Debo estar enfermo... o no?. Me super calienta mi hija, una teen de 19 añitos con un culito de infarto, y casi sin tetas. Comencé a prestar atención a las formas de la mocosa hará un par de años, pero cuando cumplió 18, me di cuenta que tenía un orto infernal. Natalia es alta, estilizada, tiene cuerpito de modelo, casi sin tetas, como su mama Yanina, mi esposa, antes que se hiciera las gomas (105, una de mis mejores inversiones en la vida).
Tengo casi 50 años, soy mayor que mi mujer, que tiene 41, pero me mantengo en muy buena forma. Al principio trataba de sacarme esos pensamientos de la cabeza, creí estar loco o haberme transformado en un pervertido sexual. Luego, en otra fase, me convencí que sólo me encantaba un orto, pero que el mencionado ojete era el de mi nena. Estaba confundido y, además, caliente...
En mi trabajo (soy contador en un estudio grande), en rueda de amigos, charlando, siempre alguno sacaba el tema de la amiguita infernal (tetona, culona, o ambas cosas) de la hija que iba a la casa a estudiar o charlar, pero nadie confesaba estar caliente con la propia hija....
Para agregar una cuestión más a mis pesares, desde hace unos meses empecé a tener dificultades, bueno, ejem, ahí, o sea, no logro erecciones completas, bueno lo dije, ya está. Mi mujer Yanina es una puta en la cama y, a pesar de usar sus manos y su boca como si fuera una prostituta, se le dificultaba conseguir que el muñeco se ponga firme, lo que le generaba a ella también frustración...
Mi esposa Yanina me taladró la cabeza para que vea a un médico. Fui a un urólogo, lo usual, estudios, dedo por el culo, vuelvo a los 15 días con una parva de análisis, el tipo los mira y me dice que no me recomienda la pastillita azul por un problemita cardíaco menor, que prefería que no la use. Y me dice muy campante, trate de usar "medios alternativos", es decir que pruebe con videos o revistas porno para lograr una erección más firme.
Salí del consultorio pensando que ese tipo había estudiado 6 años para terminar recomendando ver una porno para que se me ponga firme. El aire fresco me despejó la mente. Tenía dos opciones: ir al Colegio de Médicos a denunciarlo por inútil o volverme a mi casa. Elegí opción b.
En casa no había nadie. Me encierro en mi estudio, prendo la pc y entro a un sitio porno, desde hace un tiempo he descubierto que me encanta el porno interracial, es decir ver a varios negros vergudos culeando a mocosas, preferentemente rubias y, si son de la edad de mi nena, mejor. Carne fresca que le dicen.
Encontré un video delicatessen. Cuatro negros muy pijudos y con cara de malos vs. una teen rubia de 18 añitos recién cumplidos, según indicaba el video. Por la carita de mocosa debía ser cierto, es más, creo que el director de la porno le dijo el día del cumple, veni nena, te vamos a hacer la fiestita, torta no tenemos, pero podés soplar esos velones de carne...
Un infierno el video, la pendeja arrodillada al principio chupando cuatro pijas me puso loco, encima la teen miraba a cámara con la boca llena y tenía un aire terrible a mi nena Natalia...Después la masacraron, doble penetración, ella chupando, claro, sobra una pija, en cuanto me doy cuenta le están haciendo un doble anal, otra por la conchita y ella tomando la mamadera, pensé que me daba el infarto.
Me imaginé a Natalia en lugar de la teen del video y me dió taquicardia. Pensé que me daba el bobazo, infernal como culeaban a la mocosa. Ahora veía a Natalia, ensanguchada entre los negros, mientras pedía otra pija en la boca. Al final, parecía que el nabo del médico tenía razón, se me estaba endureciendo el tronco... La mocosa rubia seguía ensanguchada entre varias pijas, se iban rotando para darle la mamadera, un auténtico infierno anal teen era ese video. No aguanté y me descargué.
A los pocos días, una tarde vuelvo a casa y me encuentro con una reunión de amigas de Natalia, eran 3 o 4 mocosas de su edad. Había un par que me ponían loco, dos pendejas de 18 con el culito duro muy parado y terrible carita de traviesas. Esa tarde me acerqué varias veces al grupito en el living y les ofrecí agua, café, gaseosas, jugos, jugos dietéticos, mate, té, té verde, té rojo (me enteré esa tarde que existe).
Todo para ver a la pendeja que más me hacía hervir la cabeza (bah, las dos, en realidad), además de Natalia, mi nena. Se trataba de Soledad, una mocosa de 18 añitos recién cumplidos. Infernal, carita de modelito, un culo de infarto y tetitas que me entrarían justo en la boca, según calculé.
Además, la muy trola tenía puesto un short dos números más chicos del talle que le correspondería y encima, cortado muy arriba, de modo que un tercio de los cachetes de la cola quedaban al aire. Arriba tenía una remerita blanca que le marcaba las tetitas. El short, por adelante, le marcaba terrible concha...
A la enésima vez que aparecí para ofrecerles agua con limón (lo último que se me ocurrió) mi bebota Natalia me fulminó con una mirada que decía desaparece de acá papi....Antes de desaparecer, veo que Soledad, que estaba parada, se pone de espaldas y se agacha un poquito para tomar su vaso de jugo, mostrándome su orto infernal, con los cachetes casi al aire. Debí contenerme para no arrojarme encima y culearla in situ.
Me fui a la cocina a prepararme un café, necesitaba algo que me despeje la cabeza de ese ojete infernal. Abro la alacena superior, no estaba el frasco de café, en realidad no lo veía porque sólo tenía en la cabeza la imagen del terrible orto de Soledad. Estaba en eso, de espaldas a la puerta, cuando oigo una vocecita angelical que me dice:
- perdón, puedo entrar?
Giro y me encuentro con Soledad y su culo, la teen venía a prepararse un té, me ofrecí a hacérselo (el té, no el culo) y la mocosa me dice que no me moleste, que sabe donde están los saquitos, se acerca a la alacena, se pone casi delante mío y se estira para tomar la caja de saquitos, parando la colita y apoyándomela en mi bulto, que estaba ya removiéndose en mi slip.
Se da vuelta, me mira con esa carita de nena traviesa que me reventaba las dos cabezas y me dice,
-perdón!!
- no es nada, dije yo. (No sabía como tratarla: nena, bebe, querida, mocosa, pendeja, bomboncito me pareció ya atrevido, bebota me volaba los sesos, opté por no decir nada)
Soledad se preparó el té en el microondas, yo le miraba el culo en vivo y en directo, la mocosa estaba de espaldas maniobrando el microondas, vi que tenía el celular en un bolsillo sobre el culo, viendo que el shorcito era más chico de lo necesario para cubrirle el orto a la pendeja, pensé que cuando lo sacara (al celu, no el shorcito), le quedaría con la pantalla curva, como los nuevos modelos que vienen ahora, de tan firme que tenia ese orto.
Al final, se dió vuelta, con el té listo, y me dice, mirándome con esa terrible carita de chupapijas que tiene:
- ah, puedo darte mi contacto?. A veces trató de comunicarme con Natalia y no lo consigo, por ahí puedo llamarte y la ubicas....
- si, claro, por supuesto, le dije
La mocosa sacó el celular del bolsillo del culo, pero no, no estaba curvo, se veía bien recto (el celular, el culo de la mocosa seguía redondito, perfecto, parecía cincelado por Miguel Angel). Nos pasamos los contactos y se despidió con una sonrisita.
Yo no podía creer lo que me había pasado, el verso de no poder comunicarse con mi nena Natalia no se lo creía ni un nene de 2 años. La pendeja quería pija, obviamente...
Me puse a pensar como enmascarar el contacto en el teléfono, no sea que mi mujer Yanina me vea los contactos y aparezca "Soledad, la pendeja con terrible orto", no, debía ocultarlo, actuar astutamente, como un lince. Pensé en poner "Cacho mecánico" o "Luis sodero", pero no, debía ocultarlo de modo más inteligente.
Tuve una inspiración brillante, le puse "Dr Hipócrates urólogo" (mi médico no era Hipócrates, obvio, pero no voy a mandar al frente al profesional de la salud que me atendió...).
Satisfecho con mi genialidad, mi mente se aclaró en ese momento y comprendí que todo cobraba sentido, que -después de casi 50 años-, finalmente tenía un objetivo claro en la vida.
El culo infernal de Soledad, la amiga de mi nena.
Tengo casi 50 años, soy mayor que mi mujer, que tiene 41, pero me mantengo en muy buena forma. Al principio trataba de sacarme esos pensamientos de la cabeza, creí estar loco o haberme transformado en un pervertido sexual. Luego, en otra fase, me convencí que sólo me encantaba un orto, pero que el mencionado ojete era el de mi nena. Estaba confundido y, además, caliente...
En mi trabajo (soy contador en un estudio grande), en rueda de amigos, charlando, siempre alguno sacaba el tema de la amiguita infernal (tetona, culona, o ambas cosas) de la hija que iba a la casa a estudiar o charlar, pero nadie confesaba estar caliente con la propia hija....
Para agregar una cuestión más a mis pesares, desde hace unos meses empecé a tener dificultades, bueno, ejem, ahí, o sea, no logro erecciones completas, bueno lo dije, ya está. Mi mujer Yanina es una puta en la cama y, a pesar de usar sus manos y su boca como si fuera una prostituta, se le dificultaba conseguir que el muñeco se ponga firme, lo que le generaba a ella también frustración...
Mi esposa Yanina me taladró la cabeza para que vea a un médico. Fui a un urólogo, lo usual, estudios, dedo por el culo, vuelvo a los 15 días con una parva de análisis, el tipo los mira y me dice que no me recomienda la pastillita azul por un problemita cardíaco menor, que prefería que no la use. Y me dice muy campante, trate de usar "medios alternativos", es decir que pruebe con videos o revistas porno para lograr una erección más firme.
Salí del consultorio pensando que ese tipo había estudiado 6 años para terminar recomendando ver una porno para que se me ponga firme. El aire fresco me despejó la mente. Tenía dos opciones: ir al Colegio de Médicos a denunciarlo por inútil o volverme a mi casa. Elegí opción b.
En casa no había nadie. Me encierro en mi estudio, prendo la pc y entro a un sitio porno, desde hace un tiempo he descubierto que me encanta el porno interracial, es decir ver a varios negros vergudos culeando a mocosas, preferentemente rubias y, si son de la edad de mi nena, mejor. Carne fresca que le dicen.
Encontré un video delicatessen. Cuatro negros muy pijudos y con cara de malos vs. una teen rubia de 18 añitos recién cumplidos, según indicaba el video. Por la carita de mocosa debía ser cierto, es más, creo que el director de la porno le dijo el día del cumple, veni nena, te vamos a hacer la fiestita, torta no tenemos, pero podés soplar esos velones de carne...
Un infierno el video, la pendeja arrodillada al principio chupando cuatro pijas me puso loco, encima la teen miraba a cámara con la boca llena y tenía un aire terrible a mi nena Natalia...Después la masacraron, doble penetración, ella chupando, claro, sobra una pija, en cuanto me doy cuenta le están haciendo un doble anal, otra por la conchita y ella tomando la mamadera, pensé que me daba el infarto.
Me imaginé a Natalia en lugar de la teen del video y me dió taquicardia. Pensé que me daba el bobazo, infernal como culeaban a la mocosa. Ahora veía a Natalia, ensanguchada entre los negros, mientras pedía otra pija en la boca. Al final, parecía que el nabo del médico tenía razón, se me estaba endureciendo el tronco... La mocosa rubia seguía ensanguchada entre varias pijas, se iban rotando para darle la mamadera, un auténtico infierno anal teen era ese video. No aguanté y me descargué.
A los pocos días, una tarde vuelvo a casa y me encuentro con una reunión de amigas de Natalia, eran 3 o 4 mocosas de su edad. Había un par que me ponían loco, dos pendejas de 18 con el culito duro muy parado y terrible carita de traviesas. Esa tarde me acerqué varias veces al grupito en el living y les ofrecí agua, café, gaseosas, jugos, jugos dietéticos, mate, té, té verde, té rojo (me enteré esa tarde que existe).
Todo para ver a la pendeja que más me hacía hervir la cabeza (bah, las dos, en realidad), además de Natalia, mi nena. Se trataba de Soledad, una mocosa de 18 añitos recién cumplidos. Infernal, carita de modelito, un culo de infarto y tetitas que me entrarían justo en la boca, según calculé.
Además, la muy trola tenía puesto un short dos números más chicos del talle que le correspondería y encima, cortado muy arriba, de modo que un tercio de los cachetes de la cola quedaban al aire. Arriba tenía una remerita blanca que le marcaba las tetitas. El short, por adelante, le marcaba terrible concha...
A la enésima vez que aparecí para ofrecerles agua con limón (lo último que se me ocurrió) mi bebota Natalia me fulminó con una mirada que decía desaparece de acá papi....Antes de desaparecer, veo que Soledad, que estaba parada, se pone de espaldas y se agacha un poquito para tomar su vaso de jugo, mostrándome su orto infernal, con los cachetes casi al aire. Debí contenerme para no arrojarme encima y culearla in situ.
Me fui a la cocina a prepararme un café, necesitaba algo que me despeje la cabeza de ese ojete infernal. Abro la alacena superior, no estaba el frasco de café, en realidad no lo veía porque sólo tenía en la cabeza la imagen del terrible orto de Soledad. Estaba en eso, de espaldas a la puerta, cuando oigo una vocecita angelical que me dice:
- perdón, puedo entrar?
Giro y me encuentro con Soledad y su culo, la teen venía a prepararse un té, me ofrecí a hacérselo (el té, no el culo) y la mocosa me dice que no me moleste, que sabe donde están los saquitos, se acerca a la alacena, se pone casi delante mío y se estira para tomar la caja de saquitos, parando la colita y apoyándomela en mi bulto, que estaba ya removiéndose en mi slip.
Se da vuelta, me mira con esa carita de nena traviesa que me reventaba las dos cabezas y me dice,
-perdón!!
- no es nada, dije yo. (No sabía como tratarla: nena, bebe, querida, mocosa, pendeja, bomboncito me pareció ya atrevido, bebota me volaba los sesos, opté por no decir nada)
Soledad se preparó el té en el microondas, yo le miraba el culo en vivo y en directo, la mocosa estaba de espaldas maniobrando el microondas, vi que tenía el celular en un bolsillo sobre el culo, viendo que el shorcito era más chico de lo necesario para cubrirle el orto a la pendeja, pensé que cuando lo sacara (al celu, no el shorcito), le quedaría con la pantalla curva, como los nuevos modelos que vienen ahora, de tan firme que tenia ese orto.
Al final, se dió vuelta, con el té listo, y me dice, mirándome con esa terrible carita de chupapijas que tiene:
- ah, puedo darte mi contacto?. A veces trató de comunicarme con Natalia y no lo consigo, por ahí puedo llamarte y la ubicas....
- si, claro, por supuesto, le dije
La mocosa sacó el celular del bolsillo del culo, pero no, no estaba curvo, se veía bien recto (el celular, el culo de la mocosa seguía redondito, perfecto, parecía cincelado por Miguel Angel). Nos pasamos los contactos y se despidió con una sonrisita.
Yo no podía creer lo que me había pasado, el verso de no poder comunicarse con mi nena Natalia no se lo creía ni un nene de 2 años. La pendeja quería pija, obviamente...
Me puse a pensar como enmascarar el contacto en el teléfono, no sea que mi mujer Yanina me vea los contactos y aparezca "Soledad, la pendeja con terrible orto", no, debía ocultarlo, actuar astutamente, como un lince. Pensé en poner "Cacho mecánico" o "Luis sodero", pero no, debía ocultarlo de modo más inteligente.
Tuve una inspiración brillante, le puse "Dr Hipócrates urólogo" (mi médico no era Hipócrates, obvio, pero no voy a mandar al frente al profesional de la salud que me atendió...).
Satisfecho con mi genialidad, mi mente se aclaró en ese momento y comprendí que todo cobraba sentido, que -después de casi 50 años-, finalmente tenía un objetivo claro en la vida.
El culo infernal de Soledad, la amiga de mi nena.
3 comentarios - Todo en familia (IV): mi urólogo se llama Soledad, tiene 18