En ese entonces yo estaba todavía en launiversidad, acababa de entrar. Inicié estudiando Diseño industrial, peroposteriormente me cambié a la carrera de arquitectura, Por suerte me cambié ala segunda semana de haber iniciado las clases. En fin, cuando llegué al salónel primer día en diseño industrial fue cuando la conocí, su nombre era Andrea,una chica linda como de 1.66 metros de estatura, buen cuerpo, el pantalón seajustaba a su cadera sexi y mostraba unas nalgas bien formadas, y estas atraíanlas miradas de todos como si fueran dos imanes.
Yo me la pasaba viéndola todo el día, de hecho,me sentaba siempre en la silla atrás de ella.
En algunas clases los salones teníanrestiradores y bancos para dibujar, no había butacas, así es de que ella sesentaba delante de mí, dándome la espalda, sentada en el banco que no teníarespaldo, posando sus enormes nalgas que salían de la superficie del asientopor lo grandes que eran. Cada vez al observar esa tremenda vista se me ponía laverga tan dura que solo rezaba porque no me tuviera que levantar a ningún lado.De lo contrario se me marcaría todo en mi pantalón.
Pasando los días le empecé a hablar, y meenteré que venía de otra ciudad que estaba a 1 hora de la escuela, por lotanto, ella rentaba un departamento a tan solo una cuadra de la universidad.Así es, vivía sola. Al escuchar eso, inmediatamente se me vino a la mente todoel desmadre que ella podría hacer, o quizá que ya estuviera haciendo.
En algunas ocasiones, como yo me sentaba atrásde ella, logré tomar algunas fotos de su tremendo culo, mientras ella estabaparada a un lado de su restirador o sentada en su banco. Recuerdo que preparabala cámara de mi celular, le bajaba todo el brillo posible y lo colocaba debajode la mesa, entonces empezaba a disparar ráfagas de fotos. Sus nalgas salíanperfectas, todas para mí. Solo me las imaginaba dándome sentones uno tras otro.
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A los días siguientes fue cuando decidícambiarme de carrera, afortunadamente arquitectura estaba en el mismo edificiode diseño industrial, así es que podía seguir viendo a Andrea en los cambios declases, en los pasillos del edificio.
Seguí manteniendo la comunicación con ella, yahí fue donde todo empezó. Al parecer yo también le caí bien desde que nosconocimos, entonces me empezó a invitar a fiestas a casas de sus amigos. En síeran pedas, solo para ir a beber alcohol. Tomábamos lo que fuera, cerveza,tequila, vodka, y demás. Recuerdo que solo terminaban las clases y nos íbamosde inmediato a pasarla bien.
Con el paso del tiempo y las salidas me puse apensar que ya tenía que decirle a Andrea que me atraía o algo por el estilo,porque si no, caería en la friendzone. Pero tampoco quería una relación, soloquería cogérmela hasta llenarla toda de leche y sentir sus nalgas rebotar enmí.
En una de estas pedas, en la casa de un amigo,le dije que me atraía, que se me hacía muy guapa. Ella ya estaba algo mareada,ya llevábamos como 4 horas ahí tomando. Andrea solo me dio un beso y nada más.Al final del día me dijo que si la podía llevar a su casa, y así fue. Nossubimos a mi carro y ahí solo fuimos platicando en el camino. En mi mentedecía: “cállate y desnúdate”. Pero no me atreví a decírselo.
Cuando llegamos a su departamento, estacioné elcarro, ya eran como las 11:30 de la noche. Ella se bajó del auto y yo también.Quise verme como un caballero y acompañarla a la puerta. Entonces ella solodijo:
- ¿Quieres pasar?
Cuando terminó de decirme esa pregunta, en mimente solo agradecía al universo por esta oportunidad. Aunque le respondí decierto modo para no verme muy urgido.
- ¿No se enoja la dueña del departamento? Lepregunté.
Andrea me había comentado que en el edificio dedepartamentos donde ella vivía, en la planta baja en la entrada vivía la dueñadel edificio, y como esta dueña solo les rentaba a mujeres pues, teníaprohibida la entrada a hombres después de las 11pm. Yo me saqué de onda conesas reglas estúpidas. Ni que la señora fuera su mamá.
-No, yo vigilo y tú te pasas. Me dijo
Así es como llegué a su departamento. Era undepartamento pequeño, pero tenía lo necesario para vivir, o para coger cadanoche.
Empezamos a platicar mientras Andrea sacaba unabotella de vodka de su closet. Me empezó a contar que esa botella se la habíaregalado su exnovio. Yo no le estaba poniendo atención, yo solo veía sus tetas,muy ricas y de buen tamaño, por cierto.
En ese momento yo ya había perdido la nocióndel tiempo, al igual que ella. Así que sin pensarlo me dijo:
-Quédate a dormir conmigo.
-No puedo. Le contesté. Aparte no hay espaciodonde quedarme.
En su recámara tenía una litera, una cama sobreotra. La cama de arriba estaba llena de muchos cartones, papeles, basura, entreotras cosas.
-Quédate aquí en la cama de abajo conmigo. Medijo.
-No, como crees, si quieres me quedo en la camade arriba. Le dije.
-No se puede, está llena de cosas. Merespondió.
-Bueno, me puedo quedar en el piso. Le dije.
-No seas tonto, anda, ven. Me decía con unaexpresión sensual y erótica.
De un momento a otro, sin darme cuenta, ya sehabía quitado el pantalón y se había puesto un pequeño short para dormir queenmarcaba bien sus ricas nalgas. De hecho, era tan corto que se le veía medioculo. También ya tenía puesta una playera sin sostén, la cual, dibujaba sushermosos pezones, duros, redondos y pequeños. De repente se me empezó a ponermuy dura la verga, y simplemente la acompañé a acostarme con ella.
Apenas me había acostado boca arriba en la camacuando, sin previo aviso, con su brazo me giró hacia ella y me empezó a besar.La empecé a tocar, no lo pensé dos veces. Frotaba con mi mano su mojada vagina.Metí mi mano bajo su short y comencé a masajear sobre su calzoncito.Rápidamente se mojaba más y más, cada vez se excitaba con mayor placer, cosaque me comunicaba con sus gemidos. Yo tenía miedo de que la dueña de los departamentosnos escuchara.
La puse boca arriba y yo sobre ella, le empecéa chupar sus tetas haciendo círculos con mi lengua en cada uno de sus pezones.Mientras chupaba un pezón, con una mano le tocaba el otro, se lo apretabasuavemente y tiraba de él.
Poco a poco me deslicé hacia abajo, con besos ychupadas pasando por su abdomen, con el objetivo de llegar a sus jugosvaginales. Tenía un abdomen hermoso. Esta chica hacía ejercicio.
No le chupé la vagina inmediatamente, jugué unpoco son sus ganas y emociones, besaba su entrepierna izquierda y pasaba miboca sobre su vagina sin tocarla, haciéndole creer que si lo haría, solo parallegar a su otra entrepierna. Yo sentía como se excitaba.
-Chúpamela. Me rogaba.
Entonces le bajé de un tirón su calzoncito yposé mi lengua sobre su clítoris, dándole masajes en forma de círculos. Subía ybajaba mi lengua, y Andrea solo gemía cada vez más fuerte. Al mismo tiempometía mis dedos en su hoyo, tocando si punto G.
De repente, toda excitada… Me dijo.
- ¿Traes condón? Me preguntó.
¡Yo no traía condón! ¡Y no quería que estoterminara! No sabía que decirle, con el miedo de que, si le decía que no, talvez ella pararía, se detendría, dejando pasar esta oportunidad.
-No, no traje condón. Le dije, mientrasesperaba su respuesta.
-No te preocupes, yo tengo uno aquí. Merespondió.
Qué clase de chica es esta. ¿A cuántos hatraído a su departamento? Me dije a mí mismo.
No le di mucha importancia. Ella fue a suclóset nuevamente y me dio el condón en la mano, y sin perder más el tiempo, melo puse. Mientras yo me lo colocaba ella se desnudó completamente.
-Cógeme. Me dijo. Quiero que me lo metas muyduro. Soy tuya.
Andrea se colocó nuevamente boca arriba y abriósus piernas, dejando ver una vista perfecta y excitante. Me aproximé hacia ellay se lo empecé a meter. Hasta el fondo. Ella gemía con cada embestida que ledaba.
-Que rico lo haces, no pares. Me decía
Al mismo tiempo le chupaba sus tetas, suspezones. Ella gritaba muy fuerte de placer.
La agarré y la coloqué “de cucharita” ambosacostados de lado.
En ese cambio de posición me quité el condón.Quería sentirla directamente. Quería que mi pene sintiera su vagina y susfluidos.
Se la seguí metiendo. Ella no se percató de queya era sin condón. Tal vez porque estaba muy excitada o borracha.
Entonces la tomé de los hombros mientras ellaseguía dándome la espalda, le estaba dando unas embestidas más fuertes, hastaque me dijo…
-Voy a acabar. Voy a terminar muy rico. Nopares.
Seguí cogiéndomela hasta que soltó el grito yel gemido final de placer. Ella estaba teniendo un orgasmo impresionante.Rápidamente yo también quise terminar, así es que saqué mi pene de su vagina yempecé a soltar todo el semen que tenía, mientras le pintaba todo el culo decosa blanca.
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Yo me la pasaba viéndola todo el día, de hecho,me sentaba siempre en la silla atrás de ella.
En algunas clases los salones teníanrestiradores y bancos para dibujar, no había butacas, así es de que ella sesentaba delante de mí, dándome la espalda, sentada en el banco que no teníarespaldo, posando sus enormes nalgas que salían de la superficie del asientopor lo grandes que eran. Cada vez al observar esa tremenda vista se me ponía laverga tan dura que solo rezaba porque no me tuviera que levantar a ningún lado.De lo contrario se me marcaría todo en mi pantalón.
Pasando los días le empecé a hablar, y meenteré que venía de otra ciudad que estaba a 1 hora de la escuela, por lotanto, ella rentaba un departamento a tan solo una cuadra de la universidad.Así es, vivía sola. Al escuchar eso, inmediatamente se me vino a la mente todoel desmadre que ella podría hacer, o quizá que ya estuviera haciendo.
En algunas ocasiones, como yo me sentaba atrásde ella, logré tomar algunas fotos de su tremendo culo, mientras ella estabaparada a un lado de su restirador o sentada en su banco. Recuerdo que preparabala cámara de mi celular, le bajaba todo el brillo posible y lo colocaba debajode la mesa, entonces empezaba a disparar ráfagas de fotos. Sus nalgas salíanperfectas, todas para mí. Solo me las imaginaba dándome sentones uno tras otro.
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Seguí manteniendo la comunicación con ella, yahí fue donde todo empezó. Al parecer yo también le caí bien desde que nosconocimos, entonces me empezó a invitar a fiestas a casas de sus amigos. En síeran pedas, solo para ir a beber alcohol. Tomábamos lo que fuera, cerveza,tequila, vodka, y demás. Recuerdo que solo terminaban las clases y nos íbamosde inmediato a pasarla bien.
Con el paso del tiempo y las salidas me puse apensar que ya tenía que decirle a Andrea que me atraía o algo por el estilo,porque si no, caería en la friendzone. Pero tampoco quería una relación, soloquería cogérmela hasta llenarla toda de leche y sentir sus nalgas rebotar enmí.
En una de estas pedas, en la casa de un amigo,le dije que me atraía, que se me hacía muy guapa. Ella ya estaba algo mareada,ya llevábamos como 4 horas ahí tomando. Andrea solo me dio un beso y nada más.Al final del día me dijo que si la podía llevar a su casa, y así fue. Nossubimos a mi carro y ahí solo fuimos platicando en el camino. En mi mentedecía: “cállate y desnúdate”. Pero no me atreví a decírselo.
Cuando llegamos a su departamento, estacioné elcarro, ya eran como las 11:30 de la noche. Ella se bajó del auto y yo también.Quise verme como un caballero y acompañarla a la puerta. Entonces ella solodijo:
- ¿Quieres pasar?
Cuando terminó de decirme esa pregunta, en mimente solo agradecía al universo por esta oportunidad. Aunque le respondí decierto modo para no verme muy urgido.
- ¿No se enoja la dueña del departamento? Lepregunté.
Andrea me había comentado que en el edificio dedepartamentos donde ella vivía, en la planta baja en la entrada vivía la dueñadel edificio, y como esta dueña solo les rentaba a mujeres pues, teníaprohibida la entrada a hombres después de las 11pm. Yo me saqué de onda conesas reglas estúpidas. Ni que la señora fuera su mamá.
-No, yo vigilo y tú te pasas. Me dijo
Así es como llegué a su departamento. Era undepartamento pequeño, pero tenía lo necesario para vivir, o para coger cadanoche.
Empezamos a platicar mientras Andrea sacaba unabotella de vodka de su closet. Me empezó a contar que esa botella se la habíaregalado su exnovio. Yo no le estaba poniendo atención, yo solo veía sus tetas,muy ricas y de buen tamaño, por cierto.
En ese momento yo ya había perdido la nocióndel tiempo, al igual que ella. Así que sin pensarlo me dijo:
-Quédate a dormir conmigo.
-No puedo. Le contesté. Aparte no hay espaciodonde quedarme.
En su recámara tenía una litera, una cama sobreotra. La cama de arriba estaba llena de muchos cartones, papeles, basura, entreotras cosas.
-Quédate aquí en la cama de abajo conmigo. Medijo.
-No, como crees, si quieres me quedo en la camade arriba. Le dije.
-No se puede, está llena de cosas. Merespondió.
-Bueno, me puedo quedar en el piso. Le dije.
-No seas tonto, anda, ven. Me decía con unaexpresión sensual y erótica.
De un momento a otro, sin darme cuenta, ya sehabía quitado el pantalón y se había puesto un pequeño short para dormir queenmarcaba bien sus ricas nalgas. De hecho, era tan corto que se le veía medioculo. También ya tenía puesta una playera sin sostén, la cual, dibujaba sushermosos pezones, duros, redondos y pequeños. De repente se me empezó a ponermuy dura la verga, y simplemente la acompañé a acostarme con ella.
Apenas me había acostado boca arriba en la camacuando, sin previo aviso, con su brazo me giró hacia ella y me empezó a besar.La empecé a tocar, no lo pensé dos veces. Frotaba con mi mano su mojada vagina.Metí mi mano bajo su short y comencé a masajear sobre su calzoncito.Rápidamente se mojaba más y más, cada vez se excitaba con mayor placer, cosaque me comunicaba con sus gemidos. Yo tenía miedo de que la dueña de los departamentosnos escuchara.
La puse boca arriba y yo sobre ella, le empecéa chupar sus tetas haciendo círculos con mi lengua en cada uno de sus pezones.Mientras chupaba un pezón, con una mano le tocaba el otro, se lo apretabasuavemente y tiraba de él.
Poco a poco me deslicé hacia abajo, con besos ychupadas pasando por su abdomen, con el objetivo de llegar a sus jugosvaginales. Tenía un abdomen hermoso. Esta chica hacía ejercicio.
No le chupé la vagina inmediatamente, jugué unpoco son sus ganas y emociones, besaba su entrepierna izquierda y pasaba miboca sobre su vagina sin tocarla, haciéndole creer que si lo haría, solo parallegar a su otra entrepierna. Yo sentía como se excitaba.
-Chúpamela. Me rogaba.
Entonces le bajé de un tirón su calzoncito yposé mi lengua sobre su clítoris, dándole masajes en forma de círculos. Subía ybajaba mi lengua, y Andrea solo gemía cada vez más fuerte. Al mismo tiempometía mis dedos en su hoyo, tocando si punto G.
De repente, toda excitada… Me dijo.
- ¿Traes condón? Me preguntó.
¡Yo no traía condón! ¡Y no quería que estoterminara! No sabía que decirle, con el miedo de que, si le decía que no, talvez ella pararía, se detendría, dejando pasar esta oportunidad.
-No, no traje condón. Le dije, mientrasesperaba su respuesta.
-No te preocupes, yo tengo uno aquí. Merespondió.
Qué clase de chica es esta. ¿A cuántos hatraído a su departamento? Me dije a mí mismo.
No le di mucha importancia. Ella fue a suclóset nuevamente y me dio el condón en la mano, y sin perder más el tiempo, melo puse. Mientras yo me lo colocaba ella se desnudó completamente.
-Cógeme. Me dijo. Quiero que me lo metas muyduro. Soy tuya.
Andrea se colocó nuevamente boca arriba y abriósus piernas, dejando ver una vista perfecta y excitante. Me aproximé hacia ellay se lo empecé a meter. Hasta el fondo. Ella gemía con cada embestida que ledaba.
-Que rico lo haces, no pares. Me decía
Al mismo tiempo le chupaba sus tetas, suspezones. Ella gritaba muy fuerte de placer.
La agarré y la coloqué “de cucharita” ambosacostados de lado.
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