¿Si descubres a tu esposa teniendo sexo conalguien diferente a ti después de 4 años de matrimonio que sentirías?, pordesgracia hoy les puedo responder esa pregunta.
Me case con Ana cuando ambos teníamos 22 años de edad, nos habíamosconocido en la facultad de medicina y desde que la vi, supe que sería el amorde mi vida y puedo afirmar sin temor a equivocarme que ambos éramos muyfelices.
En nuestros 4 años de matrimonio jamás nos pareció buen momento paratener hijos, ambos teníamos trabajos muy bien remunerados, con horariossimilares, pero como es una costumbre en esta profesión, poco tiempo parasocializar.
Trabajábamos en la sala de emergencias de un hospital particular,ambos éramos médicos residentes pero cada dos meses por reglamento internohabía que cubrir una semana en la sala de emergencias, algo que nunca me causómayor inconformidad, pues a pesar de los largos turnos, siempre había algo queaprender.
Mi esposa por otra parte no estaba muy contenta cubriendo esos turnos,no era sorpresa, solo por las pocas ocasiones en las que podíamos salir abailar o a beber algo, a ella no le gustaba desvelarse, algo que era inevitableen la sala de emergencias, por no decir imposible.
Ana, mi esposa, es una mujer muy impaciente por eso siempre prefiriótrabajar con adultos y no con niños, sin embargo, cuando la situación loameritaba, sabía ganarse la confianza de los niños, era común verla utilizandocualquier cantidad de trucos para conseguir que cooperarán sin lágrimas nillantos.
Como decía, nuestras vidas eran perfectas, pero todo cambió una nocheque hasta las 2:35 am había sido muy tranquila, cuándo un individuo de alrededor 30 años, fue ingresado inconsciente a la sala por un golpe contundenteen la cabeza que le había dejado inconsciente, no era un caso de vida o muertepero por alguna razón nos asignaron a mi esposa y a mí su atención.
Como es usual, procedimos a leer la historia clínica que losparamédicos habían preparado, como dije un individuo de 30 añosaproximadamente, de profesión mago, fue encontrado en la salida de un pequeñoteatro, los paramédicos nos dijeron que había sido atacado con un bate justodespués de culminar con su espectáculo, al ser sus signos vitales normales, leingresamos a la sala de tomografía para descartar algún daño permanente y alconfirmar que todo era normal, como con tantos otros pacientes que he atendidocreí que eso sería todo, pero pronto iba a descubrir que estaba completamenteequivocado.
Alrededor de las 3:45 am, mi esposa se había marchado para observar laevolución del paciente que sufrió el golpe, algo que normalmente solo toma deentre 10 y 15 minutos en caso de que requiera algún procedimiento, pero eltiempo comenzó a correr y Ana no regresaba, mi reloj marcaba las 4:30 am, porlo que me dirigí hacia la habitación en cuestión, cuando me aproximaba escucheuna voz masculina hablando, en realidad entendí bien las primeras frases pero estoy seguro que oí algo como “…despierta...". En ese instante abrí la puerta, deinmediato mi esposa me recibió con una gran sonrisa en su rostro.
“Cariño adivinaque, he hecho una pequeña apuesta con nuestro paciente aquí presente y le heganado”, me tomó completamentepor sorpresa, mi esposa casi nunca habla con los pacientes más de lo querequiere la situación “¿una apuesta?, ¿y sobre que apostaron?” nuevamente miesposa con un aire de victoria me respondía muy alegre “veras nuestro paciente,desde que llegue a revisarlo me dijo que era un mago muy bueno, sinceramente nole di importancia, sabes lo mucho que me aburren esas cosas, en fin, como notoese desinterés en mi mirada, me propuso una apuesta; el intentaríahipnotizarme, si él ganaba yo aparecería en una de sus presentaciones como suasistente, y si fallaba en su intento, nos conseguiría entradas para toda latemporada de la escuela de ballet, sabes lo mucho que adoro el ballet, así queacepte la apuesta y cariño he ganado”
Fue en ese instante cuando escuche por primera vez la voz de aquelsujeto, “así es Doc., su esposa me ha ganado la apuesta, intente ponerla entrance y falle, quiero decirle que es la primer persona con la que pierdo unaapuesta y por su puesto también es la primera dama a la que no puedohipnotizar, es una chica muy especial sin duda”, no me había agradado para nadael asunto de su pequeña apuesta, pero sabía muy bien que eso de la hipnosis, almenos como la manejan los magos, no era más que una tontería, mire con desdénal paciente y le dije “claro que es especial, por eso la elegí a ella entretodas” y sonriéndole a mi esposa le indique era momento de irnos, nuestro turnoterminaba a las 5.00 am y aun teníamos algo de papeleo que entregar, le abrí lapuerta y nos dirigimos a la recepción para culminar.
Por esa noche había sido todo, gran parte de la mañana hasta las 3 dela tarde habíamos estado durmiendo ambos, cuando despertamos nos dimos uncálido y ardiente baño juntos, comimos en el restaurant de siempre y nosalistamos para comenzar el turno siguiente que iniciaría a las 7 pm, Conocíamuy bien a mi esposa y puedo asegurarles que no note nada extraño con ella entodo ese tiempo, estaba contenta, alegre y muy motivada. Al iniciar nuestroturno de inmediato me llamaron para atender a un herido de bala, mientras que ami esposa la llamaron para ver a un niño que había sufrido una caída, como losuyo parecía no muy grave le pedí que me llamara en cuanto terminara deatenderle, así podríamos vernos unos minutos cuando terminara con mi respectivoherido, lo cual me tomo cerca de dos horas estabilizar y finalmente salvar suvida, pero me parecía muy raro que mi móvil no había registrado llamada algunade mi esposa, intente marcarle pero no respondía su teléfono, aquello no eraextraño pensé que había ingresado un herido muy grave y le habían asignado elcaso, por lo que fui a la recepción y la calma reinaba, le pedí a la enfermeraen jefe me indicara a que paciente había sido asignada mi esposa para poderauxiliarle, pero ella me dijo que mi esposa solo había atendido a un niñoaquella noche y después le habían llamado de piso para que atendiera a unpaciente en la habitación 417.
Me tome un respiro en la espera que me llamasen, pero nada ocurría,sin embargo no podía simplemente abandonar mi guardia y buscar a mi mujer,después de todo si le llamaron a piso debió ser por una emergencia. Aquellanoche atendí a un par más de heridos antes de poder ver a mi mujer justo alterminar nuestros turnos, le mire desde lejos, ella estaba sacando sus cosasdel casillero con una sonrisa maravillosa y al verme me abrazo y me beso comosiempre lo hacía “mi amor mira lo que tengo aquí” sacando algunos papeles de subolso me volvió a mirar y culmino “son los boletos de la apuesta que gane ayer,¿no es fantástico? Tres noches de ballet, es como un sueño hecho realidad”. Lamire con gran sorpresa, realmente no sabía que decir, pero mis labios fueronmas rápidos que mi mente y comencé a hablar sin siquiera darme cuenta “si amores genial pero de donde los sacaste”, ella me miro con una cara burlona ycontinuo “de quien más sino del supuesto mago que atendimos ayer, al cual legane esa tonta apuesta, justo después de atender al chiquillo me llamaron parael cuarto 417 y resulto que se trataba del gran mago Hypnos, como el mismo sepresento, y deseaba verme para pagar su deuda conmigo”, pueden imaginarse mi sorpresacuando escuche aquello, comprendía hasta cierto punto la emoción de mi esposapor el ballet, pero abandonar la guardia por unos boletos no sonaba mucho comoella misma, aunque claro fue una llamada del hospital así que tampoco podíadesestimarla, me calme un poco mas y continuamos la discusión mientras salíamoscon rumbo a nuestro hogar.
Por el momento no hice más que sonreírle de vuelta durante el camino acasa, hablábamos de cómo organizar nuestros horarios para poder asistir alballet, lo que implicaría cambiar turnos, de inmediato comenzamos a buscarnombres de personas que nos pudiesen ayudar, n debía haber problemas soloteníamos que hacer algunas llamadas telefónicas y eso era todo, sin dudas podíaesperar hasta mas tarde.
Habíamos acordado llegar al hospital un par de horas antes de nuestroturno para poder charlar con algunos colegas e intercambiar turnos, mi esposaAna rápidamente contacto con una de sus amigas y consiguió el cambio de turno,el conseguirlo tampoco fue problema para mi, un camarada me debía algunosfavores y sin dudarlo acepto, el problema había sido resuelto. Cuando nuestrosturnos iniciaron el trabajo en el hospital era un verdadero tornado, parecíaque toda la ciudad esperaba por entrar en la sala de emergencias, mi esposa yyo no tuvimos mucho tiempo de conversar aquella noche, es mas solo pude verlados ocasiones, cuando llegamos a la recepción y cuando terminamos turno, sinembargo no había tiempo para descansar, ese mismo día comenzaban las funcionesen la sala de conciertos, por lo que tuvimos que iniciar el turno matutino deinmediato por suerte para nosotros alrededor de las 10 am todo parecía habersecalmado y aprovechamos para tomar una merecida siesta.
Mire mi reloj que marcaba las 13:00 hrs, me había quedado dormido 3horas, busque a mi esposa en el cuarto, pero no la encontré, revise mi móvil yno tenia alertas de ningún tipo, asumí naturalmente que le habían hablado a miesposa y no había deseado molestarme. Me dirigí a la recepción para preguntarpor ella, me informaron que había llegado un paciente critico y que por más quemi esposa intento salvarle había acaecido, Ana siempre había sido una mujer muyfuerte pero sabía que debía estar con ella, le marque al celular y tras sonarun par de ocasiones lo atendió, sonaba algo triste pero me calmo saber queestaba tranquila, minutos después ambos nos encontramos de nueva cuenta en elpequeño cuarto de casilleros, “cariño dime ¿cómo te encuentras? Sé que hashecho todo lo posible y estoy orgulloso de ti”, mirándome con gran cariño merespondía “gracias mi amor, la verdad ya estoy mucho mejor, creo que lo hesuperado ya”, eso me impacto normalmente le toma un par de días y varias horasde sueño sobreponerse a una situación así, ella se dio cuenta de mi sorpresa yme explico “cariño cuando ocurrió corrí a la cafetería y me tope con el granHypnos, se percato de mi tristeza y me ofreció charlar, hablamos algunosminutos y después no sé cómo pero de alguna forma ya no me importaba tanto”, miatención se desvió del paciente muerto al tal mago que a mi parecer ya habíaconvivido lo suficiente con mi esposa, sin embargo antes de poder hacerle vermi punto a mi esposa me llamaron para atender a una chica, partí despidiéndomecon un beso de mi esposa.
La función de ballet iniciaba a las 9 pm, en ese momento mi relojmarcaba las 6.30 pm, nuestro turno terminaba a las 7, eso nos dejaba un par dehoras para correr a casa quizá dormir un poco, arreglarnos y llegar a la salade conciertos, solo faltaba una cosa, aun no podía encontrar a mi mujer, no seencontraba atendiendo paciente, por lo que supuse estaría en la cafetería o enel cuarto de casilleros, pero no se encontraba en ninguno de esos, una amiga medijo que la había visto en el área del jardín aun lado del estacionamiento, me apresurey pude verla sentada en una pequeña banca hablando por teléfono, “no, claro queno habrá ningún problema, hasta entonces”, justo en ese momento se percato demi llegada, termino su llamada y se dirigió a abrazarme, “cariño casi terminanuestro turno debemos irnos un poco antes para poder descansar unos minutos noquiero dormirme justo a mitad del espectáculo“. En realidad tenía razón nopodíamos dilatarnos más, así que me reserve mis comentarios, asentí con lacabeza y literalmente corrimos a la sala para validar nuestra salida.
Todo marcho conforme a mi plan, incluso alcance a dormir al menos 20minutos más la emoción de asistir al ballet por fin me había llegado, pero nosabía que duraría muy poco, estaba poniéndome mi mejor traje y mi mejor colonia,cuando vi surgir a mi mujer del baño, se había puesto aquel vestido negroajustado, a mi parecer algo corto para un evento de ese tipo, pero le quedabatan bien que no iba a objetar absolutamente nada, en cuanto nos vimos nos dimosun beso lleno de amor, pero en ese mismo instante mi teléfono timbró, era delhospital, mi amigo con quien cambie turno se había accidentado en el mismohospital y no iba a poder cubrirme, no podía creerlo, a tan solo 20 minutos decomenzar la función era imposible que consiguiera reemplazo, con gran desanimole comunique a mi esposa lo ocurrido, pude notar una pequeña lagrima surgir desu ojo derecho, “valla es una pena amor, bueno supongo que aun podremos irmañana al ballet” aquello me partió el corazón, “vamos cariño el que tiene quetrabajar soy yo, tu ve y diviértete en el ballet, se que te molesta ir solapero te prometo que conseguiré un reemplazo para poderte acompañar mañana”, losojos de Ana se llenaron de luz nuevamente, me tomo entre sus manos y me besocon tanto cariño que sentí fuego en nuestros labios.
El reloj de la sala de emergencias indicaba que era media noche, mepreguntaba que estaría haciendo Ana, si seguiría en el ballet o ya estaba encasa descansando, de cualquier forma esperaba me llamase pero no ocurrió así,mi teléfono no sonó ni una sola ocasión a causa de una llamada suya, sinembargo la noche estaba bastante movida, no tuve más de 15 minutos entrepacientes, cuando por fin mi turno termino me sentía tan agotado que tuve quepedir un taxi para llegar a casa pues no confiaba en que pudiese manejar, encuanto llegue a mi cama mi esposa me llamo por teléfono, “cariño voy llegandoal hospital lamento que no pudiésemos vernos la recepcionista me ha dicho queacabas de partir, ¿deseas que busque a alguien quien pueda cubrirte por estanoche?”, mi somnolencia y mi cansancio estaba por vencerme pero aun así le dijea mi mujer que no se preocupara, me ocuparía de ese detalle en cuanto pudiesedescansar un poco y me desvanecí sobre mi almohada.
Aquel día dormí como no lo había hecho en mucho tiempo y de no ser porlas protestas de mi estomago hubiese seguido por mucho más tiempo, me tomo unminuto darme cuenta de la hora, faltaban tan solo 5 minutos para las 6 de latarde, no había tiempo de nada, me di la ducha más rápida que había tomado enaños, tome mis cosas y salí a conseguir un taxi, cuando cruce la puerta delhospital recordé que no había buscado un sustituto, había pasado el día enterodurmiendo, para mi espanto mi esposa me estaba llamando “cariño, ¿donde estas?¿Todo está bien? Te estoy esperando en la casa” no sabía que decirle no queríaque sintiera que le había fallado, “lo lamento cariño, intente conseguir unsustituto pero no pude lograrlo, pero te juro que no saldré del hospital hoy sinconseguir a alguien”, una bocanada de aire escapo de sus labios, pude percibirla decepción, sin embargo no hubo reproches, con una ligera risa se despidió demi.
Esa noche no pude pensar mucho en mi esposa, el remordimiento mecarcomía además el hospital nuevamente parecía que se llenaba, pase cadainstante curando heridas y consolando dolores, alrededor de las 5 am comencé allamar colegas esperando que alguno pudiese cubrirme y cambiar turnos,afortunadamente lo logre, mi amigo volvería a la cama mientras yo continuaríaotro turno de 12 horas, para lograr ver la última noche de la compañía deballet en la ciudad junto con mi esposa, espere ansioso a las 7 am para poderver a mi esposa pues tenía mucho tiempo que no la miraba, pero mi espera fue envano, ella jamás cruzo la puerta, a las 7.30 am el administrador del hotel mecontacto, quería saber porque mi esposa no se había presentado a cubrir suturno ese día ni el anterior, naturalmente le explique sobre el cambio deturnos quizá esa era la confusión, pero me aclaro que mi esposa debiópresentarte a las 7 del día anterior y no llego, lo mismo que ese día, me quedeboquiabierto, intente contactarle a su móvil pero nunca atendió la llamada,temí que algo pudiese haberle ocurrido, llame a la policía quienes no meayudaron, pedí disculpas al administrador, busque un reemplazo y comencé abuscar a mi esposa por la ciudad, primero fui a la casa, pero no la encontré,en sus tiendas favoritas, acudí personalmente a la jefatura de policía alevantar un acta de desaparición pero me dijeron que debía esperar al menos 24horas más para reportarle como extraviada, cuando atardeció pensé que podría ira la sala de conciertos, pero tampoco aparecía, fue en ese momento que recibíuna llamada, la pantalla mostraba el nombre de mi esposa, conteste ansioso, “miamor ¿como estas? ¿Todo está bien? ¿Qué ocurre?” pero solo silencio seescuchaba del otro lado de la línea, estaba sumamente consternado y de prontouna voz que me pareció familiar “lo lamento Ana no puede atender el teléfono,se encuentra un poco ocupada, pero si quieres saber qué es lo que realmenteocurre ven al teatro “dandis” a las 11 de la noche, por si no reconoces mi vozsoy el gran Hypnos” y la llamada se corto.
Coraje, preocupación, odio, repulsión, ira, todo se juntaba en migarganta queriendo gritar al mismo tiempo, pero nada lograba salir, miles depreguntas se aglomeraron en mi mente, pero ninguna encontraba respuestas ahí,no tenia opción debía asistir, algo estaba terriblemente mal, ese teatro estabaen la zona rosa de la ciudad, la cual nunca me había importado conocer y queahora lo lamentaba, aun así debía apresurarme para estar a tiempo en aquelsitio.
El lugar era tal como la imaginaba, una polvosa marquesina con variasbombillas fundidas anunciando la actuación del “gran HYPNOS” y un letreropequeño con la leyenda “solo adultos” hizo que mi espina se estremeciera, en lataquilla un tipo desencajado me pidió firmar un documento en el que renunciabaa denunciar a la policía por cualquier cosa que pudiese ofenderme durante elespectáculo y 25 euros para pasar a la función, dentro aquel lugar no era paranada como el exterior, por el contrario, cada mesa era un lujo, cada detalleestaba muy bien pensado, en fin no reparare mas en ello, lo que distrajo mas miatención fue la bella chica que me guiaba hacia mi mesa, vestía un atuendo dedomestica francesa con una micro faldita que dejaba ver su tanga negro, mediasnegras con sujetadores y un bra transparente de encaje negro con vivos enblanco, no bien me encontré sentado la luz del teatro, que presentaba casi unlleno total, se apago y en el escenario emergía el sujeto al cual yo mismo lerepare el brazo unos días antes en el hospital, el tal “Hypnos”.
“damas y caballeros es un honor para mí el estar con ustedes estanoche, les prometo que será una noche inolvidable para todos y cada uno deustedes, soy el “GRAN HYPNOS” el mago más grande del mundo y el mejorhipnotizador de la historia y si alguno de ustedes lo duda, déjenme presentarlea mi asistente, la ardiente, sensual y sin duda la puta más grande del lugar,la también sorprendente ¡¡¡ANA!!!” en ese instante mi corazón colapso, miesposa aparecía en escena luciendo una micro faldita entablada roja estilocolegiala, con medias blancas y zapatillas negras, una blusa mini que noalcanzaba a ocultar los abundantes senos de mi esposa.
“aunque ustedes no lo crean, la bella Ana no siempre fue mi asistente,antes de venir a jugar con nosotros, ella era médico residente del hospital dela cuidad, incluso ella me ayudo con mi brazo roto, como pueden notar, tiene uncuerpo espectacular, no podía permitir que se desperdiciara en un hospitaloculto tras una bata blanca por siempre, así que utilizando los poderes de mimente la he transformado de una simple medico en la guarra más grande de laciudad” una ovación se levanto de entre los presentes, mientras mi esposasonreía y saludaba como una modelo a un lado de aquel patán.
“Por supuesto no lo logre en un día, me tomo casi dos díastransformarla y está noche es su graduación, por lo que nos acompaña el quehace dos días era su esposo” señalando mi mesa, una luz cegadora me ilumino,podía sentir todas las miradas centradas en mi persona, intente levantarme,correr al escenario y golpear a aquel tipo, pero algo sujeto mi brazo, era lachica que me dio la bienvenida, ella parecía estar en trance también.
“parece que no se está divirtiendo mucho, pero le recomiendoreconsiderar, sino se comporta durante la función no me dejara más remedio quellevarme a la dulce Ana conmigo y le aseguro que no la volverá a ver”dirigiéndose a mí con una mirada macabra sonreía el imbécil, realmente no teniaopción, mi esposa al parecer nunca gano la apuesta, aquel tipo la hipnotizodesde aquel primer momento, solo podía pensar en lo tonto que había sido por noactuar e impedirlo.
“Ana, cariño ven aquí, dime, ¿reconoces a aquel sujeto sentado en esamesa” mi esposa voltio a verme a los ojos y a pesar de ello aseguro noconocerme, mi corazón termino por romperse, no entendía como pudo lograr queella me olvidase por completo, en ese momento supe que aquel tipo no jugaba,volví mi atención al escenario, Hypnos rápidamente chasqueo sus dedos tresveces y volvía a preguntar “Ana cariño ¿reconoces a ese sujeto sentado enaquella mesa?”, pero en esta ocasión la mirada de mi esposa era diferente, comosi volviese a tener vida, una sonrisa le ilumino el rostro, “si claro que loconozco, era mi esposo antes de que me convirtiera en su esclava AMO”
“es fascinante el poder de la mente ¿no creen?” ironizaba, “pero bastade charlas, Ana porque no le muestras a tu esposo lo guarra que te has vuelto ycomienzas a chuparme la pija mientras preparo el siguiente numero” para missorpresa, ella sonriente como siempre, se incoo frente a él, con gran decisiónabrió la bragueta de su pantalón, saco su pene erecto y comenzó a engullirlocomo si de eso dependiera su vida, lo recorría con una completa veneración,mientras tanto, yo, solo podía mirar cerrando mis puños aguantando el coraje.
“mi siguiente numero está dedicado especialmente para las damaspresentes, por favor levante su mano todas las damas que nos acompañan hoy” sindesearlo mucho, volteé a mirar a todo el teatro, me sorprendí al ver que habíagran cantidad de mujeres presentes, sin duda pensaba que el lugar estaríarepleto solo de hombres, “muy bien, ahora dejen sus manos en alto aquellasdamas que piensen o crean que pueden ser hipnotizadas el día de hoy”, mi cabezagiro nuevamente en busca de las manos levantadas pero ya solo quedaban unascuantas, 7 máximo, después de ver lo que hacía con la hipnosis no me sorprendióque nadie quisiera verse en mi situación. “muy bien parece que no hay muchasvoluntarias el día de hoy, pero por suerte para ustedes chicas que bajaron susmanos, están equivocadas, todas y repito todas las mujeres pueden serhipnotizadas”, con lo anterior un gran estruendo se sintió en todo el recinto,una pantalla de humo denso cubrió el escenario y tras despejarse después deunos segundos, mostraba el escenario vacío, no había rastro de Hypnos ni de miesposa, comencé a buscarles con mi cabeza como loco pero no lograba percibirgran cosa en la obscuridad, hasta que un grito a mi derecha me alerto, Hypnoshabía salido de la nada y ahora se encontraba a tan solo dos mesas de la mía,el grito pertenecía a algunas chicas que estaban sentadas por el lugar dondeapareció Hypnos, supongo que gritaban por la sorpresa de encontrarlo tan cerca,sabiendo de antemano lo que era capaz de hacer con una mujer.
Sin embargo una mujer en especial había captado la atención delhipnotista “bella dama le pido me corrija si estoy equivocado, pero creo queusted levantó su delicada mano y está dispuesta a ser hipnotizada, ¿no esasí?”, con una cara que mostraba una extraña mezcla de asombro, pena y emoción,la mujer asentía con la cabeza, “perfecto, le pido bella dama me acompañe alescenario para comenzar con la inducción del trance”, tomando la mano de lamujer, Hypnos la guio por el teatro hasta llegar a una pequeña silla en elescenario, “tome asiento, por favor póngase cómoda en un segundo vuelvo conusted, mientras tanto mi asistente le hará algunas preguntas”, dio media vueltay desapareció nuevamente, ahora quien aparecía súbitamente era mi esposa,comencé a odiarme por no ser capaz de hacer algo para ayudarle, tan absortoestaba en mi ser que no puse atención en las preguntas que hizo mi esposa, otal vez no debían escucharlas todos, no lo sé, lo que si se, es que tan prontocomo mi esposa apareció, desapareció sin dejar huella, dejando a la mujersentada que estaba visiblemente nerviosa por encontrarse frente a todo elpúblico.
Tampoco podría decir si por suerte o no para la mujer, pero Hypnos notardo en volver, aunque no venia solo, para darle otro golpe a mi ya melladoorgullo, traía en la mano una muy brillante y delgada cadena plateada quellegaba a un collar negro que traía mi mujer alrededor de su cuello, mientrasella avanzaba utilizando sus manos y sus rodillas, pero lo que más medesconcertaba era ver en su rostro esa cálida sonrisa, la misma que ponía cadaque me decía que me amaba.
“bella dama mi asistente ya me ha dado sus respuestas pero no estoytotalmente convencido de que haya sido sincera, por ejemplo, dice que usted havenido sola al espectáculo, que tiene 39 años, nunca ha tenido sexo con otramujer y tampoco le interesa, así que tendré que obtener respuestas sinceras ami manera”, desde mi lugar podía ver como las revelaciones disgustaban a lamujer sentada en el escenario, sinceramente creía que se pondría de pie de unmomento al otro y marcharse, de hecho la mujer se levanto de la silla, peroHypnos se coloco frente a ella, con un movimiento rápido abrió su puño ydesenrollo un reloj de bolsillo con su cadena, que comenzó a balancear frente alos ojos de la mujer, “Miriam no puedes escapar del hechizo de mis ojos, nadiepuede escapar de mi mirada”, al instante la mujer quedo congelada, en su rostropude percibir un rastro de terror, pero que rápidamente fue sustituido por ungesto de sueño, “mientras más luchas contra mi hechizo, más profundamente teencuentras en él, descubre que realmente no deseas escapar, por el contrariodeseas entregarte a mi hechizo, siente como eres transportada a lo más profundode tu ser, en un sueño tan placentero que desearías nunca despertar, un lugardonde no existe más que mi voz y donde mi voz se convierte en tu voluntad”, laincredulidad y el asombro se mezclaron en mis ojos, aquella mujer estaba siendohipnotizada, o mejor dicho, había sido hipnotizada estando de pie, con tan soloun reloj de bolsillo, una voz suave y una mirada habían bastado.
“Miriam, ahora yo seré quien te haga las preguntas y deberásresponderme con completa sinceridad, ¿ok?”, a lo cual ella naturalmenterespondió afirmativamente,
“¿es Miriam tu verdadero nombre?” “si”
“¿Qué edad tienes Miriam?” “39 años” para ser sinceros no me esperabaque aquella señora tuviese 39 años, realmente se veía mucho más joven
“¿has tenido sexo con otra mujer?” “no, jamás”
“¿has venido sola esta noche o alguien te acompaña?” “he venido con mihija”
“muy bien lo sabía, al menos una mentira habías dicho y dígame Miriam¿a que han venido a mi espectáculo, acaso les gusta la hipnosis o solo lesgustaría experimentarla?” “he venido por mi hija, ella sugirió que deberíamosvenir”
“Miriam ¿Cómo se llama tu hija?” “Karla”
“excelente, Miriam ¿conoces las razones de tu hija para venir alshow?” “no, nunca me dijo, solo me hizo prometerle que iba a participar”
“jajaja esto es grandioso, así que para poder obtener las repuestasque quiero debo acudir a la hija” con suma rapidez bajo del escenario directo ala mesa donde había ido por aquella mujer, ahí se encontraba una joven con unrostro lleno de pánico y un cuerpo totalmente paralizado, Hypnos le tomo surostro guio la mirada de la chica hacia la suya y nuevamente me sorprendió, elrostro de la chica en cuestión de segundos cambio de aspecto, parecía que habíaentrado en trance en tan solo segundos.
“sígueme” esa simple frase había bastado para que la joven abandonarala mesa y le siguiera rumbo al escenario
“Karla me pareces sumamente familiar, dime, ¿me habías visto antes oalguna vez estuviste en uno de mis shows? ¿Por qué has traído a tu madre a miespectáculo?” “Si AMO, le conocí hace 2 años, cuando cumplí 20 asistí alespectáculo que ofreció en otra ciudad y me hipnotizo en el escenario y comousted nos ordeno que la próxima vez que se presentara en el lugar dondeestuviéramos debíamos traer a alguien más, somos nuevas en la ciudad y aun notengo amigas, por lo que traje a mi madre”
Aquellas declaraciones me dejaron helado, como era posible que aquellajoven fuera capaz de entregar a su propia madre en las manos de aquel bastardo,aunque por otro lado eso explicaba porque la chica había entrado en trance tanrápidamente, y de pronto comprendí algo que no había tomado en cuenta, Karladijo que vio su espectáculo 2 años atrás y aun así era incapaz de librarse porcompleto del control de Hypnos, ¿Qué le esperaba a mi esposa? ¿Algún díalograría liberarla por completo o debía acostumbrarme a que fuera una esclavacada que ese hijo de puta viniera a la ciudad?
“Vaya, vaya, vaya, me alegra ver que eres una buena esclava, Karla, ycomo premio a tu obediencia total te daré un pequeño obsequio, la perra quetengo a mi lado necesita alguien que le enseñen como comer un coño y el tuyo esperfecto para que practique, así que cuando chasquee mis dedos tres vecesdespertaras, te sentaras en aquella silla, te quitaras la tanga y llamaras a miperrita, su nombre es Ana, y está programada para comerle el coño a la primermujer que vea sin tanga” mi corazón se aceleró a mil por hora, mi esposa, nuncaantes había consentido hacerme sexo oral a mí, y ahora iba a presenciar cómo selo hacía a una mujer, mi alma se rompió otro pedazo, pero en mis pantalonesalgo comenzaba a crecer, el sonido de dos chasquidos me devolvió a la realidady finalmente otro chasquido, los tres ya habían sonado y tal como lo ordeno,Karla se sentó en la silla, levanto su vestido y se retiró las bragas,“perrita, ven perrita, vamos Ana ven aquí perrita tengo algo para ti”, dijomientras señalaba su vagina rasurada, aquello tuvo un efecto inmediato en mimujer, gateo lo más rápido posible hacia ella y comenzó a devorar aquel coñodesnudo, antes de quedar absorto por la imagen pude percatarme que Hypnoshablaba al oído de Miriam, pero realmente no me importo.
Paso algún tiempo, quizá 15 minutos, con mi mujer entre las piernas deaquella chica, quien no paraba de gemir, cuando nuevamente la voz de Hypnos se escuchóen el teatro, “respóndeme algo Ana, ¿alguna vez le habías comido el coño de unamujer?, haciendo una pausa para responder mi esposa decía lo que yo ya sabía,“No, nunca antes AMO” y de inmediato volvía a su ardua tarea, “alguna vez lehabías hecho sexo oral a algún hombre?”, tomando un respiro profundo mi esposarespondía algo que también ya sabía, “No AMO, siempre me dio mucho asco”, conuna sonrisa burlona en su rostro Hypnos remataba, “entonces diles a todos lospresentes ¿Por qué lo estás haciendo ahorita Ana?”, volviendo a tomar aire,esta vez no tan profundamente, y pensándolo bien, nada podía prepararme para loque iba a escuchar, “porque usted me lo ha ordenado AMO y soy una buenaesclava, que solo vive para obedecerlo y complacerlo sin importar lo que pase,le debo mi existencia a usted y solo a usted AMO”
“perfecto Ana, no podría pedirte más, también te mereces unarecompensa, Miriam ven aquí” con esa orden la mujer con la que había quedado depie en otro punto del escenario se arrodillo lentamente hasta que también susmanos alcanzaron el suelo y comenzó a gatear hacia Hypnos, “Ana, como premiopor tu sumisión, mi más reciente esclava, Miriam, te va a comer el culo, dime¿alguna vez te han comido el culo?” mi mujer en esta ocasión no respondióhablando, simplemente se limitó a negarlo con la cabeza, “pues entonces quítateesa tanguita y llama a Miriam, ella ya sabe qué hacer”, sin perder un soloinstante, mi esposa comenzó a despojarse de su diminuta tanga que le cernía lapelvis y con ambas manos abría sus nalgas para mostrar su culo desnudo, “VenMiriam, mira lo que tengo para ti”, como era de esperarse la señora se abalanzoa su culo desnudo y con gran pasión comenzó a besarlo y recorrerlo con sulengua, la escena era impactante, tres mujeres hipnotizadas, teniendo sexo quejamás tendrían de otra forma, era surreal.
No puedo decir que disfrutaba de verlo, pero no puedo negar que estabamuy excitado, aunque cuando menos incomodo me sentía Hypnos me recordó mimiseria, “Ana cariño dime ¿Cómo te sientes, te gusta lo que está pasando?” sinmucha espera, pero con mucha pausa por los gemidos de placer y falta de aire miesposa lograba decir “oh dios mío, si AMO, lo estoy gozando mucho, me encantacomer coño y sentir como se comen mi culo”, de nuevo con su sonrisa macabra elmago intervenía, “Ana recuera que está presente, el que algún día fue tu esposoen el público, ¿Por qué no dejas de comer coño y le confiesas lo que sientes enestos momentos?”, volví a sentir el peso mundo en mi espalda, podía sentir cadamirada en mi persona, me paralice del horror al escuchar la voz de mi esposa,“Dios John, estoy tan excitada, Miriam está metiendo su lengua húmeda en miculo, puedo sentirla entrar y moverse centro de mí, oh John estoy tan mojadaque mis jugos salen de mi vagina, John jamás había sentido tanto placer, adoro elsabor de coño en mi boca, adoro ser una esclava, una puta, Oh, Dios, que rico,por favor que nunca pare”
Mientras mi esposa rompía mi corazón, mi alma y mi orgullo con toda sudescripción, Hypnos separo a Karla y comenzó a hablarle al oído, ante lo cualella solo asentía con la cabeza sin decir absolutamente nada, supongo que habíavuelvo a ponerla en trance y comenzaba a darle nuevas órdenes, como lo hizo consu madre, un par de minutos después logre confirmarlo, pues Karla salía de laescena, aunque no tenía idea de adonde se dirigía ni con que propósito
“muy bien Damas y caballeros, temo informarles que es tiempo determinar el espectáculo, pero no sin antes presentarles nuestro gran final”, elpúblico mostro un poco de descontento al enterarse que el final se aproximabapero hubo gran aplauso cuando menciono el supuesto gran final, y del otro ladodel escenario reaparecía Karla con un pequeño bolso de terciopelo negro.
“como acto final de esta noche he reservado algo especial en honor deAna y Miriam, mis más recientes esclavas” señalando a Karla le indico mostrar ala audiencia el contenido de la bolsa, se trataba de un arnés con un dildo enel frente, “por una parte y como regalo para su mama, la bella Karla usara estereluciente strap-on para convertirse en la primer mujer con la que tiene sexosu madre”, de nueva cuenta el público lo ovaciono, mientras Hypnos agradecíalos aplausos, Karla le daba nuevas órdenes a su madre, Miriam, quien segundosdespués paro de comer el culo de mi esposa, cogió el arnés y comenzó acolocárselo a Karla, dejando a mi mujer respirar profundo, intentando recobrarel aliento.
“Mientras que para ti Ana, por haberte atrevido a apostar conmigo, tetengo una graduación aún más dura”, algo que temí desde el inicio y que estaba seguroocurriría tarde o temprano, parecía llegar, Hypnos comenzaba a despojarse de supantalón dejando ver a todos los presentes la erección que ocultaban, “para timi puta, te he reservado mi verga”, sin que pudiera prepararme para el golpe miesposa gritaba de alegría, “Si!!!, AMO muchas gracias, será un honor recibir suverga…”, mi esposa no termino su frase, fue interrumpida por el mismo Hypnos,“Ana obviamente al ser casada tu coño no es virgen, pero estoy seguro que tuculo lo es, ¿no es verdad?”, aquello me dejo sin aliento, ella jamás me habíapermitido ponerle ni un dedo encima y ahora iba a presenciar como aquel cabrónlo tomaba para sí, “Es verdad AMO mi culo es virgen”, con gran dolor vi como miesposa levantaba su culo al aire en espera de que Hypnos lo tomara, lo cual notardo en ocurrir, el rostro de mi esposa me dejo saber que aquel imbécil lehabía desgarrado al meterle la verga de una sola vez, no fue delicado, ni muchomenos tierno, realmente me espante por un instante al ver los gestos de miesposa, pero no era lo que creía, después de ese instante, Ana comenzó a gemirfuertemente, moviendo sus caderas con un ritmo frenético, meciéndose deadelante hacia atrás, buscando la mayor penetración que aquel falo pudiesedarle, sin embargo los gemidos de mi esposa no eran los únicos en el teatro,Miriam se encontraba cabalgando el dildo que su hija traía puesto.
Hypnos no tardo en cambiar a una posición más cómoda, se recortó sobresu espalda jalando hacia atrás a mi esposa, lo que provocó que su verga seintrodujera por completo, arrancando un gran gemido de la garganta de Ana, alser médico podía ver rasgos de dolor en su rostro, pero ello no le impedíaseguir con ese ritmo tan acelerado, por mi parte no podía dejar de pensar en lasalud de mi esposa, tenía miedo que pudiese sufrir un desgarre severo, pero denueva cuenta el tipo se encargó de distraer mi atención y tras 10 largosminutos hablo sin detener su esfuerzo “Karla, Miriam, deténganse necesito de suayuda con esta puta insaciable”, las dos mujeres no tardaron en acatar lasórdenes y se apresuraron a colocarse cerca de mi esposa, “Karla con tu pequeñojuguete quiero que tomes a esta puta por el coño, en su graduación deseo queexperimente una doble penetración, ¿te gustaría sentir eso verdad puta?”, unapequeña alarma se encendió en mi mente, aquello podía lesionar a mi mujer, enel fondo pedía que mi esposa se despertara del trance y se fuera de ahí, perola respuesta de mi esposa, que dio entre gemidos, sepulto mi esperanza, “siAMO, claro, lo que usted quiera, estoy para complacerlo, ¡¡¡ah!!!” un grito dedolor se produjo cuando Karla la penetro sin mayor ceremonia, ya no podía verclaramente la cara de Ana pero su cuerpo temblaba, bastante, “Miriam tú serásla encargada de comerle el coño y sus senos, estimularemos a esta guarra lomáximo para que aprenda a que no debe aceptar apuestas de extraños”, a partirde ese instante, parecía que todo pasaba en cámara lenta, Miriam se postraba allado de mi esposa lamiendo intensamente su clítoris y sus pezones, por unsegundo mire el rostro de Ana, mi esposa, estaba completamente desencajado, susojos estaban casi en blanco, sus gemidos delataban que recibía una grancantidad de placer, su respiración se aceleraba, se estaba hiperventilando,sabía que de seguir así se desmallaría en poco tiempo, mire a mi alrededor ytodos estaban estupefactos por la escena, parecía que yo era el único al querealmente le preocupaba si le ocurría algo a mi esposa.
Después de lo que me pareció una eternidad viendo el rostrosobrecargado de mi esposa en éxtasis, tuve razón, Ana dio un gemido largo y muyfuerte, resultado obviamente de un gran orgasmo, “Valla que les parece a todos,esta puta se ha desmallado, creo que hemos cumplido el objetivo esclavas,Miriam limpia el culo de esta guarra, que lo he llenado se semen y tu Karlalimpia mi verga con tu boca, no quiero que quede ningún tipo de sustanciacuando termines”, movidas por ese obscuro deseo las dos mujeres, madre e hija,atendían a las órdenes de Hypnos, Miriam coloco boca abajo a mi esposa yabriéndole las nalgas comenzaba a pasar su lengua por su culo, sin embargo nose apreciaba mayor detalle, no era así con Karla, ella sostenía con sus manosel falo aquel y lo lamia con mucho cuidado, procurando no dejar excesos desaliva y limpiar en su totalidad a su paso.
Sin embargo mi preocupación era otra, estaba bastante consternado alver a mi esposa inmóvil en el suelo, al principio creía que se habíadesmallado, pero conforme pasaron los minutos comencé a tener dudas, mepreguntaba si no era parte del acto de Hypnos y que el mismo había hecho que miesposa perdiera el conocimiento, después de todo lo que le había hecho hacer aAna, parecía que eso ultimo sería lo más sencillo de lograr, de cualquiermanera no tendría forma de saberlo hasta que la pesadilla terminada porcompleto.
“señoras y señores, es así como llega al final nuestra actuación, siles ha parecido de su agrado no duden en recomendarnos con sus amigos y susconocidos, para mí ha sido un honor y un placer actuar frente a todo ustedes,no se preocupen por mis bellas voluntarias me tomara algunos minutosdesprogramarlas, lo cual no es divertido y por ello no forma parte del show.Les deseo que tengan una velada maravillosa, manejen con cuidado a sus casas”,el telón se cerraba, el aplauso de los presentes estremecedor, risas, ovacionesy muchas expresiones de asombro se escuchaban en aquel lugar, pero para mí nohabía asombro, ni admiración, solo miedo, un pavor enorme me dominaba, mepreguntaba qué sería de mi esposa, que debía hacer, esperarla dentro delteatro, irme a casa y rogar porque llegara con bien esta misma noche o el díasiguiente. El recinto se fue vaciando mientras los minutos transcurrían, muchose habían quedado esperando ser testigos de algo más, pero al cabo de 10minutos fue evidente que ahí nada más ocurriría, pero yo no podía darme eselujo, debía esperar.
Mi reloj marcaba ya las 2.45 de la mañana cuando recibí una llama alcelular, en la pantalla nuevamente aparecía el nombre de mi esposa, Ana, dudeen contestar pensando que podría responderme Hypnos, pero al cuarto timbrazodecidí contestar “…bueno… cariño, soy yo, Ana” por fin la voz de mi esposa,“Amor… estoy afuera del teatro, por favor… ven por mi” su voz se escuchaba unpoco cortada, como si hubiese estado llorando, sin detenerme a pensar en eltema corrí por el teatro hacia la salida, jamás lo había hecho tan rápido, entan solo un instante ya estaba en la puerta, a un par de metros de ella, perono estaba sola. Mi esposa al verme llegar quiso correr para abrazarme, pero eraobvio que estaba herida, por lo que solo avanzo un par de pasos y se desplomohacia el frente, por fortuna ya estaba muy cerca de mí y pude evitarle lacaída, abrazándola lo más fuerte que pude, mientras sentía sus lágrimas en micuello.
“que conmovedora escena, al verlos casi me siento culpable por loocurrido, pero siendo sincero me hace sentirme mucho mejor”, sabía que Hypnosestaba hablando pero solo me importaba llevarme a mi mujer y atenderle susheridas, “mi amor ¿estás bien?, ¿puedes caminar?”, Ana solo pudo mirarme consus ojos enrojecidos por el llanto, pero no esbozo palabra alguna, “la puta notiene permiso para hablar, así que no puede decirte nada mientras yo no lodecida, tendrás que arreglarte primero conmigo para podrá llevártela a casa”,de nuevo la impotencia se apodero de mí y abrazando más fuerte a mi mujerenfrente a Hypnos, “hijo de puta, déjala ir ya, dijiste que si me comportaba entu estúpido show la dejarías ir, ahora cumple tu maldita palabra y déjanos enpaz”, pude sentir como mi esposa se aferraba a mí con gran fuerza mientras sehacía más audible su llanto, “valla que estúpido eres, Ana porque no leexplicas la situación a idiota de tu marido”, soltándose un poco de mis brazos,lo suficiente para que pudiéramos vernos de frente mi esposa hablo, “mi amor,por favor, no lo molestes, no sabes de lo que es capaz, por favor te lo pido,lo único que quiero es irme contigo a casa y…” con el coraje que me dio queella intentara defenderlo, sin pensar en que pudiera estar intentado defenderseella misma de él, la interrumpí bruscamente, “no puede ser que lo defiendasAna, por dios, después de todo lo que ha hecho, además no me parece que ahoraestés bajo hipnosis, tu mirada no luce como en el teatro, quizá ya te haliberado y solo está jugando con nosotros”, sentí nuevamente los brazos de miesposa rodearme y aferrarse a mi espalda con todas su fuerzas, su llantocontinuaba y su cuerpo temblaba con pavor mientras Hypnos hablaba, “Ana pareceque tu esposo no ha escarmentado, ha visto el poder de la hipnosis y no puedecreer que aunque te permita conservar tu personalidad, aun harás todo en cuantote ordene, quizá debas recordarle quién eres”, por un segundo el temblordesapareció y justo detrás de mi oído sentía como mi esposa intentaba noresponder pero al final lo hizo, “…soy… su… esclava… AMO, su… puta, una guarraque… haría cualquier cosa por usted” y al terminar volvía a sentir el temblor yel sollozo de su llanto.
“mi amor no sé cómo lo ha logrado, pero él me ha hecho algo y nopuedo, oh dios mío, me ha dicho que si no aceptas sus términos me llevaraconsigo y no volveremos a vernos, por favor, no lo provoques para que podamosirnos a casa”, “basta esclava, parece que tu esposo necesita otra demostraciónde mi poder sobre ti”, sin que pudiese hablar para decir algo Hypnos volvía atomar la palabra, “escúchame bien esclava, te hare unas simples preguntas yquiero que contestes con completa sinceridad, si intentas mentir, sabes lo quete espera” con una voz ahogada en llanto mi esposa aceptaba los términos deHypnos.
“¿Antes de esta noche te habías sentido atraída a la hipnosis?” “…si,desde… desde que era adolescente”
“¿Antes de mí, alguien más te hipnotizó?” “… no… nadie, usted fue elprimero”
“¿dime que te pareció el show?” “fue horrendo… macabro… una pesadilla”
“Ana te recuerdo que si mientes me daré cuenta, ¿dime te gusto cuandoMiriam se comía tu culo?” “… … … s… i…” “Dilo fuerte y claro puta, notartamudees” “sí, me gusto cuando Miriam se comía mi culo”
“ves como no es tan difícil ser sincera, Ana ahora dime ¿disfrutastelamer el coño de la pequeña Karla?” “sí, si lo disfruté”
“¿gozaste cuando te comiste mi verga?” “sí, AMO lo gocé”, en eseinstante sentí que los brazos de mi esposa se relajaban hasta soltarse,mientras su cabeza caía hacia el frente y permanecía inmóvil, con sus preguntasy haciéndole recordar lo ocurrido, Hypnos había hecho que callera en trancenuevamente
“¿Qué fue lo que más te gusto del show puta?, “sin duda AMO, cuando mepenetro por el culo, y después cuando Karla me dio por el coño, mientras Miriamme recorría con su lengua todo el cuerpo y de pronto usted me ordeno tener unorgasmo tan fuerte que me haría perderme irremediablemente bajo su poder y tanprofundo en la hipnosis que sin importar que ocurriera después, siempre seriasu puta y usted mi AMO”
“como puedes ver la voluntad de tu esposa me pertenece, así que te doyla oportunidad de que la lleves a casa, sé que como médico te va muy bien, porlo que solo te costara 500,000 euros recobrarla”, mi sangre se helo, meparalice, esa cantidad era todo lo que había ahorrado para terminar de estudiarnuestra especialidad, quizá mi esposa se le dijo, bueno no importaba, no teníamás opción que entregarle el dinero, tome mi chequera del saco y le extendí elcheque por la cantidad acordada, el tomo el cheque con una sonrisa en su rostrodio media vuelta y chasqueo sus dedos tres veces.
Vi de pronto que el cuerpo de mi esposa recobraba movimiento y seincorporaba lentamente, “cariño lo lamento, creo que me he desmallado, quizátrabajar doble turno en el hospital me ha afectado y me he desvanecido”, lamire con un rostro lleno de incredulidad, acaso había olvidado todo loocurrido, me pregunte si la pesadilla se había terminado al fin.
“¿no recuerdas nada Ana?”, “lo último que recuerdo es que salimos delhospital después de trabajar doble turno para ir al ballet y de pronto sentí unmareo y bueno creo que perdí el conocimiento, dime ¿Cuánto tiempo estuveinconsciente, aun podemos ir al ballet?”, respire aliviado tome a mi esposa yla abrace con tanta fuerza como pude, mientras caminamos rumbo al carro leexplique que estuvo casi 3 horas inconsciente y que por ese motivo no habíaforma de llegar al ballet.
Ya en el auto mientrasmanejábamos a casa, iba pensando en todo lo ocurrido en esos días,reflexionando sobre si algún día ella lo recordaría o yo debía fingir que nuncaocurrió nada, mi esposa dormía plácidamente en el asiento del copiloto, pero aun par de cuadras de la casa, su celular sonó, lo que de inmediato le despertó,“habla la Dr. Ana Rivas, ¿en qué puedo ayu…”, mi esposa no pudo terminar lafrase, en ese momento supe que era Hypnos quien le hablaba, “si AMO, siempreseré su más ferviente esclava, si AMO obedeceré todo en cuanto me ha ordenado,no AMO jamás”, tras escuchar un chasquido mi esposa volvía en sí, “no, númeroequivocado, si claro no se preocupe” y terminaba la llamada, al ver mi miradade intriga me explico, “parece que la gente vive cada vez más despistada, eraun señor que intentaba marcar al banco, ¿no es extraño? Al banco a esta hora…” unpinchazo recorrió toda mi espalda mientras mi esposa me sonreía con dulzura…
Me case con Ana cuando ambos teníamos 22 años de edad, nos habíamosconocido en la facultad de medicina y desde que la vi, supe que sería el amorde mi vida y puedo afirmar sin temor a equivocarme que ambos éramos muyfelices.
En nuestros 4 años de matrimonio jamás nos pareció buen momento paratener hijos, ambos teníamos trabajos muy bien remunerados, con horariossimilares, pero como es una costumbre en esta profesión, poco tiempo parasocializar.
Trabajábamos en la sala de emergencias de un hospital particular,ambos éramos médicos residentes pero cada dos meses por reglamento internohabía que cubrir una semana en la sala de emergencias, algo que nunca me causómayor inconformidad, pues a pesar de los largos turnos, siempre había algo queaprender.
Mi esposa por otra parte no estaba muy contenta cubriendo esos turnos,no era sorpresa, solo por las pocas ocasiones en las que podíamos salir abailar o a beber algo, a ella no le gustaba desvelarse, algo que era inevitableen la sala de emergencias, por no decir imposible.
Ana, mi esposa, es una mujer muy impaciente por eso siempre prefiriótrabajar con adultos y no con niños, sin embargo, cuando la situación loameritaba, sabía ganarse la confianza de los niños, era común verla utilizandocualquier cantidad de trucos para conseguir que cooperarán sin lágrimas nillantos.
Como decía, nuestras vidas eran perfectas, pero todo cambió una nocheque hasta las 2:35 am había sido muy tranquila, cuándo un individuo de alrededor 30 años, fue ingresado inconsciente a la sala por un golpe contundenteen la cabeza que le había dejado inconsciente, no era un caso de vida o muertepero por alguna razón nos asignaron a mi esposa y a mí su atención.
Como es usual, procedimos a leer la historia clínica que losparamédicos habían preparado, como dije un individuo de 30 añosaproximadamente, de profesión mago, fue encontrado en la salida de un pequeñoteatro, los paramédicos nos dijeron que había sido atacado con un bate justodespués de culminar con su espectáculo, al ser sus signos vitales normales, leingresamos a la sala de tomografía para descartar algún daño permanente y alconfirmar que todo era normal, como con tantos otros pacientes que he atendidocreí que eso sería todo, pero pronto iba a descubrir que estaba completamenteequivocado.
Alrededor de las 3:45 am, mi esposa se había marchado para observar laevolución del paciente que sufrió el golpe, algo que normalmente solo toma deentre 10 y 15 minutos en caso de que requiera algún procedimiento, pero eltiempo comenzó a correr y Ana no regresaba, mi reloj marcaba las 4:30 am, porlo que me dirigí hacia la habitación en cuestión, cuando me aproximaba escucheuna voz masculina hablando, en realidad entendí bien las primeras frases pero estoy seguro que oí algo como “…despierta...". En ese instante abrí la puerta, deinmediato mi esposa me recibió con una gran sonrisa en su rostro.
“Cariño adivinaque, he hecho una pequeña apuesta con nuestro paciente aquí presente y le heganado”, me tomó completamentepor sorpresa, mi esposa casi nunca habla con los pacientes más de lo querequiere la situación “¿una apuesta?, ¿y sobre que apostaron?” nuevamente miesposa con un aire de victoria me respondía muy alegre “veras nuestro paciente,desde que llegue a revisarlo me dijo que era un mago muy bueno, sinceramente nole di importancia, sabes lo mucho que me aburren esas cosas, en fin, como notoese desinterés en mi mirada, me propuso una apuesta; el intentaríahipnotizarme, si él ganaba yo aparecería en una de sus presentaciones como suasistente, y si fallaba en su intento, nos conseguiría entradas para toda latemporada de la escuela de ballet, sabes lo mucho que adoro el ballet, así queacepte la apuesta y cariño he ganado”
Fue en ese instante cuando escuche por primera vez la voz de aquelsujeto, “así es Doc., su esposa me ha ganado la apuesta, intente ponerla entrance y falle, quiero decirle que es la primer persona con la que pierdo unaapuesta y por su puesto también es la primera dama a la que no puedohipnotizar, es una chica muy especial sin duda”, no me había agradado para nadael asunto de su pequeña apuesta, pero sabía muy bien que eso de la hipnosis, almenos como la manejan los magos, no era más que una tontería, mire con desdénal paciente y le dije “claro que es especial, por eso la elegí a ella entretodas” y sonriéndole a mi esposa le indique era momento de irnos, nuestro turnoterminaba a las 5.00 am y aun teníamos algo de papeleo que entregar, le abrí lapuerta y nos dirigimos a la recepción para culminar.
Por esa noche había sido todo, gran parte de la mañana hasta las 3 dela tarde habíamos estado durmiendo ambos, cuando despertamos nos dimos uncálido y ardiente baño juntos, comimos en el restaurant de siempre y nosalistamos para comenzar el turno siguiente que iniciaría a las 7 pm, Conocíamuy bien a mi esposa y puedo asegurarles que no note nada extraño con ella entodo ese tiempo, estaba contenta, alegre y muy motivada. Al iniciar nuestroturno de inmediato me llamaron para atender a un herido de bala, mientras que ami esposa la llamaron para ver a un niño que había sufrido una caída, como losuyo parecía no muy grave le pedí que me llamara en cuanto terminara deatenderle, así podríamos vernos unos minutos cuando terminara con mi respectivoherido, lo cual me tomo cerca de dos horas estabilizar y finalmente salvar suvida, pero me parecía muy raro que mi móvil no había registrado llamada algunade mi esposa, intente marcarle pero no respondía su teléfono, aquello no eraextraño pensé que había ingresado un herido muy grave y le habían asignado elcaso, por lo que fui a la recepción y la calma reinaba, le pedí a la enfermeraen jefe me indicara a que paciente había sido asignada mi esposa para poderauxiliarle, pero ella me dijo que mi esposa solo había atendido a un niñoaquella noche y después le habían llamado de piso para que atendiera a unpaciente en la habitación 417.
Me tome un respiro en la espera que me llamasen, pero nada ocurría,sin embargo no podía simplemente abandonar mi guardia y buscar a mi mujer,después de todo si le llamaron a piso debió ser por una emergencia. Aquellanoche atendí a un par más de heridos antes de poder ver a mi mujer justo alterminar nuestros turnos, le mire desde lejos, ella estaba sacando sus cosasdel casillero con una sonrisa maravillosa y al verme me abrazo y me beso comosiempre lo hacía “mi amor mira lo que tengo aquí” sacando algunos papeles de subolso me volvió a mirar y culmino “son los boletos de la apuesta que gane ayer,¿no es fantástico? Tres noches de ballet, es como un sueño hecho realidad”. Lamire con gran sorpresa, realmente no sabía que decir, pero mis labios fueronmas rápidos que mi mente y comencé a hablar sin siquiera darme cuenta “si amores genial pero de donde los sacaste”, ella me miro con una cara burlona ycontinuo “de quien más sino del supuesto mago que atendimos ayer, al cual legane esa tonta apuesta, justo después de atender al chiquillo me llamaron parael cuarto 417 y resulto que se trataba del gran mago Hypnos, como el mismo sepresento, y deseaba verme para pagar su deuda conmigo”, pueden imaginarse mi sorpresacuando escuche aquello, comprendía hasta cierto punto la emoción de mi esposapor el ballet, pero abandonar la guardia por unos boletos no sonaba mucho comoella misma, aunque claro fue una llamada del hospital así que tampoco podíadesestimarla, me calme un poco mas y continuamos la discusión mientras salíamoscon rumbo a nuestro hogar.
Por el momento no hice más que sonreírle de vuelta durante el camino acasa, hablábamos de cómo organizar nuestros horarios para poder asistir alballet, lo que implicaría cambiar turnos, de inmediato comenzamos a buscarnombres de personas que nos pudiesen ayudar, n debía haber problemas soloteníamos que hacer algunas llamadas telefónicas y eso era todo, sin dudas podíaesperar hasta mas tarde.
Habíamos acordado llegar al hospital un par de horas antes de nuestroturno para poder charlar con algunos colegas e intercambiar turnos, mi esposaAna rápidamente contacto con una de sus amigas y consiguió el cambio de turno,el conseguirlo tampoco fue problema para mi, un camarada me debía algunosfavores y sin dudarlo acepto, el problema había sido resuelto. Cuando nuestrosturnos iniciaron el trabajo en el hospital era un verdadero tornado, parecíaque toda la ciudad esperaba por entrar en la sala de emergencias, mi esposa yyo no tuvimos mucho tiempo de conversar aquella noche, es mas solo pude verlados ocasiones, cuando llegamos a la recepción y cuando terminamos turno, sinembargo no había tiempo para descansar, ese mismo día comenzaban las funcionesen la sala de conciertos, por lo que tuvimos que iniciar el turno matutino deinmediato por suerte para nosotros alrededor de las 10 am todo parecía habersecalmado y aprovechamos para tomar una merecida siesta.
Mire mi reloj que marcaba las 13:00 hrs, me había quedado dormido 3horas, busque a mi esposa en el cuarto, pero no la encontré, revise mi móvil yno tenia alertas de ningún tipo, asumí naturalmente que le habían hablado a miesposa y no había deseado molestarme. Me dirigí a la recepción para preguntarpor ella, me informaron que había llegado un paciente critico y que por más quemi esposa intento salvarle había acaecido, Ana siempre había sido una mujer muyfuerte pero sabía que debía estar con ella, le marque al celular y tras sonarun par de ocasiones lo atendió, sonaba algo triste pero me calmo saber queestaba tranquila, minutos después ambos nos encontramos de nueva cuenta en elpequeño cuarto de casilleros, “cariño dime ¿cómo te encuentras? Sé que hashecho todo lo posible y estoy orgulloso de ti”, mirándome con gran cariño merespondía “gracias mi amor, la verdad ya estoy mucho mejor, creo que lo hesuperado ya”, eso me impacto normalmente le toma un par de días y varias horasde sueño sobreponerse a una situación así, ella se dio cuenta de mi sorpresa yme explico “cariño cuando ocurrió corrí a la cafetería y me tope con el granHypnos, se percato de mi tristeza y me ofreció charlar, hablamos algunosminutos y después no sé cómo pero de alguna forma ya no me importaba tanto”, miatención se desvió del paciente muerto al tal mago que a mi parecer ya habíaconvivido lo suficiente con mi esposa, sin embargo antes de poder hacerle vermi punto a mi esposa me llamaron para atender a una chica, partí despidiéndomecon un beso de mi esposa.
La función de ballet iniciaba a las 9 pm, en ese momento mi relojmarcaba las 6.30 pm, nuestro turno terminaba a las 7, eso nos dejaba un par dehoras para correr a casa quizá dormir un poco, arreglarnos y llegar a la salade conciertos, solo faltaba una cosa, aun no podía encontrar a mi mujer, no seencontraba atendiendo paciente, por lo que supuse estaría en la cafetería o enel cuarto de casilleros, pero no se encontraba en ninguno de esos, una amiga medijo que la había visto en el área del jardín aun lado del estacionamiento, me apresurey pude verla sentada en una pequeña banca hablando por teléfono, “no, claro queno habrá ningún problema, hasta entonces”, justo en ese momento se percato demi llegada, termino su llamada y se dirigió a abrazarme, “cariño casi terminanuestro turno debemos irnos un poco antes para poder descansar unos minutos noquiero dormirme justo a mitad del espectáculo“. En realidad tenía razón nopodíamos dilatarnos más, así que me reserve mis comentarios, asentí con lacabeza y literalmente corrimos a la sala para validar nuestra salida.
Todo marcho conforme a mi plan, incluso alcance a dormir al menos 20minutos más la emoción de asistir al ballet por fin me había llegado, pero nosabía que duraría muy poco, estaba poniéndome mi mejor traje y mi mejor colonia,cuando vi surgir a mi mujer del baño, se había puesto aquel vestido negroajustado, a mi parecer algo corto para un evento de ese tipo, pero le quedabatan bien que no iba a objetar absolutamente nada, en cuanto nos vimos nos dimosun beso lleno de amor, pero en ese mismo instante mi teléfono timbró, era delhospital, mi amigo con quien cambie turno se había accidentado en el mismohospital y no iba a poder cubrirme, no podía creerlo, a tan solo 20 minutos decomenzar la función era imposible que consiguiera reemplazo, con gran desanimole comunique a mi esposa lo ocurrido, pude notar una pequeña lagrima surgir desu ojo derecho, “valla es una pena amor, bueno supongo que aun podremos irmañana al ballet” aquello me partió el corazón, “vamos cariño el que tiene quetrabajar soy yo, tu ve y diviértete en el ballet, se que te molesta ir solapero te prometo que conseguiré un reemplazo para poderte acompañar mañana”, losojos de Ana se llenaron de luz nuevamente, me tomo entre sus manos y me besocon tanto cariño que sentí fuego en nuestros labios.
El reloj de la sala de emergencias indicaba que era media noche, mepreguntaba que estaría haciendo Ana, si seguiría en el ballet o ya estaba encasa descansando, de cualquier forma esperaba me llamase pero no ocurrió así,mi teléfono no sonó ni una sola ocasión a causa de una llamada suya, sinembargo la noche estaba bastante movida, no tuve más de 15 minutos entrepacientes, cuando por fin mi turno termino me sentía tan agotado que tuve quepedir un taxi para llegar a casa pues no confiaba en que pudiese manejar, encuanto llegue a mi cama mi esposa me llamo por teléfono, “cariño voy llegandoal hospital lamento que no pudiésemos vernos la recepcionista me ha dicho queacabas de partir, ¿deseas que busque a alguien quien pueda cubrirte por estanoche?”, mi somnolencia y mi cansancio estaba por vencerme pero aun así le dijea mi mujer que no se preocupara, me ocuparía de ese detalle en cuanto pudiesedescansar un poco y me desvanecí sobre mi almohada.
Aquel día dormí como no lo había hecho en mucho tiempo y de no ser porlas protestas de mi estomago hubiese seguido por mucho más tiempo, me tomo unminuto darme cuenta de la hora, faltaban tan solo 5 minutos para las 6 de latarde, no había tiempo de nada, me di la ducha más rápida que había tomado enaños, tome mis cosas y salí a conseguir un taxi, cuando cruce la puerta delhospital recordé que no había buscado un sustituto, había pasado el día enterodurmiendo, para mi espanto mi esposa me estaba llamando “cariño, ¿donde estas?¿Todo está bien? Te estoy esperando en la casa” no sabía que decirle no queríaque sintiera que le había fallado, “lo lamento cariño, intente conseguir unsustituto pero no pude lograrlo, pero te juro que no saldré del hospital hoy sinconseguir a alguien”, una bocanada de aire escapo de sus labios, pude percibirla decepción, sin embargo no hubo reproches, con una ligera risa se despidió demi.
Esa noche no pude pensar mucho en mi esposa, el remordimiento mecarcomía además el hospital nuevamente parecía que se llenaba, pase cadainstante curando heridas y consolando dolores, alrededor de las 5 am comencé allamar colegas esperando que alguno pudiese cubrirme y cambiar turnos,afortunadamente lo logre, mi amigo volvería a la cama mientras yo continuaríaotro turno de 12 horas, para lograr ver la última noche de la compañía deballet en la ciudad junto con mi esposa, espere ansioso a las 7 am para poderver a mi esposa pues tenía mucho tiempo que no la miraba, pero mi espera fue envano, ella jamás cruzo la puerta, a las 7.30 am el administrador del hotel mecontacto, quería saber porque mi esposa no se había presentado a cubrir suturno ese día ni el anterior, naturalmente le explique sobre el cambio deturnos quizá esa era la confusión, pero me aclaro que mi esposa debiópresentarte a las 7 del día anterior y no llego, lo mismo que ese día, me quedeboquiabierto, intente contactarle a su móvil pero nunca atendió la llamada,temí que algo pudiese haberle ocurrido, llame a la policía quienes no meayudaron, pedí disculpas al administrador, busque un reemplazo y comencé abuscar a mi esposa por la ciudad, primero fui a la casa, pero no la encontré,en sus tiendas favoritas, acudí personalmente a la jefatura de policía alevantar un acta de desaparición pero me dijeron que debía esperar al menos 24horas más para reportarle como extraviada, cuando atardeció pensé que podría ira la sala de conciertos, pero tampoco aparecía, fue en ese momento que recibíuna llamada, la pantalla mostraba el nombre de mi esposa, conteste ansioso, “miamor ¿como estas? ¿Todo está bien? ¿Qué ocurre?” pero solo silencio seescuchaba del otro lado de la línea, estaba sumamente consternado y de prontouna voz que me pareció familiar “lo lamento Ana no puede atender el teléfono,se encuentra un poco ocupada, pero si quieres saber qué es lo que realmenteocurre ven al teatro “dandis” a las 11 de la noche, por si no reconoces mi vozsoy el gran Hypnos” y la llamada se corto.
Coraje, preocupación, odio, repulsión, ira, todo se juntaba en migarganta queriendo gritar al mismo tiempo, pero nada lograba salir, miles depreguntas se aglomeraron en mi mente, pero ninguna encontraba respuestas ahí,no tenia opción debía asistir, algo estaba terriblemente mal, ese teatro estabaen la zona rosa de la ciudad, la cual nunca me había importado conocer y queahora lo lamentaba, aun así debía apresurarme para estar a tiempo en aquelsitio.
El lugar era tal como la imaginaba, una polvosa marquesina con variasbombillas fundidas anunciando la actuación del “gran HYPNOS” y un letreropequeño con la leyenda “solo adultos” hizo que mi espina se estremeciera, en lataquilla un tipo desencajado me pidió firmar un documento en el que renunciabaa denunciar a la policía por cualquier cosa que pudiese ofenderme durante elespectáculo y 25 euros para pasar a la función, dentro aquel lugar no era paranada como el exterior, por el contrario, cada mesa era un lujo, cada detalleestaba muy bien pensado, en fin no reparare mas en ello, lo que distrajo mas miatención fue la bella chica que me guiaba hacia mi mesa, vestía un atuendo dedomestica francesa con una micro faldita que dejaba ver su tanga negro, mediasnegras con sujetadores y un bra transparente de encaje negro con vivos enblanco, no bien me encontré sentado la luz del teatro, que presentaba casi unlleno total, se apago y en el escenario emergía el sujeto al cual yo mismo lerepare el brazo unos días antes en el hospital, el tal “Hypnos”.
“damas y caballeros es un honor para mí el estar con ustedes estanoche, les prometo que será una noche inolvidable para todos y cada uno deustedes, soy el “GRAN HYPNOS” el mago más grande del mundo y el mejorhipnotizador de la historia y si alguno de ustedes lo duda, déjenme presentarlea mi asistente, la ardiente, sensual y sin duda la puta más grande del lugar,la también sorprendente ¡¡¡ANA!!!” en ese instante mi corazón colapso, miesposa aparecía en escena luciendo una micro faldita entablada roja estilocolegiala, con medias blancas y zapatillas negras, una blusa mini que noalcanzaba a ocultar los abundantes senos de mi esposa.
“aunque ustedes no lo crean, la bella Ana no siempre fue mi asistente,antes de venir a jugar con nosotros, ella era médico residente del hospital dela cuidad, incluso ella me ayudo con mi brazo roto, como pueden notar, tiene uncuerpo espectacular, no podía permitir que se desperdiciara en un hospitaloculto tras una bata blanca por siempre, así que utilizando los poderes de mimente la he transformado de una simple medico en la guarra más grande de laciudad” una ovación se levanto de entre los presentes, mientras mi esposasonreía y saludaba como una modelo a un lado de aquel patán.
“Por supuesto no lo logre en un día, me tomo casi dos díastransformarla y está noche es su graduación, por lo que nos acompaña el quehace dos días era su esposo” señalando mi mesa, una luz cegadora me ilumino,podía sentir todas las miradas centradas en mi persona, intente levantarme,correr al escenario y golpear a aquel tipo, pero algo sujeto mi brazo, era lachica que me dio la bienvenida, ella parecía estar en trance también.
“parece que no se está divirtiendo mucho, pero le recomiendoreconsiderar, sino se comporta durante la función no me dejara más remedio quellevarme a la dulce Ana conmigo y le aseguro que no la volverá a ver”dirigiéndose a mí con una mirada macabra sonreía el imbécil, realmente no teniaopción, mi esposa al parecer nunca gano la apuesta, aquel tipo la hipnotizodesde aquel primer momento, solo podía pensar en lo tonto que había sido por noactuar e impedirlo.
“Ana, cariño ven aquí, dime, ¿reconoces a aquel sujeto sentado en esamesa” mi esposa voltio a verme a los ojos y a pesar de ello aseguro noconocerme, mi corazón termino por romperse, no entendía como pudo lograr queella me olvidase por completo, en ese momento supe que aquel tipo no jugaba,volví mi atención al escenario, Hypnos rápidamente chasqueo sus dedos tresveces y volvía a preguntar “Ana cariño ¿reconoces a ese sujeto sentado enaquella mesa?”, pero en esta ocasión la mirada de mi esposa era diferente, comosi volviese a tener vida, una sonrisa le ilumino el rostro, “si claro que loconozco, era mi esposo antes de que me convirtiera en su esclava AMO”
“es fascinante el poder de la mente ¿no creen?” ironizaba, “pero bastade charlas, Ana porque no le muestras a tu esposo lo guarra que te has vuelto ycomienzas a chuparme la pija mientras preparo el siguiente numero” para missorpresa, ella sonriente como siempre, se incoo frente a él, con gran decisiónabrió la bragueta de su pantalón, saco su pene erecto y comenzó a engullirlocomo si de eso dependiera su vida, lo recorría con una completa veneración,mientras tanto, yo, solo podía mirar cerrando mis puños aguantando el coraje.
“mi siguiente numero está dedicado especialmente para las damaspresentes, por favor levante su mano todas las damas que nos acompañan hoy” sindesearlo mucho, volteé a mirar a todo el teatro, me sorprendí al ver que habíagran cantidad de mujeres presentes, sin duda pensaba que el lugar estaríarepleto solo de hombres, “muy bien, ahora dejen sus manos en alto aquellasdamas que piensen o crean que pueden ser hipnotizadas el día de hoy”, mi cabezagiro nuevamente en busca de las manos levantadas pero ya solo quedaban unascuantas, 7 máximo, después de ver lo que hacía con la hipnosis no me sorprendióque nadie quisiera verse en mi situación. “muy bien parece que no hay muchasvoluntarias el día de hoy, pero por suerte para ustedes chicas que bajaron susmanos, están equivocadas, todas y repito todas las mujeres pueden serhipnotizadas”, con lo anterior un gran estruendo se sintió en todo el recinto,una pantalla de humo denso cubrió el escenario y tras despejarse después deunos segundos, mostraba el escenario vacío, no había rastro de Hypnos ni de miesposa, comencé a buscarles con mi cabeza como loco pero no lograba percibirgran cosa en la obscuridad, hasta que un grito a mi derecha me alerto, Hypnoshabía salido de la nada y ahora se encontraba a tan solo dos mesas de la mía,el grito pertenecía a algunas chicas que estaban sentadas por el lugar dondeapareció Hypnos, supongo que gritaban por la sorpresa de encontrarlo tan cerca,sabiendo de antemano lo que era capaz de hacer con una mujer.
Sin embargo una mujer en especial había captado la atención delhipnotista “bella dama le pido me corrija si estoy equivocado, pero creo queusted levantó su delicada mano y está dispuesta a ser hipnotizada, ¿no esasí?”, con una cara que mostraba una extraña mezcla de asombro, pena y emoción,la mujer asentía con la cabeza, “perfecto, le pido bella dama me acompañe alescenario para comenzar con la inducción del trance”, tomando la mano de lamujer, Hypnos la guio por el teatro hasta llegar a una pequeña silla en elescenario, “tome asiento, por favor póngase cómoda en un segundo vuelvo conusted, mientras tanto mi asistente le hará algunas preguntas”, dio media vueltay desapareció nuevamente, ahora quien aparecía súbitamente era mi esposa,comencé a odiarme por no ser capaz de hacer algo para ayudarle, tan absortoestaba en mi ser que no puse atención en las preguntas que hizo mi esposa, otal vez no debían escucharlas todos, no lo sé, lo que si se, es que tan prontocomo mi esposa apareció, desapareció sin dejar huella, dejando a la mujersentada que estaba visiblemente nerviosa por encontrarse frente a todo elpúblico.
Tampoco podría decir si por suerte o no para la mujer, pero Hypnos notardo en volver, aunque no venia solo, para darle otro golpe a mi ya melladoorgullo, traía en la mano una muy brillante y delgada cadena plateada quellegaba a un collar negro que traía mi mujer alrededor de su cuello, mientrasella avanzaba utilizando sus manos y sus rodillas, pero lo que más medesconcertaba era ver en su rostro esa cálida sonrisa, la misma que ponía cadaque me decía que me amaba.
“bella dama mi asistente ya me ha dado sus respuestas pero no estoytotalmente convencido de que haya sido sincera, por ejemplo, dice que usted havenido sola al espectáculo, que tiene 39 años, nunca ha tenido sexo con otramujer y tampoco le interesa, así que tendré que obtener respuestas sinceras ami manera”, desde mi lugar podía ver como las revelaciones disgustaban a lamujer sentada en el escenario, sinceramente creía que se pondría de pie de unmomento al otro y marcharse, de hecho la mujer se levanto de la silla, peroHypnos se coloco frente a ella, con un movimiento rápido abrió su puño ydesenrollo un reloj de bolsillo con su cadena, que comenzó a balancear frente alos ojos de la mujer, “Miriam no puedes escapar del hechizo de mis ojos, nadiepuede escapar de mi mirada”, al instante la mujer quedo congelada, en su rostropude percibir un rastro de terror, pero que rápidamente fue sustituido por ungesto de sueño, “mientras más luchas contra mi hechizo, más profundamente teencuentras en él, descubre que realmente no deseas escapar, por el contrariodeseas entregarte a mi hechizo, siente como eres transportada a lo más profundode tu ser, en un sueño tan placentero que desearías nunca despertar, un lugardonde no existe más que mi voz y donde mi voz se convierte en tu voluntad”, laincredulidad y el asombro se mezclaron en mis ojos, aquella mujer estaba siendohipnotizada, o mejor dicho, había sido hipnotizada estando de pie, con tan soloun reloj de bolsillo, una voz suave y una mirada habían bastado.
“Miriam, ahora yo seré quien te haga las preguntas y deberásresponderme con completa sinceridad, ¿ok?”, a lo cual ella naturalmenterespondió afirmativamente,
“¿es Miriam tu verdadero nombre?” “si”
“¿Qué edad tienes Miriam?” “39 años” para ser sinceros no me esperabaque aquella señora tuviese 39 años, realmente se veía mucho más joven
“¿has tenido sexo con otra mujer?” “no, jamás”
“¿has venido sola esta noche o alguien te acompaña?” “he venido con mihija”
“muy bien lo sabía, al menos una mentira habías dicho y dígame Miriam¿a que han venido a mi espectáculo, acaso les gusta la hipnosis o solo lesgustaría experimentarla?” “he venido por mi hija, ella sugirió que deberíamosvenir”
“Miriam ¿Cómo se llama tu hija?” “Karla”
“excelente, Miriam ¿conoces las razones de tu hija para venir alshow?” “no, nunca me dijo, solo me hizo prometerle que iba a participar”
“jajaja esto es grandioso, así que para poder obtener las repuestasque quiero debo acudir a la hija” con suma rapidez bajo del escenario directo ala mesa donde había ido por aquella mujer, ahí se encontraba una joven con unrostro lleno de pánico y un cuerpo totalmente paralizado, Hypnos le tomo surostro guio la mirada de la chica hacia la suya y nuevamente me sorprendió, elrostro de la chica en cuestión de segundos cambio de aspecto, parecía que habíaentrado en trance en tan solo segundos.
“sígueme” esa simple frase había bastado para que la joven abandonarala mesa y le siguiera rumbo al escenario
“Karla me pareces sumamente familiar, dime, ¿me habías visto antes oalguna vez estuviste en uno de mis shows? ¿Por qué has traído a tu madre a miespectáculo?” “Si AMO, le conocí hace 2 años, cuando cumplí 20 asistí alespectáculo que ofreció en otra ciudad y me hipnotizo en el escenario y comousted nos ordeno que la próxima vez que se presentara en el lugar dondeestuviéramos debíamos traer a alguien más, somos nuevas en la ciudad y aun notengo amigas, por lo que traje a mi madre”
Aquellas declaraciones me dejaron helado, como era posible que aquellajoven fuera capaz de entregar a su propia madre en las manos de aquel bastardo,aunque por otro lado eso explicaba porque la chica había entrado en trance tanrápidamente, y de pronto comprendí algo que no había tomado en cuenta, Karladijo que vio su espectáculo 2 años atrás y aun así era incapaz de librarse porcompleto del control de Hypnos, ¿Qué le esperaba a mi esposa? ¿Algún díalograría liberarla por completo o debía acostumbrarme a que fuera una esclavacada que ese hijo de puta viniera a la ciudad?
“Vaya, vaya, vaya, me alegra ver que eres una buena esclava, Karla, ycomo premio a tu obediencia total te daré un pequeño obsequio, la perra quetengo a mi lado necesita alguien que le enseñen como comer un coño y el tuyo esperfecto para que practique, así que cuando chasquee mis dedos tres vecesdespertaras, te sentaras en aquella silla, te quitaras la tanga y llamaras a miperrita, su nombre es Ana, y está programada para comerle el coño a la primermujer que vea sin tanga” mi corazón se aceleró a mil por hora, mi esposa, nuncaantes había consentido hacerme sexo oral a mí, y ahora iba a presenciar cómo selo hacía a una mujer, mi alma se rompió otro pedazo, pero en mis pantalonesalgo comenzaba a crecer, el sonido de dos chasquidos me devolvió a la realidady finalmente otro chasquido, los tres ya habían sonado y tal como lo ordeno,Karla se sentó en la silla, levanto su vestido y se retiró las bragas,“perrita, ven perrita, vamos Ana ven aquí perrita tengo algo para ti”, dijomientras señalaba su vagina rasurada, aquello tuvo un efecto inmediato en mimujer, gateo lo más rápido posible hacia ella y comenzó a devorar aquel coñodesnudo, antes de quedar absorto por la imagen pude percatarme que Hypnoshablaba al oído de Miriam, pero realmente no me importo.
Paso algún tiempo, quizá 15 minutos, con mi mujer entre las piernas deaquella chica, quien no paraba de gemir, cuando nuevamente la voz de Hypnos se escuchóen el teatro, “respóndeme algo Ana, ¿alguna vez le habías comido el coño de unamujer?, haciendo una pausa para responder mi esposa decía lo que yo ya sabía,“No, nunca antes AMO” y de inmediato volvía a su ardua tarea, “alguna vez lehabías hecho sexo oral a algún hombre?”, tomando un respiro profundo mi esposarespondía algo que también ya sabía, “No AMO, siempre me dio mucho asco”, conuna sonrisa burlona en su rostro Hypnos remataba, “entonces diles a todos lospresentes ¿Por qué lo estás haciendo ahorita Ana?”, volviendo a tomar aire,esta vez no tan profundamente, y pensándolo bien, nada podía prepararme para loque iba a escuchar, “porque usted me lo ha ordenado AMO y soy una buenaesclava, que solo vive para obedecerlo y complacerlo sin importar lo que pase,le debo mi existencia a usted y solo a usted AMO”
“perfecto Ana, no podría pedirte más, también te mereces unarecompensa, Miriam ven aquí” con esa orden la mujer con la que había quedado depie en otro punto del escenario se arrodillo lentamente hasta que también susmanos alcanzaron el suelo y comenzó a gatear hacia Hypnos, “Ana, como premiopor tu sumisión, mi más reciente esclava, Miriam, te va a comer el culo, dime¿alguna vez te han comido el culo?” mi mujer en esta ocasión no respondióhablando, simplemente se limitó a negarlo con la cabeza, “pues entonces quítateesa tanguita y llama a Miriam, ella ya sabe qué hacer”, sin perder un soloinstante, mi esposa comenzó a despojarse de su diminuta tanga que le cernía lapelvis y con ambas manos abría sus nalgas para mostrar su culo desnudo, “VenMiriam, mira lo que tengo para ti”, como era de esperarse la señora se abalanzoa su culo desnudo y con gran pasión comenzó a besarlo y recorrerlo con sulengua, la escena era impactante, tres mujeres hipnotizadas, teniendo sexo quejamás tendrían de otra forma, era surreal.
No puedo decir que disfrutaba de verlo, pero no puedo negar que estabamuy excitado, aunque cuando menos incomodo me sentía Hypnos me recordó mimiseria, “Ana cariño dime ¿Cómo te sientes, te gusta lo que está pasando?” sinmucha espera, pero con mucha pausa por los gemidos de placer y falta de aire miesposa lograba decir “oh dios mío, si AMO, lo estoy gozando mucho, me encantacomer coño y sentir como se comen mi culo”, de nuevo con su sonrisa macabra elmago intervenía, “Ana recuera que está presente, el que algún día fue tu esposoen el público, ¿Por qué no dejas de comer coño y le confiesas lo que sientes enestos momentos?”, volví a sentir el peso mundo en mi espalda, podía sentir cadamirada en mi persona, me paralice del horror al escuchar la voz de mi esposa,“Dios John, estoy tan excitada, Miriam está metiendo su lengua húmeda en miculo, puedo sentirla entrar y moverse centro de mí, oh John estoy tan mojadaque mis jugos salen de mi vagina, John jamás había sentido tanto placer, adoro elsabor de coño en mi boca, adoro ser una esclava, una puta, Oh, Dios, que rico,por favor que nunca pare”
Mientras mi esposa rompía mi corazón, mi alma y mi orgullo con toda sudescripción, Hypnos separo a Karla y comenzó a hablarle al oído, ante lo cualella solo asentía con la cabeza sin decir absolutamente nada, supongo que habíavuelvo a ponerla en trance y comenzaba a darle nuevas órdenes, como lo hizo consu madre, un par de minutos después logre confirmarlo, pues Karla salía de laescena, aunque no tenía idea de adonde se dirigía ni con que propósito
“muy bien Damas y caballeros, temo informarles que es tiempo determinar el espectáculo, pero no sin antes presentarles nuestro gran final”, elpúblico mostro un poco de descontento al enterarse que el final se aproximabapero hubo gran aplauso cuando menciono el supuesto gran final, y del otro ladodel escenario reaparecía Karla con un pequeño bolso de terciopelo negro.
“como acto final de esta noche he reservado algo especial en honor deAna y Miriam, mis más recientes esclavas” señalando a Karla le indico mostrar ala audiencia el contenido de la bolsa, se trataba de un arnés con un dildo enel frente, “por una parte y como regalo para su mama, la bella Karla usara estereluciente strap-on para convertirse en la primer mujer con la que tiene sexosu madre”, de nueva cuenta el público lo ovaciono, mientras Hypnos agradecíalos aplausos, Karla le daba nuevas órdenes a su madre, Miriam, quien segundosdespués paro de comer el culo de mi esposa, cogió el arnés y comenzó acolocárselo a Karla, dejando a mi mujer respirar profundo, intentando recobrarel aliento.
“Mientras que para ti Ana, por haberte atrevido a apostar conmigo, tetengo una graduación aún más dura”, algo que temí desde el inicio y que estaba seguroocurriría tarde o temprano, parecía llegar, Hypnos comenzaba a despojarse de supantalón dejando ver a todos los presentes la erección que ocultaban, “para timi puta, te he reservado mi verga”, sin que pudiera prepararme para el golpe miesposa gritaba de alegría, “Si!!!, AMO muchas gracias, será un honor recibir suverga…”, mi esposa no termino su frase, fue interrumpida por el mismo Hypnos,“Ana obviamente al ser casada tu coño no es virgen, pero estoy seguro que tuculo lo es, ¿no es verdad?”, aquello me dejo sin aliento, ella jamás me habíapermitido ponerle ni un dedo encima y ahora iba a presenciar como aquel cabrónlo tomaba para sí, “Es verdad AMO mi culo es virgen”, con gran dolor vi como miesposa levantaba su culo al aire en espera de que Hypnos lo tomara, lo cual notardo en ocurrir, el rostro de mi esposa me dejo saber que aquel imbécil lehabía desgarrado al meterle la verga de una sola vez, no fue delicado, ni muchomenos tierno, realmente me espante por un instante al ver los gestos de miesposa, pero no era lo que creía, después de ese instante, Ana comenzó a gemirfuertemente, moviendo sus caderas con un ritmo frenético, meciéndose deadelante hacia atrás, buscando la mayor penetración que aquel falo pudiesedarle, sin embargo los gemidos de mi esposa no eran los únicos en el teatro,Miriam se encontraba cabalgando el dildo que su hija traía puesto.
Hypnos no tardo en cambiar a una posición más cómoda, se recortó sobresu espalda jalando hacia atrás a mi esposa, lo que provocó que su verga seintrodujera por completo, arrancando un gran gemido de la garganta de Ana, alser médico podía ver rasgos de dolor en su rostro, pero ello no le impedíaseguir con ese ritmo tan acelerado, por mi parte no podía dejar de pensar en lasalud de mi esposa, tenía miedo que pudiese sufrir un desgarre severo, pero denueva cuenta el tipo se encargó de distraer mi atención y tras 10 largosminutos hablo sin detener su esfuerzo “Karla, Miriam, deténganse necesito de suayuda con esta puta insaciable”, las dos mujeres no tardaron en acatar lasórdenes y se apresuraron a colocarse cerca de mi esposa, “Karla con tu pequeñojuguete quiero que tomes a esta puta por el coño, en su graduación deseo queexperimente una doble penetración, ¿te gustaría sentir eso verdad puta?”, unapequeña alarma se encendió en mi mente, aquello podía lesionar a mi mujer, enel fondo pedía que mi esposa se despertara del trance y se fuera de ahí, perola respuesta de mi esposa, que dio entre gemidos, sepulto mi esperanza, “siAMO, claro, lo que usted quiera, estoy para complacerlo, ¡¡¡ah!!!” un grito dedolor se produjo cuando Karla la penetro sin mayor ceremonia, ya no podía verclaramente la cara de Ana pero su cuerpo temblaba, bastante, “Miriam tú serásla encargada de comerle el coño y sus senos, estimularemos a esta guarra lomáximo para que aprenda a que no debe aceptar apuestas de extraños”, a partirde ese instante, parecía que todo pasaba en cámara lenta, Miriam se postraba allado de mi esposa lamiendo intensamente su clítoris y sus pezones, por unsegundo mire el rostro de Ana, mi esposa, estaba completamente desencajado, susojos estaban casi en blanco, sus gemidos delataban que recibía una grancantidad de placer, su respiración se aceleraba, se estaba hiperventilando,sabía que de seguir así se desmallaría en poco tiempo, mire a mi alrededor ytodos estaban estupefactos por la escena, parecía que yo era el único al querealmente le preocupaba si le ocurría algo a mi esposa.
Después de lo que me pareció una eternidad viendo el rostrosobrecargado de mi esposa en éxtasis, tuve razón, Ana dio un gemido largo y muyfuerte, resultado obviamente de un gran orgasmo, “Valla que les parece a todos,esta puta se ha desmallado, creo que hemos cumplido el objetivo esclavas,Miriam limpia el culo de esta guarra, que lo he llenado se semen y tu Karlalimpia mi verga con tu boca, no quiero que quede ningún tipo de sustanciacuando termines”, movidas por ese obscuro deseo las dos mujeres, madre e hija,atendían a las órdenes de Hypnos, Miriam coloco boca abajo a mi esposa yabriéndole las nalgas comenzaba a pasar su lengua por su culo, sin embargo nose apreciaba mayor detalle, no era así con Karla, ella sostenía con sus manosel falo aquel y lo lamia con mucho cuidado, procurando no dejar excesos desaliva y limpiar en su totalidad a su paso.
Sin embargo mi preocupación era otra, estaba bastante consternado alver a mi esposa inmóvil en el suelo, al principio creía que se habíadesmallado, pero conforme pasaron los minutos comencé a tener dudas, mepreguntaba si no era parte del acto de Hypnos y que el mismo había hecho que miesposa perdiera el conocimiento, después de todo lo que le había hecho hacer aAna, parecía que eso ultimo sería lo más sencillo de lograr, de cualquiermanera no tendría forma de saberlo hasta que la pesadilla terminada porcompleto.
“señoras y señores, es así como llega al final nuestra actuación, siles ha parecido de su agrado no duden en recomendarnos con sus amigos y susconocidos, para mí ha sido un honor y un placer actuar frente a todo ustedes,no se preocupen por mis bellas voluntarias me tomara algunos minutosdesprogramarlas, lo cual no es divertido y por ello no forma parte del show.Les deseo que tengan una velada maravillosa, manejen con cuidado a sus casas”,el telón se cerraba, el aplauso de los presentes estremecedor, risas, ovacionesy muchas expresiones de asombro se escuchaban en aquel lugar, pero para mí nohabía asombro, ni admiración, solo miedo, un pavor enorme me dominaba, mepreguntaba qué sería de mi esposa, que debía hacer, esperarla dentro delteatro, irme a casa y rogar porque llegara con bien esta misma noche o el díasiguiente. El recinto se fue vaciando mientras los minutos transcurrían, muchose habían quedado esperando ser testigos de algo más, pero al cabo de 10minutos fue evidente que ahí nada más ocurriría, pero yo no podía darme eselujo, debía esperar.
Mi reloj marcaba ya las 2.45 de la mañana cuando recibí una llama alcelular, en la pantalla nuevamente aparecía el nombre de mi esposa, Ana, dudeen contestar pensando que podría responderme Hypnos, pero al cuarto timbrazodecidí contestar “…bueno… cariño, soy yo, Ana” por fin la voz de mi esposa,“Amor… estoy afuera del teatro, por favor… ven por mi” su voz se escuchaba unpoco cortada, como si hubiese estado llorando, sin detenerme a pensar en eltema corrí por el teatro hacia la salida, jamás lo había hecho tan rápido, entan solo un instante ya estaba en la puerta, a un par de metros de ella, perono estaba sola. Mi esposa al verme llegar quiso correr para abrazarme, pero eraobvio que estaba herida, por lo que solo avanzo un par de pasos y se desplomohacia el frente, por fortuna ya estaba muy cerca de mí y pude evitarle lacaída, abrazándola lo más fuerte que pude, mientras sentía sus lágrimas en micuello.
“que conmovedora escena, al verlos casi me siento culpable por loocurrido, pero siendo sincero me hace sentirme mucho mejor”, sabía que Hypnosestaba hablando pero solo me importaba llevarme a mi mujer y atenderle susheridas, “mi amor ¿estás bien?, ¿puedes caminar?”, Ana solo pudo mirarme consus ojos enrojecidos por el llanto, pero no esbozo palabra alguna, “la puta notiene permiso para hablar, así que no puede decirte nada mientras yo no lodecida, tendrás que arreglarte primero conmigo para podrá llevártela a casa”,de nuevo la impotencia se apodero de mí y abrazando más fuerte a mi mujerenfrente a Hypnos, “hijo de puta, déjala ir ya, dijiste que si me comportaba entu estúpido show la dejarías ir, ahora cumple tu maldita palabra y déjanos enpaz”, pude sentir como mi esposa se aferraba a mí con gran fuerza mientras sehacía más audible su llanto, “valla que estúpido eres, Ana porque no leexplicas la situación a idiota de tu marido”, soltándose un poco de mis brazos,lo suficiente para que pudiéramos vernos de frente mi esposa hablo, “mi amor,por favor, no lo molestes, no sabes de lo que es capaz, por favor te lo pido,lo único que quiero es irme contigo a casa y…” con el coraje que me dio queella intentara defenderlo, sin pensar en que pudiera estar intentado defenderseella misma de él, la interrumpí bruscamente, “no puede ser que lo defiendasAna, por dios, después de todo lo que ha hecho, además no me parece que ahoraestés bajo hipnosis, tu mirada no luce como en el teatro, quizá ya te haliberado y solo está jugando con nosotros”, sentí nuevamente los brazos de miesposa rodearme y aferrarse a mi espalda con todas su fuerzas, su llantocontinuaba y su cuerpo temblaba con pavor mientras Hypnos hablaba, “Ana pareceque tu esposo no ha escarmentado, ha visto el poder de la hipnosis y no puedecreer que aunque te permita conservar tu personalidad, aun harás todo en cuantote ordene, quizá debas recordarle quién eres”, por un segundo el temblordesapareció y justo detrás de mi oído sentía como mi esposa intentaba noresponder pero al final lo hizo, “…soy… su… esclava… AMO, su… puta, una guarraque… haría cualquier cosa por usted” y al terminar volvía a sentir el temblor yel sollozo de su llanto.
“mi amor no sé cómo lo ha logrado, pero él me ha hecho algo y nopuedo, oh dios mío, me ha dicho que si no aceptas sus términos me llevaraconsigo y no volveremos a vernos, por favor, no lo provoques para que podamosirnos a casa”, “basta esclava, parece que tu esposo necesita otra demostraciónde mi poder sobre ti”, sin que pudiese hablar para decir algo Hypnos volvía atomar la palabra, “escúchame bien esclava, te hare unas simples preguntas yquiero que contestes con completa sinceridad, si intentas mentir, sabes lo quete espera” con una voz ahogada en llanto mi esposa aceptaba los términos deHypnos.
“¿Antes de esta noche te habías sentido atraída a la hipnosis?” “…si,desde… desde que era adolescente”
“¿Antes de mí, alguien más te hipnotizó?” “… no… nadie, usted fue elprimero”
“¿dime que te pareció el show?” “fue horrendo… macabro… una pesadilla”
“Ana te recuerdo que si mientes me daré cuenta, ¿dime te gusto cuandoMiriam se comía tu culo?” “… … … s… i…” “Dilo fuerte y claro puta, notartamudees” “sí, me gusto cuando Miriam se comía mi culo”
“ves como no es tan difícil ser sincera, Ana ahora dime ¿disfrutastelamer el coño de la pequeña Karla?” “sí, si lo disfruté”
“¿gozaste cuando te comiste mi verga?” “sí, AMO lo gocé”, en eseinstante sentí que los brazos de mi esposa se relajaban hasta soltarse,mientras su cabeza caía hacia el frente y permanecía inmóvil, con sus preguntasy haciéndole recordar lo ocurrido, Hypnos había hecho que callera en trancenuevamente
“¿Qué fue lo que más te gusto del show puta?, “sin duda AMO, cuando mepenetro por el culo, y después cuando Karla me dio por el coño, mientras Miriamme recorría con su lengua todo el cuerpo y de pronto usted me ordeno tener unorgasmo tan fuerte que me haría perderme irremediablemente bajo su poder y tanprofundo en la hipnosis que sin importar que ocurriera después, siempre seriasu puta y usted mi AMO”
“como puedes ver la voluntad de tu esposa me pertenece, así que te doyla oportunidad de que la lleves a casa, sé que como médico te va muy bien, porlo que solo te costara 500,000 euros recobrarla”, mi sangre se helo, meparalice, esa cantidad era todo lo que había ahorrado para terminar de estudiarnuestra especialidad, quizá mi esposa se le dijo, bueno no importaba, no teníamás opción que entregarle el dinero, tome mi chequera del saco y le extendí elcheque por la cantidad acordada, el tomo el cheque con una sonrisa en su rostrodio media vuelta y chasqueo sus dedos tres veces.
Vi de pronto que el cuerpo de mi esposa recobraba movimiento y seincorporaba lentamente, “cariño lo lamento, creo que me he desmallado, quizátrabajar doble turno en el hospital me ha afectado y me he desvanecido”, lamire con un rostro lleno de incredulidad, acaso había olvidado todo loocurrido, me pregunte si la pesadilla se había terminado al fin.
“¿no recuerdas nada Ana?”, “lo último que recuerdo es que salimos delhospital después de trabajar doble turno para ir al ballet y de pronto sentí unmareo y bueno creo que perdí el conocimiento, dime ¿Cuánto tiempo estuveinconsciente, aun podemos ir al ballet?”, respire aliviado tome a mi esposa yla abrace con tanta fuerza como pude, mientras caminamos rumbo al carro leexplique que estuvo casi 3 horas inconsciente y que por ese motivo no habíaforma de llegar al ballet.
Ya en el auto mientrasmanejábamos a casa, iba pensando en todo lo ocurrido en esos días,reflexionando sobre si algún día ella lo recordaría o yo debía fingir que nuncaocurrió nada, mi esposa dormía plácidamente en el asiento del copiloto, pero aun par de cuadras de la casa, su celular sonó, lo que de inmediato le despertó,“habla la Dr. Ana Rivas, ¿en qué puedo ayu…”, mi esposa no pudo terminar lafrase, en ese momento supe que era Hypnos quien le hablaba, “si AMO, siempreseré su más ferviente esclava, si AMO obedeceré todo en cuanto me ha ordenado,no AMO jamás”, tras escuchar un chasquido mi esposa volvía en sí, “no, númeroequivocado, si claro no se preocupe” y terminaba la llamada, al ver mi miradade intriga me explico, “parece que la gente vive cada vez más despistada, eraun señor que intentaba marcar al banco, ¿no es extraño? Al banco a esta hora…” unpinchazo recorrió toda mi espalda mientras mi esposa me sonreía con dulzura…
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