Mi hermano es un par de años menor que yo, el estaba en la edad en la que las hormonas están a mil por hora y se podía notar como en las mañanas salía de su habitación con una obvia y notoria erección, tanto nuestros padres como yo lo notábamos pero comprendíamos la etapa por la que pasaba.
En mi caso, yo era de andar en casa siempre cómoda, solía usar shorts muy cortos y casi siempre vestir de top, al fin y al cabo estaba en mi casa. Soy una chica que apenas es mayor de edad pero sinceramente no aparento mi edad, soy muy pequeña y mi cuerpo es muy delgado por lo cual siempre recibo comentarios de que parezco menor, mido 1.60 y realmente soy muy flaca, mi piel es blanca y uso lentes, tengo una cintura pequeña, tetas muy pequeñas y al menos mi culo es un poco parado, sinceramente no es la gran cosa pero si llego a robar una que otra mirada incluso de mi hermano.
Al andar así vestida en casa con ropa que se ajustaba a mi cuerpo hacía ver mejor mi cuerpo de lo que realmente era por lo que algunas veces llegué a descubrir a mi hermano viéndome, al principio me incomodaba un poco y comencé a procurar vestir un poco más “tapada” pero luego de una conversación sobre eso con mis amigas decidí que no tenia porque cambiar mi forma de vestir en mi propia casa, al fin y al cabo era algo normal por parte de mi hermano y a fin de cuentas no dejaba de ser mi hermano, no era como que eso fuera incesto...
Pasaron algunos meses y todo seguía igual, con la única diferencia es de que yo había comenzado a salir con un chico de la escuela con el cual perdí la virginidad, lo cual como muchos saben, la primera vez no es la gran cosa y eso me hacía querer siempre más por desgracia no podíamos tener mucho sexo o al menos no de manera continua, llegábamos tener relaciones una vez a la semana o en el peor de los casos una vez cada dos semanas, esto al parecer por ser aún muy jóvenes y siempre había alguna o otra cosa que no lo impidieran como no tener lugar o el no tener dinero para ir a algún motel.
Una noche nuestros padres saldrían a cenar por su aniversario dejándonos a mi hermano y a mi solos en casa, por ser la mayor me tocaría hacerme cargo de mi hermano mientras ellos no estaban, ellos se fueron dejándome esa responsabilidad pero yo tenía otros planes, sin decir nada a mi hermano, lo dejé solo en casa y me fui con mi novio, tenía muchas ganas de estar con el y al estar experimentando nuestra sexualidad quería seguir probando pero me termine quedando con las ganas ya que no tuvimos oportunidad para hacerlo y todo quedó en besos y caricias, creo que todos sabemos lo que se siente que te dejen así.
Llegue a casa un poco desilusionada y a la vez alborotada por la calentura, en mi cabeza solo estaba llegar y saciar mis ganas con mis dedos. La casa estaba en silencio, pensé que mi hermano ya estaba dormido pero me lleve la sorpresa de mi vida al acercarme a mi habitación y ver la puerta entre abierta, nunca la dejaba así, siempre la dejaba completamente cerrada. Me acerqué en silencio, sabía quien estaba ahí pero no el porque, me acerqué y al echar un vistazo por la parte que quedaba abierta me encontré con mi hermano con los pantalones abajo, masturbándoselo con mi ropa interior sucia, con una mano la restregaba por su cara oliéndola como enfermo y con su otra mano se masturbaba envolviendo mis panties por todo su pene el cual estaba completamente erecto, era el primer pene que veía que no fuera de mi novio.
Al principio me sorprendí mucho pero realmente era más la molestia de que estuviera haciendo eso, quería gritarle pero el aún no se percataba de que yo estaba ahí, el seguía dándose placer, me calmé un poco mientras lo seguía viendo, me comenzaba a dar un poco de morbo el hecho de que fuera mi hermano quien estaba viendo masturbandose, mi hermano menor... lo estaba comenzándosela disfrutar, el enojo fue desapareciendo y la calentura que había en mi fue subiendo, no me aguante más y comencé a acariciar mis pechos sobre mi blusa, dios, qué morbo era estar en esa con ese espectáculo.
La calentura de apoderó de mi, metí mi mano bajo mi pantalón sintiendo mis labios totalmente mojados por lo que mi mano resbaló con facilidad haciéndome sacar un gemido el cual mi hermano escuchó y de golpe paro con su masturbación y de una se subió los pantalones volviendo a dejar mi ropa interior en el canasto, por mi parte hice lo mismo, deje de tocarme y acomode mi blusa la cual estaba fuera de su lugar.
Mi hermano salió rápido de mi habitación topando conmigo y preguntándome casi temblando qué cuanto llevaba ahí, la verdad eso no era algo que importara, solo le dije que no le diría a nuestros padres para evitar problemas con la condición de que no lo volviera a hacer, el acepto y se fue a su habitación mencionándome que el tampoco dirá nada sobre qué lo deje solo en casa cuando había sido lo primero que nuestros padres habían mencionado.
Había pasado un mes desde aquella noche y todo había seguido con normalidad, ni mi hermano ni yo volvimos a hablar de lo sucedido como si nada hubiera pasado y fingiendo que nunca lo dejé solo. Ese fin de semana nuestros padres volverían a salir, irían a visitar a nuestros abuelos los cuales vivían en una ciudad vecina a cuatro horas de aquí, por lo cual se irían el sábado y regresarían el domingo, otra vez dejándonos solos y dejándome a cargo de mi hermano.
Para esto ya había terminado con mi novio una semana antes por lo cual aún estaba un poco dolida así que ese sábado no pensaba perder el tiempo y saldría con mis amigas a divertirnos a algún club de la ciudad, esta vez se lo hice saber a mi hermano para evitar problemas y el estuvo de acuerdo, sabía que quería distraerme y el acepto sin problemas.
Salí con mis amigas a beber sin importar nada, solo quería distraerme y mis amigas me decían que aprovechara para salir con alguien más y así lo hice, conocí a un chico con el cual termine bailando y besándonos, esa noche el quería que nos fuéramos de ahí para tener privacidad y eso me calentaba, sabía a qué se refería pero en el fondo sabía que no era buena idea irme con un desconocido, además de que no estaba en un grado de ebriedad como para irme con el, al final no acepté y me quede con las ganas.
Regrese a casa algo mareada pero más que ebria estaba alegre y un poco caliente, llegó a casa y al entrar está mi hermano viendo televisor sentado en el sofá, me saluda preguntándome como me fue, respondo y me voy a mi habitación, otra vez con la mentalidad de llegar desvistiéndome y quitarme la calentura tocándome, esa noche llevaba un conjunto de falda negra y una blusa negra tipo top la cual era de una tela un poco traslúcida.
Entro a mi cuerpo quitándome la tanga que llevaba debajo de mi falda y lo primero que noto es cierto olor, era un olor a sexo, sabía lo que era eso, respiré ondo como disfrutando de ese olor y vaya que lo disfrutaba, sentía la calentura subiendo en mi pero sabía la razón de ese olor, revisé el canasto de mi ropa sucia y de ahí provenía el olor, al ver más de cerca encontré rastros de semen por mis panties, semen de mi hermano.
Estaba muy molesta, sobre todo porque le dije que no lo volviera hacer pero aún así no dejaba de estar caliente, era una combinación entre molestia y excitación, lo cual no pude evitar y al tener ese olor tan cerca de mi termine oliendo el semen cerca de mi cara y que calentura me daba, no había duda que la
calentura a ese grado sumado a la poca ebriedad eran mala combinación, sabía que de no ser por el alcohol no habría hecho eso pero que bien se había sentido.
Estaba conmigo misma en un debate mi parte de calentura quería más pero mi parte de molestia y razonamiento quería poner un alto a esto, salí de mi habitación decidida a reclamarle a mi hermano el cual seguía viendo televisión, me pare frente a él con mi tanga que me había quitado en la mano y el seguía como si nada hubiera pasado, le lancé mi tanga a su cara.
A ver si esa también te gusta!
Que te pasa estupida?
Te dije que no lo volvieras a hacer y no te importo!
Perdón pero no me aguante!
Eres un enfermo!
Empecé a hacer presión con ambas manos sobre su cara restregándole mi tanga la cual no me importo que estuviera algo mojada, estaba muy molesta y de alguna forma quería desquitarme con el, el como podía se movía para evitarme pero yo seguía haciendo presión con todas mis fuerzas hasta que termine yéndome hacia enfrente y fui a caer encima de él, prácticamente había caído sentada en sus piernas a lo cual no le di importancia y seguí restregando mi tanga en toda su cara porque según yo si tanto le gustaba hacer eso y no le importaría que yo lo hiciera de esa forma, creí que era buena idea y así aprendería la lección y dejaría de hacerlo, pero, fue todo lo contrario, parecía que comenzaba a disfrutarlo, dejaba de poner resistencia y yo sentía como su pene ya estaba duro debajo de mi solo separándonos la tela de su pantalón y la de mi falda pero parecía como si en cualquier momento iba a traspasar esas barreras.
Seguía sobre el restregando mi tanga contra su cara pero conforme pasaba el tiempo lo hacía cada vez con menos fuerza, era más obvio que el lo disfrutaba y yo también...
Abrió un poco su boca y no perdí el tiempo para meter mi tanga en ella, el la olía y parecía que la quería comer, disfrutaba su olor y su sabor a mujer, Dios, que excitación era ver eso tan cerca de mi, quede como sorprendida por un momento dejando de hacer fuerza sobre el lo cual el aprovecho sin dudarlo para intentar besarme, al principio intente quitarme pero no me dejo, ya me había tomado por la cintura pegándome a él para evitar irme y siguió besándome a lo cual ya no pude resistir y le correspondí el beso, comenzamos a besarnos con la tanga entre nuestras caras, si los besos entre hermanos ya eran algo delicioso el tener mi tangs lo hacía el doble de rico, sentía la tela húmeda y ese olor tan rico combinándose con nuestros besos y el sentir las manos de mi hermano cómo comenzaban a acariciar mi piel aferrándose a ella, ya no podía más.
Comencé a hacer movimiento de cadera sobre el y eso lo volvía loco, se notaba por cómo me besaba y me tocaba con más ganas cuando lo hacía bajando sus manos hasta mi culo, mi hermano aún era virgen pero no había duda que sabía lo que hacía incluso lo hacía mejor que mi ex novio, el nunca me llegó a calentar así sólo con besos y caricias, o sería el hecho de que al ser mi hermano lo hacía más excitante, el placer de ser prohibido.
Mi hermano me quitó la blusa por encima de mis brazos dejándome en bra, el besaba la parte de mis pechos que no cubría mi bra y besaba mis pechos sobre la tela de mi bra, quería quitármelo pero no lo deje, la verdad siempre me ha apenado mostrar mis pechos pequeños, a él no le importo pero seguro se quedó con las ganas, seguimos besándonos y acariciandonos, sintiendo el contacto de nuestros cuerpos el uno sobre el otro, yo sentía que me quemaba por dentro, el como pudo saco su pene y al verlo no lo podía creer, era grande y con gran cabeza, incluso me atrevo a decir que era más grande que el de mi ex.
Nos quedamos viendo un momento en silencio, el parecía esperar aprobación y yo como pensando en si continuar o parar pero ya era muy tarde para parar, me levanté un poco para subir mi falda sin quitármela y el tomo su pene buscando meterlo, el estaba nervioso, era obvio que era su primera vez y no podía hacerlo así que decidí ayudarlo, tome su pene debajo de mi y lo guié a mi entrada, yo ya estaba muy mojada y si pene lubricado por lo cual rápidamente comenzó a entrar y yo comencé a dejarme caer lentamente sobre el hasta clavármelo por completo, ambos gemimos de placer, que placer tan único era eso.
Comencé a montarlo lentamente cada vez subiendo el ritmo y con eso mis gemidos sonaban por toda la casa a tal grado que si alguien pasaba frente a nuestra casa seguramente podría escuchar o inclusive los vecinos que alguien estaba disfrutando de un buen sexo pero dudo que se llegaran a imaginar de un par de hermanos cometiendo incesto, mi hermanito me tenía tomada por la cintura y me ayudaba a moverme cada vez más rápido, ya no me importo más y me quite mi bra, quería que besara mis pechos así que lo tome de la cabeza y lo restregué contra mis pechos, el sin dudarlo comenzó a besarlos como loco.
Yo encima de él montándolo mientras el besaba mis pechos y acariciaba mi culo, no me aguante más y en ese momento tuve un tremendo orgasmo sacando un gemido muy fuerte, era la primera vez que acababa así de rico quedando muy sensible quería parar por un momento y quitarme de encima de él pero no me dejo, me tomo con mas fuerza dándome la vuelta, ahora el estaba acostado sobre mi en ese sofá donde muchas veces estuvimos sentados toda la familia, gemía como loca sintiendo como mi hermano me daba tanto placer hasta que comenzó a bajar el ritmo, sabía la razón, el había acabado, mi hermano había terminado dentro de mi, pero aún así seguía sin quitarse de encima, nos comenzamos a besar como amantes que acababan de terminar, rodeé su cuello con mis brazos abrazándolo y mis piernas envueltas en el a la altura de su cintura mientras el seguía haciendo movimiento de cadera cada vez menos intenso hasta que se desvaneció ese movimiento y ahí nos quedamos en ese sofá besándonos incrédulos de lo que había pasado y de lo rico que es el incesto.
En mi caso, yo era de andar en casa siempre cómoda, solía usar shorts muy cortos y casi siempre vestir de top, al fin y al cabo estaba en mi casa. Soy una chica que apenas es mayor de edad pero sinceramente no aparento mi edad, soy muy pequeña y mi cuerpo es muy delgado por lo cual siempre recibo comentarios de que parezco menor, mido 1.60 y realmente soy muy flaca, mi piel es blanca y uso lentes, tengo una cintura pequeña, tetas muy pequeñas y al menos mi culo es un poco parado, sinceramente no es la gran cosa pero si llego a robar una que otra mirada incluso de mi hermano.
Al andar así vestida en casa con ropa que se ajustaba a mi cuerpo hacía ver mejor mi cuerpo de lo que realmente era por lo que algunas veces llegué a descubrir a mi hermano viéndome, al principio me incomodaba un poco y comencé a procurar vestir un poco más “tapada” pero luego de una conversación sobre eso con mis amigas decidí que no tenia porque cambiar mi forma de vestir en mi propia casa, al fin y al cabo era algo normal por parte de mi hermano y a fin de cuentas no dejaba de ser mi hermano, no era como que eso fuera incesto...
Pasaron algunos meses y todo seguía igual, con la única diferencia es de que yo había comenzado a salir con un chico de la escuela con el cual perdí la virginidad, lo cual como muchos saben, la primera vez no es la gran cosa y eso me hacía querer siempre más por desgracia no podíamos tener mucho sexo o al menos no de manera continua, llegábamos tener relaciones una vez a la semana o en el peor de los casos una vez cada dos semanas, esto al parecer por ser aún muy jóvenes y siempre había alguna o otra cosa que no lo impidieran como no tener lugar o el no tener dinero para ir a algún motel.
Una noche nuestros padres saldrían a cenar por su aniversario dejándonos a mi hermano y a mi solos en casa, por ser la mayor me tocaría hacerme cargo de mi hermano mientras ellos no estaban, ellos se fueron dejándome esa responsabilidad pero yo tenía otros planes, sin decir nada a mi hermano, lo dejé solo en casa y me fui con mi novio, tenía muchas ganas de estar con el y al estar experimentando nuestra sexualidad quería seguir probando pero me termine quedando con las ganas ya que no tuvimos oportunidad para hacerlo y todo quedó en besos y caricias, creo que todos sabemos lo que se siente que te dejen así.
Llegue a casa un poco desilusionada y a la vez alborotada por la calentura, en mi cabeza solo estaba llegar y saciar mis ganas con mis dedos. La casa estaba en silencio, pensé que mi hermano ya estaba dormido pero me lleve la sorpresa de mi vida al acercarme a mi habitación y ver la puerta entre abierta, nunca la dejaba así, siempre la dejaba completamente cerrada. Me acerqué en silencio, sabía quien estaba ahí pero no el porque, me acerqué y al echar un vistazo por la parte que quedaba abierta me encontré con mi hermano con los pantalones abajo, masturbándoselo con mi ropa interior sucia, con una mano la restregaba por su cara oliéndola como enfermo y con su otra mano se masturbaba envolviendo mis panties por todo su pene el cual estaba completamente erecto, era el primer pene que veía que no fuera de mi novio.
Al principio me sorprendí mucho pero realmente era más la molestia de que estuviera haciendo eso, quería gritarle pero el aún no se percataba de que yo estaba ahí, el seguía dándose placer, me calmé un poco mientras lo seguía viendo, me comenzaba a dar un poco de morbo el hecho de que fuera mi hermano quien estaba viendo masturbandose, mi hermano menor... lo estaba comenzándosela disfrutar, el enojo fue desapareciendo y la calentura que había en mi fue subiendo, no me aguante más y comencé a acariciar mis pechos sobre mi blusa, dios, qué morbo era estar en esa con ese espectáculo.
La calentura de apoderó de mi, metí mi mano bajo mi pantalón sintiendo mis labios totalmente mojados por lo que mi mano resbaló con facilidad haciéndome sacar un gemido el cual mi hermano escuchó y de golpe paro con su masturbación y de una se subió los pantalones volviendo a dejar mi ropa interior en el canasto, por mi parte hice lo mismo, deje de tocarme y acomode mi blusa la cual estaba fuera de su lugar.
Mi hermano salió rápido de mi habitación topando conmigo y preguntándome casi temblando qué cuanto llevaba ahí, la verdad eso no era algo que importara, solo le dije que no le diría a nuestros padres para evitar problemas con la condición de que no lo volviera a hacer, el acepto y se fue a su habitación mencionándome que el tampoco dirá nada sobre qué lo deje solo en casa cuando había sido lo primero que nuestros padres habían mencionado.
Había pasado un mes desde aquella noche y todo había seguido con normalidad, ni mi hermano ni yo volvimos a hablar de lo sucedido como si nada hubiera pasado y fingiendo que nunca lo dejé solo. Ese fin de semana nuestros padres volverían a salir, irían a visitar a nuestros abuelos los cuales vivían en una ciudad vecina a cuatro horas de aquí, por lo cual se irían el sábado y regresarían el domingo, otra vez dejándonos solos y dejándome a cargo de mi hermano.
Para esto ya había terminado con mi novio una semana antes por lo cual aún estaba un poco dolida así que ese sábado no pensaba perder el tiempo y saldría con mis amigas a divertirnos a algún club de la ciudad, esta vez se lo hice saber a mi hermano para evitar problemas y el estuvo de acuerdo, sabía que quería distraerme y el acepto sin problemas.
Salí con mis amigas a beber sin importar nada, solo quería distraerme y mis amigas me decían que aprovechara para salir con alguien más y así lo hice, conocí a un chico con el cual termine bailando y besándonos, esa noche el quería que nos fuéramos de ahí para tener privacidad y eso me calentaba, sabía a qué se refería pero en el fondo sabía que no era buena idea irme con un desconocido, además de que no estaba en un grado de ebriedad como para irme con el, al final no acepté y me quede con las ganas.
Regrese a casa algo mareada pero más que ebria estaba alegre y un poco caliente, llegó a casa y al entrar está mi hermano viendo televisor sentado en el sofá, me saluda preguntándome como me fue, respondo y me voy a mi habitación, otra vez con la mentalidad de llegar desvistiéndome y quitarme la calentura tocándome, esa noche llevaba un conjunto de falda negra y una blusa negra tipo top la cual era de una tela un poco traslúcida.
Entro a mi cuerpo quitándome la tanga que llevaba debajo de mi falda y lo primero que noto es cierto olor, era un olor a sexo, sabía lo que era eso, respiré ondo como disfrutando de ese olor y vaya que lo disfrutaba, sentía la calentura subiendo en mi pero sabía la razón de ese olor, revisé el canasto de mi ropa sucia y de ahí provenía el olor, al ver más de cerca encontré rastros de semen por mis panties, semen de mi hermano.
Estaba muy molesta, sobre todo porque le dije que no lo volviera hacer pero aún así no dejaba de estar caliente, era una combinación entre molestia y excitación, lo cual no pude evitar y al tener ese olor tan cerca de mi termine oliendo el semen cerca de mi cara y que calentura me daba, no había duda que la
calentura a ese grado sumado a la poca ebriedad eran mala combinación, sabía que de no ser por el alcohol no habría hecho eso pero que bien se había sentido.
Estaba conmigo misma en un debate mi parte de calentura quería más pero mi parte de molestia y razonamiento quería poner un alto a esto, salí de mi habitación decidida a reclamarle a mi hermano el cual seguía viendo televisión, me pare frente a él con mi tanga que me había quitado en la mano y el seguía como si nada hubiera pasado, le lancé mi tanga a su cara.
A ver si esa también te gusta!
Que te pasa estupida?
Te dije que no lo volvieras a hacer y no te importo!
Perdón pero no me aguante!
Eres un enfermo!
Empecé a hacer presión con ambas manos sobre su cara restregándole mi tanga la cual no me importo que estuviera algo mojada, estaba muy molesta y de alguna forma quería desquitarme con el, el como podía se movía para evitarme pero yo seguía haciendo presión con todas mis fuerzas hasta que termine yéndome hacia enfrente y fui a caer encima de él, prácticamente había caído sentada en sus piernas a lo cual no le di importancia y seguí restregando mi tanga en toda su cara porque según yo si tanto le gustaba hacer eso y no le importaría que yo lo hiciera de esa forma, creí que era buena idea y así aprendería la lección y dejaría de hacerlo, pero, fue todo lo contrario, parecía que comenzaba a disfrutarlo, dejaba de poner resistencia y yo sentía como su pene ya estaba duro debajo de mi solo separándonos la tela de su pantalón y la de mi falda pero parecía como si en cualquier momento iba a traspasar esas barreras.
Seguía sobre el restregando mi tanga contra su cara pero conforme pasaba el tiempo lo hacía cada vez con menos fuerza, era más obvio que el lo disfrutaba y yo también...
Abrió un poco su boca y no perdí el tiempo para meter mi tanga en ella, el la olía y parecía que la quería comer, disfrutaba su olor y su sabor a mujer, Dios, que excitación era ver eso tan cerca de mi, quede como sorprendida por un momento dejando de hacer fuerza sobre el lo cual el aprovecho sin dudarlo para intentar besarme, al principio intente quitarme pero no me dejo, ya me había tomado por la cintura pegándome a él para evitar irme y siguió besándome a lo cual ya no pude resistir y le correspondí el beso, comenzamos a besarnos con la tanga entre nuestras caras, si los besos entre hermanos ya eran algo delicioso el tener mi tangs lo hacía el doble de rico, sentía la tela húmeda y ese olor tan rico combinándose con nuestros besos y el sentir las manos de mi hermano cómo comenzaban a acariciar mi piel aferrándose a ella, ya no podía más.
Comencé a hacer movimiento de cadera sobre el y eso lo volvía loco, se notaba por cómo me besaba y me tocaba con más ganas cuando lo hacía bajando sus manos hasta mi culo, mi hermano aún era virgen pero no había duda que sabía lo que hacía incluso lo hacía mejor que mi ex novio, el nunca me llegó a calentar así sólo con besos y caricias, o sería el hecho de que al ser mi hermano lo hacía más excitante, el placer de ser prohibido.
Mi hermano me quitó la blusa por encima de mis brazos dejándome en bra, el besaba la parte de mis pechos que no cubría mi bra y besaba mis pechos sobre la tela de mi bra, quería quitármelo pero no lo deje, la verdad siempre me ha apenado mostrar mis pechos pequeños, a él no le importo pero seguro se quedó con las ganas, seguimos besándonos y acariciandonos, sintiendo el contacto de nuestros cuerpos el uno sobre el otro, yo sentía que me quemaba por dentro, el como pudo saco su pene y al verlo no lo podía creer, era grande y con gran cabeza, incluso me atrevo a decir que era más grande que el de mi ex.
Nos quedamos viendo un momento en silencio, el parecía esperar aprobación y yo como pensando en si continuar o parar pero ya era muy tarde para parar, me levanté un poco para subir mi falda sin quitármela y el tomo su pene buscando meterlo, el estaba nervioso, era obvio que era su primera vez y no podía hacerlo así que decidí ayudarlo, tome su pene debajo de mi y lo guié a mi entrada, yo ya estaba muy mojada y si pene lubricado por lo cual rápidamente comenzó a entrar y yo comencé a dejarme caer lentamente sobre el hasta clavármelo por completo, ambos gemimos de placer, que placer tan único era eso.
Comencé a montarlo lentamente cada vez subiendo el ritmo y con eso mis gemidos sonaban por toda la casa a tal grado que si alguien pasaba frente a nuestra casa seguramente podría escuchar o inclusive los vecinos que alguien estaba disfrutando de un buen sexo pero dudo que se llegaran a imaginar de un par de hermanos cometiendo incesto, mi hermanito me tenía tomada por la cintura y me ayudaba a moverme cada vez más rápido, ya no me importo más y me quite mi bra, quería que besara mis pechos así que lo tome de la cabeza y lo restregué contra mis pechos, el sin dudarlo comenzó a besarlos como loco.
Yo encima de él montándolo mientras el besaba mis pechos y acariciaba mi culo, no me aguante más y en ese momento tuve un tremendo orgasmo sacando un gemido muy fuerte, era la primera vez que acababa así de rico quedando muy sensible quería parar por un momento y quitarme de encima de él pero no me dejo, me tomo con mas fuerza dándome la vuelta, ahora el estaba acostado sobre mi en ese sofá donde muchas veces estuvimos sentados toda la familia, gemía como loca sintiendo como mi hermano me daba tanto placer hasta que comenzó a bajar el ritmo, sabía la razón, el había acabado, mi hermano había terminado dentro de mi, pero aún así seguía sin quitarse de encima, nos comenzamos a besar como amantes que acababan de terminar, rodeé su cuello con mis brazos abrazándolo y mis piernas envueltas en el a la altura de su cintura mientras el seguía haciendo movimiento de cadera cada vez menos intenso hasta que se desvaneció ese movimiento y ahí nos quedamos en ese sofá besándonos incrédulos de lo que había pasado y de lo rico que es el incesto.
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