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Relatos erooticos: "Lucrecia y el sexo (anal)"

us padres. Ambos se habian ido de fin de semana a unas cabañas del sur patagonico. Como ella tenia miedo de estar sola, se le ocurrio llamar a una amiga para que pase junto a ella ese sabado y despúes vería que haria el domingo.
 Ella era un adolescente tierna y bonita que tenia mucha curiosidad de las cosas de sus edad, pero todavia tenia cierto temor a quedarse solita en casa. Le mandó una y otra vez mensajes con su celular pero su amiga Flor no le contestaba ninguno de ellos. Finalmente se cansó de insistir y desistió de aquel plan de pasar el finde con su amiga de la infancia. A Lucrecia se le ocurrió salir a comprar algo a unas pocas cuadras de su casa y asi lo dispuso. 

Relatos erooticos: "Lucrecia y el sexo (anal)"

 
 Cuando volvia se dio cuenta de que alguien la esperaba en la puerta de su casa, al llegar a su morada la esperaba su hermanastro con un amigo. Ella los saluda contenta, prestandole una especial atención al amigo de su hermanastro, - unos años mas grande que ella -, este era bien parecido y parecia que Lucrecia habia quedado encantada con él. 
 Pasaron las horas y ellos se pusieron hablar de muchos temas, pues su hermanastro aprovechó que en la casa no habia nadie, -salvo Lucrecia-, para quedarse alli. 

 Mientras el amigo de su hermanastro habia quedado anodado por tal belleza femenina de su hermanastra, por un momento en que ellos reian (ella se divertia mucho con aquel muchacho), él le acerca su mano a los muslos de Lucrecia. Pablo, el hermanastro de ella, se habia quedado dormido (pues ambos venian de juerga y pasaron toda la noche en vela), entonces ella se sonroja y le quiere sacar la mano, aunque nunca deja de sonreirle, pues a ella le gustaba mucho aquel flaco. 
 Él insiste y acercandose un poco a su cuerpo, él le acerca sus labios a los labios de la rubia adolescente. Ella sin poderselos negar se acerca también y se estampan ambos labios en un beso pasional y con mucha humedad. Ambas lenguas se entrelanzan y parecen buscarse vada vez mas entre si, hasta que ella lo frena en seco. 
-"¡Paraaa!", Le dice Lucrecia sin rodeos.
-"Es que no se si quiero enamorarme ahora"
 A lo que el le contesta: "No se trata de amor si vos no queres, se trata de divertirnos Lucre".
 Ella le replica: -"En realidad me gustas mucho, pero tengo miedo Julian".
 Julian: -"No tenes que tener miedo tontita"
Lucrecia: -"¿A donde nos va a llevar esto Julian?"

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A lo que él le contesta: 
-"A done vos quieras. Y si quisieras que ambos vayamos hasta el fin del mundo yo te consentiria, mi amor".
 Cuando ella escuchó estas palabras, quedó locamente enamorada de Julian (un Romeo de Lanus Oeste que era vago y sin empleo) y se entrego por completo a sus besos y abrazos. Ambos se dirigieron al dormitorio de la chica para seguir amandose, pero ahi ella le confieza algo con el dulce susurro que a ella caracterizaba. 

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-"Julian". 
-"¿Si?" Le contesta él.
 Lucrecia: -"Tengo mucha curiosidad por el sexo anal, me encantaria que lo hagas por ahi solamente por hoy". "¿No me va a doler?"
 A lo que él le contesta que no habia problema, que si entraba despacio no le iba a doler.
 A todo esto Julian le bajo la bombacha dejandole todo el culito preciso para él. Ella habia quedado rendida ante este atorrante que vivia por la noche y dormia de dia, en su patria chica Lanus, pues tambien hay que decir que esta princesita era de Palermo y muy refinada por cierto.

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 Empezo saboriando aquel suave y firme manjar de Palermo, metiendo su lengua por sus dos agujeritos. Mientras jadeaba de placer, -y su hermanastro dormia como un oso-, intentaba frenarlo un poco pero las embestidas con su lengua eran cada vez mas fuertes hasta el punto tal que la boca de Julian se empapaba de los liquidos vaginales de Lucrecia.
 Finalmente dilatado y lubricado el ano de esta belleza, Julian dio rienda suelta a su lujuriosa verga que no paraba de entrar y salir, prmero de a poco y despues con mas ritmo. 
 Mientras bombeba ese rico culito él sentia el apretado ano de Lucrecia en su pija a punto de querer explotar. Él veia que ella estaba como perdida en su orgasmo y en el extasis que le provocaba el coito, jadeando de placer y tratando de mirarlo y tomarle con su mano alguna prenda de su ropa. Cuando él aumento mas el ritmo, ella empezo a gritar sin que su somnoliento hermanastro se percatara de ello. Hasta que él acabo en ese estrecho, calido y suave culito de Lucrecia, su amante ocacional.

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 Ella se limpió con una toalla que tenia, aunque el semen no paraba de salir a borobotones de su cola que mojaba toda su tanga. Mientras ambos se daban algunos besos, pues esperaban que todo eso no hubiera terminado alli. 
 Su hermanastro Pablo se despertó sobreexaltado, habiendole confesado a Julian que habia tenido una pesadilla muy intensa en la que tenia salvar a su pobre hermanastra porque le estaban haciendo algo y ella no paraba de gritar.
 Julian y Lucrecia se miraron a punto tal que largaron una carcajada, ambos se sonrieron y se pusieron a hacer café. Deseando que aquello se repitiera muy pronto.

FIN.

1 comentarios - Relatos erooticos: "Lucrecia y el sexo (anal)"

oxixxx
Cuando copies y peques fijate que no te falte texto....