Hola para todos!!!
Que alegría volver a escribir para ustedes, y para mi!
En mi Post anterior hice una encuesta entre varias situaciones posibles y su resultado fue volver a una remiseria donde había estado con el dueño, pero en esta ocasión estar con todos los chóferes.
Tarde mas de lo esperado porque se avecinaron las fiestas, y porque ademas hace unos 15 días que estoy de novia otra vez, lo que me hizo replantear si hacerlo o no. Pero si me ven acá es porque lo lleve adelante.
Fue difícil coordinar un día con la mayor cantidad de chóferes y que este presente Martín.
Recuerdo que cerca de Navidad le escribí contándole mi intención de pasar una tarde o noche allí, dejando que cada chófer haga con mi cuerpo lo que desee, mientras se lo proponía me excitaba la sola idea de imaginarlo. Pase mucho tiempo de la ultima semana imaginando lo que cada uno me haría, y lo que le haría a todos ellos, creo que esa fantasía ocupo el 90 % de mis pensamientos.
Hasta ayer a la noche que pude cumplir con mis mas bajos deseos, y con los de todos ellos, por supuesto.
Ayer, 5 de enero, a las siete de la tarde era la hora pactada, con Martín, quien se encargaría de la logística del encuentro, convocar a los chóferes, cerrar el local, armar un buen ambiente para recibir a esa morocha delicada, de clase alta, pero pervertida e insaciable como pocas.
Dos horas antes entre a la ducha con la mas clara intención de convertirme en esa deidad de la que todos ellos se conviertan en seguidores sexuales, enjabone mis pechos calculando cuanta leche caería en cada uno, imagine cuantos moretones de tantos besos traería cerca de cada pezón, recorrí entera mi cola y hasta podría asegurar que ya estaba algo dilatada.
La ultima vez había ido de calzas y top, super deportiva, quería que me vieran de otra forma, mas llamativa, mas sensual, mas puta. Elegí un vestido negro ajustado en la cintura, no muy corto, terminaba a la mitad de mis muslos, con las espalda totalmente libre y si lo dejaba algo flojo, de costado podían adivinarse mis tetas.
También elegí zapatos clásicos negros muy altos, con algo de plataforma, en los que, aunque suene muy poco humilde, me muevo de una forma increíblemente felina.
Maquillaje apto para la situación, a prueba de agua, porque sabia efectivamente que mi rostro seria destino de mucho liquido y no precisamente agua, al menos así lo imaginaba mientras me maquillaba.
Se acercaba la hora y los nervios crecían cada vez mas, por ansiedad, por ganas de volverme salvaje, pero también porque había un hombre que acababa de entrar sentimentalmente a mi vida.
Llego el momento de salir de mi departamento, montada en esos tacos, con ese vestido sexualmente llamativo, y sin ropa interior obviamente. Espere el ascensor desde mi piso 3ro, se abrió la puerta y en su interior bajaba el vecino del cuarto piso, adolescente, alto, calculo 16 o 17 años, creo que no se olvidara mas mi imagen, bajamos hasta planta baja juntos, yo me acomodaba el pelo en el espejo y el se perdía en mis zapatos, en mi culo.
Ya en planta baja salude a mi vecino y camine hacia el estacionamiento, subí a mi camioneta y con una sensación de calor interno inmensa maneje hacia la Avenida Mosconi.
En camino me llamo Alejandro, mi nuevo novio, por un momento pensé que me había descubierto, las pulsaciones se aceleraron en mi, no había forma de explicar fácilmente el atuendo que poseía un martes a las 7 de la tarde, pero por suerte solo pregunto como estaba y si quería pasar la noche con el en su casa. Mi mente disparo contra mi lógica y mis precauciones, le dije que si, que estaba por cenar con amigas pero que terminaba y pasaríamos una noche increíble.
Diez minutos después de las siete de la tarde puse balizas, entre al estacionamiento trasero de la remiseria, donde estaban todos ellos, rodearon la puerta y uno de ellos la abrió, tome mi pequeña cartera y baje no sin dejar a la vista mi falta de ropa interior.
Fui saludando uno por uno en esa ronda sexualmente tensa que se había formado a mi alrededor, no hice diferencias, a todos los abrace y todos manosearon mi cola tímidamente.
Estaban impecables todos, perfumados, bien vestidos, había sido condición impuesta por mi, quien no estuviese así, se quedaba afuera.
Mientras caminábamos hacia el interior del local, tuve la posibilidad de contarlos, eran ocho.
Martín, el dueño quien habría sido el noveno, decidió no participar y ni siquiera estuvo presente.
Unos pasos dentro de la remiseria, sentí cerrarse la puerta con llave, un escalofrió me corrió por la espalda, me apoye sobre la barra de recepción y aunque parezca increíble ninguno se animaba a tomar la iniciativa, ni para charlar.
Entonces le dije: "Chicos vine a divertirme, a que la pasemos todos bien, voy a ir a la habitación de descanso y los espero....desnuda"
Se relajaron o explotaron de calentura y se acercaron a manosearme.
Y les pregunte: "Ya saben como van a hacer, pasan todos, o de a uno?"
Respondieron que no se conocían mas que del trabajo y que preferían estar conmigo de a uno.
Acepte, aunque en mi interior hubiese preferido algo mas grupal, pero no daba todo por perdido, de alguna forma los animaría a estar en grupo, respondi: "Chicos si es de a uno, solo 20 minutos, si?"
Para este momento ya tenia varias manos que habían dejado mi vestido en mi cintura, dejando a la vista de todos mi concha depilada y humeda. Así, casi desnuda, camine hacia la habitación de descanso. Para mi sorpresa habían cambiado la cama de una plaza por otra de dos plazas.
Me senté en el borde y cruce mis piernas, con mis manos apoyadas mas hacia el centro de la cama, en posición desafiante.
No recuerdo los nombres de mis amantes momentáneos, voy a enumerarlos, creo que es mas fácil para mi.
El 1, alto, morocho, con mirada totalmente lasciva, se paro frente a mi, se encorvo y me beso apasionadamente casi con desesperación, como el sediento que encuentra un oasis, hacia tiempo que no sentía en mi boca ese nivel de desesperación, de calentura, me excito sin limites.
Me empujo de espaldas a la cama y se perdió entre mis piernas, su lengua me recorrió entera, s detuvo en mi cola varios minutos, no dijo una sola palabra, solo se dedico a chupar, cuando estuve cerca de acabar, se puso de pie, en algún momento que no registre se había desnudado y sin mediar palabra apoyo la cabeza de su pija en mi concha como esperando un ruego de mi parte para que se ponga un preservativo, ruego que nunca hice. Entro bruscamente hasta el fondo de mi conchita, y nunca paro de entrar y salir de esa forma, no pude evitar gritar, moría de placer, era una pija corta pero muy gruesa, sentía que me abría en dos, lo abrace y arañe su espalda mientras el se encorvaba y besaba mis pezones duros,
No soporto mis palabras al oído "Soy tu puta, cogeme" y de un salto se puso de pie, saco su verga negra de mi concha blanca y lleno de leche todo mi vientre. Para mi habían sido 6 o 7 minutos, en realidad habían sido 20. Sin siquiera mirarme se vistió y se fue de la habitación para dejar pasar al numero 2.
Ahi estaba, sentada en la cama, limpiando el semen de mi estomago, de mi ombligo, cuando Nro. 2 entro y se desnudo. Se paro frente a mi y me tomo del pelo con fuerza haciendo una cola, "Chupamela trola hermosa" me dijo y como si mi cabeza fuese una pelota me hizo atragantar con su pija, varias veces, casi al borde de vomitar, tenia un estilo mas dominante, me encanto.
Diez minutos de sexo oral furioso, pervertido, tanto que en un momento saco su verga y me pegaba en la frente con ella, para luego volver a clavarla en mi garganta. Inesperadamente y sin previo aviso hundió su pija en mi boca y me rebalso de semen, que chorreaba por la comisura de mi boca, tuvo una eyaculacion animal, jamas vista por mi a pesar de mi amplia experiencia, algo cayo en mis piernas, algo en mis tetas, algo colgaba de mi mentón y otra parte corría en descenso por mi interior.
Me dijo que era única e increíble...se lo creí.
Numero 3 ya llevaba 35 minutos de espera, entro al cuarto luego de que termine de higienizar mi cara y se acostó boca arriba en a cama aprovechando que yo estaba parada, y sin sacarme los tacos!
Lo bese desde la boca hasta su pija, donde me quede mas de 10 minutos, nunca paro de elogiar mi piel, mi cintura, mi lengua. Cuando estuvo listo, duro y hambriento de mi concha decidí montarlo, haciendo entrar despacio su miembro en mi concha empadada pero estrecha, se deslizo dentro de mi, una y otra vez, mis tetas fueron victimas de sus manos y de su lengua, ya no podía aguantar mi orgasmo incipiente.
Cuando estuvo por acabar, con algo de timidez me dijo "quiero terminar en tu cola".
deje de cabalgarlo y me puse en cuatro patas en el sillón de la habitación, se acerco por detrás, me tomo de la cintura, con sus dedos puso saliva en mi culo y arremetió sin piedad, lo mas lejos y adentro que pudo llegar, fueron 5 o 6 embates y todo su semen se fue derramando en mi interior mientras yo movía mis caderas en círculos para sacar hasta la ultima gota.
En este punto y tras 60 minuto de sexo estaba perdiendo algo de cordura, necesitaba acabar pronto, sentía que cualquier perversión seria bien recibida por mi, mi calentura iba en aumento y nada parecía pararla. Aun faltaban 5 amantes y eran las 20.15 hs.
Por algún motivo volví a ponerme el vestido antes de que ingrese Nro 4., Este fue el peor de todos, un hombre tímido, sin dialogo, que solo se dedico a tocar mis tetas mientras le hice seguramente el mejor sexo oral de su vida, pude saberlo porque en 10 minutos estaba acabando en mi boca repentinamente. Del otro lado de la habitación se festejo la brevedad de Nro. 4. jaja.
Aquí ocurrió el milagro, los restantes cuatro chóferes cansados de esperar entraron juntos mientras yo aun saboreaba el semen raro del anterior chófer. Me sorprendieron.
"Ya estas muy cogida o te falta un poco mas?" me pregunto el mas canchero de ellos.
"Siempre me falta" respondí.
Se abalanzaron sobre mi como lobos a un ciervo herido, dos manos diferentes separaban mis glúteos e intentaban entrar con sus dedos en mi culo, otras dos manos recorrían mi concha con sus palmas, mis tetas estaban repartidas entre dos bocas, nada se asemejaba mas al paraíso. Mi vestido cayo una vez mas al piso, ninguno quiso besarme porque se habían enterado de las acabadas en mi boca, me di cuenta. En cuclillas me dedique a chuparlos, a darles el mejor espectáculo, a mostrarles una mujer de verdad, una diosa del sexo en todo su esplendor, jugué con esos 4 penes llenándolos de saliva, hilos de saliva colgaban de mi mentón, fueron 15 minutos de puro placer oral, par ellos y para mi, sentí que mi concha, abierta por estar en cuclillas, chorreaba placer.
En la cama me manipularon como si fuese una cosa a la que había que invadir, seguramente de sexo, orgasmos y semen, la desesperación se seguía notando en sus manos, en la forma de agarrarme o de hablarme. En minutos me encontré montando a uno de ellos, acostado en a cama, y chupando a otro, de pie al borde del colchón, me sentía reina, poderosa, implacable con la mente de esos tipos a los que jamas dejaría que me olviden. Trate de dar mi mejor sexo oral, se notaba que le gustaba, mientras no dejaba de cabalgar la verga restante. Los otros dos se dedicaron a poner lubricante (que yo había llevado) en mi cola, mucho lubricante.
El chófer debajo de mi grito inesperadamente, había terminado dentro de mi conchita, no pudo aguantar, según me dijo después, escuchar que yo decía "háganme el culo los dos", me dejo con los otros 3 luego de darme un beso en mi boca sonriente.
Habían pasado 40 minutos mas y aun tenia tres machos incontenibles, ansiosos y así lo manifestaban por darme el mejor sexo anal de mi vida, según prometían.
En este momento decidí entregarme por completo, pasar a tomar una actitud totalmente pasiva y entregada. La consigna que me habían impuesto era solamente sexo anal, por lo que recosté a uno de ellos, el mas duro de todos, y en cuclillas sobre la cama, me deje sentar sobre su pija cargada, de a poco fue entrando mientras yo tocaba mi concha. El calor mezclado con un falso sentido de dolor, que me provocaba sentir esa verga llenando mi culo fue digno de recordar, quisiera despertar cada día con esa sensación de sentirme completa, caliente y realizada.
En algún momento que ya no recuerdo, una verga mas de alguno que estaba arrodillado detrás de mi en la cama, fue entrando también por donde ya no se poda, o por donde mi cuerpo nunca había experimentado, mi primer doble anal estaba ocurriendo, creí morir de placer, jamas pensé que mi cuerpo se dilataría tanto para hacerlo, pero allí estaba, penetrada por dos vergas de buen tamaño en mi cola. Fue demasiado para mi...fue imposible contener tanto sexo junto, como diapositivas llegaron las acabadas de todos los chóferes, todos los sabores, los olores y todas las sensaciones, haciéndome acabar de grito en grito, retorciéndome con cada poro dilatado y expulsando placer en forma de gotas, sintiendo como todos decían "acaba puta, acaba que para esto viniste" y era verdad, los orgasmos se repetían inexorablemente uno tras otro, incentivados por la eyaculacion de los amantes que estaban esparciendo el semen de ambos en mis entrañas, ambos acabaron en mi interior durante mi orgasmo, a medida que fue recuperando el aliento y la consciencia sentí un cráter en mi cola que poco a poco se cerraba, dejando caer algo de toda la leche en su interior. También me di cuenta que el ultimo chófer, había acabado en mi cara mientras yo convulsionaba de placer, juro que jamas me di cuenta. Quede exhausta , mientras ellos se vanagloriaban de la "garchada" que me habían dado. Les pedí un momento a solas y me dejaron desnuda, con mis tacos puestos, boca arriba en la cama.
Tarde algo mas de 15 minutos en reponerme del orgasmo sensacional, me quede disfrutando lo vivido, quede recostada sintiéndome increíble y poderosa,
Levante mi vestido del piso, maltrecho, lo habían pisado, encontré mi collar en un rincón, debe haber volado en algún manoseo, limpie el semen ya transparente en mi cara y en el resto de mi cuerpo, y decidí salir del cuarto cual modelo triunfante de pasarela, con el objetivo cumplido de tener una experiencia increíble, una mas para mi vida.
Me acompañaron hasta la camioneta, me obligaron a prometer que volvería y salí rumbo a mi departamento. Repentinamente recordé que tendría noche con mi novio y el atuendo no era el mejor.
Ya en casa, baje de mis tacos cómplices y puse mi vestido a lavar. Los recuerdos parecían repetirse y hacer realidad momentáneamente cada minuto vivido, cada contracción de placer de mi orgasmo.
Quisiera repetir esto cada día, aunque se que es imposible.
Portero eléctrico! Llego Alejandro y yo sin ducharme, sube, lo espero en bata, le doy un beso en la boca, largo, profundo, en mi papel mas sádico, y le digo que me espere para salir.
Encuentra en el living mis zapatos, me pregunta si me los voy a poner, que le encantan, que no sabia que tenia unos así, y le respondo que los saque para usarlos solamente con el.
La fantasía esta completa. Los quiero.
Que alegría volver a escribir para ustedes, y para mi!
En mi Post anterior hice una encuesta entre varias situaciones posibles y su resultado fue volver a una remiseria donde había estado con el dueño, pero en esta ocasión estar con todos los chóferes.
Tarde mas de lo esperado porque se avecinaron las fiestas, y porque ademas hace unos 15 días que estoy de novia otra vez, lo que me hizo replantear si hacerlo o no. Pero si me ven acá es porque lo lleve adelante.
Fue difícil coordinar un día con la mayor cantidad de chóferes y que este presente Martín.
Recuerdo que cerca de Navidad le escribí contándole mi intención de pasar una tarde o noche allí, dejando que cada chófer haga con mi cuerpo lo que desee, mientras se lo proponía me excitaba la sola idea de imaginarlo. Pase mucho tiempo de la ultima semana imaginando lo que cada uno me haría, y lo que le haría a todos ellos, creo que esa fantasía ocupo el 90 % de mis pensamientos.
Hasta ayer a la noche que pude cumplir con mis mas bajos deseos, y con los de todos ellos, por supuesto.
Ayer, 5 de enero, a las siete de la tarde era la hora pactada, con Martín, quien se encargaría de la logística del encuentro, convocar a los chóferes, cerrar el local, armar un buen ambiente para recibir a esa morocha delicada, de clase alta, pero pervertida e insaciable como pocas.
Dos horas antes entre a la ducha con la mas clara intención de convertirme en esa deidad de la que todos ellos se conviertan en seguidores sexuales, enjabone mis pechos calculando cuanta leche caería en cada uno, imagine cuantos moretones de tantos besos traería cerca de cada pezón, recorrí entera mi cola y hasta podría asegurar que ya estaba algo dilatada.
La ultima vez había ido de calzas y top, super deportiva, quería que me vieran de otra forma, mas llamativa, mas sensual, mas puta. Elegí un vestido negro ajustado en la cintura, no muy corto, terminaba a la mitad de mis muslos, con las espalda totalmente libre y si lo dejaba algo flojo, de costado podían adivinarse mis tetas.
También elegí zapatos clásicos negros muy altos, con algo de plataforma, en los que, aunque suene muy poco humilde, me muevo de una forma increíblemente felina.
Maquillaje apto para la situación, a prueba de agua, porque sabia efectivamente que mi rostro seria destino de mucho liquido y no precisamente agua, al menos así lo imaginaba mientras me maquillaba.
Se acercaba la hora y los nervios crecían cada vez mas, por ansiedad, por ganas de volverme salvaje, pero también porque había un hombre que acababa de entrar sentimentalmente a mi vida.
Llego el momento de salir de mi departamento, montada en esos tacos, con ese vestido sexualmente llamativo, y sin ropa interior obviamente. Espere el ascensor desde mi piso 3ro, se abrió la puerta y en su interior bajaba el vecino del cuarto piso, adolescente, alto, calculo 16 o 17 años, creo que no se olvidara mas mi imagen, bajamos hasta planta baja juntos, yo me acomodaba el pelo en el espejo y el se perdía en mis zapatos, en mi culo.
Ya en planta baja salude a mi vecino y camine hacia el estacionamiento, subí a mi camioneta y con una sensación de calor interno inmensa maneje hacia la Avenida Mosconi.
En camino me llamo Alejandro, mi nuevo novio, por un momento pensé que me había descubierto, las pulsaciones se aceleraron en mi, no había forma de explicar fácilmente el atuendo que poseía un martes a las 7 de la tarde, pero por suerte solo pregunto como estaba y si quería pasar la noche con el en su casa. Mi mente disparo contra mi lógica y mis precauciones, le dije que si, que estaba por cenar con amigas pero que terminaba y pasaríamos una noche increíble.
Diez minutos después de las siete de la tarde puse balizas, entre al estacionamiento trasero de la remiseria, donde estaban todos ellos, rodearon la puerta y uno de ellos la abrió, tome mi pequeña cartera y baje no sin dejar a la vista mi falta de ropa interior.
Fui saludando uno por uno en esa ronda sexualmente tensa que se había formado a mi alrededor, no hice diferencias, a todos los abrace y todos manosearon mi cola tímidamente.
Estaban impecables todos, perfumados, bien vestidos, había sido condición impuesta por mi, quien no estuviese así, se quedaba afuera.
Mientras caminábamos hacia el interior del local, tuve la posibilidad de contarlos, eran ocho.
Martín, el dueño quien habría sido el noveno, decidió no participar y ni siquiera estuvo presente.
Unos pasos dentro de la remiseria, sentí cerrarse la puerta con llave, un escalofrió me corrió por la espalda, me apoye sobre la barra de recepción y aunque parezca increíble ninguno se animaba a tomar la iniciativa, ni para charlar.
Entonces le dije: "Chicos vine a divertirme, a que la pasemos todos bien, voy a ir a la habitación de descanso y los espero....desnuda"
Se relajaron o explotaron de calentura y se acercaron a manosearme.
Y les pregunte: "Ya saben como van a hacer, pasan todos, o de a uno?"
Respondieron que no se conocían mas que del trabajo y que preferían estar conmigo de a uno.
Acepte, aunque en mi interior hubiese preferido algo mas grupal, pero no daba todo por perdido, de alguna forma los animaría a estar en grupo, respondi: "Chicos si es de a uno, solo 20 minutos, si?"
Para este momento ya tenia varias manos que habían dejado mi vestido en mi cintura, dejando a la vista de todos mi concha depilada y humeda. Así, casi desnuda, camine hacia la habitación de descanso. Para mi sorpresa habían cambiado la cama de una plaza por otra de dos plazas.
Me senté en el borde y cruce mis piernas, con mis manos apoyadas mas hacia el centro de la cama, en posición desafiante.
No recuerdo los nombres de mis amantes momentáneos, voy a enumerarlos, creo que es mas fácil para mi.
El 1, alto, morocho, con mirada totalmente lasciva, se paro frente a mi, se encorvo y me beso apasionadamente casi con desesperación, como el sediento que encuentra un oasis, hacia tiempo que no sentía en mi boca ese nivel de desesperación, de calentura, me excito sin limites.
Me empujo de espaldas a la cama y se perdió entre mis piernas, su lengua me recorrió entera, s detuvo en mi cola varios minutos, no dijo una sola palabra, solo se dedico a chupar, cuando estuve cerca de acabar, se puso de pie, en algún momento que no registre se había desnudado y sin mediar palabra apoyo la cabeza de su pija en mi concha como esperando un ruego de mi parte para que se ponga un preservativo, ruego que nunca hice. Entro bruscamente hasta el fondo de mi conchita, y nunca paro de entrar y salir de esa forma, no pude evitar gritar, moría de placer, era una pija corta pero muy gruesa, sentía que me abría en dos, lo abrace y arañe su espalda mientras el se encorvaba y besaba mis pezones duros,
No soporto mis palabras al oído "Soy tu puta, cogeme" y de un salto se puso de pie, saco su verga negra de mi concha blanca y lleno de leche todo mi vientre. Para mi habían sido 6 o 7 minutos, en realidad habían sido 20. Sin siquiera mirarme se vistió y se fue de la habitación para dejar pasar al numero 2.
Ahi estaba, sentada en la cama, limpiando el semen de mi estomago, de mi ombligo, cuando Nro. 2 entro y se desnudo. Se paro frente a mi y me tomo del pelo con fuerza haciendo una cola, "Chupamela trola hermosa" me dijo y como si mi cabeza fuese una pelota me hizo atragantar con su pija, varias veces, casi al borde de vomitar, tenia un estilo mas dominante, me encanto.
Diez minutos de sexo oral furioso, pervertido, tanto que en un momento saco su verga y me pegaba en la frente con ella, para luego volver a clavarla en mi garganta. Inesperadamente y sin previo aviso hundió su pija en mi boca y me rebalso de semen, que chorreaba por la comisura de mi boca, tuvo una eyaculacion animal, jamas vista por mi a pesar de mi amplia experiencia, algo cayo en mis piernas, algo en mis tetas, algo colgaba de mi mentón y otra parte corría en descenso por mi interior.
Me dijo que era única e increíble...se lo creí.
Numero 3 ya llevaba 35 minutos de espera, entro al cuarto luego de que termine de higienizar mi cara y se acostó boca arriba en a cama aprovechando que yo estaba parada, y sin sacarme los tacos!
Lo bese desde la boca hasta su pija, donde me quede mas de 10 minutos, nunca paro de elogiar mi piel, mi cintura, mi lengua. Cuando estuvo listo, duro y hambriento de mi concha decidí montarlo, haciendo entrar despacio su miembro en mi concha empadada pero estrecha, se deslizo dentro de mi, una y otra vez, mis tetas fueron victimas de sus manos y de su lengua, ya no podía aguantar mi orgasmo incipiente.
Cuando estuvo por acabar, con algo de timidez me dijo "quiero terminar en tu cola".
deje de cabalgarlo y me puse en cuatro patas en el sillón de la habitación, se acerco por detrás, me tomo de la cintura, con sus dedos puso saliva en mi culo y arremetió sin piedad, lo mas lejos y adentro que pudo llegar, fueron 5 o 6 embates y todo su semen se fue derramando en mi interior mientras yo movía mis caderas en círculos para sacar hasta la ultima gota.
En este punto y tras 60 minuto de sexo estaba perdiendo algo de cordura, necesitaba acabar pronto, sentía que cualquier perversión seria bien recibida por mi, mi calentura iba en aumento y nada parecía pararla. Aun faltaban 5 amantes y eran las 20.15 hs.
Por algún motivo volví a ponerme el vestido antes de que ingrese Nro 4., Este fue el peor de todos, un hombre tímido, sin dialogo, que solo se dedico a tocar mis tetas mientras le hice seguramente el mejor sexo oral de su vida, pude saberlo porque en 10 minutos estaba acabando en mi boca repentinamente. Del otro lado de la habitación se festejo la brevedad de Nro. 4. jaja.
Aquí ocurrió el milagro, los restantes cuatro chóferes cansados de esperar entraron juntos mientras yo aun saboreaba el semen raro del anterior chófer. Me sorprendieron.
"Ya estas muy cogida o te falta un poco mas?" me pregunto el mas canchero de ellos.
"Siempre me falta" respondí.
Se abalanzaron sobre mi como lobos a un ciervo herido, dos manos diferentes separaban mis glúteos e intentaban entrar con sus dedos en mi culo, otras dos manos recorrían mi concha con sus palmas, mis tetas estaban repartidas entre dos bocas, nada se asemejaba mas al paraíso. Mi vestido cayo una vez mas al piso, ninguno quiso besarme porque se habían enterado de las acabadas en mi boca, me di cuenta. En cuclillas me dedique a chuparlos, a darles el mejor espectáculo, a mostrarles una mujer de verdad, una diosa del sexo en todo su esplendor, jugué con esos 4 penes llenándolos de saliva, hilos de saliva colgaban de mi mentón, fueron 15 minutos de puro placer oral, par ellos y para mi, sentí que mi concha, abierta por estar en cuclillas, chorreaba placer.
En la cama me manipularon como si fuese una cosa a la que había que invadir, seguramente de sexo, orgasmos y semen, la desesperación se seguía notando en sus manos, en la forma de agarrarme o de hablarme. En minutos me encontré montando a uno de ellos, acostado en a cama, y chupando a otro, de pie al borde del colchón, me sentía reina, poderosa, implacable con la mente de esos tipos a los que jamas dejaría que me olviden. Trate de dar mi mejor sexo oral, se notaba que le gustaba, mientras no dejaba de cabalgar la verga restante. Los otros dos se dedicaron a poner lubricante (que yo había llevado) en mi cola, mucho lubricante.
El chófer debajo de mi grito inesperadamente, había terminado dentro de mi conchita, no pudo aguantar, según me dijo después, escuchar que yo decía "háganme el culo los dos", me dejo con los otros 3 luego de darme un beso en mi boca sonriente.
Habían pasado 40 minutos mas y aun tenia tres machos incontenibles, ansiosos y así lo manifestaban por darme el mejor sexo anal de mi vida, según prometían.
En este momento decidí entregarme por completo, pasar a tomar una actitud totalmente pasiva y entregada. La consigna que me habían impuesto era solamente sexo anal, por lo que recosté a uno de ellos, el mas duro de todos, y en cuclillas sobre la cama, me deje sentar sobre su pija cargada, de a poco fue entrando mientras yo tocaba mi concha. El calor mezclado con un falso sentido de dolor, que me provocaba sentir esa verga llenando mi culo fue digno de recordar, quisiera despertar cada día con esa sensación de sentirme completa, caliente y realizada.
En algún momento que ya no recuerdo, una verga mas de alguno que estaba arrodillado detrás de mi en la cama, fue entrando también por donde ya no se poda, o por donde mi cuerpo nunca había experimentado, mi primer doble anal estaba ocurriendo, creí morir de placer, jamas pensé que mi cuerpo se dilataría tanto para hacerlo, pero allí estaba, penetrada por dos vergas de buen tamaño en mi cola. Fue demasiado para mi...fue imposible contener tanto sexo junto, como diapositivas llegaron las acabadas de todos los chóferes, todos los sabores, los olores y todas las sensaciones, haciéndome acabar de grito en grito, retorciéndome con cada poro dilatado y expulsando placer en forma de gotas, sintiendo como todos decían "acaba puta, acaba que para esto viniste" y era verdad, los orgasmos se repetían inexorablemente uno tras otro, incentivados por la eyaculacion de los amantes que estaban esparciendo el semen de ambos en mis entrañas, ambos acabaron en mi interior durante mi orgasmo, a medida que fue recuperando el aliento y la consciencia sentí un cráter en mi cola que poco a poco se cerraba, dejando caer algo de toda la leche en su interior. También me di cuenta que el ultimo chófer, había acabado en mi cara mientras yo convulsionaba de placer, juro que jamas me di cuenta. Quede exhausta , mientras ellos se vanagloriaban de la "garchada" que me habían dado. Les pedí un momento a solas y me dejaron desnuda, con mis tacos puestos, boca arriba en la cama.
Tarde algo mas de 15 minutos en reponerme del orgasmo sensacional, me quede disfrutando lo vivido, quede recostada sintiéndome increíble y poderosa,
Levante mi vestido del piso, maltrecho, lo habían pisado, encontré mi collar en un rincón, debe haber volado en algún manoseo, limpie el semen ya transparente en mi cara y en el resto de mi cuerpo, y decidí salir del cuarto cual modelo triunfante de pasarela, con el objetivo cumplido de tener una experiencia increíble, una mas para mi vida.
Me acompañaron hasta la camioneta, me obligaron a prometer que volvería y salí rumbo a mi departamento. Repentinamente recordé que tendría noche con mi novio y el atuendo no era el mejor.
Ya en casa, baje de mis tacos cómplices y puse mi vestido a lavar. Los recuerdos parecían repetirse y hacer realidad momentáneamente cada minuto vivido, cada contracción de placer de mi orgasmo.
Quisiera repetir esto cada día, aunque se que es imposible.
Portero eléctrico! Llego Alejandro y yo sin ducharme, sube, lo espero en bata, le doy un beso en la boca, largo, profundo, en mi papel mas sádico, y le digo que me espere para salir.
Encuentra en el living mis zapatos, me pregunta si me los voy a poner, que le encantan, que no sabia que tenia unos así, y le respondo que los saque para usarlos solamente con el.
La fantasía esta completa. Los quiero.
9 comentarios - Barbara O. Remiseria Grupal
Pobrecito tu novio recien empiezan y ya tiene mas cuernos que un alce