El amor del público es lo más bello de ser artista. En Argentina y Uruguay llenó teatros y festivales, pero no se compara con el cariño con el que me reciben en Rusia.
Es por esto que, luego de mi última presentación en Moscú, mi manager me consiguió dos fanáticos rusos. Eran chicos de unos veinte años, que estaban muy calientes conmigo y querían cumplir su fantasía.
Los recibí en mi habitación usando una bata de seda rosa. Debajo, tenía mi conjunto de encaje blanco, así como unas medias del mismo color. En los pies llevaba unos zapatos de taco alto que me hacían ver cómo una perra
Al instante comenzaron a besarme, mientras se quitaban sus remeras dejándome ver unos pechos lampiños y juveniles. Acaricié con mis manos sus abdómenes mientras desabrochaba sus vaqueros. Al dejarlos en boxer, me agaché para ver mejor lo que me habría de comer.
Para tener 20 años, estaban muy bien dotados. Sus vergas eran cabezonas y gruesas. Intenté meterme una, llegó hasta la mitad y luego no pude más. La otra era algo más pequeña, y pude hacerle una garganta profunda en condiciones.
Una vez que ambas pijas estuvieron bien lubricadas, acosté al más flaquito de los dos, Boris, en la cama boca arriba. Me puse a cuatro patas sobre él, y metí su miembro en mi vagina mientras lo besaba. El más grandote, Iván, abrió mis nalgas y penetró mi culo con fuerza. Cuando ambos se acostumbraron a mí, comenzaron a moverse rítmicamente haciéndome gemir
Mis exclamaciones fueron en crescendo hasta transformarse en gritos de placer, cuando Boris logro llevarme al orgasmo. Era turno entonces de cambiar de posición. Saqué ambas pijas y me giré, quedando acostada sobre Boris. Metí su miembro en mi culo mientras Iván hacía lo propio con mi vagina, tirando de los vellos que cubrían mi pubis
En esa pose estuve recibiendo sus dos vergas por un buen rato, hasta que Iván me dijo, en ruso lógicamente, que se iba a correr. Me bajé de las pijas y me puse de rodillas, esperando la descarga de mis fanáticos. Ambos se masturbaron y eyacularon sobre mi cara, cayendo luego rendidos a la cama. Saboreé cada gota de aquel manjar ruso, mientras caminaba al baño para limpiar lo que había caído fuera.
Cuando los despedí, me quedé sola y desnuda en el dormitorio, pensando. Si estos son los beneficios de ser artista, creo que haré lo mismo en cada país que visite. Después de todo, no hay nada mejor que el cariño del público
Hola! Espero que les haya gustado. Mecha me fue guiando, pero el escrito es obra mía.
Como siempre, tendrán que votar entre éste relato y el anterior (Noelia Marzol cuckold embarazada).
Es por esto que, luego de mi última presentación en Moscú, mi manager me consiguió dos fanáticos rusos. Eran chicos de unos veinte años, que estaban muy calientes conmigo y querían cumplir su fantasía.
Los recibí en mi habitación usando una bata de seda rosa. Debajo, tenía mi conjunto de encaje blanco, así como unas medias del mismo color. En los pies llevaba unos zapatos de taco alto que me hacían ver cómo una perra
Al instante comenzaron a besarme, mientras se quitaban sus remeras dejándome ver unos pechos lampiños y juveniles. Acaricié con mis manos sus abdómenes mientras desabrochaba sus vaqueros. Al dejarlos en boxer, me agaché para ver mejor lo que me habría de comer.
Para tener 20 años, estaban muy bien dotados. Sus vergas eran cabezonas y gruesas. Intenté meterme una, llegó hasta la mitad y luego no pude más. La otra era algo más pequeña, y pude hacerle una garganta profunda en condiciones.
Una vez que ambas pijas estuvieron bien lubricadas, acosté al más flaquito de los dos, Boris, en la cama boca arriba. Me puse a cuatro patas sobre él, y metí su miembro en mi vagina mientras lo besaba. El más grandote, Iván, abrió mis nalgas y penetró mi culo con fuerza. Cuando ambos se acostumbraron a mí, comenzaron a moverse rítmicamente haciéndome gemir
Mis exclamaciones fueron en crescendo hasta transformarse en gritos de placer, cuando Boris logro llevarme al orgasmo. Era turno entonces de cambiar de posición. Saqué ambas pijas y me giré, quedando acostada sobre Boris. Metí su miembro en mi culo mientras Iván hacía lo propio con mi vagina, tirando de los vellos que cubrían mi pubis
En esa pose estuve recibiendo sus dos vergas por un buen rato, hasta que Iván me dijo, en ruso lógicamente, que se iba a correr. Me bajé de las pijas y me puse de rodillas, esperando la descarga de mis fanáticos. Ambos se masturbaron y eyacularon sobre mi cara, cayendo luego rendidos a la cama. Saboreé cada gota de aquel manjar ruso, mientras caminaba al baño para limpiar lo que había caído fuera.
Cuando los despedí, me quedé sola y desnuda en el dormitorio, pensando. Si estos son los beneficios de ser artista, creo que haré lo mismo en cada país que visite. Después de todo, no hay nada mejor que el cariño del público
Hola! Espero que les haya gustado. Mecha me fue guiando, pero el escrito es obra mía.
Como siempre, tendrán que votar entre éste relato y el anterior (Noelia Marzol cuckold embarazada).
7 comentarios - Natalia Oreiro con dos fans rusos