Luego de que mis padres se divorciaran me sentí mal de haber actuado como lo hice, sin embargo la lógica me hizo sentir mejor, me refiero a que la noche en la que la embarace, ella iba a tener sexo con un desconocido e iban a ser los mismos resultados, es decir que de cualquier manera se iba a divorciar lo único que cambio fue que aquella noche el que disfruto fui yo y no aquel tipo.
Aun así tenía que pensar arduamente lo que aria y diría ya que por sus acciones era lógico que me encontrará enojado con ella y prefiriera irme a vivir con mi padre, pero mis deseos eran vivir con mi madre ya que, si bien en el pasado se me olvidó o deje quemo mente no pensar mucho en el cuerpo desnudo de mi progenitora ahora era diferente.
No puedo decir que era un hombre pero en plenos 15 años si tenía las hormonas a reventar y ella a sus 32 años, no sé si se le pudiera dar el título de milf pero de que estaba y sigue estando buena lo está.
Entonces espere a que ella me pidiera quedarme con ella, si me quería como sería natural me lo pediría, de otro modo ya había planeado visitar a mi "hermanita" y buscar oportunidades.
Mis planes salieron a lo primero ella en la primera audiencia me lloro por qué no la dejara y gracias a mi edad ya podía elegir con quién quedarme, y el argumento "lo hice sin saber que hacia, estaba ebria, te prometo no volver a tomar", me convencieron a quedarme con ella.
Después de la separación mi madre busco trabajo y, aún que a mi no me agrado para nada, de algún lugar tenía que salir el sustento de la casa, aún que rápidamente deseche los malos pensamientos ya que me informaba de todo, a qué lugares fue a buscar trabajo en ocasiones me pedía ir juntos a determinado lugar para ver si había carteles solicitando empleo, hasta que un día al llegar de la escuela me dijo que lo había encontrado en una de las fábricas de las cuales habíamos visto, una chocolatera.
Las formas siguieron igual, el horario de trabajo más el tiempo de llegada a casa nunca fallo, su teléfono tenía patrón de bloqueo solo por si lo llegaba a perder más no uno desconocido para mí, algo que quise que cambiará pero no sucedió fue el poder verla semidesnuda de manera natural, es decir poder verla en calzones sin que ella se escandalizara pero desde que la vi a punto de coger con el compadre ella cuidaba de que yo no tuviera ni la más mínima oportunidad.
Conforme los meses pasaban y su vientre avultaba más ella fue ver a una dermatóloga, pues como he mencionado ella de por si estaba buena, su vanidad la hacia cuidarse para no desmejorar su aspecto, pero ese no es el motivo de este relato si no lo sucedido dos meses después de que mamá empezara a trabajar, había llegado del trabajo cabizbaja, triste, yo le pregunté el motivo.
- Es solo cansancio, cariño, no te preocupes - fue lo que dijo.
Pero su expresión era diferente a otras ocasiones y la idea de que algo le sucedía no me la sacaba de la cabeza.
Al cuarto día su expresión era la contraria llegó efusiva, lo que se me hizo raro es que rápidamente se marcho a su habitación, poco salió aquella vez, más no di mucha importancia, sin embargo su comportamiento pósterior fue lo que llamo mi atención, ahora estaba más pegada al teléfono, es decir al hacer la comida estaba viendo su teléfono manipulando la pantalla y en ocasiones reía o una sonrisa aparecía en su rostro, cuando se daba cuenta de que la miraba.
- un meme, muy gracioso - decía para justificar.
Sin embargo no me lo mostraba como anteriormente lo hacía.
"Quizá por la euforia que provocó el chiste se le olvidó mostrarme", pensé las dos primeras veces. En un par de ocasiones le dije, "a ver", pero contesto con un "hay, ya le subí, si lo encuentro otra vez te lo enseño, cariño".
Sabía que mi madre tenía algo entre manos, una noche desperté a las 3:30 de la madrugada, apenas deje el teléfono donde vi la hora y mi mente empezó a cuestionar el que había de haber en el teléfono de mi madre y en su mente.
Me levanté sigilosamente y me dirigi hacia su habitación, trate de adivinar el suelo en la obscuridad y llegar hasta su buró, tome su teléfono y salí al pasillo rápidamente dibuje su contraseña y afortunadamente era la misma que yo conocía.
Lo primero que note diferente fue la aplicación Tinder, la cuál si bien no la conocía si sabía para que era, así que entre y trate de hacer lecturas rápidas, en esta aplicación leí varias conversaciones vagas, sin ninguna a proponer sexo, solo eran frases de malos ligadores aún que ver dos fotos de mi madre mostrando parte de su brasier y otra de cuerpo completo en ropa interior me molestó.
posteriormente me dirigi a WhatsApp ahí si que había cosas más directas, frases más descriptivas y acaloradas además de fotos enviadas en ropa interior, no se trataba de que ella lo pusiera para verse sexy, estás eran tomadas para excitar a alguien en particular, no solo eso también había fotos en respuesta, muchas de estas eran de vergas, otras el torso y piernas eran visibles, en una de las conversaciones leí.
- Entonces cuando puedes?
- El viernes, si puedes llegar al hotel xxxxx a las 3:20.
- Claro que sí, ahí estaré que esas nalgas no me las pierdo por nada.
Por supuesto que las fotos de mi madre las envié a mi teléfono para que me acompañarán en las noches frías, pero me había marcado un objetivo.
Deje el teléfono de mi madre tal cual lo había encontrado y me retire a mi habitación con la sertesa de saber lo que mi madre hacia y haría.
Tenía pensado hablar con ella tan pronto amaneciera, incluso pensé en evitar que fuera al trabajo o amenazarla con irme con mi padre, pero sabía que debía actuar con inteligencia.
Al día siguiente era viernes precisamente y tenía como objetivo evitar que se diera aquel encuentro, me sentía celoso al saber que alguien más le metiera la verga a la vez que me daba coraje que sin más ella estuviera dispuesta a abrirle las piernas a un desconocido.
Pues nada, todo el día pensé en lo que aria y semen vinieron muchas soluciones pero todas sin probabilidades, así que sin más decidí confrontarla.
Me dirigi a su trabajo para estar ahí antes de la hora de salida.
2:50 estaba frente a la puerta, diez minutos después empiezan a salir las personas del turno, junto a ellos mi madre quien al verme voltea nerviosa hacia todas partes, para luego dirigirse a mi.
- Que haces aquí.
- Quiero platicar contigo y decidí venir por ti.
- No tenías que hacerlo, sabes que de aquí me voy directo a la casa.
- Si, pero ya sabes, quería tener ese detalle contigo.
- Bueno, gracias. Y de que quieres hablar?
- Te digo al llegar a casa.
Caminamos hasta la parada del camión a un costado del hotel dónde había quedado con su amante ocasional, obviamente se puso muy nerviosa.
Su nerviosismo le invadío durante el camino, aún más cuando su teléfono empezó a sonar.
- Por que no contestas? - le cuestione.
- Por que vengo contigo y no quiero que alguien interrumpa este momento con mi bebé.
Una sonrisa para mis adentros se me escapó ya que no cruzábamos palabra.
Llegando a casa, apenas entramos y preguntó.
- Ahora si, de que necesitabas hablar conmigo con tanta urgencia que hasta tuviste que ir por mi.
Difinitivamente no sabía cómo empezar, no es fácil decile a tu madre que estás enterado de que busca quien se la coja.
- Que te sucede?
- A mi? nada, a qué te refieres?
- A que ha de ser? A qué un día llegas triste, decaída y al otro no cabes en tu felicidad.
- Ha! No sabía que debía estar triste todo el tiempo!
- No es solo eso, también son los encierros que te das en tu cuarto y el que no dejes tu teléfono para nada. Que me estás ocultando?
- Nada, que ha de ser?
No sabía cómo continuar, o que más decir, tenía miedo de llegar al punto en el que ella me dijera lo que yo ya sabía.
- Solo te voy a decir una cosa, madre, si tú sigues ocultando cosas yo también lo voy a hacer.
- Pero qué te oculto, dime.
- Préstame tu teléfono y te digo que es lo que ocultas.
- Haber! Creo que estoy divorciada como para que esté dando explicaciones - vosifero en tono defensivo.
- Perfecto - conteste como punto final.
Me diriji a mi habitación, tome algunas cosas y las eche a mi mochila, espere a que ella se metiera a su habitación y salí de la casa, llame algunos amigos con los que fui a beber un par de cervezas y a perder el tiempo.
Regresé por la tarde casi anocheciendo, la cena fue en silencio y nos fuimos a nuestras habitaciones a dormir, en mi caso a tratar de hacerlo ya que pensaba en como evitar al día siguiente que ella fuera a ver a aquel tipo, pero no se me ocurrió nada.
Al día siguiente ni siquiera fui a la escuela, no tenía ánimos de nada, dados las 3:40 llegó ella, dándome a pensar que del trabajo tomo camino a casa.
Tome mis cosas y salí a la calle, llame a mi padre quien afortunadamente disponía de la tarde, platique con el de varias cosas sin tocar el tema de mi mamá
De está manera hice un par e días más, hasta que pensé en marcharme con mi padre pensando que a mi madre le daba igual lo que yo hiciera mientras a ella se la cogieran, igual pensé en afrontarla definitivamente.
Al cuarto día al ir saliendo de casa me habló, regresé y dijo.
- Piensas seguir así?
- No, he considerado irme con mi padre, comprenderás que no puedo vivir con alguien que me oculta cosas, así tú también estarás bien, no tendrás que esconderte para hacer tus cosas.
Ella se quedó pensando por unos momentos.
- Entiende que no te estoy ocultando nada.
- No te preocupes, no me tienes que dar explicaciones, por eso te divorciarse, recuerdas?
- Está bien, disculpa, no debí decirte eso.
- No te preocupes, al fin y al cabo, solo soy tu hijo, supongo que hay otras cosas más importantes para ti.
Di media vuelta y di un par de paso cuando escucho nuevamente su voz.
- Ten.
Nuevamente giro hacia ella y veo su mano estirada con su teléfono.
- Ten, espero que esto te haga feliz - Su tono de voz era agresivo.
- No, no es necesario.
Ella se acerca a mi poniendo su teléfono en mi mano y vuelve a decir.
- Ten, revísalo.
En mi mente, pensé que muy seguramente ella ya había borrado toda evidencia, aún así después de mírarla camino hacia la sala para sentarme.
Apenas desbloqueo el teléfono y ella nuevamente dice.
- Antes de que veas algo... - Le salen un par de lágrimas - quiero hablar contigo.
- De que?
- Haya voy... Seguramente decordaras que algunas cosas de cuando eras niño.
- Si.
- Tu papá y yo discutíamos mucho por cosas que tú ya sabes de su familia, por qué bebía mucho, pero además por qué... El no me cumplía en... bueno en la intimidad, por eso eran todas las noches nuestras discusiones.
Por eso me encontraste como lo hiciste aquella noche con mi compadre, por eso, está pansa - dijo señalando su vientre von ambas manos.
En ese momento volví a desbloquear el teléfono.
- Entenderás que como cualquier mujer necesito de un hombre que me haga compañía en el día a día y también en la cama.
Al ver Tinder voltee a verla, abrí la aplicación y note que la última vez que contesto había sido el viernes, lo mismo con las otras aplicaciones sin embargo ahí estaba las pruebas de lo que ella había estado haciendo.
Después de varios minutos su voz rompe el silencio diciendo - eso querías mirar? te gustó ver cómo tú madre busca hombres en internet? como manda fotos en calzones? - su tono de voz era entre triste y ofensivo.
En parte entendía su malestar, sus motivos, pero me sentí humillando al oír esas palabras, mismas que me hicieron recordar a mi madre dándole las nalgas a su compadre.
- No, claro que no!- dije gritándole.
Un nudo en mi garganta aparecío, ahogándome hasta sacar una lágrima en mi ojo derecho.
- Pero en este momento vas a enviar tus últimas fotos.
- como? - Preguntó sorprendida.
Nuevamente desbloquee su teléfono, prepare su cámara y se lo di.
- Tomate fotos y me las envías.
- Estás loco - dijo alterada.
- Buscas hombres en internet para enviarles fotos, no?
- Pues aquí tienes a uno.
- Pero tú eres mi hijo.
Trate de calmarme y aclarar mis ideas.
- A las personas que les enviaste tus fotos no las conoces, o si? - Ella no contesto - si a ti no te importo enviarle fotos a desconocidos - Que más te da enviarmelas a mi, o bien lo dejo a tu consideracion, quien es más importante para ti, un desconocido o tu propio hijo.
Tomo su teléfono y salió apresurada a su habitación.
"Ya la cagué", pensé yo, sin embargo más tarde sonó mi teléfono con un mensaje suyo diciendo.
- "Espero que lo disfrutes".
Seguido de esto varias fotos, las primeras en ropa interior, posteriormente sin brasier y otras dando a ver qué se había quitado el calzón más no dejaba ver sus genitales.
A pesar de haber conseguido mi objetivo no estaba del todo contento, por ello que no me hiciera la Manuela.
Después de un par de horas salí de mi habitación, me encontre a mi madre saliendo del sanitario.
- Espero que no hayas manchado tu ropa.
A primera instancia no te di, así que Pregunte - Por que?
- Pues no creo que hayas querido mis fotos solo para tenerlas, verdad?
- Ha! No, no las use.
Un, "tenemos que hablar", salio de ambos casi al unisonoro.
- Vamos a la sala - me dijo.
Nuevamente nos sentamos uno al lado del otro.
- Disculpame - dije.
- No, disculpame tu a mi, se que no he sido una buena madre - ella queria seguir hablando, pero no tenía las palabras, por ello que yo comenzará diciendo.
- Cuando te vi con tu compadre sentí muchos celos apesar de que era muy chico sabía que estaba apunto de cogerte de hacerte su mujer, por eso no me importo exponerme a qué me golpeara.
Hoy te comprendo que necesites quien te lo haga o mostrar tu cuerpo para que con palabras y mensajes te hagan sentir bien, pero ya no soy un niño, y ver qué tienes ganas de que te den lo que yo también tengo entre las piernas con mayor razón me dan celos y coraje o que piensas, que me aria feliz y orgulloso saberlo.
Después de un silencio prolongado finalmente dijo.
- que propones, por qué sabes que no puedo dejar de sentir solo por qué a ti te moleste, verdad?
- Tome aliento, tratando de sonar maduro y serio, dije - lo mismo que cuando era pequeño y te encontré con tu compadre.
- Quieres decir?
- Si... Dime si no tengo el derecho... Soy quien te apoya en la casa, veo por ti cuando te enfermas, yo me aseguro de que la casa este bien serrada cuando nos vamos a dormir, soy tu hijo y se supone que debo ser tu prioridad en todo!
- Si pero esto no es como todo lo demás.
- Que tiene de diferencia..? Que en esto puedes dar placer y prefieres dárselo a algún desconocido al que no le importas que darmelo a mi?
Nuevamente se hizo el silencio, en esta ocasión no fue su voz ni la mía la que rompió con ese momento angustioso para mí, fue un suspiro de ella,la mire quitarse la blusa, dejando sus brasier a mi vista, después sus zapatos y finalmente su pantalón era sacado de su cuerpo dejandome mirar su calzón, se acerco a mi, pensé que tomaría asiento al lado de mi tal como lo había hecho anteriormente, pero no, dejó caer sus nalgas en mis piernas mientras cerraba los ojos y dejaba escapar otro suspiro.
Su cuerpo temblaba, creo que también el mío. Su vista por fin se dirigió a mi.
- Te amo con todo mi ser, hijo, y claro que eres mi prioridad, siempre lo has sido y si tengo que elegir entre cualquier hombre y tú, por supuesto que te elijo a ti. Anda acaricia cuanto quieras.
Aun así tenía que pensar arduamente lo que aria y diría ya que por sus acciones era lógico que me encontrará enojado con ella y prefiriera irme a vivir con mi padre, pero mis deseos eran vivir con mi madre ya que, si bien en el pasado se me olvidó o deje quemo mente no pensar mucho en el cuerpo desnudo de mi progenitora ahora era diferente.
No puedo decir que era un hombre pero en plenos 15 años si tenía las hormonas a reventar y ella a sus 32 años, no sé si se le pudiera dar el título de milf pero de que estaba y sigue estando buena lo está.
Entonces espere a que ella me pidiera quedarme con ella, si me quería como sería natural me lo pediría, de otro modo ya había planeado visitar a mi "hermanita" y buscar oportunidades.
Mis planes salieron a lo primero ella en la primera audiencia me lloro por qué no la dejara y gracias a mi edad ya podía elegir con quién quedarme, y el argumento "lo hice sin saber que hacia, estaba ebria, te prometo no volver a tomar", me convencieron a quedarme con ella.
Después de la separación mi madre busco trabajo y, aún que a mi no me agrado para nada, de algún lugar tenía que salir el sustento de la casa, aún que rápidamente deseche los malos pensamientos ya que me informaba de todo, a qué lugares fue a buscar trabajo en ocasiones me pedía ir juntos a determinado lugar para ver si había carteles solicitando empleo, hasta que un día al llegar de la escuela me dijo que lo había encontrado en una de las fábricas de las cuales habíamos visto, una chocolatera.
Las formas siguieron igual, el horario de trabajo más el tiempo de llegada a casa nunca fallo, su teléfono tenía patrón de bloqueo solo por si lo llegaba a perder más no uno desconocido para mí, algo que quise que cambiará pero no sucedió fue el poder verla semidesnuda de manera natural, es decir poder verla en calzones sin que ella se escandalizara pero desde que la vi a punto de coger con el compadre ella cuidaba de que yo no tuviera ni la más mínima oportunidad.
Conforme los meses pasaban y su vientre avultaba más ella fue ver a una dermatóloga, pues como he mencionado ella de por si estaba buena, su vanidad la hacia cuidarse para no desmejorar su aspecto, pero ese no es el motivo de este relato si no lo sucedido dos meses después de que mamá empezara a trabajar, había llegado del trabajo cabizbaja, triste, yo le pregunté el motivo.
- Es solo cansancio, cariño, no te preocupes - fue lo que dijo.
Pero su expresión era diferente a otras ocasiones y la idea de que algo le sucedía no me la sacaba de la cabeza.
Al cuarto día su expresión era la contraria llegó efusiva, lo que se me hizo raro es que rápidamente se marcho a su habitación, poco salió aquella vez, más no di mucha importancia, sin embargo su comportamiento pósterior fue lo que llamo mi atención, ahora estaba más pegada al teléfono, es decir al hacer la comida estaba viendo su teléfono manipulando la pantalla y en ocasiones reía o una sonrisa aparecía en su rostro, cuando se daba cuenta de que la miraba.
- un meme, muy gracioso - decía para justificar.
Sin embargo no me lo mostraba como anteriormente lo hacía.
"Quizá por la euforia que provocó el chiste se le olvidó mostrarme", pensé las dos primeras veces. En un par de ocasiones le dije, "a ver", pero contesto con un "hay, ya le subí, si lo encuentro otra vez te lo enseño, cariño".
Sabía que mi madre tenía algo entre manos, una noche desperté a las 3:30 de la madrugada, apenas deje el teléfono donde vi la hora y mi mente empezó a cuestionar el que había de haber en el teléfono de mi madre y en su mente.
Me levanté sigilosamente y me dirigi hacia su habitación, trate de adivinar el suelo en la obscuridad y llegar hasta su buró, tome su teléfono y salí al pasillo rápidamente dibuje su contraseña y afortunadamente era la misma que yo conocía.
Lo primero que note diferente fue la aplicación Tinder, la cuál si bien no la conocía si sabía para que era, así que entre y trate de hacer lecturas rápidas, en esta aplicación leí varias conversaciones vagas, sin ninguna a proponer sexo, solo eran frases de malos ligadores aún que ver dos fotos de mi madre mostrando parte de su brasier y otra de cuerpo completo en ropa interior me molestó.
posteriormente me dirigi a WhatsApp ahí si que había cosas más directas, frases más descriptivas y acaloradas además de fotos enviadas en ropa interior, no se trataba de que ella lo pusiera para verse sexy, estás eran tomadas para excitar a alguien en particular, no solo eso también había fotos en respuesta, muchas de estas eran de vergas, otras el torso y piernas eran visibles, en una de las conversaciones leí.
- Entonces cuando puedes?
- El viernes, si puedes llegar al hotel xxxxx a las 3:20.
- Claro que sí, ahí estaré que esas nalgas no me las pierdo por nada.
Por supuesto que las fotos de mi madre las envié a mi teléfono para que me acompañarán en las noches frías, pero me había marcado un objetivo.
Deje el teléfono de mi madre tal cual lo había encontrado y me retire a mi habitación con la sertesa de saber lo que mi madre hacia y haría.
Tenía pensado hablar con ella tan pronto amaneciera, incluso pensé en evitar que fuera al trabajo o amenazarla con irme con mi padre, pero sabía que debía actuar con inteligencia.
Al día siguiente era viernes precisamente y tenía como objetivo evitar que se diera aquel encuentro, me sentía celoso al saber que alguien más le metiera la verga a la vez que me daba coraje que sin más ella estuviera dispuesta a abrirle las piernas a un desconocido.
Pues nada, todo el día pensé en lo que aria y semen vinieron muchas soluciones pero todas sin probabilidades, así que sin más decidí confrontarla.
Me dirigi a su trabajo para estar ahí antes de la hora de salida.
2:50 estaba frente a la puerta, diez minutos después empiezan a salir las personas del turno, junto a ellos mi madre quien al verme voltea nerviosa hacia todas partes, para luego dirigirse a mi.
- Que haces aquí.
- Quiero platicar contigo y decidí venir por ti.
- No tenías que hacerlo, sabes que de aquí me voy directo a la casa.
- Si, pero ya sabes, quería tener ese detalle contigo.
- Bueno, gracias. Y de que quieres hablar?
- Te digo al llegar a casa.
Caminamos hasta la parada del camión a un costado del hotel dónde había quedado con su amante ocasional, obviamente se puso muy nerviosa.
Su nerviosismo le invadío durante el camino, aún más cuando su teléfono empezó a sonar.
- Por que no contestas? - le cuestione.
- Por que vengo contigo y no quiero que alguien interrumpa este momento con mi bebé.
Una sonrisa para mis adentros se me escapó ya que no cruzábamos palabra.
Llegando a casa, apenas entramos y preguntó.
- Ahora si, de que necesitabas hablar conmigo con tanta urgencia que hasta tuviste que ir por mi.
Difinitivamente no sabía cómo empezar, no es fácil decile a tu madre que estás enterado de que busca quien se la coja.
- Que te sucede?
- A mi? nada, a qué te refieres?
- A que ha de ser? A qué un día llegas triste, decaída y al otro no cabes en tu felicidad.
- Ha! No sabía que debía estar triste todo el tiempo!
- No es solo eso, también son los encierros que te das en tu cuarto y el que no dejes tu teléfono para nada. Que me estás ocultando?
- Nada, que ha de ser?
No sabía cómo continuar, o que más decir, tenía miedo de llegar al punto en el que ella me dijera lo que yo ya sabía.
- Solo te voy a decir una cosa, madre, si tú sigues ocultando cosas yo también lo voy a hacer.
- Pero qué te oculto, dime.
- Préstame tu teléfono y te digo que es lo que ocultas.
- Haber! Creo que estoy divorciada como para que esté dando explicaciones - vosifero en tono defensivo.
- Perfecto - conteste como punto final.
Me diriji a mi habitación, tome algunas cosas y las eche a mi mochila, espere a que ella se metiera a su habitación y salí de la casa, llame algunos amigos con los que fui a beber un par de cervezas y a perder el tiempo.
Regresé por la tarde casi anocheciendo, la cena fue en silencio y nos fuimos a nuestras habitaciones a dormir, en mi caso a tratar de hacerlo ya que pensaba en como evitar al día siguiente que ella fuera a ver a aquel tipo, pero no se me ocurrió nada.
Al día siguiente ni siquiera fui a la escuela, no tenía ánimos de nada, dados las 3:40 llegó ella, dándome a pensar que del trabajo tomo camino a casa.
Tome mis cosas y salí a la calle, llame a mi padre quien afortunadamente disponía de la tarde, platique con el de varias cosas sin tocar el tema de mi mamá
De está manera hice un par e días más, hasta que pensé en marcharme con mi padre pensando que a mi madre le daba igual lo que yo hiciera mientras a ella se la cogieran, igual pensé en afrontarla definitivamente.
Al cuarto día al ir saliendo de casa me habló, regresé y dijo.
- Piensas seguir así?
- No, he considerado irme con mi padre, comprenderás que no puedo vivir con alguien que me oculta cosas, así tú también estarás bien, no tendrás que esconderte para hacer tus cosas.
Ella se quedó pensando por unos momentos.
- Entiende que no te estoy ocultando nada.
- No te preocupes, no me tienes que dar explicaciones, por eso te divorciarse, recuerdas?
- Está bien, disculpa, no debí decirte eso.
- No te preocupes, al fin y al cabo, solo soy tu hijo, supongo que hay otras cosas más importantes para ti.
Di media vuelta y di un par de paso cuando escucho nuevamente su voz.
- Ten.
Nuevamente giro hacia ella y veo su mano estirada con su teléfono.
- Ten, espero que esto te haga feliz - Su tono de voz era agresivo.
- No, no es necesario.
Ella se acerca a mi poniendo su teléfono en mi mano y vuelve a decir.
- Ten, revísalo.
En mi mente, pensé que muy seguramente ella ya había borrado toda evidencia, aún así después de mírarla camino hacia la sala para sentarme.
Apenas desbloqueo el teléfono y ella nuevamente dice.
- Antes de que veas algo... - Le salen un par de lágrimas - quiero hablar contigo.
- De que?
- Haya voy... Seguramente decordaras que algunas cosas de cuando eras niño.
- Si.
- Tu papá y yo discutíamos mucho por cosas que tú ya sabes de su familia, por qué bebía mucho, pero además por qué... El no me cumplía en... bueno en la intimidad, por eso eran todas las noches nuestras discusiones.
Por eso me encontraste como lo hiciste aquella noche con mi compadre, por eso, está pansa - dijo señalando su vientre von ambas manos.
En ese momento volví a desbloquear el teléfono.
- Entenderás que como cualquier mujer necesito de un hombre que me haga compañía en el día a día y también en la cama.
Al ver Tinder voltee a verla, abrí la aplicación y note que la última vez que contesto había sido el viernes, lo mismo con las otras aplicaciones sin embargo ahí estaba las pruebas de lo que ella había estado haciendo.
Después de varios minutos su voz rompe el silencio diciendo - eso querías mirar? te gustó ver cómo tú madre busca hombres en internet? como manda fotos en calzones? - su tono de voz era entre triste y ofensivo.
En parte entendía su malestar, sus motivos, pero me sentí humillando al oír esas palabras, mismas que me hicieron recordar a mi madre dándole las nalgas a su compadre.
- No, claro que no!- dije gritándole.
Un nudo en mi garganta aparecío, ahogándome hasta sacar una lágrima en mi ojo derecho.
- Pero en este momento vas a enviar tus últimas fotos.
- como? - Preguntó sorprendida.
Nuevamente desbloquee su teléfono, prepare su cámara y se lo di.
- Tomate fotos y me las envías.
- Estás loco - dijo alterada.
- Buscas hombres en internet para enviarles fotos, no?
- Pues aquí tienes a uno.
- Pero tú eres mi hijo.
Trate de calmarme y aclarar mis ideas.
- A las personas que les enviaste tus fotos no las conoces, o si? - Ella no contesto - si a ti no te importo enviarle fotos a desconocidos - Que más te da enviarmelas a mi, o bien lo dejo a tu consideracion, quien es más importante para ti, un desconocido o tu propio hijo.
Tomo su teléfono y salió apresurada a su habitación.
"Ya la cagué", pensé yo, sin embargo más tarde sonó mi teléfono con un mensaje suyo diciendo.
- "Espero que lo disfrutes".
Seguido de esto varias fotos, las primeras en ropa interior, posteriormente sin brasier y otras dando a ver qué se había quitado el calzón más no dejaba ver sus genitales.
A pesar de haber conseguido mi objetivo no estaba del todo contento, por ello que no me hiciera la Manuela.
Después de un par de horas salí de mi habitación, me encontre a mi madre saliendo del sanitario.
- Espero que no hayas manchado tu ropa.
A primera instancia no te di, así que Pregunte - Por que?
- Pues no creo que hayas querido mis fotos solo para tenerlas, verdad?
- Ha! No, no las use.
Un, "tenemos que hablar", salio de ambos casi al unisonoro.
- Vamos a la sala - me dijo.
Nuevamente nos sentamos uno al lado del otro.
- Disculpame - dije.
- No, disculpame tu a mi, se que no he sido una buena madre - ella queria seguir hablando, pero no tenía las palabras, por ello que yo comenzará diciendo.
- Cuando te vi con tu compadre sentí muchos celos apesar de que era muy chico sabía que estaba apunto de cogerte de hacerte su mujer, por eso no me importo exponerme a qué me golpeara.
Hoy te comprendo que necesites quien te lo haga o mostrar tu cuerpo para que con palabras y mensajes te hagan sentir bien, pero ya no soy un niño, y ver qué tienes ganas de que te den lo que yo también tengo entre las piernas con mayor razón me dan celos y coraje o que piensas, que me aria feliz y orgulloso saberlo.
Después de un silencio prolongado finalmente dijo.
- que propones, por qué sabes que no puedo dejar de sentir solo por qué a ti te moleste, verdad?
- Tome aliento, tratando de sonar maduro y serio, dije - lo mismo que cuando era pequeño y te encontré con tu compadre.
- Quieres decir?
- Si... Dime si no tengo el derecho... Soy quien te apoya en la casa, veo por ti cuando te enfermas, yo me aseguro de que la casa este bien serrada cuando nos vamos a dormir, soy tu hijo y se supone que debo ser tu prioridad en todo!
- Si pero esto no es como todo lo demás.
- Que tiene de diferencia..? Que en esto puedes dar placer y prefieres dárselo a algún desconocido al que no le importas que darmelo a mi?
Nuevamente se hizo el silencio, en esta ocasión no fue su voz ni la mía la que rompió con ese momento angustioso para mí, fue un suspiro de ella,la mire quitarse la blusa, dejando sus brasier a mi vista, después sus zapatos y finalmente su pantalón era sacado de su cuerpo dejandome mirar su calzón, se acerco a mi, pensé que tomaría asiento al lado de mi tal como lo había hecho anteriormente, pero no, dejó caer sus nalgas en mis piernas mientras cerraba los ojos y dejaba escapar otro suspiro.
Su cuerpo temblaba, creo que también el mío. Su vista por fin se dirigió a mi.
- Te amo con todo mi ser, hijo, y claro que eres mi prioridad, siempre lo has sido y si tengo que elegir entre cualquier hombre y tú, por supuesto que te elijo a ti. Anda acaricia cuanto quieras.
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