AVISO: las edades y nombres, estan cambiado u alterados. Algunos momentos, son más ficcticios, en comparacion con los hechos reales.
En esta historia, les contare cómo fue mi primera vez, en el que mi prima y yo, perdimos nuestra virginidad. Espero que les guste.
El relato que les voy a contar, sucedió cuando tenía casi 14 años, me faltaban dos meses para cumplirlos, poco a poco iba descubriendo mi sexualidad, entendía que mi pene se podía agrandar, que si lo agitaba mucho salía un cosa viscosa de color blanco (por aquel entonces no sabía que era semen), vamos, lo normal de un chico en la pubertad.
A pesar de esto, aún había cosas que no sabía, como por ejemplo: ¿para qué servía ese líquido blanco y viscoso? ¿para qué era la vagina de una chica? ¿por qué mi pene se estira cuando la agito? Entre otras cosas, además, era tan introvertido, que no tenía amigos con los cuales hablar sobre esto, me daba vergüenza decirles a mis padres, los cambios que estaba pasando, no sabía si esto se aplicaba a otros chicos, ya que no tenía hermanos ni hermanas.
Pero todo cambiaría un día, mi madre se tenía que ir a hacer unos negocios importantes, y no quería dejarme solo, por lo que mi madre me dejó en casa de una prima suya, podríamos decir que de una tía, no vivía muy lejos de mi casa. La cuestión es que me dejo en casa de mi tía, mi tía dijo que me podía quedar hasta que volviera mi madre, y que podía jugar con sus dos hermosas hijas, Jimena y Gaby, mis dos primas lejanas. Esta última, me llevaba bastante bien, en cambio Jime, quien tenía 15 por aquel entonces, era muy asocial, Gaby era lo contrario, era un año que Jime, era más alegre, activa y muy amable.
Mi tía también se tuvo que ir a trabajar, además el día estaba nublado y no tardó en llover. Bajo un poco la temperatura del ambiente, Jime se fue a su cuarto a dormir, quedamos Gaby y yo, solos.
-Y… bueno, ¿cómo andas primito? - Dijo Gaby.
-Pues bien, ¿y tú qué cuentas prima? -Respondí
-Nada, ¿qué quieres hacer? Estoy aburrida…
-Mmm ¿qué tal si vemos una película?
-Me parece genial.
Fuimos a su habitación, ella tenía una televisión y una DVD, propio. Revisamos que película queríamos ver, aunque todas, ya las habíamos visto, descartamos una por una, hasta que no quedó ninguna.
-Oye, ¿no tienes más películas? - Pregunté inquieto.
-No, estas son todas las que tengo, creo que mis padres tienen más, pero no me dejan revisar su habitación.
Yo le insistí en ir, terminó cediendo después de un rato. Fuimos sigilosamente a la habitación de sus padres, no queríamos que Jimena nos descubriera.
Empezamos a revisar, no encontrábamos nada, hasta que yo encontré una película con una portada rara.
-Mira esto -le dije- son personas desnudas.
-Wow, mira el tamaño de esos penes -respondió Gaby.
-Vamos a verla.
-Sí, quiero saber de qué se trata -dijo con entusiasmo Gaby.
Volvimos a la habitación de Gaby, cerramos la puerta, pusimos el disco en el reproductor, y nos pusimos a ver la película. Nunca pensé que ahí se acabaría mi tierna inocencia.
Nos quedamos viendo la película porno hasta que termino, no apartamos la vista ningún segundo de la pantalla, en ocasiones dábamos algún comentario sobre una escena, cuando por ejemplo, un tipo saca su pene de la vagina, y la chica se lo chupaba para tragarse ese liquido blanco y viscoso, desde ese momento supe para qué servía.
En cuanto finalizó la película, estaba mi prima al lado mío, la miré, ella todavía tenía la vista pegada al televisor, sus ojos mostraban lo impresionada que estaba después de ver la película.
-Prima -le dije, quería despertarla de esa especie de transe en el que estaba.
-Oh, primo. ¿viste eso? Ahora se como se hacen los bebes.
-Sí, yo desde hace ya un tiempo, descubrí que agitando mi pene, sale un líquido blanco. Como en la película.
Gaby bajo la mirada, veía directamente hacia mi pene, el cual se puso muy duro y estirado. Me pregunto ¿qué le pasaba a mi pene? Mire que le pasaba, agarre mi pantalón y calzón lo tire para adelante para ver mi pene.
Efectivamente, era más grande, me sorprendí mucho, nunca antes la había visto así. El ver la película hizo que me pusiera dura.
-¡Wow! Mi pene ha crecido mucho -le dije a Gaby.
-¿qué? A ver, déjame verlo.
-B-Bueno… -me sonroje un poco.
Me bajé los pantalones junto con mi calzón, para mostrarle a mi prima, mi pene.
-Wow -exclamo sorprendida- es tan grande como el de la película.
En ese mismo instante, se me vino a la mente una idea, una idea que a día de hoy, no me arrepiento. Le sugerí a Gaby, imitar a los actores de la película.
-¿he? -me miró confusa a los ojos- mmm, no lo sé.
-Vamos -le insiste- será divertido, tranquila, no te pasara nada malo.
Mi prima, aún tímida de su decisión, me dice que sí.
Nos sacamos todas las prendas, estábamos desnudos frente a frente. Tome la iniciativa, puse mis brazos en su cintura, le bese. Gaby no ofreció resistencia, me abrazó y nos besamos apasionadamente. Imitamos las mismas cosas que hicieron los actores. Baje mis manos a sus tiernas nalgas, buscando su dulce vagina. Ella por su parte, bajó su mano derecha a mi pene, lo acariciaba.
Nos dimos bastante cariñitos, besos, toqueteos, pero había que subir de nivel.
Me senté en la cama, Gaby se arrodillo para chupar mi pene. Tomó con su mano mi cacharro, y empezó a lamerlo, luego a chuparme la punta del glande, fue lentamente bajando hasta tenerlo entero en su boca.
La verdad, era pésima, se notaba que era su primera vez, nunca antes había chupado un pene; pero, para mi yo de ese tiempo, era muy rico, estaba muy excitado. Gemía, me gustaba mucho que me succionara la picha, era muy hermoso.
El cómo subía y bajaba su cabeza, sus lindos labios pasando por todo mi pene, desde el glande hasta lo más bajo que su boca le permitía. La saliva chorreando y cayendo, era todo tan mágico.
No podía disfrutar solo yo, así que le dije que cambiáramos de puestos, Gaby me dijo que sí. Ella se acostó en la cama, abrió sus piernas, me puse de rodillas, y comencé a comerle toda la vagina.
Igual que ella, no era un experto, seguramente en el futuro tuvo mejores experiencias, aunque en su momento, lo disfruto mucho. Se tapaba la boca, para que no se escucharan sus gemidos y alertara a Jimena (que estaba en la habitación de al lado).
Metía mi lengua, lamía, chupeteaba, era muy rico. Su vagina, ha sido hasta ahora la más dulce que he probado, en serio, no he chupado ninguna vagina que se compare a la de mi prima Gaby… capaz la de Jimena, pero eso es otra historia…
Continuando con Gaby, sus paredes vaginales estaban muy húmedas, sin embargo, yo seguí.
-Primo -dijo jadeando- ya es suficiente.
-¿Mmm? Oh cierto, llevo mucho rato. Ahora pasemos a esa posición que vimos, esa donde te pones como perrito y te la meto.
-No, yo…
Sin dejarla terminar de hablar, voltee sus hermosas piernas para intentar ponerla en cuatro.
-Espera -exclamó- ya no quiero seguir. Tengo miedo de que me duela.
Por sus palabras y su forma de hablar, claramente no quería seguir porque tenía miedo de ser lastimada.
-Prima, ¿recuerdas lo que te dije? No te voy a hacer daño, tranquila, no te penetrare como el de la película. Seré gentil.
-¿de verdad?
-Sí.
-¿me lo prometes?
-Te lo prometo.
Así, Gaby se puso en el centro de la cama en cuatro patas, yo me puse detrás para metersela en su dulce vagina. Su virginidad y la mía, estaban por desaparecer. Metí lentamente mi pene en su vagina, hasta que entró casi toda. Gaby y yo, perdimos nuestra virginidad.
La embestía despacio, sin acelerar mucho, y con amabilidad. Le agarra de la cintura, para que haga más fácil la metida. Mis caderas chocaban con sus glúteos, ese sonido delicioso de choque, me produce hasta hoy, una gran satisfacción, me gusta mucho. Sus suaves nalgas hacían eco por la habitación.
Aunque no la embestía fuerte, aceleraba poco a poco, yo gemía despacio y ella también. ¡Lo estábamos disfrutando!
Mete, saca, mete, saca, mete saca, en eso se puede resumir el cómo tuve en cuatro a mi prima, gemía más y más, por la cada vez mayor aceleración.
Nos cansamos dentro de un rato, cambiamos de posición a otra que vimos en la película. El misionero.
Gaby se acostó, abrió las piernas, sostuvo sus piernas, metí nuevamente mi pene en su vagina. Otra vez el mismo, mete saca, mete saca, suave sin ser bruto. Se suma, que en esta ahora, le agarraba y chupeteaba las tetas. Eso le excitaba mucho.
Aunque esta vez, Gaby gemía más fuerte que antes, en esta ocasión estaba llegando a su límite, si seguía con el mismo ritmo. Cada vez gemía más y más, yo también me estaba excitando mucho, estaba cerca de correrme.
-¡Oh! Primo, siento algo extraño, esto es muy raro, pero se sienta muy bien.
-Yo también me siento extraño prima, creo que… va a salir mi liquido blanco.
Gaby soltó sus manos de sus piernas, las puso a los costados, agarrando fuertemente las sabanas. Ya no gemía, casi que gritaba.
Se estaba viniendo, y yo también, la abrace fuerte.
-¡Te amo primo! -Exclamó con fuerza.
-¡Ya también te amo prima!
Ella pegó un grito de placer, que nunca más se me olvida. La bese, y eyacule dentro suyo...
Después fuimos al baño a lavarnos, creo que esta limpieza fue le hizo salir todo el semen, porque no sé como no quedo embarazada. Tampoco se como es que Jimena no se despertó, con todos los gritos que hicimos.
Mientras nos lavamos, hablamos de lo increíble que fue nuestro gran momento de lujuria, hasta cierto momento.
-Primo -dijo con solemnidad.
-¿qué pasa Gaby?
-Quiero que no le digas a nadie de esto, si nuestros papas se enteran, puede que nos maten.
Entendí rápido lo que quería decir, lo que hicimos, no se podía enterar ni piter.
-Te lo prometo prima, no le diré nada a nadie.
-Bien. Recuerda a NADIE.
Así fue, por lo menos, un largo tiempo…
Después devolvimos la película a su lugar, y antes de que me fuera devuelta a mi casa, me despedí con un beso en la boca en secreto con mi prima.
Hasta aquí la historia, disculpen si quedo bastante larga, pero había muchos detalles que no podía dejar de lado. Desde ya, disculpas, si se les izo extenso.
En esta historia, les contare cómo fue mi primera vez, en el que mi prima y yo, perdimos nuestra virginidad. Espero que les guste.
El relato que les voy a contar, sucedió cuando tenía casi 14 años, me faltaban dos meses para cumplirlos, poco a poco iba descubriendo mi sexualidad, entendía que mi pene se podía agrandar, que si lo agitaba mucho salía un cosa viscosa de color blanco (por aquel entonces no sabía que era semen), vamos, lo normal de un chico en la pubertad.
A pesar de esto, aún había cosas que no sabía, como por ejemplo: ¿para qué servía ese líquido blanco y viscoso? ¿para qué era la vagina de una chica? ¿por qué mi pene se estira cuando la agito? Entre otras cosas, además, era tan introvertido, que no tenía amigos con los cuales hablar sobre esto, me daba vergüenza decirles a mis padres, los cambios que estaba pasando, no sabía si esto se aplicaba a otros chicos, ya que no tenía hermanos ni hermanas.
Pero todo cambiaría un día, mi madre se tenía que ir a hacer unos negocios importantes, y no quería dejarme solo, por lo que mi madre me dejó en casa de una prima suya, podríamos decir que de una tía, no vivía muy lejos de mi casa. La cuestión es que me dejo en casa de mi tía, mi tía dijo que me podía quedar hasta que volviera mi madre, y que podía jugar con sus dos hermosas hijas, Jimena y Gaby, mis dos primas lejanas. Esta última, me llevaba bastante bien, en cambio Jime, quien tenía 15 por aquel entonces, era muy asocial, Gaby era lo contrario, era un año que Jime, era más alegre, activa y muy amable.
Mi tía también se tuvo que ir a trabajar, además el día estaba nublado y no tardó en llover. Bajo un poco la temperatura del ambiente, Jime se fue a su cuarto a dormir, quedamos Gaby y yo, solos.
-Y… bueno, ¿cómo andas primito? - Dijo Gaby.
-Pues bien, ¿y tú qué cuentas prima? -Respondí
-Nada, ¿qué quieres hacer? Estoy aburrida…
-Mmm ¿qué tal si vemos una película?
-Me parece genial.
Fuimos a su habitación, ella tenía una televisión y una DVD, propio. Revisamos que película queríamos ver, aunque todas, ya las habíamos visto, descartamos una por una, hasta que no quedó ninguna.
-Oye, ¿no tienes más películas? - Pregunté inquieto.
-No, estas son todas las que tengo, creo que mis padres tienen más, pero no me dejan revisar su habitación.
Yo le insistí en ir, terminó cediendo después de un rato. Fuimos sigilosamente a la habitación de sus padres, no queríamos que Jimena nos descubriera.
Empezamos a revisar, no encontrábamos nada, hasta que yo encontré una película con una portada rara.
-Mira esto -le dije- son personas desnudas.
-Wow, mira el tamaño de esos penes -respondió Gaby.
-Vamos a verla.
-Sí, quiero saber de qué se trata -dijo con entusiasmo Gaby.
Volvimos a la habitación de Gaby, cerramos la puerta, pusimos el disco en el reproductor, y nos pusimos a ver la película. Nunca pensé que ahí se acabaría mi tierna inocencia.
Nos quedamos viendo la película porno hasta que termino, no apartamos la vista ningún segundo de la pantalla, en ocasiones dábamos algún comentario sobre una escena, cuando por ejemplo, un tipo saca su pene de la vagina, y la chica se lo chupaba para tragarse ese liquido blanco y viscoso, desde ese momento supe para qué servía.
En cuanto finalizó la película, estaba mi prima al lado mío, la miré, ella todavía tenía la vista pegada al televisor, sus ojos mostraban lo impresionada que estaba después de ver la película.
-Prima -le dije, quería despertarla de esa especie de transe en el que estaba.
-Oh, primo. ¿viste eso? Ahora se como se hacen los bebes.
-Sí, yo desde hace ya un tiempo, descubrí que agitando mi pene, sale un líquido blanco. Como en la película.
Gaby bajo la mirada, veía directamente hacia mi pene, el cual se puso muy duro y estirado. Me pregunto ¿qué le pasaba a mi pene? Mire que le pasaba, agarre mi pantalón y calzón lo tire para adelante para ver mi pene.
Efectivamente, era más grande, me sorprendí mucho, nunca antes la había visto así. El ver la película hizo que me pusiera dura.
-¡Wow! Mi pene ha crecido mucho -le dije a Gaby.
-¿qué? A ver, déjame verlo.
-B-Bueno… -me sonroje un poco.
Me bajé los pantalones junto con mi calzón, para mostrarle a mi prima, mi pene.
-Wow -exclamo sorprendida- es tan grande como el de la película.
En ese mismo instante, se me vino a la mente una idea, una idea que a día de hoy, no me arrepiento. Le sugerí a Gaby, imitar a los actores de la película.
-¿he? -me miró confusa a los ojos- mmm, no lo sé.
-Vamos -le insiste- será divertido, tranquila, no te pasara nada malo.
Mi prima, aún tímida de su decisión, me dice que sí.
Nos sacamos todas las prendas, estábamos desnudos frente a frente. Tome la iniciativa, puse mis brazos en su cintura, le bese. Gaby no ofreció resistencia, me abrazó y nos besamos apasionadamente. Imitamos las mismas cosas que hicieron los actores. Baje mis manos a sus tiernas nalgas, buscando su dulce vagina. Ella por su parte, bajó su mano derecha a mi pene, lo acariciaba.
Nos dimos bastante cariñitos, besos, toqueteos, pero había que subir de nivel.
Me senté en la cama, Gaby se arrodillo para chupar mi pene. Tomó con su mano mi cacharro, y empezó a lamerlo, luego a chuparme la punta del glande, fue lentamente bajando hasta tenerlo entero en su boca.
La verdad, era pésima, se notaba que era su primera vez, nunca antes había chupado un pene; pero, para mi yo de ese tiempo, era muy rico, estaba muy excitado. Gemía, me gustaba mucho que me succionara la picha, era muy hermoso.
El cómo subía y bajaba su cabeza, sus lindos labios pasando por todo mi pene, desde el glande hasta lo más bajo que su boca le permitía. La saliva chorreando y cayendo, era todo tan mágico.
No podía disfrutar solo yo, así que le dije que cambiáramos de puestos, Gaby me dijo que sí. Ella se acostó en la cama, abrió sus piernas, me puse de rodillas, y comencé a comerle toda la vagina.
Igual que ella, no era un experto, seguramente en el futuro tuvo mejores experiencias, aunque en su momento, lo disfruto mucho. Se tapaba la boca, para que no se escucharan sus gemidos y alertara a Jimena (que estaba en la habitación de al lado).
Metía mi lengua, lamía, chupeteaba, era muy rico. Su vagina, ha sido hasta ahora la más dulce que he probado, en serio, no he chupado ninguna vagina que se compare a la de mi prima Gaby… capaz la de Jimena, pero eso es otra historia…
Continuando con Gaby, sus paredes vaginales estaban muy húmedas, sin embargo, yo seguí.
-Primo -dijo jadeando- ya es suficiente.
-¿Mmm? Oh cierto, llevo mucho rato. Ahora pasemos a esa posición que vimos, esa donde te pones como perrito y te la meto.
-No, yo…
Sin dejarla terminar de hablar, voltee sus hermosas piernas para intentar ponerla en cuatro.
-Espera -exclamó- ya no quiero seguir. Tengo miedo de que me duela.
Por sus palabras y su forma de hablar, claramente no quería seguir porque tenía miedo de ser lastimada.
-Prima, ¿recuerdas lo que te dije? No te voy a hacer daño, tranquila, no te penetrare como el de la película. Seré gentil.
-¿de verdad?
-Sí.
-¿me lo prometes?
-Te lo prometo.
Así, Gaby se puso en el centro de la cama en cuatro patas, yo me puse detrás para metersela en su dulce vagina. Su virginidad y la mía, estaban por desaparecer. Metí lentamente mi pene en su vagina, hasta que entró casi toda. Gaby y yo, perdimos nuestra virginidad.
La embestía despacio, sin acelerar mucho, y con amabilidad. Le agarra de la cintura, para que haga más fácil la metida. Mis caderas chocaban con sus glúteos, ese sonido delicioso de choque, me produce hasta hoy, una gran satisfacción, me gusta mucho. Sus suaves nalgas hacían eco por la habitación.
Aunque no la embestía fuerte, aceleraba poco a poco, yo gemía despacio y ella también. ¡Lo estábamos disfrutando!
Mete, saca, mete, saca, mete saca, en eso se puede resumir el cómo tuve en cuatro a mi prima, gemía más y más, por la cada vez mayor aceleración.
Nos cansamos dentro de un rato, cambiamos de posición a otra que vimos en la película. El misionero.
Gaby se acostó, abrió las piernas, sostuvo sus piernas, metí nuevamente mi pene en su vagina. Otra vez el mismo, mete saca, mete saca, suave sin ser bruto. Se suma, que en esta ahora, le agarraba y chupeteaba las tetas. Eso le excitaba mucho.
Aunque esta vez, Gaby gemía más fuerte que antes, en esta ocasión estaba llegando a su límite, si seguía con el mismo ritmo. Cada vez gemía más y más, yo también me estaba excitando mucho, estaba cerca de correrme.
-¡Oh! Primo, siento algo extraño, esto es muy raro, pero se sienta muy bien.
-Yo también me siento extraño prima, creo que… va a salir mi liquido blanco.
Gaby soltó sus manos de sus piernas, las puso a los costados, agarrando fuertemente las sabanas. Ya no gemía, casi que gritaba.
Se estaba viniendo, y yo también, la abrace fuerte.
-¡Te amo primo! -Exclamó con fuerza.
-¡Ya también te amo prima!
Ella pegó un grito de placer, que nunca más se me olvida. La bese, y eyacule dentro suyo...
Después fuimos al baño a lavarnos, creo que esta limpieza fue le hizo salir todo el semen, porque no sé como no quedo embarazada. Tampoco se como es que Jimena no se despertó, con todos los gritos que hicimos.
Mientras nos lavamos, hablamos de lo increíble que fue nuestro gran momento de lujuria, hasta cierto momento.
-Primo -dijo con solemnidad.
-¿qué pasa Gaby?
-Quiero que no le digas a nadie de esto, si nuestros papas se enteran, puede que nos maten.
Entendí rápido lo que quería decir, lo que hicimos, no se podía enterar ni piter.
-Te lo prometo prima, no le diré nada a nadie.
-Bien. Recuerda a NADIE.
Así fue, por lo menos, un largo tiempo…
Después devolvimos la película a su lugar, y antes de que me fuera devuelta a mi casa, me despedí con un beso en la boca en secreto con mi prima.
Hasta aquí la historia, disculpen si quedo bastante larga, pero había muchos detalles que no podía dejar de lado. Desde ya, disculpas, si se les izo extenso.
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