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Ayuda Familiar (2)

Fer y Sebas discuten sobre lo sucedido, al conocer la situación, ambos hacen un trato.

Ayuda Familiar (2)



 
 
Durante 10 largos minutos, Fer se había quedado estática en la puerta del cuarto de Sebas sin saber que hacer o decir. Su hermano por su parte, se había puesto sus boxers y el pantalón de la pijama. Le había dado la espalda y parecía estar pensando que decir.
Fer se moría de nervios, pero por alguna extraña razón sentía que debía de quedarse y no irse corriendo a encerrarse a su habitación como su yo interior le gritaba. Sebas se moría de vergüenza ¿cómo había sido tan descuidado para no cerrar completamente la puerta? Ahora Fer lo había visto masturbarse y por poco, correrse como un animal.
 
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, giro y se le quedo viendo a Fer, quién le sostuvo la mirada todo el tiempo.
 
-         Fer– dijo por fin – lo siento, no tenias porque haber visto eso.
 
Fer miro su hermoso rostro, su abdomen definido y su gran pecho, aún seguía procesando el hecho de haberlo visto jalándose su enorme verga minutos antes.
 
-         Este…- hablo tímidamente – no, discúlpame tu a mi Sebas, no tendría porque estarte espiando. Es tu cuarto y es tu intimidad, soy yo quién tendría que haber pasado de largo y dejarte con tus cosas.
 
Nuevamente se miraron fijamente unos minutos.
 
-         Entonces,¿todo está bien? – pregunto Sebas.
-         Si, por supuesto – respondió rápidamente Fer con el corazón latiéndole rápido.
-         Bueno, entonces supongo que esto quedará entre nosotros ¿no?
-         Si, no te preocupes, yo de esto no diré nada.
-         Bien– dijo Sebas tratando de parecer lo más amigable posible – entonces, iré a darme un baño.

 
Fer le dedico una ligera sonrisa, y rápidamente se fue a su cuarto. Las manos le sudaban, la cara se le había puesto totalmente roja y aunque no quería admitirlo, se había excitado al ver la vergota de su hermano. Quizás por eso, de manera casi imperceptible para ella, antes de girarse y salir del cuarto, dio un ultimo vistazo al enorme bulto en la pijama de Sebas.
 
Aquella noche, cenaron en silencio en compañía de su padre. Ambos trataron de evitar la mirada del otro en todo momento, y al mismo tiempo, intentaron parecer que todo entre ellos estaba bien, por lo que Tom no noto nada extraño. Una vez terminaron, ambos se encerraron en sus respectivos cuartos.
Sebas no dejaba de pensar en lo que había pasado, en que su hermana lo hubiera encontrado jalándosela como un autentico mono, ¿qué pensará de él? ¿qué es un degenerado?, preguntas de ese estilo rondaron por su cabeza hasta que el cansancio lo venció, no sin antes que un ultimo pensamiento cruzara su mente; durante aquellas breves palabras con Fer, la verga no se le bajo completamente, por el contrario, se mantenía semi erecta e incluso sintió un pequeño cosquilleo en el glande, cuando Fer se dio la vuelta y vio ese enorme culo metido en aquellos jeans blancos y apretados.
 
El nerviosismo de Fer no era menor, no dejo de pensar en toda la noche en la imagen de su hermano desnudo jalándose su tremenda vergota, ni en aquellos sentimientos raros que tuvo al verlo y ser descubierta. ¡Dios, necesitaba sacarlo de su ser! Por lo que estuvo a punto de llamar a su mejor amigo y contarle, seguramente el entendería y la aconsejaría, la angustia de saber que pasaría los próximos días la estaba matando. Y entonces, unos pensamientos comenzaron a hacerse más presentes.
 
La verga de Sebas no solamente era muy larga, sino también gorda ¿Qué se sentiría tenerla en la mano? ¿podría alguien meterse todo eso en la vagina? ¿y si er aasí, como se sentiría? ¿como quedaría la concha después de dejar entrar a semejante monstruo? “¡Ay no que cosas pienso!”, se reclamo a si misma mientras mirando el techo fijamente, pensaba en la respuesta a su ultima pregunta; cualquier concha quedaría muy abierta.
 
 
 
 
Martes.7:00 pm. Sebas ha llegado a casa y se ha encontrado con Fer en la sala mirando TV, la saluda educadamente pero aún evitando hacer contacto visual con ella, va al refrigerador, toma una cerveza y sube a su habitación. El calor de la tarde ha estado insoportable, lo peor es que su escritorio queda junto a un gran ventanal por donde se cuela la luz del Sol y a pesar de que cuentan con aire acondicionado, el calor acumulado en su cuerpo después de una jornada de trabajo es algo insoportable.
Por lo que, apenas entrando al cuarto, comienza a desvestirse, guarda su ropa y se queda únicamente en boxer, abre la cerveza y bebe un sorbo, mientras enciende la TV para buscar algo con que distraerse.
 
Fer ha estado nerviosa todo el día, como de costumbre, ha salido con su mejor amigo Irving a comer algo y durante todo ese tiempo, ha estado a punto de decirle lo que paso la noche pasada con su hermano. Para evitarlo, ha desviado el tema todas las veces que llegaba un “¿qué tienes Fer” por parte de él, e incluso se ha despedido de manera más rápida de lo usual, por lo que ha llegado a las 5 pm a su casa.
 
Sin embargo, esto ha sido un grave error, ya que, al encontrarse sola en casa, solo refuerza el recuerdo de haber llegado en una situación similar y terminar espiando a su propio hermano masturbarse. Y así, con sus pensamientos en total caos, se dirige a su cuarto para encerrarse, pero al pasar frente a la puerta de la habitación de Sebas, se paraliza, comienzan a sudarle las manos y se queda ahí, mirando fijamente la puerta sin saber por qué. Tras unos minutos, por fin espabila y se dirige a su cuarto. Se quita los jeans y la blusa, se pone más cómoda con unos deportivos rosas y un top blanco, y aunque se recuesta para distraerse con su celular viendo Instagram o Facebook, no puede dejar de sentir ansiedad, por lo que 20 minutos después, se encuentra en el patio jugando con Rufito.
 
Durante la ultima media hora antes de que llegue Sebas, Rufito se ha cansado y duerme plácidamente en los brazos de Fer, quién lo acaricia y mientras lo hace, se siente más relajada, por lo que comienza a pensar de mejor forma, como deberían de llevarse las cosas a partir de ahora con Sebas.
 
Sin embargo, siempre es más fácil decirlo que hacerlo. Pues cuando llego Sebas, la ansiedad y el nerviosismo regreso, miro fijamente la TV mientras se limitaba a contestar el saludo de su hermano. Y por un instante, pensó en que lo mejor era dejar que las cosas siguieran su curso, que tal vez un día se olvidarían de todo aquello como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, y aunque estuvo apunto de hacerlo, lo cierto es que una parte de ella sabia que las cosas no volverían a ser iguales, al menos no al grado de volver a tener a ese buen amigo que era su hermano, quién la abrazaba siempre con cariño y hacia todo por verla feliz.
 
Por lo que juntando todo el valor que pudo, apagó la TV y subió las escaleras, dispuesta a hablar con él.
 
 
-         ¿Si?– pregunto Sebas al escuchar tocar la puerta.
-         Este,, ,Sebas, podemos hablar – se escucho la tierna vocecita de Fer.
-         Si claro, pasa.

 
Fer abrió la puerta y encontró a su hermano sentado en el borde la cama, desnudo salvo por unos boxers que no alcanzaban a ocultar la monstruosa verga de su dueño. El corazón le empezó a latir muy rápido y por un momento no supo que hacer.
Sebas por su parte, no se inmuto y la miro fijamente un minuto, después giro la cabeza para seguir viendo la TV.
 
-         Dime Fer, ¿Qué pasa? – dijo de la manera más natural que pudo.
-         Este… - de repente se había quedado en blanco, Fer no espero ver a su hermano nuevamente así.
-         Si, te escucho.
-         Este…
-         Dime ya Fer – dijo Sebas volteándola a ver.

 
El contacto de sus ojos, la hizo despertar.
 
-         Sebas, quería hablarte sobre lo que sucedió ayer – al ver un gesto de disgusto en la cara de Sebas, agrego – te juro que es la ultima vez que hablamos de eso.
-         ¿Pensé que habíamos quedado en que no lo haríamos más? – dijo de manera seria.
-         Es cierto, pero solo por esta vez, quisiera que dejáramos algo claro.

 
Sebas apago la TV, suspiro y miro fijamente a Fer.
 
-         Mira– continuo ella – yo sé que tienes necesidades, sobre todo ahora que estás soltero. También entiendo que hice muy mal en espiarte mientras te masturbabas, por lo que nuevamente te pido una disculpa. Tu eres uno de mis mejores amigos, por dios eres mi hermano. Y no dejo de pensar en que quizás esto cambie la forma en que nos llevamos hasta ahora. Y sabes una cosa, no quiero que sea así.
 
Quiero que sigas siendo lindo y cariñoso conmigo, que no me guardes rencor por alguna cosa así, que me sigas brindando la confianza para hablar de mis problemas y me sigas apoyando como los has hecho hasta ahora. Eres una maravilla de persona conmigo, siempre lo has sido y no quiero que eso cambie jamás.
 
Fer se había puesto totalmente roja mientras decía esto, sentía que las piernas perdían fuerza, que le faltaba el aire y que el corazón le latía a mil por hora, pero con todo el coraje que pudo, había podía sacar aquello que quería decir.
 
-         
Mira Fer – por fin contesto su hermano – pufff ¿Cómo decirlo? Mmm… ya sé.
 
Fer abrió más los ojos y trago saliva ante la inminente respuesta de su hermano.
 
-         Tu siempre vas a ser mi hermanita, mi dulce y tierna hermanita, eso no va a cambiar nunca, no importa lo que pase – aliviada Fer soltó un poco de aire – y es como tu dijiste, a veces tengo necesidades, todos las tenemos. Lo que paso ayer no deberías de haberlo visto, fue mi culpa por no cerrar correctamente la puerta.
-         Y por eso mismo – se apresuro a decir Fer – quiero decirte que no tengas miedo en que vuelva a pasar, porque sé que estadísticamente en algún momento puede volver a pasar. Pero no por eso te reprimas, si tienes necesidad de tocarte y así, hazlo tranquilamente, ambos ya somos mayores y no es como si nunca hubiera visto un pene. Yo trataré de ser más cuidadosa para no interrumpirte ni incomodarte, igual, si estás ocupado con eso, dime para saber que tengo que volver en otro momento.

 
A Sebas esto lo tomo por sorpresa, no esperaba aquella respuesta de Fer.
 
-         Este… pues ya que lo pones así Fer, no sé que decirte.
-         Solamente dime que todo queda bien entre nosotros.

 
Sebas se para, mirando fijamente a los ojos de Fer se le acerca y con una sonrisa, sus fuertes brazos rodean a Fer.
 
-         Todo va a estar bien peque, no te preocupes de nada.
 

Fer jamás había estado tan nerviosa como en ese momento, decir todo eso la había dejado por las nubes, incluso pensó desmayarse cuando vio a Sebas venir directo a ella, pero en cuanto su cabeza se pego a su duro abdomen y sintió la presión de sus musculosos brazos, por fin obtuvo la calma que necesitaba. 
Después de 3 minutos, se separaron, Sebas camino de vuelta s su cama dispuesto a volver a prender la Tv, Por su parte, Fer se dispuso a irse, y justo en ese momento, un pensamiento cruzo su mente.
 
-         Sebas – dijo de repente – ahora que hemos aclarado todo y que seguimos siendo amigos y hermanos. Ahora que tenemos esa confianza ¿te puedo preguntar algo?
-         Si claro Fer, ¿Qué quieres saber? – dijo el sonriendo.
-         Este… es un poco raro para mi decirlo, sobre todo a mi propio hermano pero… ¿siempre se te pone así de grande?

 
Sebas abrió los ojos, esa pregunta jamás se la hubiera esperado en toda su vida, de pronto, un extraño morbo lo asalto, su verga comenzaba a despertar.
 
-         Este… pues si, regularmente si estoy muy excitado se me pone así.
-         ¿Porqué estabas mirando porno?
-         Si bueno, en parte eso, pero creo que la mayoría es porque últimamente he estado con tanto trabajo en el despacho, que no me he… masturbado.
-         ¿Cuánto tiempo tiene que no lo haces? – pregunto rápidamente al saber esto.
-         Mmm… pues creo que ya casi 15 días Fer.
-         ¿Y ayer, después de lo que paso tu… continuaste haciéndolo?
-         No Fer, ya no seguí tocándome.

 
Fer no sabia porque estaba teniendo aquella conversación con su hermano, una parte de ella le decía que era una pervertida preguntando eso y al mismo tiempo, un extraño morbo comenzaba a surgir en su cuerpo al escuchar sus respuestas. Por su parte, Sebas sentía la calentura comenzando a invadir su cuerpo, para colmo, Fer llevaba un top que dejaba ver parte de sus pequeñas tetas y su abdomen desnudo, mientras que en la parte de abajo, los deportivos rosas se ajustaban perfectamente a su anatomía como una segunda piel, dejando apreciar perfectamente el redondo y gordo culo de su hermana. Y aunque Sebas intento pasar de largo esto, al final del día, no podía no mirar con los ojos de un hombre a semejante mujer.
 
Aquella situación hizo que la verga ya comenzará a dar signos de querer ponerse dura en la tela de los boxers, ya se comenzaba a dibujar perfectamente el tronco.
 
-         Entonces – siguió Fer - ¿Sigues sin… vaciarte?
-         Así es Fer, no sé, de repente con lo que paso, ya no tuve ganas de hacerlo.
-         Pero – dijo rápidamente – no es sano eso. Digo, he sabido por algunos amigos que si se acumula el… semen por mucho tiempo, a los hombres les resulta muy doloroso.
Además – siguió – con lo estresado que debes estar por el trabajo, debes de necesitar ese alivio más que nunca.
-         Algo así Fer – le sorprendió esto ultimo – la verdad que estar tanto tiempo sin  correrse, hace que a uno le duelan los testículos, sobre todo cuando se excita.
-         ¡Ay no y todo por mi culpa! – dijo llevándose las manos a la cara.

 
Ante esto, Sebas se paro y rápidamente volvió a abrazar a su hermana mientras trataba de tranquilizarla. Cuando sus cuerpos se pegaron, Fer sintió un bulto bastante grande pegarse a su abdomen y cuando por fin se separaron, miro fijamente el boxer que cada vez lucia más estirado.
 
-         ¡Ay Sebas, se te está volviendo a parar!
-         Si,este… perdóname Fer. – dijo tratando de taparse su pene.
-         No, no te preocupes – Fer trago saliva – es normal que tengas erecciones.

 
La verga se Sebas ya iba a medio parar y la gorda cabeza ya se asomaba por uno de los costados del boxer.
 
-         Este… si quieres, puedes sacártela – dijo Fer totalmente fuera de si – o sea, se nota que esta apretada ahí y si dices que es doloroso, con mayor razón no debería sde tenerla ahí dentro.
-         ¿Estás segura de lo que estás diciendo? – pregunto totalmente sorprendido.
-         Si… digo no. ¡Ay ya no sé ni en que estoy pensando!

 
Sebas se fue entonces a sentar nuevamente y prendió la Tv para tratar de despejar su mente con algún programa. Fer poco a poco se tranquilizo un poco y fue a sentarse a la cama de su hermano, con algo de separación para no molestarlo pero desde donde podía ver perfectamente su boxer.
Para su mala suerte, Sebas al pasar los canales encontró la escena erótica de una película, que aunque era de lo más soft posible, la calentura en su interior y la situación lo tenían excitado al punto que esto bastaba para que por encima del boxer, comenzara a pasar su mano frotando su grueso miembro.
 
Fer veía detenidamente esta acción, el corazón parecía que se le iba a salir del pecho, le faltaba la saliva, pero no se podía dar el lujo de siquiera pestañear viendo como dentro del boxer de su hermano, aquella bestia iba adquiriendo su imponente tamaño.
 
-         Fer, podrías dejarme solo – dijo de repente, sacándola de su trance – es que, tengo que, ya sabes, tocarme un poco.
-         No, no te preocupes por mi – dijo Fer sin apartar la mirada de su verga – si quieres hacerlo, hazlo. No te cortes por mi, como dije, esto puede llegar a pasar en cualquier otro momento, por lo que es mejor irlo viendo de la forma más natural posible.
-         ¿En serio no te molesta? – pregunto una ultima vez.
-         Para nada.

 
Sebas entonces tomo los boxers, se levanto un poco y con un rápido movimiento, los bajo liberando su tiesa verga.
Fer sentía que le iba a dar algo, vio emerger nuevamente aquella verga tan grande y gruesa que apenas, 24 horas antes, había visto en una situación similar. Si bien, no estaba totalmente erecta como en aquella ocasión, iba bien encaminada para allá. Las venas ya se comenzaban a notar por todo el tronco, la gorda cabeza aún seguía debajo de la piel, y aún le faltaba crecer y engordar algunos centímetros, aún a pesar de eso, Fer no podía creer que una verga así fuera real y fuera de su hermano. Pero en esta ocasión, logro admirar completamente aquel aparato y es que la última vez, no había logrado ver los testículos, ahora si tenia la oportunidad. Eran dos bolas grandes, colgando ligeramente,aunque al mismo tiempo se notaban tensas, como si en su interior guardaran bastante cantidad de semen. En su conjunto, le pareció que su hermano tenia una verga hermosa, muy apetecible como de actor porno.
 
Sebas comenzó a frotarse la verga mirando a la actriz de la Tv, poco a poco fue adquiriendo la rigidez que le faltaba, cerro un momento los ojos y pensó en Pamela, una peruana que trabajaba con él, dueña del mejor culo de toda la oficina, todos siempre se lo veían y morboseaban cuando, con total sensualidad, caminaba por el pasillo en dirección a la oficina del jefe. Y con esto en mente, por fin, aquella verga adquirió su verdadero tamaño, logrando salir la cabeza de su escondite y mostrándose orgullosa y desafiante ante los ojos de Fernanda.
 
Sebas no se detuvo, continúo masturbándose, al principio lento para posteriormente, ir subiendo la velocidad. Fer no perdió ningún detalle de esto, puso más atención que nunca en aquella acción, Ver como la mano de su hermano iba y venia por todo el largo de su verga, notaba que la apretaba con fuerza por la presión de sus brazos y que siempre que llegaba a la cabeza, con la muñeca hacia un semi circulo alrededor de ella.
 
Así pasaron 20 minutos, a Fer esto le pareció demasiado tiempo, pues la verga ya se notaba roja por la fricción y con las venas totalmente congestionadas por la sangre, sin embargo, su hermano no se notaba en lo mas mínimo, cercano a eyacular.
 
-         Sebas – dijo de repente - ¿te falta mucho?
-         Mmm… si, más o menos Fer. Si quieres, te puedes ir.
-         No, no es por eso, es que, creo que te estás irritando el… pene con tanto movimiento. ¿No te duele?
-         Si hermanita, me duele un poco, pero no es ese tipo de dolor. ¿Te acuerdas de que te dije que a los hombres nos duelen los testículos? Pues así me siento en estos momentos.
-         Mmm ya… ¿y no hay una forma de que te corras más rápido? Digo, no quisiera que después, te duela tu pene.
-         No te preocupes hermanita, esto no es nada – dijo sujetando su verga desde la base – además, créeme que lo estoy haciendo lo más rápido que puedo, estoy imaginándome con una compañera de mi trabajo.
-         ¿Ah sí y cómo es?
-         Es morena, chaparrita, es bonita, muchos en la oficina se la quieren ligar pero no son más que perros calientes, lo único que buscan es cogérsela.
-         ¿Porqué, tiene grandes tetas?
-         Culo… tiene un culo grande, siempre pasa exhibiéndolo porque sabe que lo tiene carnoso y redondo, bien paradito por los tacones y los pantalones que usa. Es inevitable no voltearla a ver cuándo pasa caminando.
-         Entonces… ¿te gustan mucho los culos?
-         Si, aunque no podría decidir qué es lo que más me gusta, si la cara, las tetas o el culo de una mujer, es solo que – dijo tallándose la verga más rápido – siempre he querido tener sexo anal con un buen culo.

Fer ya no sabía ni que decía, ni que pensaba. Escuchaba todo eso con la vagina muy húmeda, sus piernas las tenia apretadas y de forma casi inconsciente, las movía de forma que su vaginita sintiera un poco de fricción. Aquella platica la estaba calentando demasiado, es más, jamás en su vida había logrado excitarse de esa forma. Su mente volaba con lo que oía decir a su hermano, se relamía viendo esa gruesa y larga verga ser machacada por la mano de Sebas, pensando en lo que sería verla escupir semen, si, seguro se corría un montón.
 
-         ¿Pensé que ya lo habías hecho con tu ex?
-         No, a ella no le gustaba eso, lo más que llegamos a hacer fue siempre vaginal. Aunque igual una vez se lo comente y me dijo que no habría forma, le daba miedo.
-         Y no la culpo – dijo con voz dulce – ¿te la has visto a un espejo? La tienes muy grande, muy gorda.

 
Sebas entonces paro, cegado por la calentura, giro en dirección a su hermana. Lo que le decía tenia un efecto muy potente en él, oír a su propia hermana decirle aquellas cosas y tenerla ahí enfrente, era más de lo que podía soportar.
 
-         ¿Tú lo crees Fer? – pregunto de forma inocente - ¿Crees que la tengo grande?
-         ¿Es en serio? – dijo Fer sonriendo – si desde un satélite seguro se te alcanza a ver.
-         ¿Has visto una así antes?
-         Si… digo no – se apuró a decir – o sea, si en algún video que me ha mandado Irving alguna vez, pero jamás una en vivo.
-         ¿Y qué piensas ahora? – dijo parando el movimiento de su mano, apuntando la verga directamente hacia la cara de su hermana.
-         Que nunca espere que mi hermano tuviera semejante… verga. Es muy… bonita.

 
Sebas cerro los ojos, trato de imaginarse el culo de Pamela, pero en ese momento un solo pensamiento comenzó a presentarse en su mente, el cuerpo de Fer. Su sexy top, sus deportivos ajustados, la imagen de aquellas caderas y su gran culo estirando esa tela al máximo, lo peor es que no tenia que imaginarlo, ella se encontraba ahí, frente a él mirándolo masturbarse con total atención. Cuando pensó en aquello, su verga comenzó a cosquillear, abrió la boca casi comenzando a gemir, su calentura se elevó todavía más y sin poder aguantar mucho, la explosión llego.
 
Fer se sobresaltó cuando vio aquella verga comenzar a regar semen a borbotones. Casi por una reacción natural de querer tapar aquella fuga de leche, su cuerpo se inclino y su mano parecía ir directo a sujetar aquella verga, afortunadamente se detuvo a medio camino. Absorta, vio como chorro a chorro, aquella verga disparo potentes ráfagas de semen, salpicando parte de su abdomen y sus deportivos, y al inclinarse, algunas gotas fueron a parar a sus mejillas y antebrazo.
Sebas se desplomo, agotado y disfrutando de su orgasmo en la cama, mientras su hermana veía aquella verga reposar sobre su abdomen ¡Dios, le llegaba más arriba del ombligo! Y a pesar de aquella eyaculación, se notaba que aún podía seguir.
Fer tenía una calentura de los mil demonios, jamás en su vida había tenido tal nivel de excitación, y ver a su hermano en aquella posición, con los ojos cerrados y aún con la verga lista para la batalla, hizo que un pensamiento incestuoso pasara por su mente.
 
-         Bueno, te dejo, al rato te aviso para que cenemos con papá – dijo saltando rápidamente de la cama y saliendo directamente hacia su cuarto.
 
Ni siquiera espero la respuesta de Sebas. ¿cómo se había atrevido a pensar aquella cosa? ¡Sebas era su hermano, por dios! Es cierto que tenia buena verga, muy buena de hecho, pero no, eso estaba mal, estaba prohibido. Se repetía esto una y otra vez en su cabeza para tratar de convencerse que así era. Pero, mientras su mente decía esto, su cuerpo, la calentura que la inundaba y que parecía desbordarse de un segundo a otro, decían otra cosa.
 
A penas cerro la puerta, puso una de sus almohadas en medio de la cama, se quitó rápidamente el deportivo y la tanga y se acostó de forma que la almohada, hiciera contacto con su vagina. En esa posición, comenzó a frotarse sintiendo el contacto de la tela con su conchita, mientras algunos de sus deditos, se colaban por su abertura, para después, frotarse circularmente su clítoris de forma desesperada. La situación la rebasaba, necesitaba de forma vital sentir el alivio del orgasmo. Su concha estaba ya chorreando liquido como si ahí hubiera una fuga, si alguien pegara su oído a la puerta, podría escuchar claramente el chapoteo que producían sus dedos al entrar en su conchita.
Y así, tras 5 minutos de intensos movimientos pélvicos y estimulación con sus dedos, hundió la cabeza en la cama para no gritar mientras, sintiendo como todo su cuerpo se tensaba, se corría intensamente sin dejar de pensar en la verga enorme de su hermano.




Continuará...


2 comentarios - Ayuda Familiar (2)

Si-Nombre
Excelente Post muy bueno gracias por compartir
PAJAESVIDA
Muy bueno! van 10 y la correspondiente paja!😋🍆💦💦💦