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Mi primo me pidió que me coja a su mujer

Hace tiempo ya que mi primo, con el que me crié como hermanos, planteael tema abrir su pareja. Él se llama Julio y tiene 32 años, tres más que yo, yestá casado con Paola hace dos años luego de cinco de noviazgo. Se podría decirque definitivamente vive su vida de casado y que es con ella con quien pasaráel resto de su vida. Desde mi lugar, siempre plantea la idea de en caso deabrir la pareja, debe ser en buenos términos y no porque el matrimonio está maly buscan una salida rápida.
Hace unas semanas, volvió a sacar el tema, así que aprovechando laconfianza entre los dos, fue directo y le pregunté si estaba hablandodirectamente de él y su mujer. Me confesó que sí, que ambos plantearon la ideade abrir la pareja para sumar algo de aventura a su matrimonio. Paraexperimentar, querían comenzar con un trío. Me preguntó que pensaba y fuesincero. Jamás imaginé que él estaba dispuesto a eso, pero de estar seguro, debíatener mucha confianza con la persona que elegían para sumar a la pareja, seahombre o mujer. Ambos debían estar de acuerdo. Me dijo que tenían en mentealgunas opciones pero ninguna convencía a los dos.
Hablamos un poco más de como pensaba reaccionar al  ver a su mujer con otro o como iba areaccionar su esposa viéndolo a él con otra mujer. Habló por él y dijo que leexcitaba la idea de verla gozar con otra pija y que tenía muchas ganas dehacerle una doble penetración. Paola es una mujer menudita: flaca y de bajaestatura. A tal punto que si se pone un uniforme de colegiala cualquieradudaría de su edad. Tiene 30 años pero aparenta de 18. Un buen sexo hardcore,es una tentación para cualquiera.
Así pasamos horas hablando hasta que finalmente decidimos irnos. Él,conforme con la charla y entusiasmado con la idea de seguir adelante con eltrío. Yo, sorprendido y convencido que nunca se termina de conocer a laspersonas.
Pasaron unos días de esa charla y me llama por teléfono. Me invitaba asu casa a comer a la noche, obviamente acepté. Como siempre llegué mástemprano, para estar un rato solos antes que llegué Paola y hablar tranquilosde nuestras cosas. Me intrigaba saber en qué había quedado lo del trío. Alllegar, automáticamente abrimos una cerveza como de costumbre. No pasó muchotiempo hasta sacar el tema ya recurrente entre nosotros. Me dijo que luego deuna larga charla, coincidieron en una persona para sumar al trío. Ya casi eraun hecho, solo esa persona debía aceptar.
Para mi asombro, esa persona era yo. Entiendo la confianza quepodíamos a tener entre nosotros dos pero jamás pensé en que Paola me tuviera encuenta. No supe que responder, quedé atónito. Literalmente, mi primo me pedíaque me coja a su mujer. Rápidamente visualicé toda la situación y me gustó perodecidí no responder rápido. Como dije, nunca se termina de conocer a laspersonas. No sabía que tramaba mi primo. Le pregunté las razones que  llevaron a que me eligieran a mí y cómopensaba que iba a salir todo. Se sinceró y me dijo que confiaba en mí más quenadie y sabe que no iba a pasar por encima de él en caso que ella me buscara a susespaldas. Es verdad, es mi hermano, no lo haría. Más me excitaba la idea porqueestaba todo dijo, solo íbamos a coger sin ningún compromiso. Me planteó laspautas para el trío y solo faltaba mi aprobación. Demostré duda al principiopara ser obvio y finalmente acepté.
 
-¿Cuándo quieren hacerlo? Pregunté.
-Y si no tenés nada que hacer hagamoslo hoy. Retrucó.
 
Mi corazón comenzó a acelerarse. Nunca hice un trío y jamás pensé queiba a ser de esta manera. Ya estaba todo dicho, solo faltaba Paola.
 
-Pero Pao, ¿ya sabe? Pregunta estúpida.
-Obvio, ella me avisa cuando esté llegando preparamos todo.
 
¿Qué hay que preparar? Me pregunté. Solo me dejé llevar y me dispuse aesperar instrucciones. Finalmente, llegó el mensaje.
 
-Ahí está subiendo.
 
Ya todo era excitación, mi pija explotaba de solo pensar lo que iba apasar.
 
-Desnudate y venite al sillón. Ahí la esperamos. Me dijo.
 
La fantasía de Paola era llegar a su casa y tener dos pijas listaspara comérselas. Se escuchó la llave y entró. Apenas nos vio, abrió los ojosgrandotes y se mordió la comisura de los labios, estaba sedienta de pija. Tirótodo lo que tenía en la mano y se acercó a nosotros sin perder de vista las dosvergas que se iba a comer. Saludó a su marido con apasionado beso mientrasacariciaba mi pierna de la rodilla a la entrepierna. Luego me saludó a mí, nopodía disimular su sonrisa de felicidad. Me besó y de a poco se arrodilló paracomenzar el juego. Tomó las dos pijas, una con cada mano y mientras miraba unay otra, se decidía cual iba a chupar primero. Nos miramos con mi primo, unamirada cómplice que nos hacía ver lo bien que la íbamos a pasar.
Paola, comenzó por su marido y con su mano me masturbaba. Yo solo miraba.En un esfuerzo, se metió la pija de primo completa, hasta atragantarse. Alsacarla y babeándose de placer, pasó a mi pija. Confieso que la chupó comonunca me lo habían hecho, esta vez la tomó con las dos manos y chupaba mientrasque por momento levantaba la mirada para ver. Mi primo, aprovechando que estabaentretenida, fue desabrochándole la camisa que llevaba y quitándole loszapatos. De a poco y con movimientos sutiles fuimos subiéndola al sillón. Miprimo se encargó de sacarle la ropa que faltaba hasta dejarla solo con unadiminuta tanguita blanca. Tomó un respiro y se desplomó en el sillón, pasandosu lengua por sus labios y tocándose sus pequeñas tetas, esperando a quenosotros actuemos.
Tan solo una mirada bastó para entender era mi turno de arrodillarmepara meter mi lengua en su vagina. Corrí su tanga con los dedos y mirándola fijamentepasé mi lengua por su contra empapada. No le dio tiempo a suspirar que mi primometió su pija en su boca. Con mis dedos abrí un poco los labios de la vagina ymetí mi lengua hasta donde pude. Ella se retorció de placer. Busqué su clítorisy con movimientos lentos comencé a chuparlo. Su cuerpo se arqueaba mientras conlas manos no dejaba que la pija de su marido se salga de su boca.
 
-Ay, por favor, métemela. Me rogó.
 
Con la aprobación de mi primo, tomé mi pija con mi mano y lentamentela deslicé por su vagina sin meterla.
 
-¡METEMELA! Gritó
 
La metí de una y hasta el fondo antes de que vuelva a decirme algomás. Con su mano me apartó un poco para que la sacara. Con movimientos sutilescomencé a cogérmela ante la atenta mirada de mi primo que ya recostado en elsillón se pajeaba mientras observaba todo. La tomé de la cintura y casi dejándolaen el aire metía mi pija rápidamente. No paraba de gemir que con su mano,buscaba la pija de mi primo para volver a chuparla. Se dejó caer y nuevamentequedó arrodillada en el piso, esta vez con nosotros dos parados. Metía su bocaen pija, la sacaba y la metía en la pija de mi primo. Así repetidamente hasta queabrió su boca lo más que pudo para meterse las dos al mismo tiempo. Apenas pudometerla la cabeza pero con su lengua recorrió cada parte de ambas pijas.
Mi primo la alzó la tiró sobre el sillón para ponerla en 4. Ella obedeció,abrió bien sus piernas y arqueó su espalda, entregada a su marido mientras conla mirada me llamaba para chupar mi pija. Sin interrumpir los movimientos de miprimo, me senté debajo de su cabeza para que ella pueda chuparla sin problemas.
 
-Haceme el orto, mi amor. Le dijo mirándolo de reojo.
 
Mi primo comenzó de a poco a meter su pija por el culo mientras ellatocaba su vagina y me chupaba la pija. Por momentos se detenía al no resistirlo fuerte que mi primo se la estaba cogiendo. Agitada y casi sin fuerzas, searrastró hasta sentarse arriba mío. Con su mano acomodó mi pija y una vez queentró cerró sus ojos y miró hacia arriba mientras mordía sus labios. Para entoncesya era todo un mar de sudor. Su maquillaje estaba todo corrido y la ropadesparramada por toda la casa.
 
-Recostate. Me susurró.
 
Giró su cabeza y le sonrió a su marido que rápidamente, supo lo quequería. Rápidamente me acomodé a lo largo del sillón. Ella acompañó mismovimientos sin sacar mi pija de su vagina. Mientras tanto, mi primo se colocódetrás de ella.
 
-Denme duro, ¡dale!
 
De a poco, mi primo volvió a hacerle el orto, mientras yo acompañabalos movimientos. La menudita esposa de mi primo, gozaba con una doblepenetración. Él metió hasta donde pudo su pija para que yo recostado, meencargue de todo. Comencé a darle con más fuerza y no paré hasta que dijobasta. Se desplomó encima de mi cuerpo, un leve temblequeo me hizo notar que habíaacabado. Sentí sus fluidos recorriendo mi pija que aún seguía adentro y pudesentir lo exhausta que estaba y lo fuerte que latía su corazón. Mi primo noparó, esta vez con movimientos más lentos, siguió cogiéndosela por el orto.Ella ya estaba hecha. Con un movimiento ya sin fuerzas, corrió a mi primo y noshizo sentar a los dos en el sillón. Tal como comenzó todo. Ella se arrodilló ypidió leche.
 
-Quiero que me llenen la cara de leche.
 
Mientras chupaba una pija, el otro se masturbaba para acabar al mismotiempo. Ya un poco más juntos y ella tomando las pijas con sus manos, acabamos.Primero yo, ella cerró los ojos y dejó que el semen golpeé en su cara. Lo quequedó en su mano, se lo pasó por su boca y lengua para saborearla. Luego acabómi primo. Esta vez, metió toda la pija en su boca para que acabara adentro. Laslimpió a las dos con la lengua y mirándonos con una sonrisa de oreja a oreja,sacó toda la leche de su boca para que se desparramara por su mentón. Paola erafeliz.



Mi primo me pidió que me coja a su mujer

5 comentarios - Mi primo me pidió que me coja a su mujer

aTonin
Fotos de tu prima
Rodr23 +1
Que buen relato
Si-Nombre
Excelente Post muy bueno gracias por compartir
Marxlor
Buen relato...gracias por compartir...fotos si se puede
portugalo3
uffffff..... buenísimo!!! re caliente! 10 p!