A Javier se le cambió la cara, ella le daba una nueva oportunidad de disfrutar de ese cuerpo tan voluptuoso y mañana iba a aprovecharla sin ninguna duda, ahora se había dado cuenta que lo ocurrido el viernes anterior no fue fruto del alcohol, ella en este momento no estaba bebida y seguía provocándole, así que ahora tenía claro como debería actuar al día siguiente.
NURIA.- Bueno Javier, ahora déjame para que me cambie.
Después fueron a la sección de moda joven y ella se compró un vestido blanco mini con un gran escote.
La noche siguiente Javier llevó para la cena un Rioja reserva, jamón ibérico, un excelente queso manchego curado y ventresca de atún ahumada, y para los postres unos bocaditos de nata y una botella de Ron miel. Como siempre, recogió a su nieto y le llevó a casa, una vez dormido preparó todo sobre la mesa del salón y esperó la llegada de su nuera.
Cuando Nuria llegó se sorprendió al ver que todo estaba tan organizado, miró admirada y le dijo que se lo había currado mucho y ahora le tocaba a ella dar el toque final, sacó varias velas de un cajón, las encendió y las puso sobre la mesa, a continuación apagó algunas luces y fue a su habitación a ducharse y cambiarse para la cena.
Javier estaba nervioso, tenía claro que su nuera se había propuesto excitarle a toda costa, como ya lo hizo en la cena anterior y en el probador cuando compró la lencería, ahora era él quien iba a tomar el mando de la situación, espero un rato hasta que ella apareció, llevaba el vestido blanco que compró el día anterior, al ser mini dejaba ver sus esbeltas piernas y el escote dejaba adivinar esos voluminosos pechos, entró en el salón, se paró y giró sobre sí misma, miró con impaciencia a su suegro y le preguntó que le parecía, él asintió diciendo que se ajustaba perfectamente a su cuerpo marcando sus curvas, ella sonrió y se acercó para sentarse frente a él, tomaron las copas y comenzaron a beber y charlar. A medida que avanzaba la cena la conversación iba derivando a temas relacionados con el sexo, pero Javier no profundizaba mucho, quería que fuese ella quien llevase la iniciativa.
Nuria le notaba muy frio, ella se había sentado en el sofá abriendo ligeramente las piernas y de vez en cuando se inclinaba hacia delante mostrando su pronunciado escote, su intención no era otra que su suegro dirigiese su mirada al escote o al hueco de su falda, pero eso no ocurría, en toda la noche no le había pillado ni una vez mirándola hacia sus zonas intimas, ella por su lado miraba de reojo para ver si su suegro daba muestras de tener una erección, pero tampoco ocurría, esto la estaba preocupando. -¿Habrá perdido el interés por mi? ¿No seré la mujer atractiva que yo pensaba? Tendré que poner más de mi parte para excitarle.- Pensó- Con el dedo cogió un poco de nata de los bocaditos y lo llevó a la boca, comenzó a chuparlo despacio y le dijo a su suegro.
NURIA.- Hoy no has hecho ninguna foto. ¿Te apetece hacerme alguna?
JAVIER.- Claro, por que no.
Nuria separó más las pierna dejando ver perfectamente el culotte rojo recién comprado, al mismo tiempo se inclinó hacia adelante apoyando los codos en las rodillas y mostrando el escote a través del cual se veía el canalillo impresionante que formaban sus dos grandes pechos, cogió nata con el dedo nuevamente y lo metió entre sus labios mirando sensualmente a la cámara del móvil. Preguntó si así estaba bien, pero Javier no respondió, solo se limitó a lanzar una foto tras otra, por lo que ella fue moviéndose y posando de forma cada vez más sensual.
Después de un rato, y viendo que Javier no demostraba excesivo interés, le dijo que iba a cambiarse de ropa. Salió del salón y fue a su habitación, estaba nerviosa y preocupada, las cosas no estaban saliendo como ella esperaba, tenía que hacer todo lo posible para conseguir excitarle como la vez anterior, si, haría lo que fuese por lograrlo, cogió el móvil y miró las fotos del viernes anterior, solo con verlas comenzó a excitarse. - ¡Que caliente fue la sesión de fotos! Nada más acabar de posar para él tuvo que masturbarse- haría lo mismo, enseñaría su sexo si fuera necesario, pero quería volver a sentir las mismas sensaciones de nuevo, quería sentirse bella, sexy, quería demostrase a si misma que era capaz de conseguir que cualquier hombre la deseara. Inmediatamente cogió el juego de lencería negro que le había comprado su suegro y se lo fue poniendo poco a poco, cuando lo tuvo puesto se miró en el espejo y pensó – ¡Estoy irresistible, ahora haré con él lo que quiera!-
Javier estaba sentado en el sofá viendo las fotos que acaba de hacer, entonces levantó la cabeza y se quedó hipnotizado con lo que tenía delante, su nuera estaba en la puerta del salón con el picardías negro, zapatos con tacón de aguja y el pelo rubio recogido en una coleta. No era capaz de reaccionar, delante de él tenía una autentica diosa, el picardías transparente dejaba ver el sujetador, que era incapaz de tapar los inmensos pechos, y el diminuto tanga que a duras penas cubría los labios vaginales, el liguero, los zapatos de tacón y sus torneadas piernas la hacían aún más esbelta.
NURIA.- ¡Dime algo por favor! ¿Estoy guapa así? Con el vestido de antes me ha parecido que no te gustaba.
Javier era incapaz de articular palabra, su pene se había disparado y ahora tenía un bulto bastante prominente entre sus piernas.
JAVIER.- ¡Impresionante! Estás impresionante, no nos equivocamos al comprar este conjunto, está hecho para ti.
Ella sonrió satisfecha y se acercó al sofá, cogió una copa, se sirvió un chupito de ron y se lo bebió de un trago, después sirvió dos más y le dio uno a su suegro pidiendo que brindase con ella, nuevamente se lo bebió de un trago, empezó a notar como el calor subía por su cuerpo.
NURIA.- Bueno, es hora de la sesión de fotos. ¿Empezamos?
Javier asintió y la dijo que se colocase de pie junto a la mesa alta, primero de espaldas a esta apoyando las manos en ella y con las piernas cruzadas, hizo varias fotos, a continuación pidió que se inclinase un poco hacia tras y separase las piernas, después de frente a la mesa, con los codos apoyados en ésta y sacando la cola hacia atrás, Nuria posaba y él hacia fotos. Después de varias poses Javier dio por terminada la sesión. Nuria no podía creerlo, no la había tocado ni una vez, no la había pedido que posase mostrando más su sexo, ya no tenía interés por ella, si su suegro que era un hombre maduro y divorciado no le prestaba atención, quien iba a hacerlo, sintió una gran decepción y ansiedad y notó que casi se le saltaban las lagrimas, no podía ser, tenía que hacer algo ya. Se acercó a la mesa se tomó un nuevo chupito y dijo.
NURIA.- ¿Hoy no vas a hacerme fotos más sugerentes?
Javier se dio cuenta que ahora la tenía en su terreno, así que iba a forzar la máquina a tope.
JAVIER.- ¿Quieres que te las haga?
NURIA.- Si a ti te apetece.
JAVIER.- No, si a mí me apetece no, repito ¿Tu deseas que te haga fotos más "sugerentes"?
Nuria se sentía violenta, si decía que no se acababa todo, pero si decía que si demostraba que le gustaba que él la mirase y la hiciese fotos subidas de tono. Dudó unos segundos, pero inmediatamente dijo que sí.
JAVIER.- Entonces quieres que te haga fotos sensuales y provocativas. ¿Verdad?
Nuria no sabía dónde meterse, repentinamente le habían subido los colores a las mejillas y se encontraba nerviosa, su suegro la pedía de nuevo que admitiese que quería que la hiciese fotos guarras.
NURIA.- Siiii, quiero que me las hagas.
JAVIER.- Ok, entonces posarás como yo te pida, harás todo lo que yo te diga y no protestarás por nada, absolutamente por nada. ¿De acuerdo?
NURIA.- Vale, haré lo que me pidas.
Nuria estaba nerviosa y excitada, solo pensar que su suegro iba a fotografiar de nuevo su sexo hacia que éste comenzase a humedecerse, si no fuera porque Javier estaba allí comenzaría a tocarse de forma salvaje. Se sirvió otro chupito de ron y pensó –Me da igual lo que pida, lo haré de todas formas, me encanta hacerlo-.
Javier sonrió satisfecho, había conseguido lo que quería, miró su entrepierna y vio el tremendo paquete que tenía, instintivamente se acarició la polla por encima del pantalón, ahora iba a jugar con su nuera e iba a hacer lo que quisiera con ella.
Javier cogió a Nuria por la cintura y la pidió que se sentase en una silla con las piernas totalmente abiertas y la cabeza inclinada hacia atrás mirando el techo. Hizo una foto lejana, después se acercó pidió que se inclinase hacia adelante, cogiese sus tetas con ambas manos y las subiese hacia arriba, ella lo hizo sin mucha decisión, así que Javier cogió con sus manos las tetas de su nuera, las acarició y movió arriba y abajo un par de veces pellizcando también los pezones, para después colocarlas bien arriba de forma que casi se salían del sujetador, bajó la mano a su entrepierna y se tocó el pene sin disimulo, después cogió las manos de ella y dijo que sujetase las tetas en esa posición.
Nuria, al percibir el roce de las manos de su suegro en sus pechos y el posterior pellizco en sus pezones, vio como éstos se erguían y saltaban del sujetador, sintió un escalofrío, instintivamente miró a Javier y observó como éste acariciaba su miembro por encima del pantalón, esto causó en ella una gran satisfacción y notó como su sexo volvía a lubricarse, seguro que el triangulo de su tanga estaba ya empapado y deseaba que él lo viese.
Cuando Javier se lo pidió, sujetó las tetas elevándolas y sonriendo a la cámara del móvil
Javier hizo una foto de los pechos vistos desde arriba, después otra de frente, a continuación se puso de rodillas entre las piernas, colocó la cámara a menos de una cuarta del tanga de su nuera y enfocó hacia éste, como no le pareció bien como quedaba, puso las manos en las caderas de ella y tiró hacia delante para que se sentase en el borde de la silla, separando después completamente sus piernas y pidiendo a Nuria que dejase caer su cabeza a un lado y entornase ligeramente los ojos.
Javier la miró y vio que estaba sentada pero tenía casi medio culo fuera, lo que hacía que su vulva quedase totalmente expuesta, el tanga era incapaz de taparla ya que se había metido entre los labios y estos aparecían por ambos lados. Al verlo, colocó un dedo a cada lado del triangulo frontal del tanga y los deslizó lentamente hacia abajó metiéndolos en la vulva de su nuera para sacar el tanga hacia afuera, al hacerlo notó como Nuria soltaba una descarga de sus flujos y empapaba por completo sus dedos, levantó la vista y pudo ver como ella, con los ojos semicerrados, le miraba fijamente mordiéndose los labios, esperó unos segundos por si tenía alguna reacción negativa y protestaba por lo sucedido, pero eso no ocurrió, así que metió de nuevo un dedo debajo del tanga y lo deslizó por los labios arriba y abajo recogiendo los flujos visibles y separando el tanga para colocarlo bien. Con el móvil disparó varias fotos, quiso hacer otras tomas y para ello cogió el tanga y tiró fuerte de él hacia arriba, esto hizo que se metiese en el canal de su vulva y los labios apareciesen por los lados, su nuera no paraba de lubricar y los flujos resbalaban claramente por ellos, vio que Nuria gemía casi imperceptiblemente y tenía los ojos cerrados, la dio una cachetada en la pierna diciendo.
JAVIER.- No cierres los ojos, quiero que veas bien lo que hago.
Continuará...
NURIA.- Bueno Javier, ahora déjame para que me cambie.
Después fueron a la sección de moda joven y ella se compró un vestido blanco mini con un gran escote.
La noche siguiente Javier llevó para la cena un Rioja reserva, jamón ibérico, un excelente queso manchego curado y ventresca de atún ahumada, y para los postres unos bocaditos de nata y una botella de Ron miel. Como siempre, recogió a su nieto y le llevó a casa, una vez dormido preparó todo sobre la mesa del salón y esperó la llegada de su nuera.
Cuando Nuria llegó se sorprendió al ver que todo estaba tan organizado, miró admirada y le dijo que se lo había currado mucho y ahora le tocaba a ella dar el toque final, sacó varias velas de un cajón, las encendió y las puso sobre la mesa, a continuación apagó algunas luces y fue a su habitación a ducharse y cambiarse para la cena.
Javier estaba nervioso, tenía claro que su nuera se había propuesto excitarle a toda costa, como ya lo hizo en la cena anterior y en el probador cuando compró la lencería, ahora era él quien iba a tomar el mando de la situación, espero un rato hasta que ella apareció, llevaba el vestido blanco que compró el día anterior, al ser mini dejaba ver sus esbeltas piernas y el escote dejaba adivinar esos voluminosos pechos, entró en el salón, se paró y giró sobre sí misma, miró con impaciencia a su suegro y le preguntó que le parecía, él asintió diciendo que se ajustaba perfectamente a su cuerpo marcando sus curvas, ella sonrió y se acercó para sentarse frente a él, tomaron las copas y comenzaron a beber y charlar. A medida que avanzaba la cena la conversación iba derivando a temas relacionados con el sexo, pero Javier no profundizaba mucho, quería que fuese ella quien llevase la iniciativa.
Nuria le notaba muy frio, ella se había sentado en el sofá abriendo ligeramente las piernas y de vez en cuando se inclinaba hacia delante mostrando su pronunciado escote, su intención no era otra que su suegro dirigiese su mirada al escote o al hueco de su falda, pero eso no ocurría, en toda la noche no le había pillado ni una vez mirándola hacia sus zonas intimas, ella por su lado miraba de reojo para ver si su suegro daba muestras de tener una erección, pero tampoco ocurría, esto la estaba preocupando. -¿Habrá perdido el interés por mi? ¿No seré la mujer atractiva que yo pensaba? Tendré que poner más de mi parte para excitarle.- Pensó- Con el dedo cogió un poco de nata de los bocaditos y lo llevó a la boca, comenzó a chuparlo despacio y le dijo a su suegro.
NURIA.- Hoy no has hecho ninguna foto. ¿Te apetece hacerme alguna?
JAVIER.- Claro, por que no.
Nuria separó más las pierna dejando ver perfectamente el culotte rojo recién comprado, al mismo tiempo se inclinó hacia adelante apoyando los codos en las rodillas y mostrando el escote a través del cual se veía el canalillo impresionante que formaban sus dos grandes pechos, cogió nata con el dedo nuevamente y lo metió entre sus labios mirando sensualmente a la cámara del móvil. Preguntó si así estaba bien, pero Javier no respondió, solo se limitó a lanzar una foto tras otra, por lo que ella fue moviéndose y posando de forma cada vez más sensual.
Después de un rato, y viendo que Javier no demostraba excesivo interés, le dijo que iba a cambiarse de ropa. Salió del salón y fue a su habitación, estaba nerviosa y preocupada, las cosas no estaban saliendo como ella esperaba, tenía que hacer todo lo posible para conseguir excitarle como la vez anterior, si, haría lo que fuese por lograrlo, cogió el móvil y miró las fotos del viernes anterior, solo con verlas comenzó a excitarse. - ¡Que caliente fue la sesión de fotos! Nada más acabar de posar para él tuvo que masturbarse- haría lo mismo, enseñaría su sexo si fuera necesario, pero quería volver a sentir las mismas sensaciones de nuevo, quería sentirse bella, sexy, quería demostrase a si misma que era capaz de conseguir que cualquier hombre la deseara. Inmediatamente cogió el juego de lencería negro que le había comprado su suegro y se lo fue poniendo poco a poco, cuando lo tuvo puesto se miró en el espejo y pensó – ¡Estoy irresistible, ahora haré con él lo que quiera!-
Javier estaba sentado en el sofá viendo las fotos que acaba de hacer, entonces levantó la cabeza y se quedó hipnotizado con lo que tenía delante, su nuera estaba en la puerta del salón con el picardías negro, zapatos con tacón de aguja y el pelo rubio recogido en una coleta. No era capaz de reaccionar, delante de él tenía una autentica diosa, el picardías transparente dejaba ver el sujetador, que era incapaz de tapar los inmensos pechos, y el diminuto tanga que a duras penas cubría los labios vaginales, el liguero, los zapatos de tacón y sus torneadas piernas la hacían aún más esbelta.
NURIA.- ¡Dime algo por favor! ¿Estoy guapa así? Con el vestido de antes me ha parecido que no te gustaba.
Javier era incapaz de articular palabra, su pene se había disparado y ahora tenía un bulto bastante prominente entre sus piernas.
JAVIER.- ¡Impresionante! Estás impresionante, no nos equivocamos al comprar este conjunto, está hecho para ti.
Ella sonrió satisfecha y se acercó al sofá, cogió una copa, se sirvió un chupito de ron y se lo bebió de un trago, después sirvió dos más y le dio uno a su suegro pidiendo que brindase con ella, nuevamente se lo bebió de un trago, empezó a notar como el calor subía por su cuerpo.
NURIA.- Bueno, es hora de la sesión de fotos. ¿Empezamos?
Javier asintió y la dijo que se colocase de pie junto a la mesa alta, primero de espaldas a esta apoyando las manos en ella y con las piernas cruzadas, hizo varias fotos, a continuación pidió que se inclinase un poco hacia tras y separase las piernas, después de frente a la mesa, con los codos apoyados en ésta y sacando la cola hacia atrás, Nuria posaba y él hacia fotos. Después de varias poses Javier dio por terminada la sesión. Nuria no podía creerlo, no la había tocado ni una vez, no la había pedido que posase mostrando más su sexo, ya no tenía interés por ella, si su suegro que era un hombre maduro y divorciado no le prestaba atención, quien iba a hacerlo, sintió una gran decepción y ansiedad y notó que casi se le saltaban las lagrimas, no podía ser, tenía que hacer algo ya. Se acercó a la mesa se tomó un nuevo chupito y dijo.
NURIA.- ¿Hoy no vas a hacerme fotos más sugerentes?
Javier se dio cuenta que ahora la tenía en su terreno, así que iba a forzar la máquina a tope.
JAVIER.- ¿Quieres que te las haga?
NURIA.- Si a ti te apetece.
JAVIER.- No, si a mí me apetece no, repito ¿Tu deseas que te haga fotos más "sugerentes"?
Nuria se sentía violenta, si decía que no se acababa todo, pero si decía que si demostraba que le gustaba que él la mirase y la hiciese fotos subidas de tono. Dudó unos segundos, pero inmediatamente dijo que sí.
JAVIER.- Entonces quieres que te haga fotos sensuales y provocativas. ¿Verdad?
Nuria no sabía dónde meterse, repentinamente le habían subido los colores a las mejillas y se encontraba nerviosa, su suegro la pedía de nuevo que admitiese que quería que la hiciese fotos guarras.
NURIA.- Siiii, quiero que me las hagas.
JAVIER.- Ok, entonces posarás como yo te pida, harás todo lo que yo te diga y no protestarás por nada, absolutamente por nada. ¿De acuerdo?
NURIA.- Vale, haré lo que me pidas.
Nuria estaba nerviosa y excitada, solo pensar que su suegro iba a fotografiar de nuevo su sexo hacia que éste comenzase a humedecerse, si no fuera porque Javier estaba allí comenzaría a tocarse de forma salvaje. Se sirvió otro chupito de ron y pensó –Me da igual lo que pida, lo haré de todas formas, me encanta hacerlo-.
Javier sonrió satisfecho, había conseguido lo que quería, miró su entrepierna y vio el tremendo paquete que tenía, instintivamente se acarició la polla por encima del pantalón, ahora iba a jugar con su nuera e iba a hacer lo que quisiera con ella.
Javier cogió a Nuria por la cintura y la pidió que se sentase en una silla con las piernas totalmente abiertas y la cabeza inclinada hacia atrás mirando el techo. Hizo una foto lejana, después se acercó pidió que se inclinase hacia adelante, cogiese sus tetas con ambas manos y las subiese hacia arriba, ella lo hizo sin mucha decisión, así que Javier cogió con sus manos las tetas de su nuera, las acarició y movió arriba y abajo un par de veces pellizcando también los pezones, para después colocarlas bien arriba de forma que casi se salían del sujetador, bajó la mano a su entrepierna y se tocó el pene sin disimulo, después cogió las manos de ella y dijo que sujetase las tetas en esa posición.
Nuria, al percibir el roce de las manos de su suegro en sus pechos y el posterior pellizco en sus pezones, vio como éstos se erguían y saltaban del sujetador, sintió un escalofrío, instintivamente miró a Javier y observó como éste acariciaba su miembro por encima del pantalón, esto causó en ella una gran satisfacción y notó como su sexo volvía a lubricarse, seguro que el triangulo de su tanga estaba ya empapado y deseaba que él lo viese.
Cuando Javier se lo pidió, sujetó las tetas elevándolas y sonriendo a la cámara del móvil
Javier hizo una foto de los pechos vistos desde arriba, después otra de frente, a continuación se puso de rodillas entre las piernas, colocó la cámara a menos de una cuarta del tanga de su nuera y enfocó hacia éste, como no le pareció bien como quedaba, puso las manos en las caderas de ella y tiró hacia delante para que se sentase en el borde de la silla, separando después completamente sus piernas y pidiendo a Nuria que dejase caer su cabeza a un lado y entornase ligeramente los ojos.
Javier la miró y vio que estaba sentada pero tenía casi medio culo fuera, lo que hacía que su vulva quedase totalmente expuesta, el tanga era incapaz de taparla ya que se había metido entre los labios y estos aparecían por ambos lados. Al verlo, colocó un dedo a cada lado del triangulo frontal del tanga y los deslizó lentamente hacia abajó metiéndolos en la vulva de su nuera para sacar el tanga hacia afuera, al hacerlo notó como Nuria soltaba una descarga de sus flujos y empapaba por completo sus dedos, levantó la vista y pudo ver como ella, con los ojos semicerrados, le miraba fijamente mordiéndose los labios, esperó unos segundos por si tenía alguna reacción negativa y protestaba por lo sucedido, pero eso no ocurrió, así que metió de nuevo un dedo debajo del tanga y lo deslizó por los labios arriba y abajo recogiendo los flujos visibles y separando el tanga para colocarlo bien. Con el móvil disparó varias fotos, quiso hacer otras tomas y para ello cogió el tanga y tiró fuerte de él hacia arriba, esto hizo que se metiese en el canal de su vulva y los labios apareciesen por los lados, su nuera no paraba de lubricar y los flujos resbalaban claramente por ellos, vio que Nuria gemía casi imperceptiblemente y tenía los ojos cerrados, la dio una cachetada en la pierna diciendo.
JAVIER.- No cierres los ojos, quiero que veas bien lo que hago.
Continuará...
2 comentarios - Mi Nuera C3