Ella abrió los ojos y miró sin decir nada, entonces vio como Javier pasaba un dedo por el centro de su vulva y después por cada uno de sus labios vaginales, comenzó a temblar y empujó sus caderas hacia delante buscando con avidez ese dedo, necesitaba sentirlo dentro, como le gustaría que su suegro follase su coño con él, movía sus caderas de forma cada vez más perceptible pero no acertaba a encontrarlo, cuando notaba que lo tenía en la entrada de su coño, éste se retiraba y tenía que volver a moverse buscándolo, mientras, veía como Javier seguía enfocándola con el móvil, pero no le importaba, lo que necesitaba con desesperación es que éste follase su coño con ese dedo huidizo.
Javier se dio cuenta que estaba totalmente entregada, así que decidió forzar más la situación, pidió a Nuria que se pusiese de rodillas en el sillón con los brazos y la cabeza apoyados en la parte alta del respaldo y que se subiese el picardías hasta las caderas, ella así lo hizo, Javier disparó un par de fotos desde atrás, la pidió que separase las piernas y subiese la cola todo lo que pudiese, ella obedeció y Javier pudo admirar en todo su esplendor el redondo y torneado culo de su nuera, hizo una foto y se aproximó, ahora podía ver con toda claridad el anillo marrón que bordeaba el ano, ya que la tira del tanga a penas tapaba el rugoso y cerrado esfínter, sin ningún disimulo cogió con sus dedos el hilo del tanga y lo apartó a un lado dejando a la vista ese delicioso círculo marrón, ella al notarlo se giró, pero no dijo nada y bajó la cabeza, Javier al verlo dijo que se volviese para mirar, quería que viera como él hacia fotos de sus zonas más intimas, bajo su mirada deslizó un dedo hacia la vulva y notó la tremenda humedad que tenía, entonces recogió los flujos que resbalaban por ésta y los subió a lo largo del perineo hasta llegar al esfínter, lo recorrió circularmente una y otra vez, después descendió pasando nuevamente el dedo por el perineo, lo impregnó con sus flujos y volvió a ascender por el mismo camino, esta vez dejó el dedo presionando el esfínter, ella se encogió cerrándolo, pero su suegro le dio un cachetazo fuerte en el glúteo, Nuria dejó de apretar y Javier presionó de nuevo con su dedo, el esfínter se abrió ligeramente y la yema del dedo accedió al interior, ella movió sus caderas hacia atrás, pero Javier sacó el dedo rápidamente y volvió a recorrer circularmente el anillo anal, percibió como su nuera movía la cadera atrás y circularmente buscando el dedo, sin duda quería que la penetrase con él, pero no, aún no era el momento, quería alargar esto todo lo que pudiera, deseaba continuar jugando con ella y demostrar que la tenía en sus manos. Mientras pensaba esto siguió haciendo fotos de ese delicioso culo, levantó la mirada y vio como Nuria miraba con desesperación como jugaba con ella sin darle el esperado premio.
Nuria estaba totalmente excitada, había perdido el control y no podía comprender lo que había ocurrido, había pasado de controlar a ser controlada, actuaba obedientemente haciendo todo lo que su suegro pedía. ¡Y le gustaba! La encantaba esa sensación de sumisión.- Pídeme lo que quieras y lo haré- Pensó. Ahora había pedido que se pusiese de rodillas sobre el sillón y se subiese el picardías por encima de la cadera, sin dudarlo lo había hecho, él estaba detrás, iba a mostrarle su torneado y respingón culo, deseaba que lo admirase, para eso iba al gimnasio, para tener un culo perfecto que hiciese volver la vista a los hombres. Se colocó como le había pedido, ahora él haría algunas fotos y después la pediría que adoptase una nueva postura, ya estaba preparada para hacerlo, pero no, de repente notó como su suegro retiraba la tira del tanga y dejaba su ano al descubierto. ¿Qué debía hacer? Estaba cruzando el límite, no la había movido para colocarla bien como antes, lo había hecho para fotografiar su trasero desnudo, se giró, vio como estaba tomando un primer plano de su esfínter y sintió una gran excitación –Siii, que lo vea bien, me encanta que me mire- y volvió a mirar al frente. Pero no, él pidió que siguiese mirando. -¡Que cabrón, quiere que miré como me desnuda! Y porque no, me gusta que me toque, quiero ver como lo hace- Sintió como deslizaba el dedo y bajaba a su vulva, después subía y recorría su anillo anal. –¡Siii, como me gusta!- volvió a bajar y acariciar su vulva. –¡Mételo dentro por Dios! Estoy deseando que me folles el coño con ese dedo-.
Pero no, una vez más subió hasta llegar a su ano, pero ahora no lo acariciaba circularmente, estaba presionando en él, no podía ser, ni siquiera su marido había penetrado ese espacio, no quería que su suegro lo hiciera y se encogió apretando con fuerza, pero éste la dio una nalgada y ella instintivamente cedió, al hacerlo sintió como el dedo rompía la presión y penetraba su esfínter virgen. – ¡Dios lo ha hecho! ¡Acaba de penetrarme el culo! ¿Qué hago ahora, me quejo y se acaba todo o le permito que siga invadiendo mi cavidad anal?- Mil cosas le pasaban por la mente en ese momento, lo que tenía claro es que no quería que su suegro parase. -No duele, pensó, es más, se siente rico- Por fin sentía que la penetraban, hacia muchísimo que no mantenía relaciones sexuales y ésta era una sensación agradable. Empujó sus caderas hacia atrás buscando una penetración más profunda, quería que el dedo explorase más a fondo su orifico anal pero no lo conseguía, el dedo había abandonado su rosada cueva y estaba acariciando el exterior, miró a sus suegro casi suplicante, pero éste la ignoraba y seguía haciendo fotos.
JAVIER.- Ahora túmbate en el sofá boca arriba y con las piernas bien abiertas.
Si esperar un segundo obedeció, cuando se tumbó y abrió las piernas observó que el tanga era tan diminuto que no podía tapar su vulva hinchada, intentó taparse un poco, más que nada para justificarse delante de su suegro, pero éste se puso entre sus piernas y con dos dedos retiró por completo la telilla del tanga, ella se lo permitió sin decir nada. Javier no paraba de hacer fotos de su coño desnudo y ella con su silencio estaba dándole autorización para hacerlo, de repente él pasó dos dedos por el canal de su vulva metiendo las yemas dentro y humedeciéndolos con sus flujos, los subió hasta el capuchón del clítoris, lo retiró con suavidad y lo masajeó con ambos dedos. Nuria no paraba de mirar como Javier acariciaba su clítoris, sentía vergüenza al hacerlo porque él la miraba de vez en cuando, pero no quería perder ni un detalle, necesitaba ver como su suegro estaba masturbándola, después de unos segundos se abandonó y reclinó su cabeza en el sofá gimiendo sin parar. -¡Dios, me voy a correr, me voy a correr! Pensó.-
Esperaba que Javier siguiese masturbándola a ese ritmo, notaba que el orgasmo estaba próximo. Entonces Javier dejó de acariciar su clítoris y tapó la vulva con el tanga. – Nooo, por favor, no pares, sigue, sigue- pensaba, pero no se atrevía a decirlo en voz alta, no quería pedir a su suegro que terminase de masturbarla, sentía mucha vergüenza. De forma inconsciente metió la mano bajo el tanga y comenzó a tocarse, llevó su dedo medio al clítoris y continuó con lo que había dejado a medias su suegro. – Necesito correrme, necesito correrme- no paraba de pensar en ello. -Este cabrón ha parado cuando estaba a punto ¡Joder!-. Su dedo se movía de forma acelerada dentro del tanga, entonces Javier dio un tirón y lo apartó, ahora podía ver sin obstáculos como se pajeaba el coño, ella subía y bajaba las caderas rítmicamente mientras seguía tocándose sin parar y gimiendo cada vez más alto, ya no podía más, necesitaba tener algo dentro, así que llevó la otra mano entre sus piernas y metió tres dedos en su vagina, comenzó a meterlos y sacarlos con fuerza, estaba follándose el coño con sus propios dedos, miró a Javier y vio que estaba enfocando la cámara a su coño, pero no le importó, continuó penetrándose de forma violenta, gemía alto y miraba a su suegro, éste entonces enfocó el móvil a su cara, ella mantuvo la mirada fijamente mientras gemía, quería que él viera en primer plano como disfrutaba, entonces notó que se aproximaba el orgasmo.
NURIA.- ¡Me corro, me corro! Dios, que bueno.
Apretó con fuerza sus piernas al tiempo que metía los dedos lo más profundo que podía en su coño. Javier se aproximó a ella, acaricio su pelo y la besó en la frente. Ella abrió los ojos sonriendo.
NURIA.- ¡Eres un cabrón! Me has dejado a medias.
JAVIER.- Pero tu lo has terminado muy bien.
NURIA.- ¿Te ha gustado? ¿Has hecho buenas fotos?
JAVIER.- Las mejores, ahora te las paso para que las veas.
NURIA.- ¿Puedo seguir siendo tu modelo entonces?
JAVIER.- Siempre que quieras.
NURIA.- El próximo viernes entonces, estaré esperando impaciente toda la semana. Pero con una condición.
JAVIER.- ¿Cual?
NURIA.- Tú también tienes que participar.
Continuará...
Javier se dio cuenta que estaba totalmente entregada, así que decidió forzar más la situación, pidió a Nuria que se pusiese de rodillas en el sillón con los brazos y la cabeza apoyados en la parte alta del respaldo y que se subiese el picardías hasta las caderas, ella así lo hizo, Javier disparó un par de fotos desde atrás, la pidió que separase las piernas y subiese la cola todo lo que pudiese, ella obedeció y Javier pudo admirar en todo su esplendor el redondo y torneado culo de su nuera, hizo una foto y se aproximó, ahora podía ver con toda claridad el anillo marrón que bordeaba el ano, ya que la tira del tanga a penas tapaba el rugoso y cerrado esfínter, sin ningún disimulo cogió con sus dedos el hilo del tanga y lo apartó a un lado dejando a la vista ese delicioso círculo marrón, ella al notarlo se giró, pero no dijo nada y bajó la cabeza, Javier al verlo dijo que se volviese para mirar, quería que viera como él hacia fotos de sus zonas más intimas, bajo su mirada deslizó un dedo hacia la vulva y notó la tremenda humedad que tenía, entonces recogió los flujos que resbalaban por ésta y los subió a lo largo del perineo hasta llegar al esfínter, lo recorrió circularmente una y otra vez, después descendió pasando nuevamente el dedo por el perineo, lo impregnó con sus flujos y volvió a ascender por el mismo camino, esta vez dejó el dedo presionando el esfínter, ella se encogió cerrándolo, pero su suegro le dio un cachetazo fuerte en el glúteo, Nuria dejó de apretar y Javier presionó de nuevo con su dedo, el esfínter se abrió ligeramente y la yema del dedo accedió al interior, ella movió sus caderas hacia atrás, pero Javier sacó el dedo rápidamente y volvió a recorrer circularmente el anillo anal, percibió como su nuera movía la cadera atrás y circularmente buscando el dedo, sin duda quería que la penetrase con él, pero no, aún no era el momento, quería alargar esto todo lo que pudiera, deseaba continuar jugando con ella y demostrar que la tenía en sus manos. Mientras pensaba esto siguió haciendo fotos de ese delicioso culo, levantó la mirada y vio como Nuria miraba con desesperación como jugaba con ella sin darle el esperado premio.
Nuria estaba totalmente excitada, había perdido el control y no podía comprender lo que había ocurrido, había pasado de controlar a ser controlada, actuaba obedientemente haciendo todo lo que su suegro pedía. ¡Y le gustaba! La encantaba esa sensación de sumisión.- Pídeme lo que quieras y lo haré- Pensó. Ahora había pedido que se pusiese de rodillas sobre el sillón y se subiese el picardías por encima de la cadera, sin dudarlo lo había hecho, él estaba detrás, iba a mostrarle su torneado y respingón culo, deseaba que lo admirase, para eso iba al gimnasio, para tener un culo perfecto que hiciese volver la vista a los hombres. Se colocó como le había pedido, ahora él haría algunas fotos y después la pediría que adoptase una nueva postura, ya estaba preparada para hacerlo, pero no, de repente notó como su suegro retiraba la tira del tanga y dejaba su ano al descubierto. ¿Qué debía hacer? Estaba cruzando el límite, no la había movido para colocarla bien como antes, lo había hecho para fotografiar su trasero desnudo, se giró, vio como estaba tomando un primer plano de su esfínter y sintió una gran excitación –Siii, que lo vea bien, me encanta que me mire- y volvió a mirar al frente. Pero no, él pidió que siguiese mirando. -¡Que cabrón, quiere que miré como me desnuda! Y porque no, me gusta que me toque, quiero ver como lo hace- Sintió como deslizaba el dedo y bajaba a su vulva, después subía y recorría su anillo anal. –¡Siii, como me gusta!- volvió a bajar y acariciar su vulva. –¡Mételo dentro por Dios! Estoy deseando que me folles el coño con ese dedo-.
Pero no, una vez más subió hasta llegar a su ano, pero ahora no lo acariciaba circularmente, estaba presionando en él, no podía ser, ni siquiera su marido había penetrado ese espacio, no quería que su suegro lo hiciera y se encogió apretando con fuerza, pero éste la dio una nalgada y ella instintivamente cedió, al hacerlo sintió como el dedo rompía la presión y penetraba su esfínter virgen. – ¡Dios lo ha hecho! ¡Acaba de penetrarme el culo! ¿Qué hago ahora, me quejo y se acaba todo o le permito que siga invadiendo mi cavidad anal?- Mil cosas le pasaban por la mente en ese momento, lo que tenía claro es que no quería que su suegro parase. -No duele, pensó, es más, se siente rico- Por fin sentía que la penetraban, hacia muchísimo que no mantenía relaciones sexuales y ésta era una sensación agradable. Empujó sus caderas hacia atrás buscando una penetración más profunda, quería que el dedo explorase más a fondo su orifico anal pero no lo conseguía, el dedo había abandonado su rosada cueva y estaba acariciando el exterior, miró a sus suegro casi suplicante, pero éste la ignoraba y seguía haciendo fotos.
JAVIER.- Ahora túmbate en el sofá boca arriba y con las piernas bien abiertas.
Si esperar un segundo obedeció, cuando se tumbó y abrió las piernas observó que el tanga era tan diminuto que no podía tapar su vulva hinchada, intentó taparse un poco, más que nada para justificarse delante de su suegro, pero éste se puso entre sus piernas y con dos dedos retiró por completo la telilla del tanga, ella se lo permitió sin decir nada. Javier no paraba de hacer fotos de su coño desnudo y ella con su silencio estaba dándole autorización para hacerlo, de repente él pasó dos dedos por el canal de su vulva metiendo las yemas dentro y humedeciéndolos con sus flujos, los subió hasta el capuchón del clítoris, lo retiró con suavidad y lo masajeó con ambos dedos. Nuria no paraba de mirar como Javier acariciaba su clítoris, sentía vergüenza al hacerlo porque él la miraba de vez en cuando, pero no quería perder ni un detalle, necesitaba ver como su suegro estaba masturbándola, después de unos segundos se abandonó y reclinó su cabeza en el sofá gimiendo sin parar. -¡Dios, me voy a correr, me voy a correr! Pensó.-
Esperaba que Javier siguiese masturbándola a ese ritmo, notaba que el orgasmo estaba próximo. Entonces Javier dejó de acariciar su clítoris y tapó la vulva con el tanga. – Nooo, por favor, no pares, sigue, sigue- pensaba, pero no se atrevía a decirlo en voz alta, no quería pedir a su suegro que terminase de masturbarla, sentía mucha vergüenza. De forma inconsciente metió la mano bajo el tanga y comenzó a tocarse, llevó su dedo medio al clítoris y continuó con lo que había dejado a medias su suegro. – Necesito correrme, necesito correrme- no paraba de pensar en ello. -Este cabrón ha parado cuando estaba a punto ¡Joder!-. Su dedo se movía de forma acelerada dentro del tanga, entonces Javier dio un tirón y lo apartó, ahora podía ver sin obstáculos como se pajeaba el coño, ella subía y bajaba las caderas rítmicamente mientras seguía tocándose sin parar y gimiendo cada vez más alto, ya no podía más, necesitaba tener algo dentro, así que llevó la otra mano entre sus piernas y metió tres dedos en su vagina, comenzó a meterlos y sacarlos con fuerza, estaba follándose el coño con sus propios dedos, miró a Javier y vio que estaba enfocando la cámara a su coño, pero no le importó, continuó penetrándose de forma violenta, gemía alto y miraba a su suegro, éste entonces enfocó el móvil a su cara, ella mantuvo la mirada fijamente mientras gemía, quería que él viera en primer plano como disfrutaba, entonces notó que se aproximaba el orgasmo.
NURIA.- ¡Me corro, me corro! Dios, que bueno.
Apretó con fuerza sus piernas al tiempo que metía los dedos lo más profundo que podía en su coño. Javier se aproximó a ella, acaricio su pelo y la besó en la frente. Ella abrió los ojos sonriendo.
NURIA.- ¡Eres un cabrón! Me has dejado a medias.
JAVIER.- Pero tu lo has terminado muy bien.
NURIA.- ¿Te ha gustado? ¿Has hecho buenas fotos?
JAVIER.- Las mejores, ahora te las paso para que las veas.
NURIA.- ¿Puedo seguir siendo tu modelo entonces?
JAVIER.- Siempre que quieras.
NURIA.- El próximo viernes entonces, estaré esperando impaciente toda la semana. Pero con una condición.
JAVIER.- ¿Cual?
NURIA.- Tú también tienes que participar.
Continuará...
1 comentarios - Mi Nuera C4