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Relato Padre e Hija (Parte V)

 Hola a tod@s
Continuo el relato que dejé inconcluso en la parte IV. A continuación, los links con los dos partes anteriores.


Relatopadre e hija (parte III) - Poringa!


RelatoPadre e Hija (Parte IV) - Poringa!


Luego de la súper acabada que Cam me había provocado creí que nos íbamos a centrar nuevamente en nuestros roles tradicionales de padre e hija. Esta idea no me resultaba del todo desacertada siempre y cuando ese terrible enemigo que tenemos los humanos (occidentales al menos) que es la culpa, no nos viniera a aguijonear inyectándonos su veneno. Después de lo hecho no iba a estar bueno para ninguno de los dos el quedarse pensando en la sanción moral que pesaría sobre los dos si alguna vez esto llegara a conocimiento del entorno mas cercano. Por lo que decidimos que no íbamos a ceder y lo llevaríamos con el convencimiento necesario de saber que lo que pasó fue porque los dos lo quisimos.
Seguimos entonces besándonos y recorriendo con nuestras manos todo el cuerpo del otro, tratando que el sentido del tacto se apropie de los demás sentidos y de ese modo lograr el goce más pleno posible. Mis manos la recorrieron en toda su extensión, al tiempo que metía unos dedos en su boca, las manos de ella se entretenía con mi pija, que nunca dejó de estar dura. Los dedos de Cami acariciaban mi glande proporcionándome un placer exquisito. En cada abrazo recorría su espalda que en penumbras se parecía a una suave tela sedosa que me hacía resbalar hasta llegar a su bien parado trasero. Le recorría la raya del culo con todos los dedos, hasta arremeter un poco más profundo buscando su orificio anal. Este estaba muy cerrado, lo queme calentaba mucho pensando en que quizás no esa noche, pero sí en otra fuera posible hurgar allí con mi pene y penetrar en sus profundidades.
Lentamente la calentura que no provocábamos tornaba el clima de la habitación en sofocante. Y las sábanas habían sido derramadas por el piso y nuestros cuerpos desnudos irradiaban tanto calor como el núcleo de magma inextinguible del centro del planeta en que vivimos. Decidí que era el momento de aplicarle más intensidad a lo que veníamos haciendo y me pude de rodillas en la cama para dominarla sin resistencia. La agarré de las manos y puse sus brazos contra el respaldar de la cama y así le comí la boca antes de comenzar abajar hasta sus tetas. No paré de chupárselas por unos largos minutos, entre chupadas y mordidas que la hacían estremecer.
Como estaba en casi total oscuridad, no pude encontrar en mi memoria algún lugar de rápido acceso para poder atarla e inmobilizarla, de modo de poder tenerla a mi disposición. Por lo que, así como estaba la di vuelta y la dejé con el culo para arriba y toda para mi. Le dije que se iba a estar quieta y sin decir palabra alguna porque quería lamerla toda. A lo que accedió con la cabeza, o eso interpreté en la noche oscura.
Le agarré de los pelos por la nuca mientras le ponía la pija entre las nalgas en actitud de pajearme lentamente. Con la punta del pene la trataba de perforar en un juego que nos excitaba mucho. Llegué a traspasar la junta de sus nalgas llegando hasta su agujero al que amenazaba con penetrar con la punta de la pija. Bajé por su espalda dejándole un camino de saliva a fuerza de lengüetazos hasta llegar al lugar donde deseaba llegar con mi boca. Mis manos apretaron con fuerza sus nalgas y las abrieron para que entre con mi lengua hasta el ano y en ese momento ella profirió un gemido que era una invitación a continuar con mi faena. La cogí con la lengua una y otra vez, Cam estaba como poseída, paraba la cola más y más pidiéndome que no deje de hacerlo. Movía su pelvis arriba y abajo ayudándome a hurgar en ella lo más profundo posible.
Ya estábamos en llamas los dos cuando me pidió que me acueste y la deje hacer a ella. Por lo que no me resistí a su pedido y dejé que salga de ella lo que quisiera o desee. Me sorprendió cuando, una vez en la posición en donde quería tenerme, se montó arriba mío y subió por mi cuerpo hasta llegar a poner su gloriosa conchita en mi boca y comenzó a moverse al ritmo de mis chupadas. Estaba cabalgándome como una campeona de rodeo realmente. Mi boca no paraba de succionarla y penetrarla y mordisquear su clítoris. A los minutos su movimiento se hizo cada vez más frenético y terminó en un orgasmo tremendo. Dos acabadas ya llevaba y me las comí casi sin respirar. Y todavía no la había cogido…
Se fue aflojando y al mismo tiempo bajaba para echarse arriba mío hasta quedar como apareados. Me dio un beso y me dijo:
-Ahora preparate para gozar todavía más...
Clavó sus rodillas a mis costados y se dispuso a lamer mi pija nuevamente. Fue una agradable sorpresa experimentar la forma en que me trataba. Ante cada chupada, la misma era acompañada por la estimulación acompasada de mis testículos, y eso era algo que me volaba la cabeza. Unos segundos después me pidió que le pase uno de los profilácticos que tenía en una cajonera al lado de la cama. Lo cual no dejó de llamarme la atención pues sabía exactamente que los guardaba allí y que en ese momento contaba con al menos uno.
Rompió el envoltorio y apretando la punta del forro me lo fue colocando de una manera perfecta. Me pajeó un rato para terminar de acomodarlo y lo mojó con su saliva antes de introducírselo con la desesperación que tenemos de tomar oxígeno luego de una zambullida larga y profunda en una piscina. Fue de ese modo como empezó a mover sus caderas arriba mio. Se movía con una destreza digna del mejor enganche del fútbol argentino. Me incorporaba de momentos para besarle y lamer sus tetas y nuevamente me acostaba para ver en la penumbra del cuarto la silueta de Cam cogiéndome.
Antes de acabar sacó mi pene de dentro de ella y se dio vuelta y dándomela espalda comenzó de nuevo. Si hubiera tenido apenas una luz la hubiera filmado con mi móvil, ya que habrá sido una escena maravillosa para atesorar. No lo lamento de todos modos porque estaba extasiado de placer por semejante polvo que nos estábamos echando. Le dije:
-No quiero acabar de este modo Cam
-¿Como querés acabar? Te dije que ibas a gozar mucho y la elección de donde terminar conduce a eso
-Te voy a poner en cuatro y te voy a coger de atrás
-mmmmm…. Siiii…!!!
La puse en esa posición y la penetré furiosamente, apenas podía escuchar sus gemidos que por momentos eran gritos contenidos. Una y otra vez bombeaba dentro suyo tratando de alargar la cogida hasta quelas primeras luces anunciaran el nuevo día. Como sea, tratamos de llevar esto a cabo, pero en un momento le dije que la iba a acabar. Pero que lo íbamos a hacer de otra manera. Entonces saqué mi pija de su cálido refugio vaginal y me libré de la protección. La acosté con las espaldas hacia arriba y me clavé una paja gloriosa que desembocó en una chorrada de esperma bañando en parte su espaldar y en parte entre sus nalgas.
Le pedí que se siente en la cama y que me limpié la pija de todo vestigio de semen presente y por salir de mi glande. Me la chupó y limpió con maestría y una vez terminada su faena nos acostamos por unos minutos, ya que era necesario dormir un rato para esperar la llegada del resto de la familia con cara renovada.
Se despidió de mi con un largo beso que preanunciaba la intención devolver a buscar la forma de coger otra vez.
Luego de eso cada uno por su lado se quedó dormido en sus habitaciones. Aunque la verdad es que a mi me costó bastante porque mi cabeza no paraba de evocar todo lo vivido en esa noche en que nos quedamos a oscuras en medio de la lluvia que se abatía en la ciudad.
Espero que les haya gustado el relato de lo acontecido.
Puede que mas adelante empiece otro relato con las alternativas de lo que siguió en el siguiente encuentro.  

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