Entregada a mi hermano 3

Mi hermano me estaba acorralando. Como había llegado a esta situación? Una parte de mí quería salir corriendo, pero la Carla morbosa y cachonda que llevo dentro quería ver más. Además él me lo debía por pajearse con mi foto!
Le arranqué la toalla y me encontré con algo hermoso. Me quedé sin aliento un segundo de la impresión. Era la pija de mi hermano, larga, gruesa, depilada, con un olor familiar. 
Noté como Seba se estaba excitando. Su respiración se aceleró y su cosa se levantó.
S- Uh... Se paró! Bueno, así la ves mejor?
Y- Por que se te para? Yo no hice nada!
S- Ya ver tu cara tan cerca, con tu boca abierta me dejó mal!
Y- Vos te acercaste! Y mi boca no estaba abierta!
S- Y si me acerco más?
Se quedó parado apuntando su pija a nada de mi cara, si sacaba la lengua la llegaba a tocar.
Y- Que hacés?
S- Nada. Me acerco. Vos que vas a hacer?
Mis manos estaban en sus caderas. Debería haberlo empujado, pero sentí las ganas de desafiarlo.
Y- Todo esto por una foto en malla? No me imagino como estarías si te mostrara mi cola sin nada!
En el blanco! Sebas abrió los ojos como platos y se puso muy colorado. Le costó volver a hablar. Aproveché el momento para alejarme y sentarme en la cama.
S- No se que pasaría... Pero es algo que quedará en mi imaginación nada más. 
Y- Por qué lo decís?
S- Una cosa es actitud de playa y otra es mostrar todo... No sos... Así!
Y- Vos no sabés como soy! Si yo quiero pelo acá y vos te desmayás!
Me pasé!
S- Aah sí? Pelá entonces!
Ahora otra vez me tenía contra las cuerdas. Odiaba su aire de superioridad. Sí, era lindo y sí, tenía una buena pija, pero era muy engreído. Yo le iba a bajar los humos de machito...
Me arrodillé en la cama y de un tirón me bajé el pijama y la bombacha, quedando en 4.
S- Hiiiiijaaa deee...
Y- Ja. Viste que sos un bocón nene? 
Estaba embobado. Se derretía mirando mi culo. Sí, yo tengo un lindo culo. Y sus ojos babosos me daban placer. 
Lo provoqué. Me pasé un dedo por el medio, fingiendo que me lo metería. 
Y- Que pasa Sebi? Te comieron la leng...
Hasta ahí llegué antes de sentir una puntada en mi cerebro. Él se tiró encima mío y me clavó la lengua bien adentro de mi cola. Una sensación totalmente nueva para mí.
Me atrapaba de las piernas y me comía el culo sin piedad. Yo no podía soltarme. Mis puernas y voz temblaban.
Y- See se... Seb... Soltame... Soltá... Aahh
No solo no soltó, también me metió un dedo en la concha. Lo movía adentro y afuera al ritmo de su boca.
No le importaba nada. Y yo no peleaba más. Lo dejaba hacer. Él no se detenía, así que esperé a qu terminara. Para eso metió 2 dedos en mi concha. 
Mentiría si dijera que no me daba placer, pero no era la forma ni la persona que debería ser. Yo no soy pacata. A mis 16 ya no era virgen y sabía hacer acabar a un flaco con mi boca. Pero... Era mi hermano! Salimos de la misma madre!
Sin embargo, Seba seguía. Sacó la lengua de mi culo y me abrió la concha con la dos manos.
Y- Aay, bruto hijo de puta!
S- Es hora de hacerte mojar, hermanita!
Se puso a comerse mi clítoris como si fuera la golosina más rica. Ningún novio me había comido así. Abandonaban enseguida los cobardes.
Volviendo a Seba, mientras me comía me volvía a meter 2 dedos. Yo volaba y la Carla perversa se pajeaba mirando la escena. (Acabá puta! Sabés que estás caliente y te encanta!)
Tenía razón, no podía aguantar el orgasmo que se venía!
Y- Aaaaaahhh aaaayyy... Pará pará pará!
Caí exhausta sobre la cama. Mientras me reponía, lo sentí acercarse. La puta me hablaba otra vez (Ahora te va a cojer, levantá la cola!). Pero no fue eso. Lo que sentí fue algo caliente caer sobre mi cola y mi espalda. Me había tirado su leche sin tocarme. Luego me limpió con su toalla. Todo se volvió raro de golpe.
S- Carlita. Deberías irte a tu habitación.
Y- Sí. Me voy.