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La Cuarentena, Mi Melliza y Yo, Capítulo 8

(La historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
Pueden leer los capítulos anteriores en los siguientes links:
Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3953467/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo.html
Capítulo 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3955976/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-2.html
Capítulo 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/3963240/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-3.html
Capítulo 4: 
http://www.poringa.net/posts/relatos/3976155/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-4.html
Capítulo 5:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3981305/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-5.html
Capítulo 6:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3981305/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-6.html
Capítulo 7: http://www.poringa.net/posts/relatos/3981305/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-7.html
 
Mica estaba despierta cuando volví de acompañar a Karina y me preguntó adónde había ido. Le conté la situación de que ella había venido sola, que la ayudé con algo de la PC y se fue. Ella me dijo que escuchó ruidos entre sueños y la voz de una mujer pero creyó que era justamente un sueño, lo peor fue cuando le conté que Kari me preguntó por la marca en el hombro, más precisamente cerca del cuello (trapecio creo que se llama ese músculo, sí, la anatomía no era lo mío). Su cara se puso blanca del susto, casi rompe en llanto diciendo que estaba todo perdido y que seguro le diría a nuestros padres. La tranquilicé diciéndole que Kari sabía guardar secretos muy bien (obviamente no le conté de los regalos que le hice y que le iba a hacer) así que no debía preocuparse. Me dijo que no estaba segura, que quería hablar con ella, le dije que no, que si lo hacía sería sospechoso, que me dejara actuar a mí. Agachó la cabeza y lo entendió. Esta vez le traje yo el desayuno a la cama, ya un poco más tranquila se puso a estudiar y yo a manejar el negocio.
"Quiero saber en qué andan ustedes, sabes que podés confiar en mí" me mandó Karina, como para convencerme de esto último me envió una foto de su cola en primer plano. 
"Te lo voy a decir, pero todavía no, la próxima que vengas lo hablamos los 3, te pido paciencia y tolerancia nomás." Fue mi respuesta, no sabía cómo iba a tomar todo esto y no quería pensar en ello, un escalofrío recorrió mi espalda. Estaba muy nervioso a pesar de saber que Karina era confiable.
Magic Mike me dijo que el video fue genial, como siempre e incluso nos mandó un regalo de 3 cifras verdes a nuestra cuenta. El negocio estaba yendo más que bien.
*
Algunos días después cuando todo iba ya más tranquilo y mientras a Mimi se le terminaba el período, justo después de cortar la videollamada con mis padres Karina me mandó un mensaje preguntando que cuando podría recibir alguno de los regalos que me pidió. Para matar dos pájaros de un tiro fui a mi pieza y encontré a Mica en el escritorio, rodeada de libros, apuntes y fotocopias. Se estiró hacia atrás y con sus manos tocó mi cuerpo, se sobresaltó y miró hacia atrás, el pelo despeinado y la blusa desalineada le daba un encanto peculiar. 
- Estaba pensando en comprarte algunas cosas, ropa interior, tal vez algún juguete más o algo así, ¿Qué opinas? - le dije agachándome para abrazarla, ella correspondió y descansó su cabeza en uno de mis brazos. 
- ¡Dale! Quiero un vibrador y conjuntos bien sexys, esos que me trajiste la otra vez parecían para Karina. - "Si supieras" pensé yo...
- Ok, ya mismo me pongo a ver y pido algo para la cena. - salí de la habitación y me puse a buscar algunas cosas en la página donde compré anteriormente, gasté bastante pero compré un vibrador y un consolador, uno para cada una de mis hermanas y dos conjuntos iguales para ambas. Esta vez aclarando bien para donde iba cada cosa y asegurándome que no ocurriera lo de la última vez. Para la cena pedí algo ligero y un kilo de helado. 
Fui a la pieza nuevamente luego de traer la comida. Mimi seguía estudiando, nuevamente me acerqué por atrás, ésta vez no la abracé, solo me quedé mirando como uno de sus pezones se había escapado de la blusa de tirantes y el frío lo había endurecido. Ya tenía la verga al palo y llevábamos al menos 4 días sin cojer.
- Mimi llegó la comida... - al voltearse me vio a su lado, con la pija apuntando a su cara. 
- Ya era hora... Tengo un hambre...- me dijo acariciándome la verga por encima del pantalón. - Creo que voy a comer otra cosa antes. - me bajó el pantalón y se puso a chupármela ahí mismo, su boca tibia y su lengua juguetona me sacaban suspiros. Llevé una de mis manos a sus tetas, bajé la blusa liberando ambos pechos y me puse a jugar con ellos mientras con la otra mano guiaba su cabeza. 
- Si no estuviera así todavía te diría que me cojas toda Chito... - me dijo cuando sacó la pija llena de saliva de su boca. 
- Pero podemos probar por atrás si querés... - la desafié en broma.
- Ni ahí boludo, dejala así que está bien. - respondió sonriendo. 
- Te voy a comprar un rosario anal, así la vas entrenando. - tomé su cabeza con ambas manos y empecé a cojerle la boca, sabía que eso la calentaba mucho. - Así te quiero cojer la cola Mimi, bien cojida vas a quedar pendeja. - ella tenía arcadas y las lágrimas bajaban por sus mejillas. 
- Me la vas a cojer hijo de puta, pero todavía no, ¡Ahora llename de leche! - me dijo cuando se tomó un respiro. Y volvió a metérsela toda en la boquita.
- Ahí te lleno toda putita! - terminé de hablar y empecé a eyacular. Todo a su garganta. Ella tragaba lo que podía y lo demás se escapaba por sus comisuras. Siguió chupando hasta dejarme toda la verga limpia y como era habitual me dió un beso aún con el sabor de mi leche en su boca. Aproveché para apretarle la cola con ambas manos. - Que lindo va a estar estrenar esta cola. - le di una palmadita y ella sonrió. 
Comimos sin sobresaltos y terminamos la noche con helado y una película. Durmiendo abrazados.
*
Al otro día el paquete llegó temprano, justo cuando estábamos desayunando. De nuevo bajé yo y volví con un paquete más grande que la vez anterior. El contenido ahora sí era el que había pedido, lo mejor fue que mientras subía las escaleras Kari me decía que en la casa de mis padres también había llegado su regalo y que estaba muy contenta. Luego me mandaría fotos y videos usando lo que le mandé. De más está decir que subí con una erección más que notable. Mimi me trajo el alcohol y una remera para cambiarme, yo me saqué la que llevaba y después de desinfectar mis manos fui directo hacia ella, le comí la boca. La miré como preguntando si ya se podía, ella me entendió y asintió. Ahí mismo, sobre la mesa de la cocina la cojí corriéndole la tanga a un costado, abriendo su cola, pasando mi verga por ahí y presionando un poco para dilatarla. Ella gemía a más no poder, se agarraba de los bordes de la mesa para no caerse y ésta se movía, haciendo el típico ruido de la madera sobre la cerámica. Los vecinos de abajo tal vez vendrían a quejarse. Preferí no pensar en eso y concentrarme en reventarle la concha a pijazos a mi hermanita gemela. De repente tuve una idea.
- ¿Te gustaría que me la coja así a Kari? - le decía mientras le daba nalgadas sin dejar de penetrarla a fondo. 
- La vas a romper toda, es muy chiquita ella. Uffff... Me imagino que le acabas en esa carita de inocente que tiene y yo después la limpio toda. - contestó de la mejor forma, la calentura le nublaba la razón. 
- Cuando venga la cojemos entre los dos, ¿Dale? - estaba por acabar, no iba a aguantar mucho, a mi también me calentaba la imagen de mi hermanita menor con la carita llena de leche caliente. 
- Sí, ¡Seguro tiene una conchita chiquita y rica! Llename la cola de leche Chito, ¡Me encanta! - me pidió casi a los gritos. Como el buen hermano que soy hice lo que me pidió.
La saqué chorreando de su concha y la apoyé en la entrada de su cola, los chorros chocaban contra su ano y salían en varias direcciones, mayormente caían sobre los cachetes de su cola, algunos me salpicaban cayendo sobre mi abdomen. Sin dudarlo Mimi se agachó y empezó a lamer los restos de semen que habían caído sobre mí. 
Prácticamente pasamos todo el día cojiendo. Los regalos quedaron olvidados en la mesada de la cocina. 
A la noche, cuando ya estábamos en la cama y después de un buen polvo ella me preguntó
- ¿De verdad querés cojerte a Kari? - me preguntó con sinceridad, mirándome fijamente.
- Es hermosa la pendeja, me encantaría pero si pasa que sea como con vos, no quiero forzar nada. - respondí también de forma sincera. Forzar las cosas era arriesgado y peligroso. 
- Bueno, pero me voy poner un poquito celosa... - me dijo ella haciendo un puchero.
- No seas boba, sabes que te quiero más que a nadie. - la besé en la frente para tranquilizarla y se durmió. 
*
Recién en la madrugada, como ya era costumbre, me puse a revisar los mensajes. Karina me había mandado varias fotos, casi 20, desde distintos ángulos, con y sin la ropa interior nueva y por último, como frutilla del postre un video con el consolador. Casi 5 mins en los que la ví disfrutando, saltando sobre aquel pene de goma pegado al suelo del baño. Ella se tapaba la boca con las manos para aguantar los gemidos, verla acabar entre convulsiones y con sus ojitos claros en blanco fue de las cosas más excitantes que ví. Definitivamente tenía a las mejores hermanas del mundo. La mejor respuesta que se me ocurrió fue mandarle un video acabando seguido del texto "Apenas puedas vení, quiero que hablemos los tres". Y me fui a acostar. 
*
Al otro día hicimos varios sets de fotos y videos con los nuevos conjuntos y los nuevos juguetes. Magic Mike compró todo lo que le pusimos delante pero dijo que de momento no pediría nada, me agradecía por poder disfrutar de la tremenda mujer que era mi hermana y dijo que pronto se comunicaría con ambos. 
Ambos decidimos que por unos días o semanas no haríamos nuevo material, teníamos suficiente como para un mes o dos, a lo sumo haríamos material personalizado si lo solicitaban, pero nada más. Estábamos bien de momento. 
*
Pasaron al menos dos semanas desde la vez que Karina había venido a visitarnos (visitarme mejor dicho), cuando mi madre me llamó una tarde lluviosa y me dijo que nuevamente tenía problemas con la computadora, que si Kari podía traerla nuevamente, la respuesta fue un enorme sí, me había tomado por sorpresa porque mi hermanita me dijo que no sabía cuando podía volver. Eso me había desanimado pero por lo visto no fue más que una treta, al terminar de hablar con mi madre, Kari me dijo que bajara a abrirle porque ya había llegado. Con el invierno ya instalado y los días más cortos y fríos, mi hermanita bajaba del coche que inesperadamente partió al ella salir del vehículo. Me quedé confundido y ella lo vio en mi mirada.
- Tranquilo, le dije que vuelva más tarde...- me dijo luego de saludarme con un beso en la mejilla, gesto que ahora se veía raro si tenías un barbijo puesto. 
Eran casi las seis de la tarde, mientras subimos ella me explicó su plan, me dijo que la compu estaba perfecta, que ella le dijo a mi madre que funcionaba mal para, nuevamente, venir a visitarme. 
Cuando entramos al departamento la vimos a Mimi yendo a la cocina en tanga y con las tetas al aire. Nos alcanzó el alcohol y ropa para cambiarnos. Una vez sanitizados fuimos todos a sentarnos mirando al ventanal que daba hacia afuera.
- Bueno, la cosa es así Kari, a mí me despidieron hace ya casi dos meses. Estuve sin trabajo por algunas semanas y por obvias razones no le conté nada a los viejos - ambas escuchaban atentamente, aunque Mimi ya sabía la historia - . Estaba bastante descolocado y sin saber qué hacer, con Mimi nos estábamos llevando mejor casi a la fuerza y le sugerí hacer y vender fotos suyas, haciendo yo de fotógrafo, dividiendo las ganancias que al fin y al cabo usamos para sobrevivir y comprar algunas cosas. A todo esto aparece un tipo que nos empieza a pedir contenido personalizado más y más caliente primero fue un pete y después quería vernos cojiendo. Y bueno, después de muchas idas y vueltas lo hicimos pero por una buena razón. No quiero que pienses que lo hicimos de puro vicio, vos sabés que antes de esto con Mimi apenas cruzábamos palabra. Y nada, creo que eso es todo. Espero nos entiendas y puedas guardar el secreto. - Terminé mi relato y tomé un mate que me alcanzó Mimi.
La cara de sorpresa en la cara de Kari fue tal que por un momento pensé que no respiraba.
- Bueno, me toman por sorpresa, no me esperaba algo así pero algo sospechaba, sobretodo cuando me mandaste el vibrador y esas tangas. - Mimi me miró sorprendida, se dió cuenta de que cuando dijo que esos conjuntos parecían para Karina no se equivocaba del todo. - Igual tranqui, no pienso hablar de nada de todo esto. Ambos son mis hermanos y los quiero mucho así que su secreto está a salvo conmigo - ambos la abrazamos fuerte en forma de agradecimiento - . Aunque... Quiero entrar. - 
Nos soltamos del abrazo y con Mimi nos miramos y la miramos a ella cuestionándola. 
- ¿Qué? Yo también quiero ganar plata por cojer. Aparte vine para quedarme... - La segunda parte del plan de Kari era fingir algo que la hiciera quedarse por lo visto. Sabía también que nuestros padres necesitaban algunas horas a solas, ellos también cojían después de todo y vaya a saber desde cuándo no lo hacían por no tener un momento a solas. 
Kari se paró y fue al baño llevándose la mochila en la que había traído la computadora. Afuera llovía más intensamente y mi teléfono sonó, casi como si nos hubieran escuchado mis padres dijeron que Kari se quedara con nosotros, que estaba lloviendo demasiado fuerte como para que viniera. Le dije que no se preocupara, que ella estaría más que bien con nosotros. Apenas terminé de mandar el mensaje Kari salió del baño vistiendo uno de los conjuntos que le regalé y con el consolador en la mano.
- Bueno... ¿Empezamos? - nos dijo a ambos.
Continuará...

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4 comentarios - La Cuarentena, Mi Melliza y Yo, Capítulo 8

christianalbrto +1
Buenísimo como siempre!!
Por favor no demores demasiado en subir la continuación!!
Danyjmz96
Excelente, mis merecidos 10 puntos.