Amigos! tanto tiempo.
Vuelvo a escribirles para traerles una historia fabulosa.
Ante todo les dejo la anterior que espero disfruten también:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3071460/La-amiga-de-mi-Vieja.html
Ahora sí.
Los pongo en contexto: En noviembre del año pasado nos habíamos mudado de oficina a una mucho más linda y repleta de mujeres. Eso no era ninguna novedad, suele ser así en casi todas, pero lo que más llamaba la atención era la calidad hembrística de las chicas de limpieza. Yo no sé si era a propósito ya que cada tanto caían clientes importantes, o si era una hermosa casualidad del destino. Cuestión que desde la primera hasta la última estaban re buenas. Todas carilindas.. flaquitas, gorditas, tetonas, culonas y de cara un 8 en promedio, capas algún que otro 10 por ahí también.
Eso sí, había una que me volaba la cabeza: Micaela, Mica, La Mica, Lali, Cami. Que se yo, le decían de mil maneras pero lo único que importaba era que hacía temblar el edificio. Media rea, quizás hasta que el resto, pero con una actitud de puta madre. Tremenda turra rescatada de la villa más picante pero convertida en princesa del pantano. La enganché más de una vez terminando su jornada con ropa normal o algún jogging o calza apretados que siempre me dejaba al borde del desmayo de tanto pararme la pija. Literal me hacía bajar la presión.
Yo no les puedo explicar el culo que cargaba esta señorita. Morocha, unos 30 años, aprox, con cara de veterana guerrera de 40 sin tenerlos y un cuerpo flaquito medio trabajado. Metro y medio de suspiro. Boca de petera, cara de mala con ojitos marrones y siempre mal pintada, como exagerada. Se le marcaba el papo si usaba calzas y sino también. Tenía un bote para 20 pasajeros y tetas chiquitas, paradas. Corte limoncitos. Desde el día 1 que me la quería coger, pero era bastante ortiva y rara vez me hablaba. Cómo me calentaba cuando se hacía la indiferente, no podía dejar de pensar en cómo la iba a romper y hasta me desconcentraba en el laburo.
Creo que estuve dos o tres meses tirándole comentarios, sacandole charla y mirándola descaradamente pero no había forma de hacerle entrar. Totalmente rendido ya le había dejado de dar bola, hasta que empecé a notar que me miraba de reojo, o venía hasta mi cubículo a preguntarme si tenía algo para tirar, o limpiar el tacho o si quería repasarme el escritorio. Se le notaban las excusas. La verdad me pareció raro, dije mmm, a esta le deje de dar bola y pico la hijadeputa, pero no me insinuaba nada más.
Un día estando solo, escuché un ruido y como se caían varias cosas: chau, se mató alguien pensé. Me acerqué rápidamente y pude ver en el piso a Mica llena de lavandina y toda mojada, se le marcaban muchísimo los pezones de sus tetas chiquitas. Después de preguntarle si estaba bien nos empezamos a reír en carcajadas por el quilombo que había dejado. Le ofrecí ayuda para levantarla y al hacerlo quedamos cara a cara, con olor a esa lavandina de mierda y arruinando nuestras ropas a cada segundo. Que carajo me iba a importar si tenía a esa villera enfrente mio.
Me acuerdo como si fuera ayer que me miró un segundo a los ojos y después bajó la mirada, yo le levanté la cara y le comí la boca con ganas, con furia, le toque el orto y me saco cagando al grito bastante ingenuo de: “Las cámaras”. No me importaba nada. Le volví a meter la mano en el orto y ahí si me saco con fuerza. “Basta. Acá no.”
Ufff, como me hizo acordar a la veterana amiga de mi vieja del relato anterior. Cuando te tiran esa es obvio que ya estás en la recta final. Así que la mire con cara de pajero, la ayude a levantar las cosas y me fui al baño a lavarme las manos y sacarme ese olor horrendo a químicos.
Muchachos, se me ahorcaba la pija en el pantalón, no podía más y rogaba que al volver estuviera ahí.
Pero no, estaba una compañera de ella limpiando todo. Le pregunté y me dijo que se había ido a cambiar al depósito. Me tiré de cabeza más o menos en dirección al pasillo, estaba desesperado, parecía preso recién salido. Quería entrar como en las películas porno y cogerla ahí nomás.
Para que, llegue y la loca estaba medio llorando, acongojada, diciendo que había arruinado la ropa de trabajo, que le iban cobrar las cosas y que se yo que drama más. No podía ni pensar, tenía toda la sangre y la atención en la pija, imagínense por un segundo estar tan caliente y tener que lidiar con una situación así.
-Tranquila, yo te doy la plata si es que te piden algo, agarra tus cosas y vamos que te llevo hasta tu casa.
-Gracias, soltó con una sonrisa. Pero mira que vivo lejos.
-No importa. ¡Vamos!
La mina pasó de tener su cara de orto habitual, sumada a la mala onda del llanto, a tener una sonrisa desde la concha hasta el culo. Era impresionante como parecía otra mujer, no podía creer lo linda que se veía sonriendo. Ya estaba caliente y eso me terminó parar la pija.
-Decime, ¿para donde vamos?
-Agarra autopista, yo te digo, pero mira que soy de Tigre.
Ah no me quería matarrr, hasta la concha de la lora, pero la negra valía la pena, si me decía que vivía en Paraguay la llevaba igual. Jugadisimo, se ve que detecto mi cara de orto.
-No pongas esa cara que te voy a dar un regalito! me dijo sonriendo
Y al instante me empezó a tocar la pija, no habíamos salido del estacionamiento que ya me estaba sobando el paquete. Cruzamos el portón, a los de seguridad y me bajó el cierre, hicimos 20 metros y la pija afuera. 20 metros más y ya la tenía parada. No llegamos a la esquina que ya se la estaba comiendo toda. Estaba desesperada. Me acuerdo que me había colgado en el semáforo hasta que el bocinazo del de atrás me despabilo.
La morocha chupaba como una aspiradora industrial, hacia tanta succión que sentía que me iba a levantar de la butaca. Le pasaba la lengua a la cabeza, le daba besitos en la punta, lamia los huevos como si se los fuera a tragar, pajeaba bien fuerte, después despacio, la escupía, se pegaba en la cara, se la metía toda y se ahogaba. Gemía y hacia ruido con la saliva. Me estaba pegando un pete bien villero y rabioso como nunca me habían hecho, se notaban los kilómetros de chota que tenía en su haber.
-Dame la leche hijodeputa, te gusta que sea tan puta? Dale pá dámela.
Y así sin más le llene la boca de leche, no aguante mas y nunca en mi vida había acabado tan rápido, pero ese pete era de otro planeta. No sé cómo no chocamos porque les digo, se me nublo la vista literal, se me reseteo la computadora todo mal y acelere un poco de la reacción.
Ella riendo se tomó todo y volvió a chupar con cara de puta hambrienta. No lo podía creer.
-Vamos a un telo, no llegó a Tigre ni en pedo. Le dije re loco.
En esa doble como rápido y furioso en dos ruedas bajando de la autopista, no sé ni como había visto el cartel pero ya me había mandado de una. Pedimos la única habitación que quedaba y entramos a las patadas.
La tire en la cama y la agarre del cuello apretándoselo mientras me tiraba encima, la muy puta gemía y respiraba fuerte agitada sin siquiera haberla tocado todavía. Me pedía pija todo el tiempo, me decía que la tenia grande y que quería sentir como la cogía. Volaba de calentura.
Me acuerdo que le saque el pantalón como pude y le baje la tanga al mismo tiempo, toda enroscada en el pantalón y toda empapada, era una tanga roja que estaba bordo de tanto flujo, para después encontrarme con la concha mas apretada y depilada del mundo. No podía creer como una turra así tenia una concha tan de nena, tan cerradita y linda. Imagínense como me puse. Estaba endemoniado. Le levanté las piernas, le pase la lengua por la concha de labios finitos, y aunque no quería me calce un forro para cogerla hasta la nuca. Si se veía apretada por fuera, no tienen idea de lo que se sentía por dentro, parecía que te atrapaba y te metía para adentro. Tenía la concha caliente, re caliente, de verdad que con mucha temperatura, se notaba que hace rato no cogía. Esa concha me estaba quemando la pija y ella largaba puteadas sin parar. Estaba haciendo fuerza para no acabar hasta que me pidió que le cogiera el culo. LISTO. TACHAME LA DOBLE. No podía creer ni entender lo que estaba pasando. Mica era un demonio,una prostituta en potencia, una tornado villero.
La puse en cuatro, ella quebró la cintura y se apoyó sobre la cama. Toda una experta del perrito. Una hijadeputa. Le lubrique el culo pasándole la mano por la concha y metiendole dos dedos en el orto. Los saque y siguió la pija. Apoye la pija y se cayo adentro. Que espectáculo papa, no voy a negar que estaba mas caminada que el microcentro pero era un lujo igual. Si por la concha le gustaba, por el culo se potenciaba. Paso de insultar a ponerse violenta, me pedía que le hiciera doler, que le tiré del pelo, que le diera nalgadas, que se sentía una puta de mierda y así la hice sentir.
10 minutos mas y me fui en seco, no creo haber durado mas, me saqué el forro, la di vuelta y le acabé sobre los labios de la concha. La llene de leche espesa. No paraba de acabar. La muy puta se empezó a pajear con mi leche y ahí fue cuando me termino devolver loco. Se tocaba el clítoris, se metía los dedos llenos de leche y se los sacaba para chuparse los dedos. Volvía a meterse los dedos y se los pasaba por la cara. Increíble.
-Que rica leche, si hubiera sabido que cogías tan bien te hubiera dado bola antes, forro.
-Vos fuiste la ortiva, pelotuda.
Nos reímos y volvimos a coger. Sinceramente no se cuantas veces más fueron pero cogimos con bronca hasta que se terminó el turno, todos los polvos fueron iguales de buenos. Después la dejé en una parada de colectivo y me volví a casa completamente sedado.
Que buena villera amigos, nunca le digan que no a una si se les da la oportunidad. A esta le perdi el rastro pero quedo tremendo recuerdo.
Les dejo una foto de una mina bastante parecida físicamente y espero me vuelvan a leer pronto.
Saludos!
Vuelvo a escribirles para traerles una historia fabulosa.
Ante todo les dejo la anterior que espero disfruten también:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3071460/La-amiga-de-mi-Vieja.html
Ahora sí.
Los pongo en contexto: En noviembre del año pasado nos habíamos mudado de oficina a una mucho más linda y repleta de mujeres. Eso no era ninguna novedad, suele ser así en casi todas, pero lo que más llamaba la atención era la calidad hembrística de las chicas de limpieza. Yo no sé si era a propósito ya que cada tanto caían clientes importantes, o si era una hermosa casualidad del destino. Cuestión que desde la primera hasta la última estaban re buenas. Todas carilindas.. flaquitas, gorditas, tetonas, culonas y de cara un 8 en promedio, capas algún que otro 10 por ahí también.
Eso sí, había una que me volaba la cabeza: Micaela, Mica, La Mica, Lali, Cami. Que se yo, le decían de mil maneras pero lo único que importaba era que hacía temblar el edificio. Media rea, quizás hasta que el resto, pero con una actitud de puta madre. Tremenda turra rescatada de la villa más picante pero convertida en princesa del pantano. La enganché más de una vez terminando su jornada con ropa normal o algún jogging o calza apretados que siempre me dejaba al borde del desmayo de tanto pararme la pija. Literal me hacía bajar la presión.
Yo no les puedo explicar el culo que cargaba esta señorita. Morocha, unos 30 años, aprox, con cara de veterana guerrera de 40 sin tenerlos y un cuerpo flaquito medio trabajado. Metro y medio de suspiro. Boca de petera, cara de mala con ojitos marrones y siempre mal pintada, como exagerada. Se le marcaba el papo si usaba calzas y sino también. Tenía un bote para 20 pasajeros y tetas chiquitas, paradas. Corte limoncitos. Desde el día 1 que me la quería coger, pero era bastante ortiva y rara vez me hablaba. Cómo me calentaba cuando se hacía la indiferente, no podía dejar de pensar en cómo la iba a romper y hasta me desconcentraba en el laburo.
Creo que estuve dos o tres meses tirándole comentarios, sacandole charla y mirándola descaradamente pero no había forma de hacerle entrar. Totalmente rendido ya le había dejado de dar bola, hasta que empecé a notar que me miraba de reojo, o venía hasta mi cubículo a preguntarme si tenía algo para tirar, o limpiar el tacho o si quería repasarme el escritorio. Se le notaban las excusas. La verdad me pareció raro, dije mmm, a esta le deje de dar bola y pico la hijadeputa, pero no me insinuaba nada más.
Un día estando solo, escuché un ruido y como se caían varias cosas: chau, se mató alguien pensé. Me acerqué rápidamente y pude ver en el piso a Mica llena de lavandina y toda mojada, se le marcaban muchísimo los pezones de sus tetas chiquitas. Después de preguntarle si estaba bien nos empezamos a reír en carcajadas por el quilombo que había dejado. Le ofrecí ayuda para levantarla y al hacerlo quedamos cara a cara, con olor a esa lavandina de mierda y arruinando nuestras ropas a cada segundo. Que carajo me iba a importar si tenía a esa villera enfrente mio.
Me acuerdo como si fuera ayer que me miró un segundo a los ojos y después bajó la mirada, yo le levanté la cara y le comí la boca con ganas, con furia, le toque el orto y me saco cagando al grito bastante ingenuo de: “Las cámaras”. No me importaba nada. Le volví a meter la mano en el orto y ahí si me saco con fuerza. “Basta. Acá no.”
Ufff, como me hizo acordar a la veterana amiga de mi vieja del relato anterior. Cuando te tiran esa es obvio que ya estás en la recta final. Así que la mire con cara de pajero, la ayude a levantar las cosas y me fui al baño a lavarme las manos y sacarme ese olor horrendo a químicos.
Muchachos, se me ahorcaba la pija en el pantalón, no podía más y rogaba que al volver estuviera ahí.
Pero no, estaba una compañera de ella limpiando todo. Le pregunté y me dijo que se había ido a cambiar al depósito. Me tiré de cabeza más o menos en dirección al pasillo, estaba desesperado, parecía preso recién salido. Quería entrar como en las películas porno y cogerla ahí nomás.
Para que, llegue y la loca estaba medio llorando, acongojada, diciendo que había arruinado la ropa de trabajo, que le iban cobrar las cosas y que se yo que drama más. No podía ni pensar, tenía toda la sangre y la atención en la pija, imagínense por un segundo estar tan caliente y tener que lidiar con una situación así.
-Tranquila, yo te doy la plata si es que te piden algo, agarra tus cosas y vamos que te llevo hasta tu casa.
-Gracias, soltó con una sonrisa. Pero mira que vivo lejos.
-No importa. ¡Vamos!
La mina pasó de tener su cara de orto habitual, sumada a la mala onda del llanto, a tener una sonrisa desde la concha hasta el culo. Era impresionante como parecía otra mujer, no podía creer lo linda que se veía sonriendo. Ya estaba caliente y eso me terminó parar la pija.
-Decime, ¿para donde vamos?
-Agarra autopista, yo te digo, pero mira que soy de Tigre.
Ah no me quería matarrr, hasta la concha de la lora, pero la negra valía la pena, si me decía que vivía en Paraguay la llevaba igual. Jugadisimo, se ve que detecto mi cara de orto.
-No pongas esa cara que te voy a dar un regalito! me dijo sonriendo
Y al instante me empezó a tocar la pija, no habíamos salido del estacionamiento que ya me estaba sobando el paquete. Cruzamos el portón, a los de seguridad y me bajó el cierre, hicimos 20 metros y la pija afuera. 20 metros más y ya la tenía parada. No llegamos a la esquina que ya se la estaba comiendo toda. Estaba desesperada. Me acuerdo que me había colgado en el semáforo hasta que el bocinazo del de atrás me despabilo.
La morocha chupaba como una aspiradora industrial, hacia tanta succión que sentía que me iba a levantar de la butaca. Le pasaba la lengua a la cabeza, le daba besitos en la punta, lamia los huevos como si se los fuera a tragar, pajeaba bien fuerte, después despacio, la escupía, se pegaba en la cara, se la metía toda y se ahogaba. Gemía y hacia ruido con la saliva. Me estaba pegando un pete bien villero y rabioso como nunca me habían hecho, se notaban los kilómetros de chota que tenía en su haber.
-Dame la leche hijodeputa, te gusta que sea tan puta? Dale pá dámela.
Y así sin más le llene la boca de leche, no aguante mas y nunca en mi vida había acabado tan rápido, pero ese pete era de otro planeta. No sé cómo no chocamos porque les digo, se me nublo la vista literal, se me reseteo la computadora todo mal y acelere un poco de la reacción.
Ella riendo se tomó todo y volvió a chupar con cara de puta hambrienta. No lo podía creer.
-Vamos a un telo, no llegó a Tigre ni en pedo. Le dije re loco.
En esa doble como rápido y furioso en dos ruedas bajando de la autopista, no sé ni como había visto el cartel pero ya me había mandado de una. Pedimos la única habitación que quedaba y entramos a las patadas.
La tire en la cama y la agarre del cuello apretándoselo mientras me tiraba encima, la muy puta gemía y respiraba fuerte agitada sin siquiera haberla tocado todavía. Me pedía pija todo el tiempo, me decía que la tenia grande y que quería sentir como la cogía. Volaba de calentura.
Me acuerdo que le saque el pantalón como pude y le baje la tanga al mismo tiempo, toda enroscada en el pantalón y toda empapada, era una tanga roja que estaba bordo de tanto flujo, para después encontrarme con la concha mas apretada y depilada del mundo. No podía creer como una turra así tenia una concha tan de nena, tan cerradita y linda. Imagínense como me puse. Estaba endemoniado. Le levanté las piernas, le pase la lengua por la concha de labios finitos, y aunque no quería me calce un forro para cogerla hasta la nuca. Si se veía apretada por fuera, no tienen idea de lo que se sentía por dentro, parecía que te atrapaba y te metía para adentro. Tenía la concha caliente, re caliente, de verdad que con mucha temperatura, se notaba que hace rato no cogía. Esa concha me estaba quemando la pija y ella largaba puteadas sin parar. Estaba haciendo fuerza para no acabar hasta que me pidió que le cogiera el culo. LISTO. TACHAME LA DOBLE. No podía creer ni entender lo que estaba pasando. Mica era un demonio,una prostituta en potencia, una tornado villero.
La puse en cuatro, ella quebró la cintura y se apoyó sobre la cama. Toda una experta del perrito. Una hijadeputa. Le lubrique el culo pasándole la mano por la concha y metiendole dos dedos en el orto. Los saque y siguió la pija. Apoye la pija y se cayo adentro. Que espectáculo papa, no voy a negar que estaba mas caminada que el microcentro pero era un lujo igual. Si por la concha le gustaba, por el culo se potenciaba. Paso de insultar a ponerse violenta, me pedía que le hiciera doler, que le tiré del pelo, que le diera nalgadas, que se sentía una puta de mierda y así la hice sentir.
10 minutos mas y me fui en seco, no creo haber durado mas, me saqué el forro, la di vuelta y le acabé sobre los labios de la concha. La llene de leche espesa. No paraba de acabar. La muy puta se empezó a pajear con mi leche y ahí fue cuando me termino devolver loco. Se tocaba el clítoris, se metía los dedos llenos de leche y se los sacaba para chuparse los dedos. Volvía a meterse los dedos y se los pasaba por la cara. Increíble.
-Que rica leche, si hubiera sabido que cogías tan bien te hubiera dado bola antes, forro.
-Vos fuiste la ortiva, pelotuda.
Nos reímos y volvimos a coger. Sinceramente no se cuantas veces más fueron pero cogimos con bronca hasta que se terminó el turno, todos los polvos fueron iguales de buenos. Después la dejé en una parada de colectivo y me volví a casa completamente sedado.
Que buena villera amigos, nunca le digan que no a una si se les da la oportunidad. A esta le perdi el rastro pero quedo tremendo recuerdo.
Les dejo una foto de una mina bastante parecida físicamente y espero me vuelvan a leer pronto.
Saludos!
8 comentarios - Mica: La muy puta de limpieza
Se fue toda la escencia y credibilidad en el relato , malísimo esos detalles comparativos.
Que mala onda viejo, era un comentario con un poco de humor, me parece que te falta coger más en lugar de leer relatos.