(La historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
Pueden leer los capítulos anteriores en los siguientes links:
Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3953467/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo.html
Capítulo 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3955976/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-2.html
Capítulo 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/3963240/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-3.html
- Eso, hacer y vender fotos tuyas, se gana bien haciendo prácticamente nada. Vos haces de modelo, yo de fotógrafo y administro el negocio, dividimos las ganancias y ya. - la idea me entusiasmaba muchísimo, aparte de ser una buena excusa para tenerla desnuda y cerca mío.
- Mmmm... No sé, decís que se venderán? - dijo ella dubitativa, estaba a punto de decirle que hasta yo le ofrecería plata si no viviera conmigo y fuera mi hermana, pero ella me interrumpió antes de que dijera nada - Igual te confieso que en Instagram ya varios me preguntaban si vendía y hasta me ofrecieron plata por fotos más jugadas.
- Lo suponía, seguro vieron las fotos de las vacaciones y se enamoraron de tu orto - le dije ya sin pelos en la lengua, esas fotos eran en la playa y ella no había disimulado para nada al llevar tangas diminutas y corpiños que parecía que estaban a punto de estallar.
- Bueno, dejame pensarlo... - dijo y volvió a poner play a la película retornando a su posición.
La calza se le había subido y con el corazón ya acelerado por verle la cola nuevamente, me animé a tomar la tela y bajarla dejando todo ese monumental orto al aire. Ya poca atención le ponía a la película, me concentraba más en pajearme mirándole la cola a Mimi.
En un momento volteó a mirar por qué retorcía tanto los pies y me vio pajeándome con los ojos fijos en su cola.
- Te ayudo así dejas de mover la cama, me desconcentras. - para mí sorpresa llevó las manos a su cola, tomó la fina tela de la tanga y abrió los cachetes. Me estaba dejando verle la concha y el orto mientras me pajeaba al lado suyo. - ¿Te falta mucho? - preguntó clavando sus ojos en los míos.
- Un poco - dije sin dejar de mover mi mano.
- Subite encima mío, frotame la pija en la concha. Así acabas y sigo mirando la peli tranquila. - soltó sus nalgas y volvió la vista a la película.
Yo hice lo que me pidió, me apoyé con una mano al lado de su cuerpo y me subí encima, con mi mano libre de a poco le pasaba la pija desde la cola hasta la punta del clítoris. Eso la hacía suspirar. Sentía como se iba mojando poco a poco y mis ganas de penetrarla subían conforme sus suspiros se hacían más intensos.
- Metela un poquito, solo un poco, así acabo. - me imploró casi suplicando.
Metí solo el glande y con movimientos cortos la cojía. Ella apretaba las sábanas por el placer. Estaba cerca de acabar. El destino, la mala o buena suerte provocaron lo que venía deseando, mis fuerzas me fallaron y caí con todo el peso encima suyo, de más está decir que mi pija se enterró completa en su concha, sentí sus contracciones y su intenso orgasmo que casi me hace acabar a mi también. Asustado la saqué y la dejé entre sus nalgas. El glande brillaba por la cantidad de flujo con la que salió mi verga de dentro suyo. Mimi seguía suspirando con el control en una mano y apretando la sábana con la otra.
- Fue el mejor orgasmo de mi vida... - dijo cuando recupero el aliento.
Aún seguía encima suyo, su flujo era un gran lubricante. Segundos más tarde acababa llenándole la cola de leche. Algunas gotas bajaron hasta su concha mojando la tela de su tanga.
Acto seguido retomé mi posición y continuamos con la maratón hasta bien entrada la tarde, comimos algo rápido y seguimos con las pelis. No dijimos una palabra de lo sucedido pero no faltaron las miradas cómplices y las sonrisas por lo bajo mientras tomábamos mates y mirábamos la última de las pelis. A la noche cociné yo y ella lavaba, esa noche dormimos abrazados pero no pasó mucho más que roces y apoyadas. La relación con mi melliza iba mejor de lo esperado.
*
Durante toda esa semana yo me dediqué a ver en qué gastar la plata para administrarla bien, la liquidación era grande porque llevaba ya más de 5 años trabajando en esa empresa. Me angustiaba pensar qué sería de nosotros si lo de las fotos no funcionaba o si yo seguía toda la cuarentena sin trabajo. Trataba de no maquinarme mucho, había pasado ya un mes y medio del inicio de la bendita cuarentena y no se vislumbraba un final para ésta, en la calle y en la tele se veía la depresión de la gente al intentar acostumbrarse a este asunto del encierro. Lo único que me levantaba el ánimo era cada noche que dormía junto a mi melliza. El otoño se había instalado del todo y las noches eran frías, el calor de ella era todo lo que necesitaba para poder descansar bien.
*
El viernes de esa semana cobré la indemnización, cuantiosa y que nos permitiría vivir al menos un mes o dos cómodamente y sin preocuparnos mucho. Ya había hecho cálculos y si se administraba bien podríamos incluso llegar a junio sin contratiempos.
Una tarde, mientras veíamos el atardecer con mates de por medio Mimi me dijo algo que casi me hace escupir todo:
- Hagamos lo de las fotos, ahora que estás sin laburo me da cosa que pagues todo, o sea ya me daba cosa antes. Pero ahora que no tenes trabajo es peor, no quiero abusar de tu generosidad tampoco... - dijo levantando ambas manos exagerando el gesto entre risas. Saqué la almohada que tenía en la espalda y se la tiré a la cara. Ambos reímos un rato, luego yo hablé.
- Bueno, hice un estudio de mercado en cuanto a costos, el tipo de contenido y eso. - mi trabajo como ayudante de administrador de empresas me preparó para una situación así sin saberlo.
Luego de una "clase" sobre cómo iba el negocio de la venta de packs y asegurarme de que todo haya quedado claro acordamos empezar al otro día. Ya se hacía la hora de llamar a nuestros padres y luego de eso a cocinar. Por lo que la charla quedó ahí.
Cenamos mientras hablábamos con mis padres y con Karina, la semana próxima sería su cumpleaños y haríamos una cena con videollamada. Les haría llegar una torta para la cumpleañera y algunas cositas dulces para mis padres. Terminamos de hablar y Karina me mandó un mensaje diciéndome que quería hablar conmigo, sobre el regalo que quería para su cumpleaños número 18. Al hablarle me dijo que quería que le regalara un conjunto de ropa interior, debo admitir que en ese momento no lo ví sexy para nada por lo que me pareció adecuado para una chica de la edad de mi hermanita menor. Le dije que se lo compraría y me agradeció inmensamente. Mimi salió del baño con la toalla en la cabeza y en tanga, se metió en mi pieza y yo la seguí. Al entrar ella se estaba pajeando a oscuras, me acosté a su lado, sabía que no debía interrumpirla si quería disfrutar de verla así en la penumbra. Su cuerpo perlado aún con gotas de la ducha que brillaban a la luz de la luna, su abdomen plano y esas tetas hermosas que daban ganas de chuparlas por horas. A veces me costaba creer que aquella mujer tan sensual era mi propia hermana. Cuando acabó se sacó la tanga, se dió media vuelta y se preparó para dormir no sin antes decirme:
- ¿Y te vas a acostar o te vas a quedar ahí parado? - no había notado que me quedé de pie, mirándola todo ese tiempo. Entré a la cama y ya sin miramientos le apoyé toda la verga en la concha. Ella suspiró, aún seguía sensible por haber acabado, pero no quise ir más lejos, aún conservaba algo de mi cordura.
*
Al día siguiente y luego de desayunar, hicimos la lista del súper. Nuevamente salí, compré y volví pero al entrar fue grande la sorpresa que me esperaba: Micaela estaba vestida con una de mis batas, luego de desinfectarme y dejar las compras ella se abrió la bata y me mostró el conjunto más sexy que tenía, era de encaje negro con detalles en rojo, el corpiño era transparente y la bombacha atrás era apenas un hilo de tela. Habíamos acordado hacer primero sets en ropa interior, probar como nos iba e ir subiendo el nivel de a poco. La cuenta estaba creada y solo esperaba que se subiera el contenido. Fuimos a mi habitación, ella se puso un barbijo que le había comprado y comenzamos la sesión, empezamos con posiciones básicas: ella en 4, haciendo una M con las piernas, juntando las tetas y otras más atrevidas, como primeros planos de la concha, de su orto abierto con ambas manos y una más tomándose el dorso de las rodillas con ambas manos. Llegué a notar una mancha de humedad en la tela.
- ¿Estás caliente? - pregunté sabiendo la respuesta.
- No sé, fijate. - me desafió.
Corrí la tela y sí, un hilo de flujo escapaba de sus labios. Aproveché y tomé una foto de eso. Froté los labios con mi pulgar, no le había avisado pero estaba grabando. Acabó en mis dedos en pocos segundos. Llevé mi pulgar y mi índice a mi boca y probé sus jugos.
- Listo, ya tenemos material para empezar. - dije luego de lamer sus jugos.
*
Durante varios días el material se vendió muy bien, muchos pedían más, algunos incluso pagaron por fotos específicas que sin dudarlo fui yo quien las tomó. Había un cliente en particular, fue uno de los últimos en suscribirse, su apodo era Magic Mike, luego de ver todo el contenido hizo una oferta que con Mimi no lo creímos: ofreció 150 dólares por un video de ella chupando una verga hasta hacer acabar al fotógrafo. La miré y le hice la pregunta cambiaría las cosas para siempre
-¿Te animas? - sentí que el labio me temblaba, no sé si de nervios o de calentura por lo que estaba por pasar.
- Obvio - fue su respuesta, mirándome fijamente, con un dejo de altanería en los ojos, tragué saliva, mi cara era un incendio y la adrenalina que corría por mi cuerpo apenas me dejaba respirar.
Continuará...
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Capítulo 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3955976/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-2.html
Capítulo 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/3963240/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-3.html
- Eso, hacer y vender fotos tuyas, se gana bien haciendo prácticamente nada. Vos haces de modelo, yo de fotógrafo y administro el negocio, dividimos las ganancias y ya. - la idea me entusiasmaba muchísimo, aparte de ser una buena excusa para tenerla desnuda y cerca mío.
- Mmmm... No sé, decís que se venderán? - dijo ella dubitativa, estaba a punto de decirle que hasta yo le ofrecería plata si no viviera conmigo y fuera mi hermana, pero ella me interrumpió antes de que dijera nada - Igual te confieso que en Instagram ya varios me preguntaban si vendía y hasta me ofrecieron plata por fotos más jugadas.
- Lo suponía, seguro vieron las fotos de las vacaciones y se enamoraron de tu orto - le dije ya sin pelos en la lengua, esas fotos eran en la playa y ella no había disimulado para nada al llevar tangas diminutas y corpiños que parecía que estaban a punto de estallar.
- Bueno, dejame pensarlo... - dijo y volvió a poner play a la película retornando a su posición.
La calza se le había subido y con el corazón ya acelerado por verle la cola nuevamente, me animé a tomar la tela y bajarla dejando todo ese monumental orto al aire. Ya poca atención le ponía a la película, me concentraba más en pajearme mirándole la cola a Mimi.
En un momento volteó a mirar por qué retorcía tanto los pies y me vio pajeándome con los ojos fijos en su cola.
- Te ayudo así dejas de mover la cama, me desconcentras. - para mí sorpresa llevó las manos a su cola, tomó la fina tela de la tanga y abrió los cachetes. Me estaba dejando verle la concha y el orto mientras me pajeaba al lado suyo. - ¿Te falta mucho? - preguntó clavando sus ojos en los míos.
- Un poco - dije sin dejar de mover mi mano.
- Subite encima mío, frotame la pija en la concha. Así acabas y sigo mirando la peli tranquila. - soltó sus nalgas y volvió la vista a la película.
Yo hice lo que me pidió, me apoyé con una mano al lado de su cuerpo y me subí encima, con mi mano libre de a poco le pasaba la pija desde la cola hasta la punta del clítoris. Eso la hacía suspirar. Sentía como se iba mojando poco a poco y mis ganas de penetrarla subían conforme sus suspiros se hacían más intensos.
- Metela un poquito, solo un poco, así acabo. - me imploró casi suplicando.
Metí solo el glande y con movimientos cortos la cojía. Ella apretaba las sábanas por el placer. Estaba cerca de acabar. El destino, la mala o buena suerte provocaron lo que venía deseando, mis fuerzas me fallaron y caí con todo el peso encima suyo, de más está decir que mi pija se enterró completa en su concha, sentí sus contracciones y su intenso orgasmo que casi me hace acabar a mi también. Asustado la saqué y la dejé entre sus nalgas. El glande brillaba por la cantidad de flujo con la que salió mi verga de dentro suyo. Mimi seguía suspirando con el control en una mano y apretando la sábana con la otra.
- Fue el mejor orgasmo de mi vida... - dijo cuando recupero el aliento.
Aún seguía encima suyo, su flujo era un gran lubricante. Segundos más tarde acababa llenándole la cola de leche. Algunas gotas bajaron hasta su concha mojando la tela de su tanga.
Acto seguido retomé mi posición y continuamos con la maratón hasta bien entrada la tarde, comimos algo rápido y seguimos con las pelis. No dijimos una palabra de lo sucedido pero no faltaron las miradas cómplices y las sonrisas por lo bajo mientras tomábamos mates y mirábamos la última de las pelis. A la noche cociné yo y ella lavaba, esa noche dormimos abrazados pero no pasó mucho más que roces y apoyadas. La relación con mi melliza iba mejor de lo esperado.
*
Durante toda esa semana yo me dediqué a ver en qué gastar la plata para administrarla bien, la liquidación era grande porque llevaba ya más de 5 años trabajando en esa empresa. Me angustiaba pensar qué sería de nosotros si lo de las fotos no funcionaba o si yo seguía toda la cuarentena sin trabajo. Trataba de no maquinarme mucho, había pasado ya un mes y medio del inicio de la bendita cuarentena y no se vislumbraba un final para ésta, en la calle y en la tele se veía la depresión de la gente al intentar acostumbrarse a este asunto del encierro. Lo único que me levantaba el ánimo era cada noche que dormía junto a mi melliza. El otoño se había instalado del todo y las noches eran frías, el calor de ella era todo lo que necesitaba para poder descansar bien.
*
El viernes de esa semana cobré la indemnización, cuantiosa y que nos permitiría vivir al menos un mes o dos cómodamente y sin preocuparnos mucho. Ya había hecho cálculos y si se administraba bien podríamos incluso llegar a junio sin contratiempos.
Una tarde, mientras veíamos el atardecer con mates de por medio Mimi me dijo algo que casi me hace escupir todo:
- Hagamos lo de las fotos, ahora que estás sin laburo me da cosa que pagues todo, o sea ya me daba cosa antes. Pero ahora que no tenes trabajo es peor, no quiero abusar de tu generosidad tampoco... - dijo levantando ambas manos exagerando el gesto entre risas. Saqué la almohada que tenía en la espalda y se la tiré a la cara. Ambos reímos un rato, luego yo hablé.
- Bueno, hice un estudio de mercado en cuanto a costos, el tipo de contenido y eso. - mi trabajo como ayudante de administrador de empresas me preparó para una situación así sin saberlo.
Luego de una "clase" sobre cómo iba el negocio de la venta de packs y asegurarme de que todo haya quedado claro acordamos empezar al otro día. Ya se hacía la hora de llamar a nuestros padres y luego de eso a cocinar. Por lo que la charla quedó ahí.
Cenamos mientras hablábamos con mis padres y con Karina, la semana próxima sería su cumpleaños y haríamos una cena con videollamada. Les haría llegar una torta para la cumpleañera y algunas cositas dulces para mis padres. Terminamos de hablar y Karina me mandó un mensaje diciéndome que quería hablar conmigo, sobre el regalo que quería para su cumpleaños número 18. Al hablarle me dijo que quería que le regalara un conjunto de ropa interior, debo admitir que en ese momento no lo ví sexy para nada por lo que me pareció adecuado para una chica de la edad de mi hermanita menor. Le dije que se lo compraría y me agradeció inmensamente. Mimi salió del baño con la toalla en la cabeza y en tanga, se metió en mi pieza y yo la seguí. Al entrar ella se estaba pajeando a oscuras, me acosté a su lado, sabía que no debía interrumpirla si quería disfrutar de verla así en la penumbra. Su cuerpo perlado aún con gotas de la ducha que brillaban a la luz de la luna, su abdomen plano y esas tetas hermosas que daban ganas de chuparlas por horas. A veces me costaba creer que aquella mujer tan sensual era mi propia hermana. Cuando acabó se sacó la tanga, se dió media vuelta y se preparó para dormir no sin antes decirme:
- ¿Y te vas a acostar o te vas a quedar ahí parado? - no había notado que me quedé de pie, mirándola todo ese tiempo. Entré a la cama y ya sin miramientos le apoyé toda la verga en la concha. Ella suspiró, aún seguía sensible por haber acabado, pero no quise ir más lejos, aún conservaba algo de mi cordura.
*
Al día siguiente y luego de desayunar, hicimos la lista del súper. Nuevamente salí, compré y volví pero al entrar fue grande la sorpresa que me esperaba: Micaela estaba vestida con una de mis batas, luego de desinfectarme y dejar las compras ella se abrió la bata y me mostró el conjunto más sexy que tenía, era de encaje negro con detalles en rojo, el corpiño era transparente y la bombacha atrás era apenas un hilo de tela. Habíamos acordado hacer primero sets en ropa interior, probar como nos iba e ir subiendo el nivel de a poco. La cuenta estaba creada y solo esperaba que se subiera el contenido. Fuimos a mi habitación, ella se puso un barbijo que le había comprado y comenzamos la sesión, empezamos con posiciones básicas: ella en 4, haciendo una M con las piernas, juntando las tetas y otras más atrevidas, como primeros planos de la concha, de su orto abierto con ambas manos y una más tomándose el dorso de las rodillas con ambas manos. Llegué a notar una mancha de humedad en la tela.
- ¿Estás caliente? - pregunté sabiendo la respuesta.
- No sé, fijate. - me desafió.
Corrí la tela y sí, un hilo de flujo escapaba de sus labios. Aproveché y tomé una foto de eso. Froté los labios con mi pulgar, no le había avisado pero estaba grabando. Acabó en mis dedos en pocos segundos. Llevé mi pulgar y mi índice a mi boca y probé sus jugos.
- Listo, ya tenemos material para empezar. - dije luego de lamer sus jugos.
*
Durante varios días el material se vendió muy bien, muchos pedían más, algunos incluso pagaron por fotos específicas que sin dudarlo fui yo quien las tomó. Había un cliente en particular, fue uno de los últimos en suscribirse, su apodo era Magic Mike, luego de ver todo el contenido hizo una oferta que con Mimi no lo creímos: ofreció 150 dólares por un video de ella chupando una verga hasta hacer acabar al fotógrafo. La miré y le hice la pregunta cambiaría las cosas para siempre
-¿Te animas? - sentí que el labio me temblaba, no sé si de nervios o de calentura por lo que estaba por pasar.
- Obvio - fue su respuesta, mirándome fijamente, con un dejo de altanería en los ojos, tragué saliva, mi cara era un incendio y la adrenalina que corría por mi cuerpo apenas me dejaba respirar.
Continuará...
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