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En el autobús

El día se iba a presentar bastante frío, lo auguraba la ventisca hasta cierto punto fuerte que se estaba presentando, por lo que decidí llevarme el capote largo (impermeable) por si llovía, la travesía desde mi pueblo al colegio se hacía en una hora y 20 minutos aproximadamente y por lo agradable del clima me imaginé un viaje placentero, por lo menos hacia el colegio, cosa que así ocurrió, las clases fueron lo de siempre algo bueno y nuevo que aprender, con el inconveniente que teníamos que hacer esfuerzos para escuchar porque ya había empezado a llover y la lluvia era torrencial.

Estaba preocupada porque el aguacero se estaba prolongando por una hora más de mi horario de salida, olvidaba decirles que estudio en Managua y viajo desde el sur hasta mi colegio diariamente, estudio en el horario de la tarde por lo que estaba preocupada porque se me iba a hacer de noche incluso antes tomar el autobús hacia mi pueblo, había olvidado decirles que soy una chica de tez blanca dorada por el intenso sol que hay en este país, de aproximadamente un metro sesenta de estatura, 18 años cumplidos hace dos meses, unos pechos duros generosamente proporcionados y todavía no me los habían besado mucho menos acariciado y menos aún chupado un trasero bastante grande y redondito.

Ese día traía la falda un poco más corta de costumbre pues a veces me sentía complacida cuando los hombres buscaban desesperadamente cómo mirar por debajo y me gustaba hacerlos sufrir y de vez en cuando los dejaba ver mi tanga con disimulo, llegué a la terminal un poco tarde por lo que todos los asientos del bus estaban ocupados así que me fui hasta la parte de atrás detrás de la ultima fila de asientos y me apoyé con mi hombro izquierdo en la ventanilla a la vez que sostenía todos mis libros mientras con mi mano derecha me agarraba del alto respaldar del asiento por cierto me llegaba hasta el pecho.

Arrancó el bus sin ninguna novedad y enrumbó hacia la carretera donde a los pocos minutos nos encontramos con el bus que había salido con anterioridad a nosotros y muchos pasajeros abordaron el vehículo en el que viajaba pues era el ultimo de ese día la ligera comodidad con la que estaba viajando aún de pie se terminó, pues el automotor se llenó completamente hasta estar bastante apretujados.

Para mi desgracia ( o para mi suerte) a mi derecha quedó un hombre como de unos treinta y cinco años alto y de cuerpo bien formado, no pude ver la persona que quedó atrás mío porque las luces del vehículo se apagaron dizque para ahorro de combustible este apenas me rozaba de vez en vez con los movimientos del vehículo, movimiento que el sujeto que estaba a mi derecha aprovechó para agarrase de la ventanilla con su mano izquierda pasándola detrás mío a la altura de mis omóplatos otro movimiento de bus y se pegó completamente a mí con su cadera izquierda mi cadera derecha otro movimiento y él ligeramente ladeó su pierna izquierda hacia atrás y aquí es donde empiezan los problemas.

Al hacer esta maniobra que yo pensé en un principio era casualidad sospeché que era intencional, la parte frontal de su pierna quedó apretando la cuarta parte del cachete izquierdo de mi nalga y sentía que hacía una presión tenue contra mi nalga, el darme cuenta de esto me provocó una extraña sensación en todo mi cuerpo concentrándose principalmente en mi entrepierna y se manifestaba en un hormigueo indescriptiblemente delicioso era algo que nunca lo había sentido, otro movimiento y una protuberancia a la altura del bolsillo izquierdo de su pantalón hace contacto con el costado derecho de mi nalga.

No sabía lo que era, tuve intenciones de tomar distancia pero la curiosidad y la agradable sensación que me causaba ese objeto lo impidió y más bien me pegué aún más al respaldar del asiento para hacerle espacio al sujeto, cosa que captó de inmediato y de pronto sentí todo ese inmenso bulto apretándome toda mi nalga derecha, sentí un calor intenso en mi cosita una ligera humedad la estaba invadiendo.

Los labios se estaban hinchando deliciosamente, el sujeto se deslizó más hacia la izquierda quedando esa cosa grande que tenía entre las piernas en medio de mis dos cachetes y malévolamente presionó fuertemente su aparato contra el canal que formaban mis nalgas hasta que sentí en el propio culito el inmenso bulto presionar como queriendo entrar ahí sin importarle la ropa, un estremecimiento se apodero de mí, de mi cosita en ese momento brotaron tibios líquidos, las piernas me temblaban, él bajó la mano que tenía sobre la ventanilla hasta la altura de mi cintura.

No protesté más bien le dejé hacer y rápidamente empezó a bajar su mano ejerciendo una fuerte presión sobre mi cadera, apretó mi nalga me jaló hacia su pene yo al sentir el jalón levanté mi culito para sentir aún mejor la cabeza de su miembro en mi chiquito siguió bajando su mano hasta el borde de mi falda bajó un poco más hasta agarrarme con toda la palma de su mano mi muslo izquierdo y empezó a subirla pero esta vez por sobre la piel desnuda de mi muslo, aquello era una delicia indescriptible, mi cosita ya estaba toda empapada a tal punto que mi tanga ya no podía retener la humedad y mis líquidos corrían ligeramente por mis muslos.

Sentí como su mano al tener contacto con la humedad que bañaba mis muslos resbalaba con más suavidad y delicadeza hacia arriba hacia el tesoro que nadie había tocado y que ese desconocido estaba a punto desentrañar aquella mano se me antojaba cálida grande y deliciosa abrí un poco más las piernas para facilitar el camino hacia mí ya inflamado y caliente sexo cuando de pronto ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! un dedo llegó a mis labios vaginales e hizo presión en medio de ellos.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, la piel se me pone de gallina, siento que un delicioso mareo se apodera de mí, se me aflojan las rodillas, una sacudida involuntaria de mis caderas restregándome aún más fuerte sobre la mano del desconocido me hizo saber que había experimentado el primer orgasmo de mi vida, aquello no terminaba ahí pues el individuo siguió restregando su mano sobre todo mi sexo, después, sin dejar de tocarme los labios vaginales con el costado exterior de su dedo índice con la palma de su mano me acariciaba mi muslo.

Con el dedo índice que tenía en la mitad de mi raja jaló hacia mi muslo como quien quiere hacer trompetillas, buscó la orilla de mi tanga e iba introduciendo habilidosamente su dedo entre mi tanga y la carne viva y ardiente de mi chocho que estaba totalmente empapado de la corrida que acababa de darme apenas unos segundos antes, esto facilitó al travieso dedo llegar hasta mi palpitante raja ya sin la intervención de la tela de mi tanga, moviéndose hacia mi otro muslo pero sin soltar mi rajita sentí cómo cuatro dedos se apoderaban de mi raja haciendo a un lado mi tanga.

De pronto sentí cómo el dedo gordo de esa mano se acomodaba en el canal de mis nalgas apretando fuertemente mi ano como queriendo entrar el placer era inconmensurable aquella mano moviéndose por encima de mi chocho acariciando mis vellos púbicos, me tenía al cien de pronto dos dedos de esa mano se separaban entre sí con la marcada intención de abrir mis labios vaginales que rica sensación ¡ay! ¡yayay!

Nunca me había atrevido yo misma a separar mis labios y ese extraño lo estaba haciendo y qué delicia, si hubiera sabido eso más antes sólo haciendo eso hubiera vivido haciéndolo en mis ratos libres y no tan libres y ¡ay! ¡oooohhhh! Qué delicia un dedo avanzó hacia la parte interior de mi cuerpo y se movía algo agitado de un lado a otro de dentro hacia fuera pero sin salir de mí me retuerzo de placer de pronto el dedo se detiene al encontrar una barrera dentro de mí empuja un poco y un ligero dolor me hace reaccionar ¡soy virgen! ¡soy una muchacha decente! ¿qué estoy haciendo?

Con un movimiento inesperado me aparté de esa mano intrusa aunque por lo lleno que iba el bus no pude poner mucha distancia entre el individuo y yo, acomodé a como pude mi tanga tapándome mi mal educado chochito que pedía más pero que no le podía dar, por un momento creí que el individuo me dejaría tranquila pues pasaron unos cuantos segundos antes de que me tomara por la piel desnuda de mi muslo subiera su mano hasta la altura de mi tanga llegando con sus dedos a tocar apenas los vellos de mi monte pero por encima de la tela de la tanga presionó y me jaló hacia atrás hasta ponerme su deliciosa estaca entre mis dos nalgas con algo de violencia y restregármela fuertemente.

Mi chochito me palpitó pero yo a como pude me moví hacia un lado sacándome su estaca de entre mis nalgas pero pasando por todo mi cachete izquierdo con mucha presión, él se movió tratando de colocar nuevamente su tranca en la posición anterior y yo le huí moviéndome hacia el otro extremo no podía pedir ayuda porque en parte yo misma había causado esto, además mi chochito estaba de necio queriendo ser tocado sin importarle el lugar ni los prejuicios.

Bajé mi mano para con ella tratar de empujar hacia atrás apartándolo de mí pero este tomó mi mano y la hizo a un lado y colocó otra vez su aparato contra mí ya desesperado culito, y otra vez me retiro y meto mi mano de por medio tratando de apartarlo, otra vez tomó mi mano pero esta vez de mi muñeca y la guió hasta el bulto que se formaba a la altura de sus ingles yo me resistía pero la fuerza era demasiada y logró que mi mano se posara sobre su estaca y ¡ay! sentir el contacto de aquel bulto tan duro como un riel me hizo estremecer, mi chochito dio un sobresalto como si lo hubiesen tocado a él con una descarga eléctrica empecé a perder fuerza para resistir y tratar de alejarme del contacto con aquel enorme bulto.

Él al notar que ya casi no ponía resistencia empezó a abrirme la mano de forma que la palma tocara por encima de su cosa y luego poniendo toda su mano sobre la mía que estaba posada sobre su tranca hizo que la cerrara, noté todo el grosor de aquel instrumento largo grueso y caliente, me quedé quieta sin retirar mi mano entonces él movió mi mano haciendo que recorriera aquel aparato por todo su largo de arriba hacia abajo luego de abajo hacia arriba y capté que quería que siguiera con ese movimiento y así lo hice, después sentí cómo abría la cremallera de su pantalón, tomó mi mano nuevamente, la acomodaba dentro de su pantalón, no llevaba calzoncillos por lo que sentí la mata de pelos que adornaban el nacimiento de aquella hermosa tranca.

Estaba vencida, hurgué yo misma por dentro de aquel nuevo lugar al cual yo nunca había tenido acceso y lo estaba disfrutando como una loca pues empecé a agitarla con violencia, de repente se retiró dejándome sin aliento, busqué con mi mano aquel instrumento nuevamente y me lo negaba busqué contacto mis nalgas y nada, no era posible que fuera a dejarme así, si ya había aceptado acariciar aquel garrote delicioso, pero nada, se retiraba y yo buscaba.

Estaba a punto de gritarle que permitiera seguirle meneando su aparato cuando nuevamente me tomó de mi muslo se pegó detrás mío muy fuerte y qué alivio sentir aquélla enormidad separando mis nalgas para estrujarme mi ansioso culito subió su mano hasta el borde superior de mi tanga agarró el elástico con un dedo y empezó a bajarla hasta mitad de mi nalga luego lo hizo con el otro extremo para emparejarla luego en el punto de inicio hasta donde empiezan mis muslos y así sucesivamente hasta dejármelas a medio muslo como a seis dedos de mis rodillas.

Con sus manos me acariciaba en círculos largos todas mis nalgas ay qué delicia, se retiró un poquito, por unos segundos, enseguida sentí como algo caliente y palpitante se abría paso entre el canal de mis nalgas ¡ay! Qué sensación tan celestial, miré a mi alrededor a ver si alguien nos observaba nadie se había percatado de nada por la oscuridad del vehículo y por lo apretado que íbamos.

Pero por si las moscas tomé mi capote con mi mano derecha lo presioné contra el respaldar del asiento y lo posé sobre mi hombro derecho tratando de tapar con una cortina lo que estaba sucediendo, él inmediatamente captó la idea y agarró el capote de mi hombro y lo colocó sobre el suyo quedó en forma de cortina tapándonos a los dos, acto seguido y con la protección del capote subí mi falda hasta la cintura él me tomó por la cintura con ambas manos y encaminó su miembro por entre mis nalgas haciéndolo rechinar entre ellas hasta llegar a mi orificio anal.

La humedad que salía de aquel aparato la podía sentir pero era poca para dejarlo resbalar con facilidad entre mis nalgas, pero qué genialidad de hombre se agachó un poco para con la cabeza de su cosa recoger de mi humedad vaginal y restregarme su aparato entre todo el canal que forman mis nalgas y ahora sí corrió con soltura de arriba abajo y viceversa una y otra vez sentí como ahora se concentraba en mi hoyito y empujaba fuerte queriendo entrar pero éste se resbalaba hacia abajo por lo que me empiné lo más que pude para facilitarle las cosas.

Qué decepción siempre se resbalaba y mi culito estaba que palpitaba por tener esa enorme tranca atravesándolo, una idea iluminó mi cerebro y la llevé acabo inmediatamente, con mis libros hice dos bultos en el suelo como de cinco pulgadas de alto cada uno, los dejé lo bastante separados el uno del otro para tener las piernas bien abiertas y subí en ellos, mis nalgas quedaron a la altura de aquel miembro que tanto deseaba tener dentro de mí, apoyé mis pechos en el respaldar del asiento levanté mis nalgas y con la mano izquierda separaba mi nalga para dar mejor acceso a mi agujero trasero.

Él con su mano derecha separaba mi otra nalga y un dedo de su mano izquierda lo humedeció con saliva lo colocó en mi ano y empezó a empujar yo apreté el culo por instinto pero siguió empujando un ligero dolor se hizo presente pero no importaba valía la pena todo el placer que estaba sintiendo, de repente sentí la puntita del dedo dentro de mi ano me dolía pero no estaba dispuesta a que me lo sacara, así es que me relajé un poco y el dolor desapareció, movió el dedo contra todas las paredes de mi esfínter con la clara intención de ensancharlo lo cual logró rápidamente gracias a mi colaboración.

Después otro dedo hizo su aparición este igual que el primero me dolió un poco pero entró con más facilidad, yo me movía instintivamente pues no podía controlarlo, era mi cuerpo el que estaba respondiendo, él retiró los dedos agarró su enhiesta verga venosa y caliente yo levanté un poco más mis nalguitas separándolas aún más para dar mejor acceso, puso la cabezota ahí en mi ya dilatado culito y empujó suave y amablemente pero ay ay me duele mucho él sigue empujando siento cómo todas las arrugas de mi culito se alisan al entrar apenas la punta de aquella cabezota, y plos pasa el glande entrando toda la cabeza quedando mi esfínter mordiendo por el cuello aquella cabeza intrusa dolorosa pero sabrosa…

Empuja un poco más pero no resisto el dolor y con una maniobra evasiva logro sacarme aquella cabezota pero una vez fuera me dio una arremetida salvaje que me la metió hasta la mitad pero yo sentía que la tenía hasta la garganta di un ligero gemido pero me mordí los labios para no gritar él no se movió y el dolor y la impresión fueron pasando, al dolor provocado por semejante arremetida siguió el acomodamiento de los músculos de mi ano, sentía que las piernas me temblaban tenía nublada la vista pero ahora era de placer y empecé a empujar hacia atrás para ensartarme aún más aquella tranca que amenazaba con partirme en dos, pero que a la vez me estaba dando un placer que nunca en mi vida me había imaginado.

Empujaba suavemente hacia atrás pues no me era fácil meterme toda aquella tranca el dolor era inmenso pero más inmenso era el placer que eso me estaba dando por mi agujerito que en ese momento lo sentía como el brocal de un pozo de ensanchado que estaba me entraron como dos pulgadas más y qué delicia mi chochito recibió caricia de un dedo que delicadamente se posó sobre sus inflamados labios y me hizo temblar de pies a cabeza y él se enteró inmediatamente pues con toda la palma de su mano sobre mi cosita me jaló hacia atrás hasta hacerme quedar completamente clavada en aquella deliciosa estaca me quedé sin aliento un chorro de líquidos brotó de súper caliente raja yo quería moverme pero era casi imposible.

Mi falta de experiencia me hacia dudar de cómo hacerlo. Él se quedó quieto por un momento sólo empujando hacia dentro de mi culito como para que no quedara duda que la tenía toda dentro empujaba tanto que parecía me iba a levantar del piso del vehículo con aquella tranca que tenía incrustada en mi sabroso culo, hizo un pequeño movimiento para acomodarse bien y empezó un movimiento de sacármela y después dejármela ir todita como si quisiera meterme los testículos, ¡ay! ¡ay! ¡ayayay! ¡qué rico!

No me explico por qué me querían ocultar todas estas sensaciones de locura exquisita los líquidos de mi rajita me llegaban ya hasta las rodillas la mano del individuo chapoteaban en mi chorreante sexo de repente sentí que aquella cosa que me estaba partiendo deliciosamente, que me estaba quemando las entrañas, se hizo un poco más grande y, empezó a convulsionarse violentamente dentro de mí.

Me la clavó hasta el tronco hasta hacerme sentir como si los vellos de su sexo se iban a implantar en mis nalgas y un chorro de líquido ardiente me bañó los intestinos al instante un chorro interminable de líquido hirviendo salía de mi palpitante raja que estaba siendo estrujada fuertemente por aquel sujeto yo sacudía mi culo de un lado para otro para prolongar más aquel fuerte y violento orgasmo que estaba apoderado de mi cuerpo, de repente los estertores eran tan violentos que amenazaban con desmayarme de gozo y placer me quedé quieta.

Inmóvil el tipo empezó a retirar aquella cosota que por cierto ya había perdido dureza de no puedo negar que me gustó la sensación de su tranca saliendo de mi culo aunque la quería tener dentro para toda la vida, a como pude me subí mi tanga que estaba totalmente mojada, bajé mi falda no sabía qué hacer después de lo que acababa de pasar…

A los pocos segundos de haber tenido mi primer orgasmo el bus se detuvo y bajó mucha gente lo que me permitió sentarme pues hacía un poco más para llegar a mi parada una serie de pensamientos llenaban mi cabeza me acababa de ocurrir algo glorioso se puede decir que de tan delicioso hasta celestial me di cuenta que algo había cambiado en mí pues ahora mis pensamientos como que los gobernaba mi chochito.

Y me estaba pidiendo ser penetrado ser partido, y bueno si le obedezco en cuanto lo haga se los haré saber.

P.D.: Es un relato anónimo viejo, que me gusta mucho

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