Hola soy Vale, Rafa ya les contó la historia de cómo comenzó nuestra historia; ahora yo les contaré cómo fue nuestro primer encuentro, luego de haber jugado varias noches e imaginarme cómo sería sentir su cuerpo encima del mío.
Cuando regresó de viaje, decidimos ponerle fecha a nuestro encuentro, ni él ni yo aguantábamos las ganas de cumplir todo lo que habíamos conversado, así que todo empezó una tarde de sábado, yo estaba muy nerviosa pues era la primera vez que iba a ver a aquel hombre que sólo con hablarme de una fantasía me hizo temblar, nunca me había pasado algo similar, supuse que sería una gran experiencia. Decidimos ir a un motel, y nos encontramos en un punto neutral, cuándo lo vi, quedé encantada, es el estereotipo de hombre que nos gusta a las mujeres, alto, fuerte, sexy y sobre todo tiene unos ojos que me atraparon, es de esos hombres que uno ve y dices “si papi soy tuya”.
Subí al carro e íbamos conversando, en el trayecto sentía cómo mi conchita vibraba y pedía a gritos ser penetrada, mi ropa interior estaba mojada, pero lo disimulaba muy bien, cuándo llegamos al motel los dos estábamos nerviosos, pero él mostraba más seguridad, se acercó a mí y me dio el primer beso, fue el beso más rico y apasionado que había recibido desde hace mucho tiempo. Poco a poco empecé a sentir como su mano bajaba por mi cuerpo lentamente hasta llegar a mi culo, dónde inmediatamente sentí como lo agarraba con sus manos fuertes, en ese momento estaba muy excitada y nos empezamos a desvestir mientras nos acariciábamos, una vez que quedé desnuda frente a él, se acercó a mi pecho y empezó a besarme y a chupar mis grandes tetas, inmediatamente mis pezones se pusieron muy duros y deseaba a gritos que introduzca su verga en mi concha, pero no era el momento.
Él disfrutaba de cada parte de mi cuerpo, sentía sus besos, caricias y cada vez mi deseo aumentaba más, luego decidí tomar su verga y acariciarla despacio, sentía cómo estaba mojada y decidí agacharme y meterla en mi boca, estaba tan dura que empecé a pasar mi lengua en ella, mientras acariciaba sus bolas duras y grandes, sin duda era la mejor verga que había probado y no me imaginaba que después me volvería adicta a ella.
Mientras mi lengua jugaba con su verga, mis ojos se volvieron a él, quería ver su cara de placer y que él viera cómo yo disfrutaba de ella, al mismo tiempo pasaba por mi mente que en cualquier momento él iba a explotar en mi boca y que tendría toda su leche para tragármela; así pasó un par de minutos y no sucedió, luego él me paró, se colocó el preservativo y me puso en 4 sobre la cama, inmediatamente sentí cómo entraba su verga en mi conchita mojada, él empezó a moverse sin parar y yo no podía dejar de gemir del placer que sentía, me tomaba de la cintura mientras me embestía una y otra vez, era tanto el placer que terminé de inmediato, pero él seguía dándome verga sin interrupción, me dio la vuelta se puso encima mío, abrió mis piernas y volvió a introducir su verga, sentía cómo chocaba en las paredes de mi concha y lo dura que estaba, mientras mis grandes tetas se movía a su ritmo, yo las agarré y le pedí que las chupara, estaba tan caliente que quería que las devorara, pero no puedo negar que estaba sorprendida, él no era como el típico hombre que terminaba rápido no, él disfrutaba de cada cosa y se demoraba para explotar, en ese entonces yo ya había perdido la cuenta de las veces que me hizo venir y de los orgasmos que ocasionó en mí, no podía creer que existiera un hombre así.
Era la primera vez que estaba con alguien que me hizo probar cosas diferentes, posiciones que no sabía que existían, después de estar encima mío , se levantó y se puso de espaldas a mí, no sabía qué iba a hacer, quizás un 69 pero no, abrió mis piernas nuevamente e introdujo su verga, mientras su culo estaba casi en mi cara, en ese momento se lo agarré y empecé a besarlo, eran las nalgas más ricas que había visto y por mi mente cruzaba las ganas de querer jugar con mi lengua, pero me detuve porque no sabría cuál sería su reacción.
Minutos después nos paramos y me puso contra un sillón que se encontraba frente a un espejo, empezó a acariciar mis tetas mientras me penetraba, me decía que era una mujer deliciosa, yo lo miraba fijamente a través del espejo, y le pedía que siga así, que me encantaba su verga, que era deliciosa, me gustaba admirar su cara mientras me cogía, y que mis tetas brincaran de las embestidas que me daba, era tanto mi deseo que le pedía que me diera leche, pero él contestaba que aún no era hora.
Después de un largo tiempo de cogerme empezó a moverse rápido y ahí supe que me iba a dar lo que tanto deseaba, entonces, terminó, los dos quedamos desnudos uno al lado del otro exhaustos, yo estaba confundida, pensaba que yo no era de su completo agrado o que no lo satisfice lo suficiente y que por eso se demoró en terminar, pero no podía decir nada ya que era la primera vez que lo hacíamos y no sabía que pasaba por su mente. Esa cogida sería el inicio de esta gran historia, poco a poco y a través de nuestros relatos, van a entender el por qué
Cuando regresó de viaje, decidimos ponerle fecha a nuestro encuentro, ni él ni yo aguantábamos las ganas de cumplir todo lo que habíamos conversado, así que todo empezó una tarde de sábado, yo estaba muy nerviosa pues era la primera vez que iba a ver a aquel hombre que sólo con hablarme de una fantasía me hizo temblar, nunca me había pasado algo similar, supuse que sería una gran experiencia. Decidimos ir a un motel, y nos encontramos en un punto neutral, cuándo lo vi, quedé encantada, es el estereotipo de hombre que nos gusta a las mujeres, alto, fuerte, sexy y sobre todo tiene unos ojos que me atraparon, es de esos hombres que uno ve y dices “si papi soy tuya”.
Subí al carro e íbamos conversando, en el trayecto sentía cómo mi conchita vibraba y pedía a gritos ser penetrada, mi ropa interior estaba mojada, pero lo disimulaba muy bien, cuándo llegamos al motel los dos estábamos nerviosos, pero él mostraba más seguridad, se acercó a mí y me dio el primer beso, fue el beso más rico y apasionado que había recibido desde hace mucho tiempo. Poco a poco empecé a sentir como su mano bajaba por mi cuerpo lentamente hasta llegar a mi culo, dónde inmediatamente sentí como lo agarraba con sus manos fuertes, en ese momento estaba muy excitada y nos empezamos a desvestir mientras nos acariciábamos, una vez que quedé desnuda frente a él, se acercó a mi pecho y empezó a besarme y a chupar mis grandes tetas, inmediatamente mis pezones se pusieron muy duros y deseaba a gritos que introduzca su verga en mi concha, pero no era el momento.
Él disfrutaba de cada parte de mi cuerpo, sentía sus besos, caricias y cada vez mi deseo aumentaba más, luego decidí tomar su verga y acariciarla despacio, sentía cómo estaba mojada y decidí agacharme y meterla en mi boca, estaba tan dura que empecé a pasar mi lengua en ella, mientras acariciaba sus bolas duras y grandes, sin duda era la mejor verga que había probado y no me imaginaba que después me volvería adicta a ella.
Mientras mi lengua jugaba con su verga, mis ojos se volvieron a él, quería ver su cara de placer y que él viera cómo yo disfrutaba de ella, al mismo tiempo pasaba por mi mente que en cualquier momento él iba a explotar en mi boca y que tendría toda su leche para tragármela; así pasó un par de minutos y no sucedió, luego él me paró, se colocó el preservativo y me puso en 4 sobre la cama, inmediatamente sentí cómo entraba su verga en mi conchita mojada, él empezó a moverse sin parar y yo no podía dejar de gemir del placer que sentía, me tomaba de la cintura mientras me embestía una y otra vez, era tanto el placer que terminé de inmediato, pero él seguía dándome verga sin interrupción, me dio la vuelta se puso encima mío, abrió mis piernas y volvió a introducir su verga, sentía cómo chocaba en las paredes de mi concha y lo dura que estaba, mientras mis grandes tetas se movía a su ritmo, yo las agarré y le pedí que las chupara, estaba tan caliente que quería que las devorara, pero no puedo negar que estaba sorprendida, él no era como el típico hombre que terminaba rápido no, él disfrutaba de cada cosa y se demoraba para explotar, en ese entonces yo ya había perdido la cuenta de las veces que me hizo venir y de los orgasmos que ocasionó en mí, no podía creer que existiera un hombre así.
Era la primera vez que estaba con alguien que me hizo probar cosas diferentes, posiciones que no sabía que existían, después de estar encima mío , se levantó y se puso de espaldas a mí, no sabía qué iba a hacer, quizás un 69 pero no, abrió mis piernas nuevamente e introdujo su verga, mientras su culo estaba casi en mi cara, en ese momento se lo agarré y empecé a besarlo, eran las nalgas más ricas que había visto y por mi mente cruzaba las ganas de querer jugar con mi lengua, pero me detuve porque no sabría cuál sería su reacción.
Minutos después nos paramos y me puso contra un sillón que se encontraba frente a un espejo, empezó a acariciar mis tetas mientras me penetraba, me decía que era una mujer deliciosa, yo lo miraba fijamente a través del espejo, y le pedía que siga así, que me encantaba su verga, que era deliciosa, me gustaba admirar su cara mientras me cogía, y que mis tetas brincaran de las embestidas que me daba, era tanto mi deseo que le pedía que me diera leche, pero él contestaba que aún no era hora.
Después de un largo tiempo de cogerme empezó a moverse rápido y ahí supe que me iba a dar lo que tanto deseaba, entonces, terminó, los dos quedamos desnudos uno al lado del otro exhaustos, yo estaba confundida, pensaba que yo no era de su completo agrado o que no lo satisfice lo suficiente y que por eso se demoró en terminar, pero no podía decir nada ya que era la primera vez que lo hacíamos y no sabía que pasaba por su mente. Esa cogida sería el inicio de esta gran historia, poco a poco y a través de nuestros relatos, van a entender el por qué
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