La paja de Martina siguió toda la cena. Yo, toda una lady, lo disimulé perfectamente, pero en serio me había calentado. Nunca antes me propuse estar con una mujer, aunque tal vez…
No! Esto fue una simple joda de Martu, pero yo sigo siendo hetero, y fiel a mi marido. Después de la cena, bastante incomoda, volvimos a la cabaña. Salí al patio a fumarme un pucho y me encontré con el chico de la cabaña de al lado, Andrés. Estaba fumando, también, pero sólo
-Que tal? Alejandra, encantada
-Andres, mucho gusto. Los vimos hoy en la pileta, a vos y un muchacho
-si, Marcelo, mi marido. Está adentro, recién llegamos de cenar afuera. Vos también estás con una chica, no?
-Vanesa, mi mujer. Está adentro con unos amigos
-ah, mira vos qué bien. Son de acá de Entre Rios?
-Si, de Paraná. Vos sos de buenos aires,no?
-como lo supiste?
-por la forma de hablar, te saqué al toque
Reímos juntos, cuando un tipo imponente, morocho, envuelto en una bata, salió de la cabaña de Andrés
"Dice tu mujer que ya está lista, brother" bramó el morocho con una voz gruesa. Andrés entro a la cabaña y el muchacho se prendió un cigarrillo y se acercó a mí
-como estás mami?
-bien, supongo. Vos? Todo tranquilo?
-aqui pues, gozando un rato
-sos amigo de Andrés y Vanesa?
-que va? Ni de cerca - rio el negro, jocoso - aunque no me molestaría
-como? Me dijo que eran amigos
-cosas del venado, lo esconde al resto
-el qué? No te estoy entendiendo flaco
El negro se abrió la bata, dejando ver una morcilla negra y venosa del tamaño de mi antebrazo
-venado, cachudo, cagado. El cornudo, le dicen acá
-sos?...
-estriper, hombre de compañía. Puedes llamarme prostituto, y también puedes llamarme si tu novio no te lo hace rico
Apagué mi cigarrillo con más dudas que certezas, y el mulato se despidió diciendo "parece que tu vecina quiere un segundo round"
Esa noche no dormí. Me cago en las paredes finas y en la verga enorme del negro. Hasta el amanecer, Vanesa estuvo recibiendo vergas como si no hubiera un mañana. Gemía, gritaba, se sacudía, la cama chocaba contra nuestra pared y Marcelo dormía como un bebé ignorando que a unos metros de el, había un hombre siendo testigo de como se garchaban a su mina.
A eso de las cinco, el insomnio fue demasiado y decidí salir a caminar. Pensé en la charla con Marce la noche anterior. Vestirme provocativa, que los pendejos me vean sexy aunque ya sea bastante madura. Me puse una calcita que tenía pensado sólo usar en casa, pero me resaltaba la cola. Me saqué el corpiño, me puse una musculosa blanca un poco ajustada, y rematé con una camperita bien pegada al cuerpo
Bajé por avenida Ibarra de Flores, la calle que cruza por la entrada del parque acuático. La tarde anterior, estaba lleno de gente. Sin embargo, a esta hora de la madrugada no había más que adolescentes saliendo del boliche. Llegando más o menos a la puerta del casino, me llegó el primer "piropo", aunque más bien fue una desubicación. "Que hermoso ojete" me gritó un pendejo, a lo cual no respondí. Más entrando al centro de la ciudad, un flaco me calzó un dedo en toda la cola, y salió corriendo. Yo ya estaba harta, y cuando llegue a una plaza decidí pegar la vuelta.
Ya me estaba girando cuando tres pendejos sentados bajo un árbol me gritaron "mamita, trae ese orto que con los gurises te lo atendemos". Exploté. Caminé con rabia hacia los pendejos, que me miraban quietitos como nene en penitencia. "A ver, con que me van a atender?" Los desafie. Al instante empezaron a deshacerse en disculpas y arrepentimientos, pero ya los estaba humillando y no me bastaba una disculpa
"Quiero ver, vamos. Si son tan guapos" los increpe. El primero, el cabecilla del grupo, se bajó el pantalón y el boxer, sonrojándose como un tomate. Dejo salir una verga enorme y gruesa, llena de pelos y venas. Sin embargo, no iban a verme halagarlos. "Ese pitito ni cosquillas me hace" respondí mirando al resto. El segundo de ellos se bajó el pantalón luciendo una pija muchísimo más larga que la anterior, aunque más fina. El tercero en cambio, mostró un miembro grueso y corto, más o menos como un porrón de cerveza
"Con esas miserias no calientan ni el agua del mate. Una mina de verdad necesita pijas, no juguetitos" reproché, mientras me volteaba caminando. Al andar le sumé un movimiento de caderas que hacía mi culo mucho más grande y vistoso. Debo reconocer que los pendejos lograron mojarme, y toda la caminata de vuelta la hice pensando en esas tres pijas. Cuando llegué de vuelta a mi cabaña, pase por el baño a hacer pis, cuando ví el desodorante en aerosol sobre el lavatorio.
Me metí a la ducha, abrí el agua, y comencé a masturbarme despacio. Empecé pensando en Marcelo, en su verga, pero mientras más iba pensando más resonaba en mi mente esa última frase que les dije a los chicos.
"Una mina de verdad necesita pijas". Pijas como la de Néstor, como la del negro, como la de los tres pendejos de la plaza. Empecé a empatizar con Vanesa. Seguro Andrés no podía tenerla satisfecha, y necesitaba que hombres de verdad la cojan. Los pendejos de enfrente seguro la tienen grande. Me encantaría coger con Néstor, con Pedro, con Francisco. Una idea fugaz se cruzó por mi mente, haciéndome acabar a chorros. Mis pezones se pusieron durísimos, y casi me desmayo de la calentura. Me encantaría, pensé, coger con Martina…
Tercer capítulo!! Tuve que informarme un toque sobre federación, porque honestamente no recuerdo mucho aunque se que es una bellísima ciudad. Espero que hayan disfrutado de las andanzas de Ale en tierras entrerrianas..
Estoy escribiendo un relato de famosos para celebrar que mi amigo personal, Cachete Sierra, ganó el Cantando 2020. Voy a subir una encuesta en unos días, para que ustedes voten el relato que más les guste.
Qué famosa les gustaría ver siendo garchada? Quien es para ustedes la mas sexy del "cantando"? Y si son más de MasterChef, también voy a dejarlos contentos muy pronto, pero díganme a cual de las participantes quieren ver!
Si les gustó, no les cuesta nada dejar un comentario, unos puntos, o compartir para que llegue a más gente. Entre mayor sea el apoyo, mayor será mi esfuerzo. Quien sabe, capaz hasta termino subiendo material inédito de mis años de famosa…
Los amo bombonazos, tengan un lindo finde
Mecha 😉
No! Esto fue una simple joda de Martu, pero yo sigo siendo hetero, y fiel a mi marido. Después de la cena, bastante incomoda, volvimos a la cabaña. Salí al patio a fumarme un pucho y me encontré con el chico de la cabaña de al lado, Andrés. Estaba fumando, también, pero sólo
-Que tal? Alejandra, encantada
-Andres, mucho gusto. Los vimos hoy en la pileta, a vos y un muchacho
-si, Marcelo, mi marido. Está adentro, recién llegamos de cenar afuera. Vos también estás con una chica, no?
-Vanesa, mi mujer. Está adentro con unos amigos
-ah, mira vos qué bien. Son de acá de Entre Rios?
-Si, de Paraná. Vos sos de buenos aires,no?
-como lo supiste?
-por la forma de hablar, te saqué al toque
Reímos juntos, cuando un tipo imponente, morocho, envuelto en una bata, salió de la cabaña de Andrés
"Dice tu mujer que ya está lista, brother" bramó el morocho con una voz gruesa. Andrés entro a la cabaña y el muchacho se prendió un cigarrillo y se acercó a mí
-como estás mami?
-bien, supongo. Vos? Todo tranquilo?
-aqui pues, gozando un rato
-sos amigo de Andrés y Vanesa?
-que va? Ni de cerca - rio el negro, jocoso - aunque no me molestaría
-como? Me dijo que eran amigos
-cosas del venado, lo esconde al resto
-el qué? No te estoy entendiendo flaco
El negro se abrió la bata, dejando ver una morcilla negra y venosa del tamaño de mi antebrazo
-venado, cachudo, cagado. El cornudo, le dicen acá
-sos?...
-estriper, hombre de compañía. Puedes llamarme prostituto, y también puedes llamarme si tu novio no te lo hace rico
Apagué mi cigarrillo con más dudas que certezas, y el mulato se despidió diciendo "parece que tu vecina quiere un segundo round"
Esa noche no dormí. Me cago en las paredes finas y en la verga enorme del negro. Hasta el amanecer, Vanesa estuvo recibiendo vergas como si no hubiera un mañana. Gemía, gritaba, se sacudía, la cama chocaba contra nuestra pared y Marcelo dormía como un bebé ignorando que a unos metros de el, había un hombre siendo testigo de como se garchaban a su mina.
A eso de las cinco, el insomnio fue demasiado y decidí salir a caminar. Pensé en la charla con Marce la noche anterior. Vestirme provocativa, que los pendejos me vean sexy aunque ya sea bastante madura. Me puse una calcita que tenía pensado sólo usar en casa, pero me resaltaba la cola. Me saqué el corpiño, me puse una musculosa blanca un poco ajustada, y rematé con una camperita bien pegada al cuerpo
Bajé por avenida Ibarra de Flores, la calle que cruza por la entrada del parque acuático. La tarde anterior, estaba lleno de gente. Sin embargo, a esta hora de la madrugada no había más que adolescentes saliendo del boliche. Llegando más o menos a la puerta del casino, me llegó el primer "piropo", aunque más bien fue una desubicación. "Que hermoso ojete" me gritó un pendejo, a lo cual no respondí. Más entrando al centro de la ciudad, un flaco me calzó un dedo en toda la cola, y salió corriendo. Yo ya estaba harta, y cuando llegue a una plaza decidí pegar la vuelta.
Ya me estaba girando cuando tres pendejos sentados bajo un árbol me gritaron "mamita, trae ese orto que con los gurises te lo atendemos". Exploté. Caminé con rabia hacia los pendejos, que me miraban quietitos como nene en penitencia. "A ver, con que me van a atender?" Los desafie. Al instante empezaron a deshacerse en disculpas y arrepentimientos, pero ya los estaba humillando y no me bastaba una disculpa
"Quiero ver, vamos. Si son tan guapos" los increpe. El primero, el cabecilla del grupo, se bajó el pantalón y el boxer, sonrojándose como un tomate. Dejo salir una verga enorme y gruesa, llena de pelos y venas. Sin embargo, no iban a verme halagarlos. "Ese pitito ni cosquillas me hace" respondí mirando al resto. El segundo de ellos se bajó el pantalón luciendo una pija muchísimo más larga que la anterior, aunque más fina. El tercero en cambio, mostró un miembro grueso y corto, más o menos como un porrón de cerveza
"Con esas miserias no calientan ni el agua del mate. Una mina de verdad necesita pijas, no juguetitos" reproché, mientras me volteaba caminando. Al andar le sumé un movimiento de caderas que hacía mi culo mucho más grande y vistoso. Debo reconocer que los pendejos lograron mojarme, y toda la caminata de vuelta la hice pensando en esas tres pijas. Cuando llegué de vuelta a mi cabaña, pase por el baño a hacer pis, cuando ví el desodorante en aerosol sobre el lavatorio.
Me metí a la ducha, abrí el agua, y comencé a masturbarme despacio. Empecé pensando en Marcelo, en su verga, pero mientras más iba pensando más resonaba en mi mente esa última frase que les dije a los chicos.
"Una mina de verdad necesita pijas". Pijas como la de Néstor, como la del negro, como la de los tres pendejos de la plaza. Empecé a empatizar con Vanesa. Seguro Andrés no podía tenerla satisfecha, y necesitaba que hombres de verdad la cojan. Los pendejos de enfrente seguro la tienen grande. Me encantaría coger con Néstor, con Pedro, con Francisco. Una idea fugaz se cruzó por mi mente, haciéndome acabar a chorros. Mis pezones se pusieron durísimos, y casi me desmayo de la calentura. Me encantaría, pensé, coger con Martina…
Tercer capítulo!! Tuve que informarme un toque sobre federación, porque honestamente no recuerdo mucho aunque se que es una bellísima ciudad. Espero que hayan disfrutado de las andanzas de Ale en tierras entrerrianas..
Estoy escribiendo un relato de famosos para celebrar que mi amigo personal, Cachete Sierra, ganó el Cantando 2020. Voy a subir una encuesta en unos días, para que ustedes voten el relato que más les guste.
Qué famosa les gustaría ver siendo garchada? Quien es para ustedes la mas sexy del "cantando"? Y si son más de MasterChef, también voy a dejarlos contentos muy pronto, pero díganme a cual de las participantes quieren ver!
Si les gustó, no les cuesta nada dejar un comentario, unos puntos, o compartir para que llegue a más gente. Entre mayor sea el apoyo, mayor será mi esfuerzo. Quien sabe, capaz hasta termino subiendo material inédito de mis años de famosa…
Los amo bombonazos, tengan un lindo finde
Mecha 😉
5 comentarios - Las vacaciones de Alejandra [capitulo 3]