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Maria Sol Perez Relato 4

Maria Sol Perez Relato 4

argentina

La lluvia caía salvajemente afuera, no había una sola alma en las calles frías y mojadas. Sol ojeo el reloj que marcaba casi las 11 de la noche, se estaba preparando para cerrar. Se puso a acomodar algunas colchonetas cuando escucho que la puerta se abrió detrás de ella.
- Disculpa, ya me estoy yendo fue lo último que atino a decir antes de que unas manos frías la tomaran por la espalda y le taparan la boca.
- Escuchame bien trolita, te vas a portar bien ahora porque sino te voy a quemar le indico el misterioso hombre de manos frías mientras apretaba el cañón del arma en la espalda de Sol. Dame las llaves, voy a cerrar y vos te quedas ahí quietita sin hacer nada estúpido.
Sin objetar nada, la rubia obedeció y se quedó contra una pared. El hombre misterioso cerró la puerta del frente y se acercó lentamente a la rubia. Llevaba un pasamontañas que le tapaba la cara. Sin dejar de apuntarla, tomo por el cuello a la chica con fuerza y apretó su cuerpo contra el suyo.
- Vas a hacer todo lo que te diga puta de mierda le ordenaba el hombre apretando más el delicado cuello de Sol. Nada de mordidas, golpes o gritos, nada de boludeces. Me escuchaste?
- Tengo plata si Queres, te la doy toda, tengo mucha. Por favor no me lastimes imploraba Sol.
- Plata? Le contestaba el hombre riéndose burlonamente mientras sacaba una cuerda de su campera. Bruscamente puso de espaldas a la rubia y le ato las manos. – Yo no quiero tu plata putona, quiero esto le indico manoseando descaradamente el culo de Sol. Hace rato que te veo putita, andando por acá con estas calzas apretadas, calentando pijas. Hoy te voy a castigar por ser tan puta y de paso me saco la calentura con vos.
Una de las manos del hombre misterioso empezó a nalguear la cola de Sol sin piedad, mientras que la otra le tapaba la boca para evitar los gritos. La rubia trataba de gritar inútilmente.
- Mira el culo que tenes HDP y encima con estas calzas que traes. Que puta que sos le indico el mientras rompía la calza violentamente dejando el enorme culo de Sol a su merced, solo custodiado por una diminuta tanga roja.

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“Uff” fue lo único que el hombre pudo decir ante semejante imagen. La llevo atrás, a las duchas donde nadie podía oír los gemidos y gritos de la rubia.
- Ahora me voy a divertir con este culo hermoso que tenes le indicaba el al oído mientras que amasaba sus tetas y apretaba su bulto contra la cola de la rubia. Portate bien y no te va a pasar nada. Entendiste?
- Si si.
Lentamente el hombre fue agachándose besando la espalda de Sol. Al llegar a su cola, corrió la diminuta tanga para empezar a divertirse. Lleno de besos y chupones descarados las prominentes nalgas de Sol, la nalgueaba con delicadeza e incluso hundía su cara en la cola de ella. El hombre misterioso estaba hipnotizado con su cola.
- Estas toda mojadita, que puta que sos.
Los dedos y la lengua del hombre se repartían y compartían la vagina y el ano de Sol. Los labios de la rubia estaban casi lastimados de tanto morderlos para no soltar gemidos. El hombre misterioso se deleitaba con la entrepierna de la rubia. Sus dedos entraban y salían rápidamente de su vagina mientras que su lengua sorbía con gusto sus jugos y su ano.
- Sos muy muy puta Solcito le decía el mientras se levantaba y bruscamente la daba vuelta. Vamos a ver que tenes acá le dijo mientras rompía la remera de la chica.
Con aun más brusquedad le saco el corpiño rojo y sin aviso comenzó a chuparle las tetas con desesperación. La lengua del hombre recorría ambos senos. Chupaba y mordía los pezones de Sol con dureza provocándole algunos gemidos. Sus tetas eran su debilidad y al captor esto le encanto. Una de sus manos bajo hasta la entrepierna de la chica, mientras que su boca seguía trabajando sus tetas. La rubia ya no podía contener más su calentura y empezó a gemir a gritos mientras que sus piernas temblaban sabiendo que el orgasmo se acercaba.

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- No vas a acabar todavía putona, no tenes mi permiso le decía el hombre misterioso mientras le obligaba a sol a que chupe uno de sus dedos. Ahora vas a usar esa boquita de petera para darme placer a mí y solo después de eso vas a tener mi permiso para acabar.
Sin ningún aviso el hombre beso bruscamente a la rubia. Le apretó la nariz para obligarla a abrir la boca y así sus lenguas pudieron encontrarse y fundirse en un “apasionado” beso. Ambas manos del captor pellizcaban con fuerza los pezones de Sol calentándola aún más. Cuando el beso se terminó, él le hizo una seña para que se agachara y la rubia acepto a pesar de las dudas. No quería enojar a su captor.
- Chupame bien la pija le ordeno el hombre mientras se bajaba los pantalones. Portate bien, nada de morder le indicaba mientras la tomaba por el cuello una vez más y la cacheteaba. Me entendiste?
Lo único que Sol pudo hacer fue asentir con la cabeza, las palabras no le salían por culpa de la presión que le apretaba el cuello.
El miembro del hombre estaba completamente erecto y era enorme. La rubia no pudo evitar admirarlo. A pesar de la situación en que estaba, se le estaba haciendo agua a la boca.
Aun teniendo las manos atadas en la espalda, Sol se las arregló para darle a su captor una gran mamada. Primero empezó lamiendo y chupando lentamente la cabeza de la enorme pija que tenía en frente. Con su mano el hombre le indico que quería lo mire mientras realizaba su labor. Obedientemente la rubia levanto la mirada y la clavo en los ojos de su captor mientras seguía saboreando su glande. El hombre misterioso gemía, insultaba y alababa a la rubia por su trabajo. Pero no estaba satisfecho aun.
- Te vas a tragar toda mi verga como una buena puta le indico el mientras colocaba sus 2 manos sobre la cabecita de Sol para que no escapara.
“Glup Glup” era lo único que salía de la boca de Sol ante la brutal cogida que le estaban pegando a su boca. El hombre perverso hundía su pene en la boca de la rubia lo más que podía una y otra vez. Contaba hasta 10, le daba un respiro y continuaba. Una mezcla de saliva y líquido pre seminal chorreaba de la boca de Sol y caía por sus tetas hasta el piso. Los ojos de la rubia estaban rojos y llorosos pero aun así no dejaban de mirar a los de su captor.
- Muy bien putita, muy bien, que obediente que sos le decía el restregándole su mojado pene por toda la cara.
- Ya está HDP, déjame, ya te divertiste.
Ante esa ofensa el hombre la levanto de los pelos y le comió la boca apenas estuvo a su alcance y para terminar le mordió el labio y le estrujo los pezones. Sol se retorció por el doloroso placer.
- A mí no me hablas así puta de mierda. Recién empezamos con esto le explico riéndose.
Por dentro Sol se sentía culpable por la excitación que le corría por dentro. Quería más y las últimas palabras de su captor la reconfortaron. Tendría más, mucho más.
El hombre misterioso la llevo a las duchas y abrió uno de los grifos. El agua tibia caía sobre el cuerpo de ambos y especialmente sobre el de Sol.
- La verdad que sos un minón, que belleza le decía el manoseando todo el escultural cuerpo que tenía en frente.
La calentura del captor estaba en su punto máximo. Empujo a Sol contra una de las paredes, la puso de espaldas y se preparó para penetrarla. Le dio otra nalgueada y comenzó a bombear.
Los cuerpos mojados de los 2 chocaban ante cada arremetida. Una multitud de ruidos y gemidos invadió el lugar. Las tetas de Sol estaban apresadas en las manos del hombre que seguía cogiéndola sin parar. Poco a poco la excitación fue superando a la rubia que empezó a gemir y a gozar junto a su amante.
- Que puta sos por favor, te encanta esto.
Ni una palabra salió de la boca de la lastimada de Sol, solo gemidos. Aunque no hacía falta, el hombre misterioso sabía que ella lo estaba gozando tanto como él. O incluso más.
Menos de 5 minutos fueron los que separaron a la rubia de su primer y brutal orgasmo. El hombre misterioso intensifico aún más su penetración provocando los gritos de Sol. Al terminar su placentero martirio la rubia cayó desplomada al piso y se recostó contra la pared. Sin esperar que ella recupere el aliento, su captor tomo la cabeza de Sol y hundió su pene en la boca de la rubia nuevamente.
- Ya probé tu conchita, ahora te voy a romper el culo le explico acomodando el cuerpito de Sol como si fuera una muñeca.
La rubia ya no luchaba, solo se dedicó a gozar lo más que pudiera. El hombre misterioso se tomó unos segundos para admirar el enorme culo que tenía en frente.

Maria Sol Perez Relato 4

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Una vez más la nalgueo y sin más enterró su pene en el ano de la rubia. Los gritos de dolor invadieron el lugar otra vez. La cara de la rubia estaba contra el piso y aprovecho para ver como semejante miembro destrozaba su colita.
Las embestidas del hombre misterioso eran brutales y no mostraba piedad ante las suplicas de la rubia. Siguió nalgueándola sin parar hasta que la cola de Sol estaba casi al rojo vivo.
Cuando el segundo orgasmo de Sol estaba por llegar, el captor tomo el pelo de la rubia y lo estiro hacia él. “Quiero ver como acabas puta de mierda” le explico. El hombre siguió y siguió bombeando hasta que el segundo orgasmo llego al cuerpo de la rubia. Esta vez los gritos fueron ahogados por la fuerte mano del hombre.
Cuando el efecto paso, la rubia sentía destruida, adolorida y a pesar de todo muy caliente. Se quedó acostada en el piso mojado de la ducha sin fuerzas para levantarse.
- Ahora me toca acabar a mi le explico el acomodándose encima de ella y poniendo se pija en medio de sus tetas. Te voy a dar la lechita y la vas a tomar toda como buena puta.
Las manos del hombre apretaban con fuerza las tetas que apresaban su pene. Se había cogido la boca, la vagina, la cola y ahora las tetas de Sol. Al igual que antes lo hacía con mucha fuerza. Sol apenas estaba recomponiéndose de su orgasmo y se quedó hipnotizada viendo como el pene del hombre se cogía sus enormes tetas.
- A tomar la leche le indico el levantándose y tomándola de los pelos la arrodillo frente a él.
Las manos del captor subían y bajaban con rapidez. Como buena puta, Sol tenía la boca abierta y sus ojos posados en la cara del hombre. 3 gotas de semen fueron a parar a la carita de la rubia y 2 últimas a su boca. Con sus manos la rubia fue llevando los chorros desperdigados en su cara a su boca. Una vez que junto toda la leche de su captor, abrió su boca y le mostro todo lo que había juntado. Sin más Sol se tragó todo el semen y además se degusto limpiando lo que quedaba en el pene de su captor.
- ¿Estás bien? ¿No te lastime? Le interrogo David preocupado sacándose el pasamontañas.
- Estoy mejor que nunca le respondió Sol con una sonrisa mientras aun saboreaba el semen de su amante. Que buen sexo por favor, estuvo mejor de lo que pensaba. Y vos no te hagas el boludo porque te re gusto esto jajajjja.
- La verdad que si le respondió el chico mientras ayudaba que la rubia se levantara. Estuve bien? No te lastime?
- Estuviste genial amor le respondió ella besándolo con pasión. Si yo no digo nuestra palabra clave es porque estoy bien, vos seguí fajándome que me la banco papi. Lo único que no me gusto fue lo del labio pendejo HDP, me re duele le recriminaba Sol mostrándole la herida.
- Vos me hiciste lo mismo y también me re dolió.
- Aquella vez fue por venganza, porque me hiciste la cola de una, imbécil le retruco ella riendo.
Los 2 amantes se bañaron y se vistieron lo más rápido posible, ya era bastante tarde. Como era costumbre Sol lo acerco al chico a su casa.
- Mañana no me voy a poder sentar de tantas nalgueadas que me diste le explico Sol besando a su amante.
- Bancate por puta. Actuaste muy bien, muy creíble le indico David riendo.
- Viste? Soy mejor actriz que la sobrevalorada de Jennifer Lawrence. Además en cuerpo le gano pero en putez estamos igualadas por las fotos que le robaron le respondió y los 2 rieron fuertemente.
- J Law no es mala actriz, es que siempre hace el mismo papel una y otra vez.
- Es muy mala, la debe chupar muy bien para estar donde está. Hablando en serio papi, este finde prepara una buena excusa para tus papis porque Sil y yo vamos a necesitar que nos hagas compañía.
- Algo se me va a ocurrir le respondió David besando a Sol antes de despedirse.
- Che pendejito, esto no te va salir barato le indico la rubia señalando su labio. Ya vas a ver lo que te hago el sábado.

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