuario, sus peinados, de chica de barrio que pasaba desapercibida pasó a vestirse como puta barata, de manera de atraer miradas y recibir propuestas indecentes, y fue bastante frustrante, cualquier hombre quería cogerla, pero casi ninguno aceptaba hacerlo delante de su esposo, y en más de un caso, aquel que aceptaba, luego no podía lograr una erección por lo intimidante del cuadro.
Fabio colaboraba en buscar candidatos, pero él se dedicó específicamente a alquilar un pequeño departamento, para hacer esos encuentros lejos de su domicilio, donde trataban de aparentar un matrimonio normal.
Las cosas fueron cambiando, Erika se hizo adicta al juego, incluso superando las expectativas de su esposo, ella justificaba todo en que lo hacía para complacerlo a él, peor en verdad ella disfrutaba con todo esto y en poco tiempo perdió la cuenta cuantos tipos se la habían cogido, y Fabio tenía lo que había buscado, más se cogían a su esposa más quería que se la cojan, solo así podía tener sexo con ella.
Erika comenzó a perder el eje, dejó su trabajo en el gimnasio porque necesitaba más y más tiempo para conseguir machos para satisfacerla y se transformó en una especie de ninfómana, porque después de cada tipo venía su esposo.
Fabio parecía estar en el paraíso, solo les faltaba ‘materia prima’ para llevar adelante sus encuentros, fue cuando tuvo la idea de buscar en sitios web tipos que cobraran por atender a mujeres, a su esposa le fascinó la idea y empezaron a pagar por sexo.
Ambos sintieron un plus de excitación poner dinero, un componente extra que la hacía ver a ella como una auténtica puta y él quería eso, una perra caliente que pagara para que se la cogieran…
Ella empezó a perder horas enteras frente a su pc, buscando y buscando, hasta pasar a ser su principal ocupación, él era quien contrataba y llevaba el control…
Poco a poco, lo nuevo comenzó a hacerse rutinario, otra vez, necesitaban echar más leña al fuego, la situación era un monstruo que poco a poco los envolvía y ellos no podían ni querían parar, pero en algún punto las cosas comenzaban a salir de control…
Cuando Erika cumplió treinta y cinco Fabio por su cuenta decidió dar un paso adelante, como obsequio de cumpleaños el pagó a dos tipos al mismo tiempo, y su esposa se mostró rendida ante el obsequio, fue el primer trio que le regalaron y pudo verla doblemente penetrada, por detrás y por delante, ella gozó como perra y cumplió un record sexual que empezó a las veinte horas con los dos tipos y terminó a las tres de la mañana con su esposo.
Pero no todo eran rosas, porque casa rosa tiene espinas, como dijera Erika había perdido la cordura, había dejado de trabajar, más el alquiler del departamento y los tipos que ellos pagaban hacían tambalear las finanzas de la pareja, todo se hacía cuesta arriba, y todo cambiaría en poco tiempo…
Fabio fue enviado a México por dos meses, temas laborales, de la empresa, filial de Argentina a la filial de México, fue seleccionado con un grupo de compañeros para intercambiar experiencial laborales, él podía haberse rehusado pero no hubiera sido una buena elección.
Casualmente en esos días el viejo y querido Ariel, estaba en Argentina, y el matrimonio consensuó que ella podría disfrutar de esa verga enorme si filmaba todo y se lo enviaba para que el disfrutara en la soledad mexicana.
Sin embargo, algo estaba fuera de control, Ariel, al saber de la ausencia de su amigo, no se conformó con un par de días, cambió su estadía a un par de meses, y la cogió durante todo el tiempo, sin reparos, sin cargos de conciencia.
Erika solo filmó los dos primeros días, porque era lo pactado, porque sabía que no habían hablado más que eso y lo que siguió luego lo tomó como una licencia, asumió que sería algo por lo que su esposo seguro no se molestaría, pero sabía que le estaba ocultando algo, solo que no pudo resistirlo, ella era adicta a las vergas y no podía verlo…
A su regreso Fabio notó que su mujer estaba un tanto rara, esquiva, pero prefirió no preguntar.
Pero el destino suele ser cruel y pega en donde más duele, al poco tiempo Erika se enteró que estaba embarazada, y claro, ella sabía quién era el padre por lo que prefirió decirle la verdad a su esposo. El, por primera vez sintió el engaño, se sintió cornudo a pesar de todo porque era la primera vez que ella hacía algo a sus espaldas, Erika se excusó que en lo que no estaba prohibido era porque estaba permitido, pero si bien las cosas quedaron bien, en el fondo, algunas huellas quedaron marcadas, Fabio le dijo que no se preocupara, que ese niño era fruto del amor que se tenían, un amor raro, sí, pero era la forma en que ellos se amaban, y no importaría si era el semen de su amigo era el que la había fecundado, el, su esposo, sería el padre.
Pronto Erika sintió ese hermoso deseo de ser madre y notó que la sexualidad había pasado a segundo plano, pero para Fabio las cosas no habían cambiado, casi que la obligaba a tener relaciones con extraños para satisfacer su propia sexualidad, y ella aceptaba en silencio, tal vez por la culpa que sentía al haber cogido con Ariel a espaldas de su esposo, recién pararon el en octavo mes de embarazo, cuando ella no podía más…
Y llegó el parto y los primeros meses, pero al pasar el tiempo las cosas no encajaron…
Fabio no pudo enderezar el rumbo, y no podía evitar sentirse mal al contemplar al niño, que por cierto no se parecía nada a él y era un calco de su amigo Ariel, quien a su vez se hizo el desentendido del asunto.
La criatura no tenía nada que ver, no había elegido venir a este mundo, pero fue el punto que llevó al matrimonio a tocar fondo, Erika y Fabio estuvieron en extremos opuestos, para ella era su hijo, pare el un extraño…
Un extraño que le recordaba con su sola presencia todo lo que había vivido, lo hacía sentir culpable por su decaimiento moral, al que había arrastrado a su mujer…
Erika y Fabio decidieron entrar a terapia de familia, para poner todas las cartas sobre la mesa y tratar de rearmar una compleja situación, en la que cada cual deberá ser responsable por sus actos.
No importa quien escribió esta historia, solo es una historia de vida…
Me gustaría saber tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘LOS HOMBRES DE ERIKA’ a dulces.placeres@live.com
Erika y Fabio están tratando con desesperación de salvar lo que queda de un matrimonio desbastado, lo que empezó como un juego se transformó en adicción y lo que fue el placer del paraíso se transformó en la hoguera del infierno, no supieron detenerse, no pudieron ver en qué punto del viaje empezaron a naufragar en un mar de tormentos…
Ellos tuvieron una vida como la mayoría de los mortales, cada uno por su lado, con sus amores y sus historias, el destino los cruzó llegando a los treinta años de edad, se gustaron, se enamoraron y fueron felices, probaron convivencia, y notaron que las cosas funcionaban…
En algún momento se convencieron que habían encontrado su alma gemela y se juraron amor eterno, lo hicieron a la ‘vieja escuela’, matrimonio por civil y por iglesia, la novia de blanco, la fiesta con familiares y amigos, un momento único e irrepetible.
Los primeros años fueron perfectos, Erika y Fabio eran jóvenes, emprendedores, con futuro.
Ambos trabajaban, el en una empresa, ella por su cuenta, Fabio mataba su tiempo libre practicando tenis, era un tipo bien parecido, alto, delgado, galán por naturaleza, ese tipo de hombres por la que muchas suspiran en silencio, quien podía ofrecer amor, seguridad, protección y estabilidad, todo en uno. Erika era profesora de fitness, con un cuerpo rallando en la perfección, de proporciones perfectas, esas mujeres que no parecen terrenales y que todo hombre se detiene para solo verla pasar.
Por la noche tenían la mejor intimidad, un sexo loco y desenfrenado, abierto y sin límites, la felicidad y el placer los envolvía, eran la pareja perfecta en un mundo imperfecto…
Como parte de la excitación sexual, ellos solían compartir sus fantasías, imaginar situaciones, Erika parecía moverla el hecho de tener sexo en lugares públicos, Fabio hubiera deseado ver como su esposa era poseída por otro hombre, pero por supuesto, eran solo fantasías…
Eso parecía estar claro, pero Fabio empezó a ponerse un poco insistente con el tema, a sugerir una y otra vez, a ser recurrente, y Erika comenzó a molestarse, acaso realmente su amor permitiría que otro la cogiera?, ella no estaba dispuesta, Fabio era el único hombre con el que ella quería estar, lo había elegido a él, lo amaba a él, no le interesaba otro hombre, en absoluto.
Pero Fabio se bloqueó con el tema, necesitaba ver como otro se cogía a su hembra y se excitaba demasiado con esa fantasía, se transformó en una obsesión, era tema de conversación y discusión al mismo tiempo, en los desayunos, en los almuerzos, en las cenas.
Las grietas empezaron a aparecer en la cama y se distanciaron sin haberlo planeado, poco a poco, él prefería masturbarse imaginando lo que deseaba y ella solo aguantaba la presión alejada de todo contacto carnal…
Ariel entró en escena, él era un amigo de la infancia de Fabio, incluso había estado en la fiesta de casamiento, Erika también lo conocía y su esposo le había platicado que clase de tipo era.
Él era un tipo un tanto especial, era reservado y extrovertido al mismo tiempo, hacía un tiempo había echado raíces en Italia donde hacía buena moneda, un hombre que moriría soltero y ostentaba un envidiable record con las mujeres que había llevado a la cama, era un adicto al sexo y su hubiera cogido a su propia madre de ser necesario, para él las mujeres solo eran una oportunidad de alimentar a su ego, cada tanto viajaba a Argentina para ver a sus afectos.
Y fue Fabio, que al enterarse de su pronta llegada agendó una cita a solas, el sería la persona especial para poner en marcha sus deseos, además Ariel tenía la fama de ser el ‘pija grande’ del grupo, y esa lo excitaba más todavía…
Fabio recordaba como Ariel la observaba a Erika cuando aún estaban noviando, con ojos de lobo hambriento, además sabía que a su esposa le caía demasiado simpático.
Cuando se reunieron y platicaron, el tercero en discordia no podía creer lo que le pedía su amigo, pero claro, el estaría dispuesto a sacrificarse por tan noble causa…
Acordaron una cena, el matrimonio con el viejo amigo que venía de Europa, en ese punto de la historia, Fabio y Erika ya casi ni se hablaban, pero ella sospechó cuando su marido le pidió que se vistiera sugerente para esa noche especial.
Durante esa cena, ella respiraba el plan en el ambiente, por los gestos de ambos hombres, por las palabras, por cada detalle, y hasta pudo comprobarlo cuando estando en la cocina, Ariel se aproximó por detrás y empezó a hablarle al oído, en forma dulce y pecaminosa, incluso sintió una de las manos del caballero acariciar con descaro uno de sus glúteos, ella no reaccionó e incluso se molestó con ella misma al sentir como su sexo se humedecía por la situación.
Sin embargo, no pasaría más de eso.
Cuando Ariel se retiró, el matrimonio tuvo sexo como hacía tiempo no habían tenido, cada uno imaginaba lo que pensaba el otro, pero nadie dijo nada, fue solo sexo como en los viejos tiempos...
Después de esa noche algo había cambiado en la cabecita de Erika, ella amaba demasiado a su marido y el sexo que habían tenido había sido tan bueno que aceptó la posibilidad de acostarse con otro tipo, tal vez fuera la solución a muchos problemas y una nueva manera de encarar su amor.
Meditó mucho, dudó mucho, avanzó y retrocedió, pero los días pasaban rápido y Ariel regresaría a Europa, era ahora o nunca. Al fin se decidió a llamarlo y se reunieron en secreto, solo para charlar, pero Ariel no era un tipo de mucho hablar, así que pronto ambos se internaron en un hotel en las afueras de la ciudad, ella no se animaría a hacerlo frente a su esposo, pero si a filmar todo lo que ocurriría.
Ariel con tal de cogerla aceptaría cualquier cosa, así que no tuvo reparos, ella improvisó con su móvil y se entregó al placer.
Erika se sorprendió y se asustó por el tamaño descomunal del pene del amigo, era demasiado gorda, y recordó a su esposo, el morbo que todo esto seguramente le provocaría, se entregó por completo, entregó sus orificios y sus gemidos a ese pene descomunal, lo lamió con locura y la imagen que le devolvía el celular mientras filmaba no hacía más que excitarla.
Fue todo demasiado loco, ya en su hogar ella se sintió sumamente excitada y alegre por la situación, Ariel le había dado terrible cogida y le había encantado la enorme verga que se había comido. No pudo evitarlo, tomó el celular para ver lo filmado, a pesar de notarse amateur, fue muy fuerte ver su propio rostro lamiendo esa verga hasta notar su boca llena de semen, se masturbó con locura a pesar de aun estar adolorida por el paso de Ariel por su sexo…
Ella culpó a su esposo por lo sucedido, él la había empujado a eso, de esa manera su conciencia estaría limpia, aunque íntimamente, muy en lo profundo ella sabía que le había gustado lo que había hecho, y si bien quería mantener la frente en alto y sentirse sin ninguna culpa, por alguna extraña razón no se animó a mostrarle el video a Fabio.
Pasaron algunos días, Ariel ya era historia y ella miraba en soledad una y otra vez el video, las cosas con su esposo comenzaban a enfriarse nuevamente, se sintió acorralada y jugada por jugada, lo sentó a Fabio para narrarle lo sucedido y ver su reacción, total, las cosas peor no podía estar.
Él se sintió impresionado pero no daba crédito a sus palabras, solo cuando ella le mostró lo que tenía en el celular sintió hervir la sangre y ni siquiera pudo aguantar hasta el final, como animales salvajes se arrastraron hasta el dormitorio y se violaron mutuamente, como nunca lo habían hecho, fue un terremoto entre cuatro paredes, tuvieron sexo por horas hasta quedar exhaustos, casi al borde de la inconciencia…
Tuvieron que aguardar cuatro largos meses hasta que Ariel volviera al país y entonces sí, pudieron hacer realidad el sueño de Fabio, ella se había preparado bien para la ocasión, lencería, tacos, porta ligas, maquillaje, peinado, él se sentó en silencio en un rincón solo para observar, y ella se sintió más puta que nunca sabiendo que su esposo estaba en la habitación.
Ariel no los defraudó, le regaló a su amigo lo que quería, le hizo ver en vivo y en directo como otro tipo se la metía en la boca, en la concha y en el culo a su propia mujer. Y Fabio quedó extasiado, no solo por lo que vio, sino por lo que escuchó, los gritos y los gemidos y los orgasmos que le regaló su esposa en manos de otro tipo.
Cuando quedaron a solas, nuevamente hicieron el amor como animales, y comprendieron que estaban en el inicio de una nueva etapa en sus vidas…
Repitieron un par de veces el encuentro con Ariel, pero él tuvo que partir nuevamente…
Nuestros amigos empezaron entonces a cambiar conductas, poco a poco, casi sin darse cuenta, Erika necesitaba atraer candidatos, tipos que le gustara para coger un rato, para llevarlo a casa delante de su esposo, y fue mutando su vestuario, sus peinados, de chica de barrio que pasaba desapercibida pasó a vestirse como puta barata, de manera de atraer miradas y recibir propuestas indecentes, y fue bastante frustrante, cualquier hombre quería cogerla, pero casi ninguno aceptaba hacerlo delante de su esposo, y en más de un caso, aquel que aceptaba, luego no podía lograr una erección por lo intimidante del cuadro.
Fabio colaboraba en buscar candidatos, pero él se dedicó específicamente a alquilar un pequeño departamento, para hacer esos encuentros lejos de su domicilio, donde trataban de aparentar un matrimonio normal.
Las cosas fueron cambiando, Erika se hizo adicta al juego, incluso superando las expectativas de su esposo, ella justificaba todo en que lo hacía para complacerlo a él, peor en verdad ella disfrutaba con todo esto y en poco tiempo perdió la cuenta cuantos tipos se la habían cogido, y Fabio tenía lo que había buscado, más se cogían a su esposa más quería que se la cojan, solo así podía tener sexo con ella.
Erika comenzó a perder el eje, dejó su trabajo en el gimnasio porque necesitaba más y más tiempo para conseguir machos para satisfacerla y se transformó en una especie de ninfómana, porque después de cada tipo venía su esposo.
Fabio parecía estar en el paraíso, solo les faltaba ‘materia prima’ para llevar adelante sus encuentros, fue cuando tuvo la idea de buscar en sitios web tipos que cobraran por atender a mujeres, a su esposa le fascinó la idea y empezaron a pagar por sexo.
Ambos sintieron un plus de excitación poner dinero, un componente extra que la hacía ver a ella como una auténtica puta y él quería eso, una perra caliente que pagara para que se la cogieran…
Ella empezó a perder horas enteras frente a su pc, buscando y buscando, hasta pasar a ser su principal ocupación, él era quien contrataba y llevaba el control…
Poco a poco, lo nuevo comenzó a hacerse rutinario, otra vez, necesitaban echar más leña al fuego, la situación era un monstruo que poco a poco los envolvía y ellos no podían ni querían parar, pero en algún punto las cosas comenzaban a salir de control…
Cuando Erika cumplió treinta y cinco Fabio por su cuenta decidió dar un paso adelante, como obsequio de cumpleaños el pagó a dos tipos al mismo tiempo, y su esposa se mostró rendida ante el obsequio, fue el primer trio que le regalaron y pudo verla doblemente penetrada, por detrás y por delante, ella gozó como perra y cumplió un record sexual que empezó a las veinte horas con los dos tipos y terminó a las tres de la mañana con su esposo.
Pero no todo eran rosas, porque casa rosa tiene espinas, como dijera Erika había perdido la cordura, había dejado de trabajar, más el alquiler del departamento y los tipos que ellos pagaban hacían tambalear las finanzas de la pareja, todo se hacía cuesta arriba, y todo cambiaría en poco tiempo…
Fabio fue enviado a México por dos meses, temas laborales, de la empresa, filial de Argentina a la filial de México, fue seleccionado con un grupo de compañeros para intercambiar experiencial laborales, él podía haberse rehusado pero no hubiera sido una buena elección.
Casualmente en esos días el viejo y querido Ariel, estaba en Argentina, y el matrimonio consensuó que ella podría disfrutar de esa verga enorme si filmaba todo y se lo enviaba para que el disfrutara en la soledad mexicana.
Sin embargo, algo estaba fuera de control, Ariel, al saber de la ausencia de su amigo, no se conformó con un par de días, cambió su estadía a un par de meses, y la cogió durante todo el tiempo, sin reparos, sin cargos de conciencia.
Erika solo filmó los dos primeros días, porque era lo pactado, porque sabía que no habían hablado más que eso y lo que siguió luego lo tomó como una licencia, asumió que sería algo por lo que su esposo seguro no se molestaría, pero sabía que le estaba ocultando algo, solo que no pudo resistirlo, ella era adicta a las vergas y no podía verlo…
A su regreso Fabio notó que su mujer estaba un tanto rara, esquiva, pero prefirió no preguntar.
Pero el destino suele ser cruel y pega en donde más duele, al poco tiempo Erika se enteró que estaba embarazada, y claro, ella sabía quién era el padre por lo que prefirió decirle la verdad a su esposo. El, por primera vez sintió el engaño, se sintió cornudo a pesar de todo porque era la primera vez que ella hacía algo a sus espaldas, Erika se excusó que en lo que no estaba prohibido era porque estaba permitido, pero si bien las cosas quedaron bien, en el fondo, algunas huellas quedaron marcadas, Fabio le dijo que no se preocupara, que ese niño era fruto del amor que se tenían, un amor raro, sí, pero era la forma en que ellos se amaban, y no importaría si era el semen de su amigo era el que la había fecundado, el, su esposo, sería el padre.
Pronto Erika sintió ese hermoso deseo de ser madre y notó que la sexualidad había pasado a segundo plano, pero para Fabio las cosas no habían cambiado, casi que la obligaba a tener relaciones con extraños para satisfacer su propia sexualidad, y ella aceptaba en silencio, tal vez por la culpa que sentía al haber cogido con Ariel a espaldas de su esposo, recién pararon el en octavo mes de embarazo, cuando ella no podía más…
Y llegó el parto y los primeros meses, pero al pasar el tiempo las cosas no encajaron…
Fabio no pudo enderezar el rumbo, y no podía evitar sentirse mal al contemplar al niño, que por cierto no se parecía nada a él y era un calco de su amigo Ariel, quien a su vez se hizo el desentendido del asunto.
La criatura no tenía nada que ver, no había elegido venir a este mundo, pero fue el punto que llevó al matrimonio a tocar fondo, Erika y Fabio estuvieron en extremos opuestos, para ella era su hijo, pare el un extraño…
Un extraño que le recordaba con su sola presencia todo lo que había vivido, lo hacía sentir culpable por su decaimiento moral, al que había arrastrado a su mujer…
Erika y Fabio decidieron entrar a terapia de familia, para poner todas las cartas sobre la mesa y tratar de rearmar una compleja situación, en la que cada cual deberá ser responsable por sus actos.
No importa quien escribió esta historia, solo es una historia de vida…
Me gustaría saber tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘LOS HOMBRES DE ERIKA’ a dulces.placeres@live.com
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